domingo, 28 de agosto de 2022

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.


"HORROR Y SINRAZÓN DE LA GUERRA" Collage, Nekovidal.

TEMAS TERTULIA 2-9-2022

CARTA A MI MISMO

TRASVASE

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


QUE LA POESÍA NOS SALVE DEL MUNDO“

(Acción poética)

AYER

Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.

Mario Benedetti

Benedetti fue un escritor y poeta uruguayo integrante de la Generación del '45. Es autor de libros como La Tregua Gracias por el fuego, entre otros. Corazón corazaCurrículumDefensa de la alegríaEl Sur también existeHagamos un tratoLos formales y el fríoNo te salvesTáctica y estrategia Viceversa son algunos de sus poemas más famosos. Su lenguaje sencillo, para que sus obras puedan ser accesibles a todo el mundo, además de combinar con su propia personalidad, tiene defensores y detractores.


TEXTOS TERTULIA 26-8-2022

CARTA A MI MISMO

LA DAMA DE NOCHE

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



DAMA DE NOCHE

En alguna época, casi todas las mujeres hemos imitado los ciclos de esta planta, embarcándonos en la magia que proporciona la luna en cualquiera de sus fases.

Como sus flores, poderosamente perfumadas, nos hemos abierto al caer la noche imponiendo nuestro aroma sobre todos los demás. Pero al estrujar nuestras hojas desprendíamos un desagradable olor y nuestro follaje, tallos y raíces se convertían en agentes altamente tóxicos.

Y es que pudiera ser que las damas solo exhalen su fragancia en busca de un poco de calor que las preserve del frío de la noche ya que, al provenir de regiones tropicales, deben protegerse de las temperaturas bajas; aunque el exceso de calor igualmente las marchita; bien lo saben ellas.

¡Ah! Se me olvidaba decir que esta planta nocturna también recibe el nombre de «galán de noche».

28/agosto/2022 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»


El amor puede cambiar a una persona de la misma forma en que un padre puede cambiar a un bebé: torpemente y, a menudo, con mucho desorden”. (Lemony Snicket)

LA DAMA DE NOCHE

La Dama de la Noche vaga indolente por su jardín, impregnado del olor sofocante de docenas de damas de noche. Recuerda su vida, cuando en su juventud soñaba con encontrar el amor de su vida, para ser su dama en una mágica noche. También recuerda el largo paréntesis en que nunca fue dama, sino tan sólo una mujer triste perdida en inacabables noches tristes. Un día, que en ese momento le pareció que llegaba demasiado tarde, comprendió que no existe el amor de tu vida, sino el amor a la vida. Renunció a ser dama para ser mujer y, con el tiempo, a ser mujer para ser una persona en toda su dignidad, a lo que ya nunca volvería a renunciar.

Ahora, a sus ochenta y seis años, sonríe mientras rememora sin rencor tanto la primera como la segunda mitad de su vida. Esta tarde observa los ojos curiosos de los niños tras la verja del jardín, mientras les oye susurrar: “Esa es la Dama de la Noche, dicen que antes era muy guapa y ahora es una bruja.” Ella escucha y sonríe, feliz de poder regalar en sus últimos días un poco de ilusión a la desbordada fantasía infantil de sus jóvenes vecinos.

La Dama de la Noche sonríe, poseedora del secreto del amor a la vida, mientras pasea sonriendo por su jardín de damas de noche.

Nekovidal nekovidal@gmail.com

ARTES LIBRES www.arteslibres.net

ALGUNAS COSAS TIENEN QUE SER CREÍDAS PARA SER VISTAS“

(Acción poética)




PIERO FORNASETTI, 
Platos decorativos de pared, 1950

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Instantes’, poema que Jorge Luis Borges nunca escribió

    Recuerdo que había una época, previa al advenimiento de Internet, en que este poema aparecía pegado por todas partes en Buenos Aires. Pasaba de mano en mano fotocopiado junto a una caricatura de Jorge Luis Borges.


    Resultaba evidente que no pertenecía a Borges, que lo escrito constituía la verdadera caricatura, por la ausencia de esos adjetivos inesperados que tanto caracterizan su escritura («unánime noche«), y por el tono general de los versos, al que podríamos calificar de simple, ausente de segundas lecturas, como la obra poética – con todo el respeto que merece alguien capaz de parir una novela tan extraordinaria como La tregua – de Mario Benedetti. Con ese final apoteósico, lacrimoso, para tratar de cortarse las venas con el bolígrafo: «Pero ya ven, tengo 85 años… y sé que me estoy muriendo».

    Sin embargo, la gente se obstinaba en seguir creyendo que pertenecía al padre de Ficciones y El Aleph. Según María Kodama, la verdadera autora es la escritora estadounidense Nadine Stair.

    Años más tarde ocurrió algo parecido, ahora sí gracias a la complicidad de Internet, con un texto atribuido a Gabriel García Márquez. Cualquiera que haya leído algún libro de Gabo – mi favorito es El amor en los tiempos del cólera -, necesitará apenas un instante para descubrir que semejante cursilería no podría haber salido nunca de la pluma del maestro colombiano.

    No lo encuentro ahora en la red, pero recuerdo que hablaba de una «maleta llena de huesos», o algo por el estilo, que hacía rechinar los oídos. Sin embargo, otra vez hubo gente que aceptó sin cuestionamientos la filiación del escrito y que le dio a reenviar tan alegre de la vida.

    Curioso fenómeno, por llamarlo de alguna manera, tanto el que provocan quienes difunden estos escritos apócrifos como el de aquellos que se obstinan en aceptar su procedencia. No se me ocurre explicación alguna, pero sin duda debe ser fascinante.

    INSTANTES
    Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
    en la próxima trataría de cometer más errores.
    No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
    Sería más tonto de lo que he sido,
    de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
    Sería menos higiénico.
    Correría más riesgos,
    haría más viajes,
    contemplaría más atardeceres,
    subiría más montañas, nadaría más ríos.
    Iría a más lugares adonde nunca he ido,
    comería más helados y menos habas,
    tendría más problemas reales y menos imaginarios.
    Yo fui una de esas personas que vivió sensata
    y prolíficamente cada minuto de su vida;
    claro que tuve momentos de alegría.
    Pero si pudiera volver atrás trataría
    de tener solamente buenos momentos.
    Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
    sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
    Yo era uno de esos que nunca
    iban a ninguna parte sin un termómetro,
    una bolsa de agua caliente,
    un paraguas y un paracaídas;
    si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
    Si pudiera volver a vivir
    comenzaría a andar descalzo a principios
    de la primavera
    y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
    Daría más vueltas en calesita,
    contemplaría más amaneceres,
    y jugaría con más niños,
    si tuviera otra vez vida por delante.
    Pero ya ven, tengo 85 años…
    y sé que me estoy muriendo.

FUENTE:https://blogs.20minutos.es/poesia/2009/05/13/instantes-poema-jorge-luis-borges-nunca-escribiai/

domingo, 21 de agosto de 2022

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.


"AFRICA, SIEMPRE ÁFRICA" - Collage, Nekovidal

TEMAS TERTULIA 26-8-2022

CARTA A MI MISMO

LA DAMA DE NOCHE

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



¿QUÉ LES QUEDA A LOS JÓVENES?

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.

Mario Benedetti


Benedetti fue un escritor y poeta uruguayo integrante de la Generación del '45. Es autor de libros como La Tregua Gracias por el fuego, entre otros. Corazón corazaCurrículumDefensa de la alegríaEl Sur también existeHagamos un tratoLos formales y el fríoNo te salvesTáctica y estrategia Viceversa son algunos de sus poemas más famosos. Su lenguaje sencillo, para que sus obras puedan ser accesibles a todo el mundo, además de combinar con su propia personalidad, tiene defensores y detractores.

¿DÓNDE ACOMODAMOS EL INSTINTO?

(Acción poética)

TEXTOS TERTULIA 19-8-2022

ECHAR LA CASA POR LA VENTANA

LA LEY DEL EMBUDO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Es difícil disfrutar de las bromas pesadas cuando toda tu vida se siente como una”.

(Rick Riordan)

ECHAR LA CASA POR LA VENTANA

Alejandrito, a quien sus padres llamaban Alex, era hijo de Alejandro y Alejandra.

Alejandro era un hombre, como tantos, que no había jugado lo suficiente cuando a él también le llamaban Alejandrito, e intentaba, como todos, recuperar de alguna forma el tiempo perdido.

Alex, a sus cuatro añitos, podía disfrutar con muchos juegos, pero no con esa enorme Torre Eiffel hecha de palillos, que su padre se empeñaba en hacer crecer día tras día, y a la que el niño llamaba, con su limitado vocabulario, “la casa”.

Tarde tras tarde, Alex solicitaba la atención y el tiempo de Alejandro: “Vamos a jugar, papá”. “Sí, hijo, vamos a jugar con la casa”, le respondía, lo cual significaba pasar la tarde pegando palillos, y para Alex, limitarse a ir dando uno a uno a su padre los palitos que éste pegaba. Fue un juego interesante el primer día, y hasta el segundo, pero no lo era en absoluto al cabo de casi un año y medio de rutinario trabajo, que el pequeño Alex llegó realmente a aborrecer.

Faltaba poco para que la magna obra paterna estuviera concluida, y una noche, durante la cena familiar, Alejandro dijo a su esposa Alejandra y a su hijo Alex: “Pronto terminaremos la Torre Eiffel, hay que celebrarlo por todo lo alto. Por un día, nos olvidaremos de la hipoteca y tiraremos la casa por la ventana”. Al oír esto, al pequeño Alex se le iluminó la cara: “¿De verdad, papi”. “Sí, de verdad, hijo, hemos trabajado duro y eso merece una recompensa”.

Alex, a pesar de su corta edad, y de las limitaciones que su padre, sin sospecharlo, ponía a su creatividad, comprendía perfectamente el concepto de arte efímero, el extraño placer que conlleva la destrucción de un objeto que ha costado, en ocasiones, mucho tiempo y esfuerzo crear, como un homenaje a la naturaleza efímera de todo cuanto ha existido, existe o existirá, las Fallas de Valencia se pueden considerar un buen ejemplo. En el jardín de las artes, ése era el privilegio natural de la música y la oratoria, el resto de las expresiones artísticas debían, de alguna forma, provocarlo artificialmente.

Esto, sin saber que lo sabía, lo sabía perfectamente Alex a sus cuatro añitos, y su alegría y nerviosismo aumentaban por momentos, sólo con imaginar la realización de la propuesta paterna.

De este modo, a la semana siguiente, acudieron a la casa de Alejandro, Alejandra y Alejandrito, decenas de personas: vecinos, amigos, compañeros de trabajo y todos los familiares que vivían a menos de doscientos kilómetros a la redonda.

Pretendiendo hacer un discurso apropiado de presentación de su obra, que permanecía oculta bajo una sábana en la habitación contigua, Alejandro levantó su copa y dijo:

Mi hijo Alex y yo hemos trabajado duramente a lo largo de un año y medio para terminar una Torre Eiffel de palillos de más de tres metros, y aprovecho la ocasión para comunicaros que mañana recibiremos la visita del comisario del Libro Guinness de los Records, donde será inscrita la obra para la posteridad. Era una pequeña sorpresa que tenía reservada para este momento.”

¡¡¡Oh . . .!!!” exclamaron todos en un murmullo de admiración y sorpresa.

Y ahora, prosiguió el anfitrión, disfrutemos de la fiesta, que hoy es un día para tirar la casa por la ventana”.

Entre el murmullo se oyó la voz de Alejandrito: “¿Cuándo, papá, cuando . . .?” “Ahora, hijo mío, ahora mismo comienza la fiesta”.

Alex reunió rápidamente a sus amigos y primitos y se dirigieron a la habitación donde se guardaba la enorme Torre Eiffel, al lado de la cual tantas horas se había aburrido, esperando que su padre se decidiera a compartir con él parte de su tiempo, en vez de con la estúpida y pretenciosa torre. Entre todos la cargaron, abrieron la ventana y la tiraron al exterior, estrellándola contra el suelo del patio vecinal.

Aún tardaron varios minutos los adultos en captar la razón de la alegría del grupo infantil, y cuando al fin comprendieron lo sucedido, Alejandro estuvo a punto de sufrir un desvanecimiento, y la fiesta, bruscamente invadida por el silencio, tomó el ambiente de un velatorio, no faltando incluso alguna sonrisa mal contenida por algún cuñado malintencionado.

Los meses siguientes fueron duros para toda la familia: Alejandro cayó en una profunda depresión, Alejandra intentaba inútilmente consolarle y Alejandrito no comprendía nada, por mucho que se lo explicaran: “Papá dijo que podíamos tirar la casa por la ventana”, repetía, para desesperación de su deprimido padre.

Pero el infortunio, como tantas veces en la vida, se tornó fortuna, ya que Alejandro tuvo la buena suerte de ir a parar a manos de uno de los pocos psiquiatras cuerdos que hay por el mundo, quien, lejos de atiborrarle de pastillas, tras escuchar la surrealista historia familiar, y tras esbozar una sonrisa, se dedicó, simplemente, a enseñar a Alejando a jugar con otras personas, a liberarse de la enfermiza espiral del ego, a encontrar placer en el juego compartido, sin necesidad de buscar obsesivamente el reconocimiento de otros egos a costa de exponer las supuestas y casi siempre falsas virtudes del propio.

Alejandrito, el pequeño Alex, lo agradeció, y pudo disfrutar desde entonces de una sana y divertida infancia, mientras Alejandro, su padre pudo, al fin, completar el rompecabezas de la suya.

Nekovidal nekovidal@gmail.com

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"Ninguna buena acción queda sin castigo."
(Óscar Wilde)

ECHAR LA CASA POR LA VENTANA

CARPE DIEM

Aprovecha el día. 

No dejes que termine 

sin haber crecido un poco, 

sin haber sido feliz, 

sin haber alimentado tus sueños. 


No te dejes vencer por el desaliento. 

No permitas que nadie 

te quite el derecho de expresarte, 

que es casi un deber.


No abandones tus ansias 

de hacer de tu vida 

algo extraordinario... 


No dejes de creer 

que las palabras y la poesía, 

sí pueden cambiar el mundo; 

porque, pase lo que pase, 

nuestra esencia está intacta. 


Somos seres humanos llenos de pasión, 

la vida es desierto y es oasis. 

Nos derriba, nos lastima, 

nos convierte en protagonistas 

de nuestra propia historia. 


Aunque el viento sople en contra, 

la poderosa obra continúa. 

Y tú puedes aportar una estrofa...


No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre. 


No caigas en el peor de los errores: el silencio. 

La mayoría vive en un 

silencio espantoso. 

No te resignes, huye... 


"Yo emito mi alarido 

por los tejados de este mundo", dice el poeta; 

valora la belleza de las cosas simples, 

se puede hacer poesía 

sobre las pequeñas cosas. 


No traiciones tus creencias, 

todos merecemos ser aceptados. 

No podemos remar 

en contra de nosotros mismos, 

eso transforma la vida en un infierno. 


Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante. 

Vívela intensamente, sin mediocridades.


Piensa que en tí está el futuro, 

y asume la tarea con orgullo 

y sin  miedo. 


Aprende de quienes pueden enseñarte. 

Las experiencias de quienes se alimentaron de nuestros Poetas Muertos te ayudarán a caminar por la vida. 


La sociedad de hoy somos nosotros, los Poetas Vivos.

¡No permitas que la vida te pase a ti, sin que tú la vivas !

Eduardo Abenia

CADA UNO ES SU PROPIO ARGUMENTO“

(Acción poética)

LA LEY DEL EMBUDO

De sobra conocida en el mundo entero, decir la ley del embudo es como decir en modo fino que pa’uno mucho y pa’otro poco. Pero ocurre que hay que tener mucho cuidado, pero mucho, y no fiarse nunca porque el embudo es un elemento muy inestable al que cualquier golpe de viento puede mover dejándolo, en el mejor de los casos, apuntando hacia nadie o, en el peor, para quien antes estaba en la parte ancha, dándole un giro de ciento ochenta grados que tambalearía los cimientos del, hasta entonces, más favorecido.

Es normal que los seres humanos gritemos a los cuatro vientos lo bien que nos va la vida cuando nos va bien -algo que no es tan común-, pero es bastante feo que miremos por encima del hombro a los que no están tan felices, sintiéndonos incluso en el derecho de restregarles por el morro nuestra fortuna, ya sea económica o

emocional; quiero decir que si ese alborozo viene provocado por un querer compartir la felicidad o el dinero con los demás -sobre todo con aquellos a los que decimos querer- sería digno de elogio, pero por el contrario, casi siempre se trata de parecer más altos subiéndonos a espalda ajena. Es entonces, estando arriba, cuando el viento sopla y cambia la posición del embudo haciendo que la estructura en la que se apoya nuestra felicidad se escape por un

pequeño agujero; y perdemos el trabajo, o a un ser querido, o nos arruinamos, o nos enfermamos y, en ese momento, clamamos pidiendo ayuda a aquellos en cuya columna vertebral tuvimos apoyados los tacones. Pero ellos no están disponibles; tal vez se cansaron de soportar el peso de nuestra felicidad o puede ser que el embudo les haya sorprendido enfocándoles por su parte ancha y sean ellos quienes ahora estén buscando dorsales disponibles a los que encaramarse.

Quién sabe. Todo es posible con la ley del embudo.

20/agosto/2022 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»

LA LEY DEL EMBUDO

Casi tan universal como la Ley de la gravedad es la ley del embudo, aunque todos nos autoconvencemos de no ser nosostros quienes la practicamos sino el resto del mundo o, en último caso, si lo hacemos es porque no queda más remedio o está sobradamente justificado hacerlo, porque lo haría todo el mundo en nuestras circunstancias o porque...

Pero hay escepciones, o quiero creer que las hay, ejemplos de personas con tal sentido de la justicia que cualquiera quisiera tenerlas de vecino en lugar de al descerebrado que pone bachata a tope a las tres de la mañana.

Se cuenta sobre Aristides, un ateniense del S.V a C. justamente apodado el Justo que, cuando se iba a celebrar la asamblea en la que él mismo sería condenado al ostracismo, un campesino que se encontró camino al agora le pidió que escribiera en la tablilla el nombre de su elegido, el propio Arístides. Éste le preguntó qué mal había hecho Arístides para merecer su voto, a lo que el campesino dijo: «No lo soporto, todo el mundo dice que es el más justo». Arístides, sin preguntar más, escribió su nombre en la pieza de cerámica y se la entregó al campesino. Se dice también que tal vez fuera sólo una leyenda urbana del momento pero personalmente, puesto que me van a cobrar lo mismo, prefiero creer que es tan real como la vida misma.

Nekovidal nekovidal@gmail.com

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"Una era construye ciudades. Una hora las destruye." (Séneca)

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


CORAZÓN HERIDO

19 AGOSTO, 2022 JOSEMARCELORUIZ 

Bosque calcinado: 236.575 hectáreas a fecha de 6 /08/2022



Llega el verano con esa luz cegadora e intensa que ilumina todo el día, con ese calor tórrido que abraza la estepa. Busco la arboleda o la brisa marina, pero no encuentro el refugio de la sombra del árbol, ni la brisa llega para refrescarme. Porque el corazón de la naturaleza está  herido de muerte, debido a los incendios sufridos de sus bosques. ¡Tengo pavor, porque me siento morir! Así lo expresa nuestra sensibilidad.

Lo triste sería perder  la sensibilidad, porque no nos conmovieran las imágenes de los incendios de los bosques. Incendios que se producen  cada verano con mayor intensidad. Lo más grave sería que no nos cuestionásemos la pérdida de los bosques, y la  gravedad que causa para la existencia de los seres vivos. A sabiendas de que el estado de salud de la ‘madre naturaleza’ es un símil de nuestras vidas, porque si su corazón está herido, también el corazón de la humanidad está herido.

 Desde esta columna os invito a reflexionar sobre el tema: denunciar el abandono de la vida rural; la falta de planificación del cuidado de los bosques; hacer buen uso del agua; la sequía… Recuperar los espacios de convivencias de las ciudades: las plazas, los parques con sus árboles cuidados. Liberar las calles de tanto tránsito de vehículos…. Recuerdo en mi infancia que, después de una jornada de trabajo, los vecinos sacaban sus sillas a sus puertas y conversaban en las noches de verano, porque había espacio, y eran dueños del  ‘tiempo’, al que le daban un verdadero sentido y valor.

Y se habla, y mucho, de las consecuencias dañinas que producen el cambio climático, pero la expresión ‘cambio climático’ se hace manida por el uso  y abuso del concepto, el cual termina por desvirtuarse.  Esta actitud conduce a la inmovilidad, la cual  impide actuar sobre el cambio climático. Se dicen propuestas para solucionar el problema, pero se posponen para hacerlas a largo plazo. Las razones de esa inmovilidad son evidentes: mantener los intereses económicos establecidos, y el miedo a que derribe ese poder; ese otro temor social de perder la vida cómoda, a la que, en  apariencia, hemos logrado y creemos disfrutar. (De esto os he hablado en anteriores artículos, dando distintas perspectivas). Pero, en esta ocasión, quiero plantear el tema con un nuevo enfoque, y preguntar: ¿Emocionalmente, cómo nos afectan  los desastres naturales?

 Respondiendo a dicha pregunta, obtendríamos un abanico de respuestas, y todas son válidas. Pero la encuesta ganaría por el resultado: pérdida de fe en la vida; pérdida de esperanza en el futuro. Cuyas premisas muestran la vida que tenemos: desenfrenada, de estrés, aparentemente cómoda,  pero desencantada.  Donde  desaparece el valor de ‘ser persona’, para convertirnos  en ‘números’, que se suman a la colectividad de individuos.

   Pongamos la fe en la ciencia, y ésta sólo al servicio de la vida. Recuperemos la esperanza,  de la que nos habla María Zambrano: “La esperanza es, hambre de nacer del todo, de llevar a plenitud, lo que solamente llevamos en proyecto”. “Y actuemos en calidad de ‘ser persona’ para renacer tantas veces como sea necesario”.  Exijámonos la obligación de dejar una buena herencia.

                                                          José Marcelo Ruiz    

Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), 19/08/2022. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez, por su interés por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.


https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2022/08/19/corazon-herido/