sábado, 6 de agosto de 2016

*VOCES entre VOCES
El delirio con que el mundo actual busca el placer muestra hasta que punto carece de él. Gilbert Keith Chesterton (1874 - 1936), escritor británico.


TEMAS TERTULIA 12-8-2016
LA INCOHERENCIA
BUENA GENTE
¿PODEMOS VERNOS DESDE FUERA?

EL ESPEJISMO DE DIOS

En 'El espejismo de Dios', el biólogo Richard Dawkins presenta una lista de principios morales laicos válidos universalmente. La elaboró a partir de una lista encontrada al azar en Internet, para demostrar que son unos valores comunes que no necesitan legitimación religiosa. Estos son algunos:
- No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti.
- No pases por alto la maldad ni te acobardes al administrar justicia, pero disponte siempre a perdonar el mal hecho si media el arrepentimiento.
- Prueba todas las cosas: revisa tus ideas frente a los hechos y prepárate para descartar incluso las creencias más arraigadas en tu mente.
- Respeta el derecho de los demás a estar en desacuerdo contigo.
- Fórmate opiniones independientes basadas en tu razón y en tu experiencia: no permitas ser manipulado.
- Cuestiónalo todo.
- Disfruta de tu vida sexual (en tanto no hagas daño a nadie) y deja a los demás que disfruten de la suya.
- No adoctrines a tus hijos. Enséñales cómo pensar por sí mismos e incluso cómo estar en desacuerdo contigo.
"Jamás se ha emborrachado nadie a base de comprender intelectualmente la palabra vino" (Anthony de Mello)



TEXTOS TERTULIA 5-8-2016
POKEMON
INDUSTRIA
LA CEGUERA


POKEMON
No aguanto más. Estoy harto de pokemon, batman, superman, minions, pitufos, zombies, hashtags, selfies, dinosaurios, tortugas ninja, ángeles, y toda la superflua basura y propaganda que es la esencia de la industria occidental/oriental con el síndrome de obsolescencia programada para mantener en funcionamiento la economía global.
J.M. C.C. (jodido; molesto;contrariado y cabreado)


POKEMON
Todo el mundo busca un Pokemon, participando de ese juego del escondite o cacería virtual, reflejo deforme o demasiado real de lo cotidiano.
Como suele suceder, la búsqueda no es más que una metáfora de la existencia en un mundo que por primera vez ha superado mínimamente la miseria y el hambre y, por primera vez también, se encuentra con un tiempo de ocio que todavía no sabe gestionar, lo que buscan en realidad, obsesiva e insistentemente, es a si mismos.
Nekovidal - ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com 

POKEMON

https://youtu.be/1XHi1NG-T7k

Diego de Bonis

POKEMON
Yo tengo mi Pokemon particular
ese que persigue versos y prosas,
que busca palabras bonitas
entre las bocas.
No necesito cazarlo por las calles,
lo tengo localizado a todas horas,
y si me retuerzo un poco
es posible que por las noches
entre tertulias y algunos esbozos
nos deleita preciosas lecturas
de los que se atreven a formar
parte de este entorno.
Yo tengo mi Pokemon particular
ese que me nutre de palabras
y me dibuja sonrisas en mi rostro,
y con este me basta,
pues ya no necesito cazar más.
José Mª Rico


POKEMON
Me acabo de enterar de que a alguien se le ha ocurrido crear el “Croquemon Gou”, la caza de croquetas (reales) de todos los bares donde las hacen. El juego consiste en hacerle una foto a la croqueta y luego comérsela. ¿Dónde? En la ciudad habitada más antigua de Occidente, y cuna, entre otras muchas cosas, de la constitución más progresista de Europa en su tiempo, la de 1812.
Sí, Cádiz, pisha, ¿dónde iba a ser?
Nekovidal - ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com 

INDUSTRIA

Hace más de dos décadas leí un artículo en papel un artículo que no he podido localizar aún hoy en internet: Hablaba del descubrimiento de un pergamino en alguna parte de Andalucía con una antigüedad de unos mil años. En él se detallaba el esquema de un motor de explosión que utilizaba como combustible alcohol, ya entonces bien conocido por los hispanomusulmanes de la época.
Viendo como ha evolucionado tecnológicamnte la Humanidad desde la Revolución Industrial hasta hoy no puedo dejar de preguntarme, cada cierto tiempo, como sería nuestra vida en la actualidad de haberse iniciado dicha revolución ocho siglos antes de cuando sucedió.
Al Andalus era entonces, sin la menor duda, la zona más desarrollada de Europa en todos los aspectos, cultural y económico, Córdoba tenía más de mil baños públicos, los andaluces de entonces hicieron de puente entre el saber de Oriente y el todavía primitivo Occidente, desvastado por siglos de integrismo cristiano, al tiempo que dieron un buen puñado de sabios a la posteridad. Sin Al Andalus, cuanto se había conservado de la ingeniería y las matemáticas grecolatinas tras los oscuros siglos de destrucción cultural por parte del integrismo cristiano, nunca habría llegado a nosotros, o tal vez hubiera ocurrido varios siglos después. Sin ese bagaje cultural no hubiera sido posible toda la ciencia y tecnología que germinó lentamente en Europa durante el Renacimiento y la Ilustración posterior que desembocaría finalmente en la Revolución Industrial.
¿Por qué no se desarrolló en su momento ese motor de explosión que habría adelantado en ocho siglos una revolución tecnológica que no florecería hasta el siglo XIX?
Porque los hispanocrisitanos de entonces, con una cultura muy inferior en todos los sentidos a la de los andalusíes, pero de una agresividad y un integrismo religioso dignos de mejor causa, hicieron uno de sus tantos ataques al sur que, teniéndose que defender, centró todos sus esfuerzos en la guerra.
Es difícil imaginar cómo sería nuestra vida actualmente, tras ocho siglos de evolución añadida, de haber sobrevivido, posiblemente viviríamos en un paraíso en la Tierra. Menos difícil es imaginar la situación de entonces si observamos la actualidad: Ahora son los musulmanes, afortunadamente aún sólo una minoría, los que se refugian en un integrismo religioso que les consuele de su retraso tecnológico y material, consecuencia, a su vez, de los ataques colonizadores del último siglo y medio por parte de las agresivas culturas occidentales.
La historia se repite, lo sabemos, pero en primitivos sistemas sociales de gobiernos verticales donde una minoría decide por el conjunto de la población sin consultar con ésta, al menos, las decisiones más trascendentales, nunca se enseñará la verdadera historia, sino una ridícula letanía de reyes, guerras y batallitas, porque si se enseñara bien la historia sería difícil encontrar ciudadanos lo suficientemente ignorantes, manipulados y embrutecidos como para acudir a la llamada de un líder que les invitara a una guerra de cualquier tipo y las guerras, ya se sabe, siempre han sido negocios muy rentables para la minoría que las crea y alimenta, al tiempo que tragedias inimaginables para la inmensa mayoría de la población.
Nekovidal - ARTES LIBRES - nekovidal@gmail.com 

LA CEGUERA

“…tener la certeza de que la vida existe, porque cuatro sentidos nos lo dicen, y no poder verla,…”. (Ensayo sobre la ceguera – José Saramago)

No querer, no poder, no saber... Hasta que una día algo muda, y uno o una no se siente triste ni se siente alegre, se reconoce sin más parte del Universo; y uno o una sabe que sin él o sin ella la vida no sería igual, que el sencillo bostezo que transmite al mundo cuando despierta cada mañana cambia para siempre la cadencia del aire; y uno o una, de repente, recuerda aquel día que dedicó una sonrisa a alguien incógnito y la vida le devolvió felicidad y, entonces, uno o una dirige la mirada hacia sus pies y descubre la tupida venda que llevaba en los ojos y toma conciencia de que puede ver todo lo ya sentido sin saber, sin poder, sin querer.
Victoria Blanco para VOCES entre VOCES Nerja – 05/08/2016

LA CEGUERA
LA CEGUERA DE QUIEN CREE VERLO TODO
Si no recuerdo mal, era Rosa Montero quien, no hace mucho, escribió un artículo de prensa haciéndose eco de una anécdota que le sucedió a una estudiante alemana, quien, estando en la cafetería de su universidad, se encontró a un estudiante africano comiendo de los platos de su bandeja. Ella, considerándole desconsiderado, se sentó enfrente y se puso a comer también, mientras observaba como el estudiante sonreía y callaba, lo que interpretó como una prueba más de mala educación, e incluso de cinismo. Ya terminada la comida, y al levantarse, observó en la mesa contigua una bandeja con todos los platos sin tocar: ésa era su comida, y había sido ella la que había comido, sin mediar palabra, de los platos del estudiante africano, quien se había resignado y limitado a sonreírle mientras compartía su comida, seguramente creyendo que era una estudiante con problemas económicos.
Muchas veces la vida nos da ese tipo de lecciones, que nos demuestran hasta qué punto lo evidente puede no ser más que un error interpretativo de nuestra mente o la más disparatada fantasía, sin más.
No obstante, nuestra necesidad de certeza a cualquier precio, nos hace a menudo olvidar esas lecciones para volver a la comodidad de quien cree, como todos en el fondo, estar en posesión de la verdad, del análisis oportuno, objetivo, real, haciendo cuanto se puede hacer con las herramientas a nuestro alcance, siendo y actuando lo mejor posible en el mejor de los mundos posibles, el que, con tanta imaginación como esfuerzo, hemos creado en nuestras mentes.
A nadie se le puede reprochar esa necesidad de certeza, es el precio que pagamos a cambio de la capacidad de abstracción que tanto nos aporta en la vida. Pero sí es reprochable cuando esa certeza personal, sea cual sea, traspasa los límites de lo individual y se cree con derecho a imponer su verdad: de ahí al integrismo, religioso o político, a no saber distinguir juicio de linchamiento, o a quemar a una persona mientras nos convencemos de estar haciendo no ya lo justo, sino incluso un gran favor, al salvar así su alma eterna, hay apenas un peligroso paso . . .
Por ello, cuando encontremos a alguien que, ante una frustración de cualquier tipo, sigue el camino de la imposición, es conveniente preguntarle si admitiría ser salvado, ayudado, socorrido y bendecido de la forma en que pretendidamente haría con los demás, consiguiendo así tal vez que ilumine su mente la siempre saludable duda. Aún en el supuesto de que así fuera, queda la segunda parte: admitir el derecho de los demás a la diferencia, a ver y vivir como crea oportuno mientras no intente imponerlo a sus semejantes.
Si se constituyera una organización de ciegos formada por quienes creen verlo todo mientras acusan al resto del mundo de no comprender, de no ver, de no interpretar correctamente o, simplemente, de no razonar, sería sin duda la mayor organización humana, pero no venderían cupones para un sorteo de lotería, un juego de azar, porque todos ellos se creen, el que menos, afortunado de poseer, sin un ápice de duda, la verdad y la razón en sus manos.
Nekovidal - ARTES LIBRES -nekovidal@gmail.com 


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