domingo, 15 de septiembre de 2019


VOCES entre VOCES



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TEMAS TERTULIA 20-9-2019

DESDE MIS SUEÑOS
MARIPOSAS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.




"Engarza en oro las alas del pajaro y nunca más volará al cielo." (Rabindranath Tagore)




Para hablar, o para guardar silencio.
O para inventar un nuevo idioma.
Las tejas sangran.
Cinabrio de un sueño de Montenegro.
El frío azul de la bahía refleja una estrella aburrida.
Como nada vuelve,
nunca volveré.
Como el dialecto del insecto la lengua eslava chirría.
Toco la puerta.
Se abre,
he venido a derrumbarme.
Para que esta montaña
este aire
y esta agua
y toda esta vida
broten a través de mí eternamente.
No mires dentro de mis sueños.
Estás equivocado,
antes de nosotros no había nada.
Tú también, déjalo ya. No mires.
El brillo líquido de la bahía
espesa el contorno líquido
de la montaña.
Mis dedos se ennegrecen
de quitar la cáscara de las frutas
y tus labios son rojos como un tabú
y tan salados como un secreto.
Como en una película lenta:
la bahía, el cielo, las nubes,
la voz de alguien en los audífonos está rogando:
no abandones…
no te abandones…
no nos abandones.
Cariño mío, mi amor, mi sangre.
¿Qué voy a hacer? Dime:
hablar, o guardar silencio.
O inventar una nueva vida.

Olga Khokhlova, incluido en 
Arquitrave (Segunda época, nº 60, junio-septiembre de 2015, Colombia, versión de José María Zonta).

Olga Khokhlova es la gerente del teatro de títeres Kukly de su ciudad y co-directora del festival de poesía Los puentes de Peterburgo. Ha recibido el Premio Anna Akhmatova y es miembro del Sindicato de Escritores de Rusia.



Poco se aprende con la victoria y mucho con la derrota." (Proverbio Japonés)



TEXTOS TERTULIA 13-9-2019

PARA ESO SOMOS DOS
VA DE ÓRDAGOS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.


PARA ESO SOMOS DOS

De repente te encuentras no hundido, sino como perdido. Está oscuro. No hay estrellas que te puedan guiar. No hay viento que te empuje hacia ningún lugar. No ves tierra alguna a la que te puedas dirigir. Estás en mitad del océano, de noche, todo es negro. Estás solo.
No es una tormenta.
No hay rayos, truenos ni tu barco se va a hundir.
Todo está en calma pero no sabes hacia dónde ir y todo lo que puedas hacer carece de sentido.
Sabes que mañana amanecerá, que pasado mañana se irán las nubes, que dentro de una semana quizás avistes tierra.
Pero hasta entonces estás ahí, solo en tu barco que no se va a hundir, obligándote a comer porque es lo que debes hacer.
(Aunque todo te resulte insípido porque no sepas por qué ni para qué lo haces.)
Y quieres dormir para no verte en esta situación. Quieres enterrarte debajo de las sábanas y que te permitan dejar de existir, aunque sólo sean unas horas.
Pero sobre todo, no quieres despertarte dándote cuenta, una vez más, de que tu compañero de travesía ya no está aquí.
Contigo.

Sara Vi Ta



PARA ESO SOMOS DOS

A veces la vida, siempre tan tragicómica y juguetona, nos toca con su varita mágica y nos encontramos en medio de un torbellino al que podemos intentar identificar como torrente hormonal o caos bioquímico o, simplemente, dejar de lado la sinrazón de la razón y reconocer que nos hemos enamorado.

Sucede entre dos y cinco veces a lo largo de la vida humana, pero una es suficiente para no olvidarlo jamás.
De repente, nuestros sentidos eligen otras normas de conducta, otras reglas de juego, nuestra mente baila al son de una música que no sabes muy bien cómo has compuesto a medias con otra persona. Trastocas completamente tu orden de prioridades y, por decirlo en pocas palabras, vas por la vida sin saber muy bien si vas o vienes.
Tan intenso es a veces el juego, que son muchos los que dejan transcurrir su vida rehuyendo volver a caer en él una vez que lo han conocido. El miedo, siempre tan libre, manda o intenta mandar imponiendo su patética tiranía.


Por el contrario, si no temes navegar esos mares de extrañas tormentas agridulces, al cabo del tiempo caes en la cuenta de que de casi todo te puedes enamorar, y es entonces cuando la vida, acostumbrada a ser generosa con quien lo es, te empieza a señalar las claves para navegar: las olas de las emociones ya no son peligrosos juegos malabares, sino el ciclo lúdico de un tiovivo y ya no importa qué sucederá, sino captar en cada instante cuanto sucede y saborearlo.


De esta forma la vida, transformándonos en locos lúcidos, nos apadrina y nos protege del miedo al miedo, de la vida sin color y de los colores únicos, nos toma en sus brazos y, con la amabilidad de una buena amiga, nos enseña la lección más hermosa, la que nos hará pasear de su mano en adelante: que sin importar mucho la forma que adopta, nada existe que valga la pena vivir que no vaya acompañado de amor.

Nekovidal nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES www.arteslibres.net


PARA ESO SOMOS DOS

Hacer el amor
es ver cómo te acercas una taza de café a la boca.
Soñar cuando te bañas, vestida de fiesta.
Hacer el amor
es que nos caiga el cielo encima sin paraguas.
Mojarnos como sopas en la salsa.
Hacer el amor
es pasear persiguiendo el culo a la primavera.
Imaginar, de camino al trabajo, el Kamasutra
en los semáforos.
Hacer el amor
es dibujar los labios en una boca con la mirada.
Saludarnos bajo el sol por las mañanas.
Hacer el amor es cuando se estiran,
con el primer rayo de sol, los gatos.
Es andar descalzo,
buscando la huella de tus pasos en el duro asfalto.
Hacer el amor es ir a comprar pan
y que te den con una sonrisa las gracias.
Hacer el amor es comer con un extraño
en el mismo plato.
Esperar que te toque algún día
el cupón de los ciegos.
Hacer el amor es hacerme llorar con tu llanto.
Morir haciéndole burla,
sacándole la lengua a la muerte.
Hacer el amor es resucitar al tercer día.
Ir a misa sin Dios y confesarse los domingos.


Hacer el amor es no tener oficio reconocido
y escribirte versos.
Hacer el amor es buscar trabajo de lavaplatos
y que requieran máster de idioma en esperanto.
Hacer el amor es matar a los ricos
de aburrimiento. Es leer “tonto el que lo lea”
en lo que escribo.
Hacer el amor es vomitar en la noria de la vida,
en la cita de tu primera feria.
Es tirarse a las vías y parar el último tren
para que, si quieres, subas.
Ya lo sabes, hacer el amor
es todo lo que estoy pensando…

JJC – Juan Jiménez Caballero


PARA ESO SOMOS DOS
Abrázame


Abrázame por un momento
por última vez.
Abrázame, abrázame...
Tú te vas y yo me quedo
solo queda un simple aliento.
Los recuerdos de los dos
cada día están más lejos
más lejos...
Abrázame otra vez,
una y otra vez...
cuando estés en apuros 
piensa en un compañero.
Abrázame otra vez,
una y otra vez...
LLámame, escúchame,
dame algún consejo.
¡¡Ah!! No te olvides de mí,
y yo nunca de ti,
háblame,
una última mirada
Abrázame otra vez,
una y otra vez...
Abrazame,
por ultima vez...

José María Rico – Spencer



VA DE ÓRDAGOS

Hay un tipo de seres que no reparan en la posibilidad de que los comunes mortales tengamos sentimientos y menos aún en la de que podamos llevar a cabo un análisis de su comportamiento; como si fueran hijos elegidos de Sun Tzu ponen en práctica estrategias para afrontar las relaciones humanas que, según se deduce de sus actos, consideran meras transacciones comerciales sin prestar atención a los mensajes de la naturaleza, todo les resulta ajeno, irrelevante; algunos comparan sus tácticas con las utilizadas en ajedrez sin entender que, a pesar de ser una disciplina compleja, la única destreza que requiere el arte del tablero reticulado es memorizar uno tras otro los posibles movimientos de las piezas y sus efectos.
Para ser sincera yo no los considero audaces guerreros y ni por asomo me recuerdan a Capablanca, a mí me parecen fulleros jugadores de mus, es más, los calificaría de echadores de órdagos. Me explico.
Parapetados con la técnica del desconcierto, hoy te dicen blanco y mañana negro, un día te cuidan y al siguiente te apartan de su lado con cajas destempladas, incluso cuando se proclaman tu apoyo no obtendrás su franqueza sea cual sea el resultado de la acción ya que si es favorable, dirán que has tenido mucha suerte porque el desafío era extremo, y si desfavorable, esbozarán una media sonrisa sarcástica mientras te hacen ver que era previsible que así ocurriera. Ya han ganado puntos.
Con una habilidad extraordinaria y sin que lo percibas recabarán información sobre tu vida, la conocerán de cabo a rabo y emplearán el conocimiento como espada de Damocles para que vayas por el camino que ellos te marquen; sin embargo, de la suya no sabrás nada en concreto, te dejarán entrever alguna pincelada que podrás interpretar, pero la podrán negar en cualquier momento porque nunca, nunca, nunca jamás salieron palabras de su boca. Siguen sumando amarracos.
Su arma letal es convencer de su superioridad; una vez minada tu confianza y persuadidos sus cómplices de su habilidad como estratega, está todo preparado para ganar la partida porque tú, simple mortal común, no te has dado cuenta de nada e, incluso, pareces admirar su disposición, su control y su capacidad de reacción, es el momento de echar el órgado final que sorprendentemente tú, reconociendo un circo en la demostración de supremacía y otorgando más importancia a tu dignidad que al enfado seguro de tu compañero, aceptas y, sin enseñar las cartas, te declaras perdedor. No han ganado la partida, se la has regalado.
En ese momento se desencajan sus facciones y te recriminan la aceptación del órdago: que si así no se debe de jugar, que si hay que seguir hasta el final, que si habrías podido ganar la partida, que menuda necedad cerrar así… La realidad, la cruda realidad es que al dejar de dar importancia a sus aspavientos de gigante les has puesto en el más absoluto ridículo, te has reído de su representación de hijos predilectos o grandes ajedrecistas al tratarles como los bufones que son y, posiblemente, los hayas dejado despistados porque no comprenderán que para ti no tenga sentido un juego a base de maniobras rebuscadas y embadurnado de egolatría.
Creo yo que sería conveniente para quienes van de órdagos que tuvieran en cuenta que algunos les vemos el plumero y, lejos de despertar nuestro interés, rechazamos las plumas que ellos muestran con orgullo.

15/septiembre/2019 - Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.

LA RISA

Soñaré con estrellas en el mar y con delfines en el cielo. Soñaré lo que no es real, por eso me gusta soñar.

No me olvidaré de la realidad, pero si la adornaré con algun sueño ficticio, que de alguna manera sublime, refleje mi autenticidad.

Me miraré a través de un cristal y también miraré a los demás y me veré y les veré.
Gente que como yo buscan la  risa  en su rostro, la alegría en su mirada, todo eso que es motivo de felicidad, aunque solo sea por un momento.

MCGC – Mari Carmen Gómez Castro




Su ladera es esquina de mi calle
ha dejado caer las puertas
iza sus paredes en la brisa

los años le han labrado
en la piel caminos
es una espiga

se mece en la aspereza del asfalto
vive en una orilla
el rasgado accidente de su paz

cose granos de ayuda

Carmen Chazzin en Alrededor (2011), incluido en Ritmo (nº 22, ene.-abr. de 2015, UNAM, México).
Otros poemas de Carmen Chazzin
Los ojos secos de sol

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