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TEMAS
TERTULIA 17-4-2020
LA
SOMBRA DE LA DUDA
CUARENTENA
– IV
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
"El
único valor que importa es aquel que te lleva de un momento al
siguiente"
(Mignon
Mclaughlin)
"Residencia
en la web o poética de un Neruda hipermoderno", de José
Agustín Solórzano (México, 1987)
sucede
que me
canso de ser hombre
yo también
sucede que
de alguna manera no quepo
en 140 letras y silencios
en el mundo dactilar
en las manos que amasan el espejo
yo también recorro Oxxos y jardines
y me sumerjo en el Facebook y en los parques
sucede que este narciso
fuma delicados con filtro
y se bebe un café en Starbucks
ya nadie, casi nadie
cuelga ropa bajo el sol
el sol es un pescado encerrado en las secadoras
sucede que los cines ya son más reales que nosotros
que el olor de los McDonalds me hace llorar a gritos
yo también me canso de blandir la frente
sucede que mi camisa ya no llora
que no he aprendido a arar la tierra
sucede que el comunismo es una estafa
que el neoliberalismo no libera
yo paseo con calma
con mi laptop como un pan al hombro
paseo con sed, con furia, con cuatro ojos
sin un rincón donde conectar mi alma
no hay dios inalámbrico ni ascensores
ni enlace directo al cementerio
no hay paraguas para mojar la lluvia
yo también quiero un descanso de piedra
pero aquí ya sembraron cables en las piedras
por eso el día lunes arde como luz eléctrica
y
yo también me canso de ser hombre
por eso le doy refresh a mi ventana
y esc
y nada.
José Agustín Solórzano en Ejercicios para los que ejercen la pereza, incluido en Astronave. Panorámica de poesía mexicana (1985-1993) (Ediciones de Punto de partida, México, 2013, comp. de Gerardo Grande y Manuel de J. Jiménez).
Otros poemas de José Agustín Solórzano
Poema circense
yo también
sucede que
de alguna manera no quepo
en 140 letras y silencios
en el mundo dactilar
en las manos que amasan el espejo
yo también recorro Oxxos y jardines
y me sumerjo en el Facebook y en los parques
sucede que este narciso
fuma delicados con filtro
y se bebe un café en Starbucks
ya nadie, casi nadie
cuelga ropa bajo el sol
el sol es un pescado encerrado en las secadoras
sucede que los cines ya son más reales que nosotros
que el olor de los McDonalds me hace llorar a gritos
yo también me canso de blandir la frente
sucede que mi camisa ya no llora
que no he aprendido a arar la tierra
sucede que el comunismo es una estafa
que el neoliberalismo no libera
yo paseo con calma
con mi laptop como un pan al hombro
paseo con sed, con furia, con cuatro ojos
sin un rincón donde conectar mi alma
no hay dios inalámbrico ni ascensores
ni enlace directo al cementerio
no hay paraguas para mojar la lluvia
yo también quiero un descanso de piedra
pero aquí ya sembraron cables en las piedras
por eso el día lunes arde como luz eléctrica
y
yo también me canso de ser hombre
por eso le doy refresh a mi ventana
y esc
y nada.
José Agustín Solórzano en Ejercicios para los que ejercen la pereza, incluido en Astronave. Panorámica de poesía mexicana (1985-1993) (Ediciones de Punto de partida, México, 2013, comp. de Gerardo Grande y Manuel de J. Jiménez).
Otros poemas de José Agustín Solórzano
Poema circense
"Si
de verdad amas a alguien, déjalo libre."
(Proverbio
Chino)
TEXTOS
TERTULIA 10-4-2020
RAZONES
EXTRAÑAS
CUARENTENA
– III
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
RAZONES
EXTRAÑAS
Una
puesta de sol me es suficiente para justificar un horizonte. Alcanzo
el cielo desde mi ventana y el susurro de un canto me acompaña. El
sexo de los ángeles no importa para comprar amor en las rebajas Hay
peces de ciudad que en su ceguera patinan en el hielo azul del alma.
La vanidad es de plástico, ni en mil años se extingue. Lo saben los
que habitan el fondo de los mares.
HAYDÉE
ACOSTA (Nerja)
RAZONES
EXTRAÑAS
EN
EL SILENCIO...
En
el silencio de mis pensamientos, guardaré el tono seductor de tu
risa, la facción desmedida de tu bella sonrisa adornada por hoyuelos
en tus mejillas de ensueño, en el baúl de mis más preciados
recuerdos.
Y
regaré de sonrisas discretas y disimuladas las mañanas, cuando vea
tu rostro dibujado en mi café cada vez que me disponga a beber en
cada amanecer.
Haré
con mis más bellas frases, las mejores letras que en la distancia te
abracen y en las que la nostalgia se arrodille ante las cartas que la
luna se negará a traer porque las llevará a otro querer.
Y
ahogaré en el insomnio de mis deseos los recuerdos de aquellas
noches insuficientes para amarnos y me torturarán ahora las muchas
noches que a tu lado ya no compartiré.
Conforme
me hunda más en la desdicha de tu ausencia y en el recuerdo de este
amor que tortura, más motivos tendré para no disponerme a volverte
a soñar otra vez.
Debo
finngir ante el resto del mundo que aún sin tu presencia puedo
seguir de pie, aunque tenga que esconderme para llorar otra vez,
morderme
los labios aún con la esperanza de que te volveré a ver.
Aunque
tristemente la verdad sea, que ya jamás la misma persona volveré a
ser.
Con
el corazon en mil pedazos y en silencio de mi inapagable memoria, en
el rincón más obscuro de mi cuarto le pediré al cielo que haga que
te olvide, para arrancarme este dolor que llevo dentro, para dejarte
ir en paz antes de que pierda la cordura y me envuelva de nuevo tu
dulzura.
EN
EL SILENCIO DE MIS RECUERDOS...
María
Martín
RAZONES
EXTRAÑAS
“Todos
los seres humanos somos parte de un mismo cuerpo. Cuando la vida
afecta a un miembro, el resto del cuerpo sufre por igual. Si no te
afecta el dolor de los demás, es que no mereces llamarte humano”.
(Saadi)
Nunca
me he avergonzado de ser español, ni siquiera con aquellos
dieciséis años, viajando por Europa con un billete de Interrail y
un macuto, al pasar la frontera inglesa, con sus clases sociales,
cuando nosotros teníamos que pasar por la puerta de los ciudadanos
de segunda.
En
realidad, un par de años después de terminar la dictadura, hay que
reconocer que lo éramos comparados con el resto de Europa, pero era
paradójico que el desprecio viniera de un inglés, cuando su
idolatrado Churchill fue, hoy lo sabemos con pruebas irrefutables, el
responsable de que España no fuera liberada del fascismo como el
resto del continente al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Pero
hace unos días, escuchando el discurso del líder de la oposición de
Portugal en su parlamento y viendo luego la actitud del mismo líder
español, reconozco que no he podido evitar sentir vergüenza propia
y ajena.
Cualquier
líder o representante de cualquier ideología que aproveche esta
situación trágica que estamos viviendo para obtener rédito
político es, por utilizar un eufemismo, un miserable.
Saben
que siempre van a tener ciudadanos ingenuos, desinformados y
manipulados que les sigan, pero su falta total de ética y escrúpulos
es imperdonable en la situación actual.
Observemos
un detalle que nos puede indicar claramente hasta que punto puede
llegar la manipulación y el descaro de estos individuos: En todas
las intervenciones de Casado y Abascal (me niego a llamar señores a
estos individuos) no hay ni una sola propuesta concreta, ni una, es
como si alguien se planta delante de usted y le dice: "Está
haciendo muy mal su trabajo", y lo repite insistentemente pero
sin dar ninguna explicación, cuando usted le pregunta sobre el
porqué, calla y sigue repitiendo la misma frase crítica, nada más.
Esto
nos lleva inevitablemente a dos conclusiones: que nunca lo harían
mejor, sólo hay que ver como la han hecho y todavía lo hacen donde
gobiernan, o que saben como hacerlo mejor pero callan mientras siguen
muriendo personas cada día. En ese caso, a miserables habría que
añadir otro adjetivo: asesinos.
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES - www.arteslibres.net
CUARENTENA
– III
No
me tocó vivir la época de las cartillas de racionamiento, nací a
finales de los 50; mis primeros recuerdos pertenecen a una década a
veinte años vista del final de la guerra civil; el hambre ya no
hacía estragos, mi padre y mi madre salían a cenar los sábados,
íbamos al cine algún jueves porque ese día no había colegio por
la tarde y en casa había turrón y mazapán por diciembre.
Los
mayores insistían en narrar en bucle las historias del hambre que
habían pasado en los años posteriores a la contienda, más, decían,
que en los tres años que duró; a veces lo contaban para conseguir
que no nos dejáramos nada de comida en el plato o que no tiráramos
el pan de la merienda para disfrutar solo el embutido; otras por el
simple gusto de enfangarse en recuerdos insanos, esa rara tendencia
del ser humano a remover las heces. Recuerdo bien que las mujeres
vivían sostenidas por el Optalidón
(hasta 6 al día he
visto tomar), droga que se vendía en la farmacia sin necesidad de
receta; los hombres eran más de vino y de coñac o sol
y sombra, algunos se
desayunaban esta emulsión a palo seco sin pensárselo dos veces;
supongo que serían dos formas de embalsamar tanto dolor y tanta
muerte.
Luego
vino la televisión y las pastillas dejaron de ser imprescindibles, y
el coche utilitario sustituyó a los desayunos fuertes, y ya no hacía
falta comerse el pan de la merienda, y se podía ir al cine o a cenar
cualquier día de la semana, y dejaron de existir los zapatos de los
domingos, y los turrones ni siquiera nos apetecían, y las cartillas
de racionamiento se fugaron de la memoria, y vi como los que habían
pasado hambre consumían sin medida y los que un día vistieron
harapos reivindicaban, al cabo de los años, ropa y zapatos de marca.
Creo
que sería conveniente no tener excesiva esperanza en los futuros
posibles cambios que esta pandemia pueda provocar en los seres
humanos, seguramente cambiarán algunas relaciones ya que el
confinamiento nos arrastra a desnudar el alma y dejar a la vista esa
parte de nosotros que ayer podíamos adornar con la herramienta de la
sociabilización; seguro que cuando podamos salir identificaremos la
cara del vecino que nos trajo el aceite evitando que tuviéramos que
ir al súper y que sonreiremos a quien nos encontremos por la calle
el día que no tengamos que llevar mascarilla y que abrazaremos con
ganas y sinceridad y que, quizás por inercia, consumiremos de manera
más racional.
Pero
solo ocurrirá hasta que la memoria se canse de recordar y permita
que el confinamiento se escape de ella y entonces todo quedará
reducido a una especie de película ajena a nosotros; y volveremos a
ponernos los disfraces de salir al mundo, y echaremos mano del
maquillaje vano durante este tiempo, y decoraremos con prisa y sin
pausa el cuerpo y el alma, y volveremos a representar, nuevamente y
con más ímpetu que nunca esta vez, nuestra añeja y marrullera
existencia.
Ya
lo hemos visto otras veces: en la vida, la única constante es el
cambio.
08/abril/2020
– Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»
CUARENTENA
– III
Dejar
la mirada perdida. A lo lejos, el cielo y las montañas. Dejar libre
el pensamiento, mejor aún, la mente en blanco, alcanzar el vacío de
la meditación, descansar, transmutar lo oscuro por lo claro, lo
denso por lo sutil, lo inútil por lo suficiente; caber el universo
en uno y no necesitar nada. He abandonado la otra realidad y me he
venido a esta otra tan real y tanto más maravillosa. Siento el lujo
de contemplar como un cuadro viviente ese paisaje que acontece ante
mis ojos. A veces la lluvia, otras el viento, unos días nublados, de
tanto en tanto un atisbo de sol, cielos planos, nubes animadas, noche
oscura, reflejos lunares. Es el cuadro de la vida en armonía, la
quietud en el movimiento del aire y de la luz, el silencio en el
ruido tenue de algún aleteo, de un oleaje lejano. Abandonar el
ajetreo delirante de las horas por esta paz momentánea, es ser fiel
a la vida.
HAYDÉE
ACOSTA (Nerja)
CUARENTENA
– III
Todo
cambia, el tiempo cambia las cosas, es cierto, y a las personas
también? Eso lo dirá el propio tiempo…
Hay
momentos en la vida en que se pierde la medida de ese tiempo, de
pronto un día sin más, quedas confinada en casa, y oyes la palabra
“cuarentena” y se te eriza el pelo, ¡cuarenta días, sin poder
salir a la calle, que barbaridad!, y piensas, nooo, esto en unos
diez días se termina, y de pronto pasan los días y tras tres
semanas te dicen que se alarga otras tres más, y ahora si comienzas
a creer que lo de la cuarentena es cierto, ahora comienzas a
percibir que no es una broma, que algo serio está sucediendo, y
sientes como que el tiempo se está parando, pero no nos equivoquemos
la vida no se detiene por esto, la vida sigue su curso….nosotros
somos una parte más , no somos el todo..
Y
el tiempo sigue sin medida, y cambia las cosas, pero al ser humano
le cuestan los cambios, salir de su monotonía diaria le asusta (aún
siendo su hogar el lugar de reclusión) no entraba en sus planes, y
está confuso, impotente, atrapado, triste, y ahí es cuando mas
necesita a su especie, y se une a ella y busca otra rutina, inventa
otra zona de confort, aunque solo sea durante este tiempo sin medida…
Se
puede borrar y reescribir esta historia todas las veces que queramos,
y darle puntos de vista diferentes, pero no se puede cambiar el curso
de la vida, ni todo lo que está sucediendo, oímos por todos los
sitios , “la gente está cambiando, ahora todo el mundo es más
solidario, mas humano, más positivo, incluso se acuerda de Ti gente
que no lo hacia, o al contrario” realmente no sé si están
cambiando las personas, eso se verá en un futuro, cuando algún día
todo vuelva a la “normalidad” se percibirá ese cambio, ese
respeto a la naturaleza, que se estaba olvidando, ese respeto a los
animales, y sobretodo ese respeto entre los propios seres humanos
Hasta
hace unas semanas, la gran mayoría nos movíamos como autómatas,
como seres individualistas , siempre corriendo; Mi madre que era una
mujer sabia me dijo una vez, Tienes que para un poco, hija si Tu no
te paras, te para la vida y así ha sido, ha tenido que llegar un
virus para detener nuestro mundo de prisas, de consumismo y de
frialdad, para abrirnos los ojos ante cosas tan sencillas pero tan
importantes para nuestro Ser, como es una sonrisa, un saludo, una
mirada, el rayo de luz que entra por una ventana, observar el
crecimiento de una flor, charlar junto a alguien, o incluso conocer
el nombre de la persona que vive en la puerta de al lado , esas
pequeñas cosas que no percibíamos y que nos rodean cada día, ha
tenido que suceder esto para recordar la importancia de ratos
compartidos con la gente que queremos, incluso, esta reclusión
obligada ha hecho que algunas personas aprendan a escuchar a los
demás y lo más importante a escucharse a si mismas para
fortalecerse y retomar el camino que habían perdido..
Con
estos pensamientos , hoy he observado la vida desde mi balcón y
he pensado lo sabio que es el universo, nos ha demostrado que somos
marionetas en sus manos y ha sabido poner a cada uno en el lugar que
le corresponde en estos momentos para su propio crecimiento personal,
es cuestión de aprovechar ese lugar, esa oportunidad…que a pesar
de lo daños, nos está dando la vida; La cuarentena pasará y
entonces cada cual sabrá su propia verdad, si ha sabido aprovechar
o no este tiempo que nos ha sido regalado a un precio tan caro…
Nos
queda tanto por hacer, tanto por aprender, porque la vida no se ha
parado, la vida continúa su curso, solo se ha perdido la medida del
tiempo, que espero se recupere cuando termine esta cuarentena, al
igual que tantos valores perdidos, y así de alguna manera este
dolor causado pudiese tener algo de sentido…
Encarna
Bueno
CUARENTENA
– III
"La
historia es un síntoma, el diagnóstico somos nosotros".
(Mao
Zedong)
Hoy
me he echado un buen rato pensando que es una extraña paradoja que
la vida aprenda del sufrimiento en su búsqueda constante de la
felicidad . . . y he seguido durmiendo un rato más.
Hoy
he pasado medio día viendo fotos: ¡qué larga, enorme, y corta,
diminuta, resulta la vida!
Hoy
me he dado cuenta de que los dos mejores momentos del día son el
primero y el último: la mañana con su energía y la noche con su
descanso y embriaguez.
Hoy
me he pasado la tarde meditando sobre lo que es, realmente, hoy.
Hoy
me acordé de ti, no pude abrazarte y, como soy humano, desde este
momento un abrazo tuyo vale mucho más para mi.
Hoy
los gatos okupas del jardín me han hablado con acento holandés y .
. . me he preocupado.
Hoy,
al hoy de hoy le he quitado la h con la esperanza de que durara
menos. . .
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES - www.arteslibres.net
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
***
GRITOS
AHOGADOS
Los
días son extraños,
las
caras con miedo,
las
miradas te matan,
los
inmigrantes con más incertidumbre,
la
familia muy lejos,
el
personal agotado. . .
El
odio empezando a cobrar espacios,
la
generosidad dismuniyendo,
los
amaneceres ya no tienen sentido,
¿qué
está pasando?
Necesito
un abrazo y un beso urgente,
de
alguien,
de
mi madre quizás,
del
que me quiere con sinceridad . . .
Necesito
que me den una esperanza.
Naima
Guejd
***
DESESPERACIÓN
Audio:
Rafael Cotilla
***
El
SUSURRO DE UN CANTO
Es
la noche que rompe el hielo,
dulce
sueño se adueña de ella
y
el olor de la brisa acompaña
a
un susurro de un canto, sin duda.
En
el reino de un gran paraíso
cuando
el tiempo no vierte ninguna
validez,
inconsciente de las ilusiones
desvanece
en el lecho de un gran despertar.
Y
los cuerpos descansan sobre un umbral de paz
tus
susurros del día, el angel va a guardar.
Y
las almas gemelas sueñan de par en par,
dibujando
palomas, sonriéndose una paz.
José
María Rico
***
"En
el mundo había gente tan parecida entre sí que se les podría tomar
por padres e hijos. Pero difícilmente existieran muchos en el mundo.
Tal
vez hubiera un sólo hombre que pudiera corresponderse con una
muchacha y una sola joven que combinase con un sólo hombre.
Sólo
uno para algún otro; y tal vez EN todo el mundo una sola pareja
posible.
Viven
como extraños, sin suponer ningún tipo de lazo entre ellos y hasta
ignorantes de la existencia del otro.
Por
casualidad suben a un mismo tren, se reúnen por primera vez y
probablemente nunca vuelvan a encontrarse.
Treinta
minutos en el curso de toda una vida.
Se
separan sin decirse una palabra.
Habiendo
estado sentados uno al lado del otro, sin mirarse, sin darse cuenta
del parecido, se alejan siendo parte de un milagro del que no tomaron
conciencia.
Y
el único admirado por la rareza de todo eso es un extraño que se
pregunta si al ser un accidental testigo, no estará participando de
un milagro".
("EL
RUMOR DE LA MONTAÑA", YASUNARI KAWATABA.)
Enviado
por: Yolanda Juste
Fernando
Agüero Catrilef olvida el nombre de una de sus hijas.
Pescador de setenta y cinco años, recuerda la ballenera
donde hay restos de piedra pulida y ladrillo.
Apunta adonde jaló los huinches, su caldera a vapor
la casa decente para la oficina de pagos: diez a quince personas
dos aguas con lindo corredor de cemento y guardabalanza
para recostarse, tres piezas, tres baños. Recuerda
los conventillos: dos aguas, tres o cuatro piezas, las letrinas
sobre el mar. Queda la guía del desagüe.
Ve escaleras de madera hacia el jefe, donde hay hierba y arena.
Veinticinco familias crían gallinas, donde hay playa blanca.
Un par de edificios, carretas y camiones leñeros, donde hay
montes. Cien personas en el muelle, donde hay un par y sin
muelle. Tres embarcaciones de seis a ocho metros de eslora
con seis a ocho de calado y quince de manga, donde
hay mar. Hay mar sobre el nombre de una de sus hijas.
Enrique Winter en Guía de despacho (2010), incluido en Con mi caracol y mi revólver. Muestra de poesía chilena reciente (Vallejo & Co., Internet, 2018, selec. de Diego Alfaro Palma).
Otros poemas de Enrique Winter
Arreboles en Quezaltepeque, Polaca
Pescador de setenta y cinco años, recuerda la ballenera
donde hay restos de piedra pulida y ladrillo.
Apunta adonde jaló los huinches, su caldera a vapor
la casa decente para la oficina de pagos: diez a quince personas
dos aguas con lindo corredor de cemento y guardabalanza
para recostarse, tres piezas, tres baños. Recuerda
los conventillos: dos aguas, tres o cuatro piezas, las letrinas
sobre el mar. Queda la guía del desagüe.
Ve escaleras de madera hacia el jefe, donde hay hierba y arena.
Veinticinco familias crían gallinas, donde hay playa blanca.
Un par de edificios, carretas y camiones leñeros, donde hay
montes. Cien personas en el muelle, donde hay un par y sin
muelle. Tres embarcaciones de seis a ocho metros de eslora
con seis a ocho de calado y quince de manga, donde
hay mar. Hay mar sobre el nombre de una de sus hijas.
Enrique Winter en Guía de despacho (2010), incluido en Con mi caracol y mi revólver. Muestra de poesía chilena reciente (Vallejo & Co., Internet, 2018, selec. de Diego Alfaro Palma).
Otros poemas de Enrique Winter
Arreboles en Quezaltepeque, Polaca
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