sábado, 7 de mayo de 2016

VOCES entre VOCES
"Para que la luz brille de forma intensa, debe estar

 presente la oscuridad." (Francis Bacon)

Equilibrio, Piedras, Meditación, Zen, Piedra Del Jardín

El ser humano es un ser que: Si le cortan un ala, aprende a volar con la otra. Si le cortan las dos, camina. Si le cortan un pie, aprende a caminar con el otro. Si le cortan los dos, se arrastra. Si no puede arrastrarse, sonríe. Y si no tiene siquiera fuerzas para sonreír, sueña, que es una manera de volar con esperanza. (Martín Descalzo)
NUEVO HORARIO DE LA TERTULIA EN VINOLETO: A PARTIR DEL PRÓXIMO VIERNES EL HORARIO DE LA TERTULIA PRESENCIAL, POR DECISIÓN MAYORITARIA DE LA MINORÍA QUE DECIDIÓ VOTAR, SERÁ DESDE LAS 22.30 H. PA LANTE.

En este blog se pueden encontrar todos los textos anteriores de la tertulia Voces entre Voces: http://artes-libres.blogspot.com.es/

TEMAS TERTULIA 13-5-2016
SIMBOLISMOS.
LA DESESPERACIÓN.
AQUELLA CASA ROJA.

VOCES entre VOCES
"La luz cree que viaja más rápido que cualquier otra cosa, pero se equivoca. Da lo mismo lo rápido que pueda viajar, porque al final, la luz descubre que la oscuridad ha llegado antes que ella y la está esperando." (Terry Pratchett)

TEXTOS TERTULIA 6-5-2016
LA INOCENCIA.
EXCLUSIÓN.
MEJOR UNA PALABRA QUE UNA FRASE.

LA INOCENCIA.
Un lápiz gigante lloraba por no poder hacer genuflexiones ante mí, a falta de rodillas.
(Delirios de grandeza)
Sara ViTa
LA INOCENCIA.
¿DÓNDE ESTABAS TÚ?
¿Cómo podrás distinguir la locura,
el placer, la ira, el miedo o la ternura,
si nunca bebiste el agua de sus fuentes?
¿Dónde habitaban tus mejores sueños
cuando el mundo ardía en ilusiones,
cuando lloraban los pocos seres buenos
y morían, desesperados, los mejores?
¿Dónde estabas tú, ayer,
cuando arrasaban la inocencia?
¿Dónde estabas tú?
Cuando en el jardín de los miedos
se vendían vacías quimeras blancas
para que quien oteara el horizonte
no sospechara verdad alguna.
En ese momento, díme,
¿Dónde estabas tú?
Nekovidal – nekovidal@gmail.com

LA INOCENCIA.
A LO MEJOR
A lo mejor, me voy de mi casa
a lo mejor, me iré de madrugada.
Parece mentira que después de tantos años
lo blanco se ha hecho negro y lo negro se ha hecho blanco.
Hoy la familia me ha mandado al carajo y por si fuera poco,
me han hechado del trabajo.
A lo mejor, me voy de mi casa
a lo mejor, me buscaré otra cama.
Cruzar elhorizonte y al mundo hacerle feliz,
ponerle buena cara al día y el resto depende de tí
Sin complicación, sin una explicación,
el derecho de ser felíz, es un derecho que todos tenemos
que asumir.

A lo mejor, me voy de mi casa,
a lo mejor... porque me da la gana.

El derecho de ser felíz, es un derecho que todos tenemos
que asumir.
Porque quiero ser felíz, haz un esfuerzo por mí y te podrás divertir.
No te vas arrepentir...
José María Rico.

LA INOCENCIA.

Hoy, cuando miro las fotos de mi juventud, totalmente relajada y sintiéndome bien conmigo misma, pienso que nada puede hacerme daño, he olvidado lo malo y vivo recordando lo bueno. En estas fotos han quedado plasmados momentos felices de mi vida en los que hay tanta inocencia, tantas ganas de reír, tantas ganas de vivir. Afortunadamente, hoy sigo teniendo las mismas ganas de reír. El paso del tiempo hace que maduremos y que perdamos la inocencia, aunque nunca hay que perderla del todo. La inocencia es bonita porque en ella no hay maldad.
En mi vida he aprendido a esquivar lo que puede herirme, pero no he aprendido el manejo de las armas que pueden herir a los demás.
Maria C.G.C.

LA INOCENCIA.
LOS OJOS DE LA INOCENCIA

Uno no se saca de encima lo vivido ni con agua caliente; uno disfruta, recuerda, arrastra y convive con aquello de lo que se impregnó su alma indefensa, carente de un intelecto desarrollado que la ayudara a librar la batalla. Como una esponja, el niño que fuimos absorbió cada momento con la avidez que caracteriza al novato, deseoso de conocerlo todo y a todos.
Es cierto que, en algunas ocasiones, no entendía los rapapolvos, le extrañaban los horarios y le producían asombro –cuando no vergüenza– algunos comportamientos adultos; no obstante asumía los hechos con la impotencia que se asumen las cosas que uno no puede ni sabe combatir.
Con la adolescencia llegó un aparente olvido y nuestra energía se canalizó hacia el adulto en que queríamos convertirnos, dejando o intentando dejar atrás los recuerdos de infancia y pubertad. Era un salto al vacío y los cambios biológicos no hacían fácil el trayecto: nuestro cuerpo estaba cambiando y nuestras neuronas conectaban de forma diferente; ocupados en procesar la información que entraba en nuestra cabeza y en el esfuerzo de reconocer nuestro nuevo físico, sin darnos cuenta, nos hicimos adultos.
Decisiones, responsabilidades, asuntos que resolver, hipotecas, inversiones, coches, pareja, hijos, amigos, imagen, vacaciones y yo… ¿quién soy?
Casi con seguridad, soy esa esponja que absorbió todo de todos y sigo siendo el novato ávido, esta vez, de entender por qué echo rapapolvos, impongo horarios y mantengo comportamientos que me sorprenden mientras siento la impotencia de asumir lo que no puedo ni sé combatir, a mí mismo.
Aprovecharé, por el momento, esta suerte de escribir desde la experiencia con los ojos de la inocencia.
Madrid, 27 noviembre 2015

Victoria Blanco

LA INOCENCIA.
La inocencia, esa parte de nuestro comportamiento natural que se nos presenta como lo mejor de nosotros pero que, en el fondo, tememos, no conoce la mentira, ni la envidia, ni la ira, ni la hipocresía, ni el miedo, por no conocer, no conoce ni los malentendidos.
La inocencia, irreconocible para quien la porta, no es, al fin y al cabo, más que esa planta semimarchita que todos queremos y necesitamos creer que aún nos queda dentro y que seguimos cada día intentando regar y cuidar para que sobreviva a la sequía del desencanto, la desidia y los desengaños de la vida.
Porque, sin sueños ni esperanza, ¿qué quedaría de cada uno de nosotros?
Nekovidal – nekovidal@gmail.com

LA INOCENCIA.
¿No ves que estoy sangrando
con un clavel blanco en la mano?
Llevo en mi cartera poesía . . .
El valor de un billete
con muchos ceros,
de un país desaparecido
¿Me pondrás hoy excusas,
en tu cama,
o en tu corazón?
Juan Jiménez Caballero

EXCLUSIÓN
Me angustio.
Quiero escribir y
no puedo.
Otra vez son ellos.
Horadan lentamente
mi pecho,
hasta dejarme sin respiración.
Cercenan sin pudor
aquello que es mío y
no de ellos,
mis palabras,
con las que evoco
lo que siento
a cada momento.
Me desespero.
Hoy
hubiese deseado
disertar sobre amor
pero
no puedo.
Me confunden
con sus confusos consejos.
Me adoctrinan
en una religión que ya no entiendo.
Ansío
que descansen
de mí,
que me olviden
por un instante.
Necesito
una tregua.
Necesito
un trato.
Necesito
volver a ser libre
aunque el plazo lo marquen ellos,
para así
poder escribir.
María Martín

MEJOR UNA PALABRA QUE UNA FRASE.
Vale, pues . . .UNA PALABRA.

Nekovidal – nekovidal@gmail.com

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