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TEMAS
TERTULIA 28-12-2018
INOCENTES
COSAS
MICRORRELATOS
Y AFORISMOS
Entiendo
por el «yo» la idea, el recuerdo, la conclusión, la experiencia,
las diversas formas de las intenciones, tanto las que se pueden
nombrar como las innombrables, el esfuerzo consciente de ser o de no
ser esto o aquello, la memoria acumulada del inconsciente: lo racial,
el grupo, el individuo, el clan, y la totalidad de ello, ya sea
proyectado exteriormente en la acción o proyectado espiritualmente
como virtud; el esforzarse tras todo esto es el «yo». Ello incluye
la competencia, el deseo de ser. Ese proceso íntegro es el «yo»; y
cuando nos enfrentamos con él, sabemos realmente que es algo
maligno. Uso la palabra maligno intencionalmente, porque el «yo» es
divisivo; el «yo» lo encierra a uno en sí mismo; sus actividades,
por nobles que sean, separan y aíslan. Sabemos todo esto. También
sabemos cuán extraordinarios son los momentos en que el «yo» se
halla ausente, en que no hay sentido alguno de esfuerzo; ello ocurre
cuando hay amor.
(Krishnamurti)
Yo
también cambio mi vida, hundida en tinieblas
por la luz de una estrella que cruza el vacío,
por una caricia que enjuague mi llanto,
por una receta que calme mi hastío.
La cambio y la rifo por el canto de un ave,
por marcial sinfonía de las épicas dianas,
por el vuelo de un cóndor el vaivén de una nave,
por la tierna mirada del ser que se ama.
La cambio y la cedo por la fe de un cariño,
por el dulce murmullo del mar y del viento,
por la ingenua sonrisa de un tímido niño,
por las ilusiones que tienen los cuentos.
De veras la cambio por el llanto de cuerdas,
el ballet de la luna en las noches serenas,
por el hondo silencio que tiene la selva
el cristal de una fuente, el fulgor de una gema.
Por la danza y colores de una mariposa
perfume de rosas, de orquídea escondida,
por una limosna de paz generosa
una salve ortodoxa, yo cambio mi vida.
Por la magia de un verso los destellos del día
un sueño de hadas un vibrar de campanas,
por el clásico rito de la idolatría,
por lo grande y sublime que tiene la fama.
Por el brillo dorado de un pez marinero,
por la fina cadencia de rítmica prosa
y segura la cambio por el número cero
el Alpha y Omega de todas las cosas.
Por la incógnita equis, por las brisas de mayo,
por el plácido trino de palomas viajeras
cabalgata de nubes en corceles de rayos,
por el gran arco iris el galán de la esfera.
Por un salmo divino, por el Ave María,
la visión de querubes con sus arpas etéreas
no se empeña mi númen por razones tan frías
en cambiar mi existencia por la sucia materia.
Y feliz yo la cambio por una esperanza
que ahuyente de mi alma tanta soledad,
por un espejismo del sol en bonanza
que me dé un instante de felicidad.
Teresa Martínez de Varela, incluido en Antología de mujeres poetas afrocolombianas (Ministerio de Cultura, Colombia, 2010, comp. de Alfredo Ocampo Zamorano y Guiomar Cuesta Escobar).
por la luz de una estrella que cruza el vacío,
por una caricia que enjuague mi llanto,
por una receta que calme mi hastío.
La cambio y la rifo por el canto de un ave,
por marcial sinfonía de las épicas dianas,
por el vuelo de un cóndor el vaivén de una nave,
por la tierna mirada del ser que se ama.
La cambio y la cedo por la fe de un cariño,
por el dulce murmullo del mar y del viento,
por la ingenua sonrisa de un tímido niño,
por las ilusiones que tienen los cuentos.
De veras la cambio por el llanto de cuerdas,
el ballet de la luna en las noches serenas,
por el hondo silencio que tiene la selva
el cristal de una fuente, el fulgor de una gema.
Por la danza y colores de una mariposa
perfume de rosas, de orquídea escondida,
por una limosna de paz generosa
una salve ortodoxa, yo cambio mi vida.
Por la magia de un verso los destellos del día
un sueño de hadas un vibrar de campanas,
por el clásico rito de la idolatría,
por lo grande y sublime que tiene la fama.
Por el brillo dorado de un pez marinero,
por la fina cadencia de rítmica prosa
y segura la cambio por el número cero
el Alpha y Omega de todas las cosas.
Por la incógnita equis, por las brisas de mayo,
por el plácido trino de palomas viajeras
cabalgata de nubes en corceles de rayos,
por el gran arco iris el galán de la esfera.
Por un salmo divino, por el Ave María,
la visión de querubes con sus arpas etéreas
no se empeña mi númen por razones tan frías
en cambiar mi existencia por la sucia materia.
Y feliz yo la cambio por una esperanza
que ahuyente de mi alma tanta soledad,
por un espejismo del sol en bonanza
que me dé un instante de felicidad.
Teresa Martínez de Varela, incluido en Antología de mujeres poetas afrocolombianas (Ministerio de Cultura, Colombia, 2010, comp. de Alfredo Ocampo Zamorano y Guiomar Cuesta Escobar).
"Hay
quienes creen que el destino descansa
en las rodillas de los dioses, pero la verdad es
que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de
los hombres”. (Eduardo Galeano)
TEXTOS
TERTULIA 21-12-2018
RECOVECOS
RAZONEMOS
MICRORRELATOS
Y AFORISMOS
RECOVECOS
EL
DESCUARTIZADOR
Se
deslizaba de forma suave, como las serpientes, reptando entre
corazones heridos y ávidos de bálsamo, desvaneciendo con estudiadas
palabras cualquier posible duda sobre sus intenciones. Esos primeros
pasos dejaban enjaretadas a las futuras víctimas que complacidas con
sus falsos encantos se iban desgranando poco a poco, perdiendo su
esencia, dudando de su valía, cediendo terreno al perverso.
Su
técnica era trocearlas, fraccionarlas con la parsimonia que se
gastan los psicópatas, hacerlas añicos para que no tuvieran
posibilidad de reconstruirse.
El
glorioso descuartizador resultó ser un patético individuo
-descuartizado en sí mismo- que, a falta de agallas y redaños para
plantar cara a quien le había extirpado la identidad, se dedicaba a
robar vidas ajenas hasta que sin saber qué hacer con tanta
existencia las destrozaba, como el niño maleducado y caprichoso
rompe en pedazos los regalos de Reyes.
05/12/2018
– Victoria Blanco para “VOCESentreVOCES”
RECOVECOS
En
un recoveco de la memoria encontré días lejanos de la infancia en
que todo tenía sentido a pesar de la aparente ignorancia de los
mecanismos que mueven la realidad.
En
otro recoveco, actual y cotidiano, encontré un puñado de aparentes
certezas y seguridades sobre esos mecanismos que no resistieron ni un
instante la mirada lógica y vital de aquel niño.
En
un tercer recoveco me refugio cuando llegan esos instantes en que las
cuestas arriba se vuelven más cuesta y nos arrastran
irremediablemente hacia abajo.
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES www.arteslibres.net
RAZONEMOS
Los
lunes por la mañana, me pellizco la nariz
con
unas tenazas muy calientes
para
sentir que sigo vivo y coleando detrás de mi rostro.
Y
delante del espejo
me
saco sin anestesia las muelas del juicio,
porque
hay poco que entender...
Porque
ya no quiero sufrir.
Supongo
que tú haces lo mismo.
Sonríes
como un cadáver, al que no le duele nada
su
autopsia.
JJC
– Juan Jiménez Caballero
MICRORRELATOS
Y AFORISMOS
Siempre
he querido ir a una boda donde la novia diga que no.
La
nuestra.
Lourdes
Pérez
De
la noche a la mañana la ventana es el parpadeo lentísimo del
muro.
Puente aéreo entre el esclarecimiento de la alborada y el recinto noctámbulo del imperio de tiniebla.
Coronadora de la nueva dinastía del color que se pudrirá insepulta en la isla de la memoria con vocación de calabozo: la ventana puede cerrarse para siempre.
Víctor Ortiz Partida, incluido en La luz que va dando nombre. Veinte años de la poesía última en México (1965-1985) (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 2007, selec. de Alí Calderón, José Antonio Escobar, Jorge Mendoza y Álvaro Solis).
Puente aéreo entre el esclarecimiento de la alborada y el recinto noctámbulo del imperio de tiniebla.
Coronadora de la nueva dinastía del color que se pudrirá insepulta en la isla de la memoria con vocación de calabozo: la ventana puede cerrarse para siempre.
Víctor Ortiz Partida, incluido en La luz que va dando nombre. Veinte años de la poesía última en México (1965-1985) (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 2007, selec. de Alí Calderón, José Antonio Escobar, Jorge Mendoza y Álvaro Solis).
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