sábado, 18 de febrero de 2017

VOCES entre VOCES
TEMAS TERTULIA 24-2-2017

EL ACABOSE
A DIETA
DESCARO

"Cuando era joven, oía a las personas y creía sus palabras. Ahora ya no soy tan joven: ahora escucho a las personas y comparo sus palabras con sus actos". (Proverbio oriental)













A mí me gustan más los viejos.
Están ahí sentados y nos miran y no nos ven
y bastante tienen con lo suyo,
como los pescadores en las riberas de los grandes ríos,
inmóviles como piedras
en la noche estival.
A mí me gustan mucho los pescadores en las riberas de los ríos
y los viejos y los que salen a la calle tras una larga enfermedad.

Tienen algo en los ojos
que el mundo ya no ve
los viejos, como convalecientes
cuyos pies aún no son lo bastante fuertes para sostenerlos
y con la frente pálida como después de la fiebre.

Los viejos
que vuelven a ser ellos mismos lentamente
y se disuelven lentamente,
como el humo, imperceptiblemente se transforman
en sueño
y luz.
Rolf Jacobsen en Hemmelig liv (1954), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
"La mente que se abre a una idea, jamás volverá a su tamaño original". (Albert Einstein)

TEXTOS TERTULIA 17-2-2017

COMO QUIERAS
MICRORRELATOS
ESTO NO ES LO QUE PARECE


COMO QUIERAS

-Tú no sabes amar
¿y tú que sabrás?
Por eso te lo digo,
porque sé lo que es no saber amar.
Te voy a callar tu boca con mis labios
para que no digas más sandeces...

14/2/ Infinito

José María Rico


COMO QUIERAS

Nací observadora y beligerante. ¿Defectos o virtudes? Ni una cosa ni la otra pues “nada es veneno, todo es veneno, depende de la dosis” decía Paracelso. Imagino que aquel catorce de enero hice mi entrada en escena calándome hasta los huesos de los reflujos de diciembre y reclamando mis regalos con un desesperado llanto; ya que había venido al mundo que el mundo notara mi presencia.
Prestar atención a lo que nos rodea no es un comportamiento habitual y, evidentemente, llevarlo a la práctica me aportaba estimaciones que pasan desapercibidas a casi todos los demás; una vez tomé conciencia de ello hubo un largo período en el que contaba con vehemencia a cualquiera todo cuanto consideraba sugestivo, sin apreciar que algunas personas no estaban interesadas y otras se molestaban conmigo por haber advertido el asunto antes que ellas.
Poco a poco –todo lleva su tiempo– adquirí cierta destreza en el manejo de informar hasta conseguir hacerlo, casi siempre, con menos ímpetu y dirigido a los oídos dispuestos a escuchar. No obstante, en algunas ocasiones, mi arrebato me llevaba a desenfundar todas las esperanzas en la seguridad de que sería entendida acabando enfangada, en más de una ocasión, y metida en jardines que el dueño no tenía ningún interés en aligerar, pues su único propósito al preguntar mi opinión era que alabara el tamaño de las rosas.
Yo me rebelaba contra la incompetencia del propietario incapaz de imaginar el vergel que podría conseguir con sólo repodar y abonar la tierra; mantuve con algunos de ellos mil discusiones frente a una copa de vino, cientos de charlas de salón y no sé cuántos parlamentos telefónicos; los miserables se limitaban a pescar lo que les interesaba, a hacer suyas algunas ideas que por sí mismos no hubieran sido capaces de generar y a utilizar contra mí lo que les convenía, con actitudes sutiles o alardeando de su crueldad, dependía del día.
Esto continuó así durante años hasta que en honor a mi condición innata de guerrera curiosa y para evitar el dolor que me provocan estos desequilibrados propietarios de vidas amargas que buscan mis palabras para barnizar su tormentosa realidad, resolví utilizar una sencilla frase que, sin perder yo los papeles, me los quita de en medio cuando cuestionan reflexiones que no pueden ni quieren entender; con fingida delicadeza y una forzada sonrisa les digo: “Como quieras.”

Madrid, 16 febrero 2017 – Victoria Blanco

MICRORRELATOS, COMO QUIERAS,
ESTO NO ES LO QUE PARECE

Golfo, un suricato de la camada de hace cuatro años, joven, en plena forma, vivía cómodo y seguro en el seno de su familia de 24 miembros, todos cumplían su turno de vigilancia, limpiaban y ensanchaban los túneles de la madriguera, incluso algunos  se hacían amigos inseparables de los más pequeños y los instruían en todo. Pero él, ¿Golfo?, no, él no, era más listo que los demás, en sus correrías para comer siempre se separaba un poco del grupo para no hacerse notar, comer todo el rato y no hacer sus turnos de vigilancia, eso sí, no demasiado lejos para escuchar los avisos de peligro del vigilante de turno, cuando tocaba trabajar en la madriguera Golfo buscaba un túnel en desuso y se echaba una siesta y a los pequeños no les hacia ni caso, para eso ya estaban sus otros hermanos. Cuando alguno se daba cuenta corría en busca de su madre para decírselo, esta le llamaba a consultas, pero a Golfo le daba igual, siempre tenía una buena excusa:
-Esto no es lo que parece mamá, estoy arreglando ese túnel por si algún día tenemos que escapar por ahí-
-Estaba vigilando con la oreja pegada al suelo, presentía que un animal grande nos acechaba-
Su madre siempre respondía:
-Haz como quieras hijo, y vosotros no me molestéis más, ocuparos de vuestras cosas-
Siempre así, su madre le defendía, o eso creían sus hermanos, y Golfo vivía feliz.
Andaba Golfo sesteando a la sombra detrás de unas matas, el resto de la familia que no había tenido tiempo de alimentarse suficiente se alejó más de la cuenta en busca de insectos, cuando una víbora despistada pasó muy cerca de él, el siseo lo despertó del todo y dio tal salto del susto que se llevo, que la víbora, enemiga mortal de los suricatos, se asustó también y en su rápida reacción mordió a Golfo.
El veneno de las víboras no mata a los suricatos pero los enferma durante un par de semanas y Golfo volvió renqueante y malherido a la madriguera común, nadie advirtió nada, estaban acostumbrados a sus ausencias y sus excusas, esa noche la pasó en una sala aparte, no se podía mover, a la mañana siguiente, en un esfuerzo supremo, consiguió ponerse en el túnel de entrada para que al volver su familia lo encontrara y le trajeran algo de comer, pero cuando volvieron sus hermanos le increparon mientras que saltaban por encima o lo echaban a un lado al pasar junto a él:
-¡Eh! ¿es que no veis que estoy enfermo? ¿podíais traerme algo de comer?-
-Mira que cara tiene-
-Lo tuyo no tiene límites, encima de no hacer nada ahora quiere que le traigamos la comida-
Su madre al pasar por ahí percibió que algo no iba bien y pregunto:
-Te veo raro ¿qué pasa Golfo?-
-Que me ha picado un víbora, no me puedo mover y encima mis hermanos no quieren traerme nada de comer-
-Protestón, ve a buscar un par de escarabajos para tu hermano-
-Jo, mamá, él nunca hace nada...¿por qué tengo que ser yo?-
-Ve inmediatamente y sin rechistar-
-Gracias mamá- dijo Golfo
-Hijo tómate el tiempo que necesites, recupérate bien-
-Cuanto te quiero mamá-
-Y cuando salgas por esa puerta no vuelvas nunca más-
Golfo, asustado, empezó a llorar.
-Pero mamá ¿qué voy a hacer solo por ahí? me moriré de hambre o de frío o me atacaran las águilas o los chacales-
-Tú nunca has colaborado, te he permitido vivir con nosotros porque te quiero como hijo mío que eres y mientras no has pedido nada y no has molestado, está bien, pero tengo más hijos en los que pensar-
-A partir de ahora te juro que seré como los demás, que digo como los demás, colaboraré mucho   más-
-Serías un mal ejemplo para los más pequeños ¿qué pensarán si te perdono?,¿qué pueden hacer lo que quieran y cuando se pongan las cosas difíciles les voy a perdonar? nadie querría colaborar, todos recelarían de otros y se perdería la camaradería y los lazos familiares-
Apenados, los hermanos pidieron clemencia para Golfo, pero su madre fue inflexible:
-Cuando te recuperes busca otra manada o crea tu propia familia, si sales vivo y lo consigues seguro que serás el mejor ejemplo de camaradería para tus semejantes, pero en esta familia tu tiempo se ha agotado-
En un pueblo, en una empresa pequeña, en una familia... en una comunidad pequeña, siempre serás responsable de tus actos y actitudes, aunque lo pasen por alto, siempre habrá quien no lo olvide.
 
 de Bonis



MICRORRELATOS

* Había una vez una piedra que quería ser agua y sufría por ello, hasta que comprendió que, para algunas cosas, sólo hace falta aprender a esperar.

* Los cangrejos, cuando sueñan, quieren ser gaviotas, no charranes. Sí, entre carroñeros anda el juego . . .

* En aquellos bailes que organizaban los sueños la realidad tenía fama de aguafiestas.

* No sabía si realmente existía o no, si le habían echado alguna droga en la bebida, si todo lo que sucedía a su alrrededor, eso que los demás llamaban realidad, era consecuencia de algún programa informático, el reflejo de otra dimensión o el capricho de un dios inimaginable.

* Cuentan los cronistas que las crónicas las escribieron cuentistas.

* En el País de los Cuentos apenas sabían contar hasta cinco.

* Soñó con un cuento que terminaba en el principio y se hizo budista como se podía haber hecho carpintero.

* Le dijo Doña Inés a Don Juan: “Quiero ser Doña Juana”. Don Juan, confuso, decidió transformarse en Juana la Loca y el mundo empezó a girar de una forma diferente.

* Había una vez unos dioses que decidieron crear un mundo, pero se fueron de vinos, se pasaron y . . . he aquí el resultado.

* Accidentalmente se dió cuenta de que habitaba un universo paradójico creado por un programa informático. Hizo buena amistad con Casandra . . .

* Las ilusiones, le dijo, cuando es necesario, saben anidar hasta en la punta de un alfiler.

Nekovidal - nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES - www.arteslibres.net


ESTO NO ES LO QUE PARECE

La magia no está en las palabras, 
sino ojos adentro del ser que lee.
¿ Qué pasaría si las palabras sólo pudieran pronunciarse tres veces,
antes de desaparecer para siempre de nuestra memoria?
Para no hablar solo, lanzó preguntas al aire.
Las preguntas son tan peligrosas 
como una pistola cargada en las manos de un niño.
Tenemos claro que no queremos saber, 
demasiadas respuestas dolorosas . . .
Pero, tú calla. O tendré que huir si me dices que me quieres.
Aunque te parezca extraño. 

Juan Jiménez Caballero


ESTO NO ES LO QUE PARECE
EN UN SUSPIRO
(Letra y música.- Babelain)

EL AGUA SE TRANSFORMA DE NUEVO EN PEZ
EL PEZ LLORA LA MUERTE
LA MUERTE DE UN ÁRBOL
UN ÁRBOL SE DESNUDA
SE DESNUDA BAJO EL CIELO
PEZ ÁRBOL CIELO

EL CIELO VIBRA CON EL CASCABEL DEL ÁNGEL
EL ÁNGEL DESPIERTA SUAVEMENTE AL GALLO
EL GALLO BAILA GIRANDO EN SILENCIO
EL GALLO BAILA GIRANDO EN SILENCIO
ÁNGEL GALLO SILENCIO

EL SILENCIO SUSPIRA DE PURO ÉXTASIS
EL ÉXTASIS SE REFLEJA DE LLENO EN EL AGUA

EL AGUA SE TRANSFORMA DE NUEVO EN PEZ
EL AGUA SE TRANSFORMA DE NUEVO EN PEZ
ÉXTASIS AGUA PEZ

Link single y portada:

José Luis Álvarez


ESTO NO ES LO QUE PARECE
HAY DOS EN EL ASEO

Hay dos en el aseo, y nadie sabe que están haciendo.
Parece algo feo, afirma, desconfiado, el peor pensado.
Por ese ruido que hacen, cosa de drogas será, dice uno.
Parecen más bien asuntos de lujuria, murmuran otros.
Igual son unos terroristas preparando algún atentado,
Quien sabe, grita otro, tal vez sean unos degenerados.


Hay dos en el aseo, y es un gran misterio,
que a todos tiene pendientes y excitados.
Hasta que salen, sudando, dos fontaneros,
diciéndole, asombrado, el más bajo al otro:
Compañero, si me lo cuentan, no me lo creo,
de verdad, este mundo está completamente loco.


Nekovidal - nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES - www.arteslibres.net




No hay comentarios:

Publicar un comentario