VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
Los
13 mejores poemas de Mario Benedetti
Escritor
uruguayo de enorme trascendencia mundial, sus poemas son brillantes.
De
escritura fácil y esencial, Benedetti se convirtió en uno de los
escritores más leídos de su tiempo.
Los
13 mejores poemas de Mario Benedetti. Un escritor uruguayo con
poemas inolvidables.
REDACCIÓN
CLARÍN
Mario
Benedetti es
uno de los escritores latinoamericanos más leídos y con mayor
reconocimiento internacional. Formó parte de la llamada Generación
del 47 y recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Nació
en Paso de los Toros, Tacuarembó, en 1920, y falleció en Montevideo
en 2009. Sus poesías están marcadas por los temas románticos en
medio del escenario de compromiso social que caracterizó a esa
época.
Además
de poesía, Benedetti escribió novelas, como La
Tregua y Gracias por el Fuego;
cuentos, ensayos, canciones y obras de teatro.
Con
el lenguaje sencillo que lo caracterizó, sus
libros fueron abrazados por un amplio público y esa llegada masiva
lo convirtió en el poeta más popular de su generación.
Foto
emblemática. Mario Benedetti con Alberto Favero y Nacha Guevara,
quienes pusieron música y voz al poema Te quiero./ Gentileza
Fundación Mario Benedetti y Nacha Guevara.
Elegir
un número para determinar “los mejores” es siempre subjetivo y
arbitrario. Pero van poemas para que los lectores puedan captar lo
bueno de su literatura. Esta selección corresponde, entre otros,
al portal
Zenda Libros. Los
13 mejores poemas de Mario Benedetti.
1.
No te salves
No
te quedes inmóvil/ al borde del camino/ no congeles el júbilo/ no
quieras con desgana/ no te salves ahora/ ni nunca/ no te salves/ no
te llenes de calma/ no reserves del mundo/ sólo un rincón
tranquilo/ no dejes caer los párpados/ pesados como juicios/ no te
quedes sin labios/ no te duermas sin sueño/ no te pienses sin
sangre/ no te juzgues sin tiempo
pero
si/ pese a todo/ no puedes evitarlo/ y congelas el júbilo/ y quieres
con desgana/ y te salvas ahora/ y te llenas de calma/ y reservas del
mundo/ sólo un rincón tranquilo/ y dejas caer los párpados/
pesados como juicios/ y te secas sin labios/ y te duermes sin sueño/
y te piensas sin sangre/ y te juzgas sin tiempo/ y te quedas inmóvil/
al borde del camino/ y te salvas/entonces / no te quedes conmigo.
2.
Por siempre
Si
la esmeralda se opacara,/ si el oro perdiera su color,/ entonces, se
acabaría/ nuestro amor.
Si
el sol no calentara,/ si la luna no existiera,/ entonces, no tendría/
sentido vivir en esta tierra/ como tampoco tendría sentido/ vivir
sin mi vida,/ la mujer de mis sueños,/ la que me da la alegría…
Si
el mundo no girara/ o el tiempo no existiese,/ entonces, jamás
moriría/ Jamás morirías/ tampoco nuestro amor…/ pero el tiempo
no es necesario/ nuestro amor es eterno/ no necesitamos del sol/ de
la luna o los astros/ para seguir amándonos…
Si
la vida fuera otra/ y la muerte llegase/ entonces, te amaría/ hoy,
mañana…/ por siempre…/ todavía.
Juan
Manuel Serrat y Mario Benedetti tuvieron una relación entrañable.
EFE/ Cortesía Fundación Benedetti/
3.
Esta es mi casa
No
cabe duda. Esta es mi casa/ aquí sucedo, aquí/ me engaño
inmensamente./ Esta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega
el otoño y me defiende,/ la primavera y me condena./ Tengo millones
de huéspedes/ que ríen y comen,/ copulan y duermen,/ juegan y
piensan,/ millones de huéspedes que se aburren/ y tienen pesadillas
y ataques de nervios.
No
cabe duda. Ésta es mi casa./ Todos los perros y campanarios/ pasan
frente a ella./ Pero a mi casa la azotan los rayos/ y un día se va a
partir en dos.
Y
yo no sabré dónde guarecerme/ porque todas las puertas dan afuera
del mundo.
4.
Hagamos un trato
Compañera/
usted sabe/ puede contar/ conmigo/ no hasta dos/ o hasta diez/ sino
contar/ conmigo
si
alguna vez/ advierte/ que la miro a los ojos/ y una veta de amor/
reconoce en los míos/ no alerte sus fusiles/ ni piense qué delirio/
a pesar de la veta/ o tal vez porque existe/ usted puede contar/
conmigo
si
otras veces/ me encuentra/ huraño sin motivo/ no piense qué
flojera/ igual puede contar/ conmigo
pero
hagamos un trato/ yo quisiera contar/ con usted
es
tan lindo/ saber que usted existe/ uno se siente vivo/ y cuando digo
esto/ quiero decir contar/ aunque sea hasta dos/ aunque sea hasta
cinco/ no ya para que acuda/ presurosa en mi auxilio/ sino para
saber/ a ciencia cierta/ que usted sabe que puede/ contar conmigo.
El
gran músico uruguayo Daniel Viglietti acompaña a Mario Benedetti
recitando sus poemas en Montevideo./ Foto: Miguel Rojo / AFP.
5.
Corazón Coraza
Porque
te tengo y no/ porque te pienso/ porque la noche está de ojos
abiertos/ porque la noche pasa y digo amor/ porque has venido a
recoger tu imagen/ y eres mejor que todas tus imágenes/ porque eres
linda desde el pie hasta el alma/ porque eres buena desde el alma a
mí/ porque te escondes dulce en el orgullo/ pequeña y dulce/
corazón coraza
porque
eres mía/ porque no eres mía/ porque te miro y muero/ y peor que
muero/ si no te miro amor/ si no te miro
porque
tú siempre existes dondequiera/ pero existes mejor donde te quiero/
porque tu boca es sangre/ y tienes frío/ tengo que amarte amor/
tengo que amarte/ aunque ésta herida duela como dos/ aunque te
busque y no te encuentre/ y aunque la noche pase/ y yo te tenga/ y
no.
6.
Táctica y estrategia
Mi
táctica es/ Mirarte/ Aprender como sos/ Quererte como sos/
Mi
táctica es/ Hablarte/ Y escucharte/ Construir con palabras/ Un
puente indestructible/
Mi
táctica es/ Quedarme en tu recuerdo/ No sé cómo ni sé/ Con qué
pretexto/ Pero quedarme en vos
Mi
táctica es/ Ser franco/ Y saber que sos franca/ Y que no nos
vendamos/ Simulacros/ Para que entre los dos/ No haya telón/ Ni
abismos
Mi
estrategia es/ En cambio/ Más profunda y más/ Simple
Mi
estrategia es/ Que un día cualquiera/ No sé cómo ni sé/ Con qué
pretexto/ Por fin me necesites
Sobre
el libro de Mario Benedetti, La Tregua fue la primer película
argentina finalista en los premios Oscar. Dirigida por Sergio Renán,
y espléndidos Alterio y Brandoni.
7.
Te quiero
Tus
manos son mi caricia/ mis acordes cotidianos/ te quiero porque tus
manos/ trabajan por la justicia.
Si
te quiero es porque sos/ mi amor mi cómplice y todo/ y en la calle
codo a codo/ somos mucho más que dos
Tus
ojos son mi conjuro/ contra la mala jornada/ te quiero por tu mirada/
que mira y siembra futuro
Tu
boca que es tuya y mía/ tu boca no se equivoca/ te quiero porque tu
boca/ sabe gritar rebeldía
Si
te quiero es porque sos/ mi amor mi cómplice y todo/ y en la calle
codo a codo/ somos mucho más que dos
Y
por tu rostro sincero/ y tu paso vagabundo/ y tu llanto por el mundo/
porque sos pueblo te quiero
Y
porque amor no es aureola/ ni cándida moraleja/ y porque somos
pareja/ que sabe que no está sola
Te
quiero en mi paraíso/ es decir que en mi país/ la gente viva feliz/
aunque no tenga permiso
Si
te quiero es porque sos/ mi amor mi cómplice y todo/ y en la calle
codo a codo/ somos mucho más que dos.
8.
Defender la alegría
Defender
la alegría como una trinchera/ defenderla del escándalo y la
rutina/ de la miseria y los miserables/ de las ausencias
transitorias/ y las definitivas
Defender
la alegría como un principio/ defenderla del pasmo y las pesadillas/
de los neutrales y de los neutrones/ de las dulces infamias/ y los
graves diagnósticos
Defender
la alegría como una bandera/ defenderla del rayo y la melancolía/
de los ingenuos y de los canallas/ de la retórica y los paros
cardiacos/ de las endemias y las academias
Defender
la alegría como un destino/ defenderla del fuego y de los bomberos/
de los suicidas y los homicidas/ de las vacaciones y del agobio/ de
la obligación de estar alegres
Defender
la alegría como una certeza/ defenderla del óxido y de la roña/ de
la famosa pátina del tiempo/ del relente y del oportunismo/ de los
proxenetas de la risa
Defender
la alegría como un derecho/ defenderla de dios y del invierno/ de
las mayúsculas y de la muerte/ de los apellidos y las lástimas/ del
azar/ y también de la alegría.
Fotografía
de Mario Benedettti realizada por el fotógrafo Eduardo Longoni para
un libro sobre el autor. Exibida en una muestra en Montevideo./
EFE/Raúl Martínez.
9.
Todavía
No
lo creo todavía/ estás llegando a mi lado/ y la noche es un puñado/
de estrellas y de alegría
Palpo
gusto escucho y veo/ tu rostro tu paso largo/ tus manos y sin
embargo/ todavía no lo creo
Tu
regreso tiene tanto/ que ver contigo y conmigo/ que por cábala lo
digo/ y por las dudas lo canto
Nadie
nunca te reemplaza/ y las cosas más triviales/ se vuelven
fundamentales/ porque estás llegando a casa
Sin
embargo todavía/ dudo de esta buena suerte/ porque el cielo de
tenerte/ me parece fantasía
Pero
venís y es seguro/ y venís con tu mirada/ y por eso tu llegada/
hace mágico el futuro
Y
aunque no siempre he entendido/ mis culpas y mis fracasos/ en cambio
sé que en tus brazos/ el mundo tiene sentido
Y
si beso la osadía/ y el misterio de tus labios/ no habrá dudas ni
resabios/ te querré más/ todavía.
10.
Amor de tarde
Es
una lástima que no estés conmigo/ cuando miro el reloj y son las
cuatro/ y acabo la planilla y pienso diez minutos/ y estiro las
piernas como todas las tardes/ y hago así con los hombros para
aflojar la espalda/ y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es
una lástima que no estés conmigo/ cuando miro el reloj y son las
cinco/ y soy una manija que calcula intereses/ o dos manos que saltan
sobre cuarenta teclas/ o un oído que escucha como ladra el teléfono/
o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es
una lástima que no estés conmigo/ cuando miro el reloj y son las
seis./ Podrías acercarte de sorpresa/ y decirme "¿Qué tal?"
y quedaríamos/ yo con la mancha roja de tus labios/ tú con el tizne
azul de mi carbónico.
En
1999, Mario Benedetti recibió en Madrid el premio Reina Sofía de
de Poesía Iberoamericana.
11.
Como siempre
Aunque
hoy cumplas/ trescientos treinta y seis meses/ la matusalénica edad
no se te nota cuando/ en el instante en que vencen los crueles/
entrás a averiguar la alegría del mundo/ y mucho menos todavía se
te nota/ cuando volás gaviotamente sobre las fobias/ o desarbolás
los nudosos rencores
buena
edad para cambiar estatutos y horóscopos/ para que tu manantial mane
amor sin miseria/ para que te enfrentes al espejo que exige/ y
pienses que estás linda/ y estés linda
casi
no vale la pena desearte júbilos y lealtades/ ya que te van a rodear
como ángeles o veleros
es
obvio y comprensible/ que las manzanas y los jazmines/ y los
cuidadores de autos y los ciclistas/ y las hijas de los villeros/ y
los cachorros extraviados/ y los bichitos de san Antonio/ y las cajas
de fósforo/ te consideren una de los suyos
de
modo que desearte un feliz cumpleaños/ podría ser tan injusto con
tus felices/ cumpledías/ acordate de esta ley de tu vida/ si hace
algún tiempo fuiste desgraciada/ eso también ayuda a que hoy se
afirme/ tu bienaventuranza
de
todos modos para vos no es novedad/ que el mundo/ y yo/ te queremos
de veras/ pero yo siempre un poquito más que el mundo.
12.
Chau número tres
Te
dejo con tu vida/ tu trabajo/ tu gente/ con tus puestas de sol/ y tus
amaneceres
sembrando
tu confianza/ te dejo junto al mundo/ derrotando imposibles/ seguro
sin seguro
te
dejo frente al mar/ descifrándote a solas/ sin mi pregunta a ciegas/
sin mi respuesta rota
te
dejo sin mis dudas/ pobres y malheridas/ sin mis inmadureces/ sin mi
veteranía/
pero
tampoco creas/ a pie juntillas todo/ no creas nunca creas/ este falso
abandono
estaré
donde menos/ lo esperes/ por ejemplo/ en un árbol añoso/ de oscuros
cabeceos
estaré
en un lejano/ horizonte sin horas/ en la huella del tacto/ en tu
sombra y mi sombra
estaré
repartido/ en cuatro o cinco pibes/ de esos que vos mirás/ y
enseguida te siguen
y
ojalá pueda estar/ de tu sueño en la red/ esperando tus ojos/ y
mirándote.
13.
De qué se ríe (Seré curioso)
En
una exacta/ foto del diario/ señor ministro/ del imposible
vi
en pleno gozo/ y en plena euforia/ y en plena risa/ su rostro simple
seré
curioso/ señor ministro/ de qué se ríe/ de qué se ríe
de
su ventana/ se ve la playa/ pero se ignoran/ los cantegriles
tienen
sus hijos/ ojos de mando/ pero otros tienen/ mirada triste
aquí
en la calle/ suceden cosas/ que ni siquiera/ pueden decirse
los
estudiantes/ y los obreros/ ponen los puntos/ sobre las íes
por
eso digo/ señor ministro/ de qué se ríe/ de qué se ríe
usté
conoce/ mejor que nadie/ la ley amarga/ de estos países
ustedes
duros/ con nuestra gente/ por qué con otros/ son tan serviles
cómo
traicionan/ el patrimonio/ mientras el gringo/ nos cobra el triple
cómo
traicionan/ usté y los otros/ los adulones/ y los seniles
por
eso digo/ señor ministro/ de qué se ríe/ de qué se ríe
aquí
en la calle/ sus guardias matan/ y los que mueren/ son gente humilde
y
los que quedan/ llorando de rabia/ seguro piensan/ en el desquite
allá
en la celda/ sus hombres hacen/ sufrir al hombre/ y eso no sirve
después
de todo/ usté es el palo/ mayor de un barco/ que se va a pique
seré
curioso/ señor ministro/ de qué se ríe/ de qué se ríe.
https://www.clarin.com/internacional/13-mejores-poemas-mario-benedetti_0_TA67tbUeTX.html
TEMAS
TERTULIA 22-3-2024
DERROTAS
LUGARES
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
“Una
verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad
emocionante”. (Aldous Huxley)
TEXTOS
TERTULIA 15-3-2024
RELIGIÓN
EL
PROGRESO
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
EL
PROGRESO
El
problema nunca ha sido el progreso, el problema, siempre es el
desequilibrio. Una especie que domina la energía nuclear pero se
sigue gobernando por primitivos sistemas verticales de jerarquía
desperdicia la mitad de su potencial y se condena a cualquier
catástrofe por la decisión equivocada de un sólo individuo.
¿Cuántas
guerras habría en el mundo si viviéramos en una verdadera
democracia donde todos los ciudadanos tomaran las decisiones más
importantes que les afectan? ¿Cuántas crisis especulativas se
solucionarían pagando con el dinero público de todos los errores o
codicia de un pequeño grupo?
Tenemos
la tecnología y los medios suficientes para que todas las personas
del planeta vivan materialmente como la clase media europea, pero
existe el hambre y la miseria en medio mundo mientras la riqueza de
las grandes empresas crece día a día. Parece que volvemos a una
Edad Media donde los nuevos señores feudales son los bancos y
grandes corporaciones empresariales y no se ve un Renacimiento en el
horizonte.
Mientras,
se nos educa como buenos esclavos para que consideremos que somos y
valemos más si nuestro automóvil es grande y usamos ropa de marcas
caras. Hoy en día, a la estupidez, a menudo, la llamamos progreso.
. . .
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EL
PROGRESO
ACTITUD
ANTE LA VIOLENCIA
15
MARZO, 2024
Por
José Marcelo Ruiz
Presenciamos,
diariamente, en los medios informativos malas noticias: corrupción
por intereses económicos; injusticias sociales; guerras fratricidas
que se eternizan por un poder egocéntrico, seres humanos que perecen
porque quieren cruzar una frontera para alcanzar una vida mejor; toda
clase de violencia, y penosamente, la de género que no se vence. Lo
triste es que dichas imágenes son tan reiterativas, que parecen
normalizarse como hechos que no se pueden cambiar.
Es
lamentable que los informativos no hablen de la labor que realizan
las ONGs en defensa de los derechos humanos. Porque su difusión
serviría de ejemplo y de estímulo para implicarse socialmente. Pero
dicha implicación exige también que las nuevas generaciones reciban
una formación educativa laica, para que se planteen una visión
positiva y activa de mejorar el mundo. Que como expresó el filósofo
Aristóteles: “Educar
la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto”.
Una
educación laica que humanamente apueste por la paz. Cuyo código
ético posea los valores de la verdad, la compasión, la igualdad, la
libertad y la responsabilidad. Que forme los cimientos de las
instituciones científicas y de gobiernos democráticos modernos. Te
parecerá pretencioso, pero no es ilusorio. Porque son valores muy
necesarios en este mundo globalizado.
El
historiador Yuval Noah Harari expresa que el laicismo y sus valores
éticos implican compromisos con ‘la verdad’, la cual se basa en
la observación y en la evidencia, y no en la fe. Con la compasión’,
que se sustenta en la profunda comprensión del sufrimiento; y no en
la obediencia de cualquier edicto divino. En cuanto a ‘la
igualdad’, las personas con una formación laica sospechan
sistemáticamente de todas las jerarquías. Porque dar un trato de
favor a una clase o a un género concreto, les convierte en seres
insensibles, ignorantes e injustos. Mantienen, por encima de todo,
sus deberes hacia la humanidad. Ejercen la ‘libertad’ para
pensar, investigar y experimentar. Pero conservando esa actitud de la
duda; escuchando una segunda opinión para obtener autonomía sobre
la verdad. Las personas laicas valoran ‘la responsabilidad,’ y no
creen en ningún dios o poder superior que se encargue del mundo
castigando a los malos, recompensando a los justos y nos proteja del
hambre, de las epidemias o de las guerras. De ahí que nosotros, como
mortales de carne y hueso, hemos de aceptar la responsabilidad de
nuestros actos.
La educación
laica enseña a distinguir la verdad de las creencias; a desarrollar
la compasión hacia todos los seres que sufren; apreciar la sabiduría
y a pensar libremente sin temor a lo desconocido; y a ser
responsables de nuestros actos y, humanamente, querer un mundo mejor.
El
sabio Confucio decía: “La
educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La
esperanza genera paz”. Yo
me rebelo, y quiero mejorar el mundo. ¿Y tú?, ¿cuál es tu
actitud?
José
Marcelo Ruiz
Este
artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la
Axarquía), el viernes, 15 de marzo de 2024. Mi agradecimiento
personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés
por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.
https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2024/03/15/actitud-ante-la-violencia/
EL
PROGRESO
El
progreso.
¿Hacia
dónde vamos? Si por un casual nos da por pensar qué nos traerá el
porvenir, por imaginar a qué se parecerá el futuro, y qué noticias
escucharemos al levantarnos por la mañana, inmediatamente resulta
que nuestro entendimiento se oscurece y que nuestra alma se nubla
como al contacto de tinieblas hostiles. Las noticias no son más que
propaganda. Parece que este presente, “es lo que hay”, este
montaje de todo lo que existe, lo que nos ha traído la ciencia, la
tecnología y la política, este mundo evidente en el que no cesamos
de asombrarnos, la cruda realidad, no desembocará pronto más que en
la nada. La nada avanza por doquier, cuanto más corremos tras la
zanahoria technológica, más se aleja. Cuando cesamos en nuestra
carrera persecutoria parece que se acerca y que la tenemos al alcance
de la mano, entonces aceleramos de nuevo y otra vez se vuelve a
alejar. La ilusión tecnológica, cibernética, multiversa se nos ha
infiltrado en el cerebro, nos tiene obnubilados. Como poseídos,
deambulamos por las calles, en el metro, en los aviones, con el
cuello torcido siempre hacia abajo mirando nuestra pantallita
hipnotizante, chupando datos, absorviendo … ¿Absorbiendo qué?
Cada
cual que se examine en conciencia, constatará de hecho qué cuidado
pone en desviar su imaginación de un porvenir tan confuso, tan
desagradable. Las pulsiones luminosas electromagnéticas de nuestro
artefacto proyectan sombras luminiscentes fantasmagóricas, nos
envuelven en una nube esponjosa, neutralizante de todo sentir, y
olisqueamos la combustión de un mundo, ajeno, licuado, que se
desmenuza en su putrefacción. Esto era el progreso, aquello de lo
que nos hablaban, y nos prometían feliz, años atrás.
Las
noticias de hoy oídas hace veinte o treinta años, nos parecerían
una pesadilla abrumadora, o una broma de mal gusto. Las noticias de
mañana o del mes que viene no nos parecerán menos desasosegantes o
deprimentes. Sin embargo, las leeremos igualmente, cabizbajos en
nuestra imbécil pantallita atroz desasosegante (IPAD), mientras
seguiremos deambulando… ¿hacia dónde?
Fernando
Cabal
RELIGIÓN
SIN
VIOLENCIA
Una
palabra con un puñal escondido;
una
mirada con un deseo oculto;
un
movimiento que intimida.
Yo
no quiero ser esa que prodiga el mal.
Si
digo una palabra, que sea amable;
si
miro, que sea con afecto
y,
si me entrego a los demás, que sea con dulzura.
Cuando
llegue la noche y se cierren mis ojos,
que
el remordimiento no me despierte,
y
que el amor guie mis noches y mis días.
De
todos los preceptos morales del sabio indio Patanjali, Ahimsa es el
que él consideraba más importante. Ahimsa es la no violencia de
pensamiento, palabra y obra contra los demás y contra nosotros
mismos.
Alexandra
Di Estefano Pironti.
“Un
salto al infinito” Ediciones Carena.
RELIGIÓN
Me
comentaba en una ocasión un amigo japonés, a propósito de la
conquista de América por parte de los españoles, que éstos, con
gran astucia, habían utilizado la religión como vehículo y arma de
colonización; le costaba concebir siquiera que fueran sinceros los
españoles de aquella época en su fanatismo religioso.
Uno
de los aspectos en los que mejor se transparenta el grado evolutivo
de la cultura japonesa es sin duda en su concepto de religión más
como algo útil al servicio del ser humano que como una idea
omnipresente que debe ser, mediante el oportuno proselitismo,
difundida, incluso por la fuerza, al resto del mundo. Eso explica que
una misma persona en Japón participe y haga uso de rituales
pertenecientes a tres religiones diferentes: sintoísmo, cristianismo
y budismo, a lo largo de su existencia, sin ver en ello contradicción
alguna.
Personalmente
desconfío de toda religión institucionalizada, todas, partiendo de
una buena idea o filosofía, se van transformando en organizaciones
criminales movidas por la codicia y el poder.
Con
cualquier dios se puede hablar directamente, quien admite
intermediarios admite también que esa persona, sea un papa, un
monje, un rabino o un imán, suplante y utilice el nombre de ese dios
en su propio interes o para consolar sus miserias interiores.
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MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
«EL
YO ES QUIZÁ LA CONSTRUCCIÓN MÁS ELABORADA DEL CEREBRO»
Que
a veces la realidad supera la ficción es una frase manida. Pero lo
cierto es que hoy, al menos en lo que respecta a los estudios del
cerebro, la realidad está materializando –e incluso a veces
superando– la ciencia ficción. En ‘Cosas
que nunca creeríais’
(Debate, 2024), el físico y neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga
echa mano de ‘Blade Runner’, ‘Matrix’, ‘Inception’ y
‘2001: Odisea del espacio’, entre otros clásicos de la ciencia
ficción, para explicar cómo ha avanzando la neurociencia y
reflexionar sobre las cuestiones más trascendentales de la esencia
humana. Desde su oficina en Barcelona, hablamos con él sobre la
inteligencia general, el miedo a la muerte, la conciencia y el
olvido.
Neurociencia,
ciencia ficción y filosofía: Cosas
que nunca creeríais plantea
ese trinomio en el que además se incluye la literatura, a Borges y
a García Márquez, entre otros, demostrando que son ámbitos que
están mucho más relacionados de lo que podría pensarse.
Yo
lo pongo como una crítica: me critico a mí, a mis colegas, de que a
veces no nos abrimos y no vemos que hay gente mucho más brillante
que nosotros que estuvo planteándose las mismas preguntas que nos
planteamos en el laboratorio. Cuando yo estudio la memoria, por
ejemplo, qué hacen las neuronas, cómo es el proceso, la filosofía
tiene mucho para aportarme, porque estas preguntas ya se las hacía
Aristóteles. Hace unos años hice un descubrimiento de un tipo de
neuronas que no había visto nadie: si yo no hubiera leído el cuento
«Funes
el memorioso»
estaría muy limitado explicando lo que encontré. Borges me abre
todo el panorama de la significancia que tiene lo que descubrí.
Entonces, la pregunta que estoy contestando deja de ser técnica de
neurociencia, pasa a ser una pregunta fundamental. Yo no estoy
contestando ahora cómo es el proceso neuronal de formación de una
memoria, estoy contestando qué nos hace humanos. Ese cambio, esa
perspectiva a mí me la dan la literatura, la filosofía, el arte,
salirme de mi traje de científico.
Hablando
de «Funes el memorioso», el olvido es fundamental para
los seres humanos. ¿Por qué estamos tan obsesionados con la
memoria, con no olvidar nada, si justamente es
el olvido lo que nos ayuda a ser creativos?
Si
vos vas y le preguntás a la gente «¿te gustaría tener mucha más
memoria?», te dicen todos que sí. Eso viene desde siempre, desde
que vamos a la escuela. Yo doy charlas y si te cito a Borges de
memoria el auditorio se va diciendo «wow, es un genio». No soy un
genio. Si yo dije tres pavadas, me aprendí de memoria un par de
cositas, no soy inteligente, soy memorioso. Es muy distinto. Desde la
escuela hasta la universidad nos enseñan a estudiar de memoria y
nuestro rendimiento está muchas veces ligado a la capacidad de
memoria: te tenés que acordar del nombre de todos los ríos de
Sudamérica, de todas las batallas de independencia, de todas las
fechas, pero ¿para qué? Deberíamos ser más selectivos con la
información, hacer relaciones, poner las cosas en contexto. No
estudiés cien hechos, quedate con 10, pero tratá de entenderlos
bien. Cuando haces ese proceso, estás dejando de lado un montón de
información. Entonces yo de ahí rescato lo que decía Borges: el
olvido es la característica esencial de la inteligencia. En vez de
estar repitiendo de memoria cien hechos –que es lo que hace una
computadora– te quedaste con unos pocos y los podés entender,
elaborar. Yo creo que esa es la característica esencial de la
inteligencia humana.
«El
olvido es la característica clave de la memoria humana»
Las
máquinas están entrenadas con miles de millones de datos, pero no
tienen inteligencia general; no pueden abstraer ni hacer
transferencia de conocimiento. ¿En algún momento podrían
tener inteligencia general?
No
hay ninguna limitación científica por la cual una máquina no pueda
terminar comportándose igual que un cerebro humano. No hay ninguna
evidencia de que las neuronas y circuitos a base de carbono sean
distintos de lo que podés hacer con silicio, lo que hacés para
transistores. Si en principio replicás en una máquina el
comportamiento del cerebro humano, no hay motivo por el cual la
máquina en algún momento no lo pueda hacer, incluso estar
consciente de su propia existencia. Y ahí entrás en la ciencia
ficción. Habiéndote dicho eso, yo creo que todavía estamos muy
lejos. Hay un motivo fundamental que nos viene trabando y que no nos
damos cuenta: si vos a tu computadora le pedís hacer cosas y se
equivoca, la tirás. Si le pedís a tu teléfono que te guarde las
citas y te cambia la fecha, la hora, no te sirve. El olvido es la
característica clave de la memoria humana. Pero vos no querés que
una computadora se olvide. Se está desarrollando una tecnología
para hacer algo que es radicalmente distinto al funcionamiento del
cerebro humano.
La
«teoría de la mente» es la capacidad de ponerse en el lugar del
otro. Pensando en la conciencia animal o en la eventual conciencia de
las máquinas, ¿sería la empatía algo inherentemente humano?
No,
no es humano. Hay experimentos que muestran que un chimpancé puede
ponerse en el lugar del otro y actuar en consecuencia. Si las
máquinas tuvieran inteligencia general, eso permitiría que tuvieran
empatía. Lo que pasa es que están mucho menos desarrolladas, no
tienen conciencia de sí mismas. Entonces si vos no tenés conciencia
de vos mismo es muy difícil que te pongás en el lugar del otro
porque no tenés ni tu propio lugar. No sabes ni que vos existís.
¿Y
qué sería el sentido común?
Yo
creo que es la capacidad de hacer inferencias y analogías que a
veces son inconscientes. O sea, vos no te das cuenta por qué pero
hay algo que dice «no, yo esto no lo voy a hacer» y capaz que si
vos pudieras ponerte a ver explícitamente tu cerebro es porque te
pasó una situación similar y estás haciendo una analogía. Esa
relación no es necesariamente consciente.
Últimamente
se ha hablado mucho de Telepathy,
de Neuralink. ¿Qué desafíos –o incluso peligros– plantea el
avance exponencial de la inteligencia artificial y las
investigaciones en neurociencia?
Sobre
Neuralink te digo lo mismo que sobre cualquier laboratorio. Yo hago
experimentos en humanos que a veces alguno parece de ciencia ficción,
pero yo para hacer ese experimento te voy a escribir un protocolo
ético bien detallado sobre lo que voy a hacer y el paciente va a
saber exactamente lo que se está haciendo, tiene que dar su
consentimiento. Y siempre un protocolo ético conlleva que si vos
haces algo invasivo –por ejemplo, poner electrodos adentro del
cerebro– lo hacés por un motivo muy claro: tratar de curar al
paciente. Por más que sea Elon Musk, nunca va a poder hacer un
experimento –al menos en la sociedad occidental– sin pasar un
protocolo ético. En ese aspecto yo confío en que el sistema no va a
dejar hacer cosas que pongan en riesgo a una persona con un motivo
injustificado. En cuanto a los avances en general de IA, del riesgo
de un escenario tipo Terminator de
que una supercomputadora despierte y decida largar misiles, yo creo
que el chance de eso es cero, comparado con el chance de que un
loquito que está en Corea del Norte un día se levante con los
cables cruzados y le mande un tuit a Trump y Trump le responda y
aprieten un botón y sonamos. Para entrar en guerra con el humano la
computadora necesita ser consciente de su propia existencia. Pero no
tienen inteligencia general: la computadora que te juega al ajedrez
no te escribe un texto. Yo como científico lo veo con mucha
curiosidad; me encanta ver lo que está pasando, pero hasta el día
de hoy nunca me planteo que sea algo peligroso.
«A
partir del momento que sos consciente de un yo, de que existís como
persona, tenés miedo a la muerte»
No
hemos ahondado aún en las «neuronas de Jennifer Aniston». Ser
capaces de conceptualizar, generalizar y extraer conocimiento es lo
que nos diferencia de los animales y las máquinas. ¿Cómo funcionan
estas neuronas? ¿Sirven también para conceptualizar algo tan
abstracto como el miedo a la muerte?
Yo
hago experimentos en pacientes con epilepsia: es tratar de ver dónde
está el foco epiléptico para removerlo quirúrgicamente y curar al
paciente. Esta intervención tiene unos chances de éxito
relativamente altos. Al poner los electrodos, a mí me permite
registrar neuronas. Entonces les muestro fotos y veo cómo las
neuronas que yo registro me responden a las fotos que estoy
mostrando. Y encontré una que me respondía a fotos de Jennifer
Aniston y a ninguna otra cosa. Entonces, bueno, quedó la «neurona
de Jennifer Aniston» porque era muy sorprendente, las fotos eran
todas distintas. En experimentos posteriores mostré que estas
neuronas también respondían al nombre de la persona. Quiere decir
que es un nivel de abstracción muy alto, porque va más allá de los
detalles de un estímulo: es el significado. No se han podido
encontrar en otras especies, no existen en monos ni en ratas; a día
de hoy son exclusivas de los humanos. Yo apuesto que nunca nadie las
va a encontrar en ningún otro animal, creo que se han desarrollado
solo en los humanos y que es una de las características esenciales
de nuestra inteligencia. Porque nos permiten pensar sobre conceptos,
hacer asociaciones, abstraer y pensar sobre pensamientos (la
metacognición). Ahora, cuando vos me decís conceptos más
abstractos, como la muerte, están codificados en otra área del
cerebro, no en el hipocampo. Probablemente sí haya neuronas que
respondan explícitamente a este tipo de abstracciones, pero hasta el
día de hoy no lo sabemos.
Porque
el miedo a la muerte también es parte de lo que nos hace humanos…
Yo
no creo que sea exclusivamente humano. Yo creo que viene a partir de
la conciencia de tu propia existencia. A partir del momento que sos
consciente de un yo, de que existís como persona, tenés miedo a la
muerte. Eso ya te da una ventaja evolutiva. Pero los simios
superiores también tienen conciencia.
En
el libro se plantea la conciencia desde el materialismo: afirmas que
la mente no es algo separado del cerebro sino que son lo mismo. Si la
conciencia es solamente actividad neuronal, entonces, ¿qué es el
yo?
También
es actividad neuronal. El yo viene dado por el cerebro y, si querés,
la interacción con el cuerpo. Lo que determina que este brazo es mío
es que responde a como yo espero que responda. Yo tengo una sensación
de que lo voy a levantar y lo levanto. Esto viene mucho con el tema
de la neuroprostética: a personas con un brazo amputado les pones
una prótesis, si el brazo responde en base a lo que la persona
quiere que haga el brazo, lo va a empezar a sentir como suyo. El yo,
para mí, es una construcción, es quizá la construcción más
elaborada del cerebro. Vos estás enfrente mío y que yo te pueda
reconocer, me acuerde luego de cómo te ves… tomo información y
genero una noción de que sos vos. Y así como la genero de vos, la
genero de mí mismo. Tengo memorias de mí mismo, me acuerdo de
ciertas cosas, las uno, y eso es lo que me constituye. Pero es
también una construcción, no es nada místico o mágico.
«Me
cuesta pensar en cosas relacionadas con la neurociencia que no se
puedan hacer en cinco años»
Hablando
de eso, ¿por qué le gusta tanto al cerebro la magia?
[El
ilusionista Juan] Tamariz dice
que la magia te tiene que dejar con una sensación de «no puede ser,
la única explicación posible es que es magia». A mí como
neurocientífico me interesa mucho la magia porque los magos usan un
principio que para mí es clave del funcionamiento del cerebro:
procesa muy poca información, entonces ahí ya tenés un olvido
enorme, estás dejando de lado un montón de detalles que nunca vas a
recordar porque ni siquiera los estás procesando, entonces haces una
construcción en base a inferencias. Lo que hacen los magos es que te
quiebran las inferencias, las usan para confundirte.
Hoy
la ciencia ficción es anticipación para los próximos cinco
minutos. Incluso ya no se está hablando solo de literatura
especulativa, sino de literatura prospectiva. Como
neurocientífico, ¿crees que el futuro es necesariamente
distópico o queda espacio para la utopía?
El
otro día me preguntaban qué es hoy ciencia ficción pero que en un
futuro se podría hacer y me cuesta, porque veo que ya casi todo es
posible y lo que no es posible es porque tenés una limitación. Por
ejemplo, ser inmortal: vos podés poner toda la tecnología del
universo y crear un clon igual a vos, pero cuando vos te moriste, te
morís, tu clon vivirá, pero ya no sos vos. La muerte es una barrera
inevitable. Pero me cuesta pensar en cosas relacionadas con la
neurociencia que no se puedan hacer en cinco años. Por eso está tan
bueno, porque es como que de repente estás haciendo ciencia ficción.
Justamente,
además de varios libros de ensayo, también escribiste una novela de
ciencia ficción.
Una
de las ventajas que me da la novela es que no tengo por qué tener
una opinión, puedo dejar que los personajes evolucionen y que puedan
contrastar distintos tipos de ideas. Me encanta que no estoy limitado
a la realidad, no necesito ser fehaciente, en la ficción le puedo
dar rienda suelta a la imaginación. Y, bueno, en mi caso lo planteo
con mis experimentos; descubrí neuronas que son exclusivamente de
los humanos y entonces me pregunto: ¿qué pasaría si yo le implanto
este tipo de neuronas a un mono?
https://ethic.es/2024/03/entrevista-rodrigo-quian-quiroga-neurociencia-ciencia-ficcion/?_gl=1*sfq5eh*_up*MQ..*_ga*MjM3ODkxOTc3LjE3MTA3MDQ2NjQ.*_ga_0LL6WCT924*MTcxMDcwNDY2MS4xLjAuMTcxMDcwNDY2MS4wLjAuMTU1NTA3MjQxNg..