VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
TEMAS TERTULIA 20-12-2024
OJOS
FRATERNIDAD
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Todo el mundo piensa en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo." (León Tolstoi)
TEXTOS TERTULIA 13-12-2024
INMORTALIDAD
GUERRAS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
INMORTALIDAD
Mi primer cuerpo del que tengo memoria, el más denso, surgió de materia inanimada a finales del siglo XXI, cuando la cotidianeidad de los ordenadores cuánticos de quinta generación permitió grabar no sólo las memorias vitales, sino la misma personalidad única de cualquier ser vivo. Toda una vida en un disco minúsculo, todas las emociones pasadas, todo. Cada disco constituía en si un programa complejo que seguía desarrollándose interactivamente en el momento en que era ejecutado. Cada vida entraba, una vez liberada del cuerpo, en un juego de árboles fractales de conciencia.
Ese fue el
comienzo, luego fuimos, poco a poco, librándonos de todo tipo de
materia y sus servidumbres, hasta que toda la vida consciente del
mundo discurría, apenas dos siglos más tarde, y en forma de
energía, por la fina capa de gas que recubría el planeta.
Continuamos avanzando, el gas nos resultó pesado y nosotros, que ya
sólo pensábamos colectivamente, deseábamos la levedad absoluta,
alas aún más ligeras que el viento.
Y así llegamos a la luz, a
viajar en fotones a través de espacios enormes que antes apenas
podíamos mensurar. Y así pudimos, por primera vez, observar y leer
atónitos el libro maravilloso que se extendía ante nosotros cada
noche de cielo estrellado. Aprendimos que cada rayo de cada estrella
era un mensaje, una idea o un poema, algo aprendido por algún ente
en algún recodo del universo que era lanzado en un mar de estrellas
para ser descodificado por cualquier especie que hubiera llegado a
ese estado evolutivo. Dejamos de formar parte de las especies
agresivas que competían por el control de un espacio que creían con
derecho a llamar suyo. Fuimos, cuantos más fuertes y sabios, más
ligeros, y ya mirábamos con sonrisa benevolente a las especies
mortales que nos llamaban dioses.
No recuerdo mi edad, pero sé
que hace mucho que habitamos esta estrella.
Y aquí estoy,
estamos, ya inmortales, intentando imaginar que es la mortalidad como
nuestros antepasados anhelaban o intentaban concebir la inmortalidad.
Abandonada la angustia del deseo, de la incertidumbre material, sin
miedo a nada, pues nada puede destruir cuanto no somos y sólo la
sutil fuerza de una idea decide que somos o dejamos de ser. Ahora soy
tan sólo un rayo de luz, uno de los trillones emitidos cada segundo
por esta estrella que es y será nuestro hogar durante millones de
años.
Atravieso una ventana y me poso, a flor de piel, sobre las
manos y rostros de quienes han trasladado sus pesados y primitivos
cuerpos de materia densa a un cubículo al que llaman sede de Artes
Libres y me encuentro con antepasados que escriben con nostalgia
sobre un futuro que aún no saben que es su pasado y que apenas
pueden imaginar.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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INMORTALIDAD
NOSOTROS Y LOS OTROS
Está comprobado que cada vez que sacamos un recuerdo a pasear le añadimos nuevos decorados, le quitamos los detalles que no nos hacen falta en ese momento y, sobre todo, obviamos el anacronismo que lo envuelve, ya que la persona que pone su memoria sobre el tapete nada tiene que ver con aquella que vivió el hecho. Fue ese grito en la garganta que inesperadamente la sopa convocó, lo que me hizo comprender que la niña que soportaba el peso de la adultez familiar mientras degustaba el caldo de verduras, hacía tiempo que había dejado paso a la mujer que levantó la cuchara hace pocos meses. Y es que no es el suceso lo que evocamos, sino las emociones que el hecho nos provocó.
Decía Jung que la memoria obedece a la voluntad; sin embargo, yo creo que existe una pequeña parte que no corresponde a un acto volitivo, más bien tiene su anclaje en lo que denomino cristalización de la memoria.
Pero seguimos convencidos de que lo recordamos es lo real; y no solo eso, también nos permitimos hacer relato de las vidas ajenas. Si modificamos nuestros propios recuerdos, qué no haremos con los recuerdos de otros. Lo peor no es el cuento, lo perverso es que quienes dan crédito a esas voces registran unos datos dados por alguien que los vivió desde su perspectiva y ahora los adorna y, a su vez, ellos, los que escuchan, los rememorarán más tarde con las composiciones y florituras pertinentes.
Nadie, ni siquiera tú, puede estar seguro de que lo recuerdas fue como lo recuerdas. Pero no gastes energía tratando de combatir los recuerdos ajenos, más te vale utilizarla en desechar de tu imaginario las memorias que ya no van contigo y hacerlo con alegría y sin pensar, igual que vaciaste el armario de prendas inservibles, con el mismo desapego que abandonaste aquella casa que nunca sentiste como hogar, como dijiste adiós al colegio cuyo patio hoy te parece pequeño.
Es un privilegio aprender a controlar la dirección de la mente y evitar el sufrimiento innecesario que produce la cristalización de recuerdos dolorosos, una especie de punto de fusión del alma en el que la vida comienza a fluir. Y sucede en un instante sin tiempo cuando algo tan simple como una cucharada de sopa te adentra en un agujero de gusano dando lugar a un cambio radical del presente, del pasado y del futuro. Aparecen entonces, convertidos en uno, el vértigo y la atracción hacia lo desconocido, como en la montaña rusa de cualquier parque de atracciones de la que ni puedes ni quieres bajarte; a veces abrirás los ojos, otras los cerrarás; gritarás y reirás, pero tu única misión será agarrarte para continuar viaje, así sea cabeza abajo; mirarás a quien va a tu lado, compartirás trayecto, pero tus emociones solo las sentirás tú.
Nosotros somos nosotros y los otros son los otros; y aunque puede que nosotros seamos los muertos y tengan que venir almas amigas para ayudarnos a verlo, seguro que éstas lo harán desde la ternura y el acompañamiento; así que jamás permitas que caiga sobre ti la brusquedad y la violencia de quienes quieran imponerte su leyenda de tu propia vida con el fin, quizás, de justificar con esa historia sus actos para contigo.
11/diciembre/2024 – para «VOCESentreVOCES»
Texto : Vicki Blanco
Foto : «Selfie», Manu Mariscal
GUERRAS
SOBRE NUESTRAS GUERRAS CIVILES
Ejerciendo su legítimo derecho, los descendientes de las víctimas republicanas de la Guerra Civil del 36 han rescatado los restos de los suyos de la fosa común en que yacían. A diferencia de otras culturas, la occidental ha pretendido conservar la personalidad después de la muerte materializándola en sepulturas individuales. E Por los años 90 en un pueblo de nuestro entorno, un joven –como tal racionalista4 e impulsivo– contrariado porque en la fachada principal de la iglesia figuraban solamente los muertos de la derecha, propuso en los medios de comunicación provinciales que se suprimiera la placa con sus nombres. Una persona adulta trató de disuadirlo en el sentido de que no había que quitar nada sino completarla con los nombres de los caídos en el bando gubernamental. No por sabida, más observada, me viene a la memoria aquella vieja máxima: «Los pueblos que olvidan su pasado lo repiten». Tal vez desde 1700 la historia de España no ha sido más que una ininterrumpida guerra fratricida a veces terriblemente cruenta, otras larvada, de larvados odios y rencores. Entre todas las naciones europeas nos llevamos la triste palma del cainismo. Ni en la concepción cristiana ni en la laica nadie puede disponer de la vida de sus semejantes. El hombre, que se forja en su más recóndita intimidad, en su soledad, sólo se desarrolla en la sociedad; cuando un hombre atenta contra sus semejantes, lo hace contra su propia vida. Se agrede a sí mismo. Su personalidad no puede llegar a su plenitud. Su trauma personal le impediría integrarse en su sociedad, en los restos de la truncada sociedad, si ella se lo permitiera, y vagará por la vida como su propia sombra. Cuando el filósofo enunció la paradójica verdad «había que ser altruista por egoísmo», creo que aludía a esa rara condición del hombre de que su realización solo puede lograrse en la sociedad. Podríamos llegar a la conclusión de que el respeto a la sociedad es la medida de la propia estima. Juzgo una falta de verdad y de una esterilidad completa atribuir a nuestros contrincantes la causa de nuestras guerras. No solamente faltamos a la verdad, sino que nos condenamos a perpetua discordia. Más fecundo sería considerar la parte de razón del dicho que afirma: «Dos no riñen cuando uno no quiere». Nuestro belicismo nos ha impedido llegar a ser lo que podemos. Cuando una parte de la sociedad atribuye a otra parte la responsabilidad de la trage4 Dicen los estudiosos que el racionalismo a ultranza en política es utopía y la utopía es la política de Onán. 51 dia se exime de culpa y del esfuerzo permanente que exige un mantenimiento de la concordia. Como la parte contraria actúa en reciprocidad, la incomprensión, el odio y la lucha, la tenemos asegurados.
El Periódico de Ubrique, martes 11 de mayo de 2004.
Prudencio Cabezas Calvo
"Memoria inacabada" Editorial Tréveris.
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Historia de la Psicología: autores y teorías principales
Un breve repaso a cómo se ha pasado de "la ciencia del alma" a la del comportamiento y la mente.
Desde el inicio de su historia el ser humano ha elaborado hipótesis y teorías sobre el funcionamiento psicológico y los trastornos mentales. A pesar del predominio del método científico, a día de hoy concepciones muy antiguas, como la atribución de las enfermedades a la acción de espíritus o la separación entre el cuerpo y el alma, siguen teniendo cierta influencia.
Para hablar de la historia de la Psicología es necesario remontarse a los filósofos clásicos; no obstante, la disciplina que hoy conocemos no se desarrolló como tal hasta que se popularizaron las obras de autores como Emil Kraepelin, Wilhelm Wundt, Ivan Pavlov o Sigmund Freud, en los siglos XIX y XX.
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Edad Antigua: inicio de la historia de la Psicología
El término psicología proviene de las palabras griegas “psyché” y “logos”, pudiendo traducirse como “estudio del alma”. Durante la Edad Antigua se creía que los trastornos mentales eran consecuencia de la posesión por parte de espíritus y demonios, y los tratamientos consistían en conjuros y encantamientos a los que se atribuían efectos curativos. Así pues, en la Europa de hace miles de años, la mente era considerada un elemento casi mágico, algo que animaba el cuerpo mediante fuerzas invisibles y que el ser humano no era capaz de vomprender totalmente.
Entre el siglo V y el IV a.C. filósofos como Sócrates y Platón realizaron aportaciones que serían claves para el desarrollo de la psicología, además del de la filosofía. Mientras que Sócrates sentó los fundamentos del método científico, Platón concebía el cuerpo como el vehículo del alma, verdadera responsable de la conducta humana.
En esa misma época el médico Hipócrates estudió las enfermedades físicas y psíquicas mediante el método inductivo y las atribuyó a desequilibrios en los humores o fluidos corporales. Esta tradición sería recogida por Roma: la obra de Galeno, que desarrolló la de Hipócrates, es una de las mejores muestras de la influencia griega en el pensamiento romano.
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Edad Media: desarrollos y retrocesos
En la Edad Media el pensamiento europeo quedó dominado por el cristianismo; esto provocó retrocesos claros en el progreso científico. Aunque las teorías grecorromanas de los humores seguían vigentes, se combinaban de nuevo con lo mágico y lo diabólico: los trastornos mentales se atribuían a la comisión de pecados y se “trataban” mediante rezos y exorcismos.
En cambio en el mundo árabe, inmerso en su edad dorada, la medicina y la psicología siguieron avanzando durante el Medievo. Se describieron “enfermedades de la mente” como la depresión, la ansiedad, la demencia o las alucinaciones, se aplicaron tratamientos humanitarios a quienes las sufrían y se empezó a estudiar los procesos psicológicos básicos.
También se produjeron desarrollos relevantes en la psicología asiática. La filosofía hindú analizó el concepto del yo, mientras que en China ya se aplicaban tests en el ámbito educativo y se llevó a cabo el primer experimento psicológico del que se tiene constancia: dibujar un círculo con una mano y un cuadrado con la otra para valorar la resistencia a la distracción.
Renacimiento e Ilustración
Entre los siglos XVI y XVIII, en el mundo occidental convivieron la concepción demonológica de la enfermedad mental y el humanitarismo. La recuperación de la influencia de los autores clásicos griegos y romanos tuvo un papel fundamental en esta segunda vertiente, que relacionaba los trastornos psicológicos con alteraciones físicas, y no morales.
La palabra “psicología” se empezó a popularizar durante este periodo histórico. En este sentido fueron especialmente importantes las obras de los filósofos Marko Marulic, Rudolf Göckel y Christian Wolff.
Cabe destacar la influencia de filósofos como René Descartes, que contribuyó a la concepción dualista que separaba el cuerpo y el alma, Baruch Spinoza, que la cuestionó, o John Locke, quien afirmó que la mente depende de influencias ambientales. Asimismo el médico Thomas Willis atribuyó los trastornos mentales a alteraciones en el sistema nervioso.
A finales del siglo XVIII también fueron muy influyentes Franz Joseph Gall y Franz Mesmer; el primero introdujo la frenología, según la cual las funciones mentales dependen del tamaño de áreas concretas del cerebro, mientras que el mesmerismo atribuía las alteraciones físicas y psicológicas a la acción de energías magnéticas sobre los fluidos corporales.
La psiquiatría fue precedida por el alienismo, representado principalmente por Philippe Pinel y su discípulo Jean-Étienne Dominique Esquirol. Pinel promovió el tratamiento moral de los enfermos mentales y las clasificaciones diagnósticas, mientras que Esquirol fomentó el uso de la estadística para analizar la eficacia de las intervenciones psicológicas.
Siglo XIX: nace la "Psicología científica"
A partir de la segunda mitad del siglo XIX el aumento de los conocimientos sobre la anatomía cerebral hicieron que los procesos mentales se entendieran en mayor medida como consecuencias de la biología. Destacamos las aportaciones de la psicofisiología de Gustav Theodor Fechner y las de Pierre Paul Broca y Carl Wernicke en el campo de la neuropsicología.
También fue muy importante la influencia de la teoría de la evolución de Charles Darwin. A su vez, Darwin no se limitó a describir formas de ida y a hipotetizar sobre su parentesco, sino que también escribió sobre temas que hoy en día aborda las emociones. Esto queda patente sobre todo en su obra La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, escrita en el 1872. En dicho libro, el autor señala que las formas de expresión emocional son también recursos de adaptación al entorno, sobre todo en los animales más sociales.
El evolucionismo sirvió de excusa a eugenistas como Francis Galton y Bénédict Morel, que defendían la inferioridad de las personas de clase baja y de las que tenían trastornos mentales a través de la sobrevaloración del peso de la herencia.
En 1879 Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio de Psicología Experimental, donde se combinarían los conocimientos de distintas ramas de la ciencia; es por esto que se suele llamar a Wundt “el padre de la psicología científica”.
Este investigador se tomaba muchas molestias a la hora de intentar aislar objetivamente variables que eran relevantes al estudiar procesos mentales que, hasta ese momento, se consideraban totalmente subjetivos. Así pues, su foco de estudio era lo que hoy se conoce como Psicología Básica, aunque ello supusiera no estuiar los fenómenos psicológicos en su "hábitat natural" sino en un contexto artificial de laboratorio.
Ahora bien, antes de Wundt investigadores de la psicofísica como Gustav Theodor Fechner ya habían preparado el camino para el surgimiento de esta disciplina. Granville Stanley Hall fue el creador de un laboratorio similar en Estados Unidos y fundó la American Psychological Association, aunque no llevó esta metodología hasta los extremos de Wundt.
La psiquiatría se desarrolló en gran medida gracias a la obra de Karl Ludwig Kahlbaum, que estudió alteraciones como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, y a la de Emil Kraepelin, pionero de las actuales clasificaciones diagnósticas basadas en los síntomas y en los signos, así como en su curso.
Entre los antecedentes de la psicología actual también es necesario mencionar el funcionalismo y el estructuralismo, dos escuelas muy influyentes durante los últimos años del siglo XIX y la primera etapa del XX. Mientras que el funcionalismo de William James estudiaba las funciones mentales, el estructuralismo de Edward Titchener se centraba en sus contenidos, como las sensaciones o los pensamientos.
Por otra parte, en este siglo Jean-Martin Charcot y Josef Breuer estudiaron la hipnosis y la histeria, desarrollando investigaciones e ideas que inspiraron a Sigmund Freud durante los últimos años de este siglo. Mientras tanto, en Rusia apareció la reflexología de la mano Iván Pávlov y Vladimir Bekhterev. Con estas aportaciones se establecieron las bases del psicoanálisis y el conductismo, las dos orientaciones que dominarían la psicología de la primera mitad del siglo XX.
El desarrollo en el siglo XX
Durante el siglo XX se establecieron las corrientes teóricas principales de la psicología actual. Sigmund Freud, discípulo de Charcot y Breuer, creó el psicoanálisis y popularizó la terapia verbal y el concepto de inconsciente bajo el prisma psicoanalítico, mientras que autores como John Watson y Burrhus F. Skinner desarrollaron terapias conductistas centradas en el comportamiento observable.
La investigación científica promovida por el conductismo acabaría llevando a la aparición de la psicología cognitiva, que recuperó el estudio de los procesos mentales tanto elementales como complejos y se popularizó a partir de los años 60. Dentro del cognitivismo se engloban los tratamientos desarrollados por autores como George Kelly, Albert Ellis o Aaron Beck.
Otra orientación teórica relevante es la psicología humanista, representada por Carl Rogers y Abraham Maslow, entre otros. El humanismo surgió como una reacción al predominio del psicoanálisis y el conductismo y defendió la concepción de las personas como seres libres, únicos, tendentes a la autorrealización y con derecho a la dignidad.
Asimismo, los conocimientos sobre biología, medicina y farmacología aumentaron enormemente durante el siglo XX, lo cual facilitó el predominio de estas ciencias por encima de la psicología e influyó en el desarrollo de campos interdisciplinarios como la psicobiología, la neuropsicología y la psicofarmacología.
Las últimas décadas
El desarrollo de la ciencia del comportamiento y de los procesos mentales ha estado marcado por el desarrollo de las neurociencias y el diálogo constante con las ciencias cognitivas en general, y con la economía conductual. Del mismo modo, las escuelas de la corriente vinculada al psicoanálisis han perdido buena parte de su presencia y su hegemonía, si bien se mantienen con buena salud en Argentina y Francia.
Esto ha hecho que actualmente prime una concepción de la psicología en la que las neurociencias y la psicología cognitivista (con muchas aportaciones del conductismo) intercambian entre ellas herramientas y conocimientos tanto en la investigación como en las intervenciones.
Sin embargo, las críticas que el conductismo realizó contra las concepciones mentalistas y subjetivistas de la psicología (que son aquellas que tratan "la mente" como algo separado del contexto de una persona y las que parten desde las opiniones de la persona acerca de lo que le pasa por la cabeza, respectivamente), siguen estando vigentes.
Esto hace que tanto el cognitivismo como el psicoanálisis y todas las perspetivas pertenecientes a la psicología humanista sean duramente criticadas, entre otras cosas, por trabajar a partir de conceptos muy abstractos y poco definidos bajo los cuales pueden colocarse significados muy diversos y poco relacionados entre sí.
De todos modos, el conductismo sigue siendo una filosofía minoritaria en la psicología, mientras que el cognitivismo goza de muy buena salud. Eso sí, la gran mayoría de investigaciones en psicología cognitiva de tipo experimental son realizadas partiendo del conductismo metodológico, lo cual lleva a algunas contradicciones: por un lado se tratan los fenómenos mentales como elementos situados "dentro del cerebro" de la persona (mentalismo) y por el otro se trata de estudiar este elemento creando estímulos y midiendo respuestas objetivas.
https://psicologiaymente.com/psicologia/historia-de-la-psicologia
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