domingo, 7 de enero de 2024

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

Cinco poemas de Aldous Huxley, el novelista que preescribió el presente en 'Un mundo feliz'

Se cumplen 60 años de la muerte del autor británico, el mismo día que asesinaron al presidente de Estados Unidos John F. Kennedy

Mario de las HerasMario de las Heras

Madrid 22/11/2023 

Apenas unos meses después de publicar Un mundo feliz, su novela más famosa, Aldous Huxley afirmó que muchas de las imaginadas truculencias de su obra se estaban convirtiendo en «penosas realidades» con una rapidez que no había podido soñar. Si al autor británico le dio miedo comprobar como su ilusión se hacía realidad en su presente, es posible que de algún modo, antes de morir, pensara que había escrito una distópica premonición, pero premonición al fin y al cabo.

Huxley escribió su primera novela en 1920, después de haber escrito previamente cuatro libros de poesía y de trabajar en distintas revista como crítico y ensayista. Se hizo amigo de D.H. Lawrence al mismo tiempo que se inició en la prosa a través de los primeros relatos. Aquella novela, Los escándalos de Crome, abundó en el personaje del autor como satírico notable de su sociedad. Viajero incansable, recorrió el mundo entero, incluida España, durante toda la década.

Quizá el conocimiento de tantas sociedades le empujó a escribir Un mundo feliz en 1932, la desesperanzada novela donde, en una sociedad ordenada por castas, no existen penalidades reconocibles y aparentemente todos son felices gracias a la tecnología y a una sexualidad libre, pero sin familia, sin religión o sin amor. La sátira huxleyana del presente que se le escapó de la imaginación para prefigurarse en el futuro: el pensamiento único, lo «woke», el adoctrinamiento, el consumismo...

Aldous Huxley es conocido universalmente por Un mundo feliz, pero su obra y su vida alcanzaron mucho más lejos, hasta Hollywood donde vivió para siempre y escribió guiones para el cine y se hizo amigo de los grandes actores y directores de la época como Chaplin o Cukor. Escribió teatro y llegó a convertirse en personaje televisivo recurrente. Muerta su esposa, después de años de viajes para despedirse del mundo, siguió adelante tras el duelo y fue a morir el mismo día que asesinaron a Kennedy, tan lejos ya de sus poemas de juventud:


CINCO POEMAS DE ALDOUS HUXLEY:

  • CARPE NOCTEM

    No hay futuro, no hay más pasado,
    ni raíces ni frutos, flores pasajeras solo.
    Túmbate tranquila, túmbate tranquila y la noche perdurará,
    silenciosa y oscura, no por un espacio de horas,
    sino eternamente. Déjame olvidar
    todo menos tu perfume, todas las noches menos esta,
    la pena, el infructuoso llanto, el pesar.
    Solo túmbate tranquila: este lánguido y suave embeleso
    florecerá al borde del sueño y se esparcirá,
    hasta que no haya nada más que tú y yo
    abrazados en un silencio intemporal. Mas como
    el que, condenado a morir, por la mañana estará muerto,
    yo sé, aunque la noche parezca eterna, que el cielo
    ha de iluminarse pronto antes del sol del mañana.

  • EL ESPEJO

    A cámara lenta, la luz de la luna una vez atravesó
    el soñador espejo,
    donde, hincados, inviolablemente hondos,
    viejos secretos no olvidados albergan
    inolvidables maravillas.
    Pero ahora polvorientas telarañas se entrelazan
    por el espejo, el que antaño
    viera los dedos que retiraban el oro
    de una despreocupada frente;
    y las profundidades son cegadas a la luna,
    y olvidados sus secretos, nunca dichos.

  • LAS PUERTAS DEL TEMPLO

    Numerosas son las puertas del espíritu que llevan
    al más íntimo santuario:
    y considero las puertas del templo divinas,
    pues el dios del lugar es Dios mismo.
    Y estas son las puertas que Dios dispuso
    que a su casa llevaran: vino y besos,
    fríos abismos del pensamiento, juventud sin tregua,
    y tranquila senectud, plegaria y deseo,
    el pecho del amante y de la madre,
    el fuego del juicio y el fuego del poeta.

    Pero él que venera en soledad esas puertas,
    olvidándose del santuario de más allá, verá
    de pronto abrirse los cierres,
    revelando, no el trono radiante de Dios,
    sino los fuegos de la ira y del dolor.

  • MAGNÁNIMOS ROMANOS

    Columnas y fuentes eternas,
    chorros de escarcha y viva espuma,
    desde las siete montañas dejémoslas saltar,
    Las siete colinas de Roma.

    Por resonantes arcos y bóvedas flanqueadas,
    dejemos las calles marchar triunfales;
    mandemos a los acueductos marchar
    por la llanura de abajo infatigables.

    Elevados como columnas hacia el aire azul,
    dejemos a los Césares de mármol estar;
    dejemos a los dioses, que en vida eran
    romanos, una mano dorada levantar.

    Muchos, pero cada uno solo, una multitud,
    aunque de romanos, atestan sus sepulcros;
    ellos mismos divinos fieles,
    dioses ante dioses suntuosamente inclinados;

    los romanos se inclinaban ante figuras que ellos,
    escultores de la mente, liberaban;
    suplicando poder ser
    iguales que aquellos a quienes oran.

  • ALMERÍA

    Los vientos aquí no tienen insignias en movimiento, pero recorren
    una vacía oscuridad, una destemplada luz;
    ramas que no se doblan, nunca una flor torturada
    se estremece, raíces agotadas, a punto de volar;
    alado futuro, marchito pasado, ni semillas ni hojas
    dan fe de esos veloces pies invisibles: corren
    libres por una tierra desnuda, cuyo pecho recibe
    todo el fiero ardor de un sol desnudo.
    Tú tienes la Luz por amante. ¡Tierra afortunada!
    Que concibe el fruto de su divino deseo.
    Mas el seco polvo es todo lo que ella da a luz,
    esa hija de arcilla creada por el perpetuo fuego celestial.
    Por lo tanto venid, suave lluvia y delicadas nubes, y calmad
    este amor radiante que tiene la fuerza del odio.


  • https://www.eldebate.com/cultura/20231122/cinco-poemas-aldous-huxley-novelista-preescribio-presente-mundo-feliz_155362.html


TEMAS TERTULIA 12-1-2024

DEFECTOS

NUEVO Y VIEJO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

TEXTOS TERTULIA 5-1-2024

DUDAS

PUEBLOS Y CULTURAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

DUDAS

Cuando no tengo dudas con respecto a algo, automáticamente siento que me estoy confundiendo. Y es que las dudas me dan la posibilidad de cotejar, mirar, ver, estudiar, comprender, reinterpretar hechos y, sobre todo, ampliar el horizonte de mi conocimiento; cuando ellas se ausentan tengo la casi certeza de que es el temor a no estar en lo cierto lo que maneja y compone mi criterio.


No me resulta fácil llegar a una conclusión, para ello mi cerebro tiene que moverse entre miles de dudas y sufrir encarnizadas batallas entre la memoria atávica, la familiar y la propia; es la conciencia de que esas dudas nunca se van a ir, aunque a veces duerman, lo que me ayuda a exponer ideas en lugar de imponerlas, a ofrecer posibilidades en vez de sentar cátedra y a escuchar otras opciones sin cerrar los oídos a ideas distintas.


Existe, eso sí, un instinto primario, supongo que proviniente de mi cerebro reptiliano, que me indica no la verdad absoluta, ya que esta no existe, pero sí mi verdad; una especie de voz interior que me tranquiliza el ánimo y consigue que cuerpo, mente y espíritu lleguen a un acuerdo poniendo todo mi ser en equilibrio; es un impagable instante, un misterioso tiempo sin tiempo, en el que siento que soy exactamente como debo ser y que estoy donde ineludiblemente debo estar.


04/enero/2024 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»

DUDAS

Dudan las facultades de sus dueños
Dudan las capacidades de sus contenedores
Dudan los talentos de no terminar en el banco
Dudan los dones de no volver a ser Juanes

A favor de todo pronóstico, las tarjetas vocearon
Cánticos de Zeus, súplicas de lavatorio
La torpeza mora en el parque
Haciendo cola en la entrada del sanatorio

Siempre hablamos de abismos, no podemos evitarlo
Somos el felpudo de las lechugas
No le importaba su opinión a mi dictador
Paciencia, punto y aparte
Paciente, punto y final

Sara V.T.

https://iderinaweb.wordpress.com

DUDAS

Milagro de piel, sangre y sueños.

Un mono desnudo con determinación de existir en la duda.

Nos persigue la esperanza de andar erguidos.

Dos ojos rasgados de vida .

Dos ojos abiertos a un espacio tan inmenso que nos duele.

El aullido en un orgasmo que llegó hasta la luna.

Un escarbar en el barro con las manos,

para desenterrar nuestros deseos y nuestros huesos.

Resistir en tierra de amor. En tierra de nadie.

Somos agua. Una promesa de tierra en el gran océano.

Seres mágicos que sonríen, lloran y cantan.

Una respiración de fuego que nos incendia el pecho.

Metáfora. Una descarga eléctrica abriendo la flor 

de cada pensamiento en nuestra cabeza.

Un embrión de hombre pájaro en el vientre eterno.

Preguntas lanzadas a la cara del aire.

Un estómago que digiere como puede la existencia.

Somos niños que no se acostumbran a dormir sin un beso.

jjcMarcelo

DUDAS

LA CIENCIA DE LOS INTERVALOS

Hay un intervalo entre dos pensamientos

donde habitan la quietud y el silencio

y donde todo es posible.

Cada vez que mi mente descansa en ese lugar,

me siento liberada del dolor de vivir,

pues no hay nada peor que vivir pensando.


La práctica del yoga enseña que entre un pensamiento y otro hay un espacio de silencio que tenemos que cultivar. De hecho, en el silencio es donde se puede escuchar a la Divinidad.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.

PUEBLOS Y CULTURAS

Tuve ocasión de visitar Moscú durante el período que se dio en llamar soviético, y allí pude experimentar distintas sensaciones, pero nunca se incluyó entre ellas la de estar viviendo en un pueblo con un sentido socialista o comunista de su vida social, más bien al contrario, era patente un radical individualismo entre cada uno de sus ciudadanos.

En los viajes que hasta hoy he realizado, que han incluido cuatro de los cinco continentes, sólo he conocido un pueblo que pueda ser considerado, de una forma innata, comunista: el pueblo japonés.

Ellos mismo no lo admiten de buen grado, pero de una forma natural y espontánea saben organizarse en grupos de trabajo y su vida social gira en torno a la idea de que el grupo y el bien común han de prevalecer siempre sobre el individuo. De hecho su tipo de capitalismo, de origen claramente estatal, es otra de tantas pruebas de cuanto afirmo.

Existen en varias ciudades japonesas comunidades de vecinos consideradas paradigmáticas por cuantos se interesan por el movimiento comunal en el mundo.

En alguna ocasión he dejado volar la imaginación histórica e intentado visualizar como se hubiera desarrollado la historia contemporánea de haber decidido Stalin invadir Japón en lugar de Europa Oriental al termino de la Segunda Guerra Mundial.

No me cabe duda de que Japón se hubiera desarrollado de una forma muy similar, aunque hacia una sociedad menos consumista sin duda, pero si los rusos hubieran tenido el buen tacto de respetar su cultura y aprender de ellos, muy posiblemente aún hoy contarían con un imperio estable. El mayor impedimento para haber dado ese paso fue posiblemente ese orgulloso nacionalismo ruso que tantas desgracias le ha acarreado a un pueblo a menudo entre dos extremos a la vez que anclado entre dos continentes.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Viktor Frankl y lo efímero de la existencia

El psicólogo Viktor Frankl pasó por un campo de concentración nazi y se hizo mundialmente conocido a través de su libro «El hombre en busca de sentido» y por fundar la corriente de la logoterapia. Se ha publicado una conferencia dictada antes de su muerte bajo el título «Asumir lo efímero de la existencia», un libro en el que el autor nos introduce en el problema filosófico de la muerte y en las implicaciones que ese problema tiene en nuestras vidas.


Pocos caminan hoy a altura de la experiencia —en el sentido profundo que ello significa—. 
Nadie se toma muy en serio el peso de las palabras porque su significado ha sido vaciado de la narrativa individual y colectiva que las mantenía hinchadas de sentido.

Asumir lo efímero de la existencia, de Viktor Frankl (Herder). Asumir lo efímero de la existencia, de Viktor Frankl (Herder).

Por ello, muchos parecen vivir sin acumular experiencia, porque la experiencia implica poner la propia consciencia hacia lo que está fuera. Pero hacerlo no es solo un ejercicio de percepción o de representación de lo externo, sino un compromiso con el ex-terior. De hecho, la raíz de la palabra «experiencia» está en el arrojo de intentar, arriesgar o probar (per) por parte del agente (entia), o sea, del hombre o la mujer que tiene la voluntad de aventurarse a seguir viviendo —a pesar de los riesgos de la enfermedad, soledad, incertidumbre y sufrimiento que todo curso vital trae consigo—.

Como dictó Viktor Frankl en una de sus conferencias de madurez (Asumir lo efímero de la existencia, publicada por Herder Editorial en 2022), «paradójica e irónicamente, sin embargo, la persona que ha encontrado un sentido no solo es feliz, sino que al mismo tiempo tiene una extraordinaria capacidad de sufrimiento».

Pensándolo como un imperativo existencial, «tener experiencia» significa afirmar la vida con amor fati (como diría Nietzsche). Esto quiere decir que, ante una fatalidad que vacíe de significado nuestra existencia, el reto consistiría en volver a encontrarle el sentido por medio de un ejercicio de resiliencia, suturando con un nuevo sentido las heridas del pasado.

Escribe Frankl que incluso en una «coyuntura de un destino ineludiblemente trágico es posible encontrar sentido, atestiguando así la capacidad que el ser humano tiene de transformar una tragedia personal en un triunfo, de crear un logro de un sufrimiento». Así, el construir experiencias con «sentido» significa rebelarnos ante el carácter efímero de lo cotidiano.

De este modo, Frankl cree que, si no existiera la muerte, si la naturaleza de finitud no acechara los límites de nuestra consciencia, quizá nos veríamos encerrados en la cárcel de la repetición y del hastío. Nos veríamos atrapados en un presente eterno en el cual podríamos tanto tomar decisiones y acciones rápidas como también aplazarlas eternamente porque sería lo mismo actuar dentro de unos días o unos años.

Construir experiencias con «sentido» significa rebelarnos ante el carácter efímero de lo cotidiano

El tiempo, la existencia

En este presente eterno, nuestros planes perderían el sentido de «ser planes», ya que la idea de «proyecto» está ligada a la consideración del futuro, pero de un futuro limitado, un futuro ante el cual se tiene que tomar acción desde el presente. Y es que la palabra proyecto tiene su raíz en el latín proiectus, que nace del verbo proicere. Etimológicamente, tener un proyecto significa ir hacia delante (pro-) lanzándose desde el presente (-iacere), es decir, lanzarse al futuro desde este instante en el cual asumimos un compromiso con lo que viene.

Solo podremos colorear con intensidad un mayor sentido a nuestros días así: considerando que tenemos un tiempo de vida concreto, un tiempo que termina, uno a partir del cual podemos —o no— moldear nuestra existencia de la mejor manera. Escribe Frankl al respecto:

«Únicamente ante la muerte, solamente bajo la presión de la finitud temporal de la existencia humana, puede tener sentido actuar. Y no solo actuar, sino también vivir. Y no solo vivir, sino también amar y también cualquier cosa que se nos imponga soportar y sufrir valerosamente».

Pero, como dije al inicio, muy pocos caminan a la altura de lo que significa consagrar la vida a experiencias profundas. Pocos sienten la vocación de merecer una existencia iluminada por un sentido sustancial (y mucho menos en un siglo en el cual la inmediatez y el nihilismo marcan el destino de la humanidad). Pareciera que ya no hay tiempo suficiente para detenerse en sentimentalismos, pero sí para cuantificar los afectos o para usar y desechar rápidamente objetos, relaciones y personas sin el menor reparo de haberse vinculado a ellos más allá del sinsentido.

Saborear las mieles de la experiencia exige —tal como conseguir el hechizante sabor y aroma de un buen vino— tomarse muy en serio el tiempo, demorarse en el empeño de florecer, comprometerse con extraer del tiempo el mejor sentido. Frankl pensó también en ello a partir de una hipótesis radical, pensó en una máxima que nos pusiera al límite, que nos hiciera virar el timón de nuestras vidas hacia una narrativa más consciente, más reflexiva de lo que estamos haciendo. A salir del automatismo existencial y de la falta de ética y responsabilidad, con la cual transitamos nuestros días, para así explotar el mayor o mejor sentido posible en cada situación:

«Vive como si vivieras por segunda vez y como si la primera vez lo hubieras hecho tan mal como estás a punto de hacerlo ahora […] ¿Qué formidable y potente llamamiento supone esto, exhortar a que nos esmeremos por sacar de la situación que sea el mejor sentido posible, a que intentemos hacer realidad la posibilidad de sentido desde el espíritu de la responsabilidad? Y eso quiere decir, entre otras cosas, dar un volantazo incluso en el último momento en vista del peligro de hacer algo tan mal que un día podríamos lamentar… pero no enmendar nunca».

Pareciera que ya no hay tiempo suficiente para detenerse en sentimentalismos, pero sí para cuantificar los afectos o para usar y desechar rápidamente objetos, relaciones y personas sin el menor reparo de haberse vinculado a ellos más allá del sinsentido

Sin embargo, como en el siglo de Frankl, hoy, a pesar de la amenaza de la finitud, nos hemos degradado a vivir al día, a un hedonismo facilón impuesto por la banalidad de la inmediatez, por el consumo de objetos, de cientos de mensajes, imágenes y estímulos que bombardean y agotan nuestra consciencia. Estamos construyendo una patria en la in-ex-periencia, en la privación de adquirir pericia, de probar o arriesgarse con lo ex-terno, con eso que sí implica un verdadero reto y no es una meta inmediata: la de salirse del propio yo, volarle los sesos al narcisismo para comprometerse con lo otro, con los otros.

Yo sigo creyendo que se le puede arrancar un profundo sentido a la acción de amar, pero no solo en el ejercicio individual de amar lo que hacemos, o de amar la vocación con la que trazamos una carrera profesional exitosa, sino también en esa experiencia desinteresada de fusionarse con el otro, o con los otros a quienes amamos; esto significa, como escribiría Frankl, «vivenciando algo o vivenciando a alguien. Y vivenciar a alguien en esa condición única e irrepetible significa amar a esa persona»

https://filco.es/viktor-frankl-efimero-existencia/

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