lunes, 5 de julio de 2010

UNA LOCURA DEMASIADO COTIDIANA

Los gastos en material bélico en todo el mundo totalizaron el año pasado 1,464 billones de dólares (1.464.000.000.000 dólares). La cifra de gasto anual en armamento equivale al 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y a 217 dólares por cada habitante del planeta, de acuerdo con el SIPRI (Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo).
Durante la Primera Guerra Mundial murieron 8.000.000 de personas; en la Segunda Guerra Mundial el resultado fue de 56.000.000 de muertos, y se calcula en una cifra similar los muertos en otros conflictos bélicos a lo largo del pasado siglo veinte.
Veamos algunos datos comparativos: Un avión bombardero equipado vale lo mismo que:
*El salario de 250.000 maestros durante un año, o
*El coste de construir 30 facultades de ciencias con 1.000 estudiantes cada una, o
*75 hospitales de 100 camas cada uno, completamente equipados, o
*El coste de 50.000 tractores.
Decida usted cuántos aviones bombarderos sobran en el mundo y cuántos hospitales, universidades o tractores faltan . . .
Un sólo portaaviones, el estadounidense Nimitz, ha costado cuatro mil quinientos millones de dólares (4.500.000.000 $). Según los cálculos de Unicef y de otros organismos de Naciones Unidas, con tres portaviones como el Nimitz se podría dar comida y medicinas, durante un año, a todos los niños hambrientos y enfermos del mundo, que están muriendo a un ritmo de 36.000 por día. Dicho de otra manera, el coste de tres portaaviones como el Nimitz equivale, anualmente, a la vida de 13.140.000 niños y todas esas vidas infantiles se podrían salvar cada año usando para ello tan sólo el gasto mundial en armamento de tres días.
Los 1.464.000.000.000 dólares que gastan los gobiernos y ejércitos del mundo en un sólo año, serían suficientes para garantizar que no moriría un sólo niño más en el mundo por hambre o falta de medicinas durante ¡ciento once años!
Mientras tanto la palabra PAZ se queda sólo en eso . . . en una palabra.
Sólo nos resta una pregunta: si viviéramos en una democracia más avanzada, una democracia participativa, como se está comenzando a proponer y aplicar a pequeña escala en algunos puntos del mundo, donde las decisiones más importantes, como declaraciones de guerra o reparto de presupuestos, son decididas mediante votación por todos los ciudadanos: ¿Cuánto tardaría usted en votar la reducción de ese 1% del presupuesto anual en armamento para salvar de la muerte, cada día, a esos 36.000 niños?
Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net