*VOCES
entre VOCES
TEMAS
TERTULIA 7-10-2016
EL
VIENTO QUE SE LLEVA NUESTRAS IDEAS
LAS
SOMBRAS
LO
QUE IBA A PASAR EN EL AÑO 2000
"Jamás
penséis que una guerra, por necesaria o justificada que parezca,
deja de ser un crimen" (Ernest Hemingway)
¿Cuánto
mis cascabeles tendré que sacudir
Y besarte la frente, triste caricatura?
Para dar en el blanco, de mística virtud,
Mi carcaj, ¿cuántas flechas habrá de malgastar?
En fintas sutilísimas nuestra alma gastaremos,
Y más de un bastidor hemos de destruir,
Antes de contemplar la acabada Criatura
Cuyo infernal deseo nos colma de sollozos.
Hay algunos que nunca conocieron a su Ídolo,
Escultores malditos que el oprobio marcó,
Que se golpean con saña en el pecho y la frente,
Sin más que una esperanza, ¡Capitolio sombrío!
Que la Muerte, cerniéndose como sol renovado,
Logrará, al fin, que estallen las flores de su mente.
Charles Baudelaire en Las flores del mal (Alianza Editorial, Madrid, 1984, versión de Antonio Martínez Sarrión).Otros poemas de Charles Baudelaire
Correspondencias, El crepúsculo vespertino, El gato, El hombre y el mar, El vino de los traperos, Elevación, Las ventanas, Lesbos, Los búhos, Los faros, Los gatos, Spleen
Y besarte la frente, triste caricatura?
Para dar en el blanco, de mística virtud,
Mi carcaj, ¿cuántas flechas habrá de malgastar?
En fintas sutilísimas nuestra alma gastaremos,
Y más de un bastidor hemos de destruir,
Antes de contemplar la acabada Criatura
Cuyo infernal deseo nos colma de sollozos.
Hay algunos que nunca conocieron a su Ídolo,
Escultores malditos que el oprobio marcó,
Que se golpean con saña en el pecho y la frente,
Sin más que una esperanza, ¡Capitolio sombrío!
Que la Muerte, cerniéndose como sol renovado,
Logrará, al fin, que estallen las flores de su mente.
Charles Baudelaire en Las flores del mal (Alianza Editorial, Madrid, 1984, versión de Antonio Martínez Sarrión).Otros poemas de Charles Baudelaire
Correspondencias, El crepúsculo vespertino, El gato, El hombre y el mar, El vino de los traperos, Elevación, Las ventanas, Lesbos, Los búhos, Los faros, Los gatos, Spleen
TEXTOS
TERTULIA 30-9-2016
AGUA
PARA MI MOLINO
¡NI
UNA PALABRA MÁS!
COMO
SALVAR VUESTRO PLANETA
Como
decía Korczac, ninguna revolución merece la pena si no tiene en
cuenta la felicidad de los niños y niñas. Porque los niños felices
es mucho más probable que sean adultos felices que no tengan
necesidad de amargarle la vida a nadie. Y porque las revoluciones que
hagamos pensando en los niños --o, mejor dicho, escuchando a los
niños-- serán revoluciones que, en realidad, serán buenas también
para todos los demás. Ese es el reto que nos queda por delante:
escuchar a los niños. Escucharles sin juicios ni prejuicios, sin
expectativas ni paternalismo. Solo así dejaremos de tenerles miedo.
Y, de paso, es posible que dejemos de tener miedo a vivir con
autenticidad.
AGUA
PARA MI MOLINO
RODOLLAS
Soy
un elefante sin memoria,
que baila ballet
en estos días de pólvora.
Hago funambulismo sobre los rascacielos
de los pigmeos.
Me arrastro. Surfeo como nadie
en tu baba de caracol .
Soy un don poco con tarjeta de visita,
pero alzado por un sueño.
Mitad hombre, mitad perro corro a buscarte,
cuando me tiras un hueso.
Y me comiste la uñas. Por eso no araño.
Beso en secreto los labios,
de los maniquíes en las tiendas.
Soy un cobrador del frac desnudo,
que no quiere dineros.
Sólo cobrar en carne y en especias.
Soy un perfomance de la humana existencia.
El original de la copia,
que guardabas en blanco y negro.
Bebo el rocío de los amaneceres
en sus espinas.
Y vuelo cosido al suelo
por la oscuridad de las luces.
Soy un ángel promesa,
expulsado del paraíso por dejar la puerta abierta.
Si, soy un embustero.
Un viejo joven
con eterno acné en la certeza.
Pero tengo muy claro, que escupo en el odio
de todos los dioses.
JJCC
que baila ballet
en estos días de pólvora.
Hago funambulismo sobre los rascacielos
de los pigmeos.
Me arrastro. Surfeo como nadie
en tu baba de caracol .
Soy un don poco con tarjeta de visita,
pero alzado por un sueño.
Mitad hombre, mitad perro corro a buscarte,
cuando me tiras un hueso.
Y me comiste la uñas. Por eso no araño.
Beso en secreto los labios,
de los maniquíes en las tiendas.
Soy un cobrador del frac desnudo,
que no quiere dineros.
Sólo cobrar en carne y en especias.
Soy un perfomance de la humana existencia.
El original de la copia,
que guardabas en blanco y negro.
Bebo el rocío de los amaneceres
en sus espinas.
Y vuelo cosido al suelo
por la oscuridad de las luces.
Soy un ángel promesa,
expulsado del paraíso por dejar la puerta abierta.
Si, soy un embustero.
Un viejo joven
con eterno acné en la certeza.
Pero tengo muy claro, que escupo en el odio
de todos los dioses.
JJCC
Agua
para mi molino, Como salvar el planeta.
"Voces
entre voces" 29/09/16
Recordando
unas palabras que de un famoso político una vez dijo, político en
cuestión que como todos sabéis; de origen irlandés, concretamente
de Sandycove, el pueblo de James Joyce, lo digo por la parte de los Fitzgerald: "No
te preguntes qué
puede hacer
tu país por ti,
pregúntate que puedes hacer tú
por tu
país" Yo digo "No
te preguntes qué
puede hacer
el planeta por ti,
pregúntate que puedes hacer tú
por el
planeta"
Agua
que rueda mi molino, molino que muela la harina, harina masa del pan,
pan que a la humanidad alimenta.
Si
no llega el agua no rueda el molino, por no haber no hay ni harina ni
pan que a la humanidad sustenta.
Agua
que rueda mi molino y sigue su camino regando huertos, aliviando la
sed de los hombres, animales y plantas, sucia viene, contaminada, a
nada ni nadie sacia la sed si no aumenta.
Agua
que en la mar muere y en las nubes se renueva, sucia llega, corales
mata y peces envenena.
Agua
que al cielo llega, estratos, cirros, cúmulos, nimbos, blancos,
grises y negros crea, agua que devuelve a la tierra gotas, gotas de
lluvia ácida que quema.
Y
tú te preguntas ¿Como salvar el planeta? ¡Niño, tira esa bolsa al
suelo!, ¿Y con los residuos de la fábrica que hacemos? ¡Viértelos
al desagüe!¡Echa más sulfato al tomate que este año hay más
mosquitos! No hay quien te entienda.
¿Y
tú te preguntas como salvar el planeta?
Deja
que corra agua para mi molino, que venga abundante, limpia y pura que
de ella dependen el mar, el cielo, y la tierra.
Diego
Francisco Guevara de Bonis.
AGUA
PARA MI MOLINO
Hay
un olor impreciso que no inunda nuestro cuerpo a través del olfato,
sino en una suerte de ósmosis con todo cuanto nos rodea. No existe
humano capaz de controlarlo por si sólo, ni grupo, por numeroso que
sea, que pueda imponerlo. Viene a nosotros cuando jugamos limpio con
la vida, cuando la acariciamos en vez de intentar retenerla. Ni está
a la venta ni admite más especulación que ser o no ser. Siendo
gratis, quien lo posee es rico y afortunado.
Lo
sentí por primera vez cuando un grupo de niños pequeños dijimos no
a los matoncillos que nos tenían atemorizados, y aún cuando el olor
se mezclaba con el sabor de la sangre bajando por la garganta era un
aroma inolvidable. También en la adolescencia, cuando se abrían las
puertas de algunas casas para acoger a los jóvenes manifestantes que
huían de la policía en un país que apenas podía soñar con la
democracia. Lo volví a sentir cuando, hartos de divagar jugando a
ser ecologistas puros, una mente tan amiga como lúcida propuso:
limpiemos esta playa y dejemos de hablar, y aquella playa olió a
paraíso. Cada vez que he abrazado a una mujer sintiendo que abrazaba
también a una amiga, olía sin duda a paraíso. Cada carta que llega
de ese niño apadrinado al que no conozco pero sé que existe porque
sus palabras huelen a paraíso. Y en más de una ocasión he sentido
fugazmente ese olor en una tertulia, cuando no hay mente que caiga en
la trampa del ego ni ego que esclavice a mente alguna.
Así
nos va regalando la vida esas bocanadas de un aroma tan sutil que
desaparece si lo persigues, y tan justo, que nunca arropará a quien
no aprenda a disfrutar del placer ajeno tanto como del propio.
Ése
es el verdadero olor del paraíso, el agua que mueve realmente
nuestros molinos.
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net
¡NI
UNA PALABRA MÁS!
UNA
ORDEN DESACERTADA
De
qué manera tan torpe nos comportamos cuando discutimos y en el
preciso instante en que la disputa llega a su punto álgido, ése en
el que nos sabemos irracionales insistiendo en explicaciones que ya
no son atendidas ni entendidas, el contrincante aprovecha que hemos
bajado la guardia para, en defensa propia o acusación ajena,
lanzarnos una ofensa con tan certera puntería que se nos clava cual
daga en una herida abierta y nosotros, infelices, dolidos,
soliviantados, le decimos categóricos: ¡ni una palabra más!
Es
tan absurdo dirigir esa orden a quien nos ha herido, humillado o
maltratado porque, entre otras cosas, no la acatará y seguirá
parloteando sin tregua y lo hará a partir de ahora con la
superioridad que le confiere saber que tiene la capacidad de hacernos
daño; de tal forma que esa orden es una orden desacertada. Lo
saludable sería dirigirla hacia nosotros mismos y, al más puro
estilo de los personajes de Allende o Esquivel, defendernos
enmudeciendo voluntariamente, silenciándonos a nosotros mismos,
amordazándonos para no transmitir información a nuestro agresor,
para no dotar de armas a quien nos ha infligido daño.
El
silencio es una armadura que atemoriza a quienes gustan de las
injurias, les deja esperando respuesta y, mientras, nosotros podremos
coger fuerza para pensar con claridad, para caer en la cuenta de que
no es necesario contestar a lo que no nos ha sido preguntado, ni
explicar los detalles de nuestras decisiones, ni aclarar las dudas
que, sin derecho, otros tienen sobre nuestra vida y nuestros
sentimientos; a veces, muchas veces, tal vez siempre, es mejor
guardar silencio que caer en la trampa del ultraje mutuo y
permitirnos escupir palabras de las que probablemente más tarde nos
arrepentiremos.
De
modo que cuando algún petulante inseguro y pernicioso, sin más
trofeos que una lengua viperina, buena memoria y un conocimiento de
las debilidades humanas mayor de lo que sería deseable, descargue
sobre ti su rabia contra el mundo, recuerda, mírale a los ojos y
ordénate a ti mismo: ¡ni una palabra más!
30
septiembre 2016
Victoria
Blanco para VOCES entre VOCES – Nerja
¡NI
UNA PALABRA MÁS!
Pues
eso: . . . . . . . . . (*)
(*)
Nunca
me ha gustado esa expresión, sólo la palabra nos hace humanos y,
aunque depende del contexto y las circunstancias, quien, ante
cualquier argumento, recurre a cortar la comunicación, está
poniendo la primera piedra de un conflicto o una guerra . . . siempre
hay que dejar las puertas abiertas a las palabras, tanto como es
aconsejable cerrarlas a la certeza absoluta que conduce al fanatismo.
Pero,
como vivimos en una dimensión paradójica, no es menos cierto que,
como dicen los chinos: “Somos amos de nuestros silencios y esclavos
de la palabra dicha”
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net
¡NI
UNA PALABRA MÁS!
Cuando
vuelvas,
si
es que vuelves
ya
no me interesarán
tus
palabras, y
quizás
no me pondrá
nervioso
tus miradas,
si
es que te miro…
José
Mª Rico
AGUA
PARA MI MOLINO +
¡Ni
una palabra más! Salvad vuestro planeta y tendréis todos agua para
vuestros molinos. (Último mensaje de los Hiros antes de
transformarnos en una granja con la que alimentar otras especies
racionales que sí habían sabido salvar su planeta y evolucionar).
Nekovidal
– ARTES LIBRES - nekovidal@arteslibres.net
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