VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
Poema de Robert Hayden
Robert Hayden fue un poeta, ensayista y profesor nacido en Detroit, Michigan, EE.UU. en 1913. Estudió poesía en la Universidad de Michigan y luego enseñó tanto en la Universidad de Michigan como en la Universidad de Fisk. Fue elegido miembro de la Academia Americana de Poetas en 1975, un año después se convirtió en el primer afroamericano en servir como consultor en Poesía de la Biblioteca del Congreso (1976-1978), un papel que hoy se conoce como Poeta Laureado de los Estados Unidos. Hayden también fue uno de los poetas afroamericanos más célebres de su época, produciendo obras perdurables, como «The Middle Passage» y «Those Winter Sundays». Algunos de sus libros más destacados son Heart-Shape in the Dust. (1940), The Lion and the Archer: Poems (1948), A Ballad of Remembrance (1962), Words in the Mourning Time (1970), o American Journal (1978). Murió en Ann Arbor, Michigan, el 25 de febrero de 1980. Presentamos su mítico poema Those Winter Sundays con traducción de Fausto Marcelo Ávila.
***
Esos domingos de invierno
También
los domingos mi padre se levantaba temprano
y se vestía en el
frío azulnegro,
luego, con las manos agrietadas que dolían
por
el trabajo en el clima de los días laborables, hizo
arder fuegos
acumulados. Nadie nunca le dio las gracias.
Me
despertaba y escuchaba el frío astillarse, romperse.
Cuando las
habitaciones estaban calientes, él llamaba,
y lentamente me
levantaba y me vestía,
temiendo las cóleras crónicas de esa
casa,
hablándole
con indiferencia,
que había ahuyentado el frío
y lustrado
también mis zapatos buenos.
¿Qué sabía yo, qué sabía yo
de
los oficios austeros y solitarios del amor?
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TEMAS TERTULIA 27-9-2024
CARO
BARATO
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 20-9-2024
FEMINISMO
LOCURA
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
FEMINISMO
Pocas cosas hacen más daño al movimiento feminista y sus justas reivindicaciones que la, a mi juicio, errónea interpretación que algunas mujeres hacen de la igualdad de derechos:
Creen que ser feminista significa cometer los mismos errores y estupideces que los hombres.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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FEMINISMO
La sombra del monstruo.
Adolfo parecía respetar y admirar a las mujeres, sobre todo a su madre, la misma a la que debía su meteórica carrera de pianista, de niño prodigio a intérprete prodigioso. Educado, parecía tener siempre a mano la palabra o el gesto apropiado para cada ocasión. En realidad, Adolfo tenía auténtico pánico a las mujeres, su controladora madre grabó a fuego en su mente infantil una imagen de mujer autoritaria, todopoderosa y cruel que nunca conseguiría borrar en toda su existencia. Adolfo era, simplemente, una víctima más que se iría transformando poco a poco en verdugo.
Con los años se dedicó, entre otras actividades docentes, a dar clases particulares de piano a la que acudían chicas y mujeres de diferentes edades. Pronto mostró su preferencia por las más jóvenes, eran dóciles, inseguras, manipulables, de alguna forma ignorantes del campo en que se encontraban y esa ingenuidad le excitaba sobremanera. Algunas llegaban a formar parte de su séquito, generalmente esperaba a que fueran mayores de edad para dar el paso. Las niñas, chicas, mujeres, generalmente callaban, algunas por ingenuidad, otras por vergüenza, otras por miedo. Adolfo parecía haber encontrado un lugar perfecto en el mundo para su monstruo, ése que había creado su madre como alquien lo había creado a su vez dentro de ella, un monstruo tan antiguo como la humanidad.
Lola disfrutaba tocando el piano desde muy pequeña, desde que oyó por primera ese instrumento, y sus padres la enviaron varios años a dar clases particulares con el mejor profesor de la ciudad: Adolfo.
El profesor incluía en sus clases todo tipo de toques y manoseos más o menos disimulados pero esta vez se había equivocado de presa: Lola no quería ser Lolita y la niña, ya adolescente en realidad, en un ataque de valentía se atrevió a decirle, tras una explicación sobre la forma de interpretar determinados acordes que, sin manos, también lo comprendía. Él, lógicamente, se hizo el indignado, dijo al resto de alumnas que salieran de la sala y le dió un discurso lo suficientemente intimidatorio como para poder seguir manteniendo su harén de dóciles e indefensas mujercitas fuera de peligro, un harén con el único tipo de mujeres a las que no temía: las que podía controlar y dominar.
Los padres de Lola nunca llegaron a saber la verdadera razón de la repentina pérdida de interés de la niña por el piano que hasta entonces había adorado, abandonó los estudios.
El tiempo pasó, pulió todas las aristas de la memoria y transformó en polvo lo que de la tierra había venido: Adolfo, tras años ejerciendo de víctima-verdugo, de miserable pederasta manipulador, pasó a otra vida donde, previsiblemente, hará menos daño a sus semejantes.
Lola ya es una mujer madura que parece haber completado casi todos los senderos que se recorren en una vida, hoy por hoy, normal: noviazgo, matrimonio, hijos, carrera laboral, divorcio, etc.
Lola se considera feminista y dice no odiar a los hombres ni al mundo masculino en general. Una vez divorciada y ya con sus hijos mayores, recurre a distintas páginas y aplicaciones de internet en las que conoce a hombres con los que mantiene relaciones aparentemente tan normales como ocasionales. Esos hombres han de tener todos unas características muy definidas: tranquilos, inferiores intelectualmente a ella, mediocres, manipulables, dóciles, obedientes, y que nunca se atrevan a cuestionar su autoridad, aparentemente dialogante, o sus ideas.
Si ocasionalmente el amor, ése mágico truco de la vida para que la vida siga, llamaba a su puerta, lejos de abrir, intentaba destruirlo lo antes posible por todos los medios a su alcance, le daba miedo, mucho miedo, y negarlo era su forma de defenderse, nunca era difícil encontrar una disculpa a mano, el ser humano es muy hábil en eso.
Lola era una mujer inteligente y sabía manejar las situaciones para provocar siempre, a medio o largo plazo, el mayor daño posible en los hombres, su herida de la adolescencia estaba tan abierta como el primer día. Sabía qué hacer y decir en cada caso para frustrarles, sabía ver todos los defectos reales e imaginarios en cada uno de ellos y como hacer para, tras utilizarlos hasta el límite de los sentimientos, apartarse a tiempo para hacerles caer y, si era posible, que sufrieran. Sus ansias de vengarse de aquel cerdo la acompañarían toda su vida, disfrazada su enorme agresividad pasiva de mil formas sutiles, sin un grito, casi sin emoción, pero acertando en el punto en que se le puede hacer daño a cualquier hombre . . . o intentando acertar, al menos.
Nunca llegó a sospechar siquiera que buscaba el mismo tipo de víctimas que aquel siniestro profesor de piano encontró en ella, con las mismas características, la misma actitud que ella busca y encuentra en sus dóciles amantes.
Sabía como hacer daño a cualquier hombre y lo hacía con maestría dentro de sus posibilidades.
Utilizaba la agresividad pasiva con tal arte que no sólo engañaba al resto del mundo, también se engañaba perfectamente a si misma, no planteándose la menor duda. Lástima de aquella bofetada nunca dada a aquel profesor...
Cada día los monstruos buscan víctimas que transforman en monstruos en una cadena trágica de cientos de generaciones que perpetúan el dolor y el miedo en la humanidad.
Lola, como la mayoría de las personas, creía conocerse y nunca llegó a sospechar siquiera que ella misma había acogido y alimentado durante años al monstruo que una vez devoró parte de su felicidad y torció su destino para siempre.
Con heridas diferentes, Lola somos todos.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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FEMINISMO
Posturas del Kamasutra
Tú arriba,
yo abajo,
y entre los dos un mundo.
Tumbados, tú de espaldas,
yo de frente dándome con un muro.
Tú bocabajo,
yo encima de otra cumbre.
Tú borracha, yo en celo
paseando el perro.
Tu dormida en misa de rodillas
y yo mojando tetas de monja en el café.
Tú, bailando desnuda en la luna roja,
yo cantando helado cara al sol.
Tú cazando con tacones
y yo herido sin tu carne.
Yo, aquí te pillo, aquí te mato,
tú te mueres por llegar en lencería
casta hasta la madrugada.
JJC – Juan Jiménez Caballero
LOCURA
Radiantes
estaban en su no-fiesta
Delirando por el porvenir truncado que
jamás sería
Las hirientes palabras oídas
Convertidas en un
lujoso collar de metralla
Abrazos
no, hoy no, aquí no
Pesaban los recuerdos mientras se
internaba
Cual espuma en los orificios invisibles de la
luna
-Incendiemos selenitas sin compasión-
Aries,
eres y no eres
Seguimos inmersos en nuestra batalla con
Morfeo
Guerra no declarada, guerra perdida y ganada
¿Qué fue
de esos gorriones que nunca vinieron?
Nunca
tuerces tu brazo, no
Pensar en peces solo te hace llorar,
sí
Golpeamos el suelo con rabia contenida
Mientras en la
televisión sigue sonando tu melodía
Cosechas
dolores, siegas mi alma
Testarudo como aquel representante de los
dioses
Ligero como tres plumas sin ave
Rascan los segundos
albinos desde mi siembra
Diseña
tu estrategia, arquitecto
Diseña un objetivo adecuado para el
rebaño
Dame la espalda mientras puedas
Que el azul de mis
lágrimas no te sorprenda
Quién
lloró por las muelas del juicio
Quién juzgó sin micrófonos
abiertos
Alegría en el comité de los tímidos
Un chin-chin
por la grandeza soportada
Sara V.T.
https://iderinaweb.wordpress.com
¿LOCURA?
TU NOMBRE
Mi memoria se apaga, silenciosamente,
en un mundo propio, en un mundo nuevo.
En un cuarto trastero busco sus pedazos
antes de que se desvanezcan las imágenes.
Lucho batallas imposibles
por una fracción de mis recuerdos
y vivo como una extraña
con el resto del mundo.
Los días y las noches pasan
sin claros ni oscuros.
En mi vida de sombras
Tu nombre vuelve de tiempo en tiempo.
Hay un recuerdo dentro del ser humano de una realidad más trascendental. Ese recuerdo a veces nos crea un malestar interior porque añoramos al Ser Amado que está lejos y a la vez cerca.
Alexandra Di Estefano Pironti.
“Un salto al infinito” Ediciones Carena.
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Andando el camino
Por José Marcelo Ruiz
Amador López García, médico de Atención Primaria, es autor del libro Medicina de Familia: Andando el camino. Historias en la historia,de la editorial Círculo Rojo.En él nos relata sus memorias.
Lo inicia hablando de Orea (Guadalajara), su pueblo natal, y de Molina de Aragón, haciendo una bellísima semblanza de su paisaje, y de la vida de sus habitantes. De su infancia y del viaje a casa de sus tíos, situada en una barriada a las afueras de la ciudad de Valencia, donde conoce el mar Mediterráneo y su luz. De su adolescencia, sus primeros años de estudios en un colegio religioso; dura y penosa época alejada de su familia. Más adelante nos narra cómo finaliza su bachiller, y becado realiza sus estudios universitarios; relatándonos su compromiso con la sociedad y la transición democrática.
Como quien anda un camino, introduce historias de vidas de enfermos en la historia social y política en que vive. Lo hace por etapas, desde 1959-1965 hasta 2018-2021. Nos acerca a su labor como médico de familia, lo hace hablándonos sobre las poblaciones y centros de salud donde ha ejercido. En su atención a los enfermos descubriremos su humanidad, y su vocación profesional.
Con su entrega y dedicación afronta todas las carencias socioeconómicas y materiales, que se daban en las poblaciones rurales. Percibimos cómo va sorteando, contracorriente, las dificultades y cambiando su entorno más cercano, para que su labor fuese satisfactoria y diese mejor resultado; adaptándolos a los cambios que la sociedad iba demandando. En la lectura observamos que nunca se ha sentido cómodo y confortable en la rutina. Siempre se ha replanteado todos los aspectos de su vida laboral. Ha resuelto las dudas preguntándole a quienes más saben; y estudiar, sobre todo estudiar, ha sido el complemento.
Si a esa dedicación y entrega se une la calidad humana, el médico de Atención Primaria lo que hace es derribar todas las fronteras de discriminación socioeconómicas, políticas, psicológicas… Esto lo observamos en la lectura de las historias de las vidas de los enfermos, que se relatan en este libro, y en ellas, encontraremos: Ejemplos de humanidad que nos enseñarán a afrontar la vida.
En estos tiempos de grandes avances tecnológicos y científicos, es triste que se le dé menos importancia a la Atención Primaria. Como Dr. Amador López expresa en el epílogo: “la esencia de la medicina está en la Atención Primaria. El médico por excelencia es el especialista de familia, cercano a la población, a la cabecera del enfermo en su casa, con un conocimiento integral e integrador de la salud”.
Os invito a la lectura de este libro, porque encontraréis en sus relatos clínicos, dignos ejemplos de humanidad, que nos servirán para afrontar la vida. La segunda razón, para tomar conciencia de lo importante que es la medicina de familia. Y la tercera, porque su apasionante lectura es una fuente de aprendizaje.
José Marcelo Ruiz
Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes,13 de septiembre 2024. Mi agradecimiento personal al director del medio Francisco Gálvez por su interés por los temas culturales, de pensamiento y opinión.
https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2024/09/16/andando-el-camino/
September 10, 2024 | Lee Online
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