TEMAS
TERTULIA 8-12-2017
CONVERSACIÓN
TELEFÓNICA
DE
COLOR ROBLE
MICRORRELATOS
"La
grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la
forma en que sus animales son tratados."
(Gandhi)
(Gandhi)
El
precio parecía razonable, el lugar
indiferente. La casera juró vivir
sin prejuicios. Nada quedaba salvo
la auto-confesión. "Madame", advertí,
"Detesto perder un viaje- Soy Africano"
silencio. Transmisión silenciada de
fingida buena educación. Voz que llega
como larga boquilla dorada y tubular, impregnada de lápiz labial
Fui sorprendido por su vileza.
"¿Qué tan oscuro?"… no había escuchado mal…
¿Es usted claro o muy oscuro?
Hedor a rancio vaho de refugio público para telefonear
Cabina roja, buzón rojo, rojo autobús doble
aplastando el alquitrán. ¡Era real! Avergonzada
por el silencio enfermizo, llevé al límite su
turbación para suplicar explicación
ella, considerada, cambió el tono
"¿Es usted oscuro? ¿o muy claro?" advino la revelación.
"¿Quiere usted decir, cómo chocolate puro, o con leche?"
Su asentimiento fue clínico, rayando en la frialdad de la luz.
Rápidamente, una vez ajustada la longitud de onda,
escogí Sepia Oeste- Africano- tras reflexionar dije:
"lo certifica mi pasaporte" Silencio para un espectroscópico
vuelo de ilusión, hasta que el acento de su sinceridad retumbó
con fuerza en la cocina. ¿Cómo así? dijo condescendiente
"No sé lo qué es". "No del todo".
Facialmente, soy moreno pero, madame, debería ver usted
el resto de mí. Las palmas de mis manos, las plantas de mis pies
son de un rubio oxigenado; la fricción lo ha causado-
torpemente madame - por sentarme, mi trasero se ha tornado
Negro Cuervo- ¡Un momento, madame! sintiendo
su auricular elevarse al sonido del trueno
en cuanto a mis orejas- "madame", sugerí,
¿no preferiría verlas usted misma?
indiferente. La casera juró vivir
sin prejuicios. Nada quedaba salvo
la auto-confesión. "Madame", advertí,
"Detesto perder un viaje- Soy Africano"
silencio. Transmisión silenciada de
fingida buena educación. Voz que llega
como larga boquilla dorada y tubular, impregnada de lápiz labial
Fui sorprendido por su vileza.
"¿Qué tan oscuro?"… no había escuchado mal…
¿Es usted claro o muy oscuro?
Hedor a rancio vaho de refugio público para telefonear
Cabina roja, buzón rojo, rojo autobús doble
aplastando el alquitrán. ¡Era real! Avergonzada
por el silencio enfermizo, llevé al límite su
turbación para suplicar explicación
ella, considerada, cambió el tono
"¿Es usted oscuro? ¿o muy claro?" advino la revelación.
"¿Quiere usted decir, cómo chocolate puro, o con leche?"
Su asentimiento fue clínico, rayando en la frialdad de la luz.
Rápidamente, una vez ajustada la longitud de onda,
escogí Sepia Oeste- Africano- tras reflexionar dije:
"lo certifica mi pasaporte" Silencio para un espectroscópico
vuelo de ilusión, hasta que el acento de su sinceridad retumbó
con fuerza en la cocina. ¿Cómo así? dijo condescendiente
"No sé lo qué es". "No del todo".
Facialmente, soy moreno pero, madame, debería ver usted
el resto de mí. Las palmas de mis manos, las plantas de mis pies
son de un rubio oxigenado; la fricción lo ha causado-
torpemente madame - por sentarme, mi trasero se ha tornado
Negro Cuervo- ¡Un momento, madame! sintiendo
su auricular elevarse al sonido del trueno
en cuanto a mis orejas- "madame", sugerí,
¿no preferiría verlas usted misma?
Wole Soyinka, incluido en Voces del Sur. Aproximación a la poesía africana (Biblioteca Virtual Omegalfa, Internet, s. a., ed. de Equipo Fénix, trad. de Rafael Patiño).
Otros poemas de Wole SoyinkaConversación telefónica, Viaje
"Si
realmente amas a alguien, déjalo libre." (Proverbio Chino)
TEXTOS
TERTULIA 1-12-2017
CASOS
Y COSAS
MALOS
TIEMPOS PARA EL HUMOR
MICRORRELATOS
CASOS
Y COSAS
¿Y
QUÉ HAY DE LA FELICIDAD?
Oí
que en aquella ciudad se vendían coches capaces de alcanzar los 300
km/h, coches que los habitantes pagaban a cómodos plazos mensuales
cuyo importe superaba con creces la tercera parte de su sueldo aunque
sabían que no podrían circular a más 120 km/h debido a los límites
de velocidad establecidos por la ley.
Me
dijeron que cada avenida estaba repleta de joyerías con ofertas que
ni el más tonto hubiera podido dejar pasar, eso sí, las joyas se
compraban para ser guardadas en cajas de seguridad porque el caos
urbanita era tal que llevarlas puestas hubiera sido un reclamo para
los ladrones.
La
publicidad alardeaba de la existencia de un gran número de teatros,
hospitales, zapaterías, cines, estancos, museos, bares, farmacias
capaces de cubrir cualquier necesidad de los viandantes durante las
veinticuatro horas del día y si no existía la necesidad ésta se
creaba atestando los escaparates de artilugios útiles o inútiles
-casi siempre innecesarios- que llamaban su atención.
Decidida
a investigar fui a tomar café a uno de esos lugares decorados con
tan infinita delicadeza que a punto estuve de entrar de puntillas;
sonriendo di los buenos días a un pulcro empleado de mirada lánguida
bajo la que se hospedaba su inexpresiva boca de la que brotó una voz
casi átona para preguntarme con desgana qué deseaba; a mi alrededor
personas perfectamente vestidas acarreaban el móvil en sus cuidadas
manos y depositaban la tablet al lado de la consumición: café solo
con sacarina y tostada sin mantequilla. No se escuchaba nada salvo
las imprescindibles comandas.
Tres
cafés con leche y doble ración de azúcar después y embriagada por
la turbación que provoca el exceso de silencio me dirigí al
empleado, cuya extrañeza hacia mi presencia se había hecho evidente
a partir del segundo café, para indagar qué ocurría allí que
nadie parecía feliz.
- Discúlpeme, –me dijo– pero creo que se está extralimitando. Como habrá leído a la entrada aquí está prohibido hablar de felicidad. Es posible que tanto azúcar le haya sentado mal. Le ruego que abone las consumiciones y abandone el local, de lo contrario me veré obligado a llamar a las fuerzas del orden.
Pagué
los treinta euros de los cafés y al leer el letrero de la entrada
pensé: “Hay
cosas que son un caso.”
Madrid,
29 noviembre 2017 – Victoria Blanco
CASOS
Y COSAS
Un
caso es un suceso en el que ocurren cosas.
Una
cosa es un objeto o hecho indefinido cuya existencia puede ser
extraordinaria, llegado el caso.
Encarnación Páez Alba
CASOS
Y COSAS
El
Registro
Alguien
me regaló un gatito blanco. Lo llevé al Registro de Animales del
Ayuntamiento. Allí había tres administrativas casi adolescentes
que, por las pintas, parecían de una escuela de bricolaje galáctica.
En la oficina había tres gatos de color gris sucio tumbados en un
sofá. Uno de ellos, sin darme cuenta, introdujo su pata en la cajita
donde llevaba a mi gato blanco y le arañó en la tripa. Le hizo una
herida y por allí empezó a salir hilo, lana, borra etc... El gatito
se hinchó un poco y murió sin quejarse. Yo, indignado, agarré, de
no sé donde, un palo de golf y golpeé al gato gris sucio con todas
mis fuerzas. Miramos por la ventana y vemos que el gato se introduce
directamente en el hoyo 5 de un campo de golf cercano. Se oyen
murmullos de admiración en el campo. Yo no me inmuto, les dirijo una
mirada asesina a las administrativas bricolágicas y les recrimino
que en esa oficina no debería haber más animales que los que van a
ser registrados.
Subo
al primer piso, entro en la oficina del Alcalde (nadie me lo impide,
soy conocido en la casa). Llego a la altura de su mesa, lo cojo por
la corbata y lo levanto de la silla hasta estar cara con cara con él
(es pequeñito y pesa poco). Pero la cara del Alcalde se transforma
en la de un conejo blanco. Estoy de rodillas ante el hoyo 5 del campo
de golf. El conejo blanco termina de salir entero del hoyo por donde
entró el gato gris sucio. Lo cojo y salgo disparado hacia la oficina
de Registro de Animales del Ayuntamiento. Son las 15:45, creo que
llegaré a tiempo. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Y
así cada día, con pequeñas, aunque jugosas, variaciones que no voy
a contar. Siempre hay que dejar algo en el tintero.
CASOS
Y COSAS
Siempre
esperaré.
Sin
pronunciarme para no dañarte...
Te
amaré en riguroso silencio,
te
desearé en la soledad de mi alma, y cuando me sientas, comprenderás
con la fuerza que llegas a mí.
Siempre,
no es demasiado, ni mucho, ni poco,
es
la medida correcta para decirte hasta cuanto estaría dispuesta a
esperar que llegues y me hagas partícipe de tu tiempo.
Siempre,
no es ni mucho ni poco, es el tiempo perfecto para vivir una
historia, nuestra historia sin más.
Para
robarnos besos y subirnos s las nubes,
para
rodar por los parajes soñados,
para
enredarnos el uno en el otro y dormir una eternidad.
Quizás
"Siempre"
Sin
despertar del letargo del después.
Siempre.
María
Martín
CASOS
Y COSAS
Curioso
fue el caso de una cosa que quiso vivir con un queso casualmente
cosificado. Se dijo que era tan sólo una leyenda urbana, cosas de
críos.
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES
www.arteslibres.net
CASOS
Y COSAS
Qué
día más raro ,
los pájaros vuelan para abajo...
JURO QUE LO HE VISTO
Hoy, los niños escaparon de las escuelas.
Y el cura de mi pueblo escribe cartas de amor a las parroquianas.
Hoy, ambulancias silenciosas
regalan ramos de flores y besos a todos los viandantes.
Y la Guardia Civil viste de verde esperanza.
Hoy, los pobres nos calentamos quemando billetes de 500, los Bin laden, en nuestras manos.
Y a los serios notarios no les salen las cuentas,
los pájaros vuelan para abajo...
JURO QUE LO HE VISTO
Hoy, los niños escaparon de las escuelas.
Y el cura de mi pueblo escribe cartas de amor a las parroquianas.
Hoy, ambulancias silenciosas
regalan ramos de flores y besos a todos los viandantes.
Y la Guardia Civil viste de verde esperanza.
Hoy, los pobres nos calentamos quemando billetes de 500, los Bin laden, en nuestras manos.
Y a los serios notarios no les salen las cuentas,
entre
tantos unicornios con sonrisas.
J.J.C.
- Juan Jiménez Caballero
MALOS
TIEMPOS PARA EL HUMOR
Sólo
hay dos momentos malos para el humor: cuando hay que explicarlo y
cuando hay que dar explicaciones.
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
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MICRORRELATOS
Amabas
mis ojos, pero yo tu mirada.
Ansiabas
mi boca, y yo tu sonrisa.
Querías
mis manos, y yo tus caricias.
Buscabas
mi seno, pero yo tu latido.
Deseabas
mi cuerpo, y yo tus sentidos.
Anhelabas
mi calor, pero yo tu presencia.
El
encuentro hizo redonda la circunferencia.
Encarnación
Páez Alba
MICRORRELATOS
EL MECHERO DEJÓ DE FUNCIONAR
No
hubo casi palabras. Se miraron largamente como haciendo repaso de su
historia, sonrisas en solitario, alguna lágrima furtiva de emoción
en el recuerdo. Entraba y salía gente ajena y no importaba.
Nada era tan especial como ese momento; ni el reproche, ni el
adiós. Sólo el suspenso en que la llama se va haciendo pequeña
hasta extinguirse en su rescoldo.
Fumaron
juntos el último cigarrillo.
Haydeé
Acosta
VENGANZA
No
tuvo tiempo de volver la cabeza. Con la voz al cuello y la punta de
la navaja rozándole el costado, avanzó enmudecido por rumbo
incierto hasta que le indicaron detenerse. Ya fuera del
vehículo lo despojaron de su ropa, maniataron y golpearon repetidas
veces, dejándolo en un aturdimiento lastimoso. Se sintió ultrajado,
manoseado y pisoteado. Oyó el coche alejándose. Ya solo,
llorando como un niño, no podía apartar de su cabeza el recuerdo de
otro episodio similar, que en carne de otra persona había
protagonizado como parte de un juego morboso e injustificable, del
que aún no se había arrepentido. La memoria y la vergüenza eran su
única denuncia. Tan sólo le quedaban dos secretos.
Haydeé
Acosta
MICRORRELATOS
Uno
tras otro,
como las hormigas,
van mis dedos
obreros de caricias.
como las hormigas,
van mis dedos
obreros de caricias.
J.J.C. - Juan Jiménez Caballero
MICRORRELATOS
Era
como el fuego, pero no ardía.
Era
pasión, pero no sentía.
Era
un alma sin alma porque de tanto que sentía, ya no sentía nada.
M.C.G.C. - Mari
Carmen Gómez Castro
MICRORRELATOS
MICAM
(microrrelatos amorosos)
*
“Esta es la historia más bonita de amor que he visto” dijo
mientras apuraba una pipa: “Se amaban y no eran conscientes de
ello, creían que la vida era así”.
*
Los besos que más nos cuesta olvidar son aquellos deseados que nunca
recibimos, los otros acaban disueltos en la realidad.
*
Aquel cuervo se enamoró perdidamente de un copo de algodón, a los
cuervos siempre le han atraído los colores, todos menos el negro . .
.
*
¿Quién podrá amar más y mejor que quien todavía no sabe que amar
es un concepto y lo hace naturalmente? Además de casi todos los
niños y unos pocos locos, ¿alguien se apunta?
*
Me puse a escribir una historia de AMOR y acabé en ROMA, ¿por qué
no la llaman también la ciudad del amor si tiene todas sus letras y el amor, ya se sabe, suele germinar en el lugar más insospechado?
*
Aunque cueste creerlo, existen amores tan extraños como el de un
antropófago y una vegana. Lo realmente extraño es que suceda sin
que ninguno de los dos renuncie a su forma de vida.
*
Parasol busca paraguas húmeda para compartir travesías marítimas.
*
Cuando Parapsicología se enamoró de Paracetamol todos sospecharon
que terminaría, como ocurrió, en una extraña jaqueca.
*
“No me reproches tu sufrimiento” le dijo un virus a un ser
humano, “Yo tampoco te elegí, como te ha sucedido a ti, a ambos
nos reunió el viento”.
*
El anciano maestro observó el brillo de la arrogancia en la mirada
de su joven alumno: “Cuanto más creas saberlo todo, más puertas
cierras a la posibilidad de saber algo más”.
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MICRORRELATOS
Ella
dice:
Si de mi se te antoja desconfiar, de ti tengo yo motivos para sospechar.
Si de mi se te antoja desconfiar, de ti tengo yo motivos para sospechar.
Él
dice:
Sospechar
es de cobardes, en el amor, nos guste o no, no hay más leña que la
que arde.
Ella dice:
Que no es por sospechar, es por tu pesar que hace pensar.
Él dice:
Mi pesar es mío y, a mi pesar, sólo lo comparto con muy pocos amigos
Ella dice:
Pues si tu pesar lo compartes con muy pocos amigos, compártelo también conmigo.
Que no es por sospechar, es por tu pesar que hace pensar.
Él dice:
Mi pesar es mío y, a mi pesar, sólo lo comparto con muy pocos amigos
Ella dice:
Pues si tu pesar lo compartes con muy pocos amigos, compártelo también conmigo.
Él
dice:
Ya lo he compartido contigo, pero dolieron algunas cosas por el camino.
Ella dice:
El camino es largo, hay cosas que dolieron y otras que alegraron, aún así, compártelo conmigo.
Ya lo he compartido contigo, pero dolieron algunas cosas por el camino.
Ella dice:
El camino es largo, hay cosas que dolieron y otras que alegraron, aún así, compártelo conmigo.
Él
dice:
Compartiendo estoy, por eso estamos en el camino.
Compartiendo estoy, por eso estamos en el camino.
Ella
dice:
Cómo bien dices, estamos en el camino, camino caminito que voy haciendo contigo.
Cómo bien dices, estamos en el camino, camino caminito que voy haciendo contigo.
Ella
y Él
"Esta
foto es de 1955, la llamaron 'Unos pocos segundos antes de la
felicidad'".
MÁS
VALE TARDE QUE NUNCA . . .
(Textos
de semanas anteriores que llegaron por correo postal en la era
digital, de ahí el retraso)
AHORA
Tic
tac dice el reloj mientras me envuelve el sueño por la noche y a mi
despertar del día.
Tic
tac vuelan las horas por las habitaciones de la casa, por las calles
del pueblo....
Tic
tac avanzan raudas desde la mañana a la tarde hasta llegar cansadas
a la noche y caer de nuevo en el pequeño reloj de la mesilla.
Tic
tac dicen las primeras gotas de lluvia en la boca de la palangana de
loza.
Tic
tac marcan las manecillas del limpia parabrisas , mientras despejan
la lluvia que cae a compás sobre el coche, camino de la autopista.
Tic
tac golpea el pico de los vencejos sobre las tejas del galpón del
jardín.
Tic
tac late el pulso de la vida en el mundo, en un llevar y traer de
tiempo que nace, crece y muere pero no acaba nunca. A veces risueño
porque se inmortaliza en la alegría, a veces triste porque es
arrebatado prematuramente, a veces agazapado por el miedo, otras a
lucha partida en la interperie.
Siempre
insobornable, implacable.
Tic
tac dice mi corazón, ahora es la hora.
Haydeé
Acosta
AHORA
HOY
venía de ayer y estaba cargado de nostalgia.
HOY
iba hacia mañana y estaba cargado de temores.
Hoy
por hoy, mejor AHORA, sin mañana ni ayer.
Haydeé
Acosta
Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral (José Ortega y Gasset)
Para
Iván
Qué bobo te ves haciendo caballitos de papel mientras todo el mundo ha pasado de comerse las uñas a comerse los dedos. Los niños usan sus dedos en lugar de palabras. El blanco es un color que sirve de mapa para llegar a los pantanosos comedores del raciocinio. Hay un cadáver flotando entre las cabezas de los comensales pero ellos no se dan cuenta. Hay océanos de tristeza que abrazan a los barcos donde los marineros se emborrachan contando historias sobre la guerra.
Cuando
me zumban los oídos ya no me importa un carajo si la gente me desea
cosas de muerte, a ellos se les hará chicharrón el corazón.
Escribo sin permitirme pausas para que la maestra crea que estoy
escribiendo lo que está dictando. Nadie sospecha de las piedras
¿verdad? A ella la quise tanto que no me importó oler muy de cerca
su menstruación. Mi caligrafía se descompone conforme la
electricidad de mi cerebro va haciéndose más y más roja. Mis
letras, de lejos, parecen arbolitos extraterrestres que nunca
servirán para hacer fuego.
Yo te diré qué fueron los noventas, los noventas fueron una pinche patraña, como tu papá y tus poemas. Haremos versitos que engañarán sonrisas y nos acostaremos a dormir creyendo que acabamos de salvar a la humanidad.
Yo te diré qué fueron los noventas, los noventas fueron una pinche patraña, como tu papá y tus poemas. Haremos versitos que engañarán sonrisas y nos acostaremos a dormir creyendo que acabamos de salvar a la humanidad.
Mi
lengua era una lengua romance cuando te besaba, muchacha, y yo le
digo a Iván que su poesía no durará porque los tamagochis fueron
aplastados por esa estampida que llamamos “enamoramiento” y él
toca la batería imaginaria mientras canta en sus adentros: Se
supone que la vida no es tan estridente. Mamá está equivocada y los
libros mientenLloré
mordiendo el aire que revoloteaba entre tu cara y la mía.
Los poetas chilangos hablan arameo mientras duermen y los poetas chilangos hablan de cómo sus padres destriparon a sus perros ¿verdad?
Esto no es un poema etcétera, y cuando me enamoro etcétera siento la misma angustia etcétera, que sentía cuando mis caballitos de papel apenas sabían relinchar, etcétera. Soy un niño que se convulsiona en su llanto etcétera en la espera de un poema y etcétera que nos salve la vida y ahuyente a las abejas ¿Verdad? Los libros son una mentirota que huele rico. Qué miserable me siento cuando camino por la calle y veo que aquí los edificios nunca podrán ser tiranosaurios rex de distintas nacionalidades.
Los poetas chilangos hablan arameo mientras duermen y los poetas chilangos hablan de cómo sus padres destriparon a sus perros ¿verdad?
Esto no es un poema etcétera, y cuando me enamoro etcétera siento la misma angustia etcétera, que sentía cuando mis caballitos de papel apenas sabían relinchar, etcétera. Soy un niño que se convulsiona en su llanto etcétera en la espera de un poema y etcétera que nos salve la vida y ahuyente a las abejas ¿Verdad? Los libros son una mentirota que huele rico. Qué miserable me siento cuando camino por la calle y veo que aquí los edificios nunca podrán ser tiranosaurios rex de distintas nacionalidades.
Las
mujeres si se lo proponen podrían conquistar al mundo con sus
superpoderes. Canciones con ruido blanco, ruido mapa, la música es
lo único que nos guiará al país de la misericordia ¿Verdad? Y
entonces cruzamos los brazos mirando con hastío la matanza del buen
gusto, y allá en el horizonte tus amigos se explotan porque saben
que se apagarán. Llegará el día en que la vida se fracture el
esqueleto bailando el guaguancó del infierno. ¿Condicionante entre
alfabeto y esquizofrenia?: la indiferencia. No nos debemos conformar
con un ríspido apretón de manos.
El fin de este etcétera brotará cuando dejemos de invocar terremotos y seamos dos ancianos cuyo historial de vida lo venda el Fondo de Cultura Económica. Espero algún día ser ese amigo suicidado que te visita en el reflejo de las ventanas, para que llores lentamente pensando en el dolor de los polvorones cuando se agrietan y de sus fisuras brotan secretos inimaginables. Hay que ser agradecidos con las personas que nos recuerdan nuestro parentesco con los polvorones ¿verdad? Hay que ser asertivos con esas palabras que estornudan cuando uno tiene los huevos de escribirlas sobre la arena de la playa. Hay que disfrazarnos de zombis cuando el otoño arrecie y empezar a devorar estrellas con la urgencia del niño que se sabe abandonado en un mundo lleno de cosas que todavía no podemos entender, ¿verdad?
Jesús Carmona-Robles en Tos (2013), incluido en Astronave. Panorámica de poesía mexicana (1985-1993) (Ediciones de Punto de partida, México, 2013, comp. de Gerardo Grande y Manuel de J. Jiménez).
El fin de este etcétera brotará cuando dejemos de invocar terremotos y seamos dos ancianos cuyo historial de vida lo venda el Fondo de Cultura Económica. Espero algún día ser ese amigo suicidado que te visita en el reflejo de las ventanas, para que llores lentamente pensando en el dolor de los polvorones cuando se agrietan y de sus fisuras brotan secretos inimaginables. Hay que ser agradecidos con las personas que nos recuerdan nuestro parentesco con los polvorones ¿verdad? Hay que ser asertivos con esas palabras que estornudan cuando uno tiene los huevos de escribirlas sobre la arena de la playa. Hay que disfrazarnos de zombis cuando el otoño arrecie y empezar a devorar estrellas con la urgencia del niño que se sabe abandonado en un mundo lleno de cosas que todavía no podemos entender, ¿verdad?
Jesús Carmona-Robles en Tos (2013), incluido en Astronave. Panorámica de poesía mexicana (1985-1993) (Ediciones de Punto de partida, México, 2013, comp. de Gerardo Grande y Manuel de J. Jiménez).
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