VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
5
poemas de Ana Martín Puigpelat
Pocos
temas tan universalmente humanos y sin embargo tan poco explorados
como el deterioro y la vejez de la mujer, artesana histórica del
cuidado. Como dice Julieta Valero, este poemario “aborda con
hondura la sabiduría silente y la aspereza de dos vidas que
sobreviven juntas a una tiniebla que se viene”.
En
Zenda publicamos cinco poemas de La
hermana aprendida (Bartleby),
de Ana
Martín Puigpelat.
***
UNA
mujer ha visto tempestades, domina el agua, el
resplandor de la
jungla y aun así supera en edad al tiempo.
Ha crecido de más y
nada corresponde a la premisa
niña/herida/madre/la que saltó a
la comba para comer
espacio y, quizá, ser dueña.
Ha llegado
hasta aquí volcada sobre sí misma.
Envejece. No está sola.
Otra
mujer diferente a su postura transita por su voz en el
trayecto
ciego ante los años.
***
HOY
la lluvia y la calima acortan los huesos.
Reverbera un suspiro en
la infusión como alas de zapatero
en la tormenta.
Manglares/otras
aguas.
O el suspiro, quizá, es solo memoria/materia
transparente
con aroma a cuarto sin ventilar.
Así se
sobreentiende que pasa la mañana mientras el agua
se muda en
caldo.
***
OTRA
vez entre sus manos la madeja y el ovillo en la otra.
Hubo tardes
de respaldo y soledad.
Ya son dos y parsimonia.
Es como el
sollozo: acorta el espacio
y
lo comprime.
***
REMUEVE
la
tierra seca no hospeda gusano, apenas pueden los dedos
deshacer
manojos como acero.
Remueve. Desmadeja la raíz de las azaleas,
atrocha el hielo
y al intruso.
Remueve/Aparta/Olvida.
Saldrá
la flor. No dudes.
La
sabiduría de la cuñada.
***
A
Agustín Sánchez Antequera
CADA
vez que pasan los caballos
nos decimos adiós
con la
misericordia de quien siempre ha sentido
cercanía en las manos.
Nada
supo perturbar el silencio.
Nosotras, olvidadas, suplimos la
alegría con constancia.
La constancia del sueño impertinente,
a
cualquier compás del día,
la constancia de cocer cada patata,
la
constancia de la herida y su medicamento,
la constancia de lavar.
Nosotras,
las de entonces, las iguales,
las que ya no ven el cielo,
siempre
que nos despedimos
pasan los caballos.
—————————————
Autora: Ana
Martín Puigpelat. Título: La
hermana aprendida. Editorial: Bartleby. Venta: Todos
tus libros.
BIO
Ana
Martín Puigpelat (Madrid,
1968) ha publicado los libros de poesía Los
amores de los días equivocados (Soneto,
1994), Álbum
de fotos (Premio
internacional de poesía Ciudad de Miranda, Ayuntamiento de Miranda
de Ebro, 1998), Los
enemigos del alma (Castalia,
2001), Naranjas
robadas (Premio
Marina Romero, Asociación de escritores y artistas españoles,
2004), Estado
de noria (Sial,
2006), De
la noche a la noche (El
árbol de Afur, 2007), La
deuda (EugenioCano
editor, 2008), Apuntes
para un génesis (Amargord,
2009), Lyon
1943 (El
sastre de Apollinaire, 2011), Tabula
rasa (junto
a Nuria Ruiz de Viñaspre. La Garúa, 2013), El
descanso del viento (Polibea,
2014), Pan
duro,
antología (Ars poética, 2019) y Caligrafías
extrañas (Evohé,
2020). En teatro ha estrenado las obras Coches,
robo y lunas en
el año 2000 y Amortal en
2010, además de pequeños textos en montajes colectivos, asistencias
poéticas, dramaturgias y adaptaciones de teatro clásico, y en
especial la creación colectiva Heridas,
un encargo de la Universidad Complutense para el Women’s Worlds 08
junto con las dramaturgas Carmen Losa, Gracia Morales, Rosa Molero y
Nidia Moros.
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-ana-martin-puigpelat/
TEMAS
TERTULIA 2-1-2026
AÑO
NUEVO
OJOS
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS
TERTULIA 26-12-2025
NAVIDAD
POESIA
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Colaboración
gráfica: Victoria
Blanco.
NAVIDAD
Nunca
Atesores
Vivencias
Ingratas
Dedicadas
A
Doler
Nekovidal
– nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES – www.arteslibres.net
www.arteslibresdeandalucia.com
POESIA
Si
yo fuera poeta sería un tipo distraído, de esos que no distingue
muy bien el precio y el valor de las cosas porque cree que todo es
valioso.
Sería,
supongo, un elemento sospechoso del que nadie sabe muy bien de que va
porque con todos habla, a todos escucha y con todos comparte lo poco
que sabe, un tipo extraño.
Suficientemente
ingenuo para confiar en el ser humano, suficientemente desconfiado
para sobrevivir un día más, con fe incomprensible en nuestro
futuro, receloso de lo escrito sobre el pasado, y necesariamente
creyente en un futuro que sabe no vivirá.
Si
fuera poeta supongo que dejaría crecer flores silvestres en mi
jardín para disfrutar viendo a las abejas sacar de ellas un
beneficio más importante que el económico. Aprendería geometría
observando a las arañas hacer sus nidos y música escuchando a los
pájaros saludar cada amanecer porque ya sabría, siendo poeta, oler
la música y acariciar las letras.
Intentaría
ser generoso con las ideas nuevas y mezquino con las que se declaran
verdaderas e inamovibles.
Si
yo fuera poeta ya sabría, además de que la luna no tiene vello, que
no existe un sólo ser humano que no esté convencido de que cuanto
ha hecho y hace es lo correcto y lo mejor dentro de sus
circunstancias y las cartas que le ha repartido la vida.
Si
yo fuera poeta no me iría de paseo con quienes se declaran con
arrogancia poetas y se alimentan de sus propios versos sino con
quienes saben con certeza que todo ser humano es un poeta , ése es
su don y su condena, y como lo exprese es secundario.
Si
yo fuera poeta, supongo que no perdería el tiempo pensando como
sería si fuera poeta.
Pero
aquí estoy, como todos, aprendiendo, paso a paso, a vivir y
disfrutando de la regeneradora ilusión de la poesía.
Nekovidal
– nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES – www.arteslibres.net
www.arteslibresdeandalucia.com
"Imagina
que en un sueño te persigue un oso.
Ahora imagina que en otro
sueño, te persiguen cien osos.
¿En qué situación corres más
peligro?"
Éste
es un párrafo de uno de los varios libros sobre espiritualidad que
estoy leyendo últimamente.
Intenta
transmitirnos que (casi) nada
de los sucesos a los que damos importancia habitualmente en la vida
cotidiana son reales.
Me
gustó particularmente porque no es uno de esos textos espirituales
que "flotan" sobre la vida terrenal; y deja claro también
que ante
una persona que está sufriendo en un momento dado, decirle que "todo
eso es pura ilusión y
realmente no existe",
no tiene ni pies ni cabeza.
Promueve
la compasión y
la acción, y no solamente quedarte sentado en tu infinita paz
mientras contemplas el sufrimiento a tu alrededor.
Bueno, contemplar en
realidad probablemente tampoco tendría nada de malo. El problema es
el juicio.
Cuando
empezamos a subir un poquito en nuestros niveles de conciencia, nos
puede exasperar ver ceguera a nuestro alrededor y entrarnos ganas de
decir "Pero
mírate en un espejo, hombre".
No
es la manera.
El
camino siempre es mirar
hacia dentro.
Y
si te piden opinión, ahí sí, quizás puedas intentar compartir
algo de tu experiencia con delicadeza.
¿Sueles
tener muchos malos ratos "ilusorios"?
Espero
que también puedas tener ilusiones de las buenas.
La alegría y
el disfrute,
curiosamente, son parte indispensable de
El camino.
Si
este texto ha resonado contigo y quieres recibir reflexiones y
anécdotas similares en tu correo, y además te interesa el ebook
gratuito "¿Por qué siempre me pasa lo mismo? 5 pistas para
cambiar la perspectiva"...
Entra
en la web de Caminando con Sara y rellena el
formulario: https://caminandoconsara.com/
POESIA
Los
no-poemas se escriben
con
no-palabras y mucho olor a colonia rancia,
que
espanta hasta los perros.
Los
no-poemas se hacen
con
no-sentimientos.
Y
el tallo frío de una flor de plástico,
que
te atraviesa la garganta.
Los
no-poemas tienen muchas caras
por
ejemplo la mía y la vuestra.
JJC
– Juan Jiménez Caballero
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Cómo
controlar la ira: 7 consejos prácticos
Claves para el autocontrol en la
gestión de la ira.
Los
problemas relacionados con la ira son motivo frecuente de consulta a
los profesionales de la psicología.
Incluso
hay terapeutas que están especializados únicamente en el control
de la ira y
la agresividad,
dato que nos habla de que es algo que afecta a muchas personas. ¿Cómo
controlar la ira? Esto
es precisamente lo que se preguntan los pacientes, puesto que suele
ser difícil manejar la tendencia agresiva o a enfadarse sin ayuda
externa.
Hoy
tratamos el problema de la ira y la agresividad, y exponemos algunos
consejos para controlarla.
¿Qué
es exactamente la ira?
La
ira es una emoción que se caracteriza por un incremento rápido del
ritmo cardíaco, de la presión arterial y de los niveles de
noradrenalina y adrenalina en sangre. También es común que la
persona que siente ira se enrojezca, sude, tense sus músculos,
respire de forma más rápida y vea aumentada su energía corporal.
Siendo una emoción relacionada
con el impulso
agresivo, algunos expertos señalan que la ira es la
manifestación de la respuesta que emite nuestro cerebro para atacar
o huir de un peligro. Por otra parte, el estado mental propio de los
momentos de ira nos vuelve instintivos y merma nuestra capacidad para
razonar.
Las
causas de la ira
La
ira puede surgir como consecuencia de un estado de inseguridad,
envidia, miedo, etcétera. La ira puede aparecer también cuando
somos incapaces de afrontar
una situación concreta,
pudiendo herirnos o molestarnos la forma en que actúan las personas
de nuestro entorno.
En
resumen, la ira o la agresividad suelen aparecer en situaciones que
percibimos como una amenaza. Por tanto, la ira está fundamentada en
sentimientos como el temor, el miedo, la frustración o incluso en
cansancio.
Cuando
nos sentimos frustrados ante algo, podemos reaccionar de varias
maneras. Para el caso que nos ocupa, una de las posibles reacciones
ante la frustración es la ira. La agresividad, por su parte, es la
manifestación exterior de la cólera que sentimos.
La
ira aparece de un modo automático ante algunas situaciones que nos
obstaculizan para lograr fines u objetivos. Las emociones que
sentimos no se producen sin razón, sino que cada una tiene una
función específica. En el caso de la ira, el cerebro causa
este estado
para prepararnos para efectuar un esfuerzo superior
para superar la dificultad que se nos ha presentado.
Tipos
de ira
La
ira tiene distintas facetas y adquiere diferentes formas:
1. La
conducta agresiva y la violencia puede
aparecer como una manera de lograr distintos objetivos cuando no
hemos sido capaces de lograrlos sin usar la violencia. En este caso,
podríamos hablar de una ira instrumental, porque la empleamos como
un medio para obtener algo. Los terapeutas asocian esta conducta a
unas pobres habilidades de tipo comunicativo o en el autocontrol,
pero siempre será posible mejorar estos aspectos.
2.
Puede aparecer la
ira como explosión,
a causa de haber aguantado durante mucho tiempo una situación
injusta o perturbadora. Así, las pequeñas frustraciones diarias se
van acumulando y, a base de no expresar nuestro malestar, acabamos
estallando en un momento u otro. La solución a este tipo de círculos
viciosos es gestionar adecuadamente la ira, y no ir acumulándola
hasta explotar.
3. La
ira como defensa surge
cuando percibimos que nos están atacando o nos enfrentamos a una
dificultad. Normalmente, tendemos a reaccionar de forma negativa más
por intuición que por los hechos objetivos, lo que puede conducirnos
a que nuestra ira sea poco justificada objetivamente.
¿Cómo controlar la ira?
Algunos consejos para manejarla
Tomar
conciencia de las causas que nos llevan a un estado de ira es
un gran paso para avanzar hacia una buena gestión de nuestros
enfados. Aprender a controlar la ira pasa por aprender a racionalizar
algunas emociones e impulsos irracionales y relativizar las
reacciones que nos produzcan algunos eventos de la vida.
En
caso contrario, la agresividad y la ira nos puede conducir a un
estado permanente de alerta que puede generar malas experiencias
personales. Por tanto, uno de los factores claves en el manejo de la
ira es el autocontrol,
pero también cabe destacar las siguientes dinámicas en pos de
desarrollar la prevención de la ira:
1. No acumular ira sino
gestionarla adecuadamente
Cuando
algo injusto sucede y no reaccionamos, vamos acumulando ira y enfado.
Tarde o temprano, todo este enojo que vamos guardando estallará y
puede dar lugar a un episodio de violencia
verbal y/o física.
Por
tanto, es importante afrontar los problemas con asertividad y
control, para no dejar que la bola del enfado vaya creciendo por
momentos.
También
hay que tener en cuenta que la ira puede ser canalizada, y no
necesariamente a través de patrones de comportamiento asociados a la
agresividad. Por ejemplo, el estado de tensión causado por la ira
puede resultar un elemento motivador para llevar a cabo actividades
creativas y de expresión artística.
2.
Evitar la mentalidad de ganador/perdedor
En
muchas ocasiones, nos enfadamos como reacción a la frustración de
no haber logrado algunos objetivos que nos planteábamos, o cuando
algo no ha salido tal como esperábamos. En estos casos,
la empatía es
el rasgo distintivo entre aquellos que saben gestionar la
frustración, controlar la ira y aceptar las contrariedades con
deportividad. Debemos evitar plantear las relaciones interpersonales
como un juego en que se gana o se pierde.
3.
Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias de nuestra
irascibilidad
Pensar
en ello y analizar
si nuestra reacción emocional es realmente justificada nos
puede ayudar. Muchas veces no pensamos por qué estallamos en un
arrebato de ira, por ejemplo cuando conducimos un coche y
reaccionamos instantáneamente insultando o haciendo gestos a otros
conductores cuando hacen algo incorrecto.
En
ese momento sería vital meditar sobre el porqué reaccionamos de
este modo: ¿has pensado en las posibles consecuencias de tener un
episodio de ira mientras estás conduciendo? Visto así tal vez vale
la pena tomarse estas situaciones de otra manera.
Una
de las maneras más eficaces de potenciar el auto-conocimiento y
aprender acerca de cómo suelen surgir en nosotros los sentimientos
de ira consiste en llevar
un diario de emociones.
Es decir, ir tomando notas acerca de las experiencias que nos han
hecho sentir más intensamente a lo largo del día, explicando
brevemente qué estábamos haciendo, dónde, lo que nos ha pasado por
la cabeza, y lo que hemos hecho ante ello.
4. Descansar lo suficiente
Cuando estamos agotados física
o mentalmente, nuestras reacciones de ira y los impulsos agresivos
son más frecuentes y tenemos menos herramientas para gestionarlos.
Por este motivo es necesario descansar y dormir
las horas necesarias: tanto en el plano cuantitativo (dormir
mínimo 8 horas) como en lo cualitativo (descansar bien).
Además,
existen varios momentos del día en que somos más vulnerables a
estallar de ira, y eso varía de una persona a otra. Somos capaces de
controlar la ira cuando estamos descansados, porque podemos analizar
mejor las situaciones.
5. Relajación, meditación,
autocontrol...
La relajación es la
mejor manera de prevenir los
ataques de ira. Existen distintas formas de relajarse: practicar
deporte, el yoga,
la meditación,
el Mindfulness,
tomar un baño de agua caliente, o cualquier método que pase por
distraer la mente y llevarnos a un estado de positividad.
De
hecho, en los momentos concretos en que detectamos que podemos tener
una reacción de ira, es una buena idea tratar de respirar profunda y
lentamente durante por lo menos veinte segundos: esto hará que
nuestro cuerpo se desintoxique de la negatividad y la irascibilidad
que sentimos.
6. Evitar situaciones y personas
irritantes
Debemos evitar encontrarnos en
situaciones en que sabemos que pueden aumentar nuestra ira o
llevarnos a un estado negativo. También es probable que conozcas
ciertas personas que te irriten especialmente (las temidas personas
tóxicas).
En
la medida de lo posible, hay que tratar de evitar
los contextos en que sepamos que podemos estallar,
y en cuanto a las personas que nos irritan, algunas veces será
imposible no tener ningún contacto (jefes, algún familiar en
concreto), por tanto, en la medida de lo posible, habría que tratar
de conversar con esa persona con el fin de que las interacciones no
resulten tan irritantes.
Quizás te interese: "5
formas de resolver un conflicto con eficacia"
7. Terapia con un psicólogo
La
ayuda de un psicoterapeuta profesional y acreditado puede
ayudar decisivamente a gestionar este tipo de reacciones emocionales,
sobre todo cuando ha llegado un punto en que los comportamientos
agresivos derivados de un mal control de la ira son frecuentes.
La terapia psicológica para
estos casos está destinada a modificar actitudes que generan
situaciones de enfado, y permiten lograr una reestructuración
cognitiva para que el paciente pueda gestionar y controlar su ira.
También se emplean algunas técnicas
de control emocional para controlar la ira y manejar así la
agresividad.
Además, en algunos casos
extremos en los que hay involucradas psicopatologías, tal y como
ocurre con el trastorno
explosivo intermitente, la solución pasa necesariamente por ir a
terapia.
Referencias
bibliográficas
Azrin, N.H. y Nunn, R.G.
(1987). Tratamiento de hábitos nerviosos. Barcelona: Martínez
Roca.
Crespo, M. y Larroy, C.
(1998). Técnicas de modificación de conducta. Madrid: Dykinson
Caballo, V. (comp.) (1991).
Manual de técnicas de modificación y terapia de conducta. Madrid:
Siglo XXI.
Froján, M.X. (1998).
Consultoría conductual. Terapia psicológica breve. Madrid:
Pirámide.
Izquierdo, A. (1988). Empleo
de métodos y técnicas en terapia de conducta. Valencia:
Promolibro.
Payne, R.A. (2005). Técnicas
de relajación. Guía práctica. Badalona: Paidotribo.
Vallejo,
M.A., Fernández-Abascal, E.G. y Labrador, F.J. (1990).
Modificación de conducta: análisis de casos. Madrid: TEA.
https://psicologiaymente.com/clinica/como-controlar-la-ira
Bertrand
Regader. (2015, junio 1). Cómo controlar la ira: 7 consejos
prácticos. Portal Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.com/clinica/como-controlar-la-ira
5 poemas de Ana Martín Puigpelat
Pocos temas tan universalmente humanos y sin embargo tan poco explorados como el deterioro y la vejez de la mujer, artesana histórica del cuidado. Como dice Julieta Valero, este poemario “aborda con hondura la sabiduría silente y la aspereza de dos vidas que sobreviven juntas a una tiniebla que se viene”.
En Zenda publicamos cinco poemas de La hermana aprendida (Bartleby), de Ana Martín Puigpelat.
***
UNA
mujer ha visto tempestades, domina el agua, el
resplandor de la
jungla y aun así supera en edad al tiempo.
Ha crecido de más y
nada corresponde a la premisa
niña/herida/madre/la que saltó a
la comba para comer
espacio y, quizá, ser dueña.
Ha llegado
hasta aquí volcada sobre sí misma.
Envejece. No está sola.
Otra
mujer diferente a su postura transita por su voz en el
trayecto
ciego ante los años.
***
HOY
la lluvia y la calima acortan los huesos.
Reverbera un suspiro en
la infusión como alas de zapatero
en la tormenta.
Manglares/otras
aguas.
O el suspiro, quizá, es solo memoria/materia
transparente
con aroma a cuarto sin ventilar.
Así se
sobreentiende que pasa la mañana mientras el agua
se muda en
caldo.
***
OTRA
vez entre sus manos la madeja y el ovillo en la otra.
Hubo tardes
de respaldo y soledad.
Ya son dos y parsimonia.
Es como el
sollozo: acorta el espacio
y lo comprime.
***
REMUEVE
la
tierra seca no hospeda gusano, apenas pueden los dedos
deshacer
manojos como acero.
Remueve. Desmadeja la raíz de las azaleas,
atrocha el hielo
y al intruso.
Remueve/Aparta/Olvida.
Saldrá
la flor. No dudes.
La sabiduría de la cuñada.
***
A Agustín Sánchez Antequera
CADA
vez que pasan los caballos
nos decimos adiós
con la
misericordia de quien siempre ha sentido
cercanía en las manos.
Nada
supo perturbar el silencio.
Nosotras, olvidadas, suplimos la
alegría con constancia.
La constancia del sueño impertinente,
a
cualquier compás del día,
la constancia de cocer cada patata,
la
constancia de la herida y su medicamento,
la constancia de lavar.
Nosotras,
las de entonces, las iguales,
las que ya no ven el cielo,
siempre
que nos despedimos
pasan los caballos.
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Autora: Ana Martín Puigpelat. Título: La hermana aprendida. Editorial: Bartleby. Venta: Todos tus libros.
BIO
Ana Martín Puigpelat (Madrid, 1968) ha publicado los libros de poesía Los amores de los días equivocados (Soneto, 1994), Álbum de fotos (Premio internacional de poesía Ciudad de Miranda, Ayuntamiento de Miranda de Ebro, 1998), Los enemigos del alma (Castalia, 2001), Naranjas robadas (Premio Marina Romero, Asociación de escritores y artistas españoles, 2004), Estado de noria (Sial, 2006), De la noche a la noche (El árbol de Afur, 2007), La deuda (EugenioCano editor, 2008), Apuntes para un génesis (Amargord, 2009), Lyon 1943 (El sastre de Apollinaire, 2011), Tabula rasa (junto a Nuria Ruiz de Viñaspre. La Garúa, 2013), El descanso del viento (Polibea, 2014), Pan duro, antología (Ars poética, 2019) y Caligrafías extrañas (Evohé, 2020). En teatro ha estrenado las obras Coches, robo y lunas en el año 2000 y Amortal en 2010, además de pequeños textos en montajes colectivos, asistencias poéticas, dramaturgias y adaptaciones de teatro clásico, y en especial la creación colectiva Heridas, un encargo de la Universidad Complutense para el Women’s Worlds 08 junto con las dramaturgas Carmen Losa, Gracia Morales, Rosa Molero y Nidia Moros.
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-ana-martin-puigpelat/
TEMAS TERTULIA 2-1-2026
AÑO NUEVO
OJOS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 26-12-2025
NAVIDAD
POESIA
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Colaboración gráfica: Victoria Blanco.
NAVIDAD
Nunca
Atesores
Vivencias
Ingratas
Dedicadas
A
Doler
Nekovidal – nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES – www.arteslibres.net
www.arteslibresdeandalucia.com
POESIA
Si yo fuera poeta sería un tipo distraído, de esos que no distingue muy bien el precio y el valor de las cosas porque cree que todo es valioso.
Sería, supongo, un elemento sospechoso del que nadie sabe muy bien de que va porque con todos habla, a todos escucha y con todos comparte lo poco que sabe, un tipo extraño.
Suficientemente ingenuo para confiar en el ser humano, suficientemente desconfiado para sobrevivir un día más, con fe incomprensible en nuestro futuro, receloso de lo escrito sobre el pasado, y necesariamente creyente en un futuro que sabe no vivirá.
Si fuera poeta supongo que dejaría crecer flores silvestres en mi jardín para disfrutar viendo a las abejas sacar de ellas un beneficio más importante que el económico. Aprendería geometría observando a las arañas hacer sus nidos y música escuchando a los pájaros saludar cada amanecer porque ya sabría, siendo poeta, oler la música y acariciar las letras.
Intentaría ser generoso con las ideas nuevas y mezquino con las que se declaran verdaderas e inamovibles.
Si yo fuera poeta ya sabría, además de que la luna no tiene vello, que no existe un sólo ser humano que no esté convencido de que cuanto ha hecho y hace es lo correcto y lo mejor dentro de sus circunstancias y las cartas que le ha repartido la vida.
Si yo fuera poeta no me iría de paseo con quienes se declaran con arrogancia poetas y se alimentan de sus propios versos sino con quienes saben con certeza que todo ser humano es un poeta , ése es su don y su condena, y como lo exprese es secundario.
Si yo fuera poeta, supongo que no perdería el tiempo pensando como sería si fuera poeta.
Pero aquí estoy, como todos, aprendiendo, paso a paso, a vivir y disfrutando de la regeneradora ilusión de la poesía.
Nekovidal – nekovidal@gmail.com
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"Imagina
que en un sueño te persigue un oso.
Ahora imagina que en otro
sueño, te persiguen cien osos.
¿En qué situación corres más
peligro?"
Éste es un párrafo de uno de los varios libros sobre espiritualidad que estoy leyendo últimamente.
Intenta transmitirnos que (casi) nada de los sucesos a los que damos importancia habitualmente en la vida cotidiana son reales.
Me gustó particularmente porque no es uno de esos textos espirituales que "flotan" sobre la vida terrenal; y deja claro también que ante una persona que está sufriendo en un momento dado, decirle que "todo eso es pura ilusión y realmente no existe", no tiene ni pies ni cabeza.
Promueve la compasión y la acción, y no solamente quedarte sentado en tu infinita paz mientras contemplas el sufrimiento a tu alrededor.
Bueno, contemplar en realidad probablemente tampoco tendría nada de malo. El problema es el juicio.
Cuando empezamos a subir un poquito en nuestros niveles de conciencia, nos puede exasperar ver ceguera a nuestro alrededor y entrarnos ganas de decir "Pero mírate en un espejo, hombre".
No es la manera.
El camino siempre es mirar hacia dentro.
Y si te piden opinión, ahí sí, quizás puedas intentar compartir algo de tu experiencia con delicadeza.
¿Sueles tener muchos malos ratos "ilusorios"?
Espero que también puedas tener ilusiones de las buenas.
La alegría y el disfrute, curiosamente, son parte indispensable de El camino.
Si
este texto ha resonado contigo y quieres recibir reflexiones y
anécdotas similares en tu correo, y además te interesa el ebook
gratuito "¿Por qué siempre me pasa lo mismo? 5 pistas para
cambiar la perspectiva"...
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POESIA
Los no-poemas se escriben
con no-palabras y mucho olor a colonia rancia,
que espanta hasta los perros.
Los no-poemas se hacen
con no-sentimientos.
Y el tallo frío de una flor de plástico,
que te atraviesa la garganta.
Los no-poemas tienen muchas caras
por ejemplo la mía y la vuestra.
JJC – Juan Jiménez Caballero
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Cómo controlar la ira: 7 consejos prácticos
Claves para el autocontrol en la gestión de la ira.
Los problemas relacionados con la ira son motivo frecuente de consulta a los profesionales de la psicología.
Incluso hay terapeutas que están especializados únicamente en el control de la ira y la agresividad, dato que nos habla de que es algo que afecta a muchas personas. ¿Cómo controlar la ira? Esto es precisamente lo que se preguntan los pacientes, puesto que suele ser difícil manejar la tendencia agresiva o a enfadarse sin ayuda externa.
Hoy tratamos el problema de la ira y la agresividad, y exponemos algunos consejos para controlarla.
¿Qué es exactamente la ira?
La ira es una emoción que se caracteriza por un incremento rápido del ritmo cardíaco, de la presión arterial y de los niveles de noradrenalina y adrenalina en sangre. También es común que la persona que siente ira se enrojezca, sude, tense sus músculos, respire de forma más rápida y vea aumentada su energía corporal.
Siendo una emoción relacionada con el impulso agresivo, algunos expertos señalan que la ira es la manifestación de la respuesta que emite nuestro cerebro para atacar o huir de un peligro. Por otra parte, el estado mental propio de los momentos de ira nos vuelve instintivos y merma nuestra capacidad para razonar.
Las causas de la ira
La ira puede surgir como consecuencia de un estado de inseguridad, envidia, miedo, etcétera. La ira puede aparecer también cuando somos incapaces de afrontar una situación concreta, pudiendo herirnos o molestarnos la forma en que actúan las personas de nuestro entorno.
En resumen, la ira o la agresividad suelen aparecer en situaciones que percibimos como una amenaza. Por tanto, la ira está fundamentada en sentimientos como el temor, el miedo, la frustración o incluso en cansancio.
Cuando nos sentimos frustrados ante algo, podemos reaccionar de varias maneras. Para el caso que nos ocupa, una de las posibles reacciones ante la frustración es la ira. La agresividad, por su parte, es la manifestación exterior de la cólera que sentimos.
La ira aparece de un modo automático ante algunas situaciones que nos obstaculizan para lograr fines u objetivos. Las emociones que sentimos no se producen sin razón, sino que cada una tiene una función específica. En el caso de la ira, el cerebro causa este estado para prepararnos para efectuar un esfuerzo superior para superar la dificultad que se nos ha presentado.
Tipos de ira
La ira tiene distintas facetas y adquiere diferentes formas:
1. La conducta agresiva y la violencia puede aparecer como una manera de lograr distintos objetivos cuando no hemos sido capaces de lograrlos sin usar la violencia. En este caso, podríamos hablar de una ira instrumental, porque la empleamos como un medio para obtener algo. Los terapeutas asocian esta conducta a unas pobres habilidades de tipo comunicativo o en el autocontrol, pero siempre será posible mejorar estos aspectos.
2. Puede aparecer la ira como explosión, a causa de haber aguantado durante mucho tiempo una situación injusta o perturbadora. Así, las pequeñas frustraciones diarias se van acumulando y, a base de no expresar nuestro malestar, acabamos estallando en un momento u otro. La solución a este tipo de círculos viciosos es gestionar adecuadamente la ira, y no ir acumulándola hasta explotar.
3. La ira como defensa surge cuando percibimos que nos están atacando o nos enfrentamos a una dificultad. Normalmente, tendemos a reaccionar de forma negativa más por intuición que por los hechos objetivos, lo que puede conducirnos a que nuestra ira sea poco justificada objetivamente.
¿Cómo controlar la ira? Algunos consejos para manejarla
Tomar conciencia de las causas que nos llevan a un estado de ira es un gran paso para avanzar hacia una buena gestión de nuestros enfados. Aprender a controlar la ira pasa por aprender a racionalizar algunas emociones e impulsos irracionales y relativizar las reacciones que nos produzcan algunos eventos de la vida.
En caso contrario, la agresividad y la ira nos puede conducir a un estado permanente de alerta que puede generar malas experiencias personales. Por tanto, uno de los factores claves en el manejo de la ira es el autocontrol, pero también cabe destacar las siguientes dinámicas en pos de desarrollar la prevención de la ira:
1. No acumular ira sino gestionarla adecuadamente
Cuando algo injusto sucede y no reaccionamos, vamos acumulando ira y enfado. Tarde o temprano, todo este enojo que vamos guardando estallará y puede dar lugar a un episodio de violencia verbal y/o física.
Por tanto, es importante afrontar los problemas con asertividad y control, para no dejar que la bola del enfado vaya creciendo por momentos.
También hay que tener en cuenta que la ira puede ser canalizada, y no necesariamente a través de patrones de comportamiento asociados a la agresividad. Por ejemplo, el estado de tensión causado por la ira puede resultar un elemento motivador para llevar a cabo actividades creativas y de expresión artística.
2. Evitar la mentalidad de ganador/perdedor
En muchas ocasiones, nos enfadamos como reacción a la frustración de no haber logrado algunos objetivos que nos planteábamos, o cuando algo no ha salido tal como esperábamos. En estos casos, la empatía es el rasgo distintivo entre aquellos que saben gestionar la frustración, controlar la ira y aceptar las contrariedades con deportividad. Debemos evitar plantear las relaciones interpersonales como un juego en que se gana o se pierde.
3. Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias de nuestra irascibilidad
Pensar en ello y analizar si nuestra reacción emocional es realmente justificada nos puede ayudar. Muchas veces no pensamos por qué estallamos en un arrebato de ira, por ejemplo cuando conducimos un coche y reaccionamos instantáneamente insultando o haciendo gestos a otros conductores cuando hacen algo incorrecto.
En ese momento sería vital meditar sobre el porqué reaccionamos de este modo: ¿has pensado en las posibles consecuencias de tener un episodio de ira mientras estás conduciendo? Visto así tal vez vale la pena tomarse estas situaciones de otra manera.
Una de las maneras más eficaces de potenciar el auto-conocimiento y aprender acerca de cómo suelen surgir en nosotros los sentimientos de ira consiste en llevar un diario de emociones. Es decir, ir tomando notas acerca de las experiencias que nos han hecho sentir más intensamente a lo largo del día, explicando brevemente qué estábamos haciendo, dónde, lo que nos ha pasado por la cabeza, y lo que hemos hecho ante ello.
4. Descansar lo suficiente
Cuando estamos agotados física o mentalmente, nuestras reacciones de ira y los impulsos agresivos son más frecuentes y tenemos menos herramientas para gestionarlos. Por este motivo es necesario descansar y dormir las horas necesarias: tanto en el plano cuantitativo (dormir mínimo 8 horas) como en lo cualitativo (descansar bien).
Además, existen varios momentos del día en que somos más vulnerables a estallar de ira, y eso varía de una persona a otra. Somos capaces de controlar la ira cuando estamos descansados, porque podemos analizar mejor las situaciones.
5. Relajación, meditación, autocontrol...
La relajación es la mejor manera de prevenir los ataques de ira. Existen distintas formas de relajarse: practicar deporte, el yoga, la meditación, el Mindfulness, tomar un baño de agua caliente, o cualquier método que pase por distraer la mente y llevarnos a un estado de positividad.
De hecho, en los momentos concretos en que detectamos que podemos tener una reacción de ira, es una buena idea tratar de respirar profunda y lentamente durante por lo menos veinte segundos: esto hará que nuestro cuerpo se desintoxique de la negatividad y la irascibilidad que sentimos.
6. Evitar situaciones y personas irritantes
Debemos evitar encontrarnos en situaciones en que sabemos que pueden aumentar nuestra ira o llevarnos a un estado negativo. También es probable que conozcas ciertas personas que te irriten especialmente (las temidas personas tóxicas).
En la medida de lo posible, hay que tratar de evitar los contextos en que sepamos que podemos estallar, y en cuanto a las personas que nos irritan, algunas veces será imposible no tener ningún contacto (jefes, algún familiar en concreto), por tanto, en la medida de lo posible, habría que tratar de conversar con esa persona con el fin de que las interacciones no resulten tan irritantes.
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7. Terapia con un psicólogo
La ayuda de un psicoterapeuta profesional y acreditado puede ayudar decisivamente a gestionar este tipo de reacciones emocionales, sobre todo cuando ha llegado un punto en que los comportamientos agresivos derivados de un mal control de la ira son frecuentes.
La terapia psicológica para estos casos está destinada a modificar actitudes que generan situaciones de enfado, y permiten lograr una reestructuración cognitiva para que el paciente pueda gestionar y controlar su ira. También se emplean algunas técnicas de control emocional para controlar la ira y manejar así la agresividad.
Además, en algunos casos extremos en los que hay involucradas psicopatologías, tal y como ocurre con el trastorno explosivo intermitente, la solución pasa necesariamente por ir a terapia.
Referencias bibliográficas
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https://psicologiaymente.com/clinica/como-controlar-la-ira
Bertrand Regader. (2015, junio 1). Cómo controlar la ira: 7 consejos prácticos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/como-controlar-la-ira
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