domingo, 26 de mayo de 2019


VOCES entre VOCES



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TEMAS TERTULIA 31-5-2019

FIGURAS DE LA OSCURIDAD
CONFESIONES
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.







"Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo". (Julio Cortázar)




                                            Para J. M. González de Mendoza
1.         Los pueblos azules de Siria
            donde no hay más que miradas y sonrisas.

2.         Donde me miraron
            y miré.
            Donde me acariciaron
            y acaricié.

3.        Las casas juegan a la buena suerte
           y a la niña de quince años
           inocente como la muerte.

4.        Hay una sed de naranja
           junto a la tarde todavía muy alta.

5.        El agua de los cántaros
           sabe a pájaros.

6.        Unos ojos me sonríen
           sobre un cuerpo prohibido.

7.        Hay azules que se caen de morados.

8.        El paisaje es a veces de bolsillo
           con todo y horas.

9.        El amarillo junto al azul no cuesta caro:
           un charco de cielo y un ganso.

10.      Estoy en Siria.
           Lo sé por los ojos
           que veo puestos a la brisa.

11.      Y es un martes viajero y alegría
          de dulce tiempo y de fastuosa fecha,
          tan flexible y tan apto que podría
          borrar mi sombra sin tirar la flecha.

                                                            Jafa, 1927.

Carlos Pellicer en Camino (1929), incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).


"Que el diccionario detenga las balas". 
(Acción Poética)

TEXTOS TERTULIA 24-5-2019

RECUERDOS OLVIDADOS
SABORES
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.



RECUERDOS OLVIDADOS

Alguien dijo que se puede vivir sin recordar, pero no sin olvidar. A mí me gusta definir la memoria selectiva como el bálsamo que viene de regalo en el paquete de la vida para calmar el escozor que puedan provocar las remembranzas más punzantes. Creo que la supervivencia contiene una porción de olvido anexado pues sería extremadamente fatigoso vivir con una sobrecarga de imágenes pasadas, ¿quién lleva todas las fotografías de su vida en la cartera o las mira cada día en el ordenador? Sin embargo, me parece deseable que de vez en cuando se abra el cajón de los recuerdos, puede ser para organizarlos, tirar algunos a la papelera (física o electrónica), poner fecha aproximada a aquella situación que hoy nos resulta esencial o resolver, quizás, el misterio de una emoción persistente.
Pero una cosa es guardar nostalgias en un archivo para liberar peso y poder continuar por la vida ligeros de equipaje y otra muy distinta tratar de borrarlos de nuestra existencia pues, aunque queramos olvidar lo que éramos para ser lo que somos, jamás podremos falsificar nuestra identidad ante nosotros mismos. Se puede engañar al mundo, eso es fácil, basta con maquillarse, vestirse de manera adecuada y aprender el sinfín de protocolos que exige el colectivo elegido; pero cada noche de cada día que vivamos, en el preciso momento en que la vigilia va a ser vencida por el sueño y nuestra voluntad pierde su condición de fortaleza, volverá nuestro yo más real para dormir a nuestro lado y será, de hecho, lo primero que debamos sacudirnos al levantarnos de la cama para proseguir con la eterna y fatigosa actuación de una vida llena de recuerdos olvidados.
Alguna vez me ha ocurrido, no lo niego, borrar cosas de mi pasado, ya fueran situaciones ajenas a mí o hechos consumados por decisión casi propia, pero visto lo visto y pensado lo pensado, me decidí por la rendición de asumir que soy quien soy gracias a quien fui, al lugar donde fui y a quienes fueron conmigo. Yo no quiero olvidar mis recuerdos, me gusta, eso sí, dosificar su presencia en mi día a día y compensar su peso, en ocasiones excesivo y engañoso, con una buena dosis de realidad y propósitos.

24-mayo-2019 - Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»


RECUERDOS OLVIDADOS

Me cuenta mi tío que, siendo yo niño, J.M. Serrat, muy joven, en su primera gira americana, jugó conmigo un buen rato en un restaurante que tenía mi padre en Montevideo.
Yo no lo recuerdo . . .

Tenía yo ocho años, era Navidad, mi padre me castigó injustamente por culpa de un amigo suyo que el tiempo se encargó de demostrar que no era buena persona. Mi padre era un hombre con un marcado sentido de la justicia, por eso recuerdo claramente esa ocasión, una de las muy pocas que mi padre cometió una injusticia conmigo. Cuando lo cuento, nadie en mi familia parece recordarlo.
Yo lo recuerdo perfectamente . . .

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net


RECUERDOS OLVIDADOS

Regálame algo de ti
Regálame una sonrisa
Regálame algo de tiempo
Un poco de tu tiempo
Para que pueda no olvidarte
Hasta verte la próxima vez

Sara Vidal Tanaka



RECUERDOS OLVIDADOS

A mis años permanezco inédito, como tú, inacabado.
Quién supiera escribir caricias, estrellas o heridas...
Con retazos de palabras
levanto mi monstruo del Doctor Frankenstein
y espero ansioso que un rayo de tu tormenta le dé vida.
Lo siento en mis adentros, lo mejor de lo que guardo
no acierto a expresarlo.
Sólo trazo en sueños lo que tú en mis ojos
quieres leer.
Hoy tengo hambre.
Tejo mi tela de araña con vocablos
y espero la presa.
Mientras, me alimento de mi corazón,
guardado hace un invierno
al lado del dulzor de los melocotones en conserva.
La poesía es desnudez, pero algunos quieren seducirte,
enseñando sólo hasta la rodilla.
Buscando el punto G, encontré tu alma.
Florecerán en mi pecho las canciones,
que ayer no regué con lágrimas.

JJC .- Juan Jiménez Caballero


SABORES

Más dulce que el respeto: la amistad.
Más dulce que la amistad: el amor.
Más salada que la sangre: la mar.
Más salado que el mar: el Mar muerto.
Más ácido que una pregunta: el miedo.
Más ácido que el miedo: la ignorancia.
Más amarga que la hiel: la guerra.
Más amarga que la guerra: NADA.

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net



SABORES

Algunos provienen de la infancia, tal vez de la primera cucharada de yogur que entró en nuestra boca, o de los chicles de bola, o de las espinacas; otros pertenecen a la adolescencia, como el primer cigarrillo, las pipas en el parque y el imperecedero primer beso; con la madurez llegaron las exigencias del paladar que decidía con contundencia si el whisky era solo o con hielo o si poner limón al carpaccio; los hay dulces, amargos, ácidos y salados, pero superada la frontera de los cincuenta se fusionan en nuestro recuerdo y comenzamos a entender que, en cuestión de sabores, no todo depende de las papilas gustativas.
El yogur agrio fue endulzado con azúcar y juegos, el primer cigarrillo aliñado con el primer beso, el carpaccio y el whisky se condimentaron, posiblemente, con una de las citas más preciadas de nuestra vida, en cuanto al chicle de bola ya llevaba aditivos suficientes; y es que los sabores van ligados a las emociones y quedan registrados en nuestra memoria como manjar, si son catados en un momento amable, o como bazofia, si en el instante de probarlos tenemos el alma en vilo.
Si a todo esto le añadimos la importancia del olfato, me atrevo a confirmar que hay más de cuatro sabores, bastantes más, por ejemplo: el picante-simpático, el agri-picante, el aromático-dulzón, el dulzón-amargante, el ácido-gustosillo, el «noseaquésabeperomegusta»… Este último es uno de mis preferidos porque viene a ser como el umami -llamado el quinto sabor- que se traduce como delicioso y no cabe duda de que si algo nos sabe delicioso será porque lo estamos disfrutando en el momento oportuno y en las condiciones adecuadas.
Ojalá que con el paso de los años se me sigan mezclando los sabores y pueda rememorar cada día el de naranja de las almas que amo, el de semillas que da identidad al presente y el de la menta que puntea el porvenir.

22/mayo/2019 – Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»


SABORES

Audio:
ZARZAPARRILLA


Rafael Cotilla




MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS

***
¿Qué necesitas de los muertos?
¿Cuanto vale el destino hacia la felicidad?
 
José María Rico - Spencer


***
Microcuento:
Regálame un microcuento.


Lourdes Pérez




ha vendido sus cartas, ha quemado
                   sus naves menores,
la familia se largó de cuba
dejándolo con su cinto viejo
y los libros más políticos,
el techo se mira y es un puntal tan alto
la casa está tan justamente sola
el desayuno tan contrario a toda maternidad,
la firmeza no se explica en una cuartilla
y el arte poética
                          quede en su mirada de búfalo.

Lina de Feria, incluido en Nueva poesía cubana (Ediciones Península, Barcelona, 1970, ed. de José Agustín Goytisolo).
Otros poemas de Lina de Feria
De María García Granados a José Martí

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