VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
"Gente que murió sola", de Danial Andrew Danish (Paquistán, 1992)
Por
última vez, el gorrión doméstico echó la vista atrás.
Ya no estaba en su jaula,
la libertad se le deslizó fuera del cuerpo
fusionándosele con el alma.
Momentos después, agitó las alas,
y voló más allá de los lamentos sin respuesta,
y fue a posarse sobre su propia alma de seda y terciopelo.
La memoria es la verdadera fuente de nuestra piedad y nuestra alegría,
hilos escarlatas de momentos que se nos entretejen en la mente.
Así, empaquetó todos sus recuerdos en aquella tela de seda escarlata.
Se la colgó a la espalda y partió para volar sobre el ancho mar,
sin temer a los fuertes vientos.
Danial Andrew Danish en Crimson Pashmina (2024), incluido en Vallejo & Co. (26 de marzo de 2023, Perú, trad. de Rafael Peñas Cruz).
Otros poemas de Danial Andrew Danish
TEMAS TERTULIA 14-3-2025
TODOS
RUNAS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 7-3-2025
CARPE DIEM
CERO
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
CARPE DIEM
Hace unos dos mil años, cuando un emperador, senador o general romano regresaba a Roma tras una campaña exitosa se solía hacer un desfile triunfal donde se exhibían las riquezas y prisioneros obtenidos en esa campaña. Era costumbre en dicho desfile que un esclavo estuviera al lado del triunfador con la única misión de susurrarle al oído cada cierto tiempo: "Memento mori", "recuerda que vas a morir", para que la arrogancia y la vanidad no le afectaran y fuera consciente de lo pasajero de toda gloria, de que todo tiene su fin.
Otra frase, también latina, "Carpe diem", "disfruta el presente, usa y aprovecha el día", parece contradecir a la anterior, parece invitar a un comportamiento hedonista continuo, a disfrutar lo más posible de todos los placeres que la vida nos pueda regalar, pero no hay contradicción alguna, son las dos caras de la misma moneda.
Aunque es evidente que todos vamos a morir, la misma vida protege nuestra mente de manera que lo solemos olvidar para conservar la ilusión de cada día, para no caer en la angustia o la depresión continuas, pues nadie nos ha educado para morir, ni siquiera para vivir, sobre todo en nuestras sociedades postconsumistas y egocéntricas actuales.
Como en tantos otros aspectos de la vida, creo que debemos encontrar un equilibrio entre memento mori y carpe diem, como cuando somos niños y aprendemos a caminar, un equilibrio que nos permita disfrutar de tantos pequeños regalos del presente sin caer en la arrogancia de olvidar que, como toda forma de vida, tendremos un final sin que eso signifique una tragedia irreparable sino el ciclo natural de las cosas en este planeta. Sólo hay una forma de convertirnos, de alguna forma, en inmortales, dejando tras nosotros algo de nuestra obra, sea lo que sea, de lo que disfrutarán los que vendrán luego como nosotros al nacer ya encontramos tantos objetos, ciudades e ideas creadas por quienes nos precedieron y ya han muerto.
Por eso, como bien dijo Albert Pike: «Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros. Lo que hacemos por los demás y el mundo permanece y es inmortal.»
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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CERO
Me
duele el peso de nuestras manos vacías.
Anoche
tuve miedo, sentí que era poeta
y todavía tiemblo.
No escapes
de mis sueños anudando tus sábanas.
Porque no hay tiempo, antes
de la metáfora de aliento
del próximo segundo.
Dame tu mano y
dudemos juntos hasta del amanecer.
Tal vez regresemos heridos del
filo de nuestro abismo,
pero nuestros ojos verán más lejos.
Nos
agarraremos a la vida con uñas y dientes,
a clavos ardiendo.
La
vida tiene sentido si te conmueves.
Y la esperanza es primavera
toda vestida de lucha.
De nuevo te buscará mi sangre ciega de
amor.
¡Venga, quiéreme a quemarropa! . . . o déjame
que me hiele.
JJC – Juan Jiménez Caballero
CERO
¿Por qué un cero a la izquierda carece de valor pero colocado a la derecha multiplica por diez al número que acompaña?
¿Acaso también padecen las matemáticas la moda del poco razonar y menos recordar que recorre el mundo cual estupidez pandémica inclinándolo hacia la ultraderecha?
¿Por qué en algunas ecuaciones se escribe infinito +1?¿No es una extraña contradicción?
Cuando a una bebida la llaman zero, ¿es a la derecha o a la izquierda?
¿Es un encerado una pizarra llena de ceros?
¿Son pareja el cero y la cera?
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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CERO
El Otro
Lacan dice que la constitución del cuerpo depende del Otro. Es a partir de la relación con el Otro primordial que se constituye el cuerpo del niño. El otro, al mismo tiempo que lo confronta con su imagen, le dice por ejemplo: "Tenés los ojos de tu padre".
Esos significantes pronunciados por los padres se ligan a su imagen y se incorporan a la identidad que el niño asume.
La identificación simbólica impide que el niño quede atrapado en el mundo imaginario.
Juan Disante
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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
¿Quién soy yo?
Si te miras en el espejo y no entiendes quién es esa persona que te mira...
Cuando nos comparamos con el resto de animales acostumbramos a dar cuenta de nuestra capacidad única para reconocer la existencia de nosotros mismos. Es más, lo extraordinario no es solo que seamos conscientes de nuestro propio Yo; también lo somos de los demás en tanto que seres con motivaciones, objetivos y puntos de vista diferentes y cambiantes.
Somos, de algún modo, seres conscientes. Esto puede ser motivo de un cierto orgullo un tanto injustificable, desde luego, pero también es solo una cara de la moneda.
Y es que si bien estar dotados de consciencia puede resultar ventajoso al ir a la par con nuestra habilidad para pensar cosas abstractas, también es una fuente de potenciales problemas que el resto de especies no tienen que afrontar. Y uno de esos posibles problemas puede surgir cuando, inevitablemente, aparece en nuestra corriente de pensamientos una pregunta clásica: ¿Quién soy yo? Mediante esta, somos capaces de recorrer los caminos del autodescubrimiento, un proyecto en constante construcción.
La caja de pandora: ¿Quién soy yo?
Los miembros de nuestra especie tenemos la capacidad de proyectar nuestros pensamientos hacia un futuro muy distante, algo poco común en la naturaleza: la mayoría de seres vivos con cerebro tienden a centrar sus procesos mentales hacia las necesidades inmediatas para asegurar su supervivencia.
Ahora bien, en nuestro caso, nos preocupa lo que pasará a años vista. Y nos preocupa no solo en un sentido pragmático (por ejemplo, al construir un refugio que nos proteja durante mucho tiempo), sino también existencial. Por eso intentamos reafirmar nuestra identidad con el paso de los años, tratando de ser fieles a nosotros mismos y haciendo lo posible por dejar un legado que nos sobreviva.
Pero nada de estas inquietudes tendría sentido si no nos preguntáramos la pregunta clave: ¿quién soy yo? En muchos aspectos, este interrogante es la raíz de todo proceso de desarrollo personal.
“¿Quién soy yo?” es una de esas preguntas existenciales que, si no sabemos responder, pueden llegar a convertirse en un obstáculo a la hora de ser felices. Saber quién es uno mismo y hacia dónde queremos ir es una de las bases para encontrar bienestar no ya en los grandes proyectos, sino en todos los detalles de la cotidianidad.
Pero no poder responder a esta pregunta en un momento no quiere decir que todo esté perdido. Actualmente no hay nada que nos haga suponer que la capacidad para plantearse adecuadamente y responder con éxito la cuestión "¿quién soy yo?" sea en sí misma una capacidad innata, algo inamovible e independiente de nuestras elecciones y el ambiente en el que elegimos vivir. En ocasiones, es necesario hacernos esta pregunta para poder seguir creciendo, pues es un indicador de si estamos en el camino correcto.
Además, hay que tener en cuenta que, desde el primer minuto, nuestro conocimiento sobre nosotros mismos está limitado. Aunque parezca engañoso, muchos aspectos de nuestra propia personalidad son mejor conocidos por quienes nos rodean que por nosotros. ¿Por qué? Porque nuestra visión sobre mucho de lo que hacemos, está sesgada.
Dado que nuestra vida es más importante para nosotros que para la mayoría, tenemos interés en deformar la realidad, la interpretación sobre lo que nos ocurre, para que encaje en esa narración que hemos creado para darle una respuesta a la pregunta de "quién soy"; la historia que supuestamente explica lo que es nuestra existencia. como individuos. Así pues, debemos ser humildes a la hora de extraer conclusiones acerca de quiénes somos, y admitir que siempre hay espacio para la rectificación.
Más allá de las palabras
Cuando decimos que no saber hallar respuestas de cuestiones identitarias puede llegar a ser un problema, no estamos diciendo que la clave esté en saber responder o no a este tipo de preguntas con una frase específica, concreta, como si de un eslogan vital se tratase. Lo importante es comprobar, desde la propia subjetividad, hasta qué punto podemos llegar a reconocer una serie de ideas e imágenes que identificamos con nosotros mismos. La respuesta a la pregunta "quién soy yo?" está siempre más allá de las palabras.
Por eso merece la pena detectar hasta qué punto ciertas sensaciones de malestar pueden tener su foco en estas dudas acerca del significado de la propia existencia y la propia identidad.
Juan Armando Corbin. (2016, enero 14). ¿Quién soy yo?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/quien-soy-yo
https://psicologiaymente.com/psicologia/quien-soy-yo
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