domingo, 30 de diciembre de 2018


VOCES entre VOCES



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TEMAS TERTULIA 4-1-2019

CONSECUENCIAS
ARMONÍA
MICRORRELATOS Y AFORISMOS

Lo improbable asombra a todo el mundo, lo cotidiano solo al genio.(Jorge Wagensberg)







No puedo estar sola,
pues me visitan multitudes;
incontables visitantes
que irrumpen en mi cuarto.
No tienen ropas, ni nombres,
ni tiempo, ni país;
tienen casas compartidas,
como los gnomos.
Su llegada puede ser anunciada
por mensajeros, en lo interior;
su partida, no,
pues nunca se marchan.

Emily Dickinson, incluido en El viento comenzó a mecer la hierba (Titivillus, Internet, 2016, trad. de Enrique Goicolea).
Otros poemas de Emily Dickinson
El agua se aprende por la sed...Nadie conoce esta pequeña rosa...


Mientras vivamos en la ingnorancia seremos siempre enemigos los unos de los otros”. (Proverbio árabe)


TEXTOS TERTULIA 28-12-2018

INOCENTES
COSAS
MICRORRELATOS Y AFORISMOS



INOCENTES

Había una vez . . .
. . .
. . .
. . .
. . .
. . . e hicieron de su capa un sayo.

28 de diciembre de 2018.

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INOCENTES

Vamos como niños
a mancharnos la ropa y tirarnos piedras.
Oye, si me llamas te leo desnudo un verso.
Te escribo
haciendo el pino con mis dudas unas promesas.
Llámame y te enseño, lo que llevo guardado
aquí, muy adentro.
Mira ,
tenemos que vernos, frente a frente las caras,
porque esta falta de alegría hay que solucionarla.
Te doy a escoger
entre pistola con flores o sonrisas de sable.
Vamos a quedar
y nos comemos a besos las palabras.
Sí, para alimentarnos yo pondré el corazón
y tú la salsa.
Vamos a pecar,
de nada tienen culpa nuestros cuerpos.
Amada desconocida, en esta cita a ciegas
me reconocerás
por el vestido de lunares y mi nariz de payaso.

JJC – Juan Jiménez Caballero


COSAS

PASARÉ DESPACIO – (AÑO NUEVO)


Rafael Cotilla




COSAS

Gente corriendo en todas las direcciones con tanta prisa como si supieran realmente hacia donde se dirigen o como si hubiera algo más que la muerte al final del camino.
Gente con la mente ocupada con asuntos tan importantes como el vestido que llevar el último o primer día del año.
Gente aparentemente sensible al sufrimiento de cualquier animal, admirable, salvo al sufrimiento del ser humano, extraño . . .
Gente convencida de que su equipo de fútbol es el que mejor gobierna y de que su partido político es el que mejor juega al fútbol.
Gente que piensa cosas y cosas que condicionan la vida de la gente que cree que piensa cosas importantes tanto como la de quien piensa que pensar es una pérdida de tiempo.
Tiempo, esa cosa extraña que pocas veces valora la gente que compra cosas pagando con su tiempo por tenerlas, por acumularlas, por perderlas.
A pesar de todo, la vida parece tener sentido, llena de cosas, para la gente, que es, inevitablemente, el sentido último de todas las cosas.


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MICRORRELATOS Y AFORISMOS

Me quitas el sueño,
pero no estás en ellos.
. . .
Esta noche, Ésta,
porque ha sido la primera
que he soñado contigo.

Lourdes Pérez








Hijo mío, esto es un parque, y aquí en la sombra
está el silencio, es un amigo tuyo, aprende a conocerlo.
Ahí está la tristeza, sola, con la luna al hombro,
y ahí la alegría, mano a mano con el amor, dándole vueltas al sol.
Y la esperanza anda por ahí despacio luciendo su preñez camino de la cena.

Hijo mío, esto no es un parque, esto es
la zona de la euromuerte, la segunda, o la tercera,
sólo la velocidad a la que se muere lo distingue de otros parques,
todo está calculado en algunos papeles de cinco puntas.

No es un parque sino un campo de tiro, en la hierba hierros retorcidos,
cristales, cuerpos calcinados,
las rocas llenas de cruces gamadas,
en un árbol un loco disparándole a todo con una bomba de bicicleta
en el estanque un gato colgado con un peso en la pata,
bajo los ojos salidos otro par de ojos más malignos.

Hoy hijo mío diste tus primeros pasos
y te caíste de bruces en la grava. Recuerda
este lugar: ruptura, sangre, lágrimas,
el gesto de tu puñito
contra la lluvia que corretea al viento azotando
tu pelo demasiado largo sobre los ojos.

Matti Rossi en Hiljaisuus ja matkatovmt (1980), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
Otros poemas de Matti Rossi
Tragedia finlandesa

sábado, 22 de diciembre de 2018


VOCES entre VOCES


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TEMAS TERTULIA 28-12-2018

INOCENTES
COSAS
MICRORRELATOS Y AFORISMOS

Entiendo por el «yo» la idea, el recuerdo, la conclusión, la experiencia, las diversas formas de las intenciones, tanto las que se pueden nombrar como las innombrables, el esfuerzo consciente de ser o de no ser esto o aquello, la memoria acumulada del inconsciente: lo racial, el grupo, el individuo, el clan, y la totalidad de ello, ya sea proyectado exteriormente en la acción o proyectado espiritualmente como virtud; el esforzarse tras todo esto es el «yo». Ello incluye la competencia, el deseo de ser. Ese proceso íntegro es el «yo»; y cuando nos enfrentamos con él, sabemos realmente que es algo maligno. Uso la palabra maligno intencionalmente, porque el «yo» es divisivo; el «yo» lo encierra a uno en sí mismo; sus actividades, por nobles que sean, separan y aíslan. Sabemos todo esto. También sabemos cuán extraordinarios son los momentos en que el «yo» se halla ausente, en que no hay sentido alguno de esfuerzo; ello ocurre cuando hay amor. (Krishnamurti)







Yo también cambio mi vida, hundida en tinieblas
por la luz de una estrella que cruza el vacío,
por una caricia que enjuague mi llanto,
por una receta que calme mi hastío.

La cambio y la rifo por el canto de un ave,
por marcial sinfonía de las épicas dianas,
por el vuelo de un cóndor el vaivén de una nave,
por la tierna mirada del ser que se ama.

La cambio y la cedo por la fe de un cariño,
por el dulce murmullo del mar y del viento,
por la ingenua sonrisa de un tímido niño,
por las ilusiones que tienen los cuentos.

De veras la cambio por el llanto de cuerdas,
el ballet de la luna en las noches serenas,
por el hondo silencio que tiene la selva
el cristal de una fuente, el fulgor de una gema.

Por la danza y colores de una mariposa
perfume de rosas, de orquídea escondida,
por una limosna de paz generosa
una salve ortodoxa, yo cambio mi vida.

Por la magia de un verso los destellos del día
un sueño de hadas un vibrar de campanas,
por el clásico rito de la idolatría,
por lo grande y sublime que tiene la fama.

Por el brillo dorado de un pez marinero,
por la fina cadencia de rítmica prosa
y segura la cambio por el número cero
el Alpha y Omega de todas las cosas.

Por la incógnita equis, por las brisas de mayo,
por el plácido trino de palomas viajeras
cabalgata de nubes en corceles de rayos,
por el gran arco iris el galán de la esfera.

Por un salmo divino, por el Ave María,
la visión de querubes con sus arpas etéreas
no se empeña mi númen por razones tan frías
en cambiar mi existencia por la sucia materia.

Y feliz yo la cambio por una esperanza
que ahuyente de mi alma tanta soledad,
por un espejismo del sol en bonanza
que me dé un instante de felicidad.

Teresa Martínez de Varela, incluido en Antología de mujeres poetas afrocolombianas (Ministerio de Cultura, Colombia, 2010, comp. de Alfredo Ocampo Zamorano y Guiomar Cuesta Escobar).
    "Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres”. (Eduardo Galeano)


    TEXTOS TERTULIA 21-12-2018
RECOVECOS
RAZONEMOS
MICRORRELATOS Y AFORISMOS



RECOVECOS
EL DESCUARTIZADOR

Se deslizaba de forma suave, como las serpientes, reptando entre corazones heridos y ávidos de bálsamo, desvaneciendo con estudiadas palabras cualquier posible duda sobre sus intenciones. Esos primeros pasos dejaban enjaretadas a las futuras víctimas que complacidas con sus falsos encantos se iban desgranando poco a poco, perdiendo su esencia, dudando de su valía, cediendo terreno al perverso.
Su técnica era trocearlas, fraccionarlas con la parsimonia que se gastan los psicópatas, hacerlas añicos para que no tuvieran posibilidad de reconstruirse.
El glorioso descuartizador resultó ser un patético individuo -descuartizado en sí mismo- que, a falta de agallas y redaños para plantar cara a quien le había extirpado la identidad, se dedicaba a robar vidas ajenas hasta que sin saber qué hacer con tanta existencia las destrozaba, como el niño maleducado y caprichoso rompe en pedazos los regalos de Reyes.

05/12/2018 – Victoria Blanco para “VOCESentreVOCES”



RECOVECOS

En un recoveco de la memoria encontré días lejanos de la infancia en que todo tenía sentido a pesar de la aparente ignorancia de los mecanismos que mueven la realidad.
En otro recoveco, actual y cotidiano, encontré un puñado de aparentes certezas y seguridades sobre esos mecanismos que no resistieron ni un instante la mirada lógica y vital de aquel niño.
En un tercer recoveco me refugio cuando llegan esos instantes en que las cuestas arriba se vuelven más cuesta y nos arrastran irremediablemente hacia abajo.

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RAZONEMOS

Los lunes por la mañana, me pellizco la nariz
con unas tenazas muy calientes
para sentir que sigo vivo y coleando detrás de mi rostro.
Y delante del espejo
me saco sin anestesia las muelas del juicio,
porque hay poco que entender...
Porque ya no quiero sufrir.
Supongo que tú haces lo mismo.
Sonríes como un cadáver, al que no le duele nada
su autopsia.

JJC – Juan Jiménez Caballero


MICRORRELATOS Y AFORISMOS

Siempre he querido ir a una boda donde la novia diga que no.
La nuestra.

Lourdes Pérez






De la noche a la mañana la ventana es el parpadeo lentísimo del muro.
            Puente aéreo entre el esclarecimiento de la alborada y el recinto noctámbulo del imperio de tiniebla.
            Coronadora de la nueva dinastía del color que se pudrirá insepulta en la isla de la memoria con vocación de calabozo: la ventana puede cerrarse para siempre.

Víctor Ortiz Partida, incluido en La luz que va dando nombre. Veinte años de la poesía última en México (1965-1985) (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 2007, selec. de Alí Calderón, José Antonio Escobar, Jorge Mendoza y Álvaro Solis).

domingo, 16 de diciembre de 2018


VOCES entre VOCES



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TEMAS TERTULIA 21-12-2018

RECOVECOS
RAZONEMOS
MICRORRELATOS Y AFORISMOS

El humano es un animal creador: su mente se desequilibra positivamente para crear y, si no lo consigue, se desequilibra negativamente para vivir.(Jorge Wagensberg)






I

El lenguaje calmo de los bosques: el zumbido de las abejas.
La miasma de los crepúsculos: la luminiscencia de la noche.
La vieja pagoda a lo lejos: la cúspide en el vacío.
La imagen de las ruinas vencidas: el carmín tenebroso.
El alma vagabunda: el profundo dolor.
La impaciencia del campo: el reloj al anochecer.


II

El sentimiento de abatimiento: el color del índigo.
La belleza del cielo: el frío intenso del dolor.
La soledad enclaustrada de la plegaria: la incertidumbre distante.
La respiración cuando se pone el sol: la decadente dinastía de Tang.
La ley en acción y la música que la acompaña: la muerte y su duelo.
El viejo templo budista está ahora destruido: los oscuros sufras.


III

El vuelo tantas veces repetido: la inmensa destrucción.
La creencia en la noche apacible: el cuerpo sepultado.
El silencio curado de quien no dice nada: el espíritu reticente.
La antigüedad querida teñida de un azul oscuro e inabarcable: el infinito.
El sentimiento que produce extrañeza: las cenizas grises.
El tributo a las tumbas: la primavera joven.


Feng Naizhao en 
La linterna roja (1928), incluido en El cielo a mis pies. Antología de la poesía china moderna 1918-1949  (Ediciones Hiperión, Madrid, 2013, selec. y traduc. de Blas Piñero Martínez).

Dialogar significa primero preguntar, después escuchar.” (Antonio Machado)


TEXTOS TERTULIA 14-12-2018

INCANDESCENTE
A MI TAMBIÉN ME DIJERON
MICRORRELATOS Y AFORISMOS


INCANDESCENTE

Carta de un joven sirio a su amada:
Incandescente era tu mirada cuando me decías que me querías, fría la mirada social que no comprendía nuestro amor.
Incandescentes eran aquellos versos que tanto nos conmovieron, fríos aquellos himnos patrióticos que llamaban a la guerra.
Incandescentes aquellas plegarias, como frías todas aquellas falsas confesiones.
Incandescentes eran los ojos de ese adolescente, nuestro joven paisano, contando la tragedia de su familia, fríos y muertos los ojos de quienes provocaron esta guerra tan cruel e injusta como todas.
Incandescentes tus labios, fríos los gritos que los difamaban, que nos condenaron a ser absurdos Romeos y Julietas en una tierra hostil.
Incandescente la vida, ¿recuerdas como en nuestra tierra convivíamos todas las miradas diferentes del cristianismo y del islam en paz?, fría la ignorancia cruel que no sabe proteger la enriquecedora diferencia de la vida, respetarla y disfrutarla.
Hasta que podamos volver a nuestro hogar, sabes que te guardo en mi memoria y en mi corazón.
Hasta siempre, te quiero.

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A MI TAMBIÉN ME DIJERON
Audio: ESPERANZA
Rafael Cotilla



A MI TAMBIÉN ME DIJERON
. . . QUE NOS ESTAMOS RECUPERANDO . . .

Me jode esta recuperación que nos está matando.
No tengo manos para el reparto de limosnas.
Dicen que vamos en buena dirección en este túnel
sin salida.
Me sangran los oídos de escuchar
que todo ya va bien…
Mientras, miles de muertos vivos en esta cruenta guerra,
seguimos sin enterrar.
Entre tumbas y números, el hambre, la indignidad
y la gran mentira con que llenan la boca
a los malheridos de indiferencia y frialdad.
Resuena, en el hilo musical la grosera propaganda,
nos piden opinión sobre el sexo de los ricos
y de los ángeles.
De noche, en el dolor de la verdad y del silencio,
cuando ya no hacen efecto las pastillas,
que nos dan para dormir,
adivinamos en pesadillas las carcajadas de los amos.
Mañana, con la misma tristeza maquillada en la cara,
les seguiremos tocando las palmas por alegrías
a los que mandan.
El espectáculo debe continuar,
aunque ya no queden artistas ni arte.
Pero, necesitamos que alguien nos regale un buen cuento,
de final feliz, aunque no haya perdices ni princesas.
Deseamos que tú nos digas
que tenemos sangre en las venas.
Sangre de un color muy rojo clamando al Cielo.
Queremos que él nos arranque
los pies del suelo
con una bocanada de libertad y un sueño.
Para sentir, pedimos que tú
hundas la mano en nuestro pecho
y nos toques más fuerte el corazón.
Buscamos un amanecer que, como un cuchillo,
desgarre el velo y dé luz a nuestros ojos cerrados.
Pero primero, dejemos de alimentar ese dolor
que nos pone de rodillas.
Y apostemos, cada uno, por ser ese alguien que ansiamos.
Agua de mayo para nuestros desierto.

JJC – Juan Jiménez Caballero


A MI TAMBIÉN ME DIJERON

A mi también me dijeron que no vale la pena luchar, que siempre ganan los mismos, los más poderosos, sin más razón que la fuerza bruta, pero leí cientos de libros de historia y un pequeño gran hombre me dijo: “Somos siempre los soldados derrotados de un ejercito invencible” y dudé . . .

A mi también me dijeron que en el amor y en la guerra todo vale, pero vi que los pocos que habían aprendido a amar nunca necesitaban la mentira y que en la guerra sale lo peor del ser humano, pero también lo mejor, y que en el amor es donde hay que ser más cuidadosos y nunca caer en la mentira, y dudé . . .

A mi también me dijeron que somos los reyes de la vida en este planeta, la especie superior, pero al ver mares y bosques agonizando, tanto dolor innecesario, tanta falta de respeto a la vida, dudé . . .

A mi también me dijeron que si no golpeas te golpean, pero probé algunas veces a poner la otra mejilla y a menudo no recibí ningún golpe, sino alegría y gratitud, entonces, sobre la supuesta maldad del ser humano, dudé . . .

A mi también me dijeron que mi patria era la mejor y mi religión la única verdadera, pero conocí tantas y tantas buenas personas de otras patrias y otras religiones que, inevitablemente, dudé . . .

A mi también me dijeron que callara, que no vale la pena alzar la voz, que siempre se paga con el dolor o la muerte, pero recordé ese río denso de voces que se alzaron antes de mi para conquistar con su esfuerzo, a veces con su vida, los derechos que hoy cotidianamente disfrutamos y, por mera dignidad, no tuve la menor duda de que no debía callar.

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MICRORRELATOS Y AFORISMOS

El intento de diálogo con un fanático es tristemente inútil, mil veces le puedes invitar a comprobar datos, realidades y números sobre el asunto que se está debatiendo, mil y una vez lo evitará y seguirá insistiendo en su discurso emocional, en sus consignas, en sus plegarias.
Es muy triste observar que, a partir de cierta edad, si no se ha recibido una buena educación, ésa que nos enseña a pensar de una forma analítica y crítica, ya parece imposible abrir una mente encerrada en si misma, tanto más cerrada cuanto más ignorante, tanto más ignorante cuanto más segura de sus dogmas.

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***

Las mismas ganas contenidas de gritar: TE AMO como de suplicarte que te vayas, déjame. Suéltame, desaparece. No quiero volver a . . . nada.
Las mismas

Lourdes Pérez





                             (Anochecer de Coney Island)

La mujer gorda venía delante
arrancando las raíces y mojando el pergamino de los tambores;
la mujer gorda
que vuelve del revés los pulpos agonizantes.
La mujer gorda, enemiga de la luna,
corría por las calles y los pisos deshabitados
y dejaba por los rincones pequeñas calaveras de paloma
y levantaba las furias de los banquetes de los siglos últimos
y llamaba al demonio del pan por las colinas del cielo barrido
y filtraba un ansia de luz en las circulaciones subterráneas.
Son los cementerios, lo sé, son los cementerios
y el dolor de las cocinas enterradas bajo la arena,
son los muertos, los faisanes y las manzanas de otra hora
los que nos empujan en la garganta.

Llegaban los rumores de la selva del vómito
con las mujeres vacías, con niños de cera caliente,
con árboles fermentados y camareros incansables
que sirven platos de sal bajo las arpas de la saliva.
Sin remedio, hijo mío, ¡vomita! No hay remedio.
No es el vómito de los húsares sobre los pechos de la prostituta,
ni el vómito del gato que se tragó una rana por descuido.
Son los muertos que arañan con sus manos de tierra
las puertas de pedernal donde se pudren nublos y postres.

La mujer gorda venía delante
con las gentes de los barcos, de las tabernas y de los jardines.
El vómito agitaba delicadamente sus tambores
entre algunas niñas de sangre
que pedían protección a la luna.
¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Ay de mí!
Esta mirada mía fue mía, pero ya no es mía,
esta mirada que tiembla desnuda por el alcohol
y despide barcos increíbles
por las anémonas de los muelles.
Me defiendo con esta mirada
que mana de las ondas por donde el alba no se atreve,
yo, poeta sin brazos, perdido
entre la multitud que vomita,
sin caballo efusivo que corte
los espesos musgos de mis sienes.

Pero la mujer gorda seguía delante
y la gente buscaba las farmacias
donde el amargo trópico se fija.
Sólo cuando izaron la bandera y llegaron los primeros canes
la ciudad entera se agolpó en las barandillas del embarcadero.

                  New York, 29 de diciembre de 1929.

Federico García Lorca en Poeta en Nueva York (1930), incluido en Poesía de la vanguardia española  (Taurus Ediciones, Madrid, 1981, selec. de Germán Gullón).
Otros poemas de Federico García Lorca