domingo, 28 de julio de 2024

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

729 ES EL CÓDIGO COMERCIAL DE ISRAEL, TODOS LOS CÓDIGOS DE BARRAS DE LOS  PRODUCTOS QUE EXPORTAN EMPIEZAN POR ESE NÚMERO.
LA CAUSA ÚLTIMA DE LAS GUERRAS SIEMPRE ES EL DINERO, NO COMPRES PRODUCTOS DE ISAREL MIENTRAS SEA UN ESTADO GENOCIDA.

5 poemas de El secreto del mago, de Luis Alberto de Cuenca

30 Ene 2024

LAURA DI VERSO

El secreto del Mago reúne treinta y cinco poemas escritos en su gran mayoría entre 2021 y 2022 y repartidos en cinco epígrafes que, en esencia, contienen estas piezas que fluctúan entre lo elegíaco y lo amoroso.

En Zenda reproducimos cinco poemas de El secreto del Mago (Visor), de Luis Alberto de Cuenca.

***

EL FIN ES EL PRINCIPIO

Al final no pensamos ni recordamos nada
que no sea el principio. La memoria es así.
Huyen los nombres propios del presente, las fechas
próximas en el tiempo, y regresan los nombres
del pasado, las frases que en la niñez remota
hirieron o salvaron. Y vuelve aquella niña
de las trenzas de oro a quien contabas cuentos
en el sillón de orejas del salón, y los naipes
con figuras de músicos ilustres que tu padre
te trajo de Alemania, y la caja de música
en la que Cenicienta y su príncipe azul
bailaban incansablemente, y las cicatrices
que honraban tus rodillas de tanto gatear
detrás de aquellas chapas con nombres de ciclistas,
y las alineaciones con tres defensas, dos
medios y nada menos que cinco delanteros,
y el día en que encontraste el tebeo imposible
de encontrar en la tienda de don César Cobelo,
y la bici BH con que ibas por el mundo
(que era entonces pequeño) las tardes de verano…
Estos días azules y este sol de la infancia:
al final solo importan las cosas del principio.

***

LUNA LLENA

Hoy, desde la cubierta del yate Bleu de Nîmes,
veré la luna llena.
Por una vez, acaso por vez única,
veré la luna llena ascender desde el mismo
mar por donde navego
hasta el cielo de luces encendidas
que convierte la noche en el rescoldo
de lo que en el crepúsculo fue hoguera.
Veré desde cubierta cómo arde en el espacio
la exacta geometría de la luna,
trazando con sus rayos una senda en el mar.
Las olas, obedientes,
respetarán el curso de ese camino mágico,
y destellos fugaces y fulgores efímeros
lo harán desembocar en mis ojos atónitos,
bañándome en su luz y en su belleza,
la misma luz, la misma belleza de lo inútil,
de lo imperecedero.

***

ORACIÓN (II)

Dame tu fuego purificador.
Con la antorcha de un héroe de película
o con una cerilla de cocina
—qué más da—, pero incéndiame,
enciende los hachones de cera del pasillo,
esos que ya no existen
o no existieron nunca.
Y después elimina testigos, si es que quedan,
de la fiesta feliz de mi niñez.
Búscalos en agosto de hace setenta años,
en unas escaleras de ladrillo, no lejos
de la sombra benéfica de un abeto o un pino
—¿o era, tal vez, un Ent?—.
Y mientras el tebeo y el niño que lo mira
van desapareciendo entre las llamas,
haz que todo termine
con el despertar brusco de un anciano,
roto de soledad.

***

CREPÚSCULO AMOROSO

Tranquila está la tarde. Tranquila y silenciosa.
Los pájaros se dejan llevar por el ambiente
de paz y duermen ya. Sus hermanas, las flores,
hace tiempo que sueñan. Hay un mundo que gira
alrededor, extenso, variado, con otros
seres que no descansan. Pero cae la tarde
y en tu jardín los pájaros duermen, como las flores,
mientras la oscuridad va ensanchando su reino
a costa de la luz. El tiempo y el espacio
son mis cómplices hoy, por más que se me escape
una furtiva lágrima, casi donizettiana,
que resbala hasta el suelo y lo humedece un poco.
Y si tiempo y espacio son miembros de mi tribu,
es que existe el milagro, y eso en este crepúsculo
con pájaros durmientes y flores soñadoras
merece recordarse por medio de estos versos
que, como siempre, evocan un tiempo y un espacio:
los nuestros, amor mío.

***

OTRA VEZ TÚ

Vuelves como una frase de Macbeth
que, machaconamente, repito varias veces
al día y me franquea las puertas de mí mismo.
Vuelves acompañada de esas lovecraftianas
criaturas que el mundo alberga en su interior
y que imagino siempre por las noches,
antes de irme a dormir.
Vuelves una y mil veces,
como la bofetada que un profesor histérico
me dio a los nueve años (aún no lo he perdonado),
como las golondrinas de Bécquer, cada hora
que pasa más oscuras.
Otra vez tú, escondida en el jarrón
junto a Tintín, o en el harén de Olián,
o en Barsoom, o en Pellucidar,
o en un cuento de Poe o de los Grimm.
Por todas partes tú, por todas partes,
convirtiendo mi selva misteriosa,
mis abismos marinos
y las cumbres heladas de mi vida
en una orgía de calor y luz.

—————————————

Autor: Luis Alberto de Cuenca. Título: El secreto del Mago. Editorial: Visor. Venta: Todos tus libros.

BIO

Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) es Doctor en Filología Clásica desde 1976 y académico numerario de la Real Academia de la Historia desde 2010. Ha obtenido, entre otros premios, el de la Crítica por La caja de plata (1985), el Nacional de Poesía por Cuaderno de vacaciones (2014) y el Premio «Federico García Lorca» (2021) por la totalidad de su obra poética. Ha publicado en esta misma editorial Por fuertes y fronteras (1996), Sin miedo ni esperanza (2002), La vida en llamas (2006), El reino blanco (2010), seis ediciones de Los mundos y los días, recopilación de su poesía (1998, 1999, 2007, 2012, 2019 y 2021), Cuaderno de vacacionesBloc de otoño (2018) y Después del paraíso (2021).


 https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-el-secreto-del-mago-de-luis-alberto-de-cuenca/


TEMAS TERTULIA 2-8-2024

IGNORANCIA

CALOR

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

TEXTOS TERTULIA 26-7-2024

AUTOCRÍTICA

PERDÓN

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



AUTOCRÍTICA (VEO VEO)

Qué importante es la autocrítica, pues aunque nos la han vendido como una regañina, creo que, lejos de eso, no es otra cosa que la capacidad de mirarse conscientemente y reconocer quién es uno; aceptarse con las incongruencias, los pensamientos locos y las meteduras de pata, celebrar los aciertos, asumir que se tiene capacidad de querer y también de rechazar, para aprender a aguantar el pulso a la hora de reconocer los propios límites.

Es obvio que uno mira los hechos desde su posición y desde sus emociones; pero a falta de autocrítica y sin entender que lo que atestiguamos es solo lo poco que vemos de lo mucho que existe, más de una vez nos convertimos en embajadores de ello, volviéndonos tan intolerantes que rayamos en el fanatismo.

No voy a entrar en el porqué, ya que son muchos los motivos que nos hacen tener miedo al creer que por diferenciarnos en la manera de pensar una de las partes tiene que estar confundida y, claro, podríamos ser nosotros; pero me atrevo a decir que sería conveniente hacer una autocrítica constructiva y aceptar que hay miradas diferentes a las nuestras, no confundidas.

Observa detenidamente la foto que acompaña este texto.

Del mismo modo que el autor captó las imágenes proyectadas en unos paneles y a las tres personas que estaban en la sala en ese instante, dos a un lado y una al otro, dándose la espalda, seguro que detrás de él había más espacio, más fotografías de la comedia humana vista por el objetivo de Elliot Erwitt y, probablemente, la puerta de entrada. Aunque todos estuvieran a la misma hora en la misma exposición, cada uno estaba viendo algo diferente.

Tal vez poco después se intercambiaron las posiciones y se pararon exactamente en el lugar que anteriormente había sido ocupado por otro de los visitantes, pero no eran los mismos ojos, ni el mismo ánimo, ni la misma altura, de modo que cada quien salió de allí con una interpretación única de lo vivido. Si las partes hubieran puesto sobre el tapete sus puntos de vista individuales y cada cual hubiera prestado atención a la visión del otro, seguramente todos hubieran conseguido un enfoque más amplio, más rico en matices y en detalles y, en definitiva, más cercano a la totalidad.

Pero siendo como somos los humanos es muy probable que, debido al miedo atávico de no estar en posesión de la verdad absoluta -aunque en el fondo sabemos que nuestra mente nunca podrá alcanzarla-, en lugar de exponer sus ideas hubieran tratado de imponerlas generando la consiguiente pelea. Es ese temor a perder el poder que creemos otorga el hecho de saberlo todo lo que ha generado muchos problemas a lo largo de la historia, no solo en las relaciones personales, también en las grupales derivando, incluso, a conflictos bélicos.

Si ciertamente no podemos cambiar el mundo entero, sí está en nuestra mano mejorar el trocito que nos ha tocado en suerte; así es que en beneficio propio y de quienes nos rodean, sería más que favorable trabajar el músculo de la humildad para que no nos tiemblen las rodillas a la hora de hacer autocrítica y reconocer que nuestros ojos y nuestra alma tienen capacidad limitada y no pueden percibir los infinitos lados del colosal poliedro que es la vida.

26/julio/2024 - para «VOCESenteVOCES»

Foto: Manu Mariscal – Exposición PhotoESPAÑA «La comedia humana», Elliott Erwitt

Texto: Vicki Blanco


AUTOCRÍTICA

Yo también escupo hacia arriba y pago las consecuencias.

Admiro la honestidad, pero más a menudo de lo que quisiera, no tengo el valor de ser tan consecuente como quisiera.

Sé que todo el planeta es mi patria, pero no todas las tribus y sus músicas me conmueven por igual.

Creo que amo y me convenzo de que no lo puedo hacer mejor, que es más fácil que seguir aprendiendo.

No vendería ni mataría a nadie por dinero, pero, ante depende que humanos, escucharía la oferta.

Hago algo y digo que no puedo hacer más, pero no lo intento.

No soporto a los fanáticos que no soportan a los fanáticos.

A mi orgullo lo llamo dignidad, y al ajeno, orgullo.

Reniego de la violencia, pero creo en las excepciones.

No tengo más fe que la depositada en el ser humano, una locura . . .

Y a pesar de todo, me considero digno de estar en la cola de la vida, digno de vivir . . . ¿Y usted?

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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AUTOCRÍTICA

A mi psiquiatra

Buenos días.

Ya me encuentro mejor,

he dejado de comer hierba con las cabras.

Ahora cazo moscas con la lengua

y me estoy aficionando a la antropofagia.

Ya no duermo colgado

como los murciélagos.

Aunque todavía cuento las espinas de las rosas.

Miro de frente

y quiero olvidar el nudo de las cuerdas.

Me siento vivo,

como un rabo de lagartija

cuando se lo cortan.

No sé si será bueno,

pero ahora tengo ganas de hacer el amor

con la vida a todas horas.

Les llevo tabaco aliñao con una lima

a los deseos

y ahorro en flores para los muertos.

Pero, si me veis loco, dando gritos de verdad

por la calle,

no me pongáis la camisa de fuerza.

Dadme besos y besos en la boca

hasta que recobre la inconsciencia.

JJC – Juan Jiménez Caballero


PERDÓN

APRENDER A VIVIR

Cuando sólo había oscuridad, y el frío, la desesperanza y el miedo parecían abarcarlo todo, resistieron, mientras se repetían a si mismos: “Esto también pasará”, y sobrevivieron.

Cuando la vida les agasajó con regalos que ni habían imaginado que existieran, supieron relajarse y disfrutarlos, sin obsesionarse con poseerlos, y se limitaron a exclamar: “¡Qué hermosa es la vida!”, y sobrevivieron a la dicha, que también tiene sus peligros.

Así, mezclando luces y sombras, sabiendo encontrar en cada dolor un consuelo y en cada placer un regalo, intentando hallar un equilibrio en todo, entre el sí y el no, entre el perdón y la justicia, entre la memoria y el rencor, entre nuestros deseos y los ajenos, recordando siempre que, como dijera Tolstoi, la felicidad no está en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace.

Así tan sólo, día a día, golpe a golpe, poco a poco, aprendieron a perdonar y perdonarse para, finalmente, aprender a vivir.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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PERDÓN

SOY EL SOLDADO Y EL MUERTO

Soy el soldado y el muerto,

el maestro y el discípulo,

el médico y el enfermo.

Por esto, si hago sufrir, sufro,

si enseño bien, aprendo,

si educo bien, recojo los frutos,

si curo, me sano.

En la tradición del Vedanta Advaita, no hay dualidad, todo es uno. El que hace daño a alguien se hace daño a sí mismo.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

SER JUGLAR

24 JULIO, 2024

José Marcelo Ruiz

Jesús Aranda Camuñas, profesor, poeta y músico, es  autor de la obra Palabras hechas, edición Libros de la Axarquía  que, como expresa la autora del prólogo Margarita García Galán, es una recopilación de canciones que saben a versos, son versos que suenan a canción. Al libro le  acompaña un C. D. exclusivo, con canciones a lo largo de su vida.   Él se siente juglar, ‘un humilde juglar’ que en el presente siglo XXI  tiene que enfrentarse a una sociedad mercantilizada, y ante el peligro que la palabra hecha canción se desvirtúe; perdiendo su función social reivindicativa de trasmitir sentimientos que defiendan la Madre Naturaleza y los valores humanos.

    Como juglar transita un arduo camino de compromiso con la vida y con la sociedad, lo hace acompañado de su guitarra; sintiéndose poeta y músico, le pone voz a sus canciones. Es amante del Blues, del Rock  y del Swing Jazz.  En lo poético antepone la comunicación como valor de expresión; sintiéndose discípulo de Walt Whitman. Sobre su acto creativo nos confiesa: “a veces, cuando estoy componiendo una canción, me sale un poema, y en otras ocasiones, cuando me invade una cierta trascendencia o vena poética, nace una canción.” Con ello, nos demuestra que la música y la poesía van unidas, y ambas nacen del mismo manantial.

     La lectura y la audición de las canciones no nos dejará indiferente, al contrario  nos descubrirá esos valores que dan sentido a la vida, como el amor universal, lo hace hablándonos de la fuerza que tiene la música: “Ha sido la sonrisa de mi rostro / y quien ha dado ritmo a mi corazón. […] Y cualquiera que tenga mucho de ti, / estará siempre enamorado. / Sí. Música, esa eres tú. La importancia que tiene sentirse libres,  viajando al interior del alma y haciendo lo que nos dicta el corazón: “Y la libertad es hermana de la felicidad, / porque con ella se rompen las cadenas / que nos tienen atados a los frenos /que les ponemos a la vida.”  Para aprender de la vida, hay que actuar con humildad, abandonado la soberbia. Porque “como dijo mi maestro: / No enseña más, el que más sabe. / No enseña menos, el que sabe menos. / Sólo enseñamos lo que somos. / Sepamos más, sepamos menos.” 

    Jesús Aranda, como juglar, su objetivo primordial es comunicarse con el lector o el oyente. Al respecto de esto,  nos dice que “ a veces, escribir canciones es verter lagrimas, los músicos o aspirantes a poetas como yo, además de exorcizar nuestros temores y demonios o de expresar lo que sentimos, interpelamos al lector o al oyente para que ponga en marcha su capacidad de maniobra, de respuesta, ante el desafío que supone la vida.”

    Te invito a ti lector,  a conocer a este ‘humilde juglar’, que para acompañarse en la noche sólo tiene su guitarra, y te invita a compartir la soledad con sus Palabras hechas canciones

José Marcelo Ruiz

   

Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 19 de julio de 2024. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.                                                 

https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2024/07/24/ser-juglar/

Libros de distopía política que nos advierten sobre el futuro

Novelas que buscan en el futuro las preguntas de la sociedad actual.

Carlos ReyEspaña / 14.07.2024 18:12:23

La distopía es un género que se nos está quedando corto. Las noticias de cada día hacen que veamos nuestro mundo de una manera que va todavía más allá que el 1984 de George Orwell. Pero aún así, cada vez hay más obras que intentan presentarnos un futuro inquietante a modo de advertencia. Además de los apocalipsis que nos devuelven a la ley de la selva, hay otros autores que nos plantean sociedades futuras con regímenes políticos que nos lanzan un mensaje: esto no es tan descabellado, podría ocurrir. Seleccionamos libros de distopía política que nos advierten sobre el futuro.

Libros distópicos clásicos

Cuando hablamos de distopías políticas, hay dos títulos que vienen a la mente: el mencionado 1984 y Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Sin embargo, hay otra obra anterior que también nos avanza una sociedad del futuro marcada por un régimen totalitario y brutal. En los años 20, Yevgueni Zamiatin adelantó en Nosotros la tendencia de buscar en el futuro respuestas a problemas del presente. Otros autores recurrieron a la ucronía, ese género hermano, para apuntar lo que podría haber sido si la historia hubiese tomado otro curso. Es el caso de La conjura contra América, de Philip Roth, y El hombre en el Castillo, de Philip K. Dick.

Nosotros

Nosotros

Yevgueni Zamiatin

Tusquets Editores S.A.

Ver ficha

La conjura contra América

La conjura contra América

Philip Roth

Random House

Ver ficha

El hombre en el castillo

El hombre en el castillo

Philip K. Dick

Booket

Ver ficha



Libros distópicos recientes

Las probabilidades de distintos futuros se han ido materializando en la ficción, solo un paso por delante de la realidad. En El muroJohn Lanchester nos advierte del odio y el temor al otro en una novela en la que los muros se alzan como en la Edad Media para no dejar pasar a los invasores. En La corporaciónRob Hart nos habla de un futuro envuelto en un caos de violencia en el que una empresa se alza como el poder que sustituye a los gobiernos. Y en su testamento literario, Todo va a mejorarAlmudena Grandes también se atrevió a tocar terrenos distópicos, en una novela en la que hay partidos políticos que funcionan com empresas, un gran apagón y un grupo de personas que lucha contra las mentiras que se esparcen.

El Muro

El Muro

John Lanchester

Editorial Anagrama

Ver ficha

La corporación

La corporación

Rob Hart

PLAZA & JANES

Ver ficha

Todo va a mejorar

Todo va a mejorar

Almudena Grandes y Almudena Grandes

Maxi-Tusquets

Ver ficha

https://librotea.eldiario.es/estanterias/libros-de-distopia-politica-que-nos-advierten-sobre-el-futuro?_gl=1*1mbpy04*_ga*OTg0NjQxMzQzLjE2ODk1MDQ3MzU.*_ga_4RZPWREGF3*MTcyMTE0NjE4NC40MjEuMS4xNzIxMTQ3MTg2LjYwLjAuMA..

domingo, 21 de julio de 2024

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

729 ES EL CÓDIGO COMERCIAL DE ISRAEL, TODOS LOS CÓDIGOS DE BARRAS DE LOS  PRODUCTOS QUE EXPORTAN EMPIEZAN POR ESE NÚMERO.
LA CAUSA ÚLTIMA DE LAS GUERRAS SIEMPRE ES EL DINERO, NO COMPRES PRODUCTOS DE ISAREL MIENTRAS SEA UN ESTADO GENOCIDA.

5 poemas de Cada vez más tierra, de Teresa Garbí

03 Feb 2024 LAURA DI VERSO

 

El nuevo poemario de Teresa Garbí, Cada vez más tierra, bebe de las mismas fuentes y profundiza en los mismos temas que el anterior: El aire encendido. La autora establece un vínculo con los padres muertos y lo hace desde ese espacio limítrofe que hay entre la vida y la muerte. Un espacio que sólo existe en la poesía.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de Cada vez más tierra (Renacimiento), de Teresa Garbí.

***

[CUÁNTA TIERRA EN EL CANTO…]

Cuánta tierra en el canto de un pájaro:
bosques, selvas, cielos estrellados.
En un solo tono.

Mientras, se derrumba el mundo.

***

[SE HAN DETENIDO LOS DÍAS…]

Se han detenido los días.
Parada forzosa.
Se frenan las imágenes, se aplastan.

Debajo, la infancia, las pobres
horas que vivimos
y no nos salvan.

***

[TRES FLORES HAN BROTADO…]

Tres flores han brotado en una grieta
de mi casa.

Las riego: son mi jardín.

Tres flores perseveran para salvar
al mundo.

***

[TODO ESTÁ EN ORDEN…]

Todo está en orden:
Somos prisioneros
pero canta el ruiseñor
en el jardín
y corre el cervatillo
por la ciudad desierta.

***

[HAS VENIDO PARA VER LOS ÁRBOLES…]

Has venido para ver los árboles, la luz que se filtra
entre las hojas, el agua.

Has venido para escuchar el canto del grillo y de los
pájaros.

Eres testimonio de algo que brilla en la sombra y
nunca ha dicho nada.

—————————————

Autora: Teresa Garbí. Título: Cada vez más tierra. Editorial: Renacimiento. Venta: Todos tus libros.

BIO

Teresa Garbí nace en Zaragoza. Estudia Filología Románica en esa ciudad y cursa estudios de Bellas Artes, en Barcelona. Ha trabajado en el Colegio Universitario de Huesca; en Institutos de enseñanza Media de Lérida y de Valencia; en la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia y en la Biblioteca Valenciana. En 2013 funda Uno y Cero Ediciones. Entre sus obras de creación destacan: Grisalla, 1981; Espacios, 1983; Alas, 1987; Cinco, 1988; La sombra y el pozo, 1993; El pájaro solitario anida tras el muro, 1997; El bosque de serbal, 2001; Desde el silencio, nadie, 2007; Leonardo da Vinci: obstinado rigor, 2009. Ha publicado un ensayo: Mujer y literatura, 1997, y varios libros para aprendizaje de español y para lectura de enseñanza media (Una pequeña historia, 2000; La gata Leocadia y La gata Leocadia en la granja, 2002; El regreso, 2005), y dos ediciones de obras clásicas: El caballero de Olmedo, de Lope de Vega, 2004, y Romancero gitano, de García Lorca, 2011.


https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-cada-vez-mas-tierra-de-teresa-garbi/

TEMAS TERTULIA 26-7-2024

AUTOCRÍTICA

PERDÓN

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


TEXTOS TERTULIA 19-7-2024

FRAGILIDAD

SECRETOS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

FRAGILIDAD

Nunca sabemos lo frágiles que somos hasta que perdemos lo irrecuperable, lo que nada ni nadie nos puede devolver: un ser querido, una ilusión, la esperanza, o la propia vida.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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FRAGILIDAD

No te extrañes si me viste muy pálido.

Tuve que enterrar mis vísceras.
Y congelar mi sangre en tuper de plástico.
Para no sufrir.
Me queda el delirio de tu cuerpo,
que me da la vida
y me quita el hambre.
Mientras tú duermes
mojo mis ojos en un café largo,
para sentir muy despierto,
que en la madrugada
sigues a mi lado respirando.
Después de comernos, en una noche,
todos los ángeles
y todos nuestros demonios.
Que no todo fue un sueño.
Pero, por favor,

hoy dime donde están las llaves
de las esposas...
Tengo que ir a pintar las calles
para ti de soles y rosas.
Tengo que convencer a los unicornios
de que existes.
Y me amas...

JJC – Juan Jiménez Caballero


SECRETOS


Jamás un secreto se silencia eternamente, como todo en la vida los secretos también tienen fecha de caducidad; unas veces caducan porque nos pesan demasiado y para aligerar la carga los compartimos voluntariamente; otras veces porque aparece alguien capaz de sonsacarnos lo que no hubiéramos querido decir en ese momento ni a esa persona; y en algunas ocasiones, las más dañinas desde mi punto de vista y más frecuentes de lo que sería deseable, porque cansados y exhaustos de protegerlos durante toda la vida los gritamos a los cuatro vientos.


Hay quienes mantienen la teoría de que los secretos de familia se traspasan energéticamente de generación en generación hasta que alguno de sus miembros los libera conscientemente; si bien no me atrevo a dar plenamente por buena esta teoría, algo de cierto veo en ella, al menos en lo que a mi familia y a mí se refiere.


Pero este no es el tema que quiero abordar ahora, de lo que quiero hablar es de la manera en la que tratamos la intimidad de los otros que, aunque no sea un secreto propiamente dicho, es parte privada de unas vidas que no son la nuestra y que conocemos no porque nos haya sido compartida, sino porque las circunstancias así lo han dispuesto; me parece interesante observar el respeto o la falta del mismo que manifestamos hacia la intimidad ajena.


Del mismo modo que, aun sin aprobar el robo, puedo entender que alguien sustraiga algo que luego va a utilizar y no me cabe en la cabeza que se quite algo a otro para tirarlo a la basura, mi alma es capaz de dar por humano -no por bueno- el hecho de compartir una confidencia, ya que si uno mismo no la guarda es utópico pretender que un tercero lo haga; pero ir contando por activa y por pasiva cómo es la vida de alguien en su intimidad, cuáles son sus hábitos, sus costumbres y demás detalles que a nadie importan y nada reportan a quien las cuenta, me parece obsceno, además de ser una confesión manifiesta de deslealtad y no tanto de dudosa fiabilidad, como de fiabilidad nula.


Y es que guardar un secreto no es tan solo poner bajo llave tu lengua a la hora de contar aquella infidelidad que te compartieron probablemente en medio de mucha angustia, que también; guardar un secreto es respetar a los demás y no hablar al mundo entero del callo que viste cuando ayudaste a alguien a ponerse los zapatos o de la aspereza de la piel de aquel a quien diste la mano para que siguiera caminando o de la camiseta ajada que llevaba puesta la persona a la que fuiste a visitar cuando estaba con gripe. Quizá el asunto esté en lo que dijo mi tocaya Vicki Baum: «Hay quienes no tiene ningún respeto por los secretos ajenos, porque ellos mismos no guardan los suyos», pero no me lo parece, porque quienes hablan de las vidas de los demás suelen ser herméticos cuando de la suya se trata.

18/julio/2024 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»

SECRETOS

Miras los mundos que, brotando en tu mente al leer, escuchar una memlodía o ver una imagen, pasan a formar parte de ti, como los juegos forman la infancia, como los recuerdos forman la existencia, como cada momento vivido construye nuestra memoria, nuestro propio ser . . . y cada uno de esos instantes son, paradójicamente, tan efímeros como eternos. Ése es el secreto y misterio de la vida.

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SECRETOS

HIJOS DE UN REY

Tendremos la sensación de haber llegado

aunque tantas veces daremos un paso atrás.

El camino permite perderse, caerse, dañarse,

rasgarse las vestiduras por el dolor.

Pero también nos deja levantarnos,

vencer pequeñas batallas,

y ganar la gran batalla sobre nosotros mismos

sacando la ignorancia sobre quienes somos.

Pues creímos ser mendigos y todos somos hijos de un rey.

Un rey que no es de este mundo.


La vida espiritual es difícil y a veces uno tiene la sensación de avanzar y otras veces de retroceder. Por ignorancia, nos vemos a veces como mendigos espirituales, pero en realidad dentro de cada uno de nosotros está presente una parte de la Divinidad.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.


SECRETOS

Concentrarnos

en el poema

es tu forma

es mi techo

el tiempo

el origen

lo justo,

enfunda:

frecuentar la memoria

condecir la verdad

asolear a los nietos.

Juan Disante

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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


Andrés Cabrera, el ‘youtuber’ anarquista: “Si tu vida es una mierda no grites a un árbitro, grita a tu jefe”

El periodista, que dio un giro tras lograr medio millón de seguidores como creador de contenido deportivo, publica su primera novela, ‘Monrovia’, mientras produce una serie de documentales sobre pueblos autogestionados

Muchos graduados en Periodismo tardan años en encontrar, si es que lo hacen, la estabilidad deseable ejerciendo la profesión para la que se han formado. Andrés Cabrera (Madrid, 32 años), poco después de completar los estudios en la Universidad Complutense, buscó su espacio al margen de los medios tradicionales y se convirtió en uno de los precursores del periodismo deportivo online con canales como Campeones Charlas de fútbol, ambos en YouTube, junto a Guillermo González y Juan Arroita. “En tres años era un fenómeno en el mundo hispanohablante, llegamos a medio millón de seguidores. Una locura de la que poder vivir, porque en una situación así muchas marcas te buscan”. Pero Andrés, que rehuye los parámetros de la meritocracia y se apresura a destacar que “vivir de eso es la excepción y habrá gente que lo haga mejor sin tener éxito”, reconoce que no era feliz.

Llegaba a casa y me sentía vacío. Estaba deprimido. Teníamos que producir muchos más vídeos, generar más visualizaciones, no podíamos permitirnos parar”. Con los fines de semana “hipotecados” por el fútbol, el periodista también vio cómo su vida personal se reducía a un círculo de contactos con los que tenía poco en común. “Yo vengo de una familia de clase trabajadora. De repente, entre 2014 y 2016, me va muy bien haciendo mi trabajo como periodista y comunicador y me veo con gente a la que no estoy habituado a tratar, mismamente youtubers con unas conversaciones que no se parecen en nada a las que tengo con mis colegas de toda la vida. Me sentía al margen”, recuerda. “Tampoco teníamos jefes, pero sí reuniones con gente con unos códigos que no me gustaban, muy falsa, que solo quiere sacar dinero de ti y finge que le importas. Se me quedó grabado un episodio: tomar un café con un señor empresario que dejó 10 euros de propina, como muestra de poder absurda, de mira cómo me sobra el dinero”.

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Una breve estancia en un centro social okupado en Atenas, donde llegó a través de amistades, es el punto de no retorno que fija en su proceso de toma de conciencia. “Yo estaba en un momento de mi vida completamente diferente en Madrid, pero amigos míos estaban viviendo algo así en su día a día. No me lo esperaba. Vi cosas que no había visto nunca, estructuras violentas del poder que me hicieron pensar. Empecé a leer ciertos textos, me vi identificado y en 2019 decidí alejarme del periodismo deportivo. Me afilié a CNT y me uní a proyectos como una radio libre, una huerta colectiva o una biblioteca social en Granada”. Ahora, Cabrera ha publicado su primera novela, Monrovia (Distrito 93), donde indirectamente plasma las cuestiones, inseguridades y, también, contradicciones con las que ha convivido en los últimos años

Andrés Cabrera, periodista y escritor, fotografiado en el complejo cultural Matadero en Madrid.Andrés Cabrera, periodista y escritor, fotografiado en el complejo cultural Matadero en Madrid.JACOBO MEDRANO

A la manera de una novela de ideas, Monrovia se basa fundamentalmente en una serie de diálogos entre una joven, Marta, su padre Leo y su amigo Marcos mientras, escondidos en un buque portacontenedores, los tres huyen de su país, donde se ha producido una escalada autoritaria. Varios episodios a modo de flashback profundizan en ese contexto. Para dar universalidad al relato, en el libro no se llega a precisar de qué país se trata. “Monrovia habla mucho de las contradicciones y me siento muy orgulloso, porque es importante saber que una cosa es la concienciación y otra las contradicciones. Marta tiene un discurso muy marcado, pero se siente una traidora con sus amigas y su personalidad cansa a gente que no está en su mismo punto vital. No podemos ser perfectos como personas ni como revolucionarios, lo que hay que buscar son las herramientas colectivas. Dos manos entre 47 millones de habitantes son poca cosa, pero en tu pueblo o tu barrio sí influyen para parar un desahucio, organizarse en una asamblea o en un sindicato”.

Aunque reconoce haber puesto el grueso de su ideario en la protagonista, el escritor ha dispersado inquietudes y vivencias en todos sus personajes. Por ejemplo, en Marcos, un maestro de escuela que dirige un programa de música en una radio local hasta que empieza a recibir amenazas, hay ciertos ecos de su biografía. “Hay un momento en el que estoy haciendo vídeos en YouTube que ven muchísimas personas a la semana y comienzo a dar pildoritas políticas. Eso provoca que reciba algún comentario o correo amenazante. A lo mejor no son muchas personas, pero te pone en alerta, porque no es disparatado que te encuentres en un campo de fútbol al que te ha mandado la amenaza”, explica. “Con el libro busco que sea entendible la postura de Marcos, de saber que el mundo es injusto, no poder afrontarlo, pasar el verano sin salir de casa y tomar la decisión lógica de irse lejos. En determinados momentos de mi vida he estado en la situación de: pienso esto políticamente, pero el mundo me da un cague que flipas, así que mejor no me implico”.

No me gustaban las redacciones de prensa deportivas. En un medio en concreto, no contrataban mujeres porque el jefe decía que nos distraían”

Una de las inspiraciones claras que Andrés reconoce es la de la escritora y columnista Layla Martínez, cuyo ensayo Utopía no es una isla (2020), recorrido histórico por “victorias amargas y fracasos gloriosos” a través de experiencias como las sociedades piratas o el panafricanismo, cita implícitamente en el libro. “A muchas personas les pasa que se imaginan el fin del mundo antes que el fin del capitalismo. Me gustó mucho esa idea de Layla de reclamar y celebrar las victorias, porque si no, no podemos pensar en que se pueda conseguir nada”, reflexiona. “Si solo piensas en las derrotas, acabas paralizado y bajando los brazos. Tendemos a pensar que las utopías son inalcanzables, pero ya vivimos en una, la de los capitalistas. Ellos se plantearon un mundo donde nadie tocara sus órganos de poder ni sus propiedades privadas y lo consiguieron hacer realidad”.

Por la senda de Labordeta

Descubrir cómo los cambios son posibles y hay organizaciones sociales exitosas al margen del capitalismo es, precisamente, el propósito de Una utopía en la mochila, serie de documentales divulgativos que Andrés Cabrera inició en 2023. De momento, consta de dos episodios largos (más de 90 minutos cada uno), el primero sobre un pueblo oscense autogestionado –que no identifica para evitar visitas inesperadas o una represión como la que sufrió Sasé, también en la provincia de Huesca, en los noventa– y el segundo sobre Almócita (Almería), que sigue un modelo de democracia participativa, con una moneda social o una cooperativa energética. Aunque su narrativa está orientada al formato podcast, los capítulos cuentan con soporte en YouTube, sin apenas mostrar rostros, para que el espectador vea con sus ojos el funcionamiento y materialización de esos proyectos colectivos. Desde el título, alusión directa al programa de TVE Un país en la mochila (1995-2000), hasta en sus canciones de apertura y cierre (respectivamente, Somos Canto a la libertad), Cabrera hace explícita su deuda con el cantautor, escritor, político y profesor aragonés José Antonio Labordeta.

Andrés Cabrera, periodista y escritor, fotografiado en el complejo cultural Matadero en Madrid.Andrés Cabrera, periodista y escritor, fotografiado en el complejo cultural Matadero en Madrid.JACOBO MEDRANO

Labordeta era un gran comunicador y, como persona políticamente influyente, me resulta muy interesante. En Un país en la mochila dejaba mensajes de gran calado, sin decirte qué hacer, solo mostrando otras formas de vida y, por supuesto, posicionándose ante las injusticias”. Cabrera no duda en calificar de “minoritario” el alcance de su serie, en comparación con la época en la que comentaba, analizaba e informaba sobre fútbol. Pero no le importa. “Al venir del periodismo deportivo, tenía una amalgama bestial de seguidores y algunos no iban a tolerar nada, como la cantinela de no mezclar fútbol y política. Yo continúe por esa línea y ahí fui filtrando. Hubo muchos que me dejaron de seguir y otros que, siguiéndome desde hace diez años por el fútbol, se quedaron viendo lo que hago, porque les gusta, lo entienden o les interesa. Son los menos, claramente, la mayoría se ha ido. Pero ahora cuando me posiciono con algo como las 6 de La Suiza no recibo críticas ni odio, porque la gente que me sigue espera ese contenido y sabe quién soy. Me siento más a gusto. Tomé una buena decisión”.

Andrés sí mantiene una pequeña parcela profesional dedicada al deporte, el podcast Koppola. “Empezamos en 2018, cuando yo tenía ya algunas certezas sobre hacia dónde quería llevar mi vida, y es un espacio más irreverente, con amigos de la carrera para poder decir lo que quisiera e incluso criticar cosas del periodismo deportivo que en otros ámbitos no podría decir”, explica. También aclara que, aunque haya tomado distancia, no comparte “la visión elitista de quien dice que el fútbol es el opio del pueblo o que todos los que siguen el fútbol son becerros”. “En la vida tiene que haber lugar para el ocio, y si ese es tu ocio, perfecto. Pero hay que verlo como lo que es. Yo he llorado por el fútbol, de alegría y de tristeza. ¿En qué momento esto ha podido canalizar otras frustraciones? Que tu vida sea una mierda de lunes a viernes no justifica que el sábado grites a un árbitro. A lo mejor a quien tienes que gritar es a tu jefe”.

Profesionalmente admite guardar algunos malos recuerdos, como “la deshumanización” sufrida siendo becario o el machismo de una parte del sector: “No me gustaban las redacciones de prensa deportivas. En un medio en concreto, no contrataban mujeres porque el jefe decía que nos distraían”. Sin embargo, su afición al fútbol y dedicación le ayudaron a desarrollar otras inquietudes. “A mí siempre me ha interesado el fútbol como fenómeno sociológico, a través de la historia se pueden comprender muchas cosas del fútbol y al revés también. Por ejemplo, la guerra de los Balcanes y los grupos ultra de la antigua Yugoslavia”. En 2020, estrenó ¡Menuda historia!, un podcast donde pudo dar salida a las lecturas y documentación sobre historia del mundo que llevaba tiempo cultivando.

Me resultó gratificante que mucha gente reconociese mi trabajo, de venir del periodismo deportivo, hacer otro proyecto y que también les molase. Me pegué bastantes palizas para leer, pero eso está bien, yo creo que hay que seguir aprendiendo hasta con 80 años. Cuando dejas de aprender, te empiezas a aburrir”. Andrés, desde luego, no se aburre. Cuenta que viene de pasar varios meses en un pueblo autogestionado, habla de la emoción que sintió al comer tomates sembrados por él y de cómo liberarse del “miedo al error” propio de la empresa privada, “por las pérdidas o las reprimendas que pueda suponer”, le ayudó a asimilar con ganas el funcionamiento de la biblioteca social en la que militó en Granada. Aprender con la libertad de “no mirar el mundo de forma capitalista”, subraya, sin orientarse por el beneficio económico propio. Y luego, por supuesto, divulgar lo aprendido.

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