VOCES entre VOCES
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TEMAS TERTULIA 14-1-2022
CANCIONES
IGNORANCIA
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
DESPUÉS DE TODO
Después de todo -pero después de todo-
sólo
se trata de acostarse juntos,
se
trata de la carne,
de los cuerpos
desnudos,
lámpara de la muerte en el
mundo.
Gloria degollada,
sobreviviente
del tiempo
sordomudo,
mezquina paga de los que
mueren juntos.
A la miseria del
placer, eternidad,
condenaste la
búsqueda, al injusto
fracaso
encadenaste sed,
clavaste el corazón
a un muro.
Se trata de mi cuerpo
al que bendigo,
contra el que
lucho,
el que ha de darme todo
en
un silencio robusto
y el que se muere
y mata a menudo.
Soledad, márcame
con tu pie desnudo,
aprieta mi
corazón como las uvas
y lléname la
boca con su licor maduro.
Jaime
Sabines Gutiérrez
fue un querido
y respetado poeta y político mexicano,
nacido en Tuxtla Gutiérrez el 25 de marzo de 1926 y fallecido en
Ciudad de México el 19 de marzo de 1999. Su padre, Julio Sabines,
fue uno de los responsables de su amor por la poesía, y
probablemente de su personalidad sencilla y accesible, una de las
razones de su éxito en vida. A los 19 años comenzó a estudiar
medicina, para darse cuenta poco tiempo después de que su lugar
estaba en la Literatura. Resulta curioso que tanto su esposa como sus
cuatro hijos tuvieran nombres que comenzaban con "j",
inicial del nombre de su padre, así como del suyo propio y el de sus
tres hermanos.
Como escritor fue muy productivo; si bien difundió
su poesía desde los 18 años, con "Horal",
su primer poemario, comenzó en 1950 una serie de publicaciones que
culminaría pocos años antes de su muerte. Sabines reconoció la
importancia del estudio técnico para su evolución como escritor,
para encontrar su propia personalidad, sin dejar de inspirarse
en Neruda o Lorca,
entre sus otras fuertes influencias. Su amor por su padre quedó
plasmado en un poema que el
mismo autor consideró su mejor obra, "Algo
sobre la muerte del mayor Sabines".
FUENTE: https://www.poemas-del-alma.com/jaime-sabines.htm
“Todo el mundo debe sacrificarse de vez
en cuando en el altar de la estupidez"
(Albert Einstein)
TEXTOS TERTULIA 7-1-2022
LIBROS
JUVENTUD
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
EL LIBRO
Él, emocionado y con lágrimas en los ojos, le dijo: “Regálame tu rosa de los vientos y seré el capullo más feliz del mundo”.
Ella, fingiendo indiferencia, le regaló un libro verde tachonado de flores moradas que marcaba las horas y los cuartos.
Él dudó, pero al fin comprendió que todas las torres caen, por mucho que las protejan gallos disfrazados de veleta o campanas mudas de gestos altisonantes.
En la sonora soledad de la noche el libro observaba, desde la chimenea alicaída de brasas heladas, el rugir de los sueños de ambos.
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JUVENTUD
"Ésta juventud está podrida hasta el fondo de su alma. Los jóvenes son pérfidos y negligentes. Nunca se parecerán a los jóvenes de otros tiempos. La joven generación de hoy día no sabrá conservar nuestra cultura"
(Inscripción en una vasija de barro encontrada en las ruinas de Babilonia, data de unos 3.000 años A.C.)
"El mundo en que vivimos ha alcanzado una fase crítica. Los hijos no obedecen ya a sus padres. Por lo visto, el fin del mundo no está ya muy lejos"
(Sacerdote egipcio que vivió hacia el año 2.000 A.C.)
"He perdido toda esperanza en cuanto al futuro de nuestro país si la juventud de hoy empuña mañana las riendas del poder, pues esta juventud es insoportable, impulsiva, simplemente horrible"
(Hesíodo, poeta griego, hacia el año 720 A.C.)
CONTINUARÁ . . .
JUVENTUD
Ortega y Gasset, decía: «La juventud necesita creerse, a priori, superior. Claro que se equivoca, pero este es, precisamente, el gran derecho de la juventud». Cito a don José porque fue el principal exponente del perspectivismo y, en mi opinión, los que hablamos de la juventud lo hacemos desde la perspectiva de la vejez -la juventud no habla de sí misma- y, también casi siempre, sobrevalorándola, no en cuanto a su lozanía y belleza -de eso va sobrada-, sino en la manera de saborearla y disfrutarla.
¿Cómo explicarlo? Casi todos tenemos la sensación de haber perdido parte de la juventud, de no haberla aprovechado del todo. Es muy común la frase: «si volviera a ser joven con lo que sé ahora…» y yo, cuando la oigo, pienso que sería un espanto pues, aunque fuera posible regresar a los dieciocho conservando la experiencia de nuestros «titantos», que no lo es, nos plantaríamos allí con un organismo lleno de vitalidad y una mente resabiada capaz de predecir todos y cada uno de los peligros y tormentas por llegar; de modo que no sería tal juventud, sino un cuerpo joven sufriendo el peso de las adivinaciones de un adulto -cuando no viejo- interior; sería, por decirlo de alguna manera, como llevar unos padres vigilantes dentro de nosotros mismos.
Y es que la vida no es otra cosa que una carrera de fondo hacia un inevitable desenlace y cumplir años nos acerca a la meta. Pienso yo que quizás sea por eso que, a veces, deseamos regresar a la juventud; no porque no la hayamos disfrutado a tope y ahora nos sintamos capaces de hacerlo; ni porque alberguemos la intención de cambiar nuestra trayectoria profesional; ni porque, de volver, elegiríamos salir con Pepe en lugar de emparejarnos con Juan. No, no es por eso.
Al contrario, pienso que, si existiera la opción, todos repetiríamos nuestra vida entera segundo por segundo y, aunque pudiéramos, no nos cambiaríamos por nadie, pues sabemos que somos lo que somos gracias a que fuimos lo que fuimos. Creo, más bien, que queremos regresar a la juventud -si es que en realidad lo queremos, algo de lo que no estoy muy segura- para alejarnos de la muerte y, tal vez, quizás, como dijo Ortega, creernos superiores o incluso invencibles ante la venida de la parca, permitiéndonos el derecho a equivocarnos.
Y es precisamente en esa nostalgia de querer que sea lo que no puede ser, donde nos perdemos y repetimos el error de dejar escapar el presente; el mismo endiablado error que cometimos en aquella, hoy añorada, juventud de la que malgastamos días preciosos anhelando el futuro.
05/enero/2022 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Sólo la arrogancia humana, resultado lógico de su primitivo estado evolutivo, puede atreverse tanto a definir como son los dioses como a creer que estamos solos en este universo inimaginable para nuestra mente.
La misma arrogancia que nos hace preferir la guerra al diálogo, el odio al perdón, la misma que nos hace renunciar al placer de compartir o a la grandeza de amar.
Asombrosamente, a las hormigas y otros insectos sociales similares los consideramos seres inferiores.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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Las distintas culturas humanas no son sino la acumulación aleatoria de ciertos rasgos individuales de personalidad que acaban imponiéndose como una costumbre social.(Nekovidal)
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