sábado, 7 de abril de 2018



TEMAS TERTULIA 13-4-2018

RUMORES
MIS FANTASMAS
MICRORRELATOS

La vida es muy simple, pero insistimos en hacerla complicada (Confucio)







El número Pi es digno de admiración
tres coma uno cuatro uno
todas sus cifras siguientes también son iniciales
cinco nueve dos, porque nunca se termina.
No permite abarcarlo con la mirada seis cinco tres cinco
con un cálculo ocho nueve
con la imaginación siete nueve
o en broma tres dos tres, es decir, por comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres en el mundo.
La más larga serpiente después de varios metros se interrumpe.
Igualmente, aunque un poco más tarde, hacen las serpientes fabulosas.
El cortejo de cifras que forman el número Pi
no se detiene en el margen de un folio,
es capaz de prolongarse por la mesa,
a través del aire, a través del muro, de una hoja, del nido de un pájaro,
de las nubes, directamente al cielo
a través de la total hinchazón e inmensidad del cielo.
¡Oh, qué corta es la cola del cometa, como la de un ratón!
¡Qué frágil el rayo de la estrella que se encorva en cualquier espacio!
Pero aquí dos tres quince trescientos noventa
mi número de teléfono la talla de tu camisa
año mil novecientos setenta y tres sexto piso
número de habitantes sesenta cinco céntimos
la medida de la cadera dos dedos la charada y el código
en la que mi ruiseñor vuela y canta
y pide un comportamiento tranquilo
también transcurren la tierra y el cielo
pero no el número Pi, éste no,
él es todavía un buen cinco
no es un ocho cualquiera
ni el último siete
metiendo prisa, oh, metiendo prisa a la perezosa eternidad
para la permanencia.

Wisława Szymborska, incluido en Poesía polaca contemporánea (Ediciones Rialp, Madrid, 1994, selec. y trad. de Fernando Presa González).


Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro (René Descartes)


TEXTOS TERTULIA 6-4-2018

EL PODER DEL MIEDO
EL ESPEJO
MICRORRELATOS



EL PODER DEL MIEDO
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AUDIO:


EL PODER DEL MIEDO

Con amenazas más o menos encubiertas, directas o indirectas, los padres asustan a sus hijos, los maestros a sus alumnos, los empresarios a sus empleados, los sacerdotes a sus seguidores,los gobiernos a los ciudadanos y la banca, a todos ellos, vivimos en un mundo sumergido en miedo.
En un extraño y maravilloso libro, Los papalagui (*), publicado hace casi un siglo, se van enumerando, desde el punto de vista de otra cultura, la samoana, las rarezas de la nuestra, la occidental.
Se habla, entre otras cosas, de la extraña costumbre que tienen nuestros medios de comunicación de difundir siempre noticias negativas, muchas veces escabrosas y hasta tétricas, sin dejar apenas espacio para las que son mayoría en el ser humano, las positivas. La prueba de que es así es que, a pesar de tantas desgracias, nuestra especie no sólo sobrevive sino que se extiende por la faz de la tierra con la rapidez de una plaga y el nivel de vida de los humanos, a pesar de todo, es cada vez mejor, cualquier ciudadano de clase media actual vive mucho mejor que el rey o emperador más poderroso hace tan sólo un siglo.
Creo que no es casual esta extraña y mentalmente poco saludable costumbre tan extendida, diversoso estudios neurológicos demuestran que razonamos peor, en todos los sentidos, cuando estamos bajo la influencia del miedo y el estrés, especialmente si es una situación continua en el tiempo. Así, un mecanimso aparentemente informativo se transforma en un medio de manipulación social eficaz y temible.
No se trata de estar todo el día sonriendo y celebrando la vida sin más, sin prestar atención a tantos problemas de todo tipo presentes en nuestra vida, para los que, además, se nos niegan las herramientas para solucionarlos al negar una democracia directa y continua y reduciéndola al pobre ritual de introducir un papel en una urna cada cuatro años, se trata de solucionar esos problemas escuchando de una forma continua a la mayorái de los ciudadanos.
Mientras, millones de personas viven aterrorizadas por la existencia, por ejemplo, de extremistas de determinada religión, cuando siempre los ha habido en todas y en todas las épocas, sin caer en la cuenta de que las posibilidades de que muera en un atentado son incluso menores que la de que les caiga un avión encima. El miedo permite, además, manipular la memoria de manera que nadie recuerde quien creó esos grupos y los financió durante años ni los verdaderos intereses que se esconden tras ellos.
Daría el mundo, especialmente nuestra cultura, un gran paso adelante si en vez de almacenar tantos miedos que condicionan y marcan nuestras vidas como no podemos ni sospechar, los concentráramos todos en uno sólo: en el miedo al miedo, nuestro gran tirano.

(*) Los papalagi es el título de un libro escrito por Erich Scheurmann (Hamburgo 1878Armsfeld 1957) y publicado en 1920. Papalagiii Es una colección de discursos que el jefe samoano Tuiavii de Tiavea dirige a sus conciudadanos, en los que describe un supuesto viaje por Europa en el periodo justamente anterior a la Primera Guerra Mundial. Erich Scheurmann habría sido testigo de tales discursos, y los habría traducido al alemán. Papalagiii(gallo)
En ellos el jefe samoano interpreta la cultura occidental (la de los papalagis, u hombres blancos, en lengua samoana) desde la perspectiva de un nativo, criticando la deshumanización y el materialismo de la sociedad europea, y describiendo con ingenuidad elementos tales como el dinero o el teléfono. Tuiavii de Tiavea previene a los samoanos para que no se dejen contaminar por el influjo de la cultura europea. Cada discurso (de un total de 11) describe, no sin cierto sentido del humor, un aspecto de la cultura occidental (la medida del tiempo, la vivienda, la vestimenta, etc), si bien el tono general es de fuerte crítica hacia las culturas europeas.

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Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net




EL PODER DEL MIEDO

Gustan los siniestros de las líneas curvas
para que las rectas no les puedan nunca.
A gusto y con gusto marcan territorio
con su clara orina que huele a Chanel.

Sin prisa y con pausa van hacia la meta:
hoy pasan por tontos, mañana por listos;
así no son vistos.

Aparece entonces para estos funestos la presa a cazar,
el torpe conejo que no sabe nada, ni nada en el mar.
Ven en el ingenuo su triste proeza:
cazado estás, tonto, tus saltos no saltes que no valen ya.

Ponen en la línea de tiro los ojos,
y después encubren arma en el hatillo,
para no ser vistos.

Pero hay un conejo que se mueve presto,
niega que su suerte sea sucumbir.
Lanzan los adversos las hordas del miedo
para que la emprendan contra el subversivo.

Ese es un mal bicho, como dice el dicho,
le dan latigazos y se van solícitos,
así no son vistos.

A ese conejillo que ha sobrevivido
le duelen los huesos de tal maldición.
Se arma de coraje y sale a la plaza
mira de reojo y ve aquel fusil que apuntó a sus ojos.

Los malos se ríen de su reacción,
lo hacen entre dientes, son bastante listos,
no quieren ser vistos.

6 abril 2018 Victoria Blanco


EL PODER DEL MIEDO
Encaje

Debería existir una “visita guiada” para encontrar el chasquido que hace que las cosas encajen. También podemos invitar al extraño. Que se quede un rato. Incluso a varios y montar una fiesta que crecerá poco a poco y luego se desvanecerá.

Probablemente, al poco tiempo, vuelva la melancolía. Bienvenida sea. Pero solo una visita de cortesía. Luego, al bosque a disparar con la ballesta a las hadas ingenuas. Solo un rumor a lo lejos de extraños invitados. Nadie se atreve a romper el hechizo.

Globos de colores. El amor descarnado. Las ventanas cerradas herméticamente. Alguien silba. Algunos vecinos se aburren. Salen a buscar comida china en compañía de personajes extravagantes. Disimulan. Sufren alucinaciones momentáneas. Imaginan que existe la felicidad. O intentan olvidar que existe. No se sabe.

No contestan a esa llamada. O descuelgan el teléfono y enseguida lo cuelgan. Sin contestar. La esencia entre descolgar y colgar. Ese instante.

Llega el momento de lamerse las heridas. Luego, dos tazas de té caliente y la ropa limpia colgada en las perchas.

Toda fiesta llega a su final. Cada vez más solos. Se pueden destrozar objetos. Objetos inútiles. Despojar la ira de significado. Despojarlo todo de significado. El beso que al final encaja pilla desprevenidos a los dos. El amor cómplice. ¿Quién es quién?

Se confunden los aromas...

José Luis Álvarez



EL PODER DEL MIEDO

Estoy cansado de luchar
contra tus molinos...
De desangrarme gota a gota
y que no me creas.

Estoy cansado de que me perdonen la vida.
De que me vacilen
los mediocres que nos gobiernan
con su putrefacta camarilla.

Y de los ricos nuevos sin arte,
ni para sacar los billetes de la cartera.
Estoy cansado de que no me leas las entrañas,
de que te vendas por nada
y nos sigan lloviendo piedras.

De alimentarme de la cáscaras
que envuelven los frutos.
Pero no me rindo... Mañana.

¿Cuándo quedamos mañana en la calle,
para pintar de rojo o verde los amaneceres?

JJC - Juan Jiménez Caballero


EL ESPEJO

Mira al fondo del espejo, ¿qué ves más allá de tu imagen, en el fondo de tu mirada?
Mira al fondo del espejo, se supone que ya has interpretado, comprendido y asimilado algunos miedos y grandezas de tu infancia, el ímpetu de tu juventud, los sueños rotos y los que parecen eternos e invencibles.
Mira al fondo del espejo,¿cuáles son tus miedos de hoy que escribirán tu mañana?
Mira al fondo del espejo, ¿no te apetece amanecer mañana escuchando cualquier sonido de la vida, un pájaro, el ladrido de un perro,la risa de un niño?
Mira al fondo del espejo, si sabes mirar, siempre encontrarás algo nuevo mientras no hayas perdido tu capacidad de asombro, tu curiosidad por la vida y sobre todo, tu curiosidad por conocerte a ti mism@.

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net


MICRORRELATOS

Sudorosos, jadeantes, embriagados de su viaje al paraíso, uno dijo:
No es lo mismo hacer un polvo que echar un amor, cariño”.
No se pudo saber si lo dijo ella o él, la luz estaba apagada y no había luna, sólo un par de lunáticos”

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net


MICRORRELATOS

Se desgasta, se desgasta, se desgasta....
y se gastó.
José María Rico




Oh noche, yo tendría
una palma futura, desplegada
sobre el gran desierto,
si tú me das por una sola noche
tu corazón de terciopelo negro,
y yo, al compás de su morena sangre,
canto con las ondas beatas el sacro silencio.

Mi canto será vivo
sólo por el deseo
de serenar la cotidiana angustia...

Oh noche, yo te quiero
sin el fulgor de luminosos astros,
sin marinos clamores
y sin la voz que finge
en los cráneos sonoros el rumor de los vientos.

¡Oh dulce noche mía, oh dulce noche!
Aunque el glorioso pájaro del alba
rompa después mi lapidario ensueño,
un polvo de inquietud arda en mis ojos,
y me seas de nuevo
sólo una palma antigua, replegada
sobre el gran desierto.

María Eugenia Vaz Ferreira, incluido en Poetas latinoamericanas. Antología crítica (Escuela de Estudios Literarios, Universidad del Valle, Colombia, 2009, selecc. de Carmiña Navia Velasco).
Otros poemas de María Eugenia Vaz Ferreira
Canto verbalEl ataúd flotanteEl novio ausenteElegía crepuscularVoz del retorno

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