VOCES
entre VOCES
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TEMAS
TERTULIA 20-9-2019
DESDE
MIS SUEÑOS
MARIPOSAS
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
"Engarza
en oro las alas del pajaro y nunca más volará al
cielo." (Rabindranath Tagore)
Para
hablar, o para guardar silencio.
O para inventar un nuevo idioma.
Las tejas sangran.
Cinabrio de un sueño de Montenegro.
El frío azul de la bahía refleja una estrella aburrida.
Como nada vuelve,
nunca volveré.
Como el dialecto del insecto la lengua eslava chirría.
Toco la puerta.
Se abre,
he venido a derrumbarme.
Para que esta montaña
este aire
y esta agua
y toda esta vida
broten a través de mí eternamente.
No mires dentro de mis sueños.
Estás equivocado,
antes de nosotros no había nada.
Tú también, déjalo ya. No mires.
El brillo líquido de la bahía
espesa el contorno líquido
de la montaña.
Mis dedos se ennegrecen
de quitar la cáscara de las frutas
y tus labios son rojos como un tabú
y tan salados como un secreto.
Como en una película lenta:
la bahía, el cielo, las nubes,
la voz de alguien en los audífonos está rogando:
no abandones…
no te abandones…
no nos abandones.
Cariño mío, mi amor, mi sangre.
¿Qué voy a hacer? Dime:
hablar, o guardar silencio.
O inventar una nueva vida.
Olga Khokhlova, incluido en Arquitrave (Segunda época, nº 60, junio-septiembre de 2015, Colombia, versión de José María Zonta).
Olga Khokhlova es la gerente del teatro de títeres Kukly de su ciudad y co-directora del festival de poesía Los puentes de Peterburgo. Ha recibido el Premio Anna Akhmatova y es miembro del Sindicato de Escritores de Rusia.
O para inventar un nuevo idioma.
Las tejas sangran.
Cinabrio de un sueño de Montenegro.
El frío azul de la bahía refleja una estrella aburrida.
Como nada vuelve,
nunca volveré.
Como el dialecto del insecto la lengua eslava chirría.
Toco la puerta.
Se abre,
he venido a derrumbarme.
Para que esta montaña
este aire
y esta agua
y toda esta vida
broten a través de mí eternamente.
No mires dentro de mis sueños.
Estás equivocado,
antes de nosotros no había nada.
Tú también, déjalo ya. No mires.
El brillo líquido de la bahía
espesa el contorno líquido
de la montaña.
Mis dedos se ennegrecen
de quitar la cáscara de las frutas
y tus labios son rojos como un tabú
y tan salados como un secreto.
Como en una película lenta:
la bahía, el cielo, las nubes,
la voz de alguien en los audífonos está rogando:
no abandones…
no te abandones…
no nos abandones.
Cariño mío, mi amor, mi sangre.
¿Qué voy a hacer? Dime:
hablar, o guardar silencio.
O inventar una nueva vida.
Olga Khokhlova, incluido en Arquitrave (Segunda época, nº 60, junio-septiembre de 2015, Colombia, versión de José María Zonta).
Olga Khokhlova es la gerente del teatro de títeres Kukly de su ciudad y co-directora del festival de poesía Los puentes de Peterburgo. Ha recibido el Premio Anna Akhmatova y es miembro del Sindicato de Escritores de Rusia.
Poco
se aprende con la victoria y mucho con la derrota." (Proverbio
Japonés)
TEXTOS
TERTULIA 13-9-2019
PARA
ESO SOMOS DOS
VA
DE ÓRDAGOS
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
PARA
ESO SOMOS DOS
De
repente te encuentras no hundido, sino como perdido. Está oscuro. No
hay estrellas que te puedan guiar. No hay viento que te empuje hacia
ningún lugar. No ves tierra alguna a la que te puedas dirigir. Estás
en mitad del océano, de noche, todo es negro. Estás solo.
No
es una tormenta.
No
hay rayos, truenos ni tu barco se va a hundir.
Todo
está en calma pero no sabes hacia dónde ir y todo lo que puedas
hacer carece de sentido.
Sabes
que mañana amanecerá, que pasado mañana se irán las nubes, que
dentro de una semana quizás avistes tierra.
Pero
hasta entonces estás ahí, solo en tu barco que no se va a hundir,
obligándote a comer porque es lo que debes hacer.
(Aunque
todo te resulte insípido porque no sepas por qué ni para qué lo
haces.)
Y
quieres dormir para no verte en esta situación. Quieres enterrarte
debajo de las sábanas y que te permitan dejar de existir, aunque
sólo sean unas horas.
Pero
sobre todo, no quieres despertarte dándote cuenta, una vez más, de
que tu compañero de travesía ya no está aquí.
Contigo.
Sara
Vi Ta
PARA
ESO SOMOS DOS
A
veces la vida, siempre tan tragicómica y juguetona, nos toca con su
varita mágica y nos encontramos en medio de un torbellino al que
podemos intentar identificar como torrente hormonal o caos bioquímico
o, simplemente, dejar de lado la sinrazón de la razón y reconocer
que nos hemos enamorado.
Sucede entre dos y cinco veces a lo largo de la vida humana, pero una es suficiente para no olvidarlo jamás.
De
repente, nuestros sentidos eligen otras normas de conducta, otras
reglas de juego, nuestra mente baila al son de una música que no
sabes muy bien cómo has compuesto a medias con otra persona.
Trastocas completamente tu orden de prioridades y, por decirlo en
pocas palabras, vas por la vida sin saber muy bien si vas o vienes.
Tan
intenso es a veces el juego, que son muchos los que dejan transcurrir
su vida rehuyendo volver a caer en él una vez que lo han conocido.
El miedo, siempre tan libre, manda o intenta mandar imponiendo su
patética tiranía.
Por
el contrario, si no temes navegar esos mares de extrañas tormentas
agridulces, al cabo del tiempo caes en la cuenta de que de casi todo
te puedes enamorar, y es entonces cuando la vida, acostumbrada a ser
generosa con quien lo es, te empieza a señalar las claves para
navegar: las olas de las emociones ya no son peligrosos juegos
malabares, sino el ciclo lúdico de un tiovivo y ya no importa qué
sucederá, sino captar en cada instante cuanto sucede y saborearlo.
De
esta forma la vida, transformándonos en locos lúcidos, nos apadrina
y nos protege del miedo al miedo, de la vida sin color y de los
colores únicos, nos toma en sus brazos y, con la amabilidad de una
buena amiga, nos enseña la lección más hermosa, la que nos hará
pasear de su mano en adelante: que sin importar mucho la forma que
adopta, nada existe que valga la pena vivir que no vaya acompañado
de amor.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES www.arteslibres.net
PARA
ESO SOMOS DOS
Hacer
el amor
es
ver cómo te acercas una taza de café a la boca.
Soñar
cuando te bañas, vestida de fiesta.
Hacer
el amor
es
que nos caiga el cielo encima sin paraguas.
Mojarnos
como sopas en la salsa.
Hacer
el amor
es
pasear persiguiendo el culo a la primavera.
Imaginar,
de camino al trabajo, el Kamasutra
en
los semáforos.
Hacer
el amor
es
dibujar los labios en una boca con la mirada.
Saludarnos
bajo el sol por las mañanas.
Hacer
el amor es cuando se estiran,
con
el primer rayo de sol, los gatos.
Es
andar descalzo,
buscando
la huella de tus pasos en el duro asfalto.
Hacer
el amor es ir a comprar pan
y
que te den con una sonrisa las gracias.
Hacer
el amor es comer con un extraño
en
el mismo plato.
Esperar
que te toque algún día
el
cupón de los ciegos.
Hacer
el amor es hacerme llorar con tu llanto.
Morir
haciéndole burla,
sacándole
la lengua a la muerte.
Hacer
el amor es resucitar al tercer día.
Ir
a misa sin Dios y confesarse los domingos.
Hacer
el amor es no tener oficio reconocido
y
escribirte versos.
Hacer
el amor es buscar trabajo de lavaplatos
y
que requieran máster de idioma en esperanto.
Hacer
el amor es matar a los ricos
de
aburrimiento. Es leer “tonto el que lo lea”
en
lo que escribo.
Hacer
el amor es vomitar en la noria de la vida,
en
la cita de tu primera feria.
Es
tirarse a las vías y parar el último tren
para
que, si quieres, subas.
Ya
lo sabes, hacer el amor
es
todo lo que estoy pensando…
JJC
– Juan Jiménez Caballero
PARA
ESO SOMOS DOS
Abrázame
Abrázame
por un momento
por
última vez.
Abrázame,
abrázame...
Tú
te vas y yo me quedo
solo
queda un simple aliento.
Los
recuerdos de los dos
cada
día están más lejos
más
lejos...
Abrázame
otra vez,
una
y otra vez...
cuando
estés en apuros
piensa
en un compañero.
Abrázame
otra vez,
una
y otra vez...
LLámame,
escúchame,
dame
algún consejo.
¡¡Ah!!
No te olvides de mí,
y
yo nunca de ti,
háblame,
una
última mirada
Abrázame
otra vez,
una
y otra vez...
Abrazame,
por
ultima vez...
José
María Rico – Spencer
VA
DE ÓRDAGOS
Hay
un tipo de seres que no reparan en la posibilidad de que los comunes
mortales tengamos sentimientos y menos aún en la de que podamos
llevar a cabo un análisis de su comportamiento; como si fueran hijos
elegidos de Sun Tzu ponen en práctica estrategias para afrontar las
relaciones humanas que, según se deduce de sus actos, consideran
meras transacciones comerciales sin prestar atención a los mensajes
de la naturaleza, todo les resulta ajeno, irrelevante; algunos
comparan sus tácticas con las utilizadas en ajedrez sin entender
que, a pesar de ser una disciplina compleja, la única destreza que
requiere el arte del tablero reticulado es memorizar uno tras otro
los posibles movimientos de las piezas y sus efectos.
Para
ser sincera yo no los considero audaces guerreros y ni por asomo me
recuerdan a Capablanca, a mí me parecen fulleros jugadores de mus,
es más, los calificaría de echadores de órdagos. Me explico.
Parapetados
con la técnica del desconcierto, hoy te dicen blanco y mañana
negro, un día te cuidan y al siguiente te apartan de su lado con
cajas destempladas, incluso cuando se proclaman tu apoyo no obtendrás
su franqueza sea cual sea el resultado de la acción ya que si es
favorable, dirán que has tenido mucha suerte porque el desafío era
extremo, y si desfavorable, esbozarán una media sonrisa sarcástica
mientras te hacen ver que era previsible que así ocurriera. Ya han
ganado puntos.
Con
una habilidad extraordinaria y sin que lo percibas recabarán
información sobre tu vida, la conocerán de cabo a rabo y emplearán
el conocimiento como espada de Damocles para que vayas por el camino
que ellos te marquen; sin embargo, de la suya no sabrás nada en
concreto, te dejarán entrever alguna pincelada que podrás
interpretar, pero la podrán negar en cualquier momento porque nunca,
nunca, nunca jamás salieron palabras de su boca. Siguen sumando
amarracos.
Su
arma letal es convencer de su superioridad; una vez minada tu
confianza y persuadidos sus cómplices de su habilidad como
estratega, está todo preparado para ganar la partida porque tú,
simple mortal común, no te has dado cuenta de nada e, incluso,
pareces admirar su disposición, su control y su capacidad de
reacción, es el momento de echar el órgado final que
sorprendentemente tú, reconociendo un circo en la demostración de
supremacía y otorgando más importancia a tu dignidad que al enfado
seguro de tu compañero, aceptas y, sin enseñar las cartas, te
declaras perdedor. No han ganado la partida, se la has regalado.
En
ese momento se desencajan sus facciones y te recriminan la aceptación
del órdago: que si así no se debe de jugar, que si hay que seguir
hasta el final, que si habrías podido ganar la partida, que menuda
necedad cerrar así… La realidad, la cruda realidad es que al dejar
de dar importancia a sus aspavientos de gigante les has puesto en el
más absoluto ridículo, te has reído de su representación de hijos
predilectos o grandes ajedrecistas al tratarles como los bufones que
son y, posiblemente, los hayas dejado despistados porque no
comprenderán que para ti no tenga sentido un juego a base de
maniobras rebuscadas y embadurnado de egolatría.
Creo
yo que sería conveniente para quienes van de órdagos que tuvieran
en cuenta que algunos les vemos el plumero y, lejos de despertar
nuestro interés, rechazamos las plumas que ellos muestran con
orgullo.
15/septiembre/2019
- Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
LA
RISA
Soñaré con estrellas en el mar y con delfines en el cielo. Soñaré lo que no es real, por eso me gusta soñar.
No me olvidaré de la realidad, pero si la adornaré con algun sueño ficticio, que de alguna manera sublime, refleje mi autenticidad.
Me miraré a través de un cristal y también miraré a los demás y me veré y les veré.
Gente que como yo buscan la risa en su rostro, la alegría en su mirada, todo eso que es motivo de felicidad, aunque solo sea por un momento.
Soñaré con estrellas en el mar y con delfines en el cielo. Soñaré lo que no es real, por eso me gusta soñar.
No me olvidaré de la realidad, pero si la adornaré con algun sueño ficticio, que de alguna manera sublime, refleje mi autenticidad.
Me miraré a través de un cristal y también miraré a los demás y me veré y les veré.
Gente que como yo buscan la risa en su rostro, la alegría en su mirada, todo eso que es motivo de felicidad, aunque solo sea por un momento.
MCGC
– Mari Carmen Gómez Castro
Su
ladera es esquina de mi calle
ha dejado caer las puertas
iza sus paredes en la brisa
los años le han labrado
en la piel caminos
es una espiga
se mece en la aspereza del asfalto
vive en una orilla
el rasgado accidente de su paz
cose granos de ayuda
Carmen Chazzin en Alrededor (2011), incluido en Ritmo (nº 22, ene.-abr. de 2015, UNAM, México).
Otros poemas de Carmen Chazzin
Los ojos secos de sol
ha dejado caer las puertas
iza sus paredes en la brisa
los años le han labrado
en la piel caminos
es una espiga
se mece en la aspereza del asfalto
vive en una orilla
el rasgado accidente de su paz
cose granos de ayuda
Carmen Chazzin en Alrededor (2011), incluido en Ritmo (nº 22, ene.-abr. de 2015, UNAM, México).
Otros poemas de Carmen Chazzin
Los ojos secos de sol
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