domingo, 2 de febrero de 2025

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

729 ES EL CÓDIGO COMERCIAL DE ISRAEL, TODOS LOS CÓDIGOS DE BARRAS DE LOS  PRODUCTOS QUE EXPORTAN EMPIEZAN POR ESE NÚMERO.
ADEMÁS, RECIENTEMENTE UN GRUPO FINANCIERO ISRAELÍ HA COMPRADO UNA GRAN PARTICIPACIÓN DE CARREFOUR.
LA CAUSA ÚLTIMA DE LAS GUERRAS SIEMPRE ES EL DINERO, NO COMPRES PRODUCTOS DE ISAREL MIENTRAS SEA UN ESTADO GENOCIDA.

 7 poemas de Joaquín Giannuzzi

25 Dic 2024

Juan Domingo Aguilar

 

Joaquín O. Giannuzzi, fue un poeta, crítico literario y periodista nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1924. Publicó críticas literarias en los diarios Crítica, Crónica, Clarín y La Nación. En 1962 empezó a colaborar con la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo. Obtuvo la beca del Fondo Nacional de las Artes (PK) para cursar estudios de poesía italiana en la Universidad de Florencia (1989). Se desempeñó como crítico de poesía en suplementos literarios de los diarios La Nación (PK), Clarín (PK) y La Prensa (PK) y en revistas especializadas. Entre sus libros destacan: Nuestros días mortales (1958), Contemporáneo del mundo (1962), Las condiciones de la época (1967), Señales de una causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980) o Cabeza final (1991). Recibió el Premio Fondo Nacional de las Artes, el Premio Municipal, el Premio Nacional de Poesía y Premio Konex 2004, 1994 y 1984. Murió en enero de 2004.

***

Por Alguna Razón

Compré café, cigarrillos, fósforos.
Fumé, bebí
y fiel a mi retórica particular
puse los pies sobre la mesa.
Cincuenta años y una certeza de condenado.
Como casi todo el mundo fracasé sin hacer ruido;
Bostezando al caer la noche murmuré mis decepciones,
escupí sobre mi sombra antes de ir a la cama.
Esta fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo
que reclamaba de mí un estilo que posiblemente no me
correspondía.
O puede ser que se trate de otra cosa. Quizás
hubo un proyecto distinto para mí
en alguna probable lotería
y mi número no salió.
Quizá nadie resuelva un destino estrictamente privado.
Quizás la marea histórica lo resuelva por uno y por todos.
Me queda esto.
Una porción de vida que me cansó de antemano,
Un poema paralizado en mitad de camino
hacia una conclusión desconocida;
un resto de café en la taza
que por alguna razón
nunca me atreví a apurar hasta el fondo.

***

Fulgor en el subte

Los jóvenes amantes se lamían
las caras y las manos, desnudando
en la pública luz
la energía de la creación, la mutua
penetración de la materia viva.
Entonces los señores y tristes pasajeros
se irguieron esperando que el incendio
estallara hacia todas direcciones y destinos:
dejando que esa fuerza
se filtrara en ellos y cavara
en ropas, carnes, metales y maderas,
hasta un liberado resplandor.

***

Amantes en la noche

Nos amamos y apagamos el televisor
como negando la realidad. Pero el mundo
insiste en sus convicciones o las busca
por motivos que ignoramos o acaso
porque el crimen debe seguir su curso.
Desde afuera, sus figuras insomnes
presionan contras las paredes que nos refugian.
Se encarnan en el viento, aullidos
de neumáticos y en las inmediaciones
de todas las cosas, tiroteos
que no resuelven la discordia general.
Ahora acumula hojas secas
al pie de las ventanas y desliza
una carta de origen desconocido
por debajo de la puerta.
Pero florecemos desnudos en medio de la noche
donde el amor decide en su propia voluntad
y por él sabemos cómo hacer de la historia
un rumoroso escándalo que no nos concierne.

***

Sueño del nadador

El nadador ha pulido
su artesanía de joven felino
para corresponder
a los principios míticos del agua.
La coreografía empieza desde un punto
aéreo, elastizado,
donde el filo del trampolín revela
la soledad de una energía
concentrada en suspenso y en el cielo.
El conjunto se afina hasta crear
una mínima carne liberada
de carga emocional. Ahora solo basta
el pulmón feliz. Suelta su amarra
la tensionada fibra, se desprende, salta
y en rápida parábola
entra como un cuchillo en un reinado lento.
El agua vibra al sol como estrellada.
Convertida en mujer
con un baile en su seno se incorpora
una segunda alegría. El huésped cae
y largamente se demora abajo
como probando
la impune gracia de permanecer
para siempre en la azul profundidad,
palpando sus opciones
y sus posibles sueños venideros.
Pero aquí vuelve, sacudiendo un resto
de ensoñación goteada
a su estado mortal, con paso herido,
al triste error, vacilando
entre rígidos objetos aplastados
y su cuadrado peso.

***

Lluvia en el jardín

He observado el comportamiento de las mariposas
sorprendidas por la lluvia en el jardín.
En vano buscaron refugio bajo las hojas
y en la profundidad de las flores.
Pero una de ellas se elevó
hacia las nubes sombrías
y eligió la muerte en el rayo
perdida la memoria de la especie.
Yo fumaba en la galería, tendido de espaldas;
yo sobrevivía tranquilamente, ensayando
mi oficio de holgazán, mis vacaciones metafísicas,
aunque también pensando
qué clase de muerte, qué modelo de sepulcro
podría convenir a mi exclusiva historia personal,
la especie de pena que me correspondía.

***

Regresando al pueblo

Melancolía animal de género humano
en el último ómnibus de la tarde.
Mi mujer y yo volvemos al pueblo
a la hora sombría, cuando hay una sustancia amenazante
en la oscuridad creciente del crepúsculo.
Signos de lluvia en el camino que no podemos amar;
el viento frío nos hace cerrar los vidrios.
¿Por qué nos sentimos traicionados?
¿En qué vamos a creer?
Pronto envejeceremos, en una época helada
donde los vivos entierran a sus vivos.
Ahora nos apretujamos, mi brazo rodea sus hombros;
y el mundo organiza un vacío envilecido.
Buscamos protección entre nosotros, el cuerpo mutuo,
contra un poder que nos declara apartados,
contra algo terrible
que hace juntar la cabeza de los esposos
a un costado de la primera lluvia invernal.

***

No hay nadie

Celebro esta confusión al salir del sueño,
pálida escarcha en el vidrio,
cuando el calor interno, todavía,
elabora en mi cabeza un campo discontinuo
de lenguaje en preparación:
minutos antes
del agua fría y de mi entrada
al orden que juntará los fragmentos,
en cuanto suene el golpe
de la primera puerta en el edificio,
el grito del teléfono
y la radio anunciando una temperatura
de dos grados bajo cero en la ciudad
y, lo que es peor,
que se ha lanzado una llamada al espacio exterior
y nadie ha respondido todavía.

https://www.zendalibros.com/7-poemas-de-joaquin-giannuzzi/



TEMAS TERTULIA 7-2-2025

RECUERDOS

PARAISOS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



TEXTOS TERTULIA 31-1-2025

PIEDRAS

TORMENTAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


PIEDRAS

Dicen que la piedra sueña con el agua, la única que sabe abrazarla, mecerla y hacerla viajar, tanto como el agua sueña con la piedra, porque sólo ella sabe darle forma sin quitarle libertad . . .

El destino de ambas es encontrarse o, al menos, buscarse con el ansia con que se busca cuanto sabemos que forma parte nuestra aunque no sepamos muy bien porqué . . .

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PIEDRAS

MODOS Y MODAS

Hubo un tiempo en que a quienes escuchaban la radio se les llamaba oyentes y lectores a los que leían el periódico; si no recuerdo mal la primera tele que entró en casa fue marca Telefunken, desde aquella caja, televidentes era el modo de dirigirse a quienes les veían y los políticos hablaban del pueblo o de los ciudadanos. Así fue hasta bien entrados los ochenta.


«[…] nada nos acerca tanto al alma de un pueblo como el lenguaje […]», dice Klemperer en su ensayo «LTI. La lengua del Tercer Reich»


Los modos han evolucionado de manera notable desde entonces; sin prisa pero sin pausa, igual que nos dirigieron para no fumar en los grandes almacenes y en el transporte público, se ha ido instalando una forma de tratar a las personas algo despectiva desde mi punto de vista: todos, desde el presidente del país hasta el entrenador de fútbol terraplanista que se considera al nivel intelectual de Copérnico, pasando por los presentadores de moda, hablan de «la gente», algo que me recuerda a la época en la que en los colegios no se decía que alguien tenía piojos, sino que tenía «gente» en la cabeza, una forma algo burda pero efectiva de no provocar asco y rechazo en el resto de los alumnos.


Y claro, como todo se contagia, esta moda de hablar no exactamente en plural mayestático, pero sí como si se hiciera desde un púlpito, ha pasado a ser práctica común, y tanto en el súper como en la consulta o en el banco se escucha: «la gente no sabe lo mala que es la sal…», «es que la gente vota sin saber…», «si la gente supiera cómo se construyen las casas…» La cosa adquiere tales niveles que, en algunos momentos, llego a pensar que en toda la Tierra solo yo soy gente.


Dejando la ironía a un lado, me parece que existe algún tipo de interés en destruir masivamente la identidad de los individuos sin mancharse las manos; el conocido «divide y vencerás» se ha convertido en un «siéntete superior al resto» y, con ello, la posibilidad de adquirir el poder de despreciarlos, minimizarlos, cosificarlos… Es precisamente eso, sentirse superior a los iguales, lo que provoca que los seres humanos lleguemos a hacer tantas atrocidades; basta con remontarse al concepto de esclavitud: a los esclavos no se los consideraba humanos, eran, simplemente, objetos y por lo tanto vendibles, azotables, usables, permutables, prescindibles…


No hablo de retroceder en el tiempo -los avances son maravillosos- ni de escribir como Garcilaso o Cervantes; tampoco de que la sociedad deba de estancarse, sino de que cualquiera que sea la esfera social en la que estemos, tengamos las características físicas que nos hayan caído en suerte y carguemos las experiencias traumáticas que carguemos, sigamos observando y pensando, mantengamos la capacidad de análisis, desarrollemos el espíritu crítico y seamos conscientes del efecto de las palabras en nuestras emociones y nuestro cerebro.


Ya nos advirtió Orwell en su «1984»: «La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios de los devotos del Ingsoc, sino también imposibilitar otras formas de pensamiento».

28/enero/2025 – para «VOCESentreVOCES»

Texto : Vicki Blanco

Foto : Manu Mariscal



TORMENTAS


Tanteemos

Orgullosos

Rimas

Medidas

En

Nuestras

Tristes

Almas

Solitarias

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TORMENTAS

Ser anciano

20 diciembre, 2024 

Por José Marcelo Ruiz

El historiador estadounidense Cristopher Lasch, como moralista y crítico social, es autor del libro La cultura del narcicismo. En él dedica un capítulo para hablar sobre la ancianidad y el pavor al envejecimiento. La pregunta que nos plantea: ¿Biológica y socialmente qué implica ‘ser anciano’?

    Desde una visión humanista el problema de la senectud es social, porque se le margina, negándole su sabiduría acumulada. Y desde la biología se ve como un problema médico, atribuyendo a la medicina  expectativas de vida, – cuyo enfoque implica no sólo alargar la vida, sino también eliminar los horrores del envejecimiento −. Ambas se sostienen en la esperanza, considerando la vejez y la muerte una imposición. Es más, psicológicamente, ser anciano causa ese estado anímico de esperar la muerte y el rechazo social de sentirse inútiles. Estas circunstancias, según el autor, se dan debido al ‘narcisismo’ de una sociedad que desprecia la experiencia vivida, concediendo mucha importancia a la fuerza física,  a ser admirado por la belleza. Cualidades propias de la juventud, y cuyos atributos se desvanecen con el tiempo. Otro problema social es que no hay continuidad de que las generaciones futuras sigan con la labor dejada por los sus mayores.

    La alternativa, para paliar los males de la vejez y lograr una mejor calidad de vida, pasa por hacer buen uso de los avances científicos y tecnológicos. Para conseguirlos es necesario aplicarlos con criterios humanitarios.  Se recurre a la gerontología, y a la geragogía como formación. Esta última parte de la premisa que el aprendizaje es algo permanente a lo largo de todo el ciclo vital, y su objetivo es mantener sus capacidades y sus habilidades, potenciando actividades lúdicas y de integración social. Lo triste es que sólo se da en países desarrollados con una política social. Que, incluso, no logran superar  el problema económico que conlleva; por lo tanto, se produce discriminaciones sociales.

     El fracaso reside en el concepto negativo que la sociedad tiene de la vejez. Que la ve como una carga económica a mantener. Que se alargue la vida supone un problema a resolver. Porque es la productividad lo que impera. E, individualmente, el anciano se adolece de tristeza, de que no cuenten con ellos, y de no ser respetado como ‘persona’, en el amplio sentido de la palabra. De verse relegado a un objeto que estorba, y que hay que arrinconar en instituciones residenciales.

      Para salvar esta visión negativa  habría que revertir la situación e ir a los orígenes de una visión filosófica, donde prime lo humano. Como expresa el poeta: La vejez  como la llegada a la serenidad del espíritu, a la templanza del cuerpo. /  Al instante de la contemplación última. /A esa  mirada cargada de miradas. / A la sabiduría de un tiempo vivido. / La vejez como premio de un camino andado/ buscando las entrañas del océano. / Retorno al origen de la naturaleza perdida.”.

José Marcelo Ruiz

Este artículo se ha publicado en Noticias 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 20 de diciembre de 2024. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas culturales, de opinión y pensamiento.

https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2024/12/20/ser-anciano/



TORMENTAS

-- Oficialmente, "las tormentas son definidas como violentas perturbaciones atmosféricas de fuertes vientos, rayos, temblores y desastres". 

Allí no hay más aportes. Punto.

-- En segundo lugar existen, a quienes podemos llamar "conformistas", que aseguran que las tormentas son envíos del cielo y golpean a los seres humanos previniéndolos de castigos por sus actuaciones y como sentencia de futuros destinos. 

-- Otra tercera opinión es la de los "objetivistao neo liberales", que dicen que las tormentas no son producidas por "gentes de bien", sino por granujas que hace 80 años que vienen haciendo mal las cosas. Después de decir esto, se miran en el espejo, se acomodan la peluca despeinada, se saben bellos y se enamoran de su propia imagen. 

-- Hay un cuarto parecer, de un grupo grande que está a la búsqueda de un tiempo presente que cree que alguien está tocando el arpa para que los truenos sucedan, pero entonces se trata de desarrollar las ciencias duras para poder descubrir a los músicos que tocan esas arpas.

-- Pero ocurre que a partir del nacimiento de la I.A. (Inteligencia Artificial), apareció un quinto grupo de escritores que sostienen que la "frontera de lo inverosímil ya no está bajo llave" y solo les llama la atención, que las tormentas terminan destruyendo todo un mundo, "ordenado y primoroso", para convertirlo en ruinas de los descomunales esfuerzos del ser humano durante siglos. En definitiva, no dan una explicación clara ni por asomo. Esos escritores de libros que nadie lee pero que están de moda, dicen terminantemente que la tormenta es una metáfora.

Bueno, tengo que acercarme a la más coincidente de las cinco.  

En el actual mundo de descenso hacia el fondo negro del submundo y de confusiones totales, no sé si estos últimos están en lo cierto o si tengo un compromiso con ellos, pero esta idea de la metáfora se me aparece como la más certera de las cinco, me merece respeto. 

La actitud del desatino suele ser la única inocente. 

Hegel dice que el sujeto y concepto de la metáfora lírica, es el propio escritor que la formula. Dice más aún, "si el lirismo trata de "objetivos" exteriores a su vida, el autor se alejará rápidamente de ellos y terminará por hacer su propio retrato del mundo". 

Además el artista debe hacer creer a la posteridad que lo que generalmente venden es mercadería que el sistema ya no puede traficar.

Las tormentas de la literatura suelen significar la confusión interna, la aflicción y el eros de algunos personajes. 

Hay que recordar los alaridos enfurecidos del Rey Lear mezclándose con el estruendo de la violenta tormenta, cuando sus dos hijas mayores lo traicionan, contra su primera confusión con su hija menor, sincera sin tapujos.  

A Shakespeare no se le escapó esa metáfora en "La tempestad", ni ninguna que tuviese relación con la naturaleza. 

También en "Cumbres borrascosas", las violentas tormentas reflejan la atmósfera turbulenta de la pasión erótica entre Heatheliff y Cathy, que había quedado huérfana y encuentra el mundo al revés cuando el tornado la lleva al país de Oz. 

En pocas palabras: Lo que el olvido borra del merecimiento, la tormentosa memoria devuelve.

Pero recordemos aquellas aterradoras tormentas que maltrataban nuestras cabezas, aún encerrados en nuestras casas con cuatro llaves.

Que contradictoriamente, de forma simbólica, metafórica, sanadora, la tormenta trae una tensión psíquica que crece poco a poco y es capaz de imprimir fuertes energías transpersonales, imprimirle frescura, limpiarlas. 

También, las nubes tormentosas que oscurecen el afecto, pueden presagiar un conflicto de la psique, si hablamos de los vientos ocultos de nuestro interior (diríamos mejor: de lo peor de nuestro interior).  Pero la contracara siempre llega, con irrupciones como un diluvio de gotas fecundas sobre la libido y el resto no mencionado.

La tormenta conjura la energía de los espíritus elementales y no elementales. Las injusticias y violencias del orden social se agotan tarde o temprano y el orden alterado puede retirarse como las nubes, sólo cuando los hombres y mujeres se toman de la mano en tren de fraternal unidad. Hoy por hoy, casi un imposible. Una metáfora.   

Juan Disante  -  Florida, Buenos Aires.   -  11/1/25  -

No te tomes la vida demasiado en serio. Nunca saldrás vivo de ella”. (Elbert Hubbard)


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Los 8 tipos de emociones (clasificación y descripción)

¿Qué clases de emociones podemos expresar los seres humanos?

Juan Armando Corbin

Juan Armando Corbin

La psicología siempre se ha interesado por las emociones, porque éstas influyen en nuestro pensamiento, nuestra conducta e incluso nuestra salud mental.

Es por eso que el concepto de inteligencia emocional ha ido ganando terreno en las últimas décadas y palabras como validación emocional, regulación emocional o gestión emocional nos resultan cada vez más familiares. Está demostrado que la inteligencia emocional mejora nuestro bienestar y nuestro rendimiento. En este artículo hablaremos de las emociones y cómo se clasifican estas manifestaciones humanas.

Qué son las emociones

Son muchos los teóricos que han intentado explicar qué son las emociones. Para el psicólogo David G. Meyers, las emociones están compuestas por “arousal fisiológico, comportamiento expresivo y experiencia consciente”.

En la actualidad, se acepta que las emociones se originan en el sistema límbico y que estos estados complejos tienen estos tres componentes:

  • Fisiológicos: Es la primera reacción frente a un estímulo y son involuntarios: la respiración aumenta, cambios a nivel hormonal, etc.

  • Cognitivos: La información es procesada a nivel consciente e inconsciente. Influye en nuestra experiencia subjetiva.

  • Conductuales: Provoca un cambio en el comportamiento: los gestos de la cara, el movimiento del cuerpo...

  • A lo largo de los años, ha existido cierto debate entre qué es una emoción y qué es un sentimiento. Puedes conocer la diferencia en nuestro artículo: "Los 16 tipos de sentimientos y su función psicológica"

Teorías de la emoción

De hecho, desde hace décadas se han ido formulando distintas teoría sobre la emoción. Las más importantes se clasifican de tres maneras: fisiológicas, neurológicas y cognitivas.

  • Teorías fisiológicas: afirman que respuestas intracorporales son las responsables de las emociones.

  • Teorías neurológicas: plantean que la actividad en el cerebro lleva a respuestas emocionales.

  • Teorías cognitivas: proponen que pensamientos y otras actividades mentales son responsables de la formación de las emociones.

  • Puedes profundizar en estos modelos teóricos en nuestro post: "Psicología emocional: principales teorías de la emoción"

Clasificación de las emociones (tipos)

Pero, ¿cómo se clasifican las emociones? Existen distintos tipos de emociones, a continuación puedes encontrar una lista con una breve explicación de cada una de ellas. Ten en cuenta, sin embargo, que no se trata de una clasificación definitiva, ya que ninguna plasmará al 100% cómo se agrupan y se relacionan entre sí las emociones; simplemente, es una clasificación útil.

1. Emociones primarias o básicas

Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas, y son las emociones que experimentamos en respuesta a un estímulo. Para Paul Ekman, las emociones básicas son 6: tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira. Todas ellas constituyen procesos de adaptación y, en teoría, existen en todos los seres humanos, independientemente de la cultura en la que se hayan desarrollado.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el hecho de que un fenómeno o rasgo psicológico se dé de manera universal en todas las sociedades humanas no significa que sea parte de nuestros instintos, ni que sea expresión de nuestros genes. Existen universales culturales, que a pesar de que históricamente se han dado en todos los grupos humanos, en determinados contextos desaparecen. Por ejemplo, la tendencia a creer en religiones.

Volviendo a los tipos de emociones básicas, hemos visto que es posible describir unas 6 a partir de los patrones comportamentales de las personas. Sin embargo, recientemente, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Glasgow, que se publicó Current Biology, concluye que no son seis las emociones básicas, sino que son cuatro.

2. Emociones secundarias

Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las anteriores. Por ejemplo, cuando experimentamos la emoción básica de miedo después podemos sentir las emociones secundarias de amenaza o enfado, dependiendo, claro está, de la situación que estemos viviendo. Las emociones secundarias son causadas por normas sociales y por normas morales.

3. Emociones positivas

Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento del sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las emociones positivas también se conocen como emociones saludables, porque afectan positivamente al bienestar del individuo que las siente. Favorecen la manera de pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la alegría, la satisfacción, la gratitud no provocan una actitud positiva frente a la vida y nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.

4. Emociones negativas

Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas, porque afectan negativamente al bienestar de las personas. También se conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De hecho, forman parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria emocional nos ayuda a recordar las consecuencias que tienen ciertas conductas (o exponernos a ciertos contextos).

5. Emociones ambiguas

Las emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras, puesto que no provocan ni emociones negativas ni positivas, ni saludables ni no saludables. Por ejemplo, la sorpresa no nos hace sentir ni bien ni mal.

La existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y que nuestras experiencias presentan muchos matices.

6. Emociones estáticas

Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas. Son aquellas que se producen gracias a distintas manifestaciones artísticas, como por ejemplo: la música o la pintura.

Así, al escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes, pero esa sensación sería cualitativamente diferente a la felicidad o la tristeza que se experimenta ante cualquier otra experiencia, ya que se vive en un contexto artístico, mediado por símbolos y atribuciones sobre las intenciones del autor.

7. Emociones sociales

Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente aprendidas, sino que es necesario que haya otra persona presente o de lo contrario no pueden aflorar. Por ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o la admiración, son emociones que sentimos respecto a otros individuos.

8. Emociones instrumentales

Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo la manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de reconocer porque puede parecer que sean naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una intención. En ocasiones, son fruto de la auto-sugestión: someterse a ciertos contextos voluntariamente para hacer que una parte de esa emoción tiña nuestra forma de comportarnos.

La importancia de la educación emocional

Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la educación emocional. En las escuelas, por ejemplo, están más preocupados por enseñarnos a ser buenos profesionales, y dejan de lado el convertirnos en personas emocionalmente inteligentes y emocionalmente sanas. La inteligencia emocional ha demostrado ser una herramienta básica para nuestra salud mental y es, sin duda, una forma de empoderarnos frente a la vida, de convertirnos en personas mucho más preparadas para el día a día. ¡Mucho más felices!

La inteligencia emocional es un término que se hizo famoso gracias a Daniel Goleman, y desde entonces muchas investigaciones han afirmado que es positiva no sólo para nuestra vida cotidiana, sino que en trabajo, el deporte e incluso la educación, es altamente eficaz y aporta muchos beneficios para el rendimiento.

Según Goleman, los componentes de la inteligencia emocional son:

Referencias bibliográficas

  • Damasio, A. (2014). En busca de Spinoza: neurobiología de la emoción y los sentimientos. Barcelona: Booket, 2014. ISBN 978-84-233-4615-8.

  • Ekman, P. (2004). ¿Qué dice ese gesto? Barcelona: RBA202f: Integral, 2004. ISBN 978-84-7871-202-1.

  • Ekman, P.; Cordaro, D. (2011). What is Meant by Calling Emotions Basic. Emotion Review. 3(4): 364 - 370.

  • Salmurri, F. (2015). Razón y emoción: recursos para aprender y enseñar a pensar. Barcelona: RBA, ISBN 978-84-9056-407-3.

  • Suchy, Y. (2011). Clinical neuropsychology of emotion. New York, NY: Guilford.

Juan Armando Corbin. (2016, noviembre 14). ​Los 8 tipos de emociones (clasificación y descripción). Portal Psicología y Mente.

https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-de-emociones


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