VOCES
entre VOCES
La cosa más difícil en la vida es conocerte a ti mismo.
(Tales de Mileto)
TEMAS
TERTULIA 1-5-2020
A
VER SI ME INSPIRO...
CUARENTENA
– VI
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
Como
quien viajó y guarda
su pasaje de nave, escondido en un libro viejo,
y a veces se lo lleva a la nariz y recuerda
el nombre de la ciudad,
de donde al otro día salió para seguir su camino
solamente llenando el corazón
con recuerdos
y al otro día salió para seguir su camino.
El cartero tira a veces una carta
para que uno medite a veces
sobre la vida.
Como una moneda lanzada hacia arriba
brilla y resuena.
En esta cantina a donde entro ahora
para unas palabras y un trago
la conversación no es tan delicada
como -por ejemplo- en las noches del Club PEN.
En el suelo las huellas de los escupitajos fangosos,
el maestro del naturalismo
suelta una broma y brindamos
por el amor a la carne firme y
por los recuerdos de corazones de polvo de carbón.
Ahora
saliendo de los pozos de los días
y quitándome el día como un mono sucio
en el olor de lámpara de carbón reprimido,
lejos del escaparate con olor de humo y café,
del arte,
aquí donde
bajo en una nueva galería de mi suerte
se me ocurre una mesa de cafetería
donde estaba sentado para encontrar la salvación.
La vagoneta del minuto se vuelve
y saca sus recuerdos al suelo fangoso
y hacemos un brindis gesticulando felizmente,
y el viejo maestro de la mina empieza de nuevo
y recorro los pozos de su vida
como en momentos de la explosión abajo: temblando.
En esta cantina
de un modo raro
me inunda el agradecimiento por la suerte
de no haber llegado a ser el campeón
fino, elegante y exaltado de las palabras
y cayendo en el seno sudoroso del mundo
con dedos sangrientos tengo que cavar hoy también
mis canciones de las piedras rugosas.
Mihály Ladányi, incluido en Cincuenta poemas de quince poetas húngaros del siglo XX (Izana Editores, Madrid, 2012, selec. de András Simor, versión de Isabel Pérez Montalbán).
su pasaje de nave, escondido en un libro viejo,
y a veces se lo lleva a la nariz y recuerda
el nombre de la ciudad,
de donde al otro día salió para seguir su camino
solamente llenando el corazón
con recuerdos
y al otro día salió para seguir su camino.
El cartero tira a veces una carta
para que uno medite a veces
sobre la vida.
Como una moneda lanzada hacia arriba
brilla y resuena.
En esta cantina a donde entro ahora
para unas palabras y un trago
la conversación no es tan delicada
como -por ejemplo- en las noches del Club PEN.
En el suelo las huellas de los escupitajos fangosos,
el maestro del naturalismo
suelta una broma y brindamos
por el amor a la carne firme y
por los recuerdos de corazones de polvo de carbón.
Ahora
saliendo de los pozos de los días
y quitándome el día como un mono sucio
en el olor de lámpara de carbón reprimido,
lejos del escaparate con olor de humo y café,
del arte,
aquí donde
bajo en una nueva galería de mi suerte
se me ocurre una mesa de cafetería
donde estaba sentado para encontrar la salvación.
La vagoneta del minuto se vuelve
y saca sus recuerdos al suelo fangoso
y hacemos un brindis gesticulando felizmente,
y el viejo maestro de la mina empieza de nuevo
y recorro los pozos de su vida
como en momentos de la explosión abajo: temblando.
En esta cantina
de un modo raro
me inunda el agradecimiento por la suerte
de no haber llegado a ser el campeón
fino, elegante y exaltado de las palabras
y cayendo en el seno sudoroso del mundo
con dedos sangrientos tengo que cavar hoy también
mis canciones de las piedras rugosas.
Mihály Ladányi, incluido en Cincuenta poemas de quince poetas húngaros del siglo XX (Izana Editores, Madrid, 2012, selec. de András Simor, versión de Isabel Pérez Montalbán).
Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral.
(José Ortega y Gasset)
TEXTOS
TERTULIA 24-4-2020
TIEMPOS
INTERESANTES
CUARENTENA
– V
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
TIEMPOS
INTERESANTES
NECESITO
TIEMPO
Lo
pienso un segundo, lo siento un minuto, lo comparto una hora, lo
pierdo un día, lo lloro un año, lo recuerdo una vida. Lo quiero al
instante, lo olvido al momento, lo espero a la distancia, lo persigo
a ciegas, lo disfruto a solas, lo conozco apenas… Lo viví antes,
lo sé ahora, lo descubro tarde, lo aprovecho a veces, me parece
corto, lo intenté ayer, lo haré mañana, lo digo hoy, lo engaño un
poco, lo necesito mucho, lo añoro bastante, lo tengo, ya! Se esfuma
siempre, no perdona. . . ¿Casi? ¿Nunca?... Cosas del tiempo.
HAYDÉE
ACOSTA (Nerja)
TIEMPOS
INTERESANTES
El
historiador británico Eric Hobsbawm está considerado en su país
uno de los mejores pensadores del siglo XX.
Contaba
este hombre una anécdota que a su vez le había contado su niñera,
ya que él tenía poco más de un año cuando sucedió en un parque
de El Cairo mientras era paseado en su carrito de bebé.
Se
les acercó un mendigo chino a pedir limosna, la niñera le rechazó
con malos modos y el mendigo se acercó al carrito y, mirando al
entonces bebé Eric, le dijo: "Ojalá te toquen vivir tiempos
interesantes".
La
niñera no pareció comprender el significado real de la frase ni
mucho menos la maldición que implicaba, pero la guardó en su
memoria para contársela, siendo ya anciana, al ya adulto Eric, al
que había criado.
El
tiempo y mil visicitudes de la vida transformaron a este niño en el
mejor historiador británico del siglo XX, fallecido hace unos años,
en 2012 a la edad de 95 años. De origen judío, le tocó vivir la
persecución nazi y dos guerras mundiales, la Guerra Fría, la caída
del Bloque soviético, y el extraño mundo posterior al 11-S.
Tenemos
por constumbre narrar la historia de nuestros antepasados como una
lista interminable de reyes, guerreros y tiranos, guerras y
genocidios, la lista negra de la condición humana, olvidando los
períodos de paz en que todo se reconstruye, se evoluciona, se
aprende, se hace de la solidaridad, el sentido común y el humanismo
nuestra bandera, esos períodos históricos en que la vida,
aparentemente anodina, transcurre mostrando lo mejor de si misma.
Por
el contrario, como comprendió el mendigo chino y Hobsbawm al cabo
de los años, cada cierto tiempo vuelven, para bien o para mal, las
tormentas, turbios períodos de guerra, pandemias, catástrofes y
conflictos con los cambios de paradigma que conllevan, como estos
tiempos que hoy nos toca vivir . . . estos jodidos tiempos
interesantes.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRESwww.arteslibres.net
TIEMPOS INTERESANTES
Pienso en si los niños, que todavía no han dado tantos besos y abrazos como los que ya no lo somos ( y lo echamos tanto de menos...), serán una generación en donde no existan estas muestras de cariño y si tomarán por tontos a los que crecieron con la tristeza de haberse quedado a punto de dar y de sentir su primer beso de amor cuando eran adolescentes.
Sí ... se avecinan tiempos interesantes...
Yolanda Juste
TIEMPOS
INTERESANTES
¿Qué
es para mi el AMOR?
Pregunta
bien complicada con disimiles respuestas y no todas acertadas.
Amor
es la fuente de vida que nos brinda el universo y a personas como yo
inspira a hacer estos versos.
Palabra
de tan pocas letras para tanto sentimiento.Con un contraste perfecto
para lograr muchas metas.
Nos
brinda mucha alegría, se viven mil emociones y aparecen sensaciones
que tal vez desconocías.
Cuando
es sincero y profundo se siente dentro del pecho, nos palpita el
corazón con tan solo un pensamiento.
Nos
invita a mirar la vida de otra manera, se nota en la noche oscura lo
hermoso de las estrellas.
Siempre
que es correspondido, no hay cabida al sufrimiento, mas sí nos
brinda momentos de paz y mucha armonía.
Imprescindible
en la vida para ser mejor persona, como aroma de las rosas a pesar de
sus espinas.
El
amor solo aparece cuando menos te lo esperas como una flecha certera
en el momento preciso, tal como la primavera.
Todo
lo vuelve hermoso, se ignoran imperfecciones, solo vives emociones
que te hacen sentir más bella.
Por
eso te invito a amar, con fuerzas y sin medidas, te aseguro sanarás
todas aquellas heridas que con el paso del tiempo nos hacen vivir la
vida.
María
Martín
CUARENTENA
– V
En
aquel pueblo, rico sólo por sabio, existía la costumbre de enviar
al cementerio a todo ciudadano que caía en manos de la codicia, el
egoísmo, la violencia o el integrismo mental.
No,
no se mataba a nadie, sólo se le ponía en cuarentena.
Se
le enviaba al cementerio unos días para que reflexionara allí sobre
su propia naturaleza, condición y situación, sobre qué hay
realmente más valioso en la vida de un ser humano ante el inevitable
final, eso que tan a menudo olvidamos.
A
una mente sana ver y crear felicidad le hace feliz y nunca hace de su
propia felicidad el único fin, comprende que es, ante todo, un ser
social, y que si sólo piensa en si misma no piensa, en realidad, en
nada.
El
egoísmo es una muralla tan alta como nuestros miedos que
construimos alrededor de nosotros mismos y desde la que, a veces,
trágicamente, solos o socialmente, nos despeñamos.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
ARTES
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CUARENTENA
V
Hoy
he tenido el inmenso privilegio de tomar el aperitivo, a cubierto en
la terraza de mi hogar, mientras disfrutaba de ver la lluvia y
escuchar su canción sin que el ruido de los motores la perturbara;
por compañía las golondrinas, que este año vuelan alegres, y las
gaviotas, que no se ven obligadas a emitir gritos en defensa de sus
nidos
La
semana que está acabando ha sido de difícil digestión para mí,
como si las emociones y los sentimientos se me quedaran atascados en
algún lugar recóndito del alma, incluso pensé que no conseguiría
poner en palabras algo bello dada la oscuridad procedente del
exterior que ha planeado sobre mí en más de una ocasión. Culpé,
en primer lugar, a las seis semanas que llevo sin salir de casa; más
tarde desplacé el error a mi reconocida y conscientemente aceptada
sensibilidad extrema; luego decidí poner el punto de mira en todos
los errores humanos habidos y por haber y que, ¡cómo no!, iba
reconociendo en mí misma a cada paso de los paseos que diariamente,
o casi, doy por las baldosas de la casa.
La
cadencia de la lluvia me ha hecho recordar lo que decía el gran Juan
Ramón Jiménez: «En
la soledad no se encuentra más que lo que a
la soledad se lleva» y
la frase me ha ayudado a comprender que hay quienes a diario airean
alguno de los siete pecados capitales que debieron de llevarse a su
encierro y que se van haciendo más evidentes con el paso de los
días; sería bueno un Fahrenheit 451 para la perversidad o vaya
usted a saber a cuántos grados arden las malas intenciones porque
ellas me han hecho hervir la sangre hasta desollarme el corazón.
Pero
de pronto, como sin querer, he comenzado a recordar cosas mágicas
que también han sucedido: una frase de Sylvia Plath con un remate
glorioso «…que
aprenda, gracias a esta desesperación, a salir de mí, a saber dónde
y a quién dar»; la
idea de un amigo que ha decidido no definir a las personas como
buenas o malas sino como sanas o enfermas evitando, de esa forma
-creo yo-, el dolor que produce la maldad; una película de
animación, El rey león, capaz de devolverme a la infancia y
permitirme revivir la infamia ya sin dolor; un vídeo grabado para mí
en exclusiva en el que un Sancho Panza felino incentivado por el
mejor Don Quijote (doña
quijota, debería
decir) que he conocido, vinieron en mi ayuda para luchar contra los
gigantes; imágenes de mujeres leyendo en las ventanas que me envió
con cariño un noble corazón; el título de «emperatriz de los
stickers» que me ha sido otorgado por alguien a quien quiero de
verdad sin saber muy bien el porqué; la palabra acariciante de otro
amigo agradeciendo que un vídeo le salvara de un momento de
ofuscación; las naranjas recién cogidas de su huerto que la vecina
colgó en mi puerta… Y han dejado de importarme los grados a los
que arde la malicia y mi corazón regeneró su envoltorio y se retiró
el dolor de mi mirada y de mi alma.
He
vivido cientos de experiencias y he puesto en práctica muchas formas
de vida como para permitir que la fealdad me contamine, así es que,
a pesar de unas cuantas decenas de torpes envites y varias embestidas
de abantos, posiblemente abrumados por la imagen que de sí mismos
les devuelve el espejo de la soledad, sigo disfrutando de las cosas
bellas que me brinda la existencia y que condimenta, en ocasiones,
con detalles tan valiosos como un arco iris inesperado, la
posibilidad de echar una mirada al mar cuando bajo al súper, poder
recrearme en la lluvia o contemplar cómo el tranquilo gato del
edificio de enfrente permite a la gaviota que, en esta serena
primavera, cuide de su nido con templado vuelo.
25/abril/2020
– Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
***
¿Estás
preparado?
Preparado
para sacar
tu
billete de despedida,
con
destino a...
¡¡Vete
tú a saber!!
Solo
ida, por favor.
José
María Rico - Spencer
MI
AMIGO DE NEGRO
AUDIO:
Rafael
Cotilla
***
Gracias
a la vida y al destino porque te ha puesto en mi camino y tu mano me
ha rescatado del abismo cada día, cada minuto, cada segundo de los
últimos 365 días, porque gracias a ti he empezado a creer en los
milagros y ahora sé que nada es imposible.
Lourdes
Pérez
El
tren desfila por las costillas de China.
Cada fiesta que viene trae con ella un problema de sociedad.
El lugar en el que viven nuestros vecinos es una tumba en medio de los campos de Hetian.
La vida es un destino que está así de cerca.
Los territorios del verano son tan verdes que la naturaleza se siente saciada.
Los uniformes amarillos de los soldados son tan amarillos que el sol se siente miserable.
Los lugares por donde gusta (y suele) pasar el tren carecen de misterio.
Sin embargo, hay una luz oscura.
El hombre delgado, el buey delgado;
Los dos están enfermos y no pertenecen al paisaje.
1948Xin Di, incluido en El cielo a mis pies. Antología de la poesía china moderna 1918-1949 (Ediciones Hiperión, Madrid, 2013, selec. y traduc. de Blas Piñero Martínez).Otros poemas de Xin Di
El regreso, en soledad
Cada fiesta que viene trae con ella un problema de sociedad.
El lugar en el que viven nuestros vecinos es una tumba en medio de los campos de Hetian.
La vida es un destino que está así de cerca.
Los territorios del verano son tan verdes que la naturaleza se siente saciada.
Los uniformes amarillos de los soldados son tan amarillos que el sol se siente miserable.
Los lugares por donde gusta (y suele) pasar el tren carecen de misterio.
Sin embargo, hay una luz oscura.
El hombre delgado, el buey delgado;
Los dos están enfermos y no pertenecen al paisaje.
1948Xin Di, incluido en El cielo a mis pies. Antología de la poesía china moderna 1918-1949 (Ediciones Hiperión, Madrid, 2013, selec. y traduc. de Blas Piñero Martínez).Otros poemas de Xin Di
El regreso, en soledad