domingo, 27 de agosto de 2023

 

VOCES entre VOCES

http://artes-libres.blogspot.com.es/


PARA ENVIAR TEXTOS O PROPONER TEMAS: nekovidal@gmail.com




LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD

5 poemas de Nuria Ortega Riba

5 poemas de Nuria Ortega Riba

Nuria Ortega Riba es una poeta nacida en Almería en 1996. Graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Almería y tiene un máster en Enseñanza de Español como Lengua Extranjera por la Universidad de Granada. Actualmente cursa en esta misma ciudad un doble máster de Profesorado y Estudios Literarios y Teatrales. En 2021 recibió el Premio Adonáis por su poemario Las infancias sonoras (Rialp, 2022). Algunos de sus poemas aparecen en las revistas AnáforaLitoralEstación Poesía, Piedra del molino Casapaís. Además de poesía, escribe narrativa: ha escrito relatos y microrrelatos que figuran en antologías. Al mismo tiempo mantiene una estrecha relación con las artes plásticas, practica la pintura, tanto tradicional como digital, y está muy interesada en las relaciones entre la imagen y la palabra escrita.

***

EL AFILADOR

—¿Cuáles son tus sonidos favoritos?

—No sabría decirte.

—¿Cuáles te recuerdan a tu infancia, a tu hogar?

—Pues…

las llaves de mi madre al llegar a casa por la noche,
la risa de mi abuela, el silbido de mi abuelo,
las piedras del chalet cuando jugaba a los piratas,
las olas rompiendo, pero solo en mi mar,
el inicio de alguna canción de La Oreja de Van Gogh,
la música de ambiente del centro comercial,
el cucú de las mañanas de julio y agosto,
las cigarras, la lluvia,
las voces de los niños,
los columpios oxidados
y el afilador.

—¿Entonces?

—No sabría decirte.

***

A CIERTA HORA

Eran unas calles naranjas.
Naranja de cáscara de naranja.
Naranja de brasa en los tejados.

A cierta hora,
el sol da de refilón en la torre de la iglesia.
A la misma cierta hora,
las voces se apagan, sobreviene la calma,
el silencio enfila plazuelas sin sombra.

Nosotros, los niños,
en el quiosco compramos unas pipas.
Sonreímos. Sentados en el respaldo de los bancos
nos preguntamos:
¿Seremos los mismos dentro de diez años?
¿Recordaremos todo esto?
¿Nos enamoraremos?

Eran unas calles naranjas
de preguntas sin respuesta.

***

MIRO UNA BOLA DE CRISTAL EN UN BAZAR

Pequeña bola de cristal en un estante,
diminuto ecosistema contenido.
Un abeto, una cabaña, un tronco cortado en el suelo,
rodeados por una cúpula transparente.
Si la pones bocabajo, eres dios o el demiurgo:
cae la nieve porque así tú lo has querido.

Miro la bola de cristal en el estante.
Me resulta muy gracioso.

Tener un pequeño mundo en la palma de tu mano
solo cuesta uno con setenta.

***

EL ESPEJO

Cada palabra es un modo, más o menos honesto, de autorretratarse.

Marta Sanz

Aprendo a mirarme
como una gacela aprende a caminar.
Dejo que me engulla el malestar,
lo moldeo
a mi manera,
construyo un castillo,
una catedral,
una ciudad subterránea que espero emerja
humanamente desde el fondo.

Toco mi piel en el espejo,
dibujo mis líneas y creo
que soy papel,
que puedo dibujarme
como dibujo a otras,
con los mismos ojos cargados de cariño,
si solo busco,
si solo trato de querer esta hierba
que me crece por el cuerpo,
si solo logro comprender
que en el negro de mis ojos también está la luz.

Hoy,
cada noche
y lo que queda,
aprendo a mirarme.

Ojalá un día sea capaz de ver en mi boca
un pájaro que emprende el vuelo por primera vez.

***

LOAIARA

Igual que en gallego existe una palabra
para llamar al primer rayo que asoma tras la lluvia,
igual que en japonés existe otra
para hablar del sol que se cuela entre las hojas,
igual, en definitiva,
que alguien que señala algo de su mundo,
yo tuve que saber ponerle nombre
al amor por esta luz después del abandono.

Nunca me he encontrado con alguien tan ignorante que no pudiese aprender de él."

(Galileo)

TEMAS TERTULIA 1-9-2023

CALOR

SINCERAMENTE MI@

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar las cosas. (Noam Chomsky)

TEXTOS TERTULIA 25-8-2023

CAMBIO DE PLANES

INTERMITENTES

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


La vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes.”

(John Lennon)

CAMBIO DE PLANES


Los seres humanos más que hacer planes intentamos dominar la vida y la naturaleza. Planificamos una playa donde hubo acantilados; y la hacemos. Planificamos una urbanización en el cauce de un río; y la hacemos. Un estacionamiento en una rambla, una papelería cerca de un establecimiento de pirotecnia, un centro deportivo donde hubo un cementerio y una vida en línea ascendente tanto emocional como económica y laboralmente, y allá vamos.


Hace varios -muchos- años, en un curso sobre personalidad y relaciones humanas al que asistimos con la finalidad de aprender a relacionarnos lo mejor posible con los demás, uno de los asistentes, un jesuita divertidísimo y una de esas personas que por su forma de vivir hacen que sigamos creyendo en la gente, no pudo resistirse ante unas directrices que daba la ponente sobre cómo conducir la vida y dijo: «tú organiza, organiza, que luego la vida llega y manda». Una de las frases más inteligentes que he escuchado.


Yo creo que es necesario vivir con un propósito, pero ese propósito tiene que ir acorde con la vida no imponiéndose a ella; porque esos «planes» que le dicen a la naturaleza cómo tienen que ser las cosas no dan resultado; la playa-no playa atrae porquería; la inesperada crecida de un río aparentemente seco se lleva por delante decenas de viviendas y de vidas; los coches aparcados en lo que fue rambla son arrastrados al mar por lluvias torrenciales, un petardo despistado cae en el almacén de folios y el centro deportivo sobre el cementerio destila cierto aroma a pompas fúnebres.


El intento de conseguir una vida en línea ascendente merece mención aparte, ya que la estabilidad que pretendemos nos lleve a la felicidad sólo nos conduce al bienestar, al goce de los sentidos, pero no nos ensancha el corazón. Afortunadamente «la vida llega y manda» cambiando planes y situaciones, poniéndonos frente a nosotros mismos -siempre y cuando no tengamos miedo de mirarnos- y descubriéndonos potenciales que se aburrían en la confortabilidad de lo lineal; entonces sacamos recursos desconocidos al campo de juego: buscamos nuevas formas de trabajo, solventamos situaciones económicas (si no son extremas, claro está) o nos recuperamos de una pérdida afectiva que nunca nos creímos capaces de superar.


Propósito de vida sí, pero jamás intentes esclavizarla, porque ella arrollará todo aquello que pretenda quitarle su auténtica esencia: la libertad de fluir y cambiar.


25/agosto/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»



La vida es lo que ocurre mientras no tenemos el móvil en las manos”.

(Bunbury)


CAMBIO DE PLANES

Si tan sólo la mitad de los planes que hacemos a lo largo de nuestra vida se hubieran hecho realidad el paraiso estaría lleno, o dicho con otras palabras, nadie se hubiera quedado fuera.

Es admirable la ilusión, esperanza e ingenuidad que derrochamos a lo largo de la vida haciendo planes . . . Hasta que aparece la realidad y resulta que esa carrera que estudiamos con tanta ilusión no resultó ser lo que esperábamos, ni tenía tantas salidas laborales, ni apenas nos ha servido de nada en la vida, por mucho que el saber no ocupa lugar siga siendo una verdad indiscutible ; ése amigo de la infancia que creíamos para toda la vida deja de serlo porque su novia le exige que no se siga juntando con esos amigotes de antes; ser padre o madre, con ser hermoso, no era lo que esperábamos, sobre todo a partir de la adolescencia de las criaturas; el dinero, fruto de tantos años de trabajo, está ahí, pero no cunde como debiera; las ideas políticas y sociales por las que hubiéramos en otro tiempo dado la vida en otro tiempo para construir una sociedad justa resulta quie fueron secuestradas, manipuladas y prostituidas en boca de políticos que, además, nunca se jugaron nada; el amor de nuestra vida no era más que una persona dependiente que necesitaba una víctima con la que alimentar sus frustraciones y heridas como tú posiblemente y sin darte cuenta también hiciste con ella; en la religión cada uno hace sus cuentas una vez descubierta la farsa de todas las religiones institucionalizadas, consigues el número de teléfono de algún dios o diosa y sigues adelante; etc., etc. Al final, como dice el tango, ves que todo es mentira . . .

Y pasa el tiempo. Cuando al fin te puedes comprar esa moto o esa ilusión de juventud ya no tienes juventud para disfrutarla, los atardeceres son hermosos, pero tu vista ya no es la misma; están bien las reuniones y tertulias interminables con los amigos, pero ya ni ellos ni tú tenéis la energía necesaria para aguantar hasta tarde.

Un buen día descubres que en este juego de final inevitable, eso que llamamos vida, ésta tiene la costumbre de darte una sorpresa de vez en cuando, de transformar tus ilusiones en pesadillas o, también de vez en cuando, darte un regalo cuando menos te lo esperas.

Entonces es cuando aprendes, si aprendes, a relajarte, que es lo más parecido a aprender a vivir, tomas conciencia de que mañana tal vez no veas amanecer al tiempo que te das cuenta de que amargarte por ellos es una soberbia estudiez, tus cansados sentidos disfrutan ahora más de la vista de esa flor incauta que está floreciendo al lado de una carretera y que seguro que te recuerda a alguien que has conocido; tal vez oigas menos la música, pero la escuchas y disfrutas más; tus amigos, más o menos reales, sinceros u oportunos ya no son tan buenos o malos, comprendes que arrastran su mochila como tú la tuya, empiezas a creer más en personas sanas o enfermas que en personas buenas y malas; has viajado tanto que disfrutas tanto de un documental como de un viaje a un sitio similar a tantos en los que has estado antes y agradeces no tener que pasar ese calor o ese frío para poder disfrutar viéndolo; disfrutas plenamente tanto de la enorme energía de un niño sano, un monumento a la vida, como de un anciano sabio, un monumento a la esperanza y todo, paradójicamente, valiendo aparentemente menos, pasa a valer mucho más.

Si has llegado a ese punto del camino ya no ansías casi nada, tal vez, como mucho, algún regalo sorpresa de la vida, nada más, pero ya no sufres si no llega y, a fin de cuentas sabes que lo más a lo que puedes aspirar es a morir con una sonrisa en los labios y sin un ápice de miedo ante lo inevitable porque ya has comprendido que sólo los necios o los locos se angustian por lo inevitable.

Mientras, esperando sin prisa ni pausa esa sonrisa final te asombras a diario, como ni imaginabas que te pudieras asombrar en tu juventud, de lo maravillosa y hermosa que puede ser, a pesar de todo, a cada instante, la vida.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

ARTESLIBRES www.arteslibres.net

INTERMITENTES

Lirios

¿Saben qué?

Tenían razón.

Los que querían aguar fiestas y funerales. Los que no querían mirar, los que querían oír pero no callar, los que no querían hablar sin haber sido testigos del silencio. Los que segaron margaritas para que no volvieran a ser deshojadas, los que hablan de clavos sin haber tocado martillos, los que en abril recuerdan las páginas de un bloc y sucios calendarios. Los que esparcen cenizas en el juego, los ciegos que se dejaron el bastón en el costurero, las plañideras sin cebollas que se exiliaron en el campanario.

Pero se olvidaron.

De que en la cara B de la luna, creciendo tímidas,
en ocasiones asoman pequeñas acuarelas que tejen azucenas.

Sara V.T.

https://iderinaweb.wordpress.com

INTERMITENTES

VIBRACIÓN

La existencia es una telaraña de vibración

que se extiende como un manto.

Si vamos a su centro encontramos Om

y en sus bordes hay solo un leve recuerdo del sonido.

Poetas de las palabras

que ponéis nombre a las cosas

sin saber que ya lo tienen.

Pasad de los bordes al centro

y del centro al centro de vosotros.

Ahí todo está expresado en una sola palabra.


Las tradiciones espirituales dicen que todo fue creado a partir de un sonido. Para los hindúes este sonido es Om. El sonido tiene una vibración que se extiende a partir de un centro. En ese centro es desde donde se percibe de cerca la Creación.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.

¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes, capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos, o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.

(Noam Chomsky)

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Todos somos Robin Hood

Un estudio muestra que las personas tienden de forma natural a quitar al que más tiene y dar al que menos posee



Dar y quitar. Es el juego más tonto del mundo. Tanto, que ni siquiera se sabe cuándo se gana. Pero ahí está la gracia: dar un dinero ficticio a los jugadores, y ver qué hacen con él y con el de los demás. El resultado, cuando no hay otros intereses, es que los participantes tienden a igualar las cantidades: le quitan al que más tiene, y le dan al que menos. En este ficticio bosque de Sherwood, Robin Hood no hubiera necesitado de los abusos de los normandos para actuar.

Sólo la rabia ante la injusticia en el reparto explica la actuación de los voluntarios

El ensayo ha sido realizado en la Universidad de San Diego en California. Su objetivo era buscar cuáles son las motivaciones que mueven a las personas cuando no hay un interés particular. Para probarlo, los investigadores reclutaron a 120 estudiantes de distintas facultades que no se conocían entre sí. Y les asignaron, por azar, una cantidad variable de dinero falso -lo que los antropólogos llamaron unidades monetarias-.

Luego comenzaba el juego: un proceso sin normas en los que cada uno podía decidir qué hacía con lo suyo y con lo de los demás, pero sin verse la cara y cambiando de grupo cada vez, para que no influyeran manías o simpatías. El resultado fue el siguiente: los que más tenían recibieron una media de 8,9 ataques de otros participantes que querían reducir sus posesiones, frente a 1,6 acciones para reducir el dinero que sufrieron los que tenían una cantidad por debajo de la media. Por el contrario, los más pobres recibían 11,1 regalos de media por partida; mientras que los más ricos sólo se beneficiaban de cuatro ofertas.

Los científicos ya habían descrito comportamientos similares, pero en situaciones en las que tener más era bueno y tener menos era malo. Además, en esos casos muchas veces interviene un concepto de falsa solidaridad: se tiende a dar al que menos tiene porque así, juntando pocas cantidades, se puede conseguir una presencia fuerte y ser tenido en cuenta.

Pero en este caso no hay factores externos. Es la pura voluntad de los jugadores la que tiende a igualar las cantidades. Aun cuando no saquen ningún beneficio ni causen ningún perjuicio. La justicia retributiva está, de alguna manera, inscrita en nuestro funcionamiento.

Para asegurar las conclusiones, los científicos hicieron varias rondas del juego. Repartieron cantidades distintas en grupos diferentes aunque formados por los mismos participantes. Ni siquiera el hecho de saber que el juego no llevaba a ninguna parte hizo que cambiaran los patrones de conducta. Al final, la tendencia era siempre la misma: quitar a los ricos y dar a los pobres.

La única variable recogida en el estudio, que ha publicado Nature, depende de lo que cada jugador tiene en cada momento y la diferencia con las cantidades que se asignan a los demás: a menos unidades monetarias, más agresivo será su comportamiento para quitar dinero a los ricos, y viceversa: si uno sabe que forma parte del grupo con más dinero, se vuelve más generoso con los menos favorecidos.

Los autores del trabajo sólo encuentran una explicación para la conducta de los jugadores. En otros experimentos había factores, como la rabia o las manías personales, que podían justificar esta necesidad de dañar a los que más tienen. Este factor se mantiene en este juego. Aun sin conocer a los que más tienen, los jugadores manifestaron que sentían cierto enfado con los más favorecidos.

En una escala del 1 al 7 (1 sería me da igual, y 7 me cae fatal), el 46% de los participantes afirmaban que, de alguna manera, se sentían molestos por la injusticia del reparto. Cuando la diferencia entre los que más tenían y los que menos era mayor (lo que los científicos definen como un escenario de gran injusticia), esta rabia aumenta, y un 75% se sentía molesto.

Este enfado hacia los que más tienen ha sido el único motivo que se ha podido justificar para el resultado del experimento. Los jugadores que afirmaban estar más enfadados tenían una mayor tendencia a quitarle dinero a los más ricos. Pero también eran los que más frecuentemente favorecían a los que habían recibido menos.

Al final, el sentido de justicia no era más que una reacción egoísta ante la rabia experimentada. Lo mismo que si hubiera habido algo que ganar.

Fuente: EL PAIS- Madrid  

No hay comentarios:

Publicar un comentario