domingo, 1 de octubre de 2023

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD

LAS NOTICIAS


Que noticias nos sorprenden riendo una tarde

Que noticias de muerte nos llevan del talle

A donde la rabia tiene su guarida

Donde sobra el llanto y se esconde la risa.


Noticias de gente apaleada en la calle
Noticias de pilas de libros que arden
Noticias de ríos de sangre que nacen
Y corren parejos del centro a to'as partes

Que no se sientan las piedras eternas
Que hasta las piedras pierden la dureza
Cuando el martillo golpea con fuerza
La piedra que no es bien pura se quiebra

Qué noticias de muertos y muertos y muertos
Y miles de muertos yaciendo en el suelo
Qué cruel odio oculto ha empañado los sueños
Pa' teñir de rojo los blancos pañuelos

Qué noticias me ponen triste a los amigos
Compañeros del canto que se les han ido
Pero sus fantasmas aún le hablan al pueblo
Y al final la historia cantará por ellos

También hay noticias bien crueles que llegan
Aunque es la esperanza que alza su bandera
De un rey que en palacio murió no muriendo
Levantó su mano para tocar lo eterno

Y buenas noticias llegarán de nuevo
Pues siempre el verano ha vencido al invierno
Aunque este sea un duro país sin fronteras
Después del invierno siempre hay primaveras


(Amaury Pérez)

(1973)

El Tigre de William Blake, manuscrito original


El Tigre

 
Tigre, tigre, brillo ardiente
en las selvas de la noche,
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo forjar tu terrible simetría?

¿En qué distantes abismos o cielos
ardió el fuego de tus ojos?
¿En qué alas atrevidas te elevaste?
¿Qué atrevida mano apresó el fuego?


¿Y qué hombro y qué arte
pudo torcer las fibras de tu corazón?
¿Y cuando tu corazón comenzaba a latir,
con qué mano temerosa y con qué pie?

¿Qué martillo, qué cadena,
en qué horno fue tu mente?
¿En qué yunque? ¿Qué medrada opresión
osa estrechar el terror más implacable?

Cuando arrojaron sus lanzas las estrellas
y las aguas del cielo con sus lágrimas,
al mirar Su trabajo, ¿Él se sonrió?
Él, que hizo al Cordero, ¿te hizo a ti?

Tigre, tigre, brillo ardiente
en las selvas de la noche,
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó forjar tu terrible simetría?

 

William Blake

Canciones de experiencia 1794 / 1826
traducción de Mario Bojórquez



Este tigre de William Blake ha desvelado al lector por más de dos siglos como la más pura joya del horror y la belleza, aparece por primera vez tachado en su libreta con apenas cuatro de las seis estrofas que alcanzará en la casi secreta edición de 1794 impresa y grabada por las manos del propio Blake y que será destinado a la página y placa 34 y que en la edición de 1826 llevará el número 42. La libreta perteneció a su hermano Roberto Blake, quien murió en 1787, algunos dibujos son de su mano; pero en ese mismo año William Blake comienza a usarla y vuelve a ella en diferentes periodos que van entre 1792 y 1794, 1801 y aun 1818. En 1827, a la muerte de Blake, su viuda entrega el manuscrito a un hermano de Samuel Palmer, discipulo de Blake. Este hermano, William Palmer, lo vende veinte años después, en 1847, por diez chelines al poeta Dante Gabriel Rossetti. Se conserva en The British Library de London. El manuscrito tachado aparece en la página 99 en el extremo bajo derecho, en el izquierdo hay otras composiciones también tachadas, mientras que en la página 11 aparecen al centro dos bosquejos de un tigre. El modelo de uso de la página en estos materiales consiste por lo general en un dibujo central y escritura por los cuatro costados, no es el caso de El Tigre, aquí leemos la estrofa inicial que se repetirá exacta en la final y sin la variación que llevará en las ediciones impresas entre ‘dare’ y ‘could’ y dos estrofas más que siguen recordando el sonido característico del pie métrico conocido como troqueo con una sílaba final extendida y que permite la rima en el diptongo ‘ai’; sin embargo, las leemos sin puntuación y también sin titubeos, escritas con tinta y cruzadas con tres líneas de lápiz pero que no llevan alguna corrección:  

https://circulodepoesia.com/2021/07/el-tigre-de-william-blake-manuscrito-original/





TEMAS TERTULIA 6-10-2023

APEGO

IMPONIENDO IDEAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

                                                      


TEXTOS TERTULIA 29-9-2023

ENTRE LÍMITES Y LIMITACIONES

NOTICIAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

ENTRE LÍMITES Y LIMITACIONES

Perenne


Apagamos cerillas, no fuegos
Antes de que nos incendien
Construimos embalses y diques
Confiando en que no nos inunden
Las aguas que podrían terminar
En un lago
En los cultivos
En el mar
Removemos la tierra indagando
Respuestas pasadas a preguntas futuras
Desperdiciamos segundos apesadumbrados
Frunciendo entrecejos prohibidos
Llaman a nuestra puerta pero no,
No
Quizás
¿Quién pudo venir?
Quisiera saber si quiero saberlo
Afirman noes y niegan síes
Tienden manos invisibles y hoy
Huele a brezo
…Os quiero
Aunque no haya flores

Sara V.T.

https://iderinaweb.wordpress.com/2023/09/25/bosforo/#respond


ENTRE LÍMITES Y LIMITACIONES

DOS INSTANTES

Amanezco en los brazos del alba,

para dormirme luego en el arrebol del atardecer.

En el intervalo de ambos, suspiro,

me quemo en el deseo de esos dos instantes

como una polilla que atraída por la luz

se abrasa en el fuego de la llama.

Al alba medito, en Ti y por Ti.

Al atardecer me duermo contigo en el corazón.


Durante el día hay dos instantes que son energéticamente buenos para entrar en contacto con la Divinidad. El resto del tiempo el amante lo pasa en un suspiro anhelando encontrarse con el ser amado.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.

ENTRE LÍMITES Y LIMITACIONES

En esta dimensión que habitamos es el espacio-tiempo quien marca los límites, su aparente elasticidad no deja de asombrarnos y esclavizarnos por igual y sabemos que para llegar algún día a viajar realmente por el espacio habremos de aprender a manejar de alguna manera ese arma de dos filos.

De las limitaciones, tantas y tan variadas, se encargan a diario los miedos humanos.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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NOTICIAS


Lo llaman noticias, pero a mí me parece que es una operación de lavado de cerebros bien ensayada, un estudiado simulacro que diría La Lupe.


Ya sean habladas o escritas, las noticias se han quedado sin secciones; aunque sigan existiendo las páginas sepia ahora todo es un totum revolutum. Por otro lado, ya han cogido por costumbre utilizar expresiones grandilocuentes para esconder una realidad más que cruda: a los beneficios económicos que generan las guerras los denominan intereses geopolíticos y economía de mercado al latrocinio imparable y descarado al que nos someten.


No contentos con esto, les trae al pairo el profundo desconocimiento del idioma del que hacen alarde algunos de los comunicadores -no me atrevo a decir incultura, aunque en ocasiones es manifiesta- a quienes, en mi opinión y dada su profesión, se les debería de exigir un uso perfecto del mismo igual que al cirujano se le exige total precisión en el manejo del bisturí.


Por si no fuera bastante, mezclan gastos con derechos adquiridos y demoras con tejemanejes, en un intento de darnos gato por liebre y conseguir que confundamos las churras con las merinas y el culo con las témporas. Se atreven, además, a comparar lo incomparable, el número de muertos y de pobres de este país con las cifras de otros países; como si fuera digno de alegría tener menos muertos o menos pobres que nuestros vecinos, como si eso sirviera de consuelo a quienes lloran por los suyos o diera de comer a los que no pueden vivir dignamente.


Pero nada podemos hacer salvo tomar conciencia de que «1984» ha quedado atrás, de que en el camino hemos perdido «Un mundo feliz», de que la «Rebelión en la granja» no parece posible y de que tal vez, quién sabe, estemos viviendo en un «Matrix» que a mí me recuerda mucho a aquel rastro que cantaba Patxi Andión «…le vendemos barato, con el precio en inglés, somos todo lo honrados que usted quiera creer».


29/septiembre/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»




NOTICIAS


Manteniendo el aire en los pulmones y parada ante la televisión cual estatua, las palabras del locutor se metían en mi cabeza y hacían girar mis pensamientos a la velocidad de la luz, intentaba comprender lo que pasaba pero la magnitud de la noticia era lo suficientemente importante para que me obligara a sentarme sin poder quitar los ojos de la pantalla. Por un momento creí perder el equilibrio pero conseguí sentarme palpando el sofá con las manos, los videos estaban desenfocados, al locutor se le salían casi los ojos de las órbitas cuando se notaba que le comunicaban algún detalle por el pinganillo, balbuceaba dando paso a los sucesivos videos mientras le pedía a sus seres queridos que abandonases sus casas, si estaban viendo la televisión en ese momento, le pidió a su mujer y a sus hijos tremendamente emocionado, que si le estaban oyendo, corrieran hacia el monte más cercano. Notar esa emoción en las palabras que dirigió a sus familiares fue lo que me hizo levantarme de un brinco y tomar la decisión de hacer una mochila y salir corriendo hacia el garaje a coger el coche, conduje hasta el monte que más conocía de mis paseos con los perros y sin poder pensar con claridad aparqué el coche delante del último edificio antes de abandonar la civilización, que era un antiguo colegio de primaria. Por el camino que dirigía a las pistas encontré a más gente con la misma prisa que yo, cogiendo a sus hijos de las manos, las madres o los padres arrastraban a sus hijos con cierta violencia en algunas ocasiones en la misma dirección que la mía, y se adentraban poco a poco en el bosque. Yo también corría un poco sin saber que dirección tomar y pensando que cada uno de mis pasos quizá fuera incapaz de desandarlos en un futuro que me parecía ahora totalmente incierto. Era casi de noche ya y se veían las linternas a lo lejos de los que me habían tomado la delantera, luces que apuntaban en todas direcciones y que reflejaban el caos en el que nos veíamos todos absortos. En aquel momento miré al cielo y comprendí que nunca volvería a mi casa, me quedé de nuevo sin aire y empecé a oír un dulce canto de un pájaro, me sentía perdida, asustada y sin esperanzas, y ese silbido de pájaro cada vez se hizo más fuerte hasta q comprendí que era el despertador de mi habitación, respiré aliviada y di gracias por estar soñando.

Eva Camba Paz

NOTICIAS

Una noticia se ha colado hoy en todos los noticieros: al fin se ha descubierto científicamente y sin lugar a dudas el porqué del canto de los pájaros al amanecer: siendo descendientes de dinosaurios y por tanto con mucha más experiencia vital que cualquier mamífero, simplemente aprendieron a dar las gracias cada mañana por un nuevo día. Necesitaron millones de años, pero aprendieron gratitud.

Los humanos, mientras tanto, se conforman con minucias: dinero, joyas y similares.


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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


Siete claves para ser más humanos en los tiempos de la inteligencia artificial: el arte de vivir según Asimov

La trayectoria de uno de los más famosos autores de ciencia ficción permite extraer enseñanzas muy útiles para conducirse en tiempos inciertos

Seven keys to being more human in the times of AI: The art of living according to Asimov

PUÑO

FRANCESC MIRALLES

17 AGO 2023 - 05:50 CEST

5

Hace unos meses que se reeditó en castellano la autobiografía póstuma Yo, Asimovdel autor que anticipó muchas de las situaciones que estamos viviendo en la actualidad. Más allá de sus logros en el campo de la ciencia ficción y la divulgación, de la trayectoria de este visionario podemos extraer lecciones muy humanas para nuestra vida cotidiana, en un mundo que se parece cada vez más al de sus novelas.

La única forma de cambiar un destino adverso es rebelarte contra él. Isaac Asimov emigró desde Rusia a Nueva York a los tres años. Su condición de extranjero y judío, con unos padres que, sin dominar el inglés, regentaban una tienda de caramelos, parecían condenarle a trabajos de bajo rango. Ridiculizado e ignorado por sus compañeros de clase, se propuso superarlos a todos. Cuando los demás jugaban, él leía y se formaba sin cesar. Convertido en un ratón de biblioteca, logró ser el mejor alumno de su escuela.



Por muy bueno que seas, siempre te superarán otros. Tras el éxito escolar, en la secundaria ya no era el mejor, sino que estaba entre los 10 estudiantes más destacados. En la universidad iba pasando de curso, convertido en uno más. Esto le dio humildad, así como la capacidad de admirar y aprender de autores que consideraba mejores que él. Solo si te sabes superado podrás superarte a ti mismo.

Perder enseña más que ganar. Asimov cuenta que solo una vez dejó de lado su aversión al juego para unirse a una partida de póquer con algunos compañeros de universidad, tras la promesa de que las apuestas serían muy bajas. Al confesarle a su padre lo que había hecho, este le preguntó: “¿Qué tal te fue?”, a lo que contestó: “Perdí 15 centavos”. Su progenitor, sabiendo del poder adictivo del juego, declaró entonces: “Gracias a Dios. ¡Imagínate que los hubieras ganado!”.

Los amigos son tu tripulación para llegar a otros mundos. Tras una infancia y adolescencia de soledad, su vida cambió radicalmente al ingresar en los Futurianos, un círculo de fanáticos de la ciencia ficción, algunos de los cuales llegaron a ser escritores de renombre. Este grupo le apoyó y empoderó para escribir y publicar sus primeros cuentos en revistas especializadas. A su vez, encontrar a personas afines le convirtió en un hombre extrovertido que, en sus propias palabras, cuando le dejaban dirigir la conversación, “no permitía que nadie fuera tímido”. Mantendría el contacto con estas amistades hasta su muerte, en 1992.

Ayuda a quienes tienen menos suerte o talento que tú. Tras el aliento recibido en sus inicios por aspirantes a escritores como él, Asimov era muy consciente de que sus logros lo habían colocado en una situación de privilegio. Por este motivo, siempre que recibía cartas de amigos en dificultades les enviaba pequeñas sumas para que pudieran salir del paso. Además de tener buenos ingresos por sus obras —llegaría a publicar más de 500 libros—, Asimov atribuía su buena salud económica a que no jugaba, ni fumaba ni bebía. En su opinión: “Si no tienes vicios, siembre habrá dinero en tu bolsillo”.

Una persona vale el uso que hace de su tiempo. Para ayudar a sus padres, Asimov había combinado sus estudios con largas horas de trabajo en el negocio familiar. Siendo un autor reputado, siguió manteniendo ese horario toda su vida, tal como relata en su autobiografía: “Me despierto a las cinco de la madrugada. Me pongo a trabajar tan pronto y tanto como puedo. Hago esto todos los días de la semana, incluyendo los festivos (…). En otras palabras, sigo estando siempre en la tienda de caramelos”. Dado que exprimía las horas para hacer las cosas que más le gustaban, para él no era sacrificio, sino “felicidad desbordante”.

No hay viaje más gozoso que la lectura. El autor de Yo, Asimov cuenta: “Si quiero evocar la paz, la serenidad y el placer, pienso en mí mismo durante esas tardes de verano perezosas, con la silla apoyada contra la pared, el libro en el regazo y pasando las páginas suavemente”. Pese a todos los honores recibidos a lo largo de su vida, que le obligaron a viajar a menudo y a conocer a grandes personalidades, siempre relacionó la “felicidad tranquila y reposada” con el acto de leer. Quien nos hizo soñar con prodigiosas naves intergalácticas sabía que no hay vehículo más poderoso que un libro que cobra vida gracias a la mente humana.

Humanos y robots

El autor de Yo, robot (1950) aplicaba tres leyes de la robótica a sus obras sobre el tema. 1. Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño. 2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley. 3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley. 
— ¿Qué habría pensado Asimov de la irrupción de ChatGPT y similares? En un relato, el autor afirma que una máquina no se vuelve contra su creador si está bien diseñada. 
— Siempre positivo sobre todo lo que tiene que ver con la tecnología, Asimov pronosticó una humanidad liberada de todos los trabajos con sofisticadas máquinas como sirvientes, lo cual llevaría a un nuevo Renacimiento.

https://elpais.com/eps/2023-08-17/siete-claves-para-ser-mas-humanos-en-los-tiempos-de-la-inteligencia-artificial-el-arte-de-vivir-segun-asimov.html#?rel=mas


Rob Riemen: “La gran estupidez de la izquierda ha sido aceptar el neoliberalismo”

Rob Riemen, durante su intervención este viernes en Barcelona.Rob Riemen, durante su intervención este viernes en Barcelona. Xavier Jubierre

Neus Tomàs

16 de septiembre de 2023 22:21h
Actualizado el 17/09/2023 20:05h 

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Rob Riemen (Países Bajos, 1962) responde al retrato de lo que debería ser un humanista en el siglo XXI. Un intelectual que razona con independencia de los poderes económicos y políticos, algo que se presupone como premisa para cualquier pensador pero que cada vez es más extraordinario. Fundador y presidente del Nexus Instituut, ha convertido esta institución neerlandesa en uno de los centros de reflexión filosófica y cultural de referencia mundial desde hace tres décadas. 

Por su último ensayo, 'El arte de ser humanos. Cuatro estudios’ (editado en castellano por Taurus y en catalán por Arcàdia) desfilan Sócrates, Thomas Mann, Spinoza, Primo Levi, Goethe o Camus, entre otros, para ayudarnos a entender que vivir no es una ciencia. 

La ciencia puede explicar mucho, pero la condición humana y nuestra sociedad es algo totalmente distinto. Por eso las humanidades se equivocan cuando intentan copiar a la ciencia”, reflexiona Riemen. Muy crítico con la supeditación de la política a los intereses económicos insiste en que la raíz de todas las crisis es la de la educación. “Cuando la sociedad está totalmente invadida por las mentiras y la estupidez no nos debería sorprender que Trump pueda volver a ser presidente de Estados Unidos”, alerta.

Esta es la conversación, editada para facilitar su lectura, que mantuvimos el viernes por la tarde en el Ateneu Barcelonès.

En su último libro usted parte de un principio y es que vivir no es una ciencia, es un arte. No existen protocolos, no tenemos manuales para saber vivir. Pero, remontándonos hasta Sócrates, le pregunto: ¿hay una forma correcta de vivir?

Vivir es un arte porque si fuera una ciencia habría definiciones, protocolos y una respuesta muy clara a la pregunta de qué quiere decir ser humano. Pero no existe. Por eso es un arte. En el Tratado de Wittgenstein se dice que incluso si resolviéramos todos los problemas que plantea la ciencia, no estaríamos acercándonos a los interrogantes de la vida. La ciencia puede explicar mucho, pero la condición humana y nuestra sociedad son algo totalmente distinto. Por eso las humanidades se equivocan cuando intentan copiar a la ciencia.

¿Habéis visto la fantástica película Barbie’? Lo bueno de las películas americanas es que a veces contienen una verdad profunda. En ‘Barbie’ la verdad profunda aparece cuando la protagonista está cantando y bailando con sus amigas y de repente pregunta si alguien ha pensado en la muerte. La música para y todo el mundo deja de bailar. Parece una cosa muy dura, pero pensar en la muerte es lo que nos hace humanos. Saber que nacemos y moriremos y que entre medio haremos algo que se llama vida. Y tendremos que hacer frente a las preguntas de la vida: ¿Quién soy? ¿Qué voy a hacer con mi vida? 

¿Cuáles son las principales preguntas de la vida que deberíamos hacernos, aquellas que usted considera que no pueden ser respondidas por la tecnología, la ciencia o el dinero?

Unamuno tenía un libro, Del sentido trágico de la vida’, que muestra que no podemos escapar de las tragedias y al final nos tenemos que confrontar con las dificultades. La vida nos hará caer en algún momento y tendremos que responder a las preguntas difíciles: ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué pierdo mi salud o mi empleo? ¿Por qué esa persona a la que quiero tanto ha muerto? Nacemos, crecemos y tenemos que tomar decisiones: qué estudiar, si queremos compartir nuestra vida con alguien o tener hijos… Todas estas preguntas nos llevan a la gran pregunta: ¿Qué hace que mi vida tenga sentido? Ni la ciencia ni la tecnología pueden responder a esta pregunta y si creemos que lo hará el dinero es que somos idiotas.

¿En qué tipo de sociedad vivimos ahora? No vivimos en una democracia sino en una democracia de masas. En la primera podríamos cultivar los valores morales y aceptar nuestras responsabilidades, pero en una democracia de masas, los valores culturales no valen y solo valen los instintos y los miedos. Nuestra clase política está llena de demagogos que solo miran por sus intereses y destruyen el sistema educativo que fomenta los valores culturales. No nos podemos extrañar del nuevo ascenso del fascismo.

¿Qué hace que mi vida tenga sentido? Ni la ciencia ni la tecnología pueden responder a esta pregunta y si creemos que lo hará el dinero es que somos idiotas

Es especialmente crítico con el papel de las universidades. Llega a decir que lejos de exterminar las larvas de la ignorancia y el fanatismo hacen lo contrario, las alimentan. ¿Significa esto que no hay solución?

Sí hay solución, pero primero hay que reconocer que las universidades no lo son realmente. En su estudio sobre la crisis de la educación, Hannah Arendt escribió que vivimos en un momento de crisis de la civilización. Igual que ahora, a la que se ha añadido la crisis climática. La raíz de todas las crisis es la crisis de la educación. Tenemos que recuperar el significado real de las palabras, como democracia, educación o universidad. Educar significa crecer, y para ser un adulto necesitamos educación. Es un proceso. 

Nietzsche ya dijo en 1874 que la escuela de la civilización se había acabado porque la universidad se había reducido a lo que era bueno para el Estado y la economía. Sigue siendo una verdad como un templo. Las universidades son responsables de la estupidez que ha invadido nuestras sociedades. A mis alumnos les digo que en la universidad no se aprende nada en el campo de las humanidades. A partir de aquí podremos reconstruir la universidad. 

Si la universidad no es el sitio donde aprender, le traslado una idea del filósofo José Antonio Marina: ¿Dónde encontramos la vacuna contra la estupidez?

¡Y una vacuna contra la corrupción! Maquiavelo reflexionó sobre la caída del imperio romano, que para él era el gran ejemplo de lo que debía ser la civilización. Según Maquiavelo, el imperio cayó porque había bárbaros dentro y fuera del imperio y los bárbaros eran corruptos, un grupo decadente de personas que solo se interesaba por ellos mismos y cuya corrupción no se podía combatir porque las leyes las hacían ellos. Maquiavelo dice que las instituciones debían volver a sus principios y a la energía con la que empezó la civilización.

Durante los últimos años, EEUU ha sido nuestro imperio romano. Aplicando la receta de Maquiavelo, imaginemos que la socialdemocracia vuelve a sus principios y se dan cuenta de que el progresismo significa elevar a las personas y se aleja del neoliberalismo; los liberales regresan también a sus principios y se dan cuenta de la esencia del liberalismo; que las universidades vuelven a los suyos y educan en vez de ser una máquina de hacer dinero; que las editoriales vuelven a sus principios y publican solo libros que realmente importan. La esencia de la civilización es la capacidad de decir ‘no’, ‘no’ a la Inteligencia Artificial, ‘no’ a la manera de lavar el cerebro de los jóvenes diciendo que necesitan un título o no serán nada en la vida.

Riemen aboga por recuperar "el sentido real" de palabras como democracia. Xavier Jubierre

Existen estadísticas que apuntan que los países que invierten en cultura y educación son más estables, más democráticos y es más probable que tengan más crecimiento económico y mayor distribución de la riqueza. Es evidente que es algo que en muchas ocasiones los gobiernos no tienen presente. Pero sin los políticos eso no se puede hacer, ¿no?

Yo creo que sí lo podéis hacer solos. Acabas de hacer referencia a la mayor mentira a la que tenemos que hacer frente y es el cambio de paradigma que se instaló hace 100 años, el de la sustitución de la calidad por la cantidad. Todo se reduce a números. Números de consumidores, de votantes...Todo se clasifica. Los economistas se han convertido en los líderes porque todo se basa en las cifras y el crecimiento. No importa lo que le hagamos al planeta o a nuestras vidas porque en el mundo de los números lo mejor es la cifra más alta. Nos tomamos en serio a influencers que no tienen nada que decir solo porque tienen millones de seguidores.

¡Liberémonos de estos números porque estamos hablando de nuestra sociedad y nuestra vida! Lo primero que debemos tener en cuenta es que todos moriremos y cuando a cada uno le llegue ese momento, si seguimos así, solo podrá pensar en números y no en términos de la calidad de la vida. Y la segunda es que aunque nuestra sociedad occidental aún no es tan totalitaria como China, Rusia o Arabia Saudita u otros, deberíamos plantearnos que podemos cambiar al tipo de políticos que tenemos. ¿Cómo es posible que alguien como Trump pueda volver a ser reelegido? Cuando la sociedad está totalmente invadida por las mentiras y la estupidez no os debería sorprender que esto pase.

Uno de los problemas que diagnostica es que no aprendemos las lecciones de la historia porque no la conocemos. ¿Esto explica que fenómenos populistas y la extrema derecha estén ganando terreno?

Sí, es así. Aunque hay que decir algo en defensa de las generaciones más jóvenes. Yo tengo 61 años y desde mi perspectiva considero joven a cualquiera que tenga menos de 40. Esta generación no pidió vivir en esta sociedad. La mía, en cambio, los ‘boomers’, aún crecimos en una sociedad en la que teníamos que leer libros. Muchos de los autores que leíamos, Semprún, Primo Levi etc... en sus libros hablaban del desastre de todo lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial.

En los Países Bajos conmemoramos el día de la liberación y nos repetíamos el mismo mantra: “Nunca más”. En el 2010, cuando publiqué mi ensayo sobre el regreso del fascismo, llamé a mi padre y le dije: “Padre, ya no es cierto”. Él me preguntó: ¿Qué no es cierto? Y yo le conteste que no era verdad aquello que nos decían cuando yo era pequeño, lo de “nunca más”, porque puede volver a pasar. La generación joven forma parte de una sociedad que está inmersa en una amnesia total.   

¿Cómo se revierte esta situación?

La generación de nuestros padres tuvo que responder a preguntas morales muy profundas y a menudo vinculadas a la vida puesto que podían morir en función de la respuesta. En España debían responder a si eran republicanos o fascistas. En mi país tenían que decidir si protegían a los judíos o colaboraban con los nazis. 

En el caso de mi generación, a finales de los 70 y los 80, todo el mundo hablaba de política. A finales de los 90, todo se guió por el modelo de negocio. Eso fue y es el responsable de todo lo de después. Los banqueros se convirtieron en héroes, todo el mundo quería ser rico. La gran estupidez de la izquierda ha sido aceptar el neoliberalismo. Nos decían que todos podemos ser ricos de una manera más decente que los de la derecha. Mi generación es la única responsable y la única esperanza es que la generación joven se dé cuenta de que el sistema les ha mentido y que deben tomar otras decisiones.

Y eso que nos llegaron a decir que tras la pandemia las cosas cambiarían.

Yo no me lo creí ni por un segundo. No era cierto. Crecí en una familia socialdemócrata católica que luchaba por la justicia social y eso forma parte de mi ADN. El problema con mis amigos de la izquierda es que todos querían tener una fe ciega en el progreso, no podían ni imaginarse un regreso del fascismo, que las cosas irían mal de nuevo. 'La historia no se repite', decían. Y yo les contestaba que claro que se repite porque somos seres humanos y cometeremos los mismos errores, una y otra vez. Por eso son importantes los libros, porque nos recuerdan qué tipos de seres hemos sido.

Mi generación es la única responsable y la única esperanza es que la generación joven se de cuenta de que el sistema les ha mentido y que deben tomar otras decisiones

¿Ha llegado un punto donde incluso cuesta distinguir entre el bien y el mal?

Quiero creer que todo el mundo, de forma instintiva, sabe distinguir entre el bien y el mal. Creo que la gente puede distinguir quién es realmente un amigo y quién no es capaz de querer. Y esto me da esperanza. Pero para esto tenemos que educarnos, leer y saber qué quieren decir las palabras que empleamos. Si no lo hacemos, dejaremos de comprender la diferencia entre el bien y el mal. Autores como Camus o Dostoievski nos enseñan lo fácil que es caer en la trampa de lo que no es bueno.

Hablando de trampas. Las redes sociales, dice, nos empujan de nuevo a la cueva de Platón, donde no vemos más que nuestra propia realidad y nuestra supuesta verdad. 

No soy pesimista sobre las redes porque si uno es pesimista no tiene energía. Las personas adictas a las redes sociales entran en la cueva de Platón. Empiezan a vivir en una realidad que no es real porque los algoritmos solo confirman lo que a uno le interesa. Así funcionan Amazon, Instagram o Facebook. Los algoritmos, por definición, nos meten en la cueva. Para salir, tenemos que ir a una librería en vez de comprar en Amazon y dejar de estar en Instagram todo el día. ¡Nos están robando el tiempo, que es más importante que el dinero! Estar en la cueva no deja de ser una elección. Podemos salir de X y hacer que el idiota de Elon Musk deje de ganar dinero.

Entonces necesitamos ser militantes.

Sí. Thomas Mann, mi gran héroe, tuvo una vida muy difícil y al final constató que necesitábamos un humanismo militante para poner fin a la idea del intelectual que no lucha. Tenemos que poder decir ‘que se jodan’ porque hay una guerra intelectual que debemos librar.

Defiende que los intelectuales tienen que ser especialmente independientes.

Para empezar, hay que decir que la vida del intelectual es privilegiada. No nos levantamos a las 4 de la mañana para ir a trabajar, aunque también tengamos precios que pagar. El compromiso absoluto con la verdad es el mandamiento absoluto del intelectual. Aunque esté en desacuerdo con alguien, si está comprometido con la búsqueda de la verdad lo reconoceré como intelectual. Pero hay muchos que se presentan como intelectuales que han bajado los brazos y que han sustituido, como decía Mann, la búsqueda de la verdad por la ideología política. La búsqueda de la verdad fue lo que empezó a enfrentar a Camus y Sartre.

Cuando no defendemos los valores morales pasamos a vivir en una jungla. Me llaman elitista, pero es una crítica que solo se hace en el campo cultural. A los deportistas, o incluso a los financieros de élite, se les admira. La élite significa presentar a los mejores, sin exclusiones, y la élite cultural debe preservar para la sociedad los valores y obras más importantes que permiten entender la vida. 



¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación, en tanto que intermediarios entre la élite, los gobiernos y los ciudadanos, en esta falta de búsqueda de la verdad?

Hoy el partido republicano de EE UU no sería nada sin Fox News. Y esto ocurre en todo el mundo. No podemos sobrevivir sin la libertad de expresión y de información y sin conocer los hechos. Hay una lucha entre los directivos de muchos medios, a los que solo les interesan las ventas, y la información. Pero hay que tener fe: creo que solo sobrevivirán los medios que opten por la información de verdad y por la igualdad, que presten atención a la cultura y con conciencia propia. Es difícil, todos los que estamos en este bando lo tenemos difícil. Pero si unimos fuerzas, estoy convencido de que lo lograremos. 

https://www.eldiario.es/cultura/rob-riemen-gran-estupidez-izquierda-sido-aceptar-neoliberalismo-cat-insta_128_10519607.html


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