VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
7 poemas de Joaquín Giannuzzi
Joaquín O. Giannuzzi, fue un poeta, crítico literario y periodista nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1924. Publicó críticas literarias en los diarios Crítica, Crónica, Clarín y La Nación. En 1962 empezó a colaborar con la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo. Obtuvo la beca del Fondo Nacional de las Artes (PK) para cursar estudios de poesía italiana en la Universidad de Florencia (1989). Se desempeñó como crítico de poesía en suplementos literarios de los diarios La Nación (PK), Clarín (PK) y La Prensa (PK) y en revistas especializadas. Entre sus libros destacan: Nuestros días mortales (1958), Contemporáneo del mundo (1962), Las condiciones de la época (1967), Señales de una causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980) o Cabeza final (1991). Recibió el Premio Fondo Nacional de las Artes, el Premio Municipal, el Premio Nacional de Poesía y Premio Konex 2004, 1994 y 1984. Murió en enero de 2004.
***
Por Alguna Razón
Compré
café, cigarrillos, fósforos.
Fumé, bebí
y fiel a mi
retórica particular
puse los pies sobre la mesa.
Cincuenta
años y una certeza de condenado.
Como casi todo el mundo fracasé
sin hacer ruido;
Bostezando al caer la noche murmuré mis
decepciones,
escupí sobre mi sombra antes de ir a la cama.
Esta
fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo
que reclamaba de
mí un estilo que posiblemente no me
correspondía.
O puede ser
que se trate de otra cosa. Quizás
hubo un proyecto distinto para
mí
en alguna probable lotería
y mi número no salió.
Quizá
nadie resuelva un destino estrictamente privado.
Quizás la marea
histórica lo resuelva por uno y por todos.
Me queda esto.
Una
porción de vida que me cansó de antemano,
Un poema paralizado en
mitad de camino
hacia una conclusión desconocida;
un resto de
café en la taza
que por alguna razón
nunca me atreví a
apurar hasta el fondo.
***
Fulgor en el subte
Los
jóvenes amantes se lamían
las caras y las manos, desnudando
en
la pública luz
la energía de la creación, la mutua
penetración
de la materia viva.
Entonces los señores y tristes pasajeros
se
irguieron esperando que el incendio
estallara hacia todas
direcciones y destinos:
dejando que esa fuerza
se filtrara en
ellos y cavara
en ropas, carnes, metales y maderas,
hasta un
liberado resplandor.
***
Amantes en la noche
Nos
amamos y apagamos el televisor
como negando la realidad. Pero el
mundo
insiste en sus convicciones o las busca
por motivos que
ignoramos o acaso
porque el crimen debe seguir su curso.
Desde
afuera, sus figuras insomnes
presionan contras las paredes que nos
refugian.
Se encarnan en el viento, aullidos
de neumáticos y
en las inmediaciones
de todas las cosas, tiroteos
que no
resuelven la discordia general.
Ahora acumula hojas secas
al
pie de las ventanas y desliza
una carta de origen desconocido
por
debajo de la puerta.
Pero florecemos desnudos en medio de la
noche
donde el amor decide en su propia voluntad
y por él
sabemos cómo hacer de la historia
un rumoroso escándalo que no
nos concierne.
***
Sueño del nadador
El
nadador ha pulido
su artesanía de joven felino
para
corresponder
a los principios míticos del agua.
La coreografía
empieza desde un punto
aéreo, elastizado,
donde el filo del
trampolín revela
la soledad de una energía
concentrada en
suspenso y en el cielo.
El conjunto se afina hasta crear
una
mínima carne liberada
de carga emocional. Ahora solo basta
el
pulmón feliz. Suelta su amarra
la tensionada fibra, se desprende,
salta
y en rápida parábola
entra como un cuchillo en un
reinado lento.
El agua vibra al sol como estrellada.
Convertida
en mujer
con un baile en su seno se incorpora
una segunda
alegría. El huésped cae
y largamente se demora abajo
como
probando
la impune gracia de permanecer
para siempre en la azul
profundidad,
palpando sus opciones
y sus posibles sueños
venideros.
Pero aquí vuelve, sacudiendo un resto
de ensoñación
goteada
a su estado mortal, con paso herido,
al triste error,
vacilando
entre rígidos objetos aplastados
y su cuadrado peso.
***
Lluvia en el jardín
He
observado el comportamiento de las mariposas
sorprendidas por la
lluvia en el jardín.
En vano buscaron refugio bajo las hojas
y
en la profundidad de las flores.
Pero una de ellas se elevó
hacia
las nubes sombrías
y eligió la muerte en el rayo
perdida la
memoria de la especie.
Yo fumaba en la galería, tendido de
espaldas;
yo sobrevivía tranquilamente, ensayando
mi oficio de
holgazán, mis vacaciones metafísicas,
aunque también
pensando
qué clase de muerte, qué modelo de sepulcro
podría
convenir a mi exclusiva historia personal,
la especie de pena que
me correspondía.
***
Regresando al pueblo
Melancolía
animal de género humano
en el último ómnibus de la tarde.
Mi
mujer y yo volvemos al pueblo
a la hora sombría, cuando hay una
sustancia amenazante
en la oscuridad creciente del
crepúsculo.
Signos de lluvia en el camino que no podemos amar;
el
viento frío nos hace cerrar los vidrios.
¿Por qué nos sentimos
traicionados?
¿En qué vamos a creer?
Pronto envejeceremos, en
una época helada
donde los vivos entierran a sus vivos.
Ahora
nos apretujamos, mi brazo rodea sus hombros;
y el mundo organiza
un vacío envilecido.
Buscamos protección entre nosotros, el
cuerpo mutuo,
contra un poder que nos declara apartados,
contra
algo terrible
que hace juntar la cabeza de los esposos
a un
costado de la primera lluvia invernal.
***
No hay nadie
Celebro
esta confusión al salir del sueño,
pálida escarcha en el
vidrio,
cuando el calor interno, todavía,
elabora en mi cabeza
un campo discontinuo
de lenguaje en preparación:
minutos
antes
del agua fría y de mi entrada
al orden que juntará los
fragmentos,
en cuanto suene el golpe
de la primera puerta en el
edificio,
el grito del teléfono
y la radio anunciando una
temperatura
de dos grados bajo cero en la ciudad
y, lo que es
peor,
que se ha lanzado una llamada al espacio exterior
y nadie
ha respondido todavía.
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TEMAS TERTULIA 7-2-2025
RECUERDOS
PARAISOS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 31-1-2025
PIEDRAS
TORMENTAS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
PIEDRAS
Dicen que la piedra sueña con el agua, la única que sabe abrazarla, mecerla y hacerla viajar, tanto como el agua sueña con la piedra, porque sólo ella sabe darle forma sin quitarle libertad . . .
El destino de ambas es encontrarse o, al menos, buscarse con el ansia con que se busca cuanto sabemos que forma parte nuestra aunque no sepamos muy bien porqué . . .
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PIEDRAS
MODOS Y MODAS
Hubo un tiempo en que a quienes escuchaban la radio se les llamaba oyentes y lectores a los que leían el periódico; si no recuerdo mal la primera tele que entró en casa fue marca Telefunken, desde aquella caja, televidentes era el modo de dirigirse a quienes les veían y los políticos hablaban del pueblo o de los ciudadanos. Así fue hasta bien entrados los ochenta.
«[…] nada nos acerca tanto al alma de un pueblo como el lenguaje […]», dice Klemperer en su ensayo «LTI. La lengua del Tercer Reich»
Los modos han evolucionado de manera notable desde entonces; sin prisa pero sin pausa, igual que nos dirigieron para no fumar en los grandes almacenes y en el transporte público, se ha ido instalando una forma de tratar a las personas algo despectiva desde mi punto de vista: todos, desde el presidente del país hasta el entrenador de fútbol terraplanista que se considera al nivel intelectual de Copérnico, pasando por los presentadores de moda, hablan de «la gente», algo que me recuerda a la época en la que en los colegios no se decía que alguien tenía piojos, sino que tenía «gente» en la cabeza, una forma algo burda pero efectiva de no provocar asco y rechazo en el resto de los alumnos.
Y claro, como todo se contagia, esta moda de hablar no exactamente en plural mayestático, pero sí como si se hiciera desde un púlpito, ha pasado a ser práctica común, y tanto en el súper como en la consulta o en el banco se escucha: «la gente no sabe lo mala que es la sal…», «es que la gente vota sin saber…», «si la gente supiera cómo se construyen las casas…» La cosa adquiere tales niveles que, en algunos momentos, llego a pensar que en toda la Tierra solo yo soy gente.
Dejando la ironía a un lado, me parece que existe algún tipo de interés en destruir masivamente la identidad de los individuos sin mancharse las manos; el conocido «divide y vencerás» se ha convertido en un «siéntete superior al resto» y, con ello, la posibilidad de adquirir el poder de despreciarlos, minimizarlos, cosificarlos… Es precisamente eso, sentirse superior a los iguales, lo que provoca que los seres humanos lleguemos a hacer tantas atrocidades; basta con remontarse al concepto de esclavitud: a los esclavos no se los consideraba humanos, eran, simplemente, objetos y por lo tanto vendibles, azotables, usables, permutables, prescindibles…
No hablo de retroceder en el tiempo -los avances son maravillosos- ni de escribir como Garcilaso o Cervantes; tampoco de que la sociedad deba de estancarse, sino de que cualquiera que sea la esfera social en la que estemos, tengamos las características físicas que nos hayan caído en suerte y carguemos las experiencias traumáticas que carguemos, sigamos observando y pensando, mantengamos la capacidad de análisis, desarrollemos el espíritu crítico y seamos conscientes del efecto de las palabras en nuestras emociones y nuestro cerebro.
Ya nos advirtió Orwell en su «1984»: «La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios de los devotos del Ingsoc, sino también imposibilitar otras formas de pensamiento».
28/enero/2025 – para «VOCESentreVOCES»
Texto : Vicki Blanco
Foto : Manu Mariscal
TORMENTAS
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Medidas
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TORMENTAS
Ser anciano
Por José Marcelo Ruiz
El historiador estadounidense Cristopher Lasch, como moralista y crítico social, es autor del libro La cultura del narcicismo. En él dedica un capítulo para hablar sobre la ancianidad y el pavor al envejecimiento. La pregunta que nos plantea: ¿Biológica y socialmente qué implica ‘ser anciano’?
Desde una visión humanista el problema de la senectud es social, porque se le margina, negándole su sabiduría acumulada. Y desde la biología se ve como un problema médico, atribuyendo a la medicina expectativas de vida, – cuyo enfoque implica no sólo alargar la vida, sino también eliminar los horrores del envejecimiento −. Ambas se sostienen en la esperanza, considerando la vejez y la muerte una imposición. Es más, psicológicamente, ser anciano causa ese estado anímico de esperar la muerte y el rechazo social de sentirse inútiles. Estas circunstancias, según el autor, se dan debido al ‘narcisismo’ de una sociedad que desprecia la experiencia vivida, concediendo mucha importancia a la fuerza física, a ser admirado por la belleza. Cualidades propias de la juventud, y cuyos atributos se desvanecen con el tiempo. Otro problema social es que no hay continuidad de que las generaciones futuras sigan con la labor dejada por los sus mayores.
La alternativa, para paliar los males de la vejez y lograr una mejor calidad de vida, pasa por hacer buen uso de los avances científicos y tecnológicos. Para conseguirlos es necesario aplicarlos con criterios humanitarios. Se recurre a la gerontología, y a la geragogía como formación. Esta última parte de la premisa que el aprendizaje es algo permanente a lo largo de todo el ciclo vital, y su objetivo es mantener sus capacidades y sus habilidades, potenciando actividades lúdicas y de integración social. Lo triste es que sólo se da en países desarrollados con una política social. Que, incluso, no logran superar el problema económico que conlleva; por lo tanto, se produce discriminaciones sociales.
El fracaso reside en el concepto negativo que la sociedad tiene de la vejez. Que la ve como una carga económica a mantener. Que se alargue la vida supone un problema a resolver. Porque es la productividad lo que impera. E, individualmente, el anciano se adolece de tristeza, de que no cuenten con ellos, y de no ser respetado como ‘persona’, en el amplio sentido de la palabra. De verse relegado a un objeto que estorba, y que hay que arrinconar en instituciones residenciales.
Para salvar esta visión negativa habría que revertir la situación e ir a los orígenes de una visión filosófica, donde prime lo humano. Como expresa el poeta: “La vejez como la llegada a la serenidad del espíritu, a la templanza del cuerpo. / Al instante de la contemplación última. /A esa mirada cargada de miradas. / A la sabiduría de un tiempo vivido. / La vejez como premio de un camino andado/ buscando las entrañas del océano. / Retorno al origen de la naturaleza perdida.”.
José Marcelo Ruiz
Este artículo se ha publicado en Noticias 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 20 de diciembre de 2024. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas culturales, de opinión y pensamiento.
https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2024/12/20/ser-anciano/
TORMENTAS
-- Oficialmente, "las tormentas son definidas como violentas perturbaciones atmosféricas de fuertes vientos, rayos, temblores y desastres".
Allí no hay más aportes. Punto.
-- En segundo lugar existen, a quienes podemos llamar "conformistas", que aseguran que las tormentas son envíos del cielo y golpean a los seres humanos previniéndolos de castigos por sus actuaciones y como sentencia de futuros destinos.
-- Otra tercera opinión es la de los "objetivistas o neo liberales", que dicen que las tormentas no son producidas por "gentes de bien", sino por granujas que hace 80 años que vienen haciendo mal las cosas. Después de decir esto, se miran en el espejo, se acomodan la peluca despeinada, se saben bellos y se enamoran de su propia imagen.
-- Hay un cuarto parecer, de un grupo grande que está a la búsqueda de un tiempo presente que cree que alguien está tocando el arpa para que los truenos sucedan, pero entonces se trata de desarrollar las ciencias duras para poder descubrir a los músicos que tocan esas arpas.
-- Pero ocurre que a partir del nacimiento de la I.A. (Inteligencia Artificial), apareció un quinto grupo de escritores que sostienen que la "frontera de lo inverosímil ya no está bajo llave" y solo les llama la atención, que las tormentas terminan destruyendo todo un mundo, "ordenado y primoroso", para convertirlo en ruinas de los descomunales esfuerzos del ser humano durante siglos. En definitiva, no dan una explicación clara ni por asomo. Esos escritores de libros que nadie lee pero que están de moda, dicen terminantemente que la tormenta es una metáfora.
Bueno, tengo que acercarme a la más coincidente de las cinco.
En el actual mundo de descenso hacia el fondo negro del submundo y de confusiones totales, no sé si estos últimos están en lo cierto o si tengo un compromiso con ellos, pero esta idea de la metáfora se me aparece como la más certera de las cinco, me merece respeto.
La actitud del desatino suele ser la única inocente.
Hegel dice que el sujeto y concepto de la metáfora lírica, es el propio escritor que la formula. Dice más aún, "si el lirismo trata de "objetivos" exteriores a su vida, el autor se alejará rápidamente de ellos y terminará por hacer su propio retrato del mundo".
Además el artista debe hacer creer a la posteridad que lo que generalmente venden es mercadería que el sistema ya no puede traficar.
Las tormentas de la literatura suelen significar la confusión interna, la aflicción y el eros de algunos personajes.
Hay que recordar los alaridos enfurecidos del Rey Lear mezclándose con el estruendo de la violenta tormenta, cuando sus dos hijas mayores lo traicionan, contra su primera confusión con su hija menor, sincera sin tapujos.
A Shakespeare no se le escapó esa metáfora en "La tempestad", ni ninguna que tuviese relación con la naturaleza.
También en "Cumbres borrascosas", las violentas tormentas reflejan la atmósfera turbulenta de la pasión erótica entre Heatheliff y Cathy, que había quedado huérfana y encuentra el mundo al revés cuando el tornado la lleva al país de Oz.
En pocas palabras: Lo que el olvido borra del merecimiento, la tormentosa memoria devuelve.
Pero recordemos aquellas aterradoras tormentas que maltrataban nuestras cabezas, aún encerrados en nuestras casas con cuatro llaves.
Que contradictoriamente, de forma simbólica, metafórica, sanadora, la tormenta trae una tensión psíquica que crece poco a poco y es capaz de imprimir fuertes energías transpersonales, imprimirle frescura, limpiarlas.
También, las nubes tormentosas que oscurecen el afecto, pueden presagiar un conflicto de la psique, si hablamos de los vientos ocultos de nuestro interior (diríamos mejor: de lo peor de nuestro interior). Pero la contracara siempre llega, con irrupciones como un diluvio de gotas fecundas sobre la libido y el resto no mencionado.
La tormenta conjura la energía de los espíritus elementales y no elementales. Las injusticias y violencias del orden social se agotan tarde o temprano y el orden alterado puede retirarse como las nubes, sólo cuando los hombres y mujeres se toman de la mano en tren de fraternal unidad. Hoy por hoy, casi un imposible. Una metáfora.
Juan Disante - Florida, Buenos Aires. - 11/1/25 -
“No te tomes la vida demasiado en serio. Nunca saldrás vivo de ella”. (Elbert Hubbard)
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Los 8 tipos de emociones (clasificación y descripción)
¿Qué clases de emociones podemos expresar los seres humanos?
La psicología siempre se ha interesado por las emociones, porque éstas influyen en nuestro pensamiento, nuestra conducta e incluso nuestra salud mental.
Es por eso que el concepto de inteligencia emocional ha ido ganando terreno en las últimas décadas y palabras como validación emocional, regulación emocional o gestión emocional nos resultan cada vez más familiares. Está demostrado que la inteligencia emocional mejora nuestro bienestar y nuestro rendimiento. En este artículo hablaremos de las emociones y cómo se clasifican estas manifestaciones humanas.
Qué son las emociones
Son muchos los teóricos que han intentado explicar qué son las emociones. Para el psicólogo David G. Meyers, las emociones están compuestas por “arousal fisiológico, comportamiento expresivo y experiencia consciente”.
En la actualidad, se acepta que las emociones se originan en el sistema límbico y que estos estados complejos tienen estos tres componentes:
Fisiológicos: Es la primera reacción frente a un estímulo y son involuntarios: la respiración aumenta, cambios a nivel hormonal, etc.
Cognitivos: La información es procesada a nivel consciente e inconsciente. Influye en nuestra experiencia subjetiva.
Conductuales: Provoca un cambio en el comportamiento: los gestos de la cara, el movimiento del cuerpo...
A lo largo de los años, ha existido cierto debate entre qué es una emoción y qué es un sentimiento. Puedes conocer la diferencia en nuestro artículo: "Los 16 tipos de sentimientos y su función psicológica"
Teorías de la emoción
De hecho, desde hace décadas se han ido formulando distintas teoría sobre la emoción. Las más importantes se clasifican de tres maneras: fisiológicas, neurológicas y cognitivas.
Teorías fisiológicas: afirman que respuestas intracorporales son las responsables de las emociones.
Teorías neurológicas: plantean que la actividad en el cerebro lleva a respuestas emocionales.
Teorías cognitivas: proponen que pensamientos y otras actividades mentales son responsables de la formación de las emociones.
Puedes profundizar en estos modelos teóricos en nuestro post: "Psicología emocional: principales teorías de la emoción"
Clasificación de las emociones (tipos)
Pero, ¿cómo se clasifican las emociones? Existen distintos tipos de emociones, a continuación puedes encontrar una lista con una breve explicación de cada una de ellas. Ten en cuenta, sin embargo, que no se trata de una clasificación definitiva, ya que ninguna plasmará al 100% cómo se agrupan y se relacionan entre sí las emociones; simplemente, es una clasificación útil.
1. Emociones primarias o básicas
Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas, y son las emociones que experimentamos en respuesta a un estímulo. Para Paul Ekman, las emociones básicas son 6: tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira. Todas ellas constituyen procesos de adaptación y, en teoría, existen en todos los seres humanos, independientemente de la cultura en la que se hayan desarrollado.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el hecho de que un fenómeno o rasgo psicológico se dé de manera universal en todas las sociedades humanas no significa que sea parte de nuestros instintos, ni que sea expresión de nuestros genes. Existen universales culturales, que a pesar de que históricamente se han dado en todos los grupos humanos, en determinados contextos desaparecen. Por ejemplo, la tendencia a creer en religiones.
Volviendo a los tipos de emociones básicas, hemos visto que es posible describir unas 6 a partir de los patrones comportamentales de las personas. Sin embargo, recientemente, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Glasgow, que se publicó Current Biology, concluye que no son seis las emociones básicas, sino que son cuatro.
2. Emociones secundarias
Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las anteriores. Por ejemplo, cuando experimentamos la emoción básica de miedo después podemos sentir las emociones secundarias de amenaza o enfado, dependiendo, claro está, de la situación que estemos viviendo. Las emociones secundarias son causadas por normas sociales y por normas morales.
3. Emociones positivas
Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento del sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las emociones positivas también se conocen como emociones saludables, porque afectan positivamente al bienestar del individuo que las siente. Favorecen la manera de pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la alegría, la satisfacción, la gratitud no provocan una actitud positiva frente a la vida y nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.
4. Emociones negativas
Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas, porque afectan negativamente al bienestar de las personas. También se conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De hecho, forman parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria emocional nos ayuda a recordar las consecuencias que tienen ciertas conductas (o exponernos a ciertos contextos).
5. Emociones ambiguas
Las emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras, puesto que no provocan ni emociones negativas ni positivas, ni saludables ni no saludables. Por ejemplo, la sorpresa no nos hace sentir ni bien ni mal.
La existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y que nuestras experiencias presentan muchos matices.
6. Emociones estáticas
Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas. Son aquellas que se producen gracias a distintas manifestaciones artísticas, como por ejemplo: la música o la pintura.
Así, al escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes, pero esa sensación sería cualitativamente diferente a la felicidad o la tristeza que se experimenta ante cualquier otra experiencia, ya que se vive en un contexto artístico, mediado por símbolos y atribuciones sobre las intenciones del autor.
7. Emociones sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente aprendidas, sino que es necesario que haya otra persona presente o de lo contrario no pueden aflorar. Por ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o la admiración, son emociones que sentimos respecto a otros individuos.
8. Emociones instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo la manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de reconocer porque puede parecer que sean naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una intención. En ocasiones, son fruto de la auto-sugestión: someterse a ciertos contextos voluntariamente para hacer que una parte de esa emoción tiña nuestra forma de comportarnos.
La importancia de la educación emocional
Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la educación emocional. En las escuelas, por ejemplo, están más preocupados por enseñarnos a ser buenos profesionales, y dejan de lado el convertirnos en personas emocionalmente inteligentes y emocionalmente sanas. La inteligencia emocional ha demostrado ser una herramienta básica para nuestra salud mental y es, sin duda, una forma de empoderarnos frente a la vida, de convertirnos en personas mucho más preparadas para el día a día. ¡Mucho más felices!
La inteligencia emocional es un término que se hizo famoso gracias a Daniel Goleman, y desde entonces muchas investigaciones han afirmado que es positiva no sólo para nuestra vida cotidiana, sino que en trabajo, el deporte e incluso la educación, es altamente eficaz y aporta muchos beneficios para el rendimiento.
Artículo relacionado: "Daniel Goleman: biografía del autor de la Inteligencia Emocional"
Según Goleman, los componentes de la inteligencia emocional son:
Autoconocimiento emocional
Autocontrol emocional
Automotivación
Reconocimiento de las emociones de los demás
Relaciones interpersonales
Seguramente quieras saber más sobre esta teoría. Así que puedes visitar nuestro post: "¿Qué es la Inteligencia Emocional? Descubriendo la importancia de las emociones"
Referencias bibliográficas
Damasio, A. (2014). En busca de Spinoza: neurobiología de la emoción y los sentimientos. Barcelona: Booket, 2014. ISBN 978-84-233-4615-8.
Ekman, P. (2004). ¿Qué dice ese gesto? Barcelona: RBA202f: Integral, 2004. ISBN 978-84-7871-202-1.
Ekman, P.; Cordaro, D. (2011). What is Meant by Calling Emotions Basic. Emotion Review. 3(4): 364 - 370.
Salmurri, F. (2015). Razón y emoción: recursos para aprender y enseñar a pensar. Barcelona: RBA, ISBN 978-84-9056-407-3.
Suchy, Y. (2011). Clinical neuropsychology of emotion. New York, NY: Guilford.
Juan Armando Corbin. (2016, noviembre 14). Los 8 tipos de emociones (clasificación y descripción). Portal Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-de-emociones
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