VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
5 poemas de El secreto del mago, de Luis Alberto de Cuenca
El secreto del Mago reúne treinta y cinco poemas escritos en su gran mayoría entre 2021 y 2022 y repartidos en cinco epígrafes que, en esencia, contienen estas piezas que fluctúan entre lo elegíaco y lo amoroso.
En Zenda reproducimos cinco poemas de El secreto del Mago (Visor), de Luis Alberto de Cuenca.
***
EL FIN ES EL PRINCIPIO
Al
final no pensamos ni recordamos nada
que no sea el principio. La
memoria es así.
Huyen los nombres propios del presente, las
fechas
próximas en el tiempo, y regresan los nombres
del
pasado, las frases que en la niñez remota
hirieron o salvaron. Y
vuelve aquella niña
de las trenzas de oro a quien contabas
cuentos
en el sillón de orejas del salón, y los naipes
con
figuras de músicos ilustres que tu padre
te trajo de Alemania, y
la caja de música
en la que Cenicienta y su príncipe
azul
bailaban incansablemente, y las cicatrices
que honraban
tus rodillas de tanto gatear
detrás de aquellas chapas con
nombres de ciclistas,
y las alineaciones con tres defensas,
dos
medios y nada menos que cinco delanteros,
y el día en que
encontraste el tebeo imposible
de encontrar en la tienda de don
César Cobelo,
y la bici BH con que ibas por el mundo
(que era
entonces pequeño) las tardes de verano…
Estos
días azules y este sol de la infancia:
al
final solo importan las cosas del principio.
***
LUNA LLENA
Hoy,
desde la cubierta del yate Bleu de Nîmes,
veré la luna
llena.
Por una vez, acaso por vez única,
veré la luna llena
ascender desde el mismo
mar por donde navego
hasta el cielo de
luces encendidas
que convierte la noche en el rescoldo
de lo
que en el crepúsculo fue hoguera.
Veré desde cubierta cómo arde
en el espacio
la exacta geometría de la luna,
trazando con sus
rayos una senda en el mar.
Las olas, obedientes,
respetarán el
curso de ese camino mágico,
y destellos fugaces y fulgores
efímeros
lo harán desembocar en mis ojos atónitos,
bañándome
en su luz y en su belleza,
la misma luz, la misma belleza de lo
inútil,
de lo imperecedero.
***
ORACIÓN (II)
Dame
tu fuego purificador.
Con la antorcha de un héroe de película
o
con una cerilla de cocina
—qué más da—, pero
incéndiame,
enciende los hachones de cera del pasillo,
esos
que ya no existen
o no existieron nunca.
Y después elimina
testigos, si es que quedan,
de la fiesta feliz de mi
niñez.
Búscalos en agosto de hace setenta años,
en unas
escaleras de ladrillo, no lejos
de la sombra benéfica de un abeto
o un pino
—¿o era, tal vez, un Ent?—.
Y mientras el tebeo
y el niño que lo mira
van desapareciendo entre las llamas,
haz
que todo termine
con el despertar brusco de un anciano,
roto de
soledad.
***
CREPÚSCULO AMOROSO
Tranquila
está la tarde. Tranquila y silenciosa.
Los pájaros se dejan
llevar por el ambiente
de paz y duermen ya. Sus hermanas, las
flores,
hace tiempo que sueñan. Hay un mundo que gira
alrededor,
extenso, variado, con otros
seres que no descansan. Pero cae la
tarde
y en tu jardín los pájaros duermen, como las
flores,
mientras la oscuridad va ensanchando su reino
a costa
de la luz. El tiempo y el espacio
son mis cómplices hoy, por más
que se me escape
una furtiva lágrima, casi donizettiana,
que
resbala hasta el suelo y lo humedece un poco.
Y si tiempo y
espacio son miembros de mi tribu,
es que existe el milagro, y eso
en este crepúsculo
con pájaros durmientes y flores
soñadoras
merece recordarse por medio de estos versos
que,
como siempre, evocan un tiempo y un espacio:
los nuestros, amor
mío.
***
OTRA VEZ TÚ
Vuelves
como una frase de Macbeth
que, machaconamente, repito varias
veces
al día y me franquea las puertas de mí mismo.
Vuelves
acompañada de esas lovecraftianas
criaturas que el mundo alberga
en su interior
y que imagino siempre por las noches,
antes de
irme a dormir.
Vuelves una y mil veces,
como la bofetada que un
profesor histérico
me dio a los nueve años (aún no lo he
perdonado),
como las golondrinas de Bécquer, cada hora
que
pasa más oscuras.
Otra vez tú, escondida en el jarrón
junto
a Tintín, o en el harén de Olián,
o en Barsoom, o en
Pellucidar,
o en un cuento de Poe o de los Grimm.
Por todas
partes tú, por todas partes,
convirtiendo mi selva
misteriosa,
mis abismos marinos
y las cumbres heladas de mi
vida
en una orgía de calor y luz.
—————————————
Autor: Luis Alberto de Cuenca. Título: El secreto del Mago. Editorial: Visor. Venta: Todos tus libros.
BIO
Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) es Doctor en Filología Clásica desde 1976 y académico numerario de la Real Academia de la Historia desde 2010. Ha obtenido, entre otros premios, el de la Crítica por La caja de plata (1985), el Nacional de Poesía por Cuaderno de vacaciones (2014) y el Premio «Federico García Lorca» (2021) por la totalidad de su obra poética. Ha publicado en esta misma editorial Por fuertes y fronteras (1996), Sin miedo ni esperanza (2002), La vida en llamas (2006), El reino blanco (2010), seis ediciones de Los mundos y los días, recopilación de su poesía (1998, 1999, 2007, 2012, 2019 y 2021), Cuaderno de vacaciones, Bloc de otoño (2018) y Después del paraíso (2021).
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-el-secreto-del-mago-de-luis-alberto-de-cuenca/
TEMAS TERTULIA 2-8-2024
IGNORANCIA
CALOR
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 26-7-2024
AUTOCRÍTICA
PERDÓN
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
AUTOCRÍTICA (VEO VEO)
Qué importante es la autocrítica, pues aunque nos la han vendido como una regañina, creo que, lejos de eso, no es otra cosa que la capacidad de mirarse conscientemente y reconocer quién es uno; aceptarse con las incongruencias, los pensamientos locos y las meteduras de pata, celebrar los aciertos, asumir que se tiene capacidad de querer y también de rechazar, para aprender a aguantar el pulso a la hora de reconocer los propios límites.
Es obvio que uno mira los hechos desde su posición y desde sus emociones; pero a falta de autocrítica y sin entender que lo que atestiguamos es solo lo poco que vemos de lo mucho que existe, más de una vez nos convertimos en embajadores de ello, volviéndonos tan intolerantes que rayamos en el fanatismo.
No voy a entrar en el porqué, ya que son muchos los motivos que nos hacen tener miedo al creer que por diferenciarnos en la manera de pensar una de las partes tiene que estar confundida y, claro, podríamos ser nosotros; pero me atrevo a decir que sería conveniente hacer una autocrítica constructiva y aceptar que hay miradas diferentes a las nuestras, no confundidas.
Observa detenidamente la foto que acompaña este texto.
Del mismo modo que el autor captó las imágenes proyectadas en unos paneles y a las tres personas que estaban en la sala en ese instante, dos a un lado y una al otro, dándose la espalda, seguro que detrás de él había más espacio, más fotografías de la comedia humana vista por el objetivo de Elliot Erwitt y, probablemente, la puerta de entrada. Aunque todos estuvieran a la misma hora en la misma exposición, cada uno estaba viendo algo diferente.
Tal vez poco después se intercambiaron las posiciones y se pararon exactamente en el lugar que anteriormente había sido ocupado por otro de los visitantes, pero no eran los mismos ojos, ni el mismo ánimo, ni la misma altura, de modo que cada quien salió de allí con una interpretación única de lo vivido. Si las partes hubieran puesto sobre el tapete sus puntos de vista individuales y cada cual hubiera prestado atención a la visión del otro, seguramente todos hubieran conseguido un enfoque más amplio, más rico en matices y en detalles y, en definitiva, más cercano a la totalidad.
Pero siendo como somos los humanos es muy probable que, debido al miedo atávico de no estar en posesión de la verdad absoluta -aunque en el fondo sabemos que nuestra mente nunca podrá alcanzarla-, en lugar de exponer sus ideas hubieran tratado de imponerlas generando la consiguiente pelea. Es ese temor a perder el poder que creemos otorga el hecho de saberlo todo lo que ha generado muchos problemas a lo largo de la historia, no solo en las relaciones personales, también en las grupales derivando, incluso, a conflictos bélicos.
Si ciertamente no podemos cambiar el mundo entero, sí está en nuestra mano mejorar el trocito que nos ha tocado en suerte; así es que en beneficio propio y de quienes nos rodean, sería más que favorable trabajar el músculo de la humildad para que no nos tiemblen las rodillas a la hora de hacer autocrítica y reconocer que nuestros ojos y nuestra alma tienen capacidad limitada y no pueden percibir los infinitos lados del colosal poliedro que es la vida.
26/julio/2024 - para «VOCESenteVOCES»
Foto: Manu Mariscal – Exposición PhotoESPAÑA «La comedia humana», Elliott Erwitt
Texto: Vicki Blanco
AUTOCRÍTICA
Yo también escupo hacia arriba y pago las consecuencias.
Admiro la honestidad, pero más a menudo de lo que quisiera, no tengo el valor de ser tan consecuente como quisiera.
Sé que todo el planeta es mi patria, pero no todas las tribus y sus músicas me conmueven por igual.
Creo que amo y me convenzo de que no lo puedo hacer mejor, que es más fácil que seguir aprendiendo.
No vendería ni mataría a nadie por dinero, pero, ante depende que humanos, escucharía la oferta.
Hago algo y digo que no puedo hacer más, pero no lo intento.
No soporto a los fanáticos que no soportan a los fanáticos.
A mi orgullo lo llamo dignidad, y al ajeno, orgullo.
Reniego de la violencia, pero creo en las excepciones.
No tengo más fe que la depositada en el ser humano, una locura . . .
Y a pesar de todo, me considero digno de estar en la cola de la vida, digno de vivir . . . ¿Y usted?
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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AUTOCRÍTICA
A mi psiquiatra
Buenos días.
Ya me encuentro mejor,
he dejado de comer hierba con las cabras.
Ahora cazo moscas con la lengua
y me estoy aficionando a la antropofagia.
Ya no duermo colgado
como los murciélagos.
Aunque todavía cuento las espinas de las rosas.
Miro de frente
y quiero olvidar el nudo de las cuerdas.
Me siento vivo,
como un rabo de lagartija
cuando se lo cortan.
No sé si será bueno,
pero ahora tengo ganas de hacer el amor
con la vida a todas horas.
Les llevo tabaco aliñao con una lima
a los deseos
y ahorro en flores para los muertos.
Pero, si me veis loco, dando gritos de verdad
por la calle,
no me pongáis la camisa de fuerza.
Dadme besos y besos en la boca
hasta que recobre la inconsciencia.
JJC – Juan Jiménez Caballero
PERDÓN
APRENDER A VIVIR
Cuando sólo había oscuridad, y el frío, la desesperanza y el miedo parecían abarcarlo todo, resistieron, mientras se repetían a si mismos: “Esto también pasará”, y sobrevivieron.
Cuando la vida les agasajó con regalos que ni habían imaginado que existieran, supieron relajarse y disfrutarlos, sin obsesionarse con poseerlos, y se limitaron a exclamar: “¡Qué hermosa es la vida!”, y sobrevivieron a la dicha, que también tiene sus peligros.
Así, mezclando luces y sombras, sabiendo encontrar en cada dolor un consuelo y en cada placer un regalo, intentando hallar un equilibrio en todo, entre el sí y el no, entre el perdón y la justicia, entre la memoria y el rencor, entre nuestros deseos y los ajenos, recordando siempre que, como dijera Tolstoi, la felicidad no está en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace.
Así tan sólo, día a día, golpe a golpe, poco a poco, aprendieron a perdonar y perdonarse para, finalmente, aprender a vivir.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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PERDÓN
SOY EL SOLDADO Y EL MUERTO
Soy el soldado y el muerto,
el maestro y el discípulo,
el médico y el enfermo.
Por esto, si hago sufrir, sufro,
si enseño bien, aprendo,
si educo bien, recojo los frutos,
si curo, me sano.
En la tradición del Vedanta Advaita, no hay dualidad, todo es uno. El que hace daño a alguien se hace daño a sí mismo.
Alexandra Di Estefano Pironti.
“Un salto al infinito” Ediciones Carena.
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
SER JUGLAR
José Marcelo Ruiz
Jesús Aranda Camuñas, profesor, poeta y músico, es autor de la obra Palabras hechas, edición Libros de la Axarquía que, como expresa la autora del prólogo Margarita García Galán, es una recopilación de canciones que saben a versos, son versos que suenan a canción. Al libro le acompaña un C. D. exclusivo, con canciones a lo largo de su vida. Él se siente juglar, ‘un humilde juglar’ que en el presente siglo XXI tiene que enfrentarse a una sociedad mercantilizada, y ante el peligro que la palabra hecha canción se desvirtúe; perdiendo su función social reivindicativa de trasmitir sentimientos que defiendan la Madre Naturaleza y los valores humanos.
Como juglar transita un arduo camino de compromiso con la vida y con la sociedad, lo hace acompañado de su guitarra; sintiéndose poeta y músico, le pone voz a sus canciones. Es amante del Blues, del Rock y del Swing Jazz. En lo poético antepone la comunicación como valor de expresión; sintiéndose discípulo de Walt Whitman. Sobre su acto creativo nos confiesa: “a veces, cuando estoy componiendo una canción, me sale un poema, y en otras ocasiones, cuando me invade una cierta trascendencia o vena poética, nace una canción.” Con ello, nos demuestra que la música y la poesía van unidas, y ambas nacen del mismo manantial.
La lectura y la audición de las canciones no nos dejará indiferente, al contrario nos descubrirá esos valores que dan sentido a la vida, como el amor universal, lo hace hablándonos de la fuerza que tiene la música: “Ha sido la sonrisa de mi rostro / y quien ha dado ritmo a mi corazón. […] Y cualquiera que tenga mucho de ti, / estará siempre enamorado. / Sí. Música, esa eres tú. La importancia que tiene sentirse libres, viajando al interior del alma y haciendo lo que nos dicta el corazón: “Y la libertad es hermana de la felicidad, / porque con ella se rompen las cadenas / que nos tienen atados a los frenos /que les ponemos a la vida.” Para aprender de la vida, hay que actuar con humildad, abandonado la soberbia. Porque “como dijo mi maestro: / No enseña más, el que más sabe. / No enseña menos, el que sabe menos. / Sólo enseñamos lo que somos. / Sepamos más, sepamos menos.”
Jesús Aranda, como juglar, su objetivo primordial es comunicarse con el lector o el oyente. Al respecto de esto, nos dice que “ a veces, escribir canciones es verter lagrimas, los músicos o aspirantes a poetas como yo, además de exorcizar nuestros temores y demonios o de expresar lo que sentimos, interpelamos al lector o al oyente para que ponga en marcha su capacidad de maniobra, de respuesta, ante el desafío que supone la vida.”
Te invito a ti lector, a conocer a este ‘humilde juglar’, que para acompañarse en la noche sólo tiene su guitarra, y te invita a compartir la soledad con sus Palabras hechas canciones
José Marcelo Ruiz
Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 19 de julio de 2024. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.
https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2024/07/24/ser-juglar/
Libros de distopía política que nos advierten sobre el futuro
Novelas que buscan en el futuro las preguntas de la sociedad actual.
Carlos ReyEspaña / 14.07.2024 18:12:23
La distopía es un género que se nos está quedando corto. Las noticias de cada día hacen que veamos nuestro mundo de una manera que va todavía más allá que el 1984 de George Orwell. Pero aún así, cada vez hay más obras que intentan presentarnos un futuro inquietante a modo de advertencia. Además de los apocalipsis que nos devuelven a la ley de la selva, hay otros autores que nos plantean sociedades futuras con regímenes políticos que nos lanzan un mensaje: esto no es tan descabellado, podría ocurrir. Seleccionamos libros de distopía política que nos advierten sobre el futuro.
Libros distópicos clásicos
Cuando hablamos de distopías políticas, hay dos títulos que vienen a la mente: el mencionado 1984 y Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Sin embargo, hay otra obra anterior que también nos avanza una sociedad del futuro marcada por un régimen totalitario y brutal. En los años 20, Yevgueni Zamiatin adelantó en Nosotros la tendencia de buscar en el futuro respuestas a problemas del presente. Otros autores recurrieron a la ucronía, ese género hermano, para apuntar lo que podría haber sido si la historia hubiese tomado otro curso. Es el caso de La conjura contra América, de Philip Roth, y El hombre en el Castillo, de Philip K. Dick.
Nosotros
Yevgueni Zamiatin
Tusquets Editores S.A.
La conjura contra América
Philip Roth
Random House
El hombre en el castillo
Philip K. Dick
Booket
Libros distópicos recientes
Las probabilidades de distintos futuros se han ido materializando en la ficción, solo un paso por delante de la realidad. En El muro, John Lanchester nos advierte del odio y el temor al otro en una novela en la que los muros se alzan como en la Edad Media para no dejar pasar a los invasores. En La corporación, Rob Hart nos habla de un futuro envuelto en un caos de violencia en el que una empresa se alza como el poder que sustituye a los gobiernos. Y en su testamento literario, Todo va a mejorar, Almudena Grandes también se atrevió a tocar terrenos distópicos, en una novela en la que hay partidos políticos que funcionan com empresas, un gran apagón y un grupo de personas que lucha contra las mentiras que se esparcen.
El Muro
John Lanchester
Editorial Anagrama
La corporación
Rob Hart
PLAZA & JANES
Todo va a mejorar
Almudena Grandes y Almudena Grandes
Maxi-Tusquets