VOCES
entre VOCES
TEMAS
TERTULIA 24-2-2017
EL
ACABOSE
A
DIETA
DESCARO
"Cuando
era joven, oía a las personas y creía sus palabras. Ahora ya no soy
tan joven: ahora escucho a las personas y comparo sus palabras con
sus actos". (Proverbio oriental)
A
mí me gustan más los viejos.
Están ahí sentados y nos miran y no nos ven
y bastante tienen con lo suyo,
como los pescadores en las riberas de los grandes ríos,
inmóviles como piedras
en la noche estival.
A mí me gustan mucho los pescadores en las riberas de los ríos
y los viejos y los que salen a la calle tras una larga enfermedad.
Tienen algo en los ojos
que el mundo ya no ve
los viejos, como convalecientes
cuyos pies aún no son lo bastante fuertes para sostenerlos
y con la frente pálida como después de la fiebre.
Los viejos
que vuelven a ser ellos mismos lentamente
y se disuelven lentamente,
como el humo, imperceptiblemente se transforman
en sueño
y luz.Rolf Jacobsen en Hemmelig liv (1954), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
Están ahí sentados y nos miran y no nos ven
y bastante tienen con lo suyo,
como los pescadores en las riberas de los grandes ríos,
inmóviles como piedras
en la noche estival.
A mí me gustan mucho los pescadores en las riberas de los ríos
y los viejos y los que salen a la calle tras una larga enfermedad.
Tienen algo en los ojos
que el mundo ya no ve
los viejos, como convalecientes
cuyos pies aún no son lo bastante fuertes para sostenerlos
y con la frente pálida como después de la fiebre.
Los viejos
que vuelven a ser ellos mismos lentamente
y se disuelven lentamente,
como el humo, imperceptiblemente se transforman
en sueño
y luz.Rolf Jacobsen en Hemmelig liv (1954), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
"La
mente que se abre a una idea, jamás volverá a su tamaño original".
(Albert Einstein)
TEXTOS
TERTULIA 17-2-2017
COMO
QUIERAS
MICRORRELATOS
ESTO
NO ES LO QUE PARECE
COMO
QUIERAS
-Tú
no sabes amar
¿y
tú que sabrás?
Por
eso te lo digo,
porque
sé lo que es no saber amar.
Te
voy a callar tu boca con mis labios
para
que no digas más sandeces...
14/2/
Infinito
José
María Rico
COMO
QUIERAS
Nací
observadora y beligerante. ¿Defectos o virtudes? Ni una cosa ni la
otra pues “nada es veneno, todo es veneno, depende de la dosis”
decía Paracelso. Imagino que aquel catorce de enero hice mi
entrada en escena calándome hasta los huesos de los reflujos de
diciembre y reclamando mis regalos con un desesperado llanto; ya que
había venido al mundo que el mundo notara mi presencia.
Prestar
atención a lo que nos rodea no es un comportamiento habitual y,
evidentemente, llevarlo a la práctica me aportaba estimaciones que
pasan desapercibidas a casi todos los demás; una vez tomé
conciencia de ello hubo un largo período en el que contaba con
vehemencia a cualquiera todo cuanto consideraba sugestivo, sin
apreciar que algunas personas no estaban interesadas y otras se
molestaban conmigo por haber advertido el asunto antes que ellas.
Poco
a poco –todo lleva su tiempo– adquirí cierta destreza en el
manejo de informar hasta conseguir hacerlo, casi siempre, con menos
ímpetu y dirigido a los oídos dispuestos a escuchar. No obstante,
en algunas ocasiones, mi arrebato me llevaba a desenfundar todas las
esperanzas en la seguridad de que sería entendida acabando
enfangada, en más de una ocasión, y metida en jardines que el dueño
no tenía ningún interés en aligerar, pues su único propósito al
preguntar mi opinión era que alabara el tamaño de las rosas.
Yo
me rebelaba contra la incompetencia del propietario incapaz de
imaginar el vergel que podría conseguir con sólo repodar y abonar
la tierra; mantuve con algunos de ellos mil discusiones frente a una
copa de vino, cientos de charlas de salón y no sé cuántos
parlamentos telefónicos; los miserables se limitaban a pescar lo que
les interesaba, a hacer suyas algunas ideas que por sí mismos no
hubieran sido capaces de generar y a utilizar contra mí lo que les
convenía, con actitudes sutiles o alardeando de su crueldad,
dependía del día.
Esto
continuó así durante años hasta que en honor a mi condición
innata de guerrera curiosa y para evitar el dolor que me provocan
estos desequilibrados propietarios de vidas amargas que buscan mis
palabras para barnizar su tormentosa realidad, resolví utilizar una
sencilla frase que, sin perder yo los papeles, me los quita de en
medio cuando cuestionan reflexiones que no pueden ni quieren
entender; con fingida delicadeza y una forzada sonrisa les digo:
“Como quieras.”
Madrid,
16 febrero 2017 – Victoria Blanco
MICRORRELATOS,
COMO QUIERAS,
ESTO
NO ES LO QUE PARECE
Golfo,
un suricato de la camada de hace cuatro años, joven, en plena forma,
vivía cómodo y seguro en el seno de su familia de 24 miembros,
todos cumplían su turno de vigilancia, limpiaban y ensanchaban los
túneles de la madriguera, incluso algunos se hacían amigos
inseparables de los más pequeños y los instruían en todo. Pero
él, ¿Golfo?, no, él no, era más listo que los demás, en sus
correrías para comer siempre se separaba un poco del grupo para no
hacerse notar, comer todo el rato y no hacer sus turnos de
vigilancia, eso sí, no demasiado lejos para escuchar los avisos de
peligro del vigilante de turno, cuando tocaba trabajar en la
madriguera Golfo buscaba un túnel en desuso y se echaba una siesta y
a los pequeños no les hacia ni caso, para eso ya estaban sus otros
hermanos. Cuando alguno se daba cuenta corría en busca de su madre
para decírselo, esta le llamaba a consultas, pero a Golfo le daba
igual, siempre tenía una buena excusa:
-Esto
no es lo que parece mamá, estoy arreglando ese túnel por si algún
día tenemos que escapar por ahí-
-Estaba
vigilando con la oreja pegada al suelo, presentía que un animal
grande nos acechaba-
Su
madre siempre respondía:
-Haz
como quieras hijo, y vosotros no me molestéis más, ocuparos de
vuestras cosas-
Siempre
así, su madre le defendía, o eso creían sus hermanos, y Golfo vivía
feliz.
Andaba
Golfo sesteando a la sombra detrás de unas matas, el resto de la
familia que no había tenido tiempo de alimentarse suficiente se
alejó más de la cuenta en busca de insectos, cuando una víbora
despistada pasó muy cerca de él, el siseo lo despertó del todo y
dio tal salto del susto que se llevo, que la víbora, enemiga mortal
de los suricatos, se asustó también y en su rápida reacción mordió
a Golfo.
El
veneno de las víboras no mata a los suricatos pero los enferma
durante un par de semanas y Golfo volvió renqueante y malherido a la
madriguera común, nadie advirtió nada, estaban acostumbrados a sus
ausencias y sus excusas, esa noche la pasó en una sala aparte, no se
podía mover, a la mañana siguiente, en un esfuerzo supremo, consiguió
ponerse en el túnel de entrada para que al volver su familia lo
encontrara y le trajeran algo de comer, pero cuando volvieron sus
hermanos le increparon mientras que saltaban por encima o lo echaban
a un lado al pasar junto a él:
-¡Eh!
¿es que no veis que estoy enfermo? ¿podíais traerme algo de
comer?-
-Mira
que cara tiene-
-Lo
tuyo no tiene límites, encima de no hacer nada ahora quiere que le
traigamos la comida-
Su
madre al pasar por ahí percibió que algo no iba bien y pregunto:
-Te
veo raro ¿qué pasa Golfo?-
-Que
me ha picado un víbora, no me puedo mover y encima mis hermanos no
quieren traerme nada de comer-
-Protestón, ve a buscar un par de escarabajos para tu hermano-
-Jo,
mamá, él nunca hace nada...¿por qué tengo que ser yo?-
-Ve
inmediatamente y sin rechistar-
-Gracias
mamá- dijo Golfo
-Hijo
tómate el tiempo que necesites, recupérate bien-
-Cuanto
te quiero mamá-
-Y
cuando salgas por esa puerta no vuelvas nunca más-
Golfo, asustado, empezó a llorar.
-Pero
mamá ¿qué voy a hacer solo por ahí? me moriré de hambre o de
frío o me atacaran las águilas o los chacales-
-Tú
nunca has colaborado, te he permitido vivir con nosotros porque te
quiero como hijo mío que eres y mientras no has pedido nada y no has
molestado, está bien, pero tengo más hijos en los que pensar-
-A
partir de ahora te juro que seré como los demás, que digo como los
demás, colaboraré mucho más-
-Serías
un mal ejemplo para los más pequeños ¿qué pensarán si te
perdono?,¿qué pueden hacer lo que quieran y cuando se pongan las
cosas difíciles les voy a perdonar? nadie querría colaborar, todos
recelarían de otros y se perdería la camaradería y los lazos
familiares-
Apenados, los hermanos pidieron clemencia para Golfo, pero su madre fue
inflexible:
-Cuando
te recuperes busca otra manada o crea tu propia familia, si sales
vivo y lo consigues seguro que serás el mejor ejemplo de camaradería
para tus semejantes, pero en esta familia tu tiempo se ha agotado-
En
un pueblo, en una empresa pequeña, en una familia... en una comunidad
pequeña, siempre serás responsable de tus actos y actitudes, aunque lo pasen por alto, siempre habrá quien no lo olvide.
de
Bonis
Mov.: (+34)
658875149
MICRORRELATOS
*
Había una vez una piedra que quería ser agua y sufría por ello,
hasta que comprendió que, para algunas cosas, sólo hace falta
aprender a esperar.
*
Los cangrejos, cuando sueñan, quieren ser gaviotas, no charranes.
Sí, entre carroñeros anda el juego . . .
*
En aquellos bailes que organizaban los sueños la realidad tenía
fama de aguafiestas.
*
No sabía si realmente existía o no, si le habían echado alguna
droga en la bebida, si todo lo que sucedía a su alrrededor, eso que
los demás llamaban realidad, era consecuencia de algún programa
informático, el reflejo de otra dimensión o el capricho de un dios
inimaginable.
*
Cuentan los cronistas que las crónicas las escribieron cuentistas.
*
En el País de los Cuentos apenas sabían contar hasta cinco.
*
Soñó
con un cuento que terminaba en el principio y se hizo budista como se
podía haber hecho carpintero.
*
Le dijo Doña Inés a Don Juan: “Quiero ser Doña Juana”. Don
Juan, confuso, decidió transformarse en Juana la Loca y el mundo
empezó a girar de una forma diferente.
*
Había una vez unos dioses que decidieron crear un mundo, pero se
fueron de vinos, se pasaron y . . . he aquí el resultado.
*
Accidentalmente se dió cuenta de que habitaba un universo paradójico
creado por un programa informático. Hizo buena amistad con Casandra
. . .
*
Las ilusiones, le dijo, cuando es necesario, saben anidar hasta en la
punta de un alfiler.
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LIBRES - www.arteslibres.net
ESTO
NO ES LO QUE PARECE
La
magia no está en las palabras,
sino
ojos adentro del ser que lee.
¿ Qué pasaría si las palabras sólo pudieran pronunciarse tres veces,
antes de desaparecer para siempre de nuestra memoria?
Para no hablar solo, lanzó preguntas al aire.Las preguntas son tan peligrosas
como una pistola cargada en las manos de un niño.
Tenemos claro que no queremos saber,
demasiadas respuestas dolorosas . . .
Pero, tú calla. O tendré que huir si me dices que me quieres.
Aunque te parezca extraño.
¿ Qué pasaría si las palabras sólo pudieran pronunciarse tres veces,
antes de desaparecer para siempre de nuestra memoria?
Para no hablar solo, lanzó preguntas al aire.Las preguntas son tan peligrosas
como una pistola cargada en las manos de un niño.
Tenemos claro que no queremos saber,
demasiadas respuestas dolorosas . . .
Pero, tú calla. O tendré que huir si me dices que me quieres.
Aunque te parezca extraño.
Juan
Jiménez Caballero
ESTO
NO ES LO QUE PARECE
EN
UN SUSPIRO
(Letra
y música.- Babelain)
EL AGUA SE
TRANSFORMA DE NUEVO EN PEZ
EL
PEZ LLORA LA MUERTE
LA
MUERTE DE UN ÁRBOL
UN
ÁRBOL SE DESNUDA
SE
DESNUDA BAJO EL CIELO
PEZ
ÁRBOL CIELO
EL CIELO VIBRA
CON EL CASCABEL DEL ÁNGEL
EL
ÁNGEL DESPIERTA SUAVEMENTE AL GALLO
EL
GALLO BAILA GIRANDO EN SILENCIO
EL
GALLO BAILA GIRANDO EN SILENCIO
ÁNGEL
GALLO SILENCIO
EL
SILENCIO SUSPIRA DE PURO ÉXTASIS
EL
ÉXTASIS SE REFLEJA DE LLENO EN EL AGUA
EL AGUA SE
TRANSFORMA DE NUEVO EN PEZ
EL
AGUA SE TRANSFORMA DE NUEVO EN PEZ
ÉXTASIS
AGUA PEZ
Link
single y portada:
José
Luis Álvarez
ESTO
NO ES LO QUE PARECE
HAY
DOS EN EL ASEO
Hay dos en el aseo, y nadie sabe que están haciendo.
Parece
algo feo, afirma, desconfiado, el peor pensado.
Por
ese ruido que hacen, cosa de drogas será, dice uno.
Parecen
más bien asuntos de lujuria, murmuran otros.
Igual
son unos terroristas preparando algún atentado,
Quien
sabe, grita otro, tal vez sean unos degenerados.
Hay
dos en el aseo, y es un gran misterio,
que
a todos tiene pendientes y excitados.
Hasta
que salen, sudando, dos fontaneros,
diciéndole,
asombrado, el más bajo al otro:
Compañero,
si me lo cuentan, no me lo creo,
de
verdad, este mundo está completamente loco.
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