domingo, 31 de diciembre de 2023

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

8 poemas de Nadia Sol Caramella

27 Dic 2023

/

JUAN DOMINGO AGUILAR

Nadia Sol Caramella es una poeta, editora, docente y gestora cultural nacida en Buenos Aires, Argentina, en 1986. Publicó La maleza del jardín (Elemento Disruptivo, 2021), Técnicas de supervivencia (Promesa Editorial, Argentina; 2020. Liliputienses, España; 2021. Granuja Editorial, México; 2022), Lo que el silencio puede darnos (Editorial Mutanta, 2020), La orfandad de las flores (Alma de goma ediciones, 2020), Federación de cazadoras (Ausencia editora, 2017), Tiempos de Caza (Subpoesía, 2017) y Temporada de ciervos en el bosque (La Fuerza Suave, 2015). Dirige desde hace 14 años Escrituras Indie, medio de difusión de arte y literatura, edita en Difusión A/terna Ediciones, editorial de plaquetas de nueva literatura latinoamericana. Como gestora cultural produjo ciclos audiovisuales de poesía, ferias de publicaciones y eventos literarios en distintas ciudades de Latinoamérica. En 2018 y 2021 ganó la beca de creación del Fondo Nacional de las Artes. Actualmente coordina talleres de escritura y se encuentra trabajando en su próximo poemario.

***

la encontré en un rincón
detrás de la puerta
era chiquita, oscura y deforme
temblaba a pesar del calor
daba pequeños saltos
y emitía un quejido intermitente
la tomé en mis manos
y la solté en el jardín
junto a los malvones
ahora la soledad crece en el barro
bajo la lluvia del domingo
como las otras flores

***

esta noche
parece insinuarme algo
miro al cielo
las nubes me arrebatan un pedazo
de luna y con ella su luz
es curioso
mi gata juega entre las plantas
casi no puedo distinguirla
por un instante
me sorprende la belleza
de lo que tiende a perderse
en la oscuridad

***

un pájaro voló
hasta un techo alto de tejas azules
y se estrelló
su cuerpo todavía con vida
cayó al suelo
pude ver el momento justo
en que su corazón dejó de latir
fue extraño
no sentí pena
solo curiosidad por la muerte

***

muñecas de infancia
vestidas de luto
sillas apiladas en un rincón
el jardín y la gracia
de una rama seca
el disfraz de este día
sin planchar en el ropero
juegos de niña
y un pájaro muerto
a los pies del rosal
el resplandor del barrio
y la soledad de las antenas

***

si hay un dios para cada paisaje
este sería rosa,
afiebrado por la belleza del loto
en primavera

***

ningún poema
puede salvarnos
pero puede decir:
los domingos por las noches
soy especialista en la ausencia
puedo diseccionarla
analizar sus partes
y verla multiplicarse
por toda la casa

***

la semilla
en la herida de la tierra
florece

***

es posible que el tiempo
eche raíces en lugares insólitos
mientras vos acomodás tu pelo
para contemplar las plantas del jardín
puede que la vida no sea más que eso

https://www.zendalibros.com/8-poemas-de-nadia-sol-caramella/

TEMAS TERTULIA 5-1-2024

DUDAS

PUEBLOS Y CULTURAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

TEXTOS TERTULIA 29-12-2023

MIOPIA

EUROPEOS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Fragmento de un mural de homenaje al historietista Francisco Ibáñez en la fachada del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy de Cartagena (España), creado en 2021 por Raúl Estal

MIOPÍA


Hace muchos años, un cura llamado Jaime que en aquellas fechas viajaba con frecuencia a Panamá para ayudar a los menos favorecidos, nos contaba a un grupo de adolescentes dispuestos a cambiar el mundo, pesara a quien pesara, que los «indiecitos» tenían una mirada diferente a la de los europeos porque veían un horizonte mucho más lejano que el de la gran ciudad colmada de edificios seccionadores de paisajes.


Por alguna razón aquella idea se me metió en el cuarto de atrás de la memoria y años después, mirando al mar desde el espigón del pueblo costero que me acoge entendí que existen tres niveles de mirada: lejana, media y cercana, o lo que es lo mismo: la que busca la línea del horizonte, la que se deleita en el agua del mar y la que se entretiene con la arena o con las rocas.


Ahora, en estos tiempos en los que mientras unos disfrutamos de la iluminación y los turrones, otros pasan sus vacaciones de verano en las antípodas y no pocos están siendo golpeados por el hambre y las guerras feroces, se me ocurre pensar que del mismo modo que se puede desarrollar una miopía física por mirar muy de cerca las letras, no es descabellado intuir que de tanto mirarnos el ombligo hayamos desarrollado una miopía emocional generalizada que nos permite seguir viviendo como si nada malo ocurriera a nuestro alrededor sin ni siquiera tener que mirar para otro lado.


Es posible que el último resfriado me haya dejado débil; es posible que estas Navidades sienta más nostalgia de días felices; es posible que los años hayan aumentado mi sensibilidad; y es posible que la soledad me esté pasando factura. Seguramente es una mezcla de todo esto lo que, a ratos, me hace sentir mucho pudor y cierta vergüenza por el hecho de pertenecer a un género humano que, a veces, casi nunca, me parece tan humano como se define a sí mismo.


30/diciembre/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»

MIOPIA

¿Por qué hay hambre en el mundo si sobra comida?

¿Por qué seguimos arrasando todo nuestro entorno, la herencia de nuestros hijos, mientras decimos que les queremos?

¿Por qué los dioses, o los extraterrestres, no se manifiestan públicamente?

¿Por qué quienes más hablan de libertad son quienes más la destruyen?

¿Por qué la codicia, el egoísmo o el consumismo no se consideran enfermedades mentales?

¿Por qué todo el mundo dice buscar el amor pero nadie lo siembra?

¿Por qué dicen que Putin es un criminal de guerra pero Netanyahu no?

¿Por qué Netanyahu, siendo judío, se empeña en dar la razón a los nazis copiando sus métodos?

¿Por qué no regaste ese geranio y ahora te lamentas de que ya no te regale flores?

¿Por qué los esclavos se vuelven todos tiranos cuando tienen un látigo en la mano?

¿Por qué la miopía humana les hace valorar lo que tenían después de perderlo y no antes?

¿Por qué llamamos amar a controlar, dominar o hacer que la otra persona baile a nuestra música, siendo todas las músicas hermosas?

¿Por qué me quieres parar...”si no se para la Tierra, ni los cielos, ni la mar...”?

¿Por qué los ciegos oyen mejor y los sordos ven perfectamente?

¿Por qué no se ha prohibido todavía la fabricación de armas?

Por qué no votamos los ciudadanos los Presupuestos Generales del Estado, en que se gasta nuestro dinero, en vez de a señores de todos los colores pero todos al servicio de otros señores que deciden guerras, crisis y, en general, el destino humano mientras nos hablan de democracia?

¿Por qué el dinero puede viajar libremente por todo el mundo pero las personas no?

¿Por qué nos educamos como esclavos y luego nos sorprendemos de que actuemos como tales?

¿Por qué todavía creemos que los países son reales pero las utopías no lo son?

¿Por qué los verdugos y militares cobran todos salarios pero los músicos y poetas no?

¿Por qué ni la vida renaciendo cada primavera nos convence de su grandeza?

¿Por qué permitimos que roben la infancia a los niños mientras añoramos la nuestra?

¿Por qué nos hacemos tantas pregunta pero ignoramos la última e inevitable respuesta?

No, nuestro problema no es de miopía, sino de absoluta ceguera.

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MIOPIA

ABSURDO 4

No fue un robo, fue un hurto
Un poquito de corazón, un poquito de alegría
No hubo violencia, no hubo embustes
No pasa nada, hay corazones como de lagartija

Hoy el cielo está en escala de grises
Algunos lo llamarán bruma
El ricino aún no se ha marchitado
Esperar al destino es un consuelo triste

Nos resguardarnos ansiando exponernos
Nos ocultamos rezando ser visibles
No es por vosotros,
Es por nosotros

Los chicos de hoy en día…”
Resbalan esas palabras por labios
Que ya no se consideran dignos
De llamarse, de besar, de sentirse “chicos”

Secos, ¿el qué? ¿Los corazones?
No, muy típico
Secos los sueños, secos los deseos
Seca la música, secos los ojos

La vejez que no halla su lugar en este domingo
Amarillean los tejidos sosteniendo las almas frágiles
Yo no había ordenado construir este pantano
No soplaba el viento al nacer este aeropuerto
Se amplifican los tubos y los cambios
Al mil por ciento, elevados a la Unión Soviética caída

Sara V.T.

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MIOPIA

Mentimos

Incluso

Observando

Pedantes

Insultos

Amorosos

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EUROPEOS

Hace muy poco tiempo que los europeos, siempre tan etnocéntricos, hemos abierto, al menos en parte, los ojos a nosotros mismos.

Hace poco más de un siglo, en la época de nuestros bisabuelos, estuvieron de moda, entre otras curiosas costumbres, los llamados “dientes Waterloo”, dentaduras postizas hechas con los dientes de los soldados muertos en dicha batalla ; los caballeros a la moda las preferían a las artificiales, mucho más baratas.

Otra curiosa costumbre ocasionó la destrucción de gran parte del legado arqueológico egipcio, al convertir en polvo cientos de momias, pues se creía en las propiedades curativas de tal sustancia. Tal acto de necrofilia no se consideró en ningún momento síntoma de barbarie.

En la misma época acicaladas damas escuchaban entre escandalizadas y morbosamente encantadas las historias que valientes caballeros viajeros narraban sobre salvajes pueblos primitivos que devoraban seres humanos, sin apuntar el detalle de que no solían tener otra alternativa de supervivencia ante la imposibilidad de abastecerse de las suficientes proteínas animales, mientras que el uso supuestamente medicinal de cadáveres pulverizados no tiene más razón de ser que la ignorancia misma, pudiéndose considerar, sin duda, como síntoma de primitivismo.

Pero siempre suele ser al mirarnos a nosotros mismos, individualmente o como grupo, cuando con mayor miopía juzgamos.

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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

LENTITUD Y ATENCIÓN COMO REBELIÓN EN UN MUNDO ACELERADO

Por todos lados nos presentan el tiempo como algo que se pierde. Nos empujan a olvidar que hay actividades con las que, en su pausado ejercicio, el tiempo se gana, se conquista y enriquece.

Nos hemos acostumbrado peligrosamente a imprimir y acoger ritmos rápidos, vertiginosos y poco conscientes en nuestra vida. Nos movemos de un lado a otro sin recapacitar en la importancia del tránsito: de casa al trabajo o al centro de estudios, y vuelta a casa, hipnotizados y narcotizados, en los escasos entreactos de los que disponemos, con un sinfín de aplicaciones y aparatos tecnológicos que mantienen nuestra capacidad de desear constantemente despierta y espoleada en medio del infierno de lo igual.

Twitter, Instagram y un sinfín de redes sociales aportan material en apariencia siempre novedoso, sin que paremos mientes en que lo que se nos ofrece no es más que lo mismo camuflado bajo capa de algo singular. Hoy, el negocio estriba en adueñarse de nuestra atención a través de este perverso mecanismo.




Cuando nos dicen que «la vida son dos días» tengo la impresión de que intentan contagiar una prisa que no siempre se necesita. Leer y pensar despacio, amar despacio, tomar un café o pasear despacio. Es muy urgente recuperar la capacidad para disfrutar de la lentitud de los procesos. De vivir sin prisa(s). De alimentar la lentitud. Por todos lados nos presentan el tiempo como algo que se pierde: «Escucha resúmenes de libros para no perder tiempo», «Pide comida para no perder tiempo», «Miles de podcasts educativos para no perder tu tiempo estudiando», etc. Nos empujan a olvidar que hay actividades con las que, en su pausado ejercicio, el tiempo se gana, se conquista y enriquece.

«Cuando parece no haber tiempo para pensar, se nos empuja a elegir entre recetas y fórmulas que no necesitan elaboración propia»

En paralelo, este hiperaceleracionismo ha afectado sobremanera la forma en que nos relacionamos. Los nexos humanos se han convertido –o corren el riesgo de convertirse definitivamente– en meras conexiones tan espontáneas como efímeras que no permiten ahondar en la biografía del otro, que nos conservan encerrados en una intimidad encapsulada, aprisionada, que se asfixia por falta del oxígeno que procura el contacto en profundidad con la alteridad, con el otro (que es, también, un yo mismo). Una intimidad que se ve incapaz de abrirse al otro porque precisa, en medio de una sociedad que galopa desbocada, de nuevas conexiones que sigan alimentando un yo que únicamente se ve satisfecho a través de la permanente apertura a diversas e insignificantes novedades, y que además se viste de inocente entretenimiento mientras descompone sutilmente el entramado social.

Por otro lado, en una lectura política, la rapidez con la que corre nuestro mundo beneficia a los dogmatismos de toda índole. Cuando parece no haber tiempo para pensar, se nos empuja a elegir entre recetas y fórmulas que no necesitan elaboración propia. El do it fast encierra una terrible servidumbre intelectual y emocional de la que se benefician todo tipo de populismos y emporios económicos. Necesitamos, por ello, la lentitud del pensar para situarnos con plena consciencia en nuestro presente; debemos tomarlo como parte del ejercicio de nuestra responsabilidad individual, social y ciudadana.

Para entrenarse en la lentitud es imprescindible el papel de la educación como mecanismo que puede oponerse al efecto destructivo y desmembrador del aceleracionismo. El cerebro rápido no puede calcular las consecuencias de sus actos: reacciona mecánicamente, no actúa responsablemente. En términos fisiológicos, pueden llegar a darse atrofias cerebrales de carácter funcional que provoquen una hipofunción del pensamiento lento, que nos impidan recuperar la capacidad para un actuar lento y pausado, tan importante, por ejemplo, en la toma de decisiones.

«El cerebro rápido no puede calcular las consecuencias de sus actos: reacciona mecánicamente, no actúa responsablemente»

Por supuesto, en términos evolutivos el pensamiento rápido es propio de –y necesario para– la supervivencia, pero afortunadamente queremos (y necesitamos) más que sobrevivir. Nuestros procesos mentales están cambiando por el uso indebido de la tecnología. Nos estamos haciendo indolentes, el cerebro vaguea y lo convertimos en una caja de repetición. Como escribió la malagueña María Zambrano, resbalamos por la vida en lugar de agarrar con firmeza y sensatez las riendas de nuestra responsabilidad. Reducir nuestra paciencia cognitiva es sinónimo de facilitar nuestra esclavitud intelectual y emocional.

La auténtica y más relevante batalla que hoy se libra tiene como objetivo captar, moldear y monopolizar nuestra atención. Y ello está muy relacionado con el ritmo que decidimos imprimir a nuestra vida: a mayor rapidez, menor atención a los procesos y actividades que desarrollamos, y una escasa atención hace de nosotros marionetas abúlicas y perezosas que se dejan llevar por los continuos estímulos a los que se ven sometidas. No hay más que pensar en cuánto se han empeñado en vendernos el llamado multitasking como una virtud laboral y existencial: hacer mucho sin centrar nuestra atención en nada. Que no es más que, digámoslo claro, entregar nuestra acción a la deriva.

Como escribe Charo Rueda Cuerva, catedrática de Psicología Básica en la Universidad de Granada, en Educar la atención con cerebro (Alianza Editorial, 2021): «En el rango de habilidades cognitivas potenciales del ser humano, la atención tiene un papel fundamental. Es el cimiento sobre el que estriba toda la construcción del entramado cognitivo propio de nuestra especie». Y añade: «En este sentido, la atención nos ayuda a ser más inteligentes».

«Reducir nuestra paciencia cognitiva es sinónimo de facilitar nuestra esclavitud intelectual y emocional»

No hay que engañarse. Hay una clase de ruido, causante de un existir acelerado y distraido, adormecido, sin pausa ni sentido de la autonomía, que sólo puede silenciarse y sanarse lejos de una pantalla. Lo repetiré una vez más: hoy la auténtica lucha es por nuestra atención. Por eso, una buena educación, enriquecedora (en contenidos) y crítica (en enseñanza de actitudes), ha de fomentar el cuestionamiento sobre la espinosa cuestión de a quién permitimos que se adueñe de nuestra atención. Es necesario e inaplazable recuperar la lentitud en los procesos de la vida. La rapidez es una estrategia que se instaura para consumir –y ser consumidos– de forma incesante y desaforada.

Acaso por eso se siga temiendo tanto en términos políticos el influjo educativo de las humanidades, cada vez más maltratadas en términos curriculares: porque nos invitan a hacernos dueños de nuestra libertad, porque fomentan el abandono de la homogeneización, impulsan la curiosidad, eluden la neurosis de vivir anclados al momento presente y nos proyectan a horizontes compartidos y comunes, ralentizan los tiempos de vida, reducen la vehemencia consumista, alientan el empuje por conquistar nuestra atención, hacen el mundo más rico y diverso e impulsan la creación de nexos interpersonales.

Tal vez sea esta la rebelión que necesitamos: practicar la lentitud y cultivar la atención a través de una educación centrada en ambas prácticas. Para que, como escribió Simone Weil en su Meditación sobre la obediencia y la libertad, no pueda mantenerse «el sentimiento de impotencia» de la ciudadanía, «primer punto de una política hábil por parte de los amos». Nuevas formas individuales de vivir la realidad implicarán nuevas formas de relacionarnos, más valiosas, conscientes y comprometidas. Y aquí está, quizá, el meollo de la cuestión, que también apuntó Weil en un fragmento de la década de 1930: «Sólo puede haber un progreso social, pequeño o grande, si la presión desde abajo es lo suficientemente fuerte como para imponer nuevas condiciones a las relaciones sociales».


https://ethic.es/2022/07/lentitud-y-atencion-como-rebelion-en-un-mundo-acelerado/

domingo, 24 de diciembre de 2023

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

5 poemas de Los pasos de la cordura, de Ana Merino

14 Dic 2023

/

LAURA DI VERSO



5 poemas de Los pasos de la cordura, de Ana Merino

Reino de Cordelia publica una antología completa de la poesía de Ana Merino. El volumen permite comprender que la autora ha levantado su obra sobre temas tan profundos —y necesarios— como el paso del tiempo, la complejidad de las emociones y el trazo de los presentimientos. En estos poemas encontramos, además, reflexiones sobre la niñez y la efervescencia de la vida.

En Zenda reproducimos cinco poemas presentes en Los pasos de la cordura, de Ana Merino (Reino de Cordelia).

***

En la llanura


Tengo que aprender
a comerme las horas
y a que me salgan insectos por la boca.
Y meterme en los oídos
al viento
para que me respire en sus pulmones.

Y todo parezca salido
del bostezo
de una ballena:
en una barca de tres troncos
con las alas pegadas
al paladar.

Y no saber
si se abrirá su ensueño a un mar
o quizás a un ahogo
donde sudar
esta fiebre
de pedazos de sol y de labios.

***

Carta de un náufrago


Con el consentimiento de la nieve
caminaré despacio.

Alguien habrá que espere junto al fuego
y yo, que estaré ciega por el frío,
haré paradas breves,
sacudiré el paraguas y empezaré de nuevo.

El único secreto es no sentirse
inmensamente lleno de verdades.
No aceptar nunca las invitaciones
que la neblina
sugiere al anidar con sus disfraces
de paisaje feliz, de grandes sueños.

Alguien habrá que diga, se ha perdido,
alguien saldrá a buscarme,
y llevará el calor de una botella
donde podré mandarte este mensaje.

***

Vida de lagartija


Yo quise ser animal casero
con vistas a la playa
pero soy lagartija y habito entre las grietas
de una roca volcánica en medio del desierto.

A veces alguien corta el final de mi cola
y allí quedan mis sueños moviéndose nerviosos
creyendo que están vivos.

Yo soy como las horas que pierden los domingos
acaricio el descanso metido entre las sábanas
y espero a que amanezcan los días de diario.

La vida es un enigma del que solo descifro
un trozo de esperanza,
lo miro de reojo y nunca me detengo
porque temo el acecho de los tirachinas
o la sombra de un gato.

***

Mujercitas


Nosotras que buscamos el amor
en las metáforas que suspiran,
que hemos aprendido a recorrer nuestro cuerpo
con las yemas finísimas,
deseamos,
en el espejo de nuestra boca
que nuestra lengua se transforme en otro paladar, en otros labios
y los recorran unos dedos inmensos
que sepan penetrarnos,
abrir todas las grietas,
y nos hagan temblar como a los árboles de tronco diminuto
que se mecen con el viento.

Nosotras vestidas o desnudas
florecemos con el agua de los besos
que humedecen las promesas,
florecemos con el susurro efímero
de la felicidad.

Pero también nosotras, las que buscamos el amor
en los versos sin alas de todos los ángeles caídos
nos vamos quedando solas,
y la geografía de nuestra piel se desdibuja,
en todas las esquinas, sobre las sábanas,
en los abrazos de la añoranza,
en el deseo de una nostalgia a la que rendimos tributo
bebiendo su semilla.

***

El hombre que sabe a chocolate


El hombre que sabe a chocolate
se ha quedado dormido.

Sus ojos,
de chocolate amargo
a veces parpadean
y el aire se condensa
en su boca de nata,
en el dulce de leche de sus labios.

Una intuición me dice
que el chocolate puro
no puede ser un hombre,
que el deseo no debe
dibujar espejismos tan golosos.

El hombre que sabe a chocolate
no parece real,
no quiero que lo sea,
el chocolate esconde
pasiones más oscuras
que el amor.

—————————————

Autora: Ana Merino. Título: Los pasos de la cordura. Editorial: Reino de Cordelia. VentaTodostuslibros.

BIO

Ana Merino es escritora. Catedrática de Escritura Creativa y Estudios Culturales en la Universidad de Iowa, en 2011 fundó la Maestría de Escritura Creativa (MFA) en español, que dirigió hasta diciembre de 2018. En 2020 obtuvo el Premio Nadal por la novela El mapa de los afectos (Destino). Ha publicado también la novela Amigo (2022). Como poeta ha publicado ocho libros desde Preparativos para un viaje (1995), Premio Adonáis, reeditado en Reino de Cordelia en 2013, al que han seguido Los días gemelos (1997), La voz de los relojes (2000), Juegos de niños (2003, Premio Fray Luis de León), Compañera de celda (2006), Curación (2010), Los buenos propósitos (2015) y Salvamento de hormigas (2022). Es autora de dos poemarios infantiles Hagamos caso al tigre (2010) y El viaje del vikingo soñador (2015), la novela juvenil El hombre de los dos corazones (2009) y las obras de teatro Amor: muy frágil (2013) [LITERATURA REINO DE CORDELIA, nº 23], Las decepciones (2014), La redención (2016)[LITERATURA REINO DE CORDELIA, nº 70] y la infantil Salvemos al elefante (2017). Es autora de dos ensayos: El cómic hispánico (2003) y Diez ensayos para pensar el cómic (2017), y de una monografía sobre Chris Ware.

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-los-pasos-de-la-cordura-de-ana-merino/

TEMAS TERTULIA 29-12-2023

MIOPIA

EUROPEOS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

TEXTOS TERTULIA 22-12-2023

NAVIDAD

PATERNIDAD

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

NAVIDAD

Nos

Adormecen

Viendo

Iluminar

Dioses

Antes

Dormidos

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NAVIDAD

SHAKTI

La madre divina ha extendido su manto

azul y rosa, con brocados dorados.

Decorado con todos los seres

que habitan el mundo.

Se sienta en un trono, un triángulo sacro,

desde donde manda su energía cósmica.

Sanadora de vida, sostenedora velada,

fuente de mis plegarias que siempre contestas.

Belleza escondida, contemplarte nos salva.


La Madre Divina es la energía femenina del Mundo que, según la tradición hindú, se encuentra en la columna vertebral como una serpiente dormida que al despertar eleva la conciencia de la persona. Además, la Madre es la contraparte de Brahman, a la que los hindúes rezan para alcanzar su protección. La Madre Divina es también María en la tradición cristiana.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.

PATERNIDAD

Nuestra sociedad, que para conducir una máquina relativamente simple exige una serie de exámenes y pruebas psicotécnicas, no considera oportuno tomar las mismas precauciones para que una persona sea padre o madre, dándose así tristes casos de padres psicópatas que maltratan salvajemente a sus hijos, posiblemente porque fueron a su vez víctimas cuando eran niños y nadie ha roto la cruel cadena y condena, cuando podría detectarse con un simple test.

No se trata de exigir determinada cultura o conocimientos para ser padre o madre, se trata de ayudar a quien puede dañar y hacer daño tanto como a su victima, al tiempo que informar, cuando menos someramente, de las distintas etapas por las que va a pasar el niño en su desarrollo y como ayudarle en cada una de ellas.

Pero así demostramos qué está antes y qué después, y a quien consideramos más digno de cuidados, entre un coche y un niño, en nuestra escala social de valores, por mucho que digamos lo contrario. Esta absurda realidad es el resultado lógico: una realidad de víctimas transformadas en verdugos, de hambrientos en un mundo donde sobra comida, de pobres en un mundo que rebosa riqueza, de individuos enfermos creados y criados en sociedades enfermas, un mundo tan primitivo y antinatural como su propia locura.

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PATERNIDAD

NEGACION

Vuelve, no sabemos de dónde, más individual y menos dividida que nunca. Busca en ollas negras la bicicleta que una vez fue refugio, aunque de eso haga ya mucho; lo suficiente como para que la herida haya dejado ya de doler, de sangrar, de escocer; ni siquiera de recordar.

Re-cordis, vuelta al corazón, que sigue bombeando con la misma fuerza o más, aunque le queden menos latidos.

Como los corales, colonias de colonias, nos miran desde fuera y… ¿y? ¿Dónde está la belleza? En el ojo que mira, por supuesto. O no: en el ojo que ve. El ojo que sabe ver.

Hablaron hace años de las fibras de un corazón hipotecado, cuando aún no había empezado a pagar la primera cuota. La primera mensualidad. La primera letra de una palabra que se convirtió en cuento, en novela, en reflejo de las memorias de las mil vidas no vividas y a la vez… de las únicas incrustadas en su piel.


Sara V.T.

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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

CONTRA TODO PRONÓSTICO

Contra todo pronóstico, salí de la maldad;

no tenía sentido responder, pelear,

abrí todas las puertas que se me iban cerrando,

miraba hacia otro lado al ver perversidad,

rompí un millón de hilos que unían mi memoria

a la mano que siempre entorpecía mi azar.


Y pensé que mi historia quedaría perdida,

anegada en recuerdos, envuelta en malestar,

librando mil batallas, nadando en soledad,

con la esperanza rota, sin nada que explorar.


Pero aquella mañana, que nunca he de olvidar,

vacía de recuerdos y llena de verdad,

me permitió encontrarme en otra realidad,

recoger mis pedazos, ponerle voluntad,

construir mi destino, quererme de verdad y

contra todo pronóstico, conseguí remontar.


23/diciembre/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»


La teoría relativista de Protágoras: las cosas son como cada ser humano las percibe

FILOSOFÍA

Este filósofo y sofista, que vivió en la Grecia Clásica, negó la existencia de verdades y valores universales, defendiendo que algo bueno para unos, puede ser malo para otros


Protágoras

 Wikipedia

Beatriz Benéitez Burgada

15/05/2022 21:44

Protágoras de Abdera fue un filósofo y experto en retórica de la Grecia clásica, que recorría el mundo griego enseñando el correcto uso de la palabra. Fue un sofista, un profesor remunerado que enseñaba conducta y conocimiento sobre la vida. 

Famoso pensador, viajero maestro solicitado, fue conocido de Sócrates, amigo y consejero de Pericles y Platón le dedicó uno de sus famosos Diálogos. Defendió la ausencia de valores y verdades universales y absolutas ya que, según su teoría del relativismo, las cosas son tal y como cada ser humano las percibe.

El hombre es la medida de todas las cosas” es una de las frases más célebres de este maestro de la persuasión, que han pasado a la historia. Protágoras defendió la importancia de apelar a las emociones, en lugar de intentar persuadir utilizando sólo la razón y la lógica. Según la teoría relativista de Protágoras, no hay verdades absolutas porque todo está condicionado por el contexto, por el tiempo y el lugar en el que cada acontecimiento sucede.

El mismo acontecimiento o discurso es interpretado de forma diferente por cada persona, en función del cuándo, dónde y cómo. Hay tantas interpretaciones de un mismo hecho como persona. Protágoras defiende que cada ser humano ve las cosas a su manera y las interpreta en función de su experiencia y su pensamiento.

El Partenón en la Acrópolis de Atenas

 Getty Images/iStockphoto

Gran maestro de la retórica, aseguraba que ante un mismo tema de discusión siempre hay forma de defender muy diferentes posturas. Porque todo es relativo y es inevitable que haya muchas verdades, ciertas o válidas para unos, falsas o inválidas para otros. Por eso, piensa que lo importante es tratar de sonar convincente ya que en realidad, nadie tiene la razón, sino que cada persona tiene la suya.

Un discurso seductor

Según Protágoras, cuando una persona realiza una declaración, lo importante es pensar en el efecto que puede causar y en la forma de atraer y acercarse a otras personas. La veracidad de la declaración no es relevante. Lo importante es seducir a los oyentes, apelando a las emociones. Esto era lo que pensaban los sofistas que, como el propio Protágoras, formaban y asesoraban a los hombres más influyentes de Grecia.

La retórica era considerada un arte en la ciudad-estado de Atenas, gobernada entonces por Pericles, en cuya democracia era fundamental saber cómo defender las ideas en la asamblea y en otros ámbitos de la vida pública. Los sofistas tuvieron un papel muy relevante en esta sociedad y se convirtieron en profesionales expertos en el arte de la argumentación y la persuasión.

La forma en la que los sofistas desarrollaban su maestría fue duramente criticada por filósofos como Sócrates y Platón, que defendían la idea de valores universales para alcanzar la belleza, la bondad y la justicia, por lo que rechazaban que la importancia la tuvieran los argumentos ‘a medida’, desarrollados para defender una idea. Para Protágoras y los sofistas en general, en cambio, todo es relativo y lo importante es saber cómo defender una opinión.

Protágoras defendía la existencia y cumplimiento de las leyes, siempre que sean aceptadas por la mayoría, porque el hombre necesita vivir en comunidad y la convivencia debe de regirse por unas normas. Porque, para este maestro, todas las ideas tienen la misma validez, pero las leyes son imprescindibles. Él mismo llegó a redactar una constitución para la nueva colonia de Turios, por encargo de Pericles. 

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