VOCES
entre VOCES
Todo
el mundo se queja de su mala memoria; nadie de su poco entendimiento.
David
Hume (1711 - 1776), filósofo empirista escocés.
“Como
cualquier otra criatura gregaria, al enfrentarnos a la posibilidad
del rechazo de nuestro grupo y la consiguiente marginación u
hostilidad del entorno social, nos mimetizamos a fin de no vernos
condenados al ostracismo, algún tipo de peligro, o la soledad. Lo
hacemos con mucha más frecuencia de la que imaginamos.
Un buen día ya no distinguimos si somos nuestra propia esencia o la falsa imagen que hemos creado como mecanismo de defensa. Es ese momento, el de la duda, la antesala del infierno . . .
Un buen día ya no distinguimos si somos nuestra propia esencia o la falsa imagen que hemos creado como mecanismo de defensa. Es ese momento, el de la duda, la antesala del infierno . . .
Luego
nos invade la oscura certeza, todo resulta obvio y evidente:
vociferamos rotundos o recitamos sumisos las normas ya perfectamente
asimiladas. Seguimos estando, pero ya no somos sino la sombra de
aquel ser libre del pasado, aquél que identificaba mimesis con
cobardía y mentira con miseria, aquel que ya jamás ni desear volver
a ser podremos.
Porque,
acorralados por la angustia y el miedo, ninguna verdad se torna en
ocasiones tan válida y cierta como la mentira que, cobardemente,
creemos necesaria”.
Nekovidal
– nekovidal@gmail.com
VOCES
entre VOCES
"Cuando
era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para
olvidar".
Giovanni Papini, escritor italiano
Giovanni Papini, escritor italiano
TEMAS
TERTULIA 22-4-2016
*
IV centenario de la muerte de Cervantes: Don Quijote en el siglo XXI
*
Bomberos
*
Pasado
TEXTOS
TERTULIA 15-4-2016
Un
tema
El
loco
Huelga
UN
TEMA
¿Cualquier
tema vale?
Desgraciadamente
no es así.
Cuando
tienes un amigo de verdad puedes hablar de cualquier tema.
La
amistad es lo más difícil de encontrar en este mundo.
No
siempre el mejor amigo es el que conoces de más tiempo, sino la
persona que, a pesar de todos los problemas y malentendidos, sigue a
tu lado.
Mi
mejor tema, la amistad.
María
C.G.C.
UN
TEMA
A
pesar de todo, la vida siempre tendrá un tema para nosotros, siempre
tendrá un regalo, algo que enseñarnos y que nos enriquezca,
mientras sepamos conservar la curiosidad con que nacimos, ésa que
nos suelen secuestrar en cualquier oscura escuela o iglesia y que
siempre valdrá la pena luchar por liberar.
Nekovidal
– nekovidal@gmail.com
UN
TEMA
El
Tema
Si
tú supieras que sería capaz
de darle la vuelta al mundo...
De hacerle un sacrilegio a la luna
abriéndome paso a bocados
para sacarte una sonrisa...
de darle la vuelta al mundo...
De hacerle un sacrilegio a la luna
abriéndome paso a bocados
para sacarte una sonrisa...
Si
tú supieras
que he traficado con el viento...
Que pacté con el diablo
por probar la sangre de tu cuerpo,
y hasta surqué los confines, invisible,
navegando a través de la línea del tiempo...
que he traficado con el viento...
Que pacté con el diablo
por probar la sangre de tu cuerpo,
y hasta surqué los confines, invisible,
navegando a través de la línea del tiempo...
Si
tú supieras que hoy amanecí
ayer a ver si te encontraba,
que nací cinco veces,
y las cinco mutilé mi alma...
Que me reencarné en el lucero
que por las noches te acompaña.
ayer a ver si te encontraba,
que nací cinco veces,
y las cinco mutilé mi alma...
Que me reencarné en el lucero
que por las noches te acompaña.
Si
tú supieras lo que por ti yo he hecho,
estabas volando en mi cielo
para aterrizar entre los brazos
colgantes desnudos de misterio...
estabas volando en mi cielo
para aterrizar entre los brazos
colgantes desnudos de misterio...
Maria
Martín
EL
LOCO
Aquel
pobre loco tenía la extraña costumbre de medir el valor de las
cosas por su precio, creía que todo podía comprarse, e incluso que
el valor de una persona podía medirse por el de su traje o su
vehículo.
Aquel
hombre desquiciado creía en un dios único, incuestionable y
vengativo, que le obligaba a matar por él o a despreciar al resto de
los dioses. Tenía, además, sus ídolos cotidianos, que podían ser
deportistas, músicos o toreros, pero nunca se interrogaba sobre el
método socrático.
Aquel
pobre hombre confundía querer con poseer, la justicia con la ira, el
perdón con el olvido, los argumentos con las excusas y, casi
siempre, estar con ser.
Solía
ser pacífico en su locura, pero no dudaba en convertirse en un
asesino bajo el amparo de la palabra patria. Peligrosamente ingenuo,
sólo era necesario repetirle docenas de veces el más absurdo
razonamiento para que él mismo lo difundiera sin comprobar el origen
de tal información. En general, no sabía distinguir fantasía y
realidad, pero estaba convencido de que ésta existía, y de que era
sólo una, la suya.
Consolaba
su existencia consumiendo compulsivamente objetos que rápidamente
desechaba y de los que pronto se aburría. Por alguna extraña razón,
creía que cuantos más objetos usara y tirara más cerca se
encontraría de la felicidad.
Se
asustaba fácilmente ante lo diferente o desconocido, aunque sólo
fuera el color de la piel, la ropa, alguna costumbre social o el
lugar donde hubieran nacido otras personas. Estos miedos solía
transformarlos en agresiones.
A
su semejante sólo sabía mirarlo para compararse con él, con lo que
su vida era un constante sufrimiento, pues siempre hay personas
mejores y peores, ya que todos somos maestros y alumnos de algo, pero
él, en su enfermedad, no lo sabía.
Incluso,
en su locura, llegaba a creer que decidía y gobernaba su vida social
porque introducía en una caja, cada cuatro años, un papel con un
nombre de una persona a la que no tenía el gusto o disgusto de
conocer, y que nunca le consultaría decisión alguna. Estaba
convencido de que una persona podía representar a millones y los
conceptos de representante y portavoz colisionaban y se confundían
en su mente.
Su
locura, que solía padecer desde el final de su infancia, era
sumamente contagiosa. A quien, por alguna razón, se mostraba
parcialmente inmune a la enfermedad solía identificarlo rápidamente
como su enemigo y tratarlo como a tal, pues a nadie odiaba más que a
quien actuara como espejo delator de su triste existencia.
Aquel
pobre hombre decía y creía que las cosas son como son porque
siempre habían sido así, olvidando la incuestionable ley del cambio
permanente, y tenía el hábito de terminar sus disertaciones con un
rotundo: “Y no hay más que hablar, joder”.
A
un ser tan alucinado, tan triste en sus miedos, tan débil en su
locura, y tan peligroso para sus semejantes, había que ponerle un
nombre.
En
aquella remota época oscura de principios del siglo XXI le llamaban
“persona normal”.
EL
LOCO
"Je
ne suis pas bizarre” (*) –me decía mirándome con cara de loco
un maniquí sin rasgos faciales, de madera clara y bisagras en las
articulaciones.
(*)
“Yo no soy raro”
(Pesadillas
antropomórficas)
Sara
ViTa
EL
LOCO
¿Qué
nos quema la sonrisa,
si
bailamos en el puto paraíso?
A
mi psiquiatra:
Buenos
días.
Ya
me encuentro mejor,
he
dejado de comer hierba con las cabras.
Ahora
cazo moscas
con
la lengua
y
me estoy aficionando a la antropofagia.
Ya
no duermo colgado
como
los murciélagos.
Aunque
todavía cuento las espinas de las rosas.
Miro
de frente
y
quiero olvidar el nudo de las cuerdas.
Me
siento vivo,
como
un rabo de lagartija
cuando
se lo cortan.
No
sé si será bueno,
pero
ahora tengo ganas de hacer el amor
con
la vida a todas horas.
Les
llevo tabaco aliñao con una lima
a
los deseos
y
ahorro en flores para los muertos.
Pero,
si me veis loco, dando gritos de verdad
por
la calle,
no
me pongáis la camisa de fuerza.
Dadme
besos y besos en la boca
hasta
que recobre la inconsciencia....
EL
MAJARA.
El
loco se disfraza de bufón para pasar desapercibido, para no ser
aniquilado.
El
loco tubo que elegir entre el sombrero de cascabeles o la camisa de
fuerza y las paredes acolchadas.
El
grito de la locura se silencia ahora, para que no moleste, entre
paredes acolchadas…
El
loco, la verdad incómoda de la locura encerrada, apedreada…
QUÉ
LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.
Al
loco le echan los perros.
El
perro mal nacido de la cruda realidad muerde las carnes del loco.
Tienes
cara de loco
Tienes
ojos de loco
Los
ojos son la cara alma.Le dicen…
Maldita
locura queme hace aborrecer el calentito redil.
Por
navidad
Acuérdate
De mí
Caridad.
Yo,
te maldigo todos los días del año. Dice el loco.
De
pobres locos desagradecidos esta el infierno lleno.
QUÉ
LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.
El
loco escribe con tinta de color gato negro…
EL
loco se ríe en el funeral de su madre.
El
loco no conoce el llanto. El loco no tiene Madre. La locura no tiene
madre reconocida.
La
locura, como los niños, no sabe conjugar algunos verbos.
El
loco duerme en el filo de su abismo.
El
loco toma platón con whisky. El prozac se lo vende a su confesor.
EL
loco hace gárgaras, se lava las manos con agua bendita.
Al
loco le quitan la razón, los papeles y le editan poemas…
Al
loco le mandan:
Anda
levántate
Y
este Lázaro loco
Dice
no, con una vaga mueca.
El
loco conoce que el tiempo es el vestido del emperador burlado,
desnudo...
El
loco sabe que lo peor de la muerte es el gerundio.
El no loco no sufre,
sólo le duele la circulación de la sangre…….
El
loco no tiene hambre, no come. Se mantiene del aire. Y con sus
intestinos anudó el cabo, que le librare del torreón de nuestra
letal rutina.
QUÉ
LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.
El
loco de volvió loco, porque comió una naranja loca, de comer
flores, de masticar tierra.
De
mirar a los ojos de la gente, como haciendo una pregunta .la
pregunta.
El
loco se quemó en tu empresa de viajes al Sol.
Este
loco no esta buscando la paga .Otea un prado verde de yerba jugosa
porque está como una cabra.
Al
loco, como a todos, le gusta mantener fresco su cadáver en la
nevera.
Al
loco, nuestra necesaria locura, lo seguimos quemando en las piras del
miedo a la libertad.
Si,
me
dejas
esperanza,
en la
cara oculta
de la
luna,
te
daré
un
beso…
ESO
LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.
Juan
Jiménez Caballero.
HUELGA
Ya
que se hacen tantas huelgas a diario a lo largo y ancho de este
mundo, ¿cuándo asistiremos a la primera huelga de los miedos y de
todos sus hijos bastardos: la violencia, la codicia, los prejuicios
y, el peor de todos, el miedo a amar?
Nekovidal
– nekovidal@gmail.com
COMO
PIEDRA
Rodando por la vida voy, como piedra,
obedezco a mi destino sin reposo;
voy tropezando aqui y alla. voy con fatiga
y envidio a la mas inmutable y quieta hiedra.
Pero sigo sin revelarme, cual si fuera canto rodado,
ya acepto con indiferencia el ajetreo
y a medida que yo el fin mas cerca veo,
mas sigo mi camino resignada.
Yo soy como pobre mortal, o piedra, o canto, o leño,
ya que si alguna vez pense del mundo ser el dueño
y el mundo rencoroso me hizo trizas todos mis sueños...
He de ser piedra, o leño,mujer canto,
mientros voy impasible avanzando hasta el espanto
esperando el dia en que vuelen dispersas mis cenizas
como "PIEDRAS RODANDO POR LA VIDA".
Rodando por la vida voy, como piedra,
obedezco a mi destino sin reposo;
voy tropezando aqui y alla. voy con fatiga
y envidio a la mas inmutable y quieta hiedra.
Pero sigo sin revelarme, cual si fuera canto rodado,
ya acepto con indiferencia el ajetreo
y a medida que yo el fin mas cerca veo,
mas sigo mi camino resignada.
Yo soy como pobre mortal, o piedra, o canto, o leño,
ya que si alguna vez pense del mundo ser el dueño
y el mundo rencoroso me hizo trizas todos mis sueños...
He de ser piedra, o leño,mujer canto,
mientros voy impasible avanzando hasta el espanto
esperando el dia en que vuelen dispersas mis cenizas
como "PIEDRAS RODANDO POR LA VIDA".
María
Martín
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