domingo, 16 de julio de 2023

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD

11 poemas de David González

05 Jul 2023

/

JUAN DOMINGO AGUILAR

11 poemas de David González


Foto: César Tamargo.

David González fue un poeta nacido en San Andrés de los Tacones, Gijón, en 1964. Dirigió la colección de poesía Zigurat, que edita el Ateneo Obrero de Gijón. Ganó el 1º premio en el 4 campeonato de relatos pub Henry Chinaski y el 1º premio en el V certamen poético Blas de Otero, que organiza el centro cultural Blas de Otero. Sus poemas han sido traducidos al portugués, al inglés, al alemán, al árabe y al húngaro. Representó a España en el primer Festival Internacional de Poesía de Santo Domingo, República Dominicana (26 a 29 de Abril, 2007). Su poética se caracteriza por un estilo «kinki» y ha sido comparada con la corriente del Realismo Sucio. El cantautor Nacho Vegas definió así su estilo: «Crudo y tierno a un tiempo, marcado por experiencias vitales de las que te obligan a vomitar las cosas si no quieres morir ahogado en ellas: su paso por la cárcel, la vida imposible en una ciudad deprimida y el desencanto vital». Publicó libros como Ojo de buey, cuchillo y tijera (1993), Nebraska no sirve para nadaSembrando hogueras (Bartleby Editores, 2001), Anda hombre, levántate de ti (Bartleby Editores, 2004), Reza lo que sepas (2006), Algo que declarar (Bartleby Editores, 2007), En las tierras de Goliat (Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 2008), Loser (Bartleby Editores, 2009), Lo que se puede contar (2019), La manera de recogerse el pelo. Generación blogger (Bartleby Editores, 2010), La carretera roja (2012) o Los equilibristas (2021). Autor periférico, francotirador y que siempre habitó en los límites, murió en febrero de 2023.

***

Metamorfosis

sobre la almohada,
en su lado de la cama,
lo que a primera vista
parece ser
el pétalo de una rosa
se revela, luego,
como un simple trozo
de cinta aislante.

***

Pared

«pero la casa de mi padre
seguirá
en pie».
GABRIEL ARESTI

de la casa de san andrés de los tacones
solo sigue en pie una pared de piedra.
detrás de esa pared nació mi madre,
y la madre de mi madre,
y la madre de la madre de mi madre.

y yo.

y mi abuelo, luis,
murió en el año 1967, a la edad de 61 años. detrás de esa pared.

en los alrededores de la casa

había una pomarada sitio poblado de manzanos., un hórreo ast. y gal. construcción de madera, de base rectangular, sostenida en el aire por cuatro o más columnas o pilares, llamados pegoyos, en la cual se guardan y preservan de la humedad y de los ratones granos y otros productos agrícolas. y un río
al que iban mi madre y sus hermanas
a lavar la ropa y a lavarse ellas.

luego, construyeron el embalse,
y las aguas
anegaron el río,
derribaron el hórreo
y empodrecieron las manzanas.

y ayer
fui a renovar el carnet de identidad.

¿lugar de nacimiento?, me preguntaron.

san andrés de los tacones, respondí.

pero no pudieron encontrar
mi aldea en su ordenador.

busca san andrés, dijo un policía.

tampoco.

mira a ver por andrés.

no.
prueba con tacones, dijo otro policía.

ni rastro.

así que cuando salí de la comisaría
había vuelto a nacer,
solo que esta vez en la ciudad de gijón.

con todo, la pared de piedra
de la casa de san andrés de los tacones
aún sigue en pie.

como un poema.

o mejor:

como una semilla.

***

Estación terminal

lápiz y papel
una estufa encendida
casa de poeta

***

Manos

las manos

me decían mis padres
antes de sentarme
a la mesa a comer

lávate bien
las manos

no alcanzaban
a comprender
que los niños
las tenemos siempre
limpias

***

Los buenos tiempos

bailemos por los que no pueden

le escribí en un correo electrónico
a violeta pérez
brillante actriz
que interpreta en una película1
el mismo papel
que interpreté yo en la vida real

bailemos por los que no pueden

y       con esta oración en la cabeza

violeta pérez2
actriz de raza
metiéndose en la tristeza
que requiere su personaje
se encuentra en la plaza de santa ana
con un matrimonio ya mayor
unos de esos que
pasados los años
continúan queriéndose de verdad

pero a lo que vamos

me comenta violeta

los dos eran
inválidos
paralíticos
minusválidos físicos
llámalos como quieras

e       iban en silla de ruedas

de esas que se manejan con un mandito
porque en sus brazos también sufrían
parálisis

y       bueno

me quedé frente a ellos
paralizada
porque tu frase me dio en toda la cabeza:

bailemos por los que no pueden


violeta
guapísima
bailemos por los que no pueden

bailemos por los que no pueden

como estos dos ancianos
que a pesar de su parálisis
bailan con sus dedos
mientras se buscan
las manos

***

El rey de las lágrimas

«llanto: el alimento que él come».
LOUIS ZUFOFSKY

en la cama,
con las manos cruzadas por detrás de la cabeza,
con la ventana abierta,

que mis amigos me vendieron
como carne en la carnicería,

que mis amigas tenían muy buena cara
pero muchas puñaladas;

y sé

que ese coche
que está aparcando
no lo conduzco yo,

que ese perro
que ladra
no es mi perro,

que ese niño
que grita
no es mi hijo,

que esa mujer
que se ríe
no es la mía,

que esa puerta
que se abre
no es la de mi portal,

que esa persiana
que se baja
no es la de mi habitación;

y sé también

que pronto oscurecerá
y que yo, una vez más, un día más, no tendré
ni fuerzas
ni ánimos

para levantarme

y encender

la luz.

***

Pájaros

«los mirlos silban sobre las tiernas hojas».
KENNETH REXROTH

en la acera
de enfrente:

un árbol
y
una farola
del alumbrado,

abrazados,

como
una pareja
de novios.

pero
solo
el
árbol
tiene
pájaros.

***

Esquelas

mi abuela
tiene la manía
de sentarse a leer
las esquelas del periódico
todos los días
después de fregar
los cacharros de la comida.
las repasa una y otra vez,
como si estuviera estudiando
para un examen,
y hay veces
que no puede evitar
que se le escape
un suspiro de alivio
al comprobar
que ni su nombre
ni sus apellidos
están escritos
en ninguna de ellas,
aunque luego
siempre te diga:

llegar a esta edad
no se lo deseo
ni a mi peor enemigo.

***

Pesadillas

«y el acabar de estar soñando
cuando nos vamos a acostar».
MANUEL MACHADO

últimamente
mis sueños
suelen ser
auténticas
pesadillas.

mejor así.

no me asusto
tanto
al despertar.

***

La plaza de la soledad

olvidando la palabra tiempo.

en un corredor,
en la plaza de la soledad cimadevilla perdió a finales del siglo XIX las capillas de la barquera y de santa catalina, pero aún conserva hoy otras cuatro: la de los remedios, guadalupe, san lorenzo y la capilla de la soledad, construida hacia 1674. ésta permanece abierta todo el día y dio su nombre a la calle y a la plaza; se venera en ella a la virgen dolorosa y al cristo de medinacelli.,
en mangas de camisa,
el manco,
con su brazo ciego,
pasa las páginas
de una novela del oeste,
mientras considera
que quizá

el tiempo

sea uno de esos chiquillos
que unas veces
le saludan
y otras

no.

***

Sin objetivo

una fotografía
en blanco y negro.

una mujer
de principios
de siglo
desnuda
en un estudio
de parís.

no debo olvidarla nunca.

con el tiempo,
yo también puedo
llegar a ser eso:

una fotografía
en blanco y negro.

y tendré suerte,
muchísima suerte,

si alguien,

algún día,

en alguna parte,

me
mira.


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TEMAS TERTULIA 21-7-2023

ABUELOS

ABSURDO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


TEXTOS TERTULIA 14-7-2023

TORMENTAS Y TORMENTOS.

ESPECIES

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

TORMENTAS Y TORMENTOS


¡Qué cosas tiene el idioma! Basta cambiar una letra y la palabra tendrá un significado totalmente distinto.


A mí me gustan mucho las tormentas, sobre todo las de verano cuando el aire desprende ese olor a tierra mojada, petricor se llama, pero a mí me gusta más llamarlo olor a lluvia, aunque la lluvia no tenga olor. Luego empiezan los rayos y los truenos, el sonido del aguacero empapándolo todo, el chapoteo del paso de coches… después esa sensación de limpieza que intentamos absorber respirando intensamente y, con suerte, el arco iris.


Así son, también, las tormentas emocionales: se huele su llegada, estallan, descargan y pasan dejándonos cierta sensación de calma en la seguridad de haber resuelto, si no todo, al menos, parte de nuestra vida.


Nada que ver con los tormentos; un tormento es mucho menos llamativo, casi imperceptible y, sin embargo, capaz de alterarnos el ánimo hasta el infinito. El grifo que gotea y cuyo sonido percibimos sólo durante la noche; la chinita que se mete en la sandalia cuando corremos para coger el autobús; el espectador que se sienta en la fila de detrás y no deja de dar pataditas en nuestra butaca… Igual, casi igual son los tormentos emocionales.


A simple vista no ocurre nada grave, nuestra salud es moderadamente buena, nuestra economía estable, nuestras relaciones elegidas y aceptadas libremente y, no obstante, un par de ideas parecen estar dedicadas a taladrar nuestra mente persistentemente y, cuanto más tratamos de olvidarlas, más presentes se hacen; están en el baño, en el cine, en el tiempo de lectura y cuando tendemos la ropa, como insaciables degustadoras de nuestro desasosiego.


Tantos tormentillos me han perseguido durante mi vida y me siguen persiguiendo aún, que no encontré más solución que adquirir herramientas para manejarlos, no es que los domine, pero me hago con ellos bastante bien. Los que proceden del exterior me resultan más sencillos de gobernar, son más escandalosos, pero es más fácil tirar de las riendas cuando los caballos están fuera. Los internos a veces se me hacen bola y tengo mucha lucha con ellos, aunque, en el fondo, no son otra cosa que yo misma.


Hay uno al que trato de no perder de vista y, sinceramente, me va mejor desde que lo observo sin perder ripio: dejar de ser yo para agradar a los demás. Con esto no quiero decir olvidar la educación y caer en la grosería, quiero decir, sencillamente, ejercer la libertad de ser quien soy, exponer las cosas pensando en estar lo mejor posible conmigo, buscar el equilibrio entre el bien propio y el ajeno, hacer concesiones a las personas hasta donde yo no me haga daño. Es decir, querer sin dejar de quererme.


Y cuando la medida me falla -que me falla muchas veces-, traigo desde mis recuerdos la imagen de la mujer que, cuando era niña, soñaba con llegar a ser y si ese retrato recoge el comportamiento que pretendo llevar a cabo, me felicito, me abrazo con toda mi alma y me enorgullezco de que, pese a los tormentos, he sido capaz de localizar la ruta que me lleva a donde deseo llegar desde que tengo memoria, un camino en el que, de cuando en cuando, también puedo saborear alguna inesperada tormenta de verano.


16/07/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»



TORMENTAS Y TORMENTOS


La ilusión era una pompa de jabón
O eso creía yo
La ilusión era luz delicada
Flotando en el aire
O eso quería creer yo

Pero era una pompa de cristal

Era una pompa de cristal tan fino
Que cuando las palmas de mis manos
Intentaron acogerla en su seno
Se rompió en mil cuarzos

Mil cortes en la frágil piel
Ya no hay iridiscencia
Mil heridas a sangrar
Ya no brilla la luz en su ser

Y maldices ese motor que te recuerda
Lo que intentas desterrar de tu memoria
Y maldices cada rincón de esta tierra
Tan vacía de todo y tan llena de su ausencia

¿Duele más lo que fue,
O el sueño de lo que pudo haber sido?

Miente tan bien el corazón a la mente
Cuando sabe lo que quiere…
Ciega, cegadora ceguera
Nada es sino cuanto quieres que sea
Nada es sino todo cuanto darías para que 
fuera

De nuevo en ninguna parte
De nuevo en viejos lugares conocidos
De nuevo sin novedades en cada amanecer
De nuevo corren, turbios, los ríos

Aire
Inspiras y contienes y no te mueves
Confiando al cielo la esperanza
Agua
Tiembla cuando tus manos creen asir
Lo que siempre se les escurre
Tierra
Caes, no en silencio, no con elegancia
Caes, hincando rodillas, manos y frente
Caes, rezando para que al menos tus lágrimas
La 
rieguen y algún día puedas dar las gracias

Sara V.T.

https://iderinaweb.wordpress.com



TORMENTAS Y TORMENTOS

ESENCIA Y EXISTENCIA

Fui sudor en la cara de un esclavo nubio en el antiguo Egipto, lágrima en los ojos de su hijo al saber de su muerte, gota de sangre en la espada de un canalla que se decía de sangre azul, semen de una apasionada noche de amor, saliva que lubricó la palabra que dió lugar a una guerra, y cera en el oído del primero que comprendió que el único camino posible era la paz, gota de rocío, un día sobre tiernos brotes de trigo y otro sobre los hieráticos cipreses de un cementerio, salada gota de mar sobre el rostro curtido de un anciano pescador, colorada pintura de un cuadro renacentista, tinta en la pluma que escribió la carta de despedida de un suicida romántico, copo de nieve orgulloso de su forma única, esputo sanguinolento de un tuberculoso, la primera leche que alimentó a un recién nacido y el agua refrescante en la frente de un moribundo . . .

Todo esto fui y mucho más que mi memoria ya no abarca, pero que está escrito en cada átomo de cada molécula de la que formé parte, en un infinito libro eterno e inconcebible del que apenas puedo imaginar una sola página.

Todo esto fuí, pero al final siento no ser ni haber sido sino mera existencia buscando la esencia de un indescifrable ciclo vital.


Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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TORMENTAS Y TORMENTOS


SANTOSHA

He perdido una forma de pensar;

la que me decía que, si yo algo valía,

no tenía que perder nada de mis posesiones;

la que hacía depender lo que yo pensaba de mí

de lo que poseía.

Si he perdido el trabajo,

si he perdido la familia,

si he perdido algún amor,

si la salud se me quedó por el camino,

sigo siendo el yo que es igual a aquel Yo.

Sigo siendo el Atman que es igual al Brahman.

Mi valor no depende de lo que tengo,

sino de lo que soy.


Santosha significa estar satisfecho con lo que uno tiene y es una de las cinco virtudes espirituales llamadas Niyama que se explican en los Yoga Sutras de Patanjali.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.

ESPECIES

Somos la especie dominante, la especie que está destruyendo la naturaleza y con ella al resto de la diversidad, somos la deforestación, la desertización, la erosión y la contaminación. Por ello nos convertimos en los invasores de la tierra, los aniquiladores y aún así nos creemos superiores, dejamos nuestra basura esparcida por los mares, océanos y tierra firme, consumimos todos los recursos naturales que podemos y no devolvemos más que residuos. Como garrapatas chupamos toda la sangre de la madre tierra para ponernos gordos y al mismo tiempo enfermarla y ni nos damos cuenta que sin ella no podremos vivir, no tenemos otro planeta en el que poder criar a nuestra descendencia.

Somos crueles con el resto de seres vivos robándoles su medio ambiente, su comida y lugar donde sobrevivir y nos denominamos seres racionales, extinguimos especies y enfermamos el planeta en el que tenemos que vivir y cuando se nos rebela con incendios, tornados, sequías, inundaciones, etc., en vez de tomarlo como una advertencia, hablamos de que el tiempo está loco y algunos desinformados incluso son capaces de atribuirlo a ciclos naturales que han ocurrido en todas las épocas.

El nivel de destrucción es tan elevado que comienza a ser irrevertible pero miramos para otro lado como si hubiese algo más importante que resolver: ¿qué?

Eva Camba Paz

ESPECIES

La especie "A"

Había una vez un universo entre muchos, dentro del cual se encontraban unos cien mil millones de galaxias, una de las cuales estaba formada por unos cuatrocientos mil millones de estrellas. En un pequeño planeta que orbitaba una de esas estrellas en las afueras de su galaxia surgió, como en tantos miles más, la vida, que con el tiempo evolucionó a una especie autoconsciente.

Los individuos de dicha especie tenían como principal rareza la de creer que se encontraban solos en el universo.

Ya sabes que el centro de estudios es muy exigente con los detalles: si declaramos determinada especie o ente como la dominante hemos de especificar claramente los argumentos que nos han llevado a tal conclusión.” Xel se mostraba preocupado, ya que otro análisis erróneo podría significar no ser admitido en viajes y estudios posteriores.

Para Rhul la situación no era tan apremiante, sus análisis anteriores habían sido todos correctos y no necesitaba un informe favorable de una manera tan urgente.

El planeta era de tipo biocarbono - nivel 4. Solían ser interesantes, aunque generalmente difíciles de interpretar: sus organismos ya se apartaban de las primeras reacciones neuronales, pero todavía estaban condicionados por ellas y podían resultar a veces muy desconcertantes. No sería fácil identificar a la especie más evolucionada para hacer un seguimiento posterior.

¿Has terminado el informe preliminar?” – preguntó Rhul.

Sí, y teniendo en cuenta que la sustitución de partes orgánicas por otras de mecánica avanzada debe considerarse síntoma evolutivo, diría que ésta, a la que llamaremos A o dominante, es la especie más evolucionada. “ Había cierto tono de duda en la voz sintética de Xel mientras mostraba a su compañero la proyección visual de la citada especie.

Uhmm, no sé . . . Esa fue también mi primera conclusión, pero observa esta otra especie, al parecer servidora de la que tu mencionas, de hecho es su creadora”.- afirmaba Rhul al tiempo que mostraba otra proyección.

Sí, pero sabes que el protocolo de clasificación no implica reconocer a una especie como más evolucionada o dominante sólo por haber sido precursora de otra, o en este caso tendríamos que considerar a las formas simiescas como dominantes de todo el planeta, y en último término, a las primeras formas unicelulares de vida.” Xel iba disipando poco a poco sus dudas.

De no tratarse de la especie dominante, ¿por qué habría de ser alimentada, protegida e incluso utilizada como medidor de la posición social de la especie que la sirve?- continuó Xel. Observa que todo el planeta se halla roturado por vías para que se desplace dicha especie. Incluso la biomasa planetaria en su conjunto se ve afectada y supeditada a ella y toda innovación tecnológica es rápidamente adaptada para su mejora. He podido identificar miles de habitáculos exclusivos para esta especie, cuidados y mantenidos por sus servidores, mientras millones de éstos no cuentan con un habitáculo apropiado. Es más, tengo registrados casos de elementos de la especie B, los servidores, descuidando la comunicación o incluso el cuidado de sus semejantes cercanos (los llaman familiares) por el aseo y manutención de la especie dominante. Incluso algunos individuos derrochan sus tickets de transacción (al que llaman dinero) en conseguir un individuo de la especie dominante con el único fin de poder lucirlo ante seres de su especie, incluso ante aquellos con los que no mantienen trato social.”

Pero no parece ser autónoma, necesita a otras especies, especialmente a esa que tu has mencionado antes para que la alimente y cuide. Al parecer es totalmente parasitaria. “ alegó Rhul, que era quien ahora tenía dudas sobre a cual de las dos especies clasificar como A o dominante.

Por lo que he observado, el parasitismo es habitual en este planeta. Está sumamente extendido entre las formas unicelulares, y en la primitiva forma de absorción de energía (digestión) de las pluricelulares es imprescindible la acción parasitaria para que se produzca tal proceso bioquímico.”

Tal vez debiéramos hacer un estudio de campo, convivir al menos un ciclo entre ambas especies para corroborar los datos que tenemos”, sugirió Xel.

Sería muy arriesgado, replicó Rhul, existen precedentes de situaciones similares y un contacto directo, por mínimo que fuera, daba lugar al nacimiento de mitos absurdos entre la especie estudiada, con el consiguiente retraso en la evolución de su racionalidad. Ten en cuenta que son especies ancladas todavía en el autoengaño y la mitificación hasta extremos difíciles de imaginar para nosotros. Uno de mis profesores definía estas especies como “mortales con complejo de dioses inmortales permanentemente frustrados por lo que no tienen e incapaces de disfrutar de cuanto poseen”.

¿Dioses?”, interrogó Xel.

Sí, un concepto arcaico: crear seres imaginarios poseedores de cualidades de la propia especie pero exageradas hasta el absurdo. Suele darse en especies mortales que lo utilizan a modo de consuelo para paliar su angustia existencial. He oído que incluso a nosotros nos consideran dioses. “

Finalmente concluyeron que la primera seleccionada era la especie dominante, la especie A del planeta en estudio, y procedieron a rellenar el archivo de clasificación:

Especie A:

Absorción energética: dependiente de otras especies/ parasitaria.

Desplazamiento: terrestre por rozamiento.

Relación de aprovechamiento energético: mínima.

Origen: creada por especie anterior creadora-dependiente.

Efectos en otras especies del planeta: destructivo, contaminante.

Posibilidad de supervivencia futura: mínima sin evolución.

. . . . . . . . .

Una vez concluido el archivo de clasificación, Rhul observaba la proyección de la especie estudiada y algo parecía inquietarle: este tipo de planetas siempre escondían alguna sorpresa, casi siempre algún dato que era pasado por alto. Meditaba sobre la posibilidad de que la evolución de ese planetilla mediocre fuera paralela a la de Rehl, su hermoso planeta de cuatro satélites y una joven estrella que les garantizaba energía para millones de años. Repasó la evolución de su especie, aquellos lejanos tiempos en que sus mentes se desplazaban en portadores orgánicos supeditados a la enfermedad y la muerte, aquellos tiempos en que, según decían los archivos históricos, su especie también padecía todo tipo de desarreglos neuronales: agresividad, individualismo o gregarismo exacerbado, miedo, etc.

Se observó reflejado en la pantalla frontal de la nave e intentó imaginar qué sería el dolor, del que sólo conocía la definición de los archivos . . . pero no pudo. Su cuerpo, totalmente mecánico, sólo albergaba una red neuronal de origen biológico genéticamente adaptada y modificada. Siguió repasando las sensaciones que eran cotidianas para esas especies primitivas que estudiaba a diario y de las que él sólo conoció algunas esporádicamente en sus tiempos de estudiante, cuando se conectaba a los transmisores de información. No comprendía como podían soportar esas especies la amenaza continua del dolor, la muerte, o el abandono, y sintió algo parecido a lo que los archivos llamaban lástima, ya que la empatía sí había sido conservada en sus circuitos neuronales como una de las bases necesarias para la supervivencia de su especie.

Le interrumpió en su meditación el regreso de Xel, que ya había concluido el informe.

¿Qué te parece, Rhul?”

Bien, pero tal vez debiéramos incluir, a modo de curiosidad, algunos de los términos de identificación individualizada, “nombres propios” como suelen llamarlos. Ya sabes que en estas especies primitivas el concepto de individuo suele estar sobredimensionado y se hace prevalecer muy a menudo sobre el del bien común.”

"De acuerdo, dijo Xel completando el informe: Ford Transit, Opel Corsa, Seat Panda . . .”

Tras regresar a su planeta Rehl, Xel tuvo que corregir y actualizar sus datos analíticos, pues el informe presentado por él y Rhul creó cierta controversia, y se tardó más de doce ciclos en concluir que debería darse preferencia en la clasificación como “Especie A” a las formas biológicas sobre las mecánicas, al margen del análisis objetivo de los hechos.

Aún hoy algunos discrepan al respecto . . .

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

¿CÓMO CONCIBES LA JUSTICIA?

15 JULIO, 2023 JOSEMARCELORUIZ 

Por José Marcelo Ruiz

Vivimos en un mundo global, donde las relaciones humanas son complejas y están muy ramificadas, y ello dificulta poseer un verdadero sentido de la Justicia. Porque la concepción de la justicia exige mantener no sólo un conjunto de valores, sino también comprender las relaciones de millones de personas que habitan en los distintos continentes. Relaciones económicas, socio-políticas y culturales que están sometidas a unas causas y a los efectos que se producen. Por ejemplo, podemos vivir pacíficamente en nuestras casas, sin hacer daño a nadie, pero no somos conscientes e ignoramos que nuestras vidas confortables se basan en el trabajo infantil en deplorables talleres clandestinos del tercer mundo. El sistema está estructurado de tal modo, que quienes no se preocupan, ni hacen ningún esfuerzo para saber la realidad de las injusticias que se dan, viven en una dichosa ignorancia. Los que sí lo hacen, les costaran mucho saber la verdad. Porque las injusticias surgen de acciones que se realizan a gran escala, y no de prejuicios individuales.

   Nuestro sentido de la justicia está anticuado, por ejemplo, el mandamiento de no robar significa tomar físicamente con nuestra propia mano algo que no nos pertenece. En la actualidad, dicha concepción queda desfasada. Porque, de manera indirecta, se puede cometer delito si el dinero lo invierto en una empresa petroquímica que me da grandes beneficios. Pero esa empresa se enriquece  a costa de verter residuos tóxicos a un río, haciendo daño a la salud pública. Contrata una legión de abogados para defenderse de cualquier demanda. Mantiene a grupos de presión que bloquean cualquier normativa ambiental. Lo que se deduce, que un mundo donde todo está interconectado, el imperativo moral supremo se convierte en el imperativo de saber. Por lo tanto, el mayor pecado que cometemos es causa de nuestra ignorancia. La historia humana así lo demuestra: los mayores crímenes cometidos no sólo fueron causa del odio y la codicia, sino mucho más de la ignorancia y la indiferencia.


El asunto se complica, porque, en verdad, no somos capaces de comprender los principales problemas morales. Tendemos a negarlo por comodidad, minimizando la cuestión, creando dos frentes, e incluso tomando partido, pero nunca llegamos a vislumbrar  la complejidad del conflicto y su alcance. Lo cierto es que padecemos problemas globales, pero no existe una comunidad política global que actúe ante tales problemas. Las instituciones o bloques de poder que existen actúan por intereses económicos, nunca por cuestiones morales que conduzcan a la justicia social.

 Y si la información es poder, la desinformación es una manera de manipulación de las masas, de hacernos creer una visión de la realidad que no se da; de influir en nuestros actos y toma de decisiones; vivir en esa dichosa ignorancia. La desinformación ha sido siempre el recurso para los conflictos de guerras, pero, en la actualidad, se ha extendido a todo los ámbitos: sociales, económicos, políticos…  La pregunta es si nos exime de culpa ante las injusticias, o bien nos obliga a combatirla. Tú decides.

José Marcelo Ruiz

Este artículo se ha publicado en la prensa escrita NOTICIAS 24 Digital (Comarca de la Axarquía- Málaga), el viernes, 14 de julio de 2023. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas de cultura, de pensamiento y opinión.

https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2023/07/15/como-concibes-la-justicia/



LOS DESAFÍOS DEL TECNOHUMANISMO


ChatGPT no es solo una curiosidad llamativa. Es también la prueba que acerca al común de la población lo que la tecnología podría cambiar en un futuro no tan lejano. Las enormes capacidades de estas herramientas revolucionarán el mundo, pero también abrirán importantes debates. De hecho, cada vez más voces expertas, en su mayoría de la comunidad científica, reclaman una mayor integración de los valores humanos clásicos en este avance imparable hacia la inteligencia artificial.


La irrupción de ChatGPT ha bajado a la cotidianidad el potencial de la inteligencia artificial (IA) y nos ha permitido comprobar de primera mano hasta qué punto el futuro inmediato va a estar marcado por la disrupción, pero también por la incertidumbre. Las enormes capacidades de la aplicación no son ni una semilla antes de germinar respecto a lo que se avecina. «Hay cuatro categorías, por así decirlo, de dificultad creciente en la IA y nosotros apenas estamos en la primera», recuerda Senén Barro, director científico del CiTIUS-Centro Singular de Investigación en Tecnologías Inteligentes de la Universidad de Santiago de Compostela.

«La primera fase, o sea, la actual, es en la que diseñamos inteligencias artificiales para propósitos específicos. Por ejemplo, ChatGPT, que puede, en definitiva, tener un diálogo fluido, rico, creativo y útil en la mayoría de los casos, pero no deja de ser un propósito específico», explica. Es también lo que ocurre con los sistemas que posibilitan los coches autónomos. «Es impresionante, pero, insisto, son desarrollos donde hay mucha intervención humana para orientarlos a propósitos concretos, por muy complejos que sean», especifica el experto. El siguiente paso, como describe Barro, será una IA de propósito general: que no solo tenga un saber muy amplio sobre todo, sino la capacidad de explorar nuevo conocimiento y de aprender de él, así como la de volverse competente en múltiples dominios y ante múltiples problemas, como pueden hacer las personas. «Aún no hemos ido a Marte porque es un reto mayúsculo», ejemplifica. «Sí sabemos que posiblemente lo podremos hacer dentro de veinte o treinta años, pero aún hay muchas incógnitas; y si ya hubiéramos desarrollado esa IA con propósito general, nos ayudaría a resolverlas y a andar ese camino», ejemplifica.

Tras ella llegará una inteligencia equivalente a la humana en todos los sentidos: en la resolución de problemas y en la capacidad de aprender, pero también con un carácter intuitivo. Será emocional. El último paso estará en la singularidad. «Será no solo equivalente a la humana, sino muy superior», aventura Barro. «Podría rediseñar otras inteligencias más competentes que la suya y, una vez superado ese umbral, es complicado saber hasta dónde podrá llegar, pero lo que es seguro es que nos habrá superado con creces», pronostica.

El siguiente paso será una IA de propósito general: que no solo tenga un saber muy amplio, sino la capacidad de explorar nuevo conocimiento y de aprender de él

Ante esta perspectiva, asumida ya por la comunidad tecnóloga y científica, urge más que nunca darle un reenfoque antropocéntrico a los avances tecnológicos: impregnar de valores humanos cada nuevo paso hacia una inteligencia artificial más capaz es clave para que siempre esté a nuestro servicio y no al revés, como advierte Barro. Esta necesidad se materializa en un movimiento que cada vez cobra más adeptos: el tecnohumanismo, que algunos también llaman tecnooptimismo, si bien su sentido no tiene nada que ver con autocomplacencia: es un tipo de activismo para enderezar una carrera tecnológica que, dicen, ya está peligrosamente deshumanizada.

«Para empezar, debemos recuperar la ética en todos esos avances, que ahora monopolizan unas pocas multinacionales tecnológicas sin control», opina Pedro Mújica, que se define como «tecnólogo humanista» y es el fundador de la consultora Wecolab Studio y el responsable de IANética, un proyecto tecnohumanista del Ayuntamiento de Valencia. «No tenemos más que observar lo que hacen con nuestros datos: dicen que los usan para darnos publicidad personalizada, pero en realidad pretenden la ultrapersonalización, lo que nos puede llevar a la individualización total y al aislamiento, y nos impediría unirnos y hacer cosas como sociedad colectiva», añade.

Mújica opina que los legisladores deben pisar el acelerador en este sentido. «La Ley de Regulación de la Inteligencia Artificial en la Comunidad Europea es un gran avance, pero todavía insuficiente», señala. Con todo, ya ha demostrado su eficacia: frenó las pretensiones del Gobierno de Polonia de instaurar un sistema de crédito social, como el que tiene China. «Aun así, las grandes corporaciones siguen sin someterse a una regulación severa. No es casual que surjan iniciativas como el Future of Life Institute –desde el que más de 3.500 científicos alertan de los grandes riesgos existenciales a los que nos pueden llevar avances como el metaverso o Neuralink [un dispositivo capaz de mapear el cerebro] sin un mínimo control–, que no para de reclamar a Bruselas una ley más fuerte sobre inteligencia artificial», indica.

Otros, como Rodrigo Taramona, consultor y divulgador de contenidos sobre el impacto de la tecnología en el comportamiento humano, abogan por el equilibrio. «Hay que encontrar ese punto entre los avances que nos pueden beneficiar muchísimo como sociedad y ser capaces de garantizar un uso ético, que no estén solo en manos de unos pocos, porque esta inteligencia no para de crecer y de sustituir cosas, para empezar, puestos de trabajo», apunta. Los efectos de las noticias falsas –que impulsaron el genocidio en Myanmar o el asalto al Capitolio– muestran, alerta, el potencial pernicioso de la tecnología. «Debería ser un toque de atención que nos convenciera más que nunca de la necesidad de volver a los valores humanistas y aplicarlos en cada avance tecnológico», asegura.

El dominio de la IA impulsa hoy la geopolítica, como lo hicieron en el pasado las religiones o los recursos naturales

Además, el dominio de la IA es hoy lo que impulsa la geopolítica, como lo hicieron en el pasado las religiones o los recursos naturales: la carrera entre China y Estados Unidos por ser la primera potencia no es armamentística, sino tecnológica. «El primer país que tenga una verdadera inteligencia artificial que le permita ser más productivo que el resto, e incluso más avanzado armamentísticamente, será el que tenga el poder», advierte José María Lassalle, director del Foro de Humanismo Tecnológico de ESADE y profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE). Aunque Lassalle reniega de catastrofismos y apuesta por «una visión optimista» sobre sus posibilidades, sí aboga por «redefinir el relato de la tecnología y las infraestructuras que está desarrollando». «No basta con interpretar de una manera utópica la capacidad tecnológica si no tenemos en cuenta que ya es un poder en sí misma y que ese poder se asienta sobre una estructura», explica. «Y eso supone que se lleven a cabo reformas que introduzcan mecanismos de justicia, de limitación ética, de redefinición del papel que el ser humano debe desempeñar en el desarrollo de una inteligencia colectiva que sea capaz de compensar el poder que, por ejemplo, la inteligencia artificial está acumulando a la hora de gestionar el mundo en el que vivimos», añade.

En esta línea, Barro propone redefinir un concepto fundamental: «Hace tiempo que pasamos por ser la sociedad del conocimiento, pero ahora estamos un poco más allá: ha llegado la hora de asumir que somos la sociedad de la inteligencia, tanto la humana como la no humana, y solo si tenemos esto claro podremos transformarla en grandes avances que nos beneficien a todos».

https://ethic.es/2023/06/los-desafios-del-tecnohumanismo/



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