domingo, 16 de abril de 2023

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

"Surgen murmullos en el alba del tiempo...", de Juana Vázquez (España, 1951)


Surgen murmullos en el alba del tiempo

y se imprime la contraseña de la ausencia y el olvido

pero nada percibo en el paisaje.

Miro por los agujeros de los siglos y me envuelve la niebla...

un recuerdo de anémonas en el confín de la memoria

y el estupor del desarraigo y la amnesia.

Debo estar muerta

pues el agua que baja de la montaña

me acaricia en forma de nube y no la siento.

Hablo con los pájaros de lluvia pero no me escuchan.

Grito en las praderas

y nadie viene a plantarme una flor para que me acompañe.

No oigo a los arroyos bramando de coraje

por no transportar magnolias y olas de arco iris.

Llego a la fuente del principio y se ha secado.

Voy al final de la desembocadura del río y no la hallo

se hizo mar

mar impotente siniestro y silencioso...

Y la sombra se extiende a la vertical misma

donde se arrodilla el silencio.

He llegado a la conclusión de que no existo

pero lo demás son transparencias de lluvia

fantasmas de la luna

antiguas luminarias de los astros

en las que yo creía cuando estaba segura de vivir.

Las había construido

para no encontrarme cara a cara con la ausencia.


Juana Vázquez en Poemas de media noche, incluido en La voz y la escritura 2006. 80 nuevas propuestas poéticas desde los viernes de la Cacharrería  (Ediciones Sial, Madrid, 2006).

Fuente:https://franciscocenamor.blogspot.com/


TEMAS TERTULIA 21-4-2023

¡QUÉ BIEN ME LO PASÉ!

TE ODIO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


TEXTOS TERTULIA 14-4-2023

AQUELARRE

¿ES A MI?

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.





















EL AQUELARRE

No fue difícil capturarlos a todos: tendían a ser dóciles en sus lugares sagrados. Eran paganos, una religión ancestral, tan respetable como cualquiera, que había reinado en Occidente durante milenios, una religión incruenta que no necesitaba imponer a otros su verdad para creerla, porque su verdad era tan simple o compleja como la naturaleza que daba y quitaba vida según un, para los humanos, incomprensible designio.

Dos semanas después, ardían en la hoguera los cuerpos de tres de ellos. Mientras entre el público asistente unos callaban, otros rezaban, y otros vociferaban, los enfermos de poder hacían cuentas: El obispo calculaba que podría ampliar sus tierras de pastoreo en unas dieciocho hectáreas, las recién confiscadas a uno de los acusados de brujería. El señor feudal también hacía sus cuentas: ahora conseguiría a la hija del segundo ejecutado, una doncella arisca que no accedía de buen grado a sus pretensiones y que ahora habría de elegir entre doblegarse a los caprichos de su señor o seguir el destino de su padre.

El alguacil, por su parte, calculaba el dinero que debía, y ya nunca pagaría, al tercer ejecutado.

Una vez más, la religión como excusa de la barbarie.

Pero he aquí que los cálculos de los tres resultaron estar errados: el obispo nunca llegó a hacer suyas las tierras de pastoreo, pues mientras tramitaba la legalización del saqueo, durante un viaje, cinco días después de la ejecución, su comitiva fue atacada por un grupo de bandoleros, y entre ellos, para desgracia del obispo, se encontraba un hermano del hombre injustamente ejecutado.

Tuvo el alto cargo de la Iglesia una muerte más cruel y lenta que la del campesino adorador de la naturaleza: su hermano, lleno de odio y afán de venganza, echaba puñados de sal en el vientre abierto del obispo mientras le gritaba: “Ésta es, tanto como la vuestra, la mano de Dios”.

Tampoco el señor del feudo vio cumplidos sus planes: la doncella huyó del pueblo tras enterrar los restos de su padre, y no fue suficiente la movilización de todos los soldados para encontrarla.

El hombre, poco acostumbrado a no ver cumplidos sus caprichos, cayó fácilmente en una patológica y destructiva obsesión. “El señor enferma de deseo no cumplido”, decían las comadres del pueblo. Su vida se fue apagando a lo largo de tres largos y dolorosos meses. Y el alguacil, unas semanas más tarde, se despeñó con su recién adquirido rocín, aquél que había comprado con el dinero con que tenía previsto saldar su deuda con el campesino ejecutado.

Una vez más, la naturaleza ejercía esa poética justicia que ocasionalmente sirve de consuelo a sus criaturas.

Ahora, las viejas, para unos brujas, para otros mujeres sabias, mientras tejían, murmuraban: “Ah, la natura no perdona la crueldad hacia sus buenos hijos . . .”

Se cuenta que en ese pueblo, más de un alma abandonó en ese tiempo la nueva religión, que había perdido sus raíces, para volver a las raíces de otra fe anterior, cuyo origen se perdía en la noche de los tiempos.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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¿ES A MI?

No quería dejar la ciudad sin comprar el típico detallito para familiares y amigos, me adentré en la zona vieja con la intención de comprarlos y volver al hotel para terminar de hacer la maleta, tenía poco tiempo e iba deprisa buscando una tienda de souvenirs, cuando de entre la gente que abarrotaba las calles a un lado y a otro apareció una gatita negra sobre un muro de una obra, me miró fijamente y empezó a maullarme, me acerqué a acariciarla pero saltó hacia el otro lado de muro. Seguí con mi búsqueda de la tienda y al salir de la que encontré primero con todo comprado, allí estaba la gatita otra vez mirándome, era negra como una pantera, con unos ojos amarillos brillantes que resaltaban aún más sobre la oscuridad de su pelaje, cuando volví a intentar acariciarla comenzó a andar, pero esta vez no como si escapara de mi sino como si quisiera que la siguiera, dio la vuelta a una esquina y se adentró por la puerta entreabierta de una librería, la seguí casi hipnotizada por sus andares y pude ver que la librería era su hogar cuando se metió tras el mostrador y se acurrucó sobre un viejo cojín hundido en el centro, fue entonces cuando empecé a observar la tienda: no era la típica librería moderna con las últimas novedades expuestas sobre mesas, todos los libros estaban colocados en estanterías de madera antigua abarrotadas y no pude ver a nadie así que comencé a curiosear entre los pasillos repletos de estanterías. No fuí consciente del tiempo que estaba perdiendo y busqué un libro que hacía tiempo que quería leer y no había comprado aún, cuando lo encontré me dirigí a pagarlo y pude ver otra vez a la gatita tras el mostrador, dormía acurrucada en su cojín ajena a mi y al mundo fuera de esa librería. Fue en ese momento cuando miré el reloj y fui consciente del tiempo que había perdido, empecé a correr y cuando volví al hotel ya era imposible que llegara a mi vuelo, así que cambié los billetes por internet y dejé el hotel con mi maleta y el libro en mi bolso. Llegué al aeropuerto y todo era un caos: coches de bomberos, policía y ambulancias corrían de un lado a otro, pregunté que pasaba y me informaron de que el avión que había perdido se había estrellado nada más despegar. Desde ese día no permito que nadie diga que los gatos negros dan mala suerte.

Eva Camba Paz



¿ES A MÍ?


Es curioso fijarse en cómo y cuánto hablamos de nosotros y nuestras experiencias sin ni siquiera percibirlo. Yo, sin ir más lejos, tengo mucho cuidado con todo aquello que puede provocar un incendio; alguna secuela tenía que dejar haberme encontrado de amanecida con un bombero gritando que desalojara mi casa. Una amiga a la que atropelló un autobús mientras cruzaba la calzada por el sitio correcto y con el semáforo en verde para peatones, cada vez que hay que cruzar una calle coge del brazo y avisa del posible peligro a quien lleva al lado.


Del mismo modo que estas memorias provocan reacciones inconscientes, todo cuanto pensamos lo largamos mientras conversamos. Basta con prestar atención al hablante. Parece ser que cuando una persona está argumentando es en el momento que dice «pero…» cuando comienza a expresar lo que piensa de verdad; no obstante, yo le he dado una vuelta de tuerca al tema porque, como sabéis los que me conocéis, no puedo evitarlo, es mi carácter.


El autoconocimiento es la cosa más difícil de la vida, no es cómodo bucear en uno mismo, de modo que para evitarlo nos entretenemos hablando de los demás y buscando en ellos y en su entorno detalles «criticables». Muy probablemente lo criticable se corresponda con algo que tenemos que controlar en nosotros mismos ya que, nadie puede reconocer algo -llamémoslo defecto en este caso- si no lo posee, ni poner el ojo en aquello que no le provoca interés, ya lo dice Serrat en su canción «El metro»: «El escritor ve lectores, el diputado, carnaza; el mosén ve pecadores […] Los carteristas ven primos, los banqueros ven morosos, el casero ve inquilinos y la pasma, sospechosos en el metro».


Y entonces damos consejos, y esos consejos nos delatan porque, en realidad, no van dirigidos casi nunca a los demás, la mayoría de las veces son premisas que solapadamente nos decimos a nosotros mismos; ideas que en el fondo nos gustaría aplicarnos y no podemos o no sabemos; regañinas que nos echamos utilizando a un alma ajena para escupir la angustia que no somos capaces de expeler frente al espejo. Lo hacemos de manera involuntaria, es un acto mecánico en defensa propia, no hay maldad en ello -o no debería haberla-, una forma de terapia de andar por casa que nos permite validarnos mediante la comparación con alguien sobre quien no tenemos potestad alguna.


De alguna forma, auto escucharnos nos libera, poner en palabras lo que tenemos callado nos ayuda a continuar; y no es malo escuchar a los demás, sólo hay que estar atento para distinguir lo que nos pertenece y lo que es del otro; personalmente y tras esta reciente deducción, salvo esas ocasiones en las que pregunto directamente a alguien sobre un asunto, seguramente porque considero válido su criterio, cuando cualquiera, gratuitamente y zambulléndose en el terreno privado, me da una «opinión» que no he pedido, internamente -con el fin de no crear más conflicto a quien reconozco está bregando con sus propias rumias-, me pregunto: «¿Es a mí?»


La respuesta, frecuentemente me rescata de la zozobra que provoca un comentario desafortunado y me devuelve las alas con las que volar de nuevo al centro de mí misma.


16/04/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»



¿ES A MI?

SOY EL SOLDADO Y EL MUERTO

Soy el soldado y el muerto,

el maestro y el discípulo,

el médico y el enfermo.

Por esto, si hago sufrir, sufro,

si enseño bien, aprendo,

si educo bien, recojo los frutos,

si curo, me sano.


En la tradición del Vedanta Advaita, no hay dualidad, todo es uno. El que hace daño a alguien se hace daño a sí mismo.

Alexandra Di Estefano Pironti. 

Un salto al infinito” Ediciones Carena.




¿ES A MI?

He conocido decenas de hombres que se refieren a sus compañeras como a seres incautos, poco inteligentes e infantiles por la insistencia de éstas en confiar una y otra vez en las personas, a pesar de los desengaños y decepciones que en ocasiones se padecen. Tales elementos, muy seguros en su pequeño trono de machismo y autosuficiencia ni llegan a sospechar siquiera lo alejada que su crítica se encuentra de la realidad : son ellas, sus compañeras, personas maduras, valientes e inteligentes las que, al contrario que ellos, poseen la capacidad suficiente para no dejarse derrotar por uno o mil desengaños, pues comprenden que no tiene sentido desconfiar de una persona por la traición que hemos padecido anteriormente por parte de otras.

Todos rehuimos el dolor, el desengaño y la derrota, pero el golpe más duro de la vida no es, al fin y al cabo, si sabemos aprovecharlo, más que una lección. Por ello los fuertes no son los que se convierten en matones cuando les golpean, en ladrones cuando les roban, ni en desconfiados cuando alguien abusó de su confianza. Los fuertes son los que resisten, aprenden la lección para no volver a cometer ese error y siguen adelante dejando siempre una puerta abierta a la esperanza en sus semejantes.

Así, quien se cree valiente y muy conocedor por ser desconfiado, por saber “golpear primero por si acaso” no es más que un pobre ser ya derrotado, que se refugia tras una coraza de dureza por no contar con el valor que requiere la apuesta diaria, una vez más y a pesar de todo, por el ser humano, por nosotros mismos, en definitiva.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

ARTESLIBRES www.arteslibres.net



MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

HACIA UN IMPERIO GLOBAL

14 ABRIL, 2023 

  

por José Marcelo Ruiz

   La visión imperial global del mundo puede ser inminente. A medida que el siglo XXI va  avanzando, el nacionalismo pierde terreno. La aparición de problemas globales, como el deshielo de los casquetes polares, hacen confirmar que ningún Estado soberano puede librarse del calentamiento global; ni ninguno de ellos es realmente capaz de ejecutar políticas económicas independientes;  declarar y sostener  guerras a su antojo; ni incluso gestionar asuntos internos como le plazca. Los Estados se ven obligados amoldarse a los estándares globales de comportamientos financieros, de políticas ambientales y de justicia. El creciente desarrollo de la tecnología de la información a través de las redes sociales de internet, y su control por empresas privadas que facilitan la comunicación global. El asentamiento del liberalismo económico como modelo de mercado capitalista que se impone internacionalmente, y rebasa toda frontera comercial. El avance de la ciencia y de  la reciente revolución de la inteligencia artificial que  realizan científicos de empresas privadas y, en las que participan cada día más gobiernos. Todas estas circunstancias facilitan la creación de un imperio global.

   La globalización, como una realidad que ha llegado para quedarse, hace que nos planteemos sus ventajas y desventajas. E incluso, ante los cambios socio-culturales y económicos que imponen, también nos exige cómo adaptarnos en nuestra vida cotidiana. Exigencia de adaptación que será difícil de lograr para una gran mayoría de la población. Entre las ventajas tenemos la extensión de la comunicación; el intercambio cultural; la desaparición de las fronteras económicas;  el intercambio lingüístico; y la universalización de los derechos humanos. Y encontramos desventajas como el intervencionismo extranjero; la pérdida de la identidad nacional; el declive de las lenguas minoritarias;  el aumento del desempleo; y  la concentración del capital en empresas multinacionales.

   Uno de los peligros de este nuevo imperio global será el crecimiento de la desigualdad socio-económica que  creará una nueva jerarquía social piramidal. Poder que será ostentado por una élite minoritaria que concentrará el poder económico y político. Que se refuerza como consecuencia del actual resurgimiento del humanismo evolutivo: basado en la teoría de la evolución; en los conocimientos adquiridos en la biología humana para manipular la genética y crear al ‘superhombre’. E, incluso, en un futuro cercano, utilizando la tecnología de la inteligencia artificial. Tristemente, el nazismo utilizó esas ideas en la segunda guerra mundial para justificar el genocidio. Esperemos que estos hechos no se repitan en la historia humana, y se imponga el humanismo social que cree en la especie humana como colectividad, y se trabaje por la igualdad social. Que junto con el humanismo liberal que se fundamenta en la libertad de los individuos; ambas sean motivadoras de la autoridad ética y defiendan los valores humanos.

     Es necesario que organismos intergubernamentales controlen y sancionen los fraudes de la economía;  y también protejan a la naturaleza, a la especie humana; salvaguardando siempre los derechos humanos. Y que la ciencia y la tecnología estén al servicio del bienestar de toda la humanidad, y no para una minoría. He de decir que nos queda una difícil tarea: aprender a adaptarnos a la nueva realidad científico-tecnológica y socio-económica de este nuevo imperio global; exigiendo valores éticos en una política internacional.


https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2023/04/14/hacia-un-imperio-global/

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