sábado, 30 de abril de 2016

Yoga, Buda, Ola, Deidad, Shiva, Concéntricos
VOCES entre VOCES
Todo el mundo se queja de su mala memoria; nadie de su poco entendimiento. David Hume (1711 - 1776), filósofo empirista escocés.

Como cualquier otra criatura gregaria, al enfrentarnos a la posibilidad del rechazo de nuestro grupo y la consiguiente marginación u hostilidad del entorno social, nos mimetizamos a fin de no vernos condenados al ostracismo, algún tipo de peligro, o la soledad. Lo hacemos con mucha más frecuencia de la que imaginamos.
Un buen día ya no distinguimos si somos nuestra propia esencia o la falsa imagen que hemos creado como mecanismo de defensa. Es ese momento, el de la duda, la antesala del infierno . . .
Luego nos invade la oscura certeza, todo resulta obvio y evidente: vociferamos rotundos o recitamos sumisos las normas ya perfectamente asimiladas. Seguimos estando, pero ya no somos sino la sombra de aquel ser libre del pasado, aquél que identificaba mimesis con cobardía y mentira con miseria, aquel que ya jamás ni desear volver a ser podremos.
Porque, acorralados por la angustia y el miedo, ninguna verdad se torna en ocasiones tan válida y cierta como la mentira que, cobardemente, creemos necesaria”.
Nekovidal – nekovidal@gmail.com

VOCES entre VOCES
"Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar".
Giovanni Papini, escritor italiano

TEMAS TERTULIA 22-4-2016
* IV centenario de la muerte de Cervantes: Don Quijote en el siglo XXI
* Bomberos
* Pasado

TEXTOS TERTULIA 15-4-2016
Un tema
El loco
Huelga

UN TEMA
¿Cualquier tema vale?
Desgraciadamente no es así.
Cuando tienes un amigo de verdad puedes hablar de cualquier tema.
La amistad es lo más difícil de encontrar en este mundo.
No siempre el mejor amigo es el que conoces de más tiempo, sino la persona que, a pesar de todos los problemas y malentendidos, sigue a tu lado.
Mi mejor tema, la amistad.
María C.G.C.

UN TEMA
A pesar de todo, la vida siempre tendrá un tema para nosotros, siempre tendrá un regalo, algo que enseñarnos y que nos enriquezca, mientras sepamos conservar la curiosidad con que nacimos, ésa que nos suelen secuestrar en cualquier oscura escuela o iglesia y que siempre valdrá la pena luchar por liberar.

Nekovidal – nekovidal@gmail.com

UN TEMA
El Tema
Si tú supieras que sería capaz
de darle la vuelta al mundo...
De hacerle un sacrilegio a la luna
abriéndome paso a bocados
para sacarte una sonrisa...
Si tú supieras
que he traficado con el viento...
Que pacté con el diablo
por probar la sangre de tu cuerpo,
y hasta surqué los confines, invisible,
navegando a través de la línea del tiempo...
Si tú supieras que hoy amanecí
ayer a ver si te encontraba,
que nací cinco veces,
y las cinco mutilé mi alma...
Que me reencarné en el lucero
que por las noches te acompaña.
Si tú supieras lo que por ti yo he hecho,
estabas volando en mi cielo
para aterrizar entre los brazos
colgantes desnudos de misterio...
Maria Martín

EL LOCO
Aquel pobre loco tenía la extraña costumbre de medir el valor de las cosas por su precio, creía que todo podía comprarse, e incluso que el valor de una persona podía medirse por el de su traje o su vehículo.
Aquel hombre desquiciado creía en un dios único, incuestionable y vengativo, que le obligaba a matar por él o a despreciar al resto de los dioses. Tenía, además, sus ídolos cotidianos, que podían ser deportistas, músicos o toreros, pero nunca se interrogaba sobre el método socrático.
Aquel pobre hombre confundía querer con poseer, la justicia con la ira, el perdón con el olvido, los argumentos con las excusas y, casi siempre, estar con ser.
Solía ser pacífico en su locura, pero no dudaba en convertirse en un asesino bajo el amparo de la palabra patria. Peligrosamente ingenuo, sólo era necesario repetirle docenas de veces el más absurdo razonamiento para que él mismo lo difundiera sin comprobar el origen de tal información. En general, no sabía distinguir fantasía y realidad, pero estaba convencido de que ésta existía, y de que era sólo una, la suya.
Consolaba su existencia consumiendo compulsivamente objetos que rápidamente desechaba y de los que pronto se aburría. Por alguna extraña razón, creía que cuantos más objetos usara y tirara más cerca se encontraría de la felicidad.
Se asustaba fácilmente ante lo diferente o desconocido, aunque sólo fuera el color de la piel, la ropa, alguna costumbre social o el lugar donde hubieran nacido otras personas. Estos miedos solía transformarlos en agresiones.
A su semejante sólo sabía mirarlo para compararse con él, con lo que su vida era un constante sufrimiento, pues siempre hay personas mejores y peores, ya que todos somos maestros y alumnos de algo, pero él, en su enfermedad, no lo sabía.
Incluso, en su locura, llegaba a creer que decidía y gobernaba su vida social porque introducía en una caja, cada cuatro años, un papel con un nombre de una persona a la que no tenía el gusto o disgusto de conocer, y que nunca le consultaría decisión alguna. Estaba convencido de que una persona podía representar a millones y los conceptos de representante y portavoz colisionaban y se confundían en su mente.
Su locura, que solía padecer desde el final de su infancia, era sumamente contagiosa. A quien, por alguna razón, se mostraba parcialmente inmune a la enfermedad solía identificarlo rápidamente como su enemigo y tratarlo como a tal, pues a nadie odiaba más que a quien actuara como espejo delator de su triste existencia.
Aquel pobre hombre decía y creía que las cosas son como son porque siempre habían sido así, olvidando la incuestionable ley del cambio permanente, y tenía el hábito de terminar sus disertaciones con un rotundo: “Y no hay más que hablar, joder”.
A un ser tan alucinado, tan triste en sus miedos, tan débil en su locura, y tan peligroso para sus semejantes, había que ponerle un nombre.
En aquella remota época oscura de principios del siglo XXI le llamaban “persona normal”.
Nekovidal – nekovidal@gmail.com

EL LOCO
"Je ne suis pas bizarre” (*) –me decía mirándome con cara de loco un maniquí sin rasgos faciales, de madera clara y bisagras en las articulaciones.
(*) “Yo no soy raro”
(Pesadillas antropomórficas)
Sara ViTa

EL LOCO
¿Qué nos quema la sonrisa,
si bailamos en el puto paraíso?

A mi psiquiatra:
Buenos días.
Ya me encuentro mejor,
he dejado de comer hierba con las cabras.
Ahora cazo moscas
con la lengua
y me estoy aficionando a la antropofagia.
Ya no duermo colgado
como los murciélagos.
Aunque todavía cuento las espinas de las rosas.
Miro de frente
y quiero olvidar el nudo de las cuerdas.
Me siento vivo,
como un rabo de lagartija
cuando se lo cortan.
No sé si será bueno,
pero ahora tengo ganas de hacer el amor
con la vida a todas horas.
Les llevo tabaco aliñao con una lima
a los deseos
y ahorro en flores para los muertos.
Pero, si me veis loco, dando gritos de verdad
por la calle,
no me pongáis la camisa de fuerza.
Dadme besos y besos en la boca
hasta que recobre la inconsciencia....

EL MAJARA.

El loco se disfraza de bufón para pasar desapercibido, para no ser aniquilado.
El loco tubo que elegir entre el sombrero de cascabeles o la camisa de fuerza y las paredes acolchadas.
El grito de la locura se silencia ahora, para que no moleste, entre paredes acolchadas…
El loco, la verdad incómoda de la locura encerrada, apedreada…

QUÉ LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.
Al loco le echan los perros.
El perro mal nacido de la cruda realidad muerde las carnes del loco.

Tienes cara de loco
Tienes ojos de loco
Los ojos son la cara alma.Le dicen…

Maldita locura queme hace aborrecer el calentito redil.
Por navidad
Acuérdate
De mí
Caridad.
Yo, te maldigo todos los días del año. Dice el loco.
De pobres locos desagradecidos esta el infierno lleno.

QUÉ LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.
El loco escribe con tinta de color gato negro…
EL loco se ríe en el funeral de su madre.
El loco no conoce el llanto. El loco no tiene Madre. La locura no tiene madre reconocida.
La locura, como los niños, no sabe conjugar algunos verbos.
El loco duerme en el filo de su abismo.
El loco toma platón con whisky. El prozac se lo vende a su confesor.
EL loco hace gárgaras, se lava las manos con agua bendita.
Al loco le quitan la razón, los papeles y le editan poemas…
Al loco le mandan:
Anda levántate
Y este Lázaro loco
Dice no, con una vaga mueca.
El loco conoce que el tiempo es el vestido del emperador burlado, desnudo...
El loco sabe que lo peor de la muerte es el gerundio. El no loco no sufre, sólo le duele la circulación de la sangre…….
El loco no tiene hambre, no come. Se mantiene del aire. Y con sus intestinos anudó el cabo, que le librare del torreón de nuestra letal rutina.

QUÉ LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.

El loco de volvió loco, porque comió una naranja loca, de comer flores, de masticar tierra.
De mirar a los ojos de la gente, como haciendo una pregunta .la pregunta.
El loco se quemó en tu empresa de viajes al Sol.
Este loco no esta buscando la paga .Otea un prado verde de yerba jugosa porque está como una cabra.
Al loco, como a todos, le gusta mantener fresco su cadáver en la nevera.
Al loco, nuestra necesaria locura, lo seguimos quemando en las piras del miedo a la libertad.

Si,
me dejas
esperanza,
en la cara oculta
de la luna,
te daré
un beso…

ESO LLEVA EL LOCO EN SU ATILLO.

Juan Jiménez Caballero.

HUELGA
Ya que se hacen tantas huelgas a diario a lo largo y ancho de este mundo, ¿cuándo asistiremos a la primera huelga de los miedos y de todos sus hijos bastardos: la violencia, la codicia, los prejuicios y, el peor de todos, el miedo a amar?
Nekovidal – nekovidal@gmail.com

COMO PIEDRA
Rodando por la vida voy, como  piedra,
obedezco a mi destino sin reposo;
voy tropezando aqui y alla. voy con fatiga
y envidio a la mas inmutable y quieta hiedra.
Pero sigo sin revelarme, cual si fuera canto rodado,
ya acepto con indiferencia el ajetreo
y a medida que yo el fin mas cerca veo,
mas sigo mi camino resignada.
Yo soy como pobre mortal, o piedra, o canto, o leño,
ya que si alguna vez pense del mundo ser el dueño
y el mundo rencoroso me hizo trizas todos mis sueños...
He de ser piedra, o leño,mujer  canto,
mientros voy impasible avanzando hasta el espanto
esperando el dia en que vuelen dispersas mis cenizas
como "PIEDRAS RODANDO POR LA VIDA".
María Martín


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