VOCES
entre VOCES
"Donde
hay felicidad, hay creación. Cuanto más rica es la
creación, más
profunda es la felicidad".
Henri
Bergson (1859 - 1941), escritor y filósofo francés, Premio Nobel de
Literatura en 1927.
Un
antropólogo propuso un juego a unos niños sudafricanos de la etnia
Xhosa:
Puso
una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo a los niños
que aquél que llegara primero ganaría todas las frutas.
Cuando
dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las
manos y corrieron juntos, después se sentaron también juntos a
disfrutar del premio.
Cuando
el antropólogo les preguntó porqué habían corrido así, si uno
solo podía haber ganado todas las frutas, le respondieron:
"UBUNTU,
¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están
tristes?"
(UBUNTU,
en la cultura Xhosa significa: "Yo soy porque nosotros somos.").
VOCES
entre VOCES
“Las
ideas son como los conejos: tienes un par y cuando te descuidas ya
tienes una docena”.
John
Steinbeck (1902 - 1968), escritor estadounidense.
TEMAS
TERTULIA 20-5-2016
TUERCAS
Y TORNILLOS.
SÁBANAS
BLANCAS.
LA
GOTA.
TEXTOS
TERTULIA 13-5-2016
SIMBOLISMOS.
LA
DESESPERACIÓN.
AQUELLA
CASA ROJA.
SIMBOLISMOS.
Dos
espejos frente a frente, a diez centímetros de distancia; y en un
lugar equidistante de ambos, flotando en el aire, una pequeña esfera
negra.
¿Cuántas
esferas se reflejan en los espejos?
(Puntos
de vista)
Sara
ViTa
SIMBOLISMOS
Plenilunio...
Oculta entre las nubes...curiosa
me observa la luna … misteriosa…
A hurtadillas... merodeando entre las sombras....
fantaseando mil ideas… desvelado...
Recuerdo tu sonrisa luminosa...
tu silueta insinuante y misteriosa...
Tu recuerdo me encadena en el pasado
como las raíces de un árbol a la tierra....
Me lleva por caminos peregrinos…
Colmándome de sueños y nostalgias …
Sumergido entre los rayos de la luna
en un desconsolado e irreal sonambulismo....
Maria Martín
Oculta entre las nubes...curiosa
me observa la luna … misteriosa…
A hurtadillas... merodeando entre las sombras....
fantaseando mil ideas… desvelado...
Recuerdo tu sonrisa luminosa...
tu silueta insinuante y misteriosa...
Tu recuerdo me encadena en el pasado
como las raíces de un árbol a la tierra....
Me lleva por caminos peregrinos…
Colmándome de sueños y nostalgias …
Sumergido entre los rayos de la luna
en un desconsolado e irreal sonambulismo....
Maria Martín
SIMBOLISMOS
(NOTAS DEL
DR. FRANJ KURTIAN PARA EXPEDIENTE Nº 1959-01 DESDE LA ÓRBITA
TERRESTRE)
Para los
humanos, sean o no conscientes de ello, todo es simbólico, toda su
existencia está llena de simbolismos que les llevan a crear
paralelismos y relaciones entre ideas y significados completamente
absurdas y, en muchos casos, hasta destructivas.
El lenguaje,
su más humana característica, no son más que símbolos que
condicionan su mente, a veces imagina una mesa al decir "mesa"
pero ¿qué imagina al decir "eternidad" o "infinito".
. .?
Su primitiva
mente simbólica le hace identificar emocionalmente su tribu con un
trozo de tejido con determinados colores, que se transforma en algo
mágico, poderoso y digno del mayor respeto. Por increíble que pueda
parecer, pueden llegar a agredirse o quitarse la vida entre ellos por
una supuesta ofensa a uno de esos tejidos, bien sea uno que
representa lo que llaman "patria", tan sólo el lugar del
planeta donde casualmente nacieron, o bien un simple equipo
deportivo.
Manejan
muchos simbolismos extraños, incluso los aparentemente lógicos,
especialmente en sus sentimientos. Me sorprendió que se considere,
simbólicamente, el hecho de regalar órganos reproductores vegetales
algo respetable en una relación de emparejamiento pero, y esto es lo
asombroso, tal símbolo no debe identificarse nunca con el evidente
interés sexual, pues en tal caso se transformaría en un símbolo de
lo opuesto.
Por ejemplo,
utilizan frases del tipo: "Como prueba de mi eterno amor te
regalo esta flor", obviando la contradicción que significa
hablar de amor eterno.
Si la frase
fuera mucho más racional, como: "Te regalo este órgano sexual
vegetal porque me gustaría mantener relaciones sexuales contigo y me
pareció lo más adecuado para ese fin", por lo que he
observado, esa actitud provoca el efecto contrario, incluso grabé
algunas agresiones de la hembra humana al macho en celo en estas
circunstancias, casi siempre limitada a un sólo golpe en su cara.
No menos
interesante es su simbolismo con respecto a sus dioses, que pueden
identificar igual con una piedra, un árbol, un río, un muñeco o
diferentes tipos de seres humanos con supuestos poderes especiales
para ellos o, más asombroso aún, un ente supremo todopoderoso y
amable cuya adoración suelen imponer mediante la violencia, en estos
mismos momentos se dan varias guerras entre ellos autojustificadas
con ese incomprensible pretexto.
Sigo
acumulando datos, pero la lista de simbolismos humanos parece
interminable, el último ha sido descubrir que, simbólicamente,
identifican el concepto de convivencia, que ellos llaman "democracia"
con el hecho de introducir un papel, en el que está escrito el
nombre de otro humano, en una caja cada cuatro o cinco años
terrestres, sin ninguna capacidad de decisión social posterior, ¡sus
mentes, tan simbólica como primitivas, les hace creer que así toman
parte en las decisiones y acuerdos sociales! Asombroso . . .
Este
pensamiento tan fuertemente simbolista les acarrea, inevitablemente,
grandes problemas: Confunden forma y fondo, símbolo y esencia,
apariencia y realidad . . .
Seguiremos
recopilando datos.
Nekovidal-
ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com
LA
DESESPERACIÓN
UN
BAÑO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE: Las dos orillas del
Mediterráneo.
En una orilla, cebados y dormidos, creen saber,
En la otra, despiertos y hambrientos,
saben a que sabe el hambre.
En una orilla, agobiados por la eterna búsqueda,
necesitan ansiosos creer que ya han encontrado.
En la otra aún no hay tiempo para esas naderías.
En una orilla, la pupila vacua de la soberbia,
En la otra, los ojos vacíos de la necesidad,
En ambas orillas, tristes miradas tristes.
En una orilla, un dios, de nombre Dios,
En la otra un dios, el mismo, pero de nombre Alá.
En ambas, la codicia alimenta la falsa diferencia.
En una orilla, la historia del olvido,
en la otra, el olvido de la historia,
En ambas, la necesidad de olvidar.
En una orilla el ayer de una orilla,
enfrente, el mañana de la otra orilla,
Entre ambas, el hoy siniestro de una pesadilla.
En una orilla, a ciegas, se intenta saltar al paraíso.
En las playas del paraíso, otra vez, un cuerpo inerte.
¿Cuándo se podrán cruzar las dos orillas sin que
el viaje sea un baño entre la vida y la muerte?
Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com
En una orilla, cebados y dormidos, creen saber,
En la otra, despiertos y hambrientos,
saben a que sabe el hambre.
En una orilla, agobiados por la eterna búsqueda,
necesitan ansiosos creer que ya han encontrado.
En la otra aún no hay tiempo para esas naderías.
En una orilla, la pupila vacua de la soberbia,
En la otra, los ojos vacíos de la necesidad,
En ambas orillas, tristes miradas tristes.
En una orilla, un dios, de nombre Dios,
En la otra un dios, el mismo, pero de nombre Alá.
En ambas, la codicia alimenta la falsa diferencia.
En una orilla, la historia del olvido,
en la otra, el olvido de la historia,
En ambas, la necesidad de olvidar.
En una orilla el ayer de una orilla,
enfrente, el mañana de la otra orilla,
Entre ambas, el hoy siniestro de una pesadilla.
En una orilla, a ciegas, se intenta saltar al paraíso.
En las playas del paraíso, otra vez, un cuerpo inerte.
¿Cuándo se podrán cruzar las dos orillas sin que
el viaje sea un baño entre la vida y la muerte?
Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com
THE
WATERS BETWEEN LIFE AND DEATH: The
two shores of the Mediterranean.
On one shore, bloated and somnolent, they believe they understand,
On one shore, bloated and somnolent, they believe they understand,
On
the other, awake and starving, they understand the taste of hunger.
On
one shore, weighed down by the interminable search, They anxiously
need to believe in what they have found.
On
the other there is no time yet for trivialities.
On
one shore, the empty pupil of arrogance,
On
the other, the empty eyes of need, On both shores, sad, melancholic
stares.
On
one shore, a god named God,
On
the other, a god, the same god, named Allah.
On
both, cupidity fuels the spurious distinction.
On
one shore, a history of obliteration, on the other, the obliteration
of history, On both, the need for oblivion.
On
one shore, the yesterday of that shore, opposite, the tomorrow of the
other’s shore, Between both, the fateful today of a nightmare.
On
one shore, gropingly, the attempted leap to paradise.
On
the beaches of paradise, yet again, lifeless limbs.
Will
it ever be possible to tread the two shores, and the waters not be a
journey between life and death?
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com
Traducción
Chris Beynon
ENTRE
EL SIMBOLISMO Y LA DESESPERACIÓN
EN
HONOR A LA BELLEZA
“La
dignidad nos corresponde por derecho natural y nuestras capacidades
intelectuales nos sitúan en un mismo nivel. Una vez asumido este
aspecto externo, debemos quebrar el sello y penetrar en el misterio
que nos elevará del conocimiento mundano al primigenio.” (La
llama de la sabiduría - Juan Francisco Ferrándiz.)
De
allí no se regresa; de ese punto en el que uno se vuelve bello y
digno, no se regresa. Primero es un malestar a modo de aviso, de
susurro que dice: ¿es soportable esa emoción? Después aparece la
segunda llamada, más fuerte, casi agresiva que esta vez habla con
seguridad: la emoción ha pasado a sentimiento... ¿quieres sentirte
así? A la tercera va la vencida, la contundencia de la voz interna
no deja resquicio para las dudas: esto ya se ha convertido en dolor y
sólo depende de ti soportarlo. Miras alrededor y observas un mundo
destruido, maltratado, poco gratificante, descuidado y dejado de la
mano del hombre –aunque echemos la culpa a dios-, es entonces
cuando la garra de la verdad sacude tus intestinos y el dolor te
dobla. Caes al suelo, convulsionas, deseas que sea mentira, pero no,
es real: tu dignidad ha sido pisoteada y fuiste tú quien, en un
alarde de confianza, la entregaste a manos ajenas. Junto con tu
dignidad desaparecieron el orden, el cuidado, el mimo, el bienhacer,
la delicadeza, la estética y la honorabilidad. Ahora toca remar río
arriba. Pero no se regresa, de la dignidad no se regresa nunca. Y los
que pensaron que dependías de ellos y vivieron de tu energía y
robaron tu vida y tus ideas, y cercenaron tus alas, serán recuerdos
de un tiempo donde la belleza se mantuvo ausente. Alcanzar esa
belleza inexplicable, esa paz, ese mirar con ilusión cada amanecer,
ese quitarse los zapatos con mimo, ese saber decir sí con pasión y
no con dulzura, ser uno mismo y serlo con el cuidado que uno mismo se
merece porque ha nacido libre y digno y, al fin, se ha dado cuenta.
En honor a la belleza de vivir.
Victoria
Blanco
LA
DESESPERACIÓN
DESESPERACIÓN
"
Se fue
y
nos repartimos el perro...
ella
se llevó mi corazón.
Yo
me quedé con los ladridos."
Reedición
Estoy
cansado de danzar desnudo,
encima
de una barra de bar
entre
gente triste, sobria o cuerda.
Estoy
cansado de quitarme la ropa,
para
que prestes atención al poema
clavado
en mi mirada.
Sí,
uno se cansa de menear el culo
con
unos versos tatuados,
que
no son “amor a la patria”
ni
”amor de mis amores"
de
la poesía carcelaria.
Sí,
como tú, estoy cansado de prostituirme
por
encontrar éxito o cielo
en
una sopa fría de letras vencidas.
Sí,
estoy harto de follar
sin
ti,
con
la cara tapada por la inconveniencia
y
que nunca tengamos el gusto de conocernos.
De
tocarnos la existencia...
No,
olvídate.
No
voy a operarme las tetas.
Si
acaso me arrancaré la costilla,
para
llevarte de calle.
Para
que te vengas conmigo
y
me empujes a reescribirme.
Estoy
cansado de no ahogarme,
de
no atrapar
mi
rostro cuando me miro,
en
un lavabo de aguas limpias.
No.
No te ayudaré a emborracharme
otra
vez de mariposas y absenta,
que
me hagan soñar con los vómitos de ser poeta.
Lo
juro…
A
partir de ahora dejaré de correr engañado,
detrás
del color de tu alma,
como
una vaquilla que vino a matar o morir
y
la llevan de feria en feria
por
pueblos miserables.
A
partir de ahora seré un tipo serio.
Ya
no escaparán,
de
mi boca palomas mensajeras.
Sólo
saldrán de mis manos cartas bomba
con
acuse de recibo
y
en legítima defensa.
Sí,
voy
a quitarme las gafas oscuras
que
me regalaste,
para
que me devuelvas mis ojos,
la
verdad de los ciegos
y
el amor de los otros.
Juan
Jiménez Caballero
LA
DESESPERACIÓN
TU
DESTINO
Preparo
un largo viaje
para no volver jamás
¿A dónde voy?
y... ¿Dónde estoy?
No me importa el pasado
el pasado queda atrás
me importas tú
y el futuro que me das.
Yo sólo sé que voy a
buscar felicidad
y mi corazón me dice
que ella está junto a tí,
pero debo aprovechar
la única oportunidad.
Tendré que luchar bastante
arriesgándome sin más...
Espérame allí
donde quieras que tu estés,
alcanzaré el destino
y me rendiré a tus pies.
¡¡Espérame!!
Ahora que te encuentro
y descubro la verdad
resistiré hasta el final.
Preparaste una trampa
y en tus redes yo caí
me equivoqué,
pero no volveré hacia atrás...
para no volver jamás
¿A dónde voy?
y... ¿Dónde estoy?
No me importa el pasado
el pasado queda atrás
me importas tú
y el futuro que me das.
Yo sólo sé que voy a
buscar felicidad
y mi corazón me dice
que ella está junto a tí,
pero debo aprovechar
la única oportunidad.
Tendré que luchar bastante
arriesgándome sin más...
Espérame allí
donde quieras que tu estés,
alcanzaré el destino
y me rendiré a tus pies.
¡¡Espérame!!
Ahora que te encuentro
y descubro la verdad
resistiré hasta el final.
Preparaste una trampa
y en tus redes yo caí
me equivoqué,
pero no volveré hacia atrás...
José María Rico.
AQUELLA
CASA ROJA . . .
Aquella
casa roja, construida al lado de un pinar, parecía tan interesante y
era tan impresionante.¿Quién habrá tras esos muros y esas grandes
cristaleras? Su dueño tiene que ser un apasionado de la naturaleza,
me dije.
Tuve curiosidad por saber quien habitaba esa casa. Con mucha timidez, pero decidida, me atreví a llamar a la puerta. Inmediatamente me abrió un señor, pensé que sería el dueño. Le dije que me gustaría mucho ver la casa, que era decoradora y que tenia curiosidad por conocer su interior. Él, con mucha amabilidad, me dijo que podía pasar. Tras ausentarse un momento, al regresar, empezó a mostrarme el interior de esa casa roja tan bonita.
Sus habitaciones eran muy amplias, en su decoración predominaba la madera de roble. El salón estaba muy iluminado, tras esas enormes cristaleras había unas preciosas vistas al monte. la casa estaba perfumada con el agradable e intenso olor de los pinos.
Después de haber visto todo el interior, me pregunto si quería ver el jardín, le dije que si.
Cuando salí al jardín me quede impresionada, estaba lleno de rosales , que ya habían florecido, no había visto nunca, un jardín tan bonito. Tenia rosas de todos los colores. Entre esos rosales había un señor mayor, que por su vestimenta y por lo que estaba haciendo deduje que sería el jardinero. Cuando me vio, me dijo que me acercara. Al entablar conversación con él, note que era un hombre inteligente, culto y que era el dueño de la casa.
Me contó algunas de sus vivencias, algunas de ellas me parecieron muy interesantes.
También me dijo que en la vida, todo tiene un sentido, nada pasa por casualidad, si sufrimos siempre es por algo, es una oportunidad para hacernos más fuertes, para hacernos mejores. El enemigo puede ser nuestro mejor maestro para aprender a tener paciencia, control y tolerancia.
Este anciano además de haber construido una casa tan bonita para habitarla, también había conseguido que en su alma habitara la belleza, la armonía, la tranquilidad y el amor. Su casa verdaderamente era el reflejo de su personalidad.
Tuve curiosidad por saber quien habitaba esa casa. Con mucha timidez, pero decidida, me atreví a llamar a la puerta. Inmediatamente me abrió un señor, pensé que sería el dueño. Le dije que me gustaría mucho ver la casa, que era decoradora y que tenia curiosidad por conocer su interior. Él, con mucha amabilidad, me dijo que podía pasar. Tras ausentarse un momento, al regresar, empezó a mostrarme el interior de esa casa roja tan bonita.
Sus habitaciones eran muy amplias, en su decoración predominaba la madera de roble. El salón estaba muy iluminado, tras esas enormes cristaleras había unas preciosas vistas al monte. la casa estaba perfumada con el agradable e intenso olor de los pinos.
Después de haber visto todo el interior, me pregunto si quería ver el jardín, le dije que si.
Cuando salí al jardín me quede impresionada, estaba lleno de rosales , que ya habían florecido, no había visto nunca, un jardín tan bonito. Tenia rosas de todos los colores. Entre esos rosales había un señor mayor, que por su vestimenta y por lo que estaba haciendo deduje que sería el jardinero. Cuando me vio, me dijo que me acercara. Al entablar conversación con él, note que era un hombre inteligente, culto y que era el dueño de la casa.
Me contó algunas de sus vivencias, algunas de ellas me parecieron muy interesantes.
También me dijo que en la vida, todo tiene un sentido, nada pasa por casualidad, si sufrimos siempre es por algo, es una oportunidad para hacernos más fuertes, para hacernos mejores. El enemigo puede ser nuestro mejor maestro para aprender a tener paciencia, control y tolerancia.
Este anciano además de haber construido una casa tan bonita para habitarla, también había conseguido que en su alma habitara la belleza, la armonía, la tranquilidad y el amor. Su casa verdaderamente era el reflejo de su personalidad.
María
C.G.C.
AQUELLA
CASA ROJA . . .
Mucho se
había hablado, y durante mucho tiempo, de aquella casa roja en las
afueras del pueblo.
Como llegó
a saberse años después, el inicio de tantas leyendas en torno a la
casa había tenido su origen en una señora muy amiga de meterse en
la vida ajena y de naturaleza algo envidiosa que, enterada de que su
vecina y declarada enemiga se había mudado a una casa mejor y puesto
a la venta la casa roja, difundió el bulo de que estaba encantada,
poseída por espíritus malignos y arrastrando una maldición
originada siglos atrás por un crimen cometido en ella.
Pero con el
transcurrir del tiempo, aparentemente al menos, los hechos y varios
testigos parecían ir apuntalando tal infundio, llegando a redactarse
incluso partes policiales sobre el asunto.
Sonidos,
luces, gritos incluso, parecían surgir de la nada en el momento que
cualquier persona traspasaba el umbral de la casa roja, hasta hubo un
joven herido en una ocasión por el desprendimiento de una lámpara
que algunos quisieron interpretar como un caso de polstergeit.
La casa,
evidentemente, nunca llegó a venderse o alquilarse siquiera.
Transcurrieron
los años y el pueblo llegó a transformarse en un centro
relativamente importante de turismo paranormal hasta que un día, de
repente, cesaron todos los fenómenos y, con ellos, tan peculiar
turismo. El último fenómeno paranormal del que se tuvo noticia eran
unas risas contenidas, más bien risitas, algo poco habitual entre
los fenómenos paranormales.
Muchas
conversaciones de taberna se dieron en los años siguientes, cada
cual parecía tener su propia versión de los hechos, su explicación
tanto para los fenómenos como para el fin de los mismos.
Sólo un
hombre, el viejo Ariel, no opinaba sobre el tema, limitándose a reír
a carcajadas cada vez que alguien empezaba a tratar el asunto, dando
la mayoría del pueblo por hecho que el pobre anciano iba perdiendo
la cabeza debido a la edad.
La
explicación de sus risas eran, sin embargo, muy diferentes . . .
Ariel era
hombre madrugador y recorría prácticamente todo el pueblo cada
mañana al amanecer, eso, decía él, le abría el apetito y le
mantenía sano.
Años antes,
cierto amanecer le sorprendió paseando por los alrededores de la
casa roja, viendo salir de ella una familia compuesta por una pareja
de mediana edad y dos niñas ya en la pubertad. En ese momento fue
testigo de una conversación que sería el origen de sus risas de los
años venideros:
El que
parecía ser el padre decía indignado: "Te he dicho mil veces
que los fantasmas no se ríen, hacen uuuuuuh, tiran cosas, pero no se
ríen . . . Llevábamos viviendo sin tener que pagar alquiler desde
que nos desahuciaron y nos dejaron en la calle pero ahora, por tus
bromitas tontas, tenemos que buscar otra casa, porque en ésta seguro
que ya cualquier día nos descubrían. Tú y tus jueguecitos . . ."
Nekovidal –
ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com
AQUELLA
CASA ROJA + SIMBOLISMOS
No
sentía ningún dolor. Era curioso, pero la única emoción en su
interior en ese momento era una inmensa felicidad y tranquilidad, de
paz tanto dentro como fuera de él. Podía oír los disparos, las
explosiones y los gritos de los soldados heridos a su alrededor, pero
eran sonidos apagados, ajenos a él, como si le llegaran a través de
unas gruesas paredes de hormigón. Intentó hacer memoria de lo que
había ocurrido durante los últimos minutos. Recordaba haber visto
aparecer el Panzer justo por encima de su cabeza. Enorme, imponente,
levantando el morro acorazado por encima de su cuerpo mientras se
encabritaba cuando las orugas de aquel monstruo de metal intentaron
superar el chaflán exterior de la trinchera. Recordaba el sonido del
Mustang a su espalda, imperceptible al principio, ahogado por los
motores del carro, pero mucho más claro después, rugiendo mientras
se lanzaba en picado contra su posición. Podía recordar con
sorprendente claridad el ruido metálico del impacto de los cohetes
contra el casco del blindado, apenas unas décimas de segundo antes
de que explotaran. El calor de la explosión en su rostro, en sus
manos. Los fragmentos de metal atravesando su cuerpo. La sensación
de humedad recorriendo el pecho. El nauseabundo olor a carne quemada.
Después la oscuridad y el silencio...
Poco
a poco empezó a recobrar la consciencia. Las imágenes comenzaron a
perfilarse con la suficiente nitidez como para reconocer algunas
cosas, para darse cuenta de que ya no se encontraba en medio del
campo de batalla, sino en un lugar que comenzaba a ser extrañamente
familiar. Ése era el viejo tractor de su padre, no cabía duda.
Podía reconocer las marcas de las innumerables ocasiones que lo
había desmontado, arreglado y vuelto a montar junto a su padre, que
nunca lo consideraba lo suficientemente viejo como para cambiarlo.
¡Como había odiado aquel artefacto inútil y desvencijado!… ¡y
con cuanto cariño lo observaba ahora!. Le parecían tan banales las
innumerables discusiones con su padre por culpa de aquella estúpida
máquina… tanto tiempo perdido, malgastado...
Se
fue girando lentamente y a medida que ampliaba su campo de visión
comprobó que, tal como había intuido desde el primer momento,
estaba en el rancho de sus padres. A escasos doscientos metros, justo
detrás de él, pudo ver su casa, aquella casa roja que tanto le
gustaba a su madre y que con tanto esmero mantenía impoluta,
perfecta, como si la integridad de toda su vida dependiera de aquella
construcción, como si cada minúscula grieta, cada pequeño
desperfecto en aquella casa se fuera a reflejar en su propia piel. O
en su propia vida… Aquella casa roja se había convertido en el
símbolo del significado de su vida y no podia dejar que ese
simbolismo se dañara, porque era probable que no tuviera nada más.
Empezó
a caminar hacia la entrada de la casa y pudo ver a sus padres
sentados en el recibidor. Sintió un deseo inmenso de echar a correr
y abrazarlos, de escuchar sus voces mientras le contaban sus pequeñas
historias diarias que tan mundanas le habían parecido antes de
alistarse y que tanto había echado de menos después. Pero también
sabía que aquello no era real, y eso frenaba sus impulsos. No sabía
como había llegado allí, pero si sabía que no era donde debía
estar y que, de hecho, no lo estaba. Sabía que su cuerpo se estaba
apagando en una playa francesa, así que lo único que podía estar
allí era su espíritu, su alma, su consciencia … lo que fuera
aquello en que se había convertido.
Leucipo
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