lunes, 16 de mayo de 2016

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VOCES entre VOCES

"Donde hay felicidad, hay creación. Cuanto más rica es la 

creación, más profunda es la felicidad".

Henri Bergson (1859 - 1941), escritor y filósofo francés, Premio Nobel de Literatura en 1927.

Un antropólogo propuso un juego a unos niños sudafricanos de la etnia Xhosa:
Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo a los niños que aquél que llegara primero ganaría todas las frutas.
Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron también juntos a disfrutar del premio.
Cuando el antropólogo les preguntó porqué habían corrido así, si uno solo podía haber ganado todas las frutas, le respondieron:

"UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?"

(UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: "Yo soy porque nosotros somos.").

VOCES entre VOCES
Las ideas son como los conejos: tienes un par y cuando te descuidas ya tienes una docena”. John Steinbeck (1902 - 1968), escritor estadounidense.

TEMAS TERTULIA 20-5-2016
TUERCAS Y TORNILLOS.
SÁBANAS BLANCAS.
LA GOTA.

TEXTOS TERTULIA 13-5-2016
SIMBOLISMOS.
LA DESESPERACIÓN.
AQUELLA CASA ROJA.

SIMBOLISMOS.
Dos espejos frente a frente, a diez centímetros de distancia; y en un lugar equidistante de ambos, flotando en el aire, una pequeña esfera negra.
¿Cuántas esferas se reflejan en los espejos?
(Puntos de vista)
Sara ViTa

SIMBOLISMOS
Plenilunio...
Oculta entre las nubes...curiosa
me observa la luna … misteriosa…
A hurtadillas... merodeando entre las sombras....
fantaseando mil ideas… desvelado...
Recuerdo tu sonrisa luminosa...
tu silueta insinuante y misteriosa...
Tu recuerdo me encadena en el pasado
como las raíces de un árbol a la tierra....
Me lleva por caminos peregrinos…
Colmándome de sueños y nostalgias …
Sumergido entre los rayos de la luna
en un desconsolado e irreal sonambulismo....
Maria Martín

SIMBOLISMOS
(NOTAS DEL DR. FRANJ KURTIAN PARA EXPEDIENTE Nº 1959-01 DESDE LA ÓRBITA TERRESTRE)

Para los humanos, sean o no conscientes de ello, todo es simbólico, toda su existencia está llena de simbolismos que les llevan a crear paralelismos y relaciones entre ideas y significados completamente absurdas y, en muchos casos, hasta destructivas.

El lenguaje, su más humana característica, no son más que símbolos que condicionan su mente, a veces imagina una mesa al decir "mesa" pero ¿qué imagina al decir "eternidad" o "infinito". . .?

Su primitiva mente simbólica le hace identificar emocionalmente su tribu con un trozo de tejido con determinados colores, que se transforma en algo mágico, poderoso y digno del mayor respeto. Por increíble que pueda parecer, pueden llegar a agredirse o quitarse la vida entre ellos por una supuesta ofensa a uno de esos tejidos, bien sea uno que representa lo que llaman "patria", tan sólo el lugar del planeta donde casualmente nacieron, o bien un simple equipo deportivo.

Manejan muchos simbolismos extraños, incluso los aparentemente lógicos, especialmente en sus sentimientos. Me sorprendió que se considere, simbólicamente, el hecho de regalar órganos reproductores vegetales algo respetable en una relación de emparejamiento pero, y esto es lo asombroso, tal símbolo no debe identificarse nunca con el evidente interés sexual, pues en tal caso se transformaría en un símbolo de lo opuesto.
Por ejemplo, utilizan frases del tipo: "Como prueba de mi eterno amor te regalo esta flor", obviando la contradicción que significa hablar de amor eterno.
Si la frase fuera mucho más racional, como: "Te regalo este órgano sexual vegetal porque me gustaría mantener relaciones sexuales contigo y me pareció lo más adecuado para ese fin", por lo que he observado, esa actitud provoca el efecto contrario, incluso grabé algunas agresiones de la hembra humana al macho en celo en estas circunstancias, casi siempre limitada a un sólo golpe en su cara.

No menos interesante es su simbolismo con respecto a sus dioses, que pueden identificar igual con una piedra, un árbol, un río, un muñeco o diferentes tipos de seres humanos con supuestos poderes especiales para ellos o, más asombroso aún, un ente supremo todopoderoso y amable cuya adoración suelen imponer mediante la violencia, en estos mismos momentos se dan varias guerras entre ellos autojustificadas con ese incomprensible pretexto.

Sigo acumulando datos, pero la lista de simbolismos humanos parece interminable, el último ha sido descubrir que, simbólicamente, identifican el concepto de convivencia, que ellos llaman "democracia" con el hecho de introducir un papel, en el que está escrito el nombre de otro humano, en una caja cada cuatro o cinco años terrestres, sin ninguna capacidad de decisión social posterior, ¡sus mentes, tan simbólica como primitivas, les hace creer que así toman parte en las decisiones y acuerdos sociales! Asombroso . . .
Este pensamiento tan fuertemente simbolista les acarrea, inevitablemente, grandes problemas: Confunden forma y fondo, símbolo y esencia, apariencia y realidad . . .

Seguiremos recopilando datos.

Nekovidal- ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com

LA DESESPERACIÓN
UN BAÑO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE: Las dos orillas del Mediterráneo.

En una orilla, cebados y dormidos, creen saber,
En la otra, despiertos y hambrientos,
saben a que sabe el hambre.

En una orilla, agobiados por la eterna búsqueda,
necesitan ansiosos creer que ya han encontrado.
En la otra aún no hay tiempo para esas naderías.

En una orilla, la pupila vacua de la soberbia,
En la otra, los ojos vacíos de la necesidad,
En ambas orillas, tristes miradas tristes.

En una orilla, un dios, de nombre Dios,
En la otra un dios, el mismo, pero de nombre Alá.
En ambas, la codicia alimenta la falsa diferencia.

En una orilla, la historia del olvido,
en la otra, el olvido de la historia,
En ambas, la necesidad de olvidar.

En una orilla el ayer de una orilla,
enfrente, el mañana de la otra orilla,
Entre ambas, el hoy siniestro de una pesadilla.

En una orilla, a ciegas, se intenta saltar al paraíso.
En las playas del paraíso, otra vez, un cuerpo inerte.

¿Cuándo se podrán cruzar las dos orillas sin que
el viaje sea un baño entre la vida y la muerte?
Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com

THE WATERS BETWEEN LIFE AND DEATH: The two shores of the Mediterranean.

On one shore, bloated and somnolent, they believe they understand,
On the other, awake and starving, they understand the taste of hunger.
On one shore, weighed down by the interminable search, They anxiously need to believe in what they have found.
On the other there is no time yet for trivialities.
On one shore, the empty pupil of arrogance,
On the other, the empty eyes of need, On both shores, sad, melancholic stares.
On one shore, a god named God,
On the other, a god, the same god, named Allah.
On both, cupidity fuels the spurious distinction.
On one shore, a history of obliteration, on the other, the obliteration of history, On both, the need for oblivion.
On one shore, the yesterday of that shore, opposite, the tomorrow of the other’s shore, Between both, the fateful today of a nightmare.
On one shore, gropingly, the attempted leap to paradise.
On the beaches of paradise, yet again, lifeless limbs.
Will it ever be possible to tread the two shores, and the waters not be a journey between life and death?

Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com
Traducción Chris Beynon

ENTRE EL SIMBOLISMO Y LA DESESPERACIÓN
EN HONOR A LA BELLEZA
La dignidad nos corresponde por derecho natural y nuestras capacidades intelectuales nos sitúan en un mismo nivel. Una vez asumido este aspecto externo, debemos quebrar el sello y penetrar en el misterio que nos elevará del conocimiento mundano al primigenio.” (La llama de la sabiduría - Juan Francisco Ferrándiz.)

De allí no se regresa; de ese punto en el que uno se vuelve bello y digno, no se regresa. Primero es un malestar a modo de aviso, de susurro que dice: ¿es soportable esa emoción? Después aparece la segunda llamada, más fuerte, casi agresiva que esta vez habla con seguridad: la emoción ha pasado a sentimiento... ¿quieres sentirte así? A la tercera va la vencida, la contundencia de la voz interna no deja resquicio para las dudas: esto ya se ha convertido en dolor y sólo depende de ti soportarlo. Miras alrededor y observas un mundo destruido, maltratado, poco gratificante, descuidado y dejado de la mano del hombre –aunque echemos la culpa a dios-, es entonces cuando la garra de la verdad sacude tus intestinos y el dolor te dobla. Caes al suelo, convulsionas, deseas que sea mentira, pero no, es real: tu dignidad ha sido pisoteada y fuiste tú quien, en un alarde de confianza, la entregaste a manos ajenas. Junto con tu dignidad desaparecieron el orden, el cuidado, el mimo, el bienhacer, la delicadeza, la estética y la honorabilidad. Ahora toca remar río arriba. Pero no se regresa, de la dignidad no se regresa nunca. Y los que pensaron que dependías de ellos y vivieron de tu energía y robaron tu vida y tus ideas, y cercenaron tus alas, serán recuerdos de un tiempo donde la belleza se mantuvo ausente. Alcanzar esa belleza inexplicable, esa paz, ese mirar con ilusión cada amanecer, ese quitarse los zapatos con mimo, ese saber decir sí con pasión y no con dulzura, ser uno mismo y serlo con el cuidado que uno mismo se merece porque ha nacido libre y digno y, al fin, se ha dado cuenta. En honor a la belleza de vivir.
Victoria Blanco

LA DESESPERACIÓN
DESESPERACIÓN
" Se fue
y nos repartimos el perro...
ella se llevó mi corazón.
Yo me quedé con los ladridos."
Reedición
Estoy cansado de danzar desnudo,
encima de una barra de bar
entre gente triste, sobria o cuerda.
Estoy cansado de quitarme la ropa,
para que prestes atención al poema
clavado en mi mirada.
Sí, uno se cansa de menear el culo
con unos versos tatuados,
que no son “amor a la patria”
ni ”amor de mis amores"
de la poesía carcelaria.
Sí, como tú, estoy cansado de prostituirme
por encontrar éxito o cielo
en una sopa fría de letras vencidas.
Sí, estoy harto de follar
sin ti,
con la cara tapada por la inconveniencia
y que nunca tengamos el gusto de conocernos.
De tocarnos la existencia...
No, olvídate.
No voy a operarme las tetas.
Si acaso me arrancaré la costilla,
para llevarte de calle.
Para que te vengas conmigo
y me empujes a reescribirme.
Estoy cansado de no ahogarme,
de no atrapar
mi rostro cuando me miro,
en un lavabo de aguas limpias.
No. No te ayudaré a emborracharme
otra vez de mariposas y absenta,
que me hagan soñar con los vómitos de ser poeta.
Lo juro…
A partir de ahora dejaré de correr engañado,
detrás del color de tu alma,
como una vaquilla que vino a matar o morir
y la llevan de feria en feria
por pueblos miserables.
A partir de ahora seré un tipo serio.
Ya no escaparán,
de mi boca palomas mensajeras.
Sólo saldrán de mis manos cartas bomba
con acuse de recibo
y en legítima defensa.
Sí,
voy a quitarme las gafas oscuras
que me regalaste,
para que me devuelvas mis ojos,
la verdad de los ciegos
y el amor de los otros.
Juan Jiménez Caballero

LA DESESPERACIÓN
TU DESTINO
Preparo un largo viaje
para no volver jamás
¿A dónde voy?
y... ¿Dónde estoy?
No me importa el pasado
el pasado queda atrás
me importas tú
y el futuro que me das.
Yo sólo sé que voy a
buscar felicidad
y mi corazón me dice
que ella está junto a tí,
pero debo aprovechar
la única oportunidad.
Tendré que luchar bastante
arriesgándome sin más...
Espérame allí
donde quieras que tu estés,
alcanzaré el destino
y me rendiré a tus pies.
¡¡Espérame!!
Ahora que te encuentro
y descubro la verdad
resistiré hasta el final.
Preparaste una trampa
y en tus redes yo caí
me equivoqué,
pero no volveré hacia atrás...
José María Rico.

AQUELLA CASA ROJA . . .
Aquella casa roja, construida al lado de un pinar, parecía tan interesante y era tan impresionante.¿Quién habrá tras esos muros y esas grandes cristaleras? Su dueño tiene que ser un apasionado de la naturaleza, me dije.
Tuve curiosidad por saber quien habitaba esa casa. Con mucha timidez, pero decidida, me atreví a llamar a la puerta. Inmediatamente me abrió un señor, pensé que sería el dueño. Le dije que me gustaría mucho ver la casa, que era decoradora y que tenia curiosidad por conocer su interior. Él, con mucha amabilidad, me dijo que podía pasar. Tras ausentarse un momento, al regresar, empezó a mostrarme el interior de esa casa roja tan bonita.
Sus habitaciones eran muy amplias, en su decoración predominaba la madera de roble. El salón estaba muy iluminado, tras esas enormes cristaleras había unas preciosas vistas al monte. la casa estaba perfumada con el agradable e intenso olor de los pinos.
Después de haber visto todo el interior, me pregunto si quería ver el jardín, le dije que si.
Cuando salí al jardín me quede impresionada, estaba lleno de rosales , que ya habían florecido, no había visto nunca, un jardín tan bonito. Tenia rosas de todos los colores. Entre esos rosales había un señor mayor, que por su vestimenta y por lo que estaba haciendo deduje que sería el jardinero. Cuando me vio, me dijo que me acercara. Al entablar conversación con él, note que era un hombre inteligente, culto y que era el dueño de la casa.
Me contó algunas de sus vivencias, algunas de ellas me parecieron muy interesantes.
También me dijo que en la vida, todo tiene un sentido, nada pasa por casualidad, si sufrimos siempre es por algo, es una oportunidad para hacernos más fuertes, para hacernos mejores. El enemigo puede ser nuestro mejor maestro para aprender a tener paciencia, control y tolerancia.
Este anciano además de haber construido una casa tan bonita para habitarla, también había conseguido que en su alma habitara la belleza, la armonía, la tranquilidad y el amor. Su casa verdaderamente era el reflejo de su personalidad.
María C.G.C.

AQUELLA CASA ROJA . . .

Mucho se había hablado, y durante mucho tiempo, de aquella casa roja en las afueras del pueblo.
Como llegó a saberse años después, el inicio de tantas leyendas en torno a la casa había tenido su origen en una señora muy amiga de meterse en la vida ajena y de naturaleza algo envidiosa que, enterada de que su vecina y declarada enemiga se había mudado a una casa mejor y puesto a la venta la casa roja, difundió el bulo de que estaba encantada, poseída por espíritus malignos y arrastrando una maldición originada siglos atrás por un crimen cometido en ella.
Pero con el transcurrir del tiempo, aparentemente al menos, los hechos y varios testigos parecían ir apuntalando tal infundio, llegando a redactarse incluso partes policiales sobre el asunto.
Sonidos, luces, gritos incluso, parecían surgir de la nada en el momento que cualquier persona traspasaba el umbral de la casa roja, hasta hubo un joven herido en una ocasión por el desprendimiento de una lámpara que algunos quisieron interpretar como un caso de polstergeit.
La casa, evidentemente, nunca llegó a venderse o alquilarse siquiera.
Transcurrieron los años y el pueblo llegó a transformarse en un centro relativamente importante de turismo paranormal hasta que un día, de repente, cesaron todos los fenómenos y, con ellos, tan peculiar turismo. El último fenómeno paranormal del que se tuvo noticia eran unas risas contenidas, más bien risitas, algo poco habitual entre los fenómenos paranormales.
Muchas conversaciones de taberna se dieron en los años siguientes, cada cual parecía tener su propia versión de los hechos, su explicación tanto para los fenómenos como para el fin de los mismos.
Sólo un hombre, el viejo Ariel, no opinaba sobre el tema, limitándose a reír a carcajadas cada vez que alguien empezaba a tratar el asunto, dando la mayoría del pueblo por hecho que el pobre anciano iba perdiendo la cabeza debido a la edad.
La explicación de sus risas eran, sin embargo, muy diferentes . . .
Ariel era hombre madrugador y recorría prácticamente todo el pueblo cada mañana al amanecer, eso, decía él, le abría el apetito y le mantenía sano.
Años antes, cierto amanecer le sorprendió paseando por los alrededores de la casa roja, viendo salir de ella una familia compuesta por una pareja de mediana edad y dos niñas ya en la pubertad. En ese momento fue testigo de una conversación que sería el origen de sus risas de los años venideros:
El que parecía ser el padre decía indignado: "Te he dicho mil veces que los fantasmas no se ríen, hacen uuuuuuh, tiran cosas, pero no se ríen . . . Llevábamos viviendo sin tener que pagar alquiler desde que nos desahuciaron y nos dejaron en la calle pero ahora, por tus bromitas tontas, tenemos que buscar otra casa, porque en ésta seguro que ya cualquier día nos descubrían. Tú y tus jueguecitos . . ."

Nekovidal – ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com


AQUELLA CASA ROJA + SIMBOLISMOS

No sentía ningún dolor. Era curioso, pero la única emoción en su interior en ese momento era una inmensa felicidad y tranquilidad, de paz tanto dentro como fuera de él. Podía oír los disparos, las explosiones y los gritos de los soldados heridos a su alrededor, pero eran sonidos apagados, ajenos a él, como si le llegaran a través de unas gruesas paredes de hormigón. Intentó hacer memoria de lo que había ocurrido durante los últimos minutos. Recordaba haber visto aparecer el Panzer justo por encima de su cabeza. Enorme, imponente, levantando el morro acorazado por encima de su cuerpo mientras se encabritaba cuando las orugas de aquel monstruo de metal intentaron superar el chaflán exterior de la trinchera. Recordaba el sonido del Mustang a su espalda, imperceptible al principio, ahogado por los motores del carro, pero mucho más claro después, rugiendo mientras se lanzaba en picado contra su posición. Podía recordar con sorprendente claridad el ruido metálico del impacto de los cohetes contra el casco del blindado, apenas unas décimas de segundo antes de que explotaran. El calor de la explosión en su rostro, en sus manos. Los fragmentos de metal atravesando su cuerpo. La sensación de humedad recorriendo el pecho. El nauseabundo olor a carne quemada. Después la oscuridad y el silencio...

Poco a poco empezó a recobrar la consciencia. Las imágenes comenzaron a perfilarse con la suficiente nitidez como para reconocer algunas cosas, para darse cuenta de que ya no se encontraba en medio del campo de batalla, sino en un lugar que comenzaba a ser extrañamente familiar. Ése era el viejo tractor de su padre, no cabía duda. Podía reconocer las marcas de las innumerables ocasiones que lo había desmontado, arreglado y vuelto a montar junto a su padre, que nunca lo consideraba lo suficientemente viejo como para cambiarlo. ¡Como había odiado aquel artefacto inútil y desvencijado!… ¡y con cuanto cariño lo observaba ahora!. Le parecían tan banales las innumerables discusiones con su padre por culpa de aquella estúpida máquina… tanto tiempo perdido, malgastado...

Se fue girando lentamente y a medida que ampliaba su campo de visión comprobó que, tal como había intuido desde el primer momento, estaba en el rancho de sus padres. A escasos doscientos metros, justo detrás de él, pudo ver su casa, aquella casa roja que tanto le gustaba a su madre y que con tanto esmero mantenía impoluta, perfecta, como si la integridad de toda su vida dependiera de aquella construcción, como si cada minúscula grieta, cada pequeño desperfecto en aquella casa se fuera a reflejar en su propia piel. O en su propia vida… Aquella casa roja se había convertido en el símbolo del significado de su vida y no podia dejar que ese simbolismo se dañara, porque era probable que no tuviera nada más.

Empezó a caminar hacia la entrada de la casa y pudo ver a sus padres sentados en el recibidor. Sintió un deseo inmenso de echar a correr y abrazarlos, de escuchar sus voces mientras le contaban sus pequeñas historias diarias que tan mundanas le habían parecido antes de alistarse y que tanto había echado de menos después. Pero también sabía que aquello no era real, y eso frenaba sus impulsos. No sabía como había llegado allí, pero si sabía que no era donde debía estar y que, de hecho, no lo estaba. Sabía que su cuerpo se estaba apagando en una playa francesa, así que lo único que podía estar allí era su espíritu, su alma, su consciencia … lo que fuera aquello en que se había convertido.

Leucipo


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