sábado, 21 de mayo de 2016



VOCES entre VOCES
Si alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás. Seguro que hay algo que ganar”. Voltaire (1694 - 1778), escritor, historiador y filósofo francés.

En este blog se pueden encontrar todos los textos anteriores de la tertulia Voces entre Voces: http://artes-libres.blogspot.com.es/

TEMAS TERTULIA 27-5-2016
EL MAR.
COMIENZO DEL COMIENZO.
SINTIENDO A SATANÁS.
VOCES entre VOCES
El problema de tener una mente abierta es que la gente insiste en entrar dentro y poner allí sus cosas”.Terry Pratchett (1948 - 2015), escritor británico de fantasía y ciencia ficción.

TEXTOS TERTULIA 20-5-2016
TUERCAS Y TORNILLOS.
SÁBANAS BLANCAS.
LA GOTA.

TUERCAS Y TORNILLOS

El ciudadano José Luis Sanpedro fue para muchos un ser humano admirable, un ejemplo a seguir, un excelente profesor, e incluso sus enemigos le reconocían como una persona íntegra y honesta.
Tenía la tan lógica como poco frecuente idea de que la economía debía estar al servicio del ser humano y no a la inversa, una obviedad difícil de comprender para muchos en estos tiempos primitivos que nos ha tocado vivir.
De las innumerables anécdotas que se cuentan de su casi un siglo de vida, hay una que me sorprendió especialmente al tener noticia de ella:
Sanpedro era un escritor matutino, se levantaba a las cinco y aprovechaba la energía de la mañana para dar rienda suelta a sus escritos e ideas, las mejores de las cuales brotaban, según él, a esas horas del día. En consecuencia con tal costumbre, se acostaba muy temprano, hacia las nueve y media de la noche.
En una ocasión, sobre esa hora, llamaron al timbre de su casa, abrió su compañera y se encontró con una niña de unos diez años.
"¿Vive aquí el Sr. Sanpedro? Quiero hablar con él".
"Está en pijama a punto de acostarse, se acuesta muy temprano . . ." "¿De qué quieres hablar con él? ¿De literatura?"
"No, de la vida."
Hasta aquí lo que sabemos de la anécdota, éste es el final que quiero imaginar:
"¿Quién era?"
"Una niña de diez añitos, decía que quería hablar contigo . . ."
"¿Sobre qué?"
"Decía que sobre la vida, le debe faltar un tornillo a la pobre".
"No, sabe muy bien lo que dice, sabe de qué vale la pena hablar, no le falta ningún tornillo, los tiene todos en su sitio . . . estará buscando las tuercas".

Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net

TUERCAS Y TORNILLOS

Cuando agarró aquello con la mano lo sintio frío, duro, como si se tratase de una extraña piedra… pero nunca había visto una piedra como aquella. Era gris, sin brillo, se perfilaba como si la hubieran cortado con una lasca muy afilada, pero no había nada que él conociera que pudiera cortar algo tan duro como aquello, y mucho menos con aquella limpieza, con aquella suavidad. El interior, redondeado, tenia una larga hendidura continua interminable, tan fina que podía cortar la piel con facilidad si pasabas los dedos por encima. Parecía que aquello estuviera pensado para encajar en otro sitio, en otro artefacto. Parecía, pensado, pensado… Eso era lo que más le inquietaba de aquella cosa. No era nada que la tierra hubiera creado, de eso estaba seguro. Tampoco era nada que ninguna otra persona que él conociera, dentro o fuera de su tribu, pudiera haber hecho con sus manos. No pertenecía al mundo de los vivos ni de los muertos. No pertenecía a ningún mundo que él conociera. Tenía un propósito, desde luego, pero estaba claro que quien lo hubiera construido podía manipular la materia de una forma que él ni podía imaginar. Si no era de los hombres sólo podía ser de los espíritus. De un dios. De Dios...
. . .

La luz del candil iluminaba la pequeña estancia llena de pergaminos, grabados y extraños objetos. Sin embargo, no vertía ninguna luz sobre su contenido. Seguían siendo tan misteriosos y opacos como el primer día. A pesar de los ciclos que habían transcurrido desde que se había encontrado, nadie había sido capaz de desentrañar el significado de aquellos dibujos. Aparecía el Orbe hexagonal con toda claridad, por lo que sólo podían tratar sobre el momento del génesis, de la creación… pero no podía descifrar los símbolos que aparecían alrededor del Orbe. Por más noches que pasara en vela estudiándolos, no lo conseguía. Varias veces había incluso visitado la cámara donde se guardaba el Orbe en busca de guía, de un mensaje de los constructores que le diera fuerzas para seguir adelante, pero nunca lo obtuvo. Por lo visto no era lo suficientemente brillante como para que se comunicaran con él. No era digno de sus palabras, de sus alientos...
. . .

- No entiendo como puedes seguir creyendo en esa patraña del Orbe. Sólo es un trozo de metal, una aleación de titanio, no hay nada divino ni místico en él.
- ¿Y como explicas que tenga mas de cien mil años de antiguedad?
- Eso no lo sé, no tengo una explicación racional, pero eso no quiere decir que no exista. Lo que no debemos hacer es buscar explicaciones religiosas sólo porque no tengamos ninguna mejor, ésa no es la forma correcta de buscar la verdad.
- Quieres decir tu verdad. Tú no tienes fe, no crees en los constructores, por lo que ni siquiera podemos hablar de esto desde la misma perspectiva. Puede que hayamos desvelado su naturaleza física, pero no su procedencia. Lo que está claro es que hace miles de ciclos alguien estuvo aquí antes que nosotros, con una tecnología muy superior a la nuestra y yo creo que establecieron las bases de lo que somos. Creo que nos hicieron a su imagen y semejanza y que ahora nos están observando, cuidando de nosotros... yo puedo sentirlo. Siento muchísimo que tu no tengas esa capacidad.
- Y yo que tú no puedas ver mas allá de lo que la religión te permite. Anda, vámonos a casa, los niños aún deben estar despiertos y la niñera se tiene que marchar temprano hoy.
- Conduzco yo, que tú llevas un par de copas de más...
. . .

Su gesto se volvió serio de repente. Estaban haciendo inventario antes de iniciar el protocolo de regreso a su era, ciento veinte mil años en el futuro, como indicaba el manual operativo de viajes temporales. Habían tenido un cuidado exquisito durante toda la misión, como siempre hacían. Sin embargo, esta vez el inventario no cuadraba.
- No me jodas, ¿cómo coño la hemos perdido?.
- No tengo la menor idea. Estaba en la caja de herramientas 12JS, la que sacamos ayer para reparar las bobinas de flujo en el generador exterior. Se debió perder entonces, porque no aparece.
- Menuda cagada, nos van a retirar la licencia... ¡joder!.
- Venga hombre, sólo es una tuerca. ¿Qué mal puede hacer una tuerca . . .?

Leucipo

SÁBANAS BLANCAS
y la aurora extendía la sábana blanca
Surgía sigilosamente con la timidez que tienen los seres delicados, juguetones con el espacio y el tiempo; pausadamente, con todos los sentidos puestos en la creación: la aurora extendía la sábana blanca y guardaba las estrellas en su corazoncito de niña recién nacida; su alma se iluminaba tanto que estallaba en setecientas setenta y siete carcajadas de colores. Y ciega huía por una rendija de agua clara, dejando una estela de reflejos en su mirada.
José Marcelo Ruiz


SÁBANAS BLANCAS


Hermano,
no te quieras abrigar los escalofríos
que a veces, te recorren las entrañas.
Escucha. Es buena señal.
Es así, si sigues vivo
y coleando.
Si el sueño de soñar,
si el sueño de vivir
no lo has trastocado, por una mala jugada,
en una estúpida costumbre.
En nada más, que una lista de la compra
de días y noches tristemente sinónimas.
Es así,
si todavía
no te has embalsamado
el rictus y el alma con un plan de seguros
para la desesperanza.
Mira
tú y yo,
como todo Dios , sentimos dolores
que nos ponen entre la espada enemiga
y el paredón del miedo
donde fusilamos nuestros días.
Es cuestión de querer verlo.
En mi cielo también, se me cruza la alegría
como una lluvia caprichosa de estrellas fugaces.
Si, mujer y hombre
como tú me rompo la cabeza
Intentando descifrarme.
Y busco cerraduras , llaves, códigos y contraseñas...
(Te voy a dar gratis un consejo,
de primeras prueba siempre con un beso.)
Vamos a ver… No hay más remedio,
Nos parieron sin el libro.
Nos parieron sin un mapa
en esta isla del tesoro.
Nos parieron, para darnos un golpe de llanto en las nalgas.
Pero, no te quejes.
Después te emborrachaste de leche,
en un pecho caliente.
Así es la cosa.
Una de llanto y otra de leches.
Oye!!
¿ Tú, qué te crees ?
Yo también tuve un sueño
de una tierra redonda
floreciente de caricias, panes y besos.
Pero miro a mi alrededor
y grito que deberíamos hacernos mirar el nacimiento
de algunos ríos de sangre.
Yo también estoy quemado
de tanto paño caliente.
De tanto morderme hasta los pensamientos.
Hostias !!
Yo también me estoy quedando calvo
y voy contándome con mis manos los orgasmos.
No se hable más.
Aquí seguiremos
mientras no nos fallen del todo las piernas y el ánimo.
Aquí seguiremos cantando,
mientras siga empeñado el corazón en bailar
un sístole después de un diástole.
JJC - Juan Jiménez Caballero.


SÁBANAS BLANCAS

Como sábanas blancas al viento eran aquellos sueños de crear de la nada un mundo mejor, sin más herramientas que la invencible fragilidad de nuestras inocentes, pero no ingenuas, ideas.
Y cuando creíamos tener todas las respuestas, ya se sabe, nos cambiaron las preguntas, y resultó que el mundo no era como lo veíamos, o de eso intentaron convencernos.
Así quedaron atrás, como si de burdas y superficiales modas tan sólo se tratara, el pacifismo, el ecologismo, la revolución sexual, el mayo eterno, y otros mil cantos de libertad.
El mundo no era como lo veíamos, decían y repetían quienes se creían con derecho a decidir como ha de ser el mundo.

El tiempo se encargó de demostrar que la mujer podía tener derecho a su vida y su cuerpo sin que la familia, la sociedad y el mundo se desmoronaran, que cada persona podía decidir cómo vivir su propia sexualidad sin que se produjera ningún cataclismo social, en definitiva, que la libertad no es un peligro, sino una buena base para cualquier sociedad humana que quiera convivir pacíficamente.

Pero resultó también que los peores presagios de los primeros ecologistas se transformaron, poco a poco, en cruda y cotidiana realidad.
Resultó que se podían hacer, aunque pareciera imposible, guerras aún más absurdas y monstruosas que las que ya habían bañado en sangre la historia humana.
Resultó que el sistema económico no era tan corrupto como creíamos, sino muchísimo más.
Resultó, en definitiva, que no veíamos el mundo tan al revés como nos contaban quienes, ahora lo sabemos, lo veían completamente al revés.

¿No será que nuestra ceguera no era tal, y que nuestro único y tremendo error fue renunciar, como a tantos otros, a nuestros más libres y libertarios sueños de juventud?

Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net


SÁBANAS BLANCAS
Entre sábanas blancas
Entre sábanas blancas he soñado.
Entre sábanas blancas he reído.
Entre sábanas blancas he meditado sobre los errores cometidos, esos que no quiero que vuelvan a ocurrir.
Entre sábanas blancas también he llorado y he secado mis lágrimas en ellas.
Hoy he decidido cambiar las sábanas blancas por sábanas de bonitos colores, para seguir soñando, para seguir riendo, para no cometer los mismos errores y no volverlas a mojar nunca más con mis lágrimas, salvo que sean lágrimas de felicidad.
María C.G.C.


SÁBANAS BLANCAS
Tibia mañana de abril, recuerdo que nunca fue, rayos de sol entrando por tu ventana entre ramas de árbol, que de verde nuevo se viste y la brisa agita rompiendo la calma, fragancias de flores y tierra mojada que inundan la estancia y en tu almohada se posan, en mi sueño inventado, tú, perezosa entre las sábanas blancas de tu cama retozas, sin otro desvelo que seguir protegiendo el calor de tu cuerpo del frescor matutino y sumergirte en los retazos que en tu cabeza rondan del sueño a medias interrumpido, o de tus sábanas blancas desperezar, al marco añil de tu ventana enfrentar y al traspasar tu traslucido camisón en tu cuerpo pleno sentir los rayos de sol tu piel calentar.
Sentimiento frustrado de un amor imposible soñado, no será, nunca fue, pero no olvidado.

Diego F. Guevara de Bonis.

LA GOTA
Saltaba por mi ventana y caía al cielo, hasta llegar a una estrella de luz negra que iluminaba un mundo al revés.
Sara ViTa

LA GOTA

Tal vez es triste encontrarse en la oscuridad
se siente uno siempre frágil y solo.
Pasar la vida sin pisar el exterior
quizás tan sólo es cosa de locos.

Tienes que animarte
has de acostumbrarte,
hay que prepararte,
puedes arriesgarte.

La vida es una gota que se acaba
y se agota , y hay que aprovechar.
El mundo es el camino y a su vez
es el destino para terminar.

"La vida es una Gota".

Ya ves que fácil es crear algo en tí,
las ilusiones pronto se manifestarán.

Tienes que animarte
has de acostumbrarte,
hay que prepararte,
puedes arriesgarte.

La vida es una gota que se acaba
y se agota, y hay que aprovechar.
El mundo es el camino y a su vez
es el destino para terminar.

No, no, no me voy a arrepentir, da miedo salir...
José María Rico.

LA GOTA
Se le echa encima todo el paquete, culpabilizándola de la incómoda situación sobrevenida, ni por un segundo pensamos en agradecerle el impulso que ofrece a nuestra memoria, su colaboración en la búsqueda por los entresijos de un tiempo pasado, el regalo que nos brinda al lanzarnos el hilo conductor que nos retornará al punto de partida siendo ya otros. Por el contrario, nos ensañamos con ella, aligeramos en su diminuto tamaño nuestro descomunal fardo de ira y hastío, arremetemos contra el instante en que apareció y repetimos incansablemente que fue por ella y nada más que por ella que sucedió lo que sucedió, como si todo dependiera de su aparición, como si las otras, las anteriores, no hubieran colaborado en cargar las tintas de nuestro duelo, como si una sola gota pudiera colmar el vaso.
Madrid, 20 mayo 2016 Victoria Blanco para VOCES ENTRE VOCES – Nerja

LA GOTA
GOTA A GOTA, EL AGUA HORADA LA ROCA.
(Al movimiento ciudadano 15-M en su aniversario)

Una idea, una gota, y gota a gota, el agua horada la roca.
Quienes hablan otras lenguas y tienen otras costumbres, esos bárbaros que habitan más allá de nuestras fronteras, también son humanos, tal vez no siempre se les deba combatir y esclavizar . . . una gota.
Hay personas que visten ropas para nosotros extrañas, y su piel es de otro color, pero sufren y gozan nuestras mismas pasiones . . . otra gota.
Bautizados o no, indios, cristianos, judíos o musulmanes, antes que paganos, infieles, gentiles o herejes, son humanos . . . otra gota.
Alguien dijo un día: “Todos los hombres nacen y permanecen libres e iguales en cuanto a sus derechos” . . . y las gotas se hicieron arroyo.
Un siglo después, la mitad de la humanidad gritó: “Nosotras también estamos aquí y debemos tener derecho a voto, queremos el calor y la justicia de la igualdad . . . y el arroyo se transformó en un río caudaloso.
Hoy en día, alimentado incluso por las aguas que proceden de las altas y heladas cumbres, casi siempre ajenas, frías e indiferentes, a la vida que rebosa en los valles, aumenta el río, día a día, su caudal, y susurra a su paso:
Ya es hora de una democracia real. Si entre todos, con nuestro trabajo, nuestras ideas y nuestros impuestos, construimos el mundo, entre todos debemos gobernarlo, siendo los ciudadanos, y no la clase política, quien decida las leyes y en que utilizar el dinero público. Siempre prevalecerá así el interés y bienestar de la mayoría de los ciudadanos sobre la codicia de una minoría”.
De esta forma, hasta las rocas, que nunca supieron escuchar, son moldeadas, poco a poco, con formas redondeadas y suaves, por el humano torrente de ideas que las arrastran.

Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net

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