domingo, 13 de agosto de 2023

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD

Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros.
Lo que hacemos por los demás y el mundo permanece y es inmortal”

(Albert Pike)

"Los zapatos", de Rolando Rosas Galicia (México, 1954)


Andan juntos, a todas partes van.

Uno solo es inservible, huérfano, cojo.

Son humildes, soportan los hongos, la comezón,

las heces de los perros.

Al filo del cansancio caen donde sea.


Como el agua al vaso

adquieren la forma del pie que los contiene.

A veces los veo alejarse en busca de otro niño

el que se cortó el dedo gordo en un basural.

En la crepitación de fuego

o bajo el salitre claustrofóbico

estarán conmigo.

Ellos saben aquello de morder el polvo.


Rolando Rosas Galicia, incluido en Arquitrave (nº 67, abril-junio de 2017, Colombia).

https://franciscocenamor.blogspot.com/


TEMAS TERTULIA 18-8-2023

ORGULLO

SILENCIOS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



TEXTOS TERTULIA 11-8-2023

AUTOBUSES

ESTADÍSTICAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



AUTOBUSES


Si algo me gusta es viajar en autobús. Nací en Madrid, así es que desde muy niña he utilizado todos los medios de transporte que existen en las grandes ciudades para salvar las distancias habitualmente largas que hay desde el lugar de residencia hasta el colegio, el trabajo, el cine o la piscina y, aunque el tranvía o el metro me gustaban, el autobús siempre fue mi preferido.

He sido usuaria de autobuses de muchos colores y formas: azules, amarillos, rojos y verdes; de dos pisos y de uno, urbanos e interurbanos, oruga y microbuses, nocturnos y diurnos, nacionales e internacionales, todos diferentes y todos semejantes, en mi opinión, al gran viaje de la vida.

Me explico. Para mí la vida es como un viaje en autobús: van cambiando los viajeros en cada parada, unos bajan y otros suben, algunos coinciden durante todo el recorrido, otros unas pocas paradas, algunos hablan con los demás y la mayoría se ignoran entre sí.

Te encuentras con especímenes curiosos: el sabelotodo que cuenta en voz alta por dónde debería ir la ruta para hacerla más rentable y más ágil; el ratero que espera un despiste para llevarse lo que no es suyo; el maleducado que abre el periódico como si estuviera en el sofá de su casa; el tocapelotas que va sentado en el pasillo y cuando le pides paso se mueve hacia la ventana; el que empuja a modo «quítate tú pa’ponerme yo»; el que hace como que no ve a la señora con muletas; el que va pendiente de que no le roben el móvil último modelo recién comprado; el que no se sujeta bien y se te cae encima al primer frenazo; el que se duerme y se pasa de parada; el que apoya las posaderas en la barra a la altura de tu boca; la pareja que se hace arrumacos; el matrimonio que no se habla; la niña que te planta los zapatos llenos de barro encima de los pantalones blancos… y cada uno de nosotros, muchas veces y sin darnos cuenta, hemos sido -y somos- uno, o más de uno, de esos ejemplares, depende de nuestro ánimo.

En este autobús, en el de la vida, también se suben unas almas y se bajan otras; algunas almas nos incomodan y hay almas a las que incomodamos sin saber porqué; aparecen almas que nos agradan y a las que agradamos por la misma no-razón; pero, lo cierto, es que todas portamos un burdo equipaje que nos pesa durante el recorrido y que intentamos acomodar lo mejor posible al tiempo que nos acomodamos nosotros mismos, aunque no sepamos con certeza cómo hacer bien lo uno ni lo otro.

Y es que no es fácil manejar lo que se desconoce y la vida es, para todos, una gran desconocida; lo mejor, me parece a mí, es tomar conciencia de que en el camino hay cosas que no dependen de los usuarios ni del conductor, mantenerse alerta, pero al margen, de los asuntos que no son de competencia directa y ocuparse de molestar y ser molestado lo menos posible, colaborando con ello a que la ruta sea lo más agradable posible porque, aunque parezca larga, seguro que, al que más y al que menos, se nos hará corta.

No olvidemos lo que dijo el Fénix de los ingenios: «Pero la vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra».

12/agosto/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»



AUTOBUSES

102 - Ciento dos

Es difícil en ocasiones recordar con certeza cual fue ese pequeño detalle que transformó algo banal en el comienzo de una relación, a veces real, a veces imaginaria tan sólo, y que acaba condicionando el resto de nuestras vidas. Hoy día ya se sabe científicamente y sin lugar a dudas que nuestro cerebro necesita fabular y autoengañarse, crear hechos, situaciones e incluso sentimientos que poco o nada tienen de reales pero que nos ayudan a sobrevivir y hacen más llevaderas nuestras frustraciones cotidianas. Por mi trabajo de psicoanalista, yo sabía eso mejor que nadie, pero sabía también que los sentimientos rara vez atienden a razones, y algunos de ellos, como el enamoramiento, nunca.

Mientras me dirigía a la cafetería donde desayunaba a diario intentaba recordar cuál había sido ese momento mágico en que había dejado de ser una mujer más para transformarse en esa persona tan especial, y me había sorprendido al recordar que, además de su sonrisa, su encantadora sonrisa, dulce e inteligente a la vez, había sido su forma de conducir lo que me había cautivado de ella, la suavidad con que giraba el volante, la paciencia con que sobrellevaba los errores de los otros conductores me pareció propio de una persona amable y maravillosa.

A veces sentía una cierta vergüenza íntima ante esa relación: la posibilidad de que mi imaginación me estuviera apartando de la realidad más de lo habitual, de eso que llamamos, con cierta ligereza, la normalidad. Me descubría por momentos aterrado ante la posibilidad de no ser correspondido en lo más mínimo, de que todo fuera tan sólo producto de mi imaginación, el comienzo de una obsesión insana . . .

Hoy sería, sin duda, un gran día, un día crucial, porque hoy debería dar un paso adelante, hacer que esa relación se transformara en algo más sólido, más profundo. Hoy tenía que concertar con ella, inexcusablemente, una cita.

Pronto me di cuenta de que estaba de buen humor, y para mi ése era el mejor presagio de un día positivo, uno de esos días en que la vida nos obsequia con un sinfín de pequeños regalos, diminutos tesoros que habitualmente no sabemos apreciar en su justo valor.

Dos señoras mayores se interpusieron entre ella y yo. Mientras aguardaba al pie de la escalera intentaba ansioso hallar entre los cuerpos de las dos ancianas un hueco que me permitiera ver su rostro o, cuanto menos, el ágil movimiento de sus manos. Unos segundos después pudimos al fin encontrarnos cara a cara. Me sonrió y fue suficiente para sentirme mareado. Sabía que todo era, en parte, irreal, sabía que sólo el destino podría hacer que nuestra relación llegara hasta el final, un final que imaginaba como la culminación de todas las dichas, lo mejor que podría regalarme la vida. Me sentía absurdamente enamorado, y en la confusión no sabía si debía sentirme orgulloso o avergonzado de ello. Cuando me miró a los ojos sentí por un momento que lo sabía todo, que conocía hasta el más mínimo detalle la obsesión en que se había transformado para mí en los últimos meses. Una moneda rodó por el suelo y me apresuré a recogerla; el contacto de nuestras manos, cálida y suave la suya, lo sentí como la más sensual de las caricias. Luego, al observar su mano izquierda sobre el volante sentí un golpe en el estómago: una línea fina y dorada recorría transversalmente su dedo anular. Eso explicaba la ausencia de los últimos días: no había estado enferma, no estaba de vacaciones: se había casado.

Temí que mis piernas no pudieran sujetarme, temí que mi palidez me delatara, temí no tener a la mañana siguiente una razón para vivir. En unos segundos rebusqué en cada movimiento y gesto cotidiano un punto por el que huir, una salvación, por cobarde o mezquina que fuese, cualquier cosa. La presión en el pecho me hizo pensar estúpidamente: "Es cierto que se siente el corazón roto”.

Semanas esperando día a día nuestro breve encuentro . . . para nada.

La señora de la panadería me había dicho varias veces que la parada del cincuenta y siete estaba más cerca de casa que la del ciento dos, que me dejaría más cerca del trabajo y que no comprendía por qué me empeñaba en esperar ese autobús.
Ya no tenía ninguna razón para hacerlo.
Mejor intentar olvidar todo cuanto antes.
Mañana subiría al cincuenta y siete y, seguramente, lo conduciría un hombre.

 Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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ESTADÍSTICAS

Lo hemos calculado:

El trabajo nos ocupará, al menos, 8 años de vida.
En toda la vida expulsaremos unos 40.000 litros de orina.
Hablamos y hablamos 12 años sin parar.
3 años estaremos comiendo sin levantarnos de la mesa.
Hasta 19 kilos de piel perderemos al rascarnos (o cuando nos hacemos heridas).
Los ojos no paran de parpadear, ¡unos 415.000 millones de veces!
En total caminaremos alrededor de 22.000 kilómetros.
2,5 años hablando por teléfono.
Podremos llegar a comernos hasta 7.300 huevos.
Unos 6 meses estarás sentado en el váter
Nos podremos comer unos160 kilos de chocolate.
El corazón no para un instante: late 3.000 millones de veces.
12 años nos pasaremos mirando a la pantalla de la tele.
Aunque no seamos llorones, derramaremos 80 litros de lágrimas.
¿Sabes cuántas personas podremos llegar a conocer? Unas 2.000.

Estaremos dando besos 2 semanas de una vida.
Pero enamorarse, de verdad, sólo… 2 veces en la vida.
 
¿Cuántas papeletas tienes para estas rifas?

Es tan improbable que te parta un rayo como que te toque dinero en la Loto, pero hay suertes y desgracias que sí dependen de ti.


Probabilidades de morir

Asesinado: 1 entre 100

Accidente de coche con víctimas: 1 entre 225.
Por un incendio: 1 entre 300.
Electrocutado: 1 entre 5.000.
Por impacto de un meteorito sobre la Tierra: 1 entre 20.000.
Por la picadura de una avispa: 1 entre 100.000.

Accidente aéreo: 1 entre 250.000.

Que le caiga un rayo: 1 entre 750.000
Por la picadura de una serpiente: 1 entre 36 millones.
Por el impacto directo de un cuerpo celeste: 1 entre 250 billones

Criminalidad en España

Probabilidad anual de ser atracado: 1 entre 1.100.
Que le roben el coche: 1 entre 143

Enfermedades
Infectados de sida en el mundo: 1 cada 15 minutos.
Riesgo de morir de enfermedad coronaria: 1 entre 2.
Riesgo de contraer el virus de la hepatitis C: 1 entre 100.

Probabilidades de que muera un niño antes de cumplir un año:

En España: 1 entre 130.
En México: 1 entre 21.
En Malí: 1 entre 9.

Profesiones más arriesgadas en España (accidentes y enfermedades profesionales):

1ª. Mineros: 537 trabajadores accidentados
2ª. Extracción de petróleo, gas y uranio: 237.
3ª. Fabricación de productos metálicos (excepto maquinaria): 192.5.
4ª. Industria de la madera, corcho y cestería: 164.4.
5ª. Construcción: 151.6.

Y la menos arriesgada:

Instituciones financieras y seguros: 5,6

Estas circunstancias acortan la vida:

Conducir sin atarse el cinturón de seguridad: 6 segundos por viaje.
Beber un refresco dietético: 9 segundos.
Fumar un cigarrillo: 12 minutos.
Nacer varón respecto a nacer mujer: 2.226 días

Accidentes más frecuentes por edades:

De 1 a 5 años: asfixia, incendio y quemaduras.
De 15 a 25 años: accidente automovilístico.
De 30 a 40: intoxicación.
De 80 a 90: caídas.

Riesgos de fallo en los métodos anticonceptivos:

Implante hormonal subcutáneo: 1 entre 100.
Píldora: 1 entre 50
Dispositivo intrauterino (DIU): 1 entre 50.
Preservativo: 1 entre 10.
Ogino-Knaus: 1 entre 4

Suerte

Probabilidad de que te toque:

Un boleto de 15 aciertos en la quiniela: 1 entre 14.348.907.
Un boleto de seis aciertos de la lotería primitiva: 1 entre 13.983.816
El gordo de la Lotería Nacional: 1 entre 66.000.



ESTADISTICAS

CINCO SENTIDOS

Sándalo para oler

Mándala para ver

Namasté para acariciar

Prasad para saborear

Tu nombre para oír

Oh Brahman- Yahvé- Adonai-Alá.


En el camino espiritual los cinco sentidos se ponen al servicio de la Divinidad. El sándalo es una resina con olor que se utiliza como una fragancia en actos rituales; los mandalas son formas geométricas que sirven para concentrarse; namasté es una palabra de origen sánscrito con la que se saludan en la India y significa “lo divino en mi reconoce con respeto lo divino que hay en ti”. Prasad es una ofrenda de flores que se hace en el templo. Cuando divinizamos nuestra humanidad, nos acercamos más a Dios.

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA:

VERSIÓN 1:

Corolarios de Giancarlo Livraghi, recogidos en El Poder de la Estupidez. (1997).

Primer Corolario: En cada uno de nosotros hay un factor de estupidez, que siempre es más grande de lo que suponemos.

Segundo Corolario: Cuando la estupidez de una persona se combina con la estupidez de otras, el impacto crece de manera geométrica; es decir, por multiplicación, no por adición, de los factores individuales de estupidez.

Tercer Corolario: La combinación de la inteligencia en diferentes personas tiene menos impacto que la combinación de la estupidez, porque la gente no estúpida tiende siempre a subestimar el poder de hacer daño que tiene la gente estúpida.

VERSIÓN 2:

Recogidas en el libro Allegro ma non troppo (1988), del historiador económico italiano Carlo Maria Cipolla (1922 – 2000).

Primera Ley Fundamental: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación.

Segunda Ley Fundamental: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.

Tercera Ley Fundamental (o de Oro): una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.

Cuarta Ley Fundamental: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento, lugar y circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

·         Macroanálisis y Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.


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