TEMAS
TERTULIA 22-12-2017
EL
MUNDO ES UN PAÑUELO
LA
COLA
MICRORRELATOS
Resérvate el derecho a pensar, ya que pensar de mal modo es mejor que no pensar en absoluto. (Hipatia)
Estoy
leyendo el poema
lo estoy memorizando
leo y memorizo un poema que no entiendo
y me angustia
leo y memorizo un poema que es imposible interpretar
y me angustio
el espacio profundo del poema
no me absorbe
sino que me angustio y penetro en él
el secreto que no puede ser revelado
y su búsqueda ¿será éste el mundo del poema?
Es dar y recibir lo que uno tiene adentro
¿o será esto el mundo del poema?
este viaje tortuoso sin camino ni señales
ay, pobre de mí que estoy cansado, muy cansado
¿será por mi ignorancia o mi terquedad?
lloré leyendo el poema como una mesa servida para otro
he llorado por querer entender
he llorado por no haber abierto la puerta
toda mi vida he leído y he memorizado
leí lo que no entendía
memorizé lo que no fue revelado
el cielo inmenso
el mar profundo, el mundo del poema.
lo estoy memorizando
leo y memorizo un poema que no entiendo
y me angustia
leo y memorizo un poema que es imposible interpretar
y me angustio
el espacio profundo del poema
no me absorbe
sino que me angustio y penetro en él
el secreto que no puede ser revelado
y su búsqueda ¿será éste el mundo del poema?
Es dar y recibir lo que uno tiene adentro
¿o será esto el mundo del poema?
este viaje tortuoso sin camino ni señales
ay, pobre de mí que estoy cansado, muy cansado
¿será por mi ignorancia o mi terquedad?
lloré leyendo el poema como una mesa servida para otro
he llorado por querer entender
he llorado por no haber abierto la puerta
toda mi vida he leído y he memorizado
leí lo que no entendía
memorizé lo que no fue revelado
el cielo inmenso
el mar profundo, el mundo del poema.
La palabra "felicidad" perdería su significado si no estuviese equilibrada por la tristeza. (Carl Gustav Jung)
TEXTOS
TERTULIA 15-12-2017
UNA
ROSA
KOAN
MICRORRELATOS
UNA
ROSA
La
rosa contenía perfumes de silencio,
espinas
de rencores y tallos de tormento.
Es
para ti -me dijo- memoria de este encuentro,
no
quiero yo marcharme sin dejarte un recuerdo.
Yo
miraba la rosa sin mirar las espinas,
recordaba
promesas acariciando dichas
y
olvidaba el silencio que trajeron los días
después
de aquel te quiero que colmó mi alegría.
Pero
dejó más cosas, como el turbio reguero
de
promesas robadas a los sueños sinceros
y
el llanto contenido por un pasado incierto
que,
envuelto entre caricias, depositó en mi lecho.
Y
pasaron las horas, y pasaba la vida,
y
regaló sus besos a otra boca tan digna
que
escondía pecados detrás de una sonrisa
y
callaba verdades para no ser mal vista.
Llegó
con la cabeza repleta de lamentos,
a
arrancar el amor a un corazón sincero
por
sentir la victoria que siente el carnicero.
Y
yo me fui muriendo masticando mentiras,
desgranando
verdades, repitiendo rutinas,
olvidando
porqués, suspirando manías…
y
archivando la rosa en aquella hornacina.
Madrid,
14 diciembre 2017 – Victoria Blanco
UNA
ROSA
Había
una vez, en algún lugar remoto, un hermoso jardín que estaba lleno
de flores. Entre esas flores, un clavel y una rosa se
enamoraron.
Todos los días, desde que salía el sol hasta que se ocultaba, estos dos enamorados se decian cosas hermosas y al caer la noche, los dos soñaban con poder abrazarse, pero ambos sabian que no era posible. La rosa, de un rojo intenso, el clavel, blanco como la nieve, se amaban, se deseaban. Él quería estar junto a ella, abrazarla, pero ella, no quería hacerle daño con sus espinas.
Amanecía y un nuevo día despertaba, ella no pudo más y le dijo: Arráncame las espinas para no herirte y así poder abrazarnos.
El clavel contestó:
“No puedo quitártelas porque son parte de ti”.
El clavel, ante la petición de su amada, no lo pensó y, sin miedo, se entrelazó con la rosa. Ella exclamó: “¡No, no, que te vas a herir!” Él le dijo: “No te preocupes, no me importa si estoy junto a ti”. Ella contesta: “Yo también quiero que estés junto a mi, tendré mucho cuidado para no pincharte y con mis espinas nos protegeremos los dos”.
El clavel no pudo soportar las heridas y se secó, la rosa al quedarse sin su amado, tanto lloró, que se marchitó de pena.
Por eso se dice que el amor es ciego y que la locura siempre lo acompaña.
Todos los días, desde que salía el sol hasta que se ocultaba, estos dos enamorados se decian cosas hermosas y al caer la noche, los dos soñaban con poder abrazarse, pero ambos sabian que no era posible. La rosa, de un rojo intenso, el clavel, blanco como la nieve, se amaban, se deseaban. Él quería estar junto a ella, abrazarla, pero ella, no quería hacerle daño con sus espinas.
Amanecía y un nuevo día despertaba, ella no pudo más y le dijo: Arráncame las espinas para no herirte y así poder abrazarnos.
El clavel contestó:
“No puedo quitártelas porque son parte de ti”.
El clavel, ante la petición de su amada, no lo pensó y, sin miedo, se entrelazó con la rosa. Ella exclamó: “¡No, no, que te vas a herir!” Él le dijo: “No te preocupes, no me importa si estoy junto a ti”. Ella contesta: “Yo también quiero que estés junto a mi, tendré mucho cuidado para no pincharte y con mis espinas nos protegeremos los dos”.
El clavel no pudo soportar las heridas y se secó, la rosa al quedarse sin su amado, tanto lloró, que se marchitó de pena.
Por eso se dice que el amor es ciego y que la locura siempre lo acompaña.
M.C.G.C.
- Mari Carmen Gómez Castro
UNA
ROSA
Una
Rosa
roja
terciopelo
inmaculada
se recorta
sobre
las nubes del cielo
sobre
la nieve en los neveros
huida
a ninguna parte o al infierno
una
onda
negro
terciopelo
una
onda tras otra
de
brea en movimiento
de
ríos que portan veneno
reo
perpetuo en la cárcel del deseo
una
oda
oscuros
secretos
negros
frutos de ostra
agujeros
en el firmamento
loas
a un enigma en verso
perdido
en un misterio eterno
tu
boca
tu
pelo
tus
ojos negros
Diego
Guevara de Bonis
"Voces
entre Voces" 5/12/17
KOAN
¿Existiría
el amor si no hubiera a quien amar?
Madrid,
13 diciembre 2017 – Victoria Blanco
KOAN
¿Soy
sólo porque creo que soy?
¿Quién
hace las preguntas que realmente te dan miedo?
¿Se
hace tarde si no espero cuando espero algo o a alguien?
¿Qué
pedirías si tuvieras que pedir sólo un deseo?
¿Puede
un artista que se cree una persona especial llegar a ser realmente un
artista?
¿Dónde
encierras tu ego cuando crees que piensas libremente?
¿Sabe
el ojo qué significa la palabra color?
¿Qué
dolor es mayor que la ignorancia?
¿Puedo
realmente estar donde creo que estoy?
¿Por
qué creo que soy si no tengo más evidencia que mi propia creencia?
¿Pueden
dos silencios comunicarse?
¿Tiene
lo desconocido un límite?
¿Por
qué juzgo si no quiero ser juzgado?
¿Para
qué necesita la luz a la sombra?
¿Por
qué ha de tener cada pregunta su respuesta?
¿Es
más real la voz que el eco?
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES
www.arteslibres.net
MICRORRELATOS
LOS
ELEGIDOS DE DIOS.
La
ceguera me impedía cruzar la calle, alguien se acercó, me tomó del
brazo y comenzamos a caminar; con voz suave me invitó a que le
acompañará a entrar en la iglesia que se erguía frente a nosotros,
le dije que sólo sus ojos podían verla, entonces me arrojó contra
el asfalto “claro que
puedo verla, tengo a Dios de mi parte”
–dijo– y se marchó.
Madrid,
13 diciembre 2017 – Victoria
Blanco
MICRORRELATOS
Vamos
como niños
a
mancharnos la ropa y tirarnos piedras.
Oye,
si me llamas te leo desnudo un verso.
Te
escribo,
haciendo
el pino con mis dudas, unas promesas.
Llámame
y te enseño, lo que llevo guardado
aquí,
muy adentro.
Mira,
tenemos
que vernos, frente a frente las caras,
porque
esta falta de alegría hay que solucionarla.
Te
doy a escoger
entre
pistola con flores o sonrisas de sable.
Vamos
a quedar
y
nos comemos a besos las palabras.
Sí,
para alimentarnos yo pondré el corazón
y
tú la salsa.
Vamos
a pecar,
de
nada tienen culpa nuestros cuerpos.
Amada
desconocida, en esta cita a ciegas
me
reconocerás
por
el vestido de lunares y mi nariz de payaso.
J.J.C.
Juan Jiménez Caballero
¿MICRORRELATOS?
Tu
ausencia
Tu
ausencia huele a silencio
de alpinista despeñado
Todo se vuelve verdoso
cuando me asomo al olvido
esquivando al centinela
que sueña con ser un héroe
La Noche está en su apogeo
y yo me fugo al instante
creyendo que con la huida
conquisto algún territorio
Me acuerdo del gesto ambiguo
que algún tren ejecutaba
al cruzar las estaciones
de los pueblos más ocultos
Se agita el pez transparente
en la médula del viento
dejando un rastro menguante
de besos que han naufragado
Pierdo el pulso con el Alba
mientras la Noche en silencio
hace sus tristes maletas
y guarda pinceles dentro
junto a luz, hielo y misterio
Se olvidó de un violonchelo
de alpinista despeñado
Todo se vuelve verdoso
cuando me asomo al olvido
esquivando al centinela
que sueña con ser un héroe
La Noche está en su apogeo
y yo me fugo al instante
creyendo que con la huida
conquisto algún territorio
Me acuerdo del gesto ambiguo
que algún tren ejecutaba
al cruzar las estaciones
de los pueblos más ocultos
Se agita el pez transparente
en la médula del viento
dejando un rastro menguante
de besos que han naufragado
Pierdo el pulso con el Alba
mientras la Noche en silencio
hace sus tristes maletas
y guarda pinceles dentro
junto a luz, hielo y misterio
Se olvidó de un violonchelo
y
tal vez de un cataclismo.
José Luis Álvarez
José Luis Álvarez
MICRORRELATOS
El
pintor y la voz
Esa
dulzura de sus manos
que
llegaron a captar
en
lienzo aquel jilguero.
Esas
manos hoy están tristes,
le
faltan fuerzas, que es la
madre
de sus movimientos.
Hoy
el caballete se encuentra
en
silencio, blanco impoluto,
y
sus manos envueltas
en
papel celofán.
Pero
la voz de aquel jilguero
te
hará sentir de nuevo
sensaciones
que al vuelo
captarán
tus dispersas pupilas
para
plasmarlos en ese lienzo.
Y
llegará el día que la nostalgia
Del
pincel se vuelva al regocijo.
José
Mª Rico
[Un
papel se levanta como un Dios cansado.
Entre los pies de la gente
un dinamismo invisible revuelve el polvo]
avanzan los coches pateando el asfalto
berrinche de tráfico, hora pico.
Dentro
de la casa dice una madre:
Me duelen todos los corazones
dice
al mundo
o a su hijo o al caos
[Futura tumba abren las flores de su pecho]
Seguirá ahí, dice la madre, la ciudad, la muerte
Nadie va a mencionar la palabra hospital
se dirán muchas otras cuando lleguen los niños: rehiletes sorprendidos
de las ráfagas de viento,
rehiletes, flores que hace
la mano de un hombre triste,
flor que se hace flor
Entre los pies de la gente
un dinamismo invisible revuelve el polvo]
avanzan los coches pateando el asfalto
berrinche de tráfico, hora pico.
Dentro
de la casa dice una madre:
Me duelen todos los corazones
dice
al mundo
o a su hijo o al caos
[Futura tumba abren las flores de su pecho]
Seguirá ahí, dice la madre, la ciudad, la muerte
Nadie va a mencionar la palabra hospital
se dirán muchas otras cuando lleguen los niños: rehiletes sorprendidos
de las ráfagas de viento,
rehiletes, flores que hace
la mano de un hombre triste,
flor que se hace flor
en
la mano de un niño.
La madre escondió la palabra indecible
en su lugar
miles de cosas nacen
y la aplastan.
La madre escondió la palabra indecible
en su lugar
miles de cosas nacen
y la aplastan.
Xel-Ha López Méndez en El orden de las cosas, incluido en Astronave. Panorámica de poesía mexicana (1985-1993) (Ediciones de Punto de partida, México, 2013, comp. de Gerardo Grande y Manuel de J. Jiménez).
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