VOCES
entre VOCES
“Si
alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte
detrás. Seguro que hay algo que ganar”. Voltaire
(1694 - 1778), escritor, historiador y filósofo francés.
En
este blog se pueden encontrar todos los textos anteriores de la
tertulia Voces entre Voces: http://artes-libres.blogspot.com.es/
TEMAS
TERTULIA 27-5-2016
EL
MAR.
COMIENZO
DEL COMIENZO.
SINTIENDO
A SATANÁS.
VOCES
entre VOCES
“El
problema de tener una mente abierta es que la gente insiste en entrar
dentro y poner allí sus cosas”.Terry
Pratchett (1948 - 2015), escritor británico de fantasía y ciencia
ficción.
TEXTOS
TERTULIA 20-5-2016
TUERCAS
Y TORNILLOS.
SÁBANAS
BLANCAS.
LA
GOTA.
TUERCAS
Y TORNILLOS
El
ciudadano José Luis Sanpedro fue para muchos un ser humano
admirable, un ejemplo a seguir, un excelente profesor, e incluso sus
enemigos le reconocían como una persona íntegra y honesta.
Tenía
la tan lógica como poco frecuente idea de que la economía debía
estar al servicio del ser humano y no a la inversa, una obviedad
difícil de comprender para muchos en estos tiempos primitivos que
nos ha tocado vivir.
De
las innumerables anécdotas que se cuentan de su casi un siglo de
vida, hay una que me sorprendió especialmente al tener noticia de
ella:
Sanpedro
era un escritor matutino, se levantaba a las cinco y aprovechaba la
energía de la mañana para dar rienda suelta a sus escritos e ideas,
las mejores de las cuales brotaban, según él, a esas horas del día.
En consecuencia con tal costumbre, se acostaba muy temprano, hacia
las nueve y media de la noche.
En
una ocasión, sobre esa hora, llamaron al timbre de su casa, abrió
su compañera y se encontró con una niña de unos diez años.
"¿Vive
aquí el Sr. Sanpedro? Quiero hablar con él".
"Está
en pijama a punto de acostarse, se acuesta muy temprano . . ."
"¿De qué quieres hablar con él? ¿De literatura?"
"No,
de la vida."
Hasta
aquí lo que sabemos de la anécdota, éste es el final que quiero
imaginar:
"¿Quién
era?"
"Una
niña de diez añitos, decía que quería hablar contigo . . ."
"¿Sobre
qué?"
"Decía
que sobre la vida, le debe faltar un tornillo a la pobre".
"No,
sabe muy bien lo que dice, sabe de qué vale la pena hablar, no le
falta ningún tornillo, los tiene todos en su sitio . . . estará
buscando las tuercas".
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net
TUERCAS
Y TORNILLOS
Cuando
agarró aquello con la mano lo sintio frío, duro, como si se tratase
de una extraña piedra… pero nunca había visto una piedra como
aquella. Era gris, sin brillo, se perfilaba como si la hubieran
cortado con una lasca muy afilada, pero no había nada que él
conociera que pudiera cortar algo tan duro como aquello, y mucho
menos con aquella limpieza, con aquella suavidad. El interior,
redondeado, tenia una larga hendidura continua interminable, tan fina
que podía cortar la piel con facilidad si pasabas los dedos por
encima. Parecía que aquello estuviera pensado para encajar en otro
sitio, en otro artefacto. Parecía, pensado, pensado… Eso era lo
que más le inquietaba de aquella cosa. No era nada que la tierra
hubiera creado, de eso estaba seguro. Tampoco era nada que ninguna
otra persona que él conociera, dentro o fuera de su tribu, pudiera
haber hecho con sus manos. No pertenecía al mundo de los vivos ni de
los muertos. No pertenecía a ningún mundo que él conociera. Tenía
un propósito, desde luego, pero estaba claro que quien lo hubiera
construido podía manipular la materia de una forma que él ni podía
imaginar. Si no era de los hombres sólo podía ser de los espíritus.
De un dios. De Dios...
. . .
. . .
La luz del candil iluminaba la pequeña estancia llena de pergaminos, grabados y extraños objetos. Sin embargo, no vertía ninguna luz sobre su contenido. Seguían siendo tan misteriosos y opacos como el primer día. A pesar de los ciclos que habían transcurrido desde que se había encontrado, nadie había sido capaz de desentrañar el significado de aquellos dibujos. Aparecía el Orbe hexagonal con toda claridad, por lo que sólo podían tratar sobre el momento del génesis, de la creación… pero no podía descifrar los símbolos que aparecían alrededor del Orbe. Por más noches que pasara en vela estudiándolos, no lo conseguía. Varias veces había incluso visitado la cámara donde se guardaba el Orbe en busca de guía, de un mensaje de los constructores que le diera fuerzas para seguir adelante, pero nunca lo obtuvo. Por lo visto no era lo suficientemente brillante como para que se comunicaran con él. No era digno de sus palabras, de sus alientos...
. . .
- No entiendo como puedes seguir creyendo en esa patraña del Orbe. Sólo es un trozo de metal, una aleación de titanio, no hay nada divino ni místico en él.
- ¿Y como explicas que tenga mas de cien mil años de antiguedad?
- Eso no lo sé, no tengo una explicación racional, pero eso no quiere decir que no exista. Lo que no debemos hacer es buscar explicaciones religiosas sólo porque no tengamos ninguna mejor, ésa no es la forma correcta de buscar la verdad.
- Quieres decir tu verdad. Tú no tienes fe, no crees en los constructores, por lo que ni siquiera podemos hablar de esto desde la misma perspectiva. Puede que hayamos desvelado su naturaleza física, pero no su procedencia. Lo que está claro es que hace miles de ciclos alguien estuvo aquí antes que nosotros, con una tecnología muy superior a la nuestra y yo creo que establecieron las bases de lo que somos. Creo que nos hicieron a su imagen y semejanza y que ahora nos están observando, cuidando de nosotros... yo puedo sentirlo. Siento muchísimo que tu no tengas esa capacidad.
- Y yo que tú no puedas ver mas allá de lo que la religión te permite. Anda, vámonos a casa, los niños aún deben estar despiertos y la niñera se tiene que marchar temprano hoy.
- Conduzco yo, que tú llevas un par de copas de más...
. . .
Su
gesto se volvió serio de repente. Estaban haciendo inventario antes
de iniciar el protocolo de regreso a su era, ciento veinte mil años
en el futuro, como indicaba el manual operativo de viajes temporales.
Habían tenido un cuidado exquisito durante toda la misión, como
siempre hacían. Sin embargo, esta vez el inventario no cuadraba.
- No me jodas, ¿cómo coño la hemos perdido?.
- No tengo la menor idea. Estaba en la caja de herramientas 12JS, la que sacamos ayer para reparar las bobinas de flujo en el generador exterior. Se debió perder entonces, porque no aparece.
- Menuda cagada, nos van a retirar la licencia... ¡joder!.
- Venga hombre, sólo es una tuerca. ¿Qué mal puede hacer una tuerca . . .?
- No me jodas, ¿cómo coño la hemos perdido?.
- No tengo la menor idea. Estaba en la caja de herramientas 12JS, la que sacamos ayer para reparar las bobinas de flujo en el generador exterior. Se debió perder entonces, porque no aparece.
- Menuda cagada, nos van a retirar la licencia... ¡joder!.
- Venga hombre, sólo es una tuerca. ¿Qué mal puede hacer una tuerca . . .?
Leucipo
SÁBANAS
BLANCAS
… y
la aurora extendía la sábana blanca
Surgía
sigilosamente con la timidez que tienen los seres delicados,
juguetones con el espacio y el tiempo; pausadamente, con todos los
sentidos puestos en la creación: la aurora extendía la sábana
blanca y guardaba las estrellas en su corazoncito de niña recién
nacida; su alma se iluminaba tanto que estallaba en setecientas
setenta y siete carcajadas de colores. Y ciega huía por una rendija
de agua clara, dejando una estela de reflejos en su mirada.
José
Marcelo Ruiz
SÁBANAS
BLANCAS
Hermano,
no te quieras abrigar los escalofríos
que a veces, te recorren las entrañas.
Escucha. Es buena señal.
Es así, si sigues vivo
y coleando.
Si el sueño de soñar,
si el sueño de vivir
no lo has trastocado, por una mala jugada,
en una estúpida costumbre.
En nada más, que una lista de la compra
de días y noches tristemente sinónimas.
Es así,
si todavía
no te has embalsamado
el rictus y el alma con un plan de seguros
para la desesperanza.
Mira
tú y yo,
como todo Dios , sentimos dolores
que nos ponen entre la espada enemiga
y el paredón del miedo
donde fusilamos nuestros días.
Es cuestión de querer verlo.
En mi cielo también, se me cruza la alegría
como una lluvia caprichosa de estrellas fugaces.
Si, mujer y hombre
como tú me rompo la cabeza
Intentando descifrarme.
Y busco cerraduras , llaves, códigos y contraseñas...
(Te voy a dar gratis un consejo,
de primeras prueba siempre con un beso.)
Vamos a ver… No hay más remedio,
Nos parieron sin el libro.
Nos parieron sin un mapa
en esta isla del tesoro.
Nos parieron, para darnos un golpe de llanto en las nalgas.
Pero, no te quejes.
Después te emborrachaste de leche,
en un pecho caliente.
Así es la cosa.
Una de llanto y otra de leches.
Oye!!
¿ Tú, qué te crees ?
Yo también tuve un sueño
de una tierra redonda
floreciente de caricias, panes y besos.
Pero miro a mi alrededor
y grito que deberíamos hacernos mirar el nacimiento
de algunos ríos de sangre.
Yo también estoy quemado
de tanto paño caliente.
De tanto morderme hasta los pensamientos.
Hostias !!
Yo también me estoy quedando calvo
y voy contándome con mis manos los orgasmos.
No se hable más.
Aquí seguiremos
mientras no nos fallen del todo las piernas y el ánimo.
Aquí seguiremos cantando,
mientras siga empeñado el corazón en bailar
un sístole después de un diástole.
no te quieras abrigar los escalofríos
que a veces, te recorren las entrañas.
Escucha. Es buena señal.
Es así, si sigues vivo
y coleando.
Si el sueño de soñar,
si el sueño de vivir
no lo has trastocado, por una mala jugada,
en una estúpida costumbre.
En nada más, que una lista de la compra
de días y noches tristemente sinónimas.
Es así,
si todavía
no te has embalsamado
el rictus y el alma con un plan de seguros
para la desesperanza.
Mira
tú y yo,
como todo Dios , sentimos dolores
que nos ponen entre la espada enemiga
y el paredón del miedo
donde fusilamos nuestros días.
Es cuestión de querer verlo.
En mi cielo también, se me cruza la alegría
como una lluvia caprichosa de estrellas fugaces.
Si, mujer y hombre
como tú me rompo la cabeza
Intentando descifrarme.
Y busco cerraduras , llaves, códigos y contraseñas...
(Te voy a dar gratis un consejo,
de primeras prueba siempre con un beso.)
Vamos a ver… No hay más remedio,
Nos parieron sin el libro.
Nos parieron sin un mapa
en esta isla del tesoro.
Nos parieron, para darnos un golpe de llanto en las nalgas.
Pero, no te quejes.
Después te emborrachaste de leche,
en un pecho caliente.
Así es la cosa.
Una de llanto y otra de leches.
Oye!!
¿ Tú, qué te crees ?
Yo también tuve un sueño
de una tierra redonda
floreciente de caricias, panes y besos.
Pero miro a mi alrededor
y grito que deberíamos hacernos mirar el nacimiento
de algunos ríos de sangre.
Yo también estoy quemado
de tanto paño caliente.
De tanto morderme hasta los pensamientos.
Hostias !!
Yo también me estoy quedando calvo
y voy contándome con mis manos los orgasmos.
No se hable más.
Aquí seguiremos
mientras no nos fallen del todo las piernas y el ánimo.
Aquí seguiremos cantando,
mientras siga empeñado el corazón en bailar
un sístole después de un diástole.
JJC
- Juan Jiménez Caballero.
SÁBANAS
BLANCAS
Como
sábanas blancas al viento eran aquellos sueños de crear de la nada
un mundo mejor, sin más herramientas que la invencible fragilidad de
nuestras inocentes, pero no ingenuas, ideas.
Y
cuando creíamos tener todas las respuestas, ya se sabe, nos
cambiaron las preguntas, y resultó que el mundo no era como lo
veíamos, o de eso intentaron convencernos.
Así
quedaron atrás, como si de burdas y superficiales modas tan sólo se
tratara, el pacifismo, el ecologismo, la revolución sexual, el mayo
eterno, y otros mil cantos de libertad.
El
mundo no era como lo veíamos, decían y repetían quienes se creían
con derecho a decidir como ha de ser el mundo.
El
tiempo se encargó de demostrar que la mujer podía tener derecho a
su vida y su cuerpo sin que la familia, la sociedad y el mundo se
desmoronaran, que cada persona podía decidir cómo vivir su propia
sexualidad sin que se produjera ningún cataclismo social, en
definitiva, que la libertad no es un peligro, sino una buena base
para cualquier sociedad humana que quiera convivir pacíficamente.
Pero
resultó también que los peores presagios de los primeros
ecologistas se transformaron, poco a poco, en cruda y cotidiana
realidad.
Resultó
que se podían hacer, aunque pareciera imposible, guerras aún más
absurdas y monstruosas que las que ya habían bañado en sangre la
historia humana.
Resultó
que el sistema económico no era tan corrupto como creíamos, sino
muchísimo más.
Resultó,
en definitiva, que no veíamos el mundo tan al revés como nos
contaban quienes, ahora lo sabemos, lo veían completamente al revés.
¿No
será que nuestra ceguera no era tal, y que nuestro único y tremendo
error fue renunciar, como a tantos otros, a nuestros más libres y
libertarios sueños de juventud?
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net
SÁBANAS
BLANCAS
Entre
sábanas blancas
Entre
sábanas blancas he soñado.
Entre
sábanas blancas he reído.
Entre
sábanas blancas he meditado sobre los errores cometidos, esos que no
quiero que vuelvan a ocurrir.
Entre
sábanas blancas también he llorado y he secado mis lágrimas en
ellas.
Hoy
he decidido cambiar las sábanas blancas por sábanas de bonitos
colores, para seguir soñando, para seguir riendo, para no cometer
los mismos errores y no volverlas a mojar nunca más con mis
lágrimas, salvo que sean lágrimas de felicidad.
María C.G.C.
SÁBANAS
BLANCAS
Tibia
mañana de abril, recuerdo que nunca fue, rayos de sol entrando por
tu ventana entre ramas de árbol, que de verde nuevo se viste y la
brisa agita rompiendo la calma, fragancias de flores y tierra mojada
que inundan la estancia y en tu almohada se posan, en mi sueño
inventado, tú, perezosa entre las sábanas blancas de tu cama
retozas, sin otro desvelo que seguir protegiendo el calor de tu
cuerpo del frescor matutino y sumergirte en los retazos que en tu
cabeza rondan del sueño a medias interrumpido, o de tus sábanas
blancas desperezar, al marco añil de tu ventana enfrentar y al
traspasar tu traslucido camisón en tu cuerpo pleno sentir los rayos
de sol tu piel calentar.
Diego
F. Guevara de Bonis.
LA
GOTA
Saltaba
por mi ventana y caía al cielo, hasta llegar a una estrella de luz
negra que iluminaba un mundo al revés.
Sara ViTa
LA
GOTA
Tal vez es triste encontrarse en la oscuridad
se siente uno siempre frágil y solo.
Pasar la vida sin pisar el exterior
quizás tan sólo es cosa de locos.
Tienes que animarte
has de acostumbrarte,
hay que prepararte,
puedes arriesgarte.
La vida es una gota que se acaba
y se agota , y hay que aprovechar.
El mundo es el camino y a su vez
es el destino para terminar.
"La vida es una Gota".
Ya ves que fácil es crear algo en tí,
las ilusiones pronto se manifestarán.
Tienes que animarte
has de acostumbrarte,
hay que prepararte,
puedes arriesgarte.
La vida es una gota que se acaba
y se agota, y hay que aprovechar.
El mundo es el camino y a su vez
es el destino para terminar.
No, no, no me voy a arrepentir, da miedo salir...
José
María Rico.
LA
GOTA
Se
le echa encima todo el paquete, culpabilizándola de la incómoda
situación sobrevenida, ni por un segundo pensamos en agradecerle el
impulso que ofrece a nuestra memoria, su colaboración en la búsqueda
por los entresijos de un tiempo pasado, el regalo que nos brinda al
lanzarnos el hilo conductor que nos retornará al punto de partida
siendo ya otros. Por el contrario, nos ensañamos con ella,
aligeramos en su diminuto tamaño nuestro descomunal fardo de ira y
hastío, arremetemos contra el instante en que apareció y repetimos
incansablemente que fue por ella y nada más que por ella que sucedió
lo que sucedió, como si todo dependiera de su aparición, como si
las otras, las anteriores, no hubieran colaborado en cargar las
tintas de nuestro duelo, como si una sola gota pudiera colmar el
vaso.
Madrid,
20 mayo 2016 Victoria Blanco para VOCES ENTRE VOCES – Nerja
LA
GOTA
GOTA
A GOTA, EL AGUA HORADA LA ROCA.
(Al
movimiento ciudadano 15-M en su aniversario)
Una
idea, una gota, y gota a gota, el agua horada la roca.
Quienes
hablan otras lenguas y tienen otras costumbres, esos bárbaros que
habitan más allá de nuestras fronteras, también son humanos, tal
vez no siempre se les deba combatir y esclavizar . . . una gota.
Hay
personas que visten ropas para nosotros extrañas, y su piel es de
otro color, pero sufren y gozan nuestras mismas pasiones . . . otra
gota.
Bautizados
o no, indios, cristianos, judíos o musulmanes, antes que paganos,
infieles, gentiles o herejes, son humanos . . . otra gota.
Alguien
dijo un día: “Todos los hombres nacen y permanecen libres e
iguales en cuanto a sus derechos” . . . y las gotas se hicieron
arroyo.
Un
siglo después, la mitad de la humanidad gritó: “Nosotras también
estamos aquí y debemos tener derecho a voto, queremos el calor y la
justicia de la igualdad . . . y el arroyo se transformó en un río
caudaloso.
Hoy
en día, alimentado incluso por las aguas que proceden de las altas y
heladas cumbres, casi siempre ajenas, frías e indiferentes, a la
vida que rebosa en los valles, aumenta el río, día a día, su
caudal, y susurra a su paso:
“Ya
es hora de una democracia real. Si entre todos, con nuestro trabajo,
nuestras ideas y nuestros impuestos, construimos el mundo, entre
todos debemos gobernarlo, siendo los ciudadanos, y no la clase
política, quien decida las leyes y en que utilizar el dinero
público. Siempre prevalecerá así el interés y bienestar de la
mayoría de los ciudadanos sobre la codicia de una minoría”.
De
esta forma, hasta las rocas, que nunca supieron escuchar, son
moldeadas, poco a poco, con formas redondeadas y suaves, por el
humano torrente de ideas que las arrastran.
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net
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