domingo, 21 de diciembre de 2025

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

5 poemas de Árboles de invierno, de Sylvia Plath

24 Oct 2025

Laura di Verso

Árboles de invierno, colección publicada en 1971, recoge algunas de las últimas composiciones poéticas de Plath antes de su muerte. La voz poética de la autora refleja una profunda herida, pero también una extraordinaria indocilidad; brilló en la mayor oscuridad y abandonó este mundo sin conocer su impacto literario.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de la edición bilingüe de Árboles de invierno (Averso), de Sylvia Plath.

***

ÁRBOLES DE INVIERNO

Las tintas del húmedo amanecer lavan su azul.
En su secante de niebla los árboles
semejan un dibujo botánico:
recuerdos que avanzan, anillo tras anillo,
una serie de bodas.

Sin saber de abortos ni malignidad,
más sinceros que las mujeres,
¡siembran con tan poco esfuerzo!
Paladeando los vientos, que carecen de pies,
hundidos hasta la cintura en la historia.

Repletos de alas, de otro mundo.
Son Ledas en eso.
Oh, madre de las hojas y la dulzura,
¿quiénes son estas piedades?
Sombras de tórtolas que salmodian,
pero que nada alivian.

***

NIÑO

Tu claro ojo es lo único del todo bello.
Quiero llenarlo de color y patos,
el zoo de lo nuevo

cuyos nombres cavilas:
campanilla de invierno, pipa de indio,
tallo

pequeño sin pliegues,
estanque donde las imágenes
deberían ser fabulosas y clásicas

no este tumultuoso
retorcer de manos, este techo
oscuro sin estrellas.

***

PARA UN HIJO SIN PADRE

En breve notarás una ausencia
que crece a tu lado como un árbol,
un árbol de muerte desvaído, un gomero australiano
—pelándose, castrado por el rayo—, un espejismo,
y el cielo como el culo de un cerdo, una total desatención.

Pero ahora mismo eres un tonto.
Adoro tu estupidez,
su espejo ciego. Miro en ella
y no encuentro sino mi rostro, y a ti te hace gracia.
Me gusta

que me agarres la nariz, travesaño de escalera.
Un día tocarás lo incorrecto,
las pequeñas calaveras, las destrozadas colinas azules,
la espantosa calma.
Hasta entonces tus sonrisas son fortuna imprevista.

***

LA CANCIÓN DE MARÍA

El cordero dominical cruje en su grasa.
La grasa
sacrifica su opacidad…

Una ventana, oro sagrado.
El fuego la vuelve preciosa,
el mismo fuego

que derrite a los herejes de sebo
y expulsa a los judíos.
Sus gruesos paños mortuorios flotan

sobre la cicatriz de Polonia, la Alemania
calcinada.
No mueren.

Pájaros grises me obsesionan el corazón,
ceniza de boca, ceniza de ojo.
Se posan. Sobre el alto

precipicio
que lanzó a un hombre al espacio
los hornos resplandecían cual cielos, incandescentes.

Es un corazón
este holocausto en el que penetro,
oh, niño mimado que el mundo matará y devorará.

***

TALIDOMIDA

Oh, media luna

medio cerebro, resplandor—
negro encapuchado como un blanco,

tus oscuras
amputaciones reptan y se estremecen:

enmarañadas, amenazadoras.
Qué guante,

qué tacto de cuero
me protegió

de esa sombra:
los brotes indelebles,

nudillos en las escápulas, los
rostros que

nos empujan a la vida, arrastrando
la cercenada

membrana sanguínea de las ausencias.
Toda la noche tallo

un espacio para lo que me dieron,
un amor
de dos húmedos ojos y un grito.
¡Blanco escupitajo

de la indiferencia!
Los oscuros frutos giran y caen.

El espejo se resquebraja,
la imagen

escapa y se aborta cual mercurio derramado.

—————————————

Autora: Sylvia Plath. Título: Árboles de invierno. Traducción: Daniela Martín Hidalgo. Editorial: Averso. Venta: Todos tus libros.

BIO

Sylvia Plath destacó por su perfeccionismo, aplicación y temprana dedicación a la escritura. Durante su etapa universitaria un intento de suicidio originó su ingreso por depresión clínica. No obstante, sus excelentes calificaciones le permitieron obtener una beca para estudiar en Cambridge, donde conoció a quien en 1956 se convertiría en su marido, el poeta Ted Hughes. Compaginó después la creación literaria con su trabajo como profesora. Su primera obra poética, El coloso, vería la luz en 1960, coincidiendo con el nacimiento de su hija. Dos años después, siendo madre de nuevo, su divorcio la arrastró a una depresión. A inicios de 1963 publicaba su afamada novela La campana de cristal. En febrero de 1963 se suicidaría, convirtiéndose su viudo en editor de su legado, de forma que muchos de sus poemas y escritos fueron publicados tras su muerte. En 1982 le fue concedido póstumamente el Premio Pulitzer de Poesía.

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-arboles-de-invierno-de-sylvia-plath/

TEMAS TERTULIA 26-12-2025

NAVIDAD

POESIA

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


TEXTOS TERTULIA 19-12-2025

PREGUNTAS

LLAMADAS

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Colaboración gráfica: Victoria Blanco.


PREGUNTAS

Con la pereza con que caen uno a uno los pétalos de una flor que fue y aún es hermosa, la fragilidad de un suspiro y el ímpetu del sexo, bañados por una misteriosa e inexplicable necesidad de ser y comprender, mirando a cada paso a otro lado ante la evidencia del inevitable dejar de ser, construyendo cadenas interminables de fantasias de consuelo, huyendo de una aparente realidad para caer constantemente en otras igual de aparentes e irreales, intentando patéticamente más tener que ser, arrastrando miedos que autojustificamos ingenua y burdamente, prejuicios que nos encadenan y pasan a formar parte, con o sin nuestro consentimiento, de nuestro propio ser y esencia.

Percibimos apenas unas gotas de felicidad pasajera por no saber ver la lluvia constante de la eterna búsqueda de equilibrio, pero necesitamos creer que, a pesar de todo, siempre vale la pena seguir adelante: es la magia de la vida y su ley eterna de que los hijos han de enterrar a los padres.

Cuando por una guerra o cualquier otra tragedia esa ley se rompe todo se llena de preguntas sin respuesta.

Nekovidal nekovidal@gmail.com

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PREGUNTAS

¿Vivir con satisfacción?

15 diciembre, 2025

Por José Marcelo Ruiz

 ¿Cómo vivir satisfecho consigo mismo y con la sociedad? Pregunta que todos  nos hacemos, y cuya respuesta implica conocernos a nosotros mismos, y aprender actuar bien en la sociedad.

Quiero hablaros y centrarme, en esto último, en nuestro comportamiento en sociedad y cómo formarnos, éticamente, un buen carácter. Para ello, recurro, una vez más, a la filosofa Victoria Camps que nos habla de cómo forjar el carácter.

Argumenta la autora que el  carácter es lo que distingue a una persona de otra. Entendemos por carácter: el conjunto de cualidades y distintivos que posee la persona por influencia de la familia, de la educación, del lugar en que vive, del empeño individual o de la herencia.  Este concepto es importante porque hace responsable a cada uno de su carácter, por ello está muy relacionado con la ética y la virtud.

Una persona templada, amable, prudente, generosa, respetuosa es la que consigue adquirir las cualidades necesarias para tener un carácter propicio para llevar una vida buena, como debe ser para vivir satisfecha consigo misma y con la sociedad. Pero lo que está fallando en es la  actitud y  el comportamiento, porque de las declaraciones de los derechos humanos a su cumplimiento hay un camino que recorrer.

La autora nos invita a hacernos la pregunta: ¿A qué nos debemos enfrentar para  formar un buen carácter? La respuesta pasa por  tomar conciencia de la sociedad en la que convivimos: una sociedad de mercado, cuya economía consumista se impone y nos somete a desear mucho y quererlo todo de inmediato. Basa nuestra felicidad en esa máxima aspiración de obtener todo lo  que se desea. Pone el indicador del éxito en el poder adquisitivo que moldea nuestra forma de vivir más deseable,  pero cuya dinámica no nos lleva a cultivar las virtudes para construir una ética que haga florecer una vida buena. Se cae en ese deseo que se llama ‘mimético’, que no se somete a la reflexión sino que se justifica a sí mismo en la imitación fácil que hacen los demás; dejándose llevar por la codicia y la envidia de tener los que los otros poseen. Y con el peligro, además, de sólo buscar el reconocimiento social y no la autoestima; a este modo de actuar, Eric Fromm lo crítica como la tendencia de dar prioridad al tener sobre ‘ser’.

Y os invito a seguir reflexionando: ¿Qué hacer ante la realidad que parece incorregible? ¿Hay qué aprender a reprimir los deseos, demonizarlos?

La represión de los deseos ha sido la propuesta de las religiones que han hecho del ascetismo la guía espiritual del buen comportamiento para controlar las pasiones.

El filósofo Spinoza nos habla del deseo y piensa que no es cuestión de reprimirlo. Porque nos dice que “el deseo es la esencia misma del hombre que nos anima a perseverar en nuestro ser, a seguir viviendo” Y argumenta que el tema esté en saber discernir lo que necesitamos o de lo que no necesitamos para que nuestra potencia crezca en lugar de mermar. Para ello hay elegir bien; sometiendo los deseos a reflexión, y reconvertirlos en deseos más convenientes que nos den satisfacciones y no frustraciones.  

Este artículo se ha publicado en NOTICIAS 24- DIGITAL, el 15 de diciembre de 2025. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas culturales, de pensamiento y opinión.

https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2025/12/15/vivir-con-satisfaccion/



PREGUNTAS

    Me pregunto en ocasiones ante una realidad que ya tiene demasiados síntomas de enfermedad mental, plagada de miserias y heroísmos, de egoísmo y solidaridad, cuál es la pregunta a tantas respuestas?.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

ARTES LIBRES www.arteslibres.netwww.arteslibresdeandalucia.com


LLAMADAS

Oye, a ti te lo digo,

eres luz. Eres deseo.

¿Lo sientes? Eres rabia.

Hay una fiera que ruge dentro de mí y de ti.

Vamos a seducirnos y despedazarnos.

Mira, yo soy partidario de la canción y la lucha.

De la esperanza, la vida y la fuerza en el abrazo.

Sueño de día que todo es posible,

pero de noche, de noche cuando estoy sólo

me despierto.

Ven aquí y abre de una patada mi puerta.

Ven y sácame afuera,

que a veces me devora la tristeza.

Vamos a la calle a rompernos las mentiras

y las máscaras.

Vamos como niños

a mancharnos la ropa y tirarnos piedras.

Oye, si me llamas te leo desnudo un verso.

Te escribo

haciendo el pino con mis dudas unas promesas.

Llámame y te enseño, lo que llevo guardado

aquí, muy adentro.

Mira ,

tenemos que vernos, frente a frente las caras,

porque esta falta de alegría hay que solucionarla.

Te doy a escoger

entre pistola con flores o sonrisas de sable.

Vamos a quedar

y nos comemos a besos las palabras.

Sí, para alimentarnos yo pondré el corazón

y tú la salsa.

Vamos a pecar,

de nada tienen culpa nuestros cuerpos.

Amada desconocida, en esta cita a ciegas

me reconocerás

por el vestido de lunares y mi nariz de payaso.

JJC – Juan Jiménez Caballero

LLAMADAS

Te estás contando una historia" suena mal, ¿verdad? Parece que te estás autoengañando y contándote algo que no es cierto.

Sin embargo, es algo que todos hacemos.
Y lo malo no es contarse una historia. 
Lo malo es que te identifiques con el protagonista de esa historia que estás contando.

Me explico:

Todos nos contamos una historia sobre por qué somos como somos, y estamos donde estamos.

Mi padre era así, entonces yo..."
"Mi madre no hizo tal cosa, y por eso yo..."
"De pequeño viví ____ experiencia, y por eso ahora soy..."
"Me crie en un barrio/entorno/colegio en el que... y por eso..."

Etc.

Con esas historias explicamos quiénes somos a día de hoy y por qué nos va como nos va en la vida.

Eso en sí... no es que sea ni bueno ni malo. Probablemente sea inevitable y necesario, en la medida en que somos seres terrenales viviendo una vida aparentemente lineal en el tiempo.

El problema es cuando creemos 
con total certeza que "ésa" esa LA verdad.

Porque si te das cuenta, en la mayoría de esas frases, el sujeto activo, el que causa que tú seas como eres a día de hoy, es "otro". Otra persona, una circunstancia, un evento de la vida...

Pero no eres TÚ.

¿Qué sucede entonces?

Que sin darte cuenta entras en un estado de impotencia, desempoderamiento o lo que suelen llamar "
indefensión aprendida".

Dejas de sentir que en realidad 
tienes la total capacidad de creer, sentir y decidir de otra manera en tu vida a día de hoy.

¿Qué sucede también?

Que identificas erróneamente quién 
eres con quién es esa persona/personaje resultante de las circunstancias de la vida que le han tocado.

Y luego... llegan las crisis:
El no saber 
quién soy.
El sentir que 
hay algo que no está bien pero no saber qué es.
El 
no gustarme quién creo que soy en el día a día pero no saber cómo cambiarlo.

¿La propuesta?

Empezar a 
observar cómo es esa historia de vida que te has contado siempre, que te cuentas ahora.

No es para que la arrugues y la tires a la papelera.

Simplemente es para que la mires y... quién sabe, quizás al cabo de un rato te puedas plantear si esa historia 
podría contarse de otra manera.

Porque cuando ves que sí, que 
puedes elegir una historia alternativa porque te funcione mejor, porque te haga sufrir menos... ves también que tú no eras "eso".

Sara Vidal Tanaka - Caminando con Sara

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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

¿Cómo convertir el estrés y la ansiedad en crecimiento personal?

La ansiedad bien gestionada puede ser combustible para tu desarrollo personal.

Aunque estrés y ansiedad no son lo mismo, ambos pueden ser señales de desalineación interior. Comprenderlos desde una mirada transpersonal puede transformar nuestra manera de vivirlos.

Cuando el cuerpo y el alma piden pausa

Vivimos en un mundo donde el ritmo externo rara vez coincide con nuestro ritmo interno. Las exigencias diarias, la sobreestimulación y el deseo constante de control (querer que todo salga perfecto o prever cada resultado) nos empujan a funcionar en “modo alerta” la mayor parte del tiempo.

Este impulso surge porque nuestro sistema busca seguridad: anticipar situaciones nos da la ilusión de que podemos evitar el dolor o la incomodidad.

El problema es que la vida es imprevisible, y cuando intentamos controlarlo todo, el cuerpo y la mente permanecen en tensión constante. El resultado: estrés y ansiedad, dos palabras que usamos casi como sinónimos, pero que en realidad describen experiencias distintas.

Desde la psicología transpersonal, estas sensaciones son mensajes del sistema completo —cuerpo, mente y conciencia— que nos invitan a recuperar coherencia. No son fallos del organismo ni debilidades del carácter, sino llamados a detenernos, escucharnos y re-alinearnos con lo esencial. Nos recuerdan que, a veces, la verdadera seguridad surge cuando aprendemos a acompañar nuestras emociones en lugar de resistirlas, y por sobre todo, cuando aprendemos a fluir con nuestro propio ritmo interior.

Estrés no es lo mismo que ansiedad

El estrés es una reacción natural de adaptación: el cuerpo se activa para responder a una demanda concreta. En pequeñas dosis, nos impulsa a actuar y nos mantiene enfocados. El problema surge cuando esa activación se vuelve constante, sin tiempo para la recuperación. Entonces el cuerpo se cansa, la mente se acelera, se encienden las alarmas internas, y la sensación de desconexión se intensifica.

La ansiedad, en cambio, no siempre responde a algo que ocurre afuera. Es más difusa, más interna. Se manifiesta cuando la mente se adelanta al futuro y el cuerpo no logra seguirle el paso. Aparece como una sensación de inquietud, de no poder detenerse, acompañada muchas veces por presión en el pecho, respiración corta o pensamientos anticipatorios.

Podemos imaginarlo así:

El estrés nos habla de desconexión con nuestro ritmo natural y corporal.

La ansiedad nos habla de desconexión con nuestras necesidades internas y sabiduría interior.

Escuchar el mensaje detrás del malestar

En lugar de “combatir” el estrés o “controlar” la ansiedad, podemos aprender a dialogar con ellos. Una forma de hacerlo es ampliando nuestro umbral de tolerancia: ese espacio interno donde podemos sentir tensión, miedo o inquietud sin que nos paralice.

Aprender a estar con esos sentimientos significa no huir de ellos ni hacerlos desaparecer. Son como olas que se forman en el océano de nuestra experiencia: algunas suaves, otras más intensas, pero todas pasajeras. Cuando nos permitimos sentirlas sin juzgarlas ni resistirnos, descubrimos que cada ola trae información: sobre nuestros límites, nuestros deseos, lo que necesitamos y lo que hemos estado ignorando y necesita ser atendido.

Incluso la ansiedad más intensa tiene algo que enseñarnos si le damos espacio y atención consciente. Podemos observarla, nombrarla, respirar con ella y preguntarnos: “¿Qué me está mostrando sobre mi ritmo, mis necesidades, mi manera de estar en el mundo? ¿Qué necesita de mi yo adulto?

Al hacerlo, el malestar deja de ser un enemigo y se convierte en un maestro silencioso. Nos enseña que detrás de cada sacudida hay un movimiento vital que busca expresarse. Cada sensación, por incómoda que sea, nos invita a detenernos un momento, escuchar y aprender. Y cuando lo hacemos, incluso el miedo más persistente se transforma en una fuente de claridad y fuerza interior.

Tres caminos para transformar estrés y ansiedad en crecimiento

1. Volver al cuerpo

La respiración consciente es el puente más inmediato hacia la calma. Cada inhalación y exhalación lenta envía una señal de seguridad al sistema nervioso. No se trata solo de relajarse, sino de reconectar con el presente físico, donde el estrés no puede existir por sí solo. Caminar despacio, notar el suelo bajo los pies o prestar atención a la postura son formas de sincronizarse con los propios ritmos internos.

2. Observar sin juicio

La práctica de la atención plena (mindfulness) nos enseña a mirar la experiencia sin etiquetarla ni juzgarla. Cuando observamos la ansiedad sin intentar eliminarla, comienza a perder fuerza. La conciencia testigo nos ayuda a ampliar nuestro umbral de tolerancia, a aceptar la tensión sin que nos domine. Una pregunta útil mientras respiras es: “¿Qué está intentando mostrarme esta sensación? ¿Qué parte mía necesita mi atención?”

3. Reencuadrar el sentido

En este paso estamos invitados a resignificar la experiencia. Preguntarnos:

¿Qué me está pidiendo la vida que aprenda a través de este malestar?”

Esto transforma la sensación de amenaza en una oportunidad de crecimiento. Como en los ciclos del campo, a veces la ansiedad es solo la estación en la que algo se está preparando para florecer; nuestra tarea es observar, acompañar y aprender del proceso.

Del control al crecimiento

El estrés y la ansiedad dejan de ser enemigos cuando entendemos que su función no es destruirnos, sino despertarnos. Nos invitan a revisar ritmos, creencias, vínculos y prioridades. El crecimiento personal no comienza en la calma, sino en la honesta observación del desajuste.

Cuando respondemos con presencia y comprensión, la tensión se convierte en impulso, y el malestar se transforma en maestría interior.

Conclusión: no se trata de eliminar el estrés o la ansiedad, sino de convertirlos en portales hacia una vida más consciente, en la que cada emoción y cada tensión nos enseñen a respetar nuestro propio ritmo y a crecer desde dentro.

Georgina Hudson. (2025, noviembre 12). ¿Cómo convertir el estrés y la ansiedad en crecimiento personal?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/coach/como-convertir-estres-ansiedad-en-crecimiento-personal


https://psicologiaymente.com/coach/como-convertir-estres-ansiedad-en-crecimiento-personal?utm_source=beehiiv&utm_medium=newsletter&utm_campaign=dulce-por-fuera-triste-por-dentro-el-azucar-y-su-vinculo-con-ladepresion&_bhlid=d5fefb3ad072ab6a2c568a8da3cc281a4058c39e


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