domingo, 22 de octubre de 2023

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.



"Perezosa y bruscamente se asentó la muerte...", de Eirin Gundersen (Noruega, 1990)


Perezosa y bruscamente se asentó la muerte sobre el mobiliario, sobre la ropa, sobre la comida en el frigorífico, las fotos de familia en las estanterías, la vista desde la ventana de la cocina. cubrió las paredes de un hastío que no era hastío, sino quietud, y ahora la quietud está atada a nuestros cuerpos. ahora la quietud se manifiesta en la forma en que se cruzan nuestras miradas. la quietud se sienta en la silla en que papá siempre se sentaba, se mece adelante y hacia atrás durante todas las mañanas, tardes y noches, y de todo lo que solía ser no queda más que una ausencia.

Eirin Gundersen, incluido en Aullido (Internet, 21 de noviembre de 2018, trad. de José Manuel Romero Santos).

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¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra.

(Noam Chomsky)



TEMAS TERTULIA 27-10-2023

NO SÉ.

MEMENTO.

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



TEXTOS TERTULIA 20-10-2023

INTEGRISMO

DUDAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


INTEGRISMO















El integrismo se da en absolutamente todas las religiones e ideologías: es minoritario, agresivo y fanático en sus convicciones.
Pero antes de juzgar esos integrismos, que sin duda son injustificables, deberíamos mirar el estado y momento evolutivo en el que estamos nosotros mismos, los occidentales, y especialmente algunos pueblos muy condicionados todavía por la influencia de ciertas religiones, como Estados Unidos, Italia, Polonia, Irlanda y España, entre otros: recordar que la sociedad española ha sido un buen ejemplo de integrismo religioso durante más de la mitad del recién terminado siglo XX. Hasta 1975 la mujer española no podía ni asistir a una reunión de comunidad de vecinos sin el consentimiento de su marido, ni denunciar el maltrato, ya que se justificaba socialmente y solía encontrarse con una sonrisa despectiva en las comisarías, ni abrir una cuenta bancaria siquiera, etc. etc.¿Nos hemos olvidado ya que en muchas iglesias de Italia, Polonia y España las mujeres deben cubrirse para entrar? ¿Por qué una mantilla, el tocado de una monja o un velo son simples prendas de vestir y el pañuelo de una mujer musulmana o el mismo burka símbolos del más ciego integrismo?¿Quién tiene contacto directo con algún dios para decidir hasta donde se debe cubrir o esconder un cuerpo que es, para los creyentes, paradójicamente y según dicen, la obra misma de Dios?

Todos los integrismos nacen de las mismas fuentes: miseria económica e intelectual. Hace mil años, en Occidente, la mujer era mucho más respetada en las zonas de religión musulmana, Andalucía, por ejemplo, que en las zonas cristianas, donde los integristas cristianos de entonces las llevaban a las hogueras, mucho más a las mujeres que a los hombres, por considerarlas fuente del mal, la tentación y el pecado.

Cuando los pueblos musulmanes que hoy dicen que cuentan con elementos integristas eran los que disfrutaban de la tecnología, la ciencia y el arte que traían de Oriente, la zona más evolucionada del mundo entonces, tuvieron que soportar incursiones terroristas de pueblos bárbaros e integristas dedicados al saqueo, que nosotros apenas estudiamos, las llamamos Cruzadas, y se nos ha olvidado pedir disculpas siquiera por varios siglos de brutalidad y saqueo sin nombre.

Se podría alegar que se están comparando actitudes actuales con las de hace mil años, pero, por desgracia, son igualmente innumerables las pruebas de integrismo cristiano en la actualidad, miremos tan sólo algunos ejemplos del último siglo: el Papa Pio XII bendiciendo los aviones fascistas italianos que poco después bombardearían población civil en Etiopía o España; el silencio del Vaticano ante los diferentes holocaustos provocados por el ejército nazi; la más alta jerarquía eclesiástica española bendiciendo durante cuarenta años a un dictador sangriento y, hoy mismo, la obscena autojustificación de los casos de pedofilia que a diario se descubren en el interior de una institución que se empeña, hipócritamente, en autodenominarse cristiana.

Pongamos algunos ejemplos de grupos integristas y terroristas cristianos, nuestras alqaedas:

En Irak se mantiene en armas una de las guerrillas cristianas que existen en el mundo. Este grupo se llama Zowa y también es conocido como Movimiento Democrático Asirio.

En el Congo actúa la guerrilla del CNDP, comandada por L. Nkunda, que está acusado de varias masacres. Es pastor religioso, como sus oficiales y un gran número de sus guerrilleros que son cristianos evangelistas. Sus lazos con los neocon americanos son muy fuertes así como las giras que realiza por aquel país para su financiación.

Y como tercer ejemplo, en Uganda, desde 1987, Joseph Kony fundó la Lord's Salvation Army, sucesivamente transformada en United Salvation Christian Army y finalmente en LRA (Lord Resistance Army), movimiento armado de inspiración cristiana que emprendió una áspera guerrilla contra las tropas gobernativas.

Los integristas cristianos, los iluminados que hace menos de un siglo aún hacían encendidos sermones contra los recién descubiertos fármacos anestésicos o analgésicos, exaltando las virtudes del dolor, lo sabían muy bien: la ciencia y los derechos humanos eran su enemigos, como lo siguen siendo hoy día, tanto de integristas cristianos como musulmanes o de cualquier otra religión.

Hay detalles que solemos olvidar sobre esta repentina confrontación de nuestra cultura con la religión musulmana desde el 11 S. ¿No había integristas musulmanes antes? ¿Por qué ahora se nos pretende mostrar como despiadada una religión que siempre ha tenido este tipo de elementos extremistas como cualquier otra, e incluso menos que muchas? ¿A quién beneficia este estado de cosas? ¿De verdad es una cuestión de integrismo o es que a determinados grupos les interesa mantener el odio y la confrontación para seguir con los negocios más rentables que ha creado el ser humano: los negocios sangrientos surgidos de las guerras...?

Cabe preguntarnos por la razón de que, repentinamente, surja de la nada un enemigo, siempre tan rentable para quien ostente un poder vertical.

Al poco tiempo de finalizar el mayor negocio del siglo XX, la fabricación de armas durante las décadas de la Guerra Fría, los gigantes financieros surgidos de dicho comercio vieron peligrar sus hasta entonces enormes beneficios. Un enemigo resultaba imprescindible, como es imprescindible la prohibición de determinadas substancias para la supervivencia de los cárteles de las drogas ilegales. El nuevo enemigo permitiría reciclarse a la industria armamentista de forma que pasara a producir mil artilugios destinados, supuestamente, a salvaguardar la seguridad colectiva y, en la práctica, efectivos mecanismos de control social. Al mismo tiempo tales medidas para enfrentarnos al demonizado enemigo funcionarían como alimentadores de miedos y paranoias colectivas que acabarían transformando a la población en dóciles grupos fácilmente manipulables.

Hay que reconocer que, de momento, todo está saliendo según lo previsto, no consiguiendo hacer dudar mínimamente a la mayoría de la ciudadanía ni siquiera, algunos errores garrafales de la puesta en escena, no siendo extraño escuchar a personas a las que se les supone cierta cultura duras arengas contra la religión musulmana, olvidando que es, al igual que el cristianismo, una religión sincrética que recogió en su momento lo mejor de las religiones anteriores, pero seis siglos más tarde, con la consiguiente ventaja en cuanto a la experiencia, de ahí que pudiera convivir durante siglos con las ideas científicas y tecnológicas que recogía de Oriente, mientras el cristianismo condenaba a la hoguera cualquier invitación al racionalismo. En este sentido, hasta podríamos afirmar que el islamismo es una forma más evolucionada de cristianismo, del que recoge buena parte de su herencia.

Casualmente, para quien así quiera verlo, el imperio del momento es de los muy pocos países que no tienen frontera con países musulmanes, no habiendo ni uno sólo en su continente. No olvidemos que las dos Guerras Mundiales significaron pasos de gigante de Estados Unidos para transformarse en la primera potencia que aún hoy es, y una tercera afectando a Europa y Rusia, o una sublevación de alguna de las regiones musulmanas de China les iría muy bien para sus fines.

Todo este juego da lugar a sociedades del Primer Mundo alienadas, manipuladas y mirando al dedo que señala la luna, víctimas de una manipulación emocional que ni sospechan y les hace, por ello, más vulnerables. Siempre es más fácil de alimentar el miedo que la razón.

Creo que deberíamos ser más objetivos y cuidadosos al atacar pensamientos que consideramos integristas, buscar y recopilar con cuidado la información, averiguar qué intereses se encuentran detrás de ellas, intentar mirar la situación en perspectiva y tener cuidado de no caer en la trampa de la costumbre mental, del prejuicio o el juicio precipitado que siempre nos llevará al camino cerrado que se autoalimenta en su ceguera, no olvidar cómo surgió el conflicto que pretendemos analizar, a quien beneficia y a quien perjudica, y no olvidar que juzgar a un pueblo o cultura por una minoría de sus componentes es, simplemente, estúpido.

Si no tenemos estas mínimas precauciones podemos, sin darnos cuenta, acabar nosotros sumergidos en ese mismo pensamiento integirsta que creemos combatir con nuestra ira e indignación. Todos creemos que nuestra idea y nuestro límite es el correcto, y así comienza a gestarse todo integrismo religioso o ideológico, negando cualquier duda.

Aprendamos una lección de la historia: que la confrontación y el odio a quien no comparte nuestras ideas o sentimientos religiosos, por justificado que pueda parecernos, sólo han traído dolor y muerte a lo largo de los siglos, y no olvidemos que posiblemente no habrá idea más integrista que no admitir un mínimo de duda en nuestros pensamientos y llegar a creer que nosotros nunca podemos caer en el integrismo o ser víctima de la más burda manipulación.

Hoy, una vez más, en Palestina, el integrismo y fanatismo de una minoría de cada bando condena a la mayoría de la población a un nuevo infierno donde sólo una parte de la población es indiscutiblemente inocente: los niños.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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DUDAS


A mí me gusta dudar; no en el sentido de no tener claro lo que pienso o siento, sino en el de presentir que puede haber ideas y sentimientos distintos a los míos que, de conocerlos y comprenderlos, podrían llevarme a modificar, al menos en parte, mis criterios.


Y es que nuestras ideas, en realidad, no son nuestras, sino que nos fueron impuestas lentamente, casi siempre por mimetismo e imitación; de modo que hay una parte de nosotros que funciona a modo de cerebro reptiliano que, sin darnos cuenta, nos mantiene dentro de un guion que no hemos escrito y circulando por una carretera que no hemos elegido yendo hacia un lugar al que nunca pretendimos ir.


Lo curioso es que cuanto más hondo ha calado el sistema de creencias que hemos mamado más miedo nos da salir del camino trazado; a fuerza de vivir en la comodidad de los parámetros conocidos y más que trillados, cualquier posibilidad de cambio nos atemoriza pues, supuestamente, perderíamos el control. Pero ¿el control de qué?


El temor ante la posibilidad de reconocer haber estado viviendo una vida que no nos gusta, nos da tanto pánico que nos agarramos de manera feroz a la ideología que nos conduce por ese camino, llegando incluso al fanatismo. Es en ese punto donde se acaba la posibilidad de diálogo, pues sumergidos en nuestras creencias como si de aire se tratara, en lugar de compartir lo que somos, comenzamos a defendernos, en el mejor de los casos o, en el peor, a intentar imponer nuestras razones.


Cioran decía que «el fanatismo es la muerte de la conversación». Yo creo que así es y creo también que la duda nos salva.


Hace relativamente poco que he tomado conciencia de que la vida humana es finita y que no tenemos tiempo suficiente para aprender todo lo que hay en el mundo, ni para adentrarnos en los pensamientos de tantos y tantos que fueron antes que nosotros; en este sentido, cada día me abro más a la duda ya que me parece poco probable, si no imposible, que un ser humano, un solo ser humano, tan pequeño con respecto al universo, pueda albergar «LA RAZÓN», más aún sabiendo que estamos condicionados, amaestrados, modificados, influidos, domados y pervertidos por una sistema social que lleva siglos haciendo y deshaciendo los mismos entuertos.


Es por eso que ahora, cuando converso con alguien que siente como agresión o amenaza una idea diferente a la suya y comienza su exposición a modo de imposición, intento llevar la charla hacia otros derroteros con el fin de encontrar el momento oportuno para levantar la sesión y marcharme; por supuesto dudando si hubiera sido mejor comportarme de otro modo.


Y es que, entre el fanatismo y la duda, definitivamente me decanto por la duda abrazándola como vía de conocimiento, como forma de entendimiento y, sobre todo, como instrumento de paz.


21/octubre/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»


DUDAS

Mi duda no es si debo o no debo dudar, sé que debo hacerlo por una simple e impresindible cuestión de salud mental ante cada información recibida, ante cada enseñanza, ante cada afirmación, ante cada aparente evidencia, pero . . . ¿cuándo debo empezar a dudar de la duda?

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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DUDAS

BÓSFORO

Como chispitas de luz que nacen en derredor y no se esfuman enseguida. Que tampoco crecen; solamente son, solamente están, y solamente las miras como con el asombro de un niño que viera una luciérnaga encenderse por primera vez.

O como si de repente una ráfaga de viento nos trajera desde el sur de atrás un mar de semillas de dientes de león que nos envolviera. Te quedas inmóvil, no sabes el tiempo que el aire sabrá mantener esa belleza de lo efímero. Sostienes el aliento, surgen interrogantes; pero te nace una sonrisa desde algún lugar entre fuera y dentro que te recuerda que lo que verdaderamente quieres no es otra cosa sino sentir.

Y mientras, bailan pájaros de Robe entre ventanas abiertas a un cielo naranja, componiendo una sinfonía que crees empezar a oír a lo lejos.

O quizás no tan lejos.

Sara V.T.

https://iderinaweb.wordpress.com

DUDAS

EL TREN DE LA HORA AZUL DE LA MAÑANA

Viajamos todos en un tren que llega de ninguna parte

y se para a recogernos en la hora azul de la mañana.

En los vagones los pasajeros conversamos confundidos

por no saber ni de dónde venimos

ni hacia dónde vamos.

A veces nos reunimos todos

y tratamos de dilucidar el origen del tren.

Otras veces hablamos sobre el trayecto.

Los días que miro a través de la ventanilla,

disfruto del viaje y de la vista;

no temo ni al origen ni a la llegada.

Y en la hora dorada de la tarde,

cuando llegue mi estación,

me apearé del tren confiada.


Toda la metafísica de la India cree que los seres humanos vivimos en una rueda de muertes y reencarnaciones llamada Samsara. La mayoría de las personas no recuerdan esas vidas pasadas y creen que vienen de ninguna parte y van a ninguna parte.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Tener amigos de otras generaciones puede mejorar tu vida

Las relaciones entre los jóvenes y los más mayores son un área por descubrir en la psicología. Varias investigaciones exploran los distintos efectos de estas conexiones para la salud mental.

Amistad Amigos Mayores MenoresMARTA SEVILLA

PATRICIA FERNÁNDEZ MARÍN

28 SEPT 2023 - 05:45 CEST

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En otoño de 1989 se estrenaba Magnolias de acero, la película que narra la historia de amistad entre mujeres de diferentes edades germinada en un salón de peluquería que nos conmovió a todos. Allí se reunían para hablar de sus miedos, dudas, vivencias y alegrías sin que la generación a la que cada una pertenecía fuese una barrera a la hora de mezclarse. Algo que no suele ser frecuente. Tenemos tendencia a relacionarnos con personas de la misma edad, estilo y creencias. La amistad intergeneracional se ha estudiado poco desde la psicología y se ha descrito como desequilibrada. A la generación más joven se la ha señalado como la receptora de apoyo, mientras que a la de mayor edad se la ha denominado como aquella que aconseja. Ahora se empieza a demostrar que los beneficios en este tipo de relaciones son bidireccionales y que van mucho más allá de la simple conexión que se puede crear entre un maestro y un alumno.

Un artículo publicado en The New York Times a finales de agosto que recogía las voces de varios expertos señala que estas amistades ofrecen una nueva perspectiva sobre otras maneras de vivir. Eliminan los estereotipos generacionales y aprecian más lo que se tiene en común. También derriban prejuicios contra uno mismo porque el individuo narra con mayor respeto y prudencia la propia vida cuando se la cuenta a alguien de otra edad. Así este tipo de relaciones generan menos comparaciones respecto a los hitos generacionales. Tampoco hay pugnas por saber qué vida es mejor, por lo que disminuyen los miedos existenciales. Son más generosas porque el tiempo que se dedica al otro se hace con menos prisa. Y algo muy importante: no se pierde la capacidad de diversión. Otra investigación publicada en la revista científica Cogitatio en 2021 respalda estos beneficios. En un artículo, la investigadora Korkiamäki concluyó que este tipo de relaciones de amistad desarrollan mayores experiencias de inclusión social y un sentido de pertenencia comunitario, además de contrarrestar la discriminación por edad.



En el intercambio de narrativas entre distintas generaciones se va reconstruyendo el pasado y el futuro. Aunque los valores y necesidades de cada generación sean diferentes, los juicios se atenúan. Los más jóvenes aprenden de la historia. Ser conscientes de la lucha y sacrificios de las generaciones previas obliga a una mayor responsabilidad sobre la conquista de unos derechos que no se pueden perder. Y tener amigos mayores puede ser una vía de acceso a oportunidades laborales que mucha gente no encuentra en su red de amigos o en su ámbito familiar. Los más mayores aprecian más sus propias experiencias, ya que reviven el pasado y recuperan la pasión de los años anteriores. Al hablar con aquellos de menos edad, les sorprende descubrir a una generación concienciada, sensible con las injusticias y dispuesta a aprender de los errores y los aciertos. Esta influencia mantiene el deseo de seguir estando activos y ocupados. Contagia tanto la pasión por aprender como la importancia de no dejar de formarse. A aquellos de mayor edad los ayuda a estar actualizados en conocimientos, como los relacionados con la tecnología.

Estas interacciones generacionales pueden no ocurrir de forma espontánea. Si uno tiene interés en cultivarlas, el punto de partida sería empezar a mostrar interés por conocer la vida, opiniones o preocupaciones de personas de otra edad, ya sea en el trabajo, en el colegio, en un club de lectura, en la universidad o en el vecindario. Otra posibilidad de inmersión en estas relaciones es apuntarse a un viaje de grupo donde estos beneficios se pueden comprobar personalmente en la convivencia. Pero, como con cualquier otra amistad, es el trato mantenido en el tiempo lo que genera un vínculo más profundo. En un momento donde la soledad no deseada crece tanto entre los mayores como entre los jóvenes, según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, resulta más necesaria que nunca esta mezcla entre generaciones, así como la creación de espacios y oportunidades de inclusión. El incremento de la longevidad hará que este intercambio sea cada vez más habitual, lo que acaba siendo un hecho vital para conseguir una buena estructura y dinámica social. Hay numerosos proyectos para esta finalidad, como el de Grandes Amigos. Este tipo de iniciativas tienen un profundo impacto en la salud mental por el apoyo y el cuidado mutuo.

La verdadera amistad aparece cuando no hay barreras. El budismo llama al buen amigo kalyana mitta (el amigo virtuoso). En sus textos, señala que el enemigo cercano de la amistad universal es la relación de amistad preferencial o particular. Tenemos, por tanto, una responsabilidad moral de elegir amigos diversos para con nosotros mismos y con los demás que sean testigos de nuestra existencia y se conviertan en todo nuestro patrimonio, como decía la escritora Emily Dickinson. El ciclo vital es inevitable, ya que el que hoy se siente joven mañana será mayor.

Patricia Fernández Martín es psicóloga clínica en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

https://elpais.com/eps/2023-09-28/tener-amigos-de-otras-generaciones-puede-mejorar-tu-vida.html

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