domingo, 30 de octubre de 2022

 

VOCES entre VOCES

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TEMAS TERTULIA 4-11-2022

    LA BOMBONA

    BAILANDO LA VIDA 

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


Bajo la luz, el cepo, poemas de Olalla Castro

Bajo la luz, el cepo, poemas de Olalla Castro

Olalla Castro es editora y autora de la antología Ocho paisajes, nueve poetas (Dauro, 2009), y ha escrito los poemarios La vida en los ramajes (Devenir, 2013) y Los sonidos del barro (Aguaclara, 2016). En septiembre de 2018 ganó el XXII Premio Internacional de Poesía «Antonio Machado en Baeza» con la obra Bajo la luz, el cepo. A continuación reproduzco una selección de esos poemas de Olalla Castro. 

 

I

Era tan grande aquella sed de blanco.
Ansiábamos el hielo y sus destellos,
el deslumbre punzante de la escarcha.
Bajo su resplandor, fundar el mundo.
Soñábamos con ir siempre más lejos,
con ser los primeros en pisar esa nieve.
Una luz oblicua alargó nuestras sombras
y extraviamos la escala.
Nos creímos gigantes.
Corrimos hacia el brillo
de la única forma en que sabemos
correr hacia las cosas:
con una red pequeña entre las manos
y un arpón escondido en la garganta.
Agarramos el hielo con nuestras manos tibias.
Lo agarramos
hasta que todo lo que brillaba se deshizo.

II

Desde que salimos de Greenhithe
siento este iceberg pegado a las palabras.
De lo que pienso se desprende la nieve
que rueda cuerpo abajo y golpea mis pies
antes de amontonarse al filo de la cama.
Tengo miedo.
Pensamientos dentados
nadan a mi alrededor trazando círculos
cuando llega la noche.
Puedo ver asomarse sus aletas.
Hay algo cuarteado
en la mirada triunfal del capitán Franklin,
algo en el optimismo de la tripulación
que hace aguas.
Los buques en los que avanzamos
dibujan sombras gigantes en la escarcha.
En esta tierra
donde nadie pronuncia la palabra progreso
nuestros barcos son un par
de criaturas monstruosas
que navegan muy juntas:
dos ballenas
con estómagos repletos de personas
que a su paso abren rendijas en el hielo.
Somos solo estos monstruos
que parten en dos un mundo que tirita
y lo dejan atrás, como si nada.

III

Me mantienen viva unos paños de tela:
los mismos bajo los que aprieto mis pechos
para guardar el secreto
de sus formas convexas.
Mi nombre no es John sino Virginia.
Si alguien llegase a pronunciarlo
mi cuerpo jironado acabaría bailando
sobre un trozo de hielo,
después de pasar de mano en mano.
Con el cabello muy corto,
engolo la voz cuando digo “A la orden”
y, llegado el momento del licor y los naipes,
me retiro a un rincón
y remuevo en silencio mi cautela.
He buscado en los ojos de los otros
pedazos de mi miedo, en vano.
Estoy sola aquí.
De noche, oigo el hielo romperse
mientras los marineros fuman
y me untan con su risa pegajosa.
Oigo el hielo romperse y me pregunto
cuánto tardará este mundo agrietado
en urdir contra nosotros su venganza.

IV

Llevamos con nosotros el sello
de nuestra civilización tan avanzada:
20 jarras de cristal y 2 vajillas;
300 pañuelos (de seda, cómo no)
y 5 relojes de bolsillo;
24 toneladas de carne,
2 de tabaco, 35 de harina;
20000 litros de sopa,
8000 de licor y 1200 libros.
Leo a Dickens
mientras los hombres beben
y sueltan sus bravatas.
Dos borrachos pelean en cubierta.
Oigo los puños golpeando la carne
y los vítores entusiastas de quienes miran.
Sé que alguien los separará
justo antes de que puedan matarse
y cada cual volverá a su camarote.
Quedará la sangre sobre el suelo,
la maraña de hilos rojos
que rodaron del labio a la madera.
Esta mancha es lo que somos:
la delicada porcelana
que vinimos a mostrar a los salvajes.

V

Hace días, nuestros barcos
quedaron atrapados en el hielo.
Decidimos abandonarlos
y dirigirnos hacia el sur,
buscando una salida
a este laberinto que deslumbra.
Ahora devoramos con avidez
las latas de conserva
y seguimos andando.
El viento nos sacude.
Recibimos disparos de escarcha en pleno rostro
y hablamos con la lengua entumecida.
Anoche enterramos en la nieve
los primeros cadáveres.
Pude ver la verdad
en los ojos redondos de los muertos,
como en la bola de cristal de un adivino:
aquello que nos mantiene vivos
nos está envenenando.
Lo mismo que nos mata nos sirve de alimento.
Ese es el castigo
que esta tierra eligió para nosotros

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TEXTOS TERTULIA 28-10-2022

INMORTALIDAD

A OTRA COSA MARIPOSA

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


"¿Que sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?"
(Vincent Van Gogh)

LA INMORTALIDAD

Mi primer cuerpo del que tengo memoria, el más denso, surgió de materia inanimada a finales del siglo XXI, cuando la cotidianeidad de los ordenadores cuánticos de quinta generación permitió grabar no sólo las memorias vitales, sino la misma personalidad única de cualquier ser vivo. Toda una vida en un disco minúsculo, todas las emociones pasadas, todo. Cada disco constituía en si un programa complejo que seguía desarrollándose interactivamente en el momento en que era ejecutado. Cada vida entraba, una vez liberada del cuerpo, en un juego de árboles fractales de conciencia.

Ese fue el comienzo, luego fuimos, poco a poco, librándonos de todo tipo de materia y sus servidumbres, hasta que toda la vida consciente del mundo discurría, apenas dos siglos más tarde, y en forma de energía, por la fina capa de gas que recubría el planeta. Continuamos avanzando, el gas nos resultó pesado y nosotros, que ya sólo pensábamos colectivamente, deseábamos la levedad absoluta, alas aún más ligeras que el viento.

Y así llegamos a la luz, a viajar en fotones a través de espacios enormes que antes apenas podíamos mensurar. Y así pudimos, por primera vez, observar y leer atónitos el libro maravilloso que se extendía ante nosotros cada noche de cielo estrellado. Aprendimos que cada rayo de cada estrella era un mensaje, una fórmula ciéntífica, una música, una idea o un poema, algo aprendido por algún ente en algún recodo del universo que era lanzado en un mar de estrellas para ser descodificado por cualquier especie que hubiera llegado a ese estado evolutivo. Dejamos de formar parte de las especies agresivas que competían por el control de un espacio que creían con derecho a llamar suyo. Fuimos cuanto más fuertes y sabios, más ligeros, y ya miramos con sonrisa venebolente a las especies mortales que nos llaman dioses.

No recuerdo mi edad, pero sé que hace mucho que habitamos esta estrella.

Y aqui estoy, estamos, ya inmortales, intentando imaginar que es la mortalidad como nuestros antepasados anhelaban o intentaban concebir la inmortalidad. Abandonada la angustia del deseo, de la incertidumbre material, sin miedo a nada, pues nada puede destruir cuanto no somos y sólo la sutil fuerza de una idea decide que somos o dejamos de ser. Ahora soy tan sólo un rayo de luz, uno de los trillones emitidos cada segundo por esta estrella que es y será nuestro hogar durante millones de años.

Atravieso la ventana de una vivienda en un pequeño planeta y me poso, a flor de piel, sobre las manos y rostros de quienes han trasladado sus pesados y primitivos cuerpos de materia densa a un cubículo donde escriben para compartir sus textos en un grupo al que llaman Voces entre Voces. Me conmueve este encuentro con entrañables antepasados aún en la etapa de materia emocional. Me poso, sabiendo que será una caricia cálida, en la nuca de uno de ellos que escribe con una mezcla de fantasía y nostalgia sobre un futuro que aún no sabe que es el de su especie y que él y sus compañeros apenas pueden imaginar.

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No malgastes lo que te queda de vida conjeturando sobre los demás, a no ser que busques un bien común. Pues imaginar qué pueden estar haciendo y porqué, qué están pensando y qué planean, te aturde y te aparta de tu guía interior“ (Marco Aurelio)


A OTRA COSA MARIPOSA

Los deseos del hombre están limitados por sus percepciones. Nadie puede desear lo que no ha percibido”.

(William Blake)

 ¿Qué harías si la poesía anidara en tus manos?

Si la haces germinar
regándola con susurros,
con tímidas intimidades,
con delirios de dicha,

¿dónde pondrás a salvo
ese vergel inocente
de las manos torpes,
de las prisas exhaustas?

Si la aventas con brisas amplias,
sobre tanta sensatez,
tanto miedo camuflado,
tanto aroma lacerado
por cotidiana sordidez,

¿soportará el eco seco
cuando caiga fulminada
ante tanto dolor gratuito?

Si la poesía anida hoy en tus manos,
no pierdas el tiempo preguntando porqué.

Tal vez cuando al fin comprendas,
el beso que la vida te regala
ya no esté la caricia esperando
ni el sendero de guiños,
roces, besos y miradas
ni aquellas palabras que fueron
por mágicas y dulces, aladas.

Tal vez ya sea tarde cuando comprendas
que las miradas, los miedos, la ira,

las pequeñas y grandes mentiras,

también desembocan, impertinentes,
briosas, inadvertidas y ocasionales,
donde todo a todos lleva:
A la nada.

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"Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción." (Simón Bolivar)



MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

LA SALA NÚMERO 7


En estos días he tenido la fortuna de ver la película «Argentina 1985». Con independencia del peso específico que tiene el tema que aborda la cinta y la gratificante sensación de recordar un triunfo real de David sobre Goliat, muchas sacudidas agitaron mi cabeza y mi corazón.


Como casi siempre, estaba sola en la sala -las películas que elijo no tienen demasiado eco por aquí-, con las ventajas e inconvenientes que esto conlleva; al principio la soledad sobrecoge, sin embargo, pasado un rato uno acaba sintiéndose parte del elenco y al no haber otras voces, ni sonidos de palomitas, ni luces de móviles, todo se aprecia de manera más intensa y profunda.


La figura de Julio Strassera, maravillosamente interpretada por Ricardo Darín, muestra un exuberante caudal de humanidad; a pesar del miedo aterrador a coger el toro por los cuernos, Strassera fue capaz de asumir una realidad que hubiera deseado no ver, superando desencuentros y admitiendo humildemente su fragilidad para dar cabida a críticas y recomendaciones, algunas poco gratas, con la única finalidad de visibilizar a las víctimas y hacer justicia.


Mientras pasaban los fotogramas y veía en clave de pasado una parte de mi historia presente, tomaba conciencia de la poca atención que en su día presté a aquel horror; es cierto que coincidió con una época personal muy complicada, que estaba luchando con muchos monstruos internos y externos, pero eso no tendría que haberme llevado a retirarle mi atención al mundo, pero estaba tan metida en mí misma que lo miré de soslayo.


Antes de regresar a casa di un paseo para recolocarme el alma y mientras caminaba recordé que hace un tiempo alguien me dijo que el sentimiento más egoísta que existe es el dolor; posiblemente cuando más doloridos estamos es cuando menos podemos atender a otros y por eso no pude detenerme a sentir otra cosa que no fuera yo.

Pero a veces hay milagros y la otra tarde hubo uno: en la sala nº 7 que abrieron solo para mí cuando saqué la entrada, la vida me regaló una lección para hacerme entender que la única forma de salir del dolor es mirar fuera de uno mismo; y yo, durante esa clase magistral, me permití llorar todas las cosas que nunca había podido llorar.


24/octubre/2022 - Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»



Fotografías que nos pueden proporcionar una sensación de placer mental inmediato

  • 18 octubre 2022 

Los vídeos de ASMR, los tutoriales de alta repostería, los 'reels' de ilustradores pintando con precisión, los TikToks en los que alguien nos enseña a hacer la maleta con patrones de orden simétrico, las sesiones de 'lo-fi' en YouTube...

La red está plagada de contenido que, sin saber muy bien por qué, produce una sensación de placer inmediato en nuestros cerebros. ¿Quién no se ha sorprendido disfrutando de alguna de estas creaciones en bucle?

El ritmo de vida que llevamos nos empuja a querer parar muchas veces, a dejar nuestro cerebro en pausa, hipnotizados e hipnotizadas por algo que nos resulte, de alguna extraña manera, perfecto.

Así, en Reddit, hay una comunidad llamada Oddly Satisfying que se dedica a recopilar imágenes que nos ayudan a respirar profundo y concentrarnos en nada mientras contemplamos patrones repetitivos, cosas perfectamente alineadas o simplemente bellas.


Os dejamos esta galería para que calméis vuestras ansias de perfección y vuestros nervios. Tomad aire y comenzad este viaje lleno de placer mental:

 

La forma en que el pelaje de este caballo se aplana cuando es acariciado


Un campo de tulipanes en el Norte de Holanda




La sección de escobas de una tienda local dedicada a productos de jardinería


 

Un intrincado peinado hecho a base de trenzas



El perfecto reflejo de la luz de este puente dibujando una luna creciente



La labor de un perfeccionista comensal



 

Estos dos gatos aprovechan el espacio de un macetero ejecutando un Ying Yang impecable



Una simétrica planta trepadora


Una rodaja de limón cortada con total precisión



 Una simpática zanahoria con personalidad propia


Un paisaje otoñal que parece pintado


Un ejemplo de la impecable repostería francesa

 


Los Lithops: plantas sudafricanas que han evolucionado para parecerse a piedras


El impresionante trabajo artesanal con hojas de @lito_leafart


Un cableado perfectamente ordenado y estructurado

Un paisaje que es una prueba gráfica de la calma momentos antes de la tormenta



Dos cebras funden los patrones de sus pelajes en una sutil acaricia



 

Una captura casual que transforma una rama y una nube en una cuchara con nata


 


Oddly Satisfying: Reddit

https://culturainquieta.com/es/foto/item/19706-fotografias-que-nos-pueden-proporcionar-una-sensacion-de-placer-mental-inmediato.html



domingo, 23 de octubre de 2022

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

TEMAS TERTULIA 28-10-2022

INMORTALIDAD

A OTRA COSA MARIPOSA

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Con el tiempo uno se acostumbra: la peor perversión, lo más obsceno de la guerra, es que a uno le parece normal.“

(Isabel Allende, libro El plan infinito)


ACEPTEMOS

Está bien.

Aceptemos que hay un yo
que, de un golpe de voz,
puede ser dicho.
Aceptemos que ese yo
que es capaz de nombrarse
tiene a veces mi cara,
se parece a este cuerpo esquinado.
Está bien.
No hablemos de ficción ni de relato.
Repitamos yo, yo, yo
tantas veces
como sean precisas para armarlo.

Juntemos las astillas
hasta inventar el hueso.
Pronunciemos yo
y veamos qué turba
se despierta al decirlo.

Olalla Castro


OLALLA CASTRO (Granada, 1979) es doctora por la Universidad de Granada y licenciada en Periodismo y Teoría de la Literatura. Premio Extraordinario de Tesis Doctoral con su investigación sobre la narrativa de Enrique Vila-Matas, ha escrito los poemarios La vida en los ramajes (Devenir, 2013), Los sonidos del barro (Aguaclara, 2016) y Bajo la luz, el cepo (Hiperión, 2018), el libro de narrativa infantil Un visitante salido de la nada (Dauro, 2016) y el ensayo Entre-lugares de la Modernidad: filosofía, literatura y Terceros Espacios (Siglo XXI, 2017), además de editar y prologar las antologías Ocho paisajes, nueve poetas (Dauro, 2009) y Juan de Loxa: resistir en el margen (Diputación de Granada, 2018). Ganadora del Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández, del Premi Tardor de Poesía, del Premio Internacional Antonio Machado en Baeza y del Premio Unicaja de Poesía, entre otros, sus poemas y relatos breves han sido recogidos en una veintena de antologías y traducidos a varias lenguas. Fue columnista del diario La Opinión de Granada durante sus nueve años de existencia y actualmente es columnista de El Salto Diario. Ha sido cantante y letrista de diversos proyectos musicales, como RebelmadiaqSister Castro o Nour, formaciones con las que ha firmado una decena de discos y ofrecido conciertos por países como Argentina, México, Costa Rica, Jordania, Marruecos, Argelia, Francia, Holanda o Alemania.

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TEXTOS TERTULIA 21-10-2022

OLORES Y PERFUMES

TIEMPO AL TIEMPO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.“ (Marco Aurelio)












OLORES Y PERFUMES

Cuenta la leyenda que en aquel reino, del que hoy sólo quedan restos de alguna muralla en otro tiempo inexpugnable, cierto rey, tras reunir en una colección todos los perfumes que los mortales habían creado, oyó hablar de una esencia destilada por los dioses, de la que se decía que era el verdadero olor de la sabiduría, el olor que concedía a quien lo captara la posibilidad de conocer todas las respuestas a todas las preguntas. Obsesionado con su nuevo propósito, redactó el rey un bando ofreciendo poder y fortuna a quien lo encontrara y llevara a su presencia.

Entre los tentados por la oferta se encontraba un joven y ambicioso monje, que se presentó ante su maestro a fin de solicitar su permiso y bendición para la empresa que se había propuesto iniciar.

El monje expuso las que decía eran las razones que le impulsaban a emprender el viaje: dinero para restaurar el viejo monasterio y alimentos para los peregrinos que cada día acudían a sus puertas. Nada dijo del reconocimiento y poder personal que esperaba conseguir.

El maestro, conocedor de la naturaleza humana, le dejó partir, sustituyendo su bendición por un consejo: “Cúidate de no acabar buscando cuanto ya tienes, exponiéndote a perderlo en el camino”.

El joven monje partió exultante, creyendo que las palabras del maestro eran un elogio hacia su persona.

Como todos los demás hombres que salieron en busca de la mágica esencia, el monje pasó mil penurias, tomó mil caminos errados y pensó en desistir en varias ocasiones.

Cierto día, tras una larga marcha, se encontraba descansando a la sombra de unos sauces, cuando se le acercó un anciano que, tendiéndole un pequeño recipiente, le dijo: “Sé lo que buscas. Es esto, tómalo.”

Asombrado, el monje abrió el frasco con la intención de oler inmediatamente la esencia que muy posiblemente transformarían en insignificantes todas las recompensas ofrecidas por el rey, pues poseyendo sabiduría tendría, entre otras muchas cosas, una enorme fortuna. Comprobó decepcionado que dentro del recipiente no había nada, y a nada olía su interior. Se sintió engañado, a pesar de haber sido un regalo, pero el suceso le dió base para crear una fábula que le sirviera de disculpa ante su maestro por abandonar una búsqueda que ya creía baldía.

Regresó a su monasterio y fingiéndo alegría al presentarse ante su mentor, le narró lo sucedido, pero omitiendo que ya había abierto el frasco.

Abrámoslo, maestro, y seremos los hombres más sabios del mundo”, dijo, al tiempo que quitaba el tapón sin esperar la respuesta.

Aparentando sorpresa tendió a su maestro el pequeño frasco y dijo: “No hay nada ...”.

Luego has conseguido tu objetivo, ése es el verdadero olor de la sabiduría”, respondió el anciano.

El monje, sorprendido ante la respuesta, esperó boquiabierto la explicación del anciano:

La esencia de la sabiduría ha de ser por todos admitida como tal, y sólo será posible si coincide con un concepto en que todos coincidan, y sólo en la nada coinciden las personas, que guardan en su naturaleza la paradoja de ser iguales pero irrepetibles, idénticas en su esencia pero únicas en sus vivencias. El olor de la sabiduría ha de ser un aroma que evite el juicio, pues habiendo juicio hay prejuicio, y ambos conducen al dolor”.

Y prosiguió: “Ha de saber, pero no ha de juzgar, ha de enseñar sin reprender, ha de amar sin condición, ha de estar en todo pero no ser nada, siendo así eterno. Por todo ello sólo en la ausencia de olor se puede encontrar el perfume perfecto, la esencia de la sabiduría.”

Y leyendo en la sorprendida mirada del alumno cuanto realmente había sucedido en su periplo, agregó:

Pero hay otro olor que has traído de tus viajes y que permanece en tus actos, un olor tosco a ignorancia y soberbia, una especie de extraña fe en el engaño, y ese olor nauseabundo no lo podrás tapar con ningún perfume de los que crean los hombres”.

Desde hoy deberás buscar fuera de los muros de este monasterio y volver cuando sepas apreciar, si no el intangible olor de la sabiduría, al menos las esencias más dulces creadas por el ser humano: el respeto, la fraternidad, y el amor hacia toda forma de vida.”

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TIEMPO AL TIEMPO


Cada vez tiene menos sentido para mí eso de darle tiempo al tiempo, sobre todo desde que, a consecuencia de unas charlas sobre astronomía incluidas en el programa del último curso de la UCM, me puse a pensar en el significado de años luz llegando a la conclusión de que del mismo modo que vemos cosas que ya no existen, tal vez, nosotros no existimos ya y el Big crunch esté sucediendo en estos momentos.

Así es que, cada vez que escucho esa expresión, sonrío y siento una especie de compasión por quien cree que es el tiempo quien actúa sobre las circunstancias; mi teoría es totalmente contraria, creo que sobre las circunstancias actúa nuestra acción y que es la superación del desafío, ese poquito de lucha imprescindible, la victoria sobre tormentas, truenos y relámpagos, lo que hace que nos sintamos vivos y movilicemos el alma para que la vida sea vívida y vivida.

Pero nuestra arrogancia y nuestro miedo insisten en poner medidas a la naturaleza; incapaces de entender cuanto nos rodea, nos vemos avocados a salvarnos y, para ello, no se nos ha ocurrido otra cosa mejor que erigirnos en el ombligo no solo de la galaxia que habitamos, sino también del resto de galaxias que conforman el universo. Sin embargo, cuando algo se nos escapa de las manos -y son muchas las cosas que se nos van entre los dedos-, lo dejamos a merced del tiempo que, por cierto, no tiene idea de cómo medirse a sí mismo. Por otro lado, según algunas teorías, pudiera ser que toda la historia del mundo esté sucediendo a la vez o que nada haya sucedido nunca.

Como estoy a mil años luz de entender estas ideas tan complejas, en lugar de dejar al tiempo a cargo de mis cosas, opto por ponerme manos a la obra haciéndome eco de la sabiduría que encierra esta frase de Saramago: «Dicen que el tiempo cura las heridas, pero nadie ha vivido lo suficiente para probar dicha teoría».


22/octubre/2022 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»

La autoeducación es, estoy convencido, el único tipo de educación que existe.“ 

(Isaac Asimov)

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

* Los dioses crearon diccionarios de emociones para que se acabaran todas las guerras, lo difícil fue enseñar a leer a los humanos...

* El cuento, en todas sus formas, ha acompañado al ser humano desde que es humano.

* Los dioses jugaron y surgieron los seres humanos. Los humanos, temerosos, soñaron, y surgieron los dioses.

* Eran porque creían que eran, del resto, poco se sabe . . .

*Me falta papel para tanto dolor, pero sé que no faltará viento para mis cenizas.

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Biblioterapia: leer mejora la salud mental

10 de octubre 2022    /   ENTRETENIMIENTO     por Raquel C. Pico          

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En una de las novelas de la escritora escocesa Jenny Colgan, su protagonista —una librera accidental— reflexiona sobre cómo puede ayudar a una niña que está pasando un mal momento en salud mental. En su infancia, todos sus problemas los había solucionado con libros, pero se cuestiona si eso servirá también ante una enfermedad.

A la niña de la novela, el sistema de salud le proporciona medicinas y citas con una psiquiatra. La librera suma libros —que nunca harán mal, piensa— que le ayudan a afrontar las cosas. «En ninguna de estas novelas hay madres», le dice la joven lectora. No fue un error de esa librera de ficción: las historias ayudan a su joven lectora a entender —y aceptar— la desaparición de su madre.

La novela de Colgan es un ejemplo de tantos, porque, en el mundo de las novelas, si hay una trama que se repite tanto como la de hacerte librera y que te cambie la vida es la de leer novelas y que te ocurra exactamente lo mismo. Puede que sea porque, al final, quienes escriben novelas también las leen —y mucho—, y han experimentado en carne propia cómo la lectura conforta. Refugiarse en un libro —como en esas historias— no parece tan extraño. Si la literatura ayuda a entender el mundo, también puede hacerlo cuando lo que se necesita comprender es a una misma.

Y lo cierto es que ese pálpito de novelistas y lectores tiene nombre y se ha convertido ya en una tendencia al alza. Es la biblioterapia. «La biblioterapia es el uso de libros y la lectura con una finalidad terapéutica», explica Eduardo Martínez Lamosa, psicólogo clínico y miembro de la Sección de Psicología y Salud del Colexio Oficial de Psicólogos de Galicia. El qué leer depende del momento y de lo que se quiera lograr. «Se puede hacer con libros técnicos o de la literatura, que pueden ser útiles», apunta el psicólogo.

El a quien pueden beneficiar es igualmente amplio. «Con niños y adolescentes se suele emplear bastante», explica el psicólogo clínico, señalando que existen muchos libros «y muy buenos» que exploran cuestiones con aplicaciones importantes. Pero lo cierto es que no existe un límite de edad: todo el mundo puede potencialmente beneficiarse de la biblioterapia. Si te gusta leer, ahí estarán los libros. «No todo el mundo se va a sentir cómodo con la lectura», recuerda Martínez Lamosa.

biblioterapia

JANE AUSTEN PARA CURARSE DE LA GUERRA

Aunque la idea de la biblioterapia puede parecer muy moderna, en realidad no lo es tanto. El pico de la presencia de biblioterapia en los libros en español, según los datos de Google Ngram (que no mide nada más reciente que 2019), está en la primera década del siglo XXI, pero las menciones arrancan ya en los años 20. De hecho, en 1928 se registra un curioso pico de subida de presencia del término. En Google Trends, el interés por el concepto tuvo también un pico en esos años, pero vuelve ahora a presentar una tendencia al alza.

En la introducción de Manual de remedios literarios, Ella Berthoud y Susan Elderkin recuerdan que «la biblioterapia ha sido popular en forma de libros de autoayuda de no ficción durante décadas». Incluso, y más allá de lo que señalan estas expertas, la autoayuda como género literario vivió un momento de oro en ventas e interés durante los años 20 y 30, en los que recurrir a esos libros para mejorar la vida o para reconciliarse con ella no era tan extraño.

Hasta leer de modo específico para sobrellevar momentos difíciles cuenta con una larga historia. Ya en la I Guerra Mundial, cuando todavía no se comprendían del todo los efectos traumáticos que las batallas tenían en los soldados, se recetaba la lectura de Jane Austen para paliar la neurosis de guerra. «Lo que el hombre en las trincheras no quiere es ficción sobre la guerra», publicaba una revista en 1915, insistiendo en que «le gustan las historias de fuerte interés doméstico».

Curiosamente, la visión de las novelas de Austen como refugio para tiempos turbulentos tiene un ejemplo mucho más cercano en el tiempo: durante la pandemia, las ventas de las novelas de Austen crecieron en un 20% en inglés. Volver a Longbourn a casa de la familia Bennet semejaba una idea mucho mejor que quedarse en el mundo del coronavirus.

biblioterapia

LOS BENEFICIOS DE LEER PARA LA SALUD MENTAL

«En muchos momentos los libros, escribirlos pero sobre todo leerlos, me han ayudado a saber que no estoy solo. Y eso es algo radical, subversivo, una línea de vida brutal, en un tiempo como este en que la soledad nos muerde insistentemente los tobillos (y más arriba), y los problemas se individualizan, se privatizan», reflexiona el escritor Isaac Rosa. «Leer (y escribir) me alivia, me repara y me consuela a menudo; pero sobre todo me ayuda a saber que lo que me pasa, lo que me duele, lo que temo, lo que deseo y no consigo, lo que me obsesiona, lo que me aprieta y lo que me rompe, no me pasa solo a mí, no estoy solo», añade.

Rosa es uno de los escritores que participa en la campaña #LibreríasdeGuardia, que ha puesto en marcha la Editorial Planeta aprovechando que el 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental. Además de una serie de encuentros en librerías explorando los vínculos entre libros y bienestar mental, la campaña está recordando los beneficios de leer para la salud mental.

Ahí está el estudio de la universidad de Sussex que apunta que con 6 minutos de lectura diaria se logran reducir los niveles de estrés en un 60%, que leer es un 30% más efectivo que caminar o que un 68% que escuchar música para aumentar el bienestar, o que es un 100% más recomendable para mejorar el estado de ánimo que hacerse una taza de té o café. La clave está en que, al leer, «la mente se distrae» y abandonamos, aunque sea de forma momentánea, las preocupaciones del día.

Entre los adultos de más edad, leer de forma regular reduce en un 20% la mortalidad frente a quienes no lo hacen

No es el único estudio que ha afrontado cómo leer cambia las cosas. Un análisis neurocientífico concluyó que la lectura mejora la toma de perspectiva ante las cosas y otro que permite entendernos y entender a los demás mejor. Quizás, el más sorprendente de todos, el que casi parece que todas las librerías deberían poner en letras destacadas en sus escaparates, es el que concluye que, entre los adultos de más edad, leer de forma regular reduce en un 20% la mortalidad frente a quienes no lo hacen.

Martínez Lamosa apunta que la biblioterapia «puede llegar a ser útil en sí misma, pero sobre todo como una herramienta en un paquete más amplio». Quizás habría que hacer una pequeña llamada de atención porque la biblioterapia por sí sola no nos va a curar de todos nuestros males. Cuando le preguntamos por esta cuestión al psicólogo clínico, explica que es «una herramienta complementaria». «Puede ayudar, pero no tanto hablar de curar», indica, entrecomillando esa idea de cura. Por eso, confiar en un biblioterapeuta —lo ideal, la persona especialista en salud mental que ya está tratando— para integrar las lecturas en un proceso de tratamiento más amplio es recomendable.

Aun así, e igual que hacemos pilates para mejorar la salud de la espalda o cambiamos la dieta para prevenir el colesterol, leer para sentirse mejor no parece una mala idea, mucho más teniendo en cuenta que en los últimos 10 años la venta en España de antidepresivos ha crecido en un 45% o que las previsiones globales apuntan hacia que en 2030 la (mala) salud mental será la primera causa de discapacidad del mundo.

Leer es algo accesible: solo hay que acercarse a una librería o a una biblioteca y escoger qué título llevarse a casa.

FUENTE: https://www.yorokobu.es/biblioterapia/