domingo, 12 de enero de 2025

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

729 ES EL CÓDIGO COMERCIAL DE ISRAEL, TODOS LOS CÓDIGOS DE BARRAS DE LOS  PRODUCTOS QUE EXPORTAN EMPIEZAN POR ESE NÚMERO.
ADEMÁS, RECIENTEMENTE UN GRUPO FINANCIERO ISRAELÍ HA COMPRADO UNA GRAN PARTICIPACIÓN DE CARREFOUR.
LA CAUSA ÚLTIMA DE LAS GUERRAS SIEMPRE ES EL DINERO, NO COMPRES PRODUCTOS DE ISAREL MIENTRAS SEA UN ESTADO GENOCIDA.

 "Pareja humana", de José Luis Quesada (Honduras, 1948)


Tegucigalpa es una res quemada viva.

Ellos lo saben cuando

despiertan en su lecho del dormitorio público

y escuchan el crujido de una rueda de huesos

que da vueltas a la plaza.


Inmóviles,

desde cualquier sitio,

miran el mar de la empedrada calle

y siempre se atreven o casi siempre:

atraviesan estanques, jardines, humaredas,

ejecutan pequeños actos increíbles

que no serán recordados,

piden prestado para un pequeño piso.

Y detrás de las delgadas paredes que los separan

de villanos y pordioseros de leyenda

presienten la agitación

de una niña atrapada como un pez.

Les advierten algunos abogados de etiqueta:

«vuestros mejores años están pasando ya».

Ellos sonríen, piensan;

todavía no es tiempo de emprender una hazaña.

Pero lo cierto es que su juventud

ha salido a la calle

como una rata con un pétalo en la cabeza.

La mano que trazaría los planes infalibles

ya no tiene poder.


Con sus proyectos echados a perder y la infancia

como un grano de anís podrido en una oreja,

deciden entenderse directamente,

con las cabezas humeantes de los faunos caídos.

Sus últimos trabajos consisten

en la reconstrucción de lo imposible:

quemaremos, dicen, las actas de nacimiento:

nos interesa el nombre que no apareció escrito

en las paredes del colegio,

los ojos que se abrirán para vernos de otra manera.


José Luis Quesada, incluido en Poesía contemporánea de Centroamérica (Los libros de la frontera, Barcelona, 1983, selec. de Roberto Armijo y Rigoberto Paredes).

https://franciscocenamor.blogspot.com/



TEMAS TERTULIA 17-1-2025

CARTAS Y MEMORIA

MAGIA

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


TEXTOS TERTULIA 10-1-2025

PODEMOS

ÁRBOLES

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


PODEMOS


Podemos jugar a cazar silencios opacos

en cualquier tarde luminosa o cautiva,

o ponerle la zancadilla a esa ola que viene.


Podemos creer que ríen los ceremoniosos grillos,

sólo grillados cuando son cargados de grilletes,

pobres grillos, siempre trágicamente humanos.


Podemos fingirnos incautos,

esperar la utopía que siempre llega,

o tejer un guiño en cualquier balcón.


Podemos intentar helar el fuego,

matar con risas y cosquillas al ego,

o romper las reglas, sin más.


O tallar, con cualquier idea pasajera,

en los surcos de los cristales,

el rompecabezas de lo indeleble.


Podemos, incluso, si nos dejan,

hacerle una pregunta al que las teme,

o asustarnos por si las respuestas vienen.


Por poder, hasta podemos jugar a vivir.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

ARTES LIBRES www.arteslibres.net


PODEMOS

No te engañes, con los cantos del reloj de cuco.

No amontones días vacíos de papeles amarillentos.

Devora los segundos.

Enloqueceríamos si alguien nos dijera,

al oído, el tiempo feliz que nos queda.

Tenemos miedo a morir porque no vivimos del todo.

Métele fuego a la vida y verás cómo arde.

Quisiera estar drogado con un pico de libertad.

Ya ni siquiera soñamos,

nos han dicho que son muy caros nuestros sueños.

No te preocupes, todo lo cura el tiempo,

menos los tiros por la espalda del reloj.

Pero estamos aquí, para soñar de nuevo.

Acuérdate, estamos aquí para ser posibles,

si se te quedó chico, juégate de nuevo el pellejo.

¿Cuándo se nos olvidó que somos un milagro irrepetible?

Te lo juro por Dios, estamos aquí para no rendirle cuentas a nadie.

Roba la felicidad y corre.

Te digo un secreto?... no hay cárceles para todos.

JJC – Juan Jiménez Caballero


ÁRBOLES

UN PRECURSOR DE LA REPOBLACIÓN FORESTAL EN UBRIQUE

En la cara suroeste del cerro de Mulera, finca propiedad en la actualidad de Josefa Rubiales Carrasco, por encima de su antigua casa, conocida, por la profesión de las anteriores propietarias, como casa de las «maestras», hoy derruida, nos sorprende un rodal de unos 1.200 metros cuadrados de alcornoques centenarios en el que sobreviven unos 26 pies. Maravilla que en terrenos de «margas calcáreas» de composición básica según los expertos hayan podido desarrollarse.

Indagando entre los mayores, aclaran que se trata de una plantación que en el último tercio del siglo XIX realizó su dueño, que también lo era de parte de la Cabezuela.

Adelantándose a las campañas mundiales de repoblación forestal y en más de un siglo a las nacionales de repoblación de alcornoques (decreto 25/5/1993) dotadas con líneas de subvenciones de cuantías estimables y que lamentablemente en parte han resultado infructuosas por exceso de cargas ganaderas, tanto domésticas como silvestres, anticipándose a su tiempo –como decimos– con sus propios recursos económicos y los rudimentarios medios de tracción de entonces, el propietario de las referidas fincas hizo hoyos a brazo del volumen adecuado, sacando la marga y volviéndolos a llenar de arena de la Cabezuela traída en los serones de esparto de los burritos de entonces.

Pueden verse estos alcornoques desde la carretera de reciente construcción, antes vereda, que partiendo de la urbanización «Coto del Cerro de Mulera» va al puerto de Pedro Sánchez, entre las lindes de las fincas de Manuel Janeiro Carrasco y hermanos Clavijo. Esta vereda era el camino más corto para ir a las fincas situadas al suroeste del mencionado cerro de Mulera.

Por aquellos tiempos no existía ni el puente de Pasada del Portugués ni el de los Cuatro Ojos, y suponemos que el tráfico, importante, de la arriería habría de hacerse por el puente del Manga hasta que comenzara a derruirse y hubieran de hacer en 1862 el primitivo de Barría, que está al comienzo de la cañada de los Gamonales. Cuando se hicieron los hoyos, los arrieros, viendo a aquel hombre mayor en la última etapa de su vida afanado en su empeño, le decían: «Señó Pedro, ¿para qué siembra árbol cuyo fruto no ha de coger?». El que venga atrás que arree. «Aunque yo no los vea, alguien los recogerá», contestaba. Y añadía: «La vida no se acaba con la de uno; hay que dar la mano y abrir caminos para los que vienen detrás». Y al atardecer, cuando regresaba al pueblo y el ocaso teñía de púrpura las piedras venerables del Garciago, el corazón se le anegaba de melancolía pensando que si todos eran iguales a aquellos arrieros no tendría continuidad su obra.

Este hombre se llamaba Pedro Bohórquez Piñero. Había nacido en 1820 y fallecido en 1895 (por paradojas del destino le llamaban «Pedro el Chico»). Estuvo presente en todos los tumultuosos, o mejor, turbulentos sucesos de su triste época. Pero estos son de tal entidad que requieren tratarlos aparte. Ahora, en su homenaje, queremos dejar constancia de que hay hombres de los que sentimos el orgullo de ser sus paisanos.

Ubrique Información

Prudencio Cabezas Calvo

"Memoria inacabada" Editorial Tréveris.


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

Las 3 fases de la vejez, y sus cambios físicos y psicológicos

La tercera edad no es una categoría homogénea, sino que en ella hay varias etapas a tener en cuenta.

Arturo Torres

Arturo Torres

La vejez es, en muchos aspectos, la etapa vital en la que aunque muchas capacidades quedan disminuidas, se consolida la plena madurez psicológica.

Por otro lado, la incomprensión por parte del grueso de las personas adultas que no pertenecen a este rango de edad ha hecho que hasta cierto punto todos los seres humanos que están pasando por la ancianidad sean vistas como pertenecientes a una misma categoría, como si fuese lo mismo tener 70 años que 92.

A continuación veremos cuáles son las 3 fases de la vejez, y cuáles son sus efectos psicológicos y físicos.

Las tres fases de la vejez

La tercera edad es una etapa vital que, en parte a causa del aumento de la esperanza de vida, cubre un proceso de evolución que puede llegar a ser muy largo, con muchas variaciones y muchas variables a tener en cuenta.

Es por eso que resulta útil hablar sobre las fases de la vejez, dado que ofrecen una categorización aproximada acerca de las necesidades especiales, los patrones de comportamiento más habituales y las características biológicas de estas etapas.

A modo de resumen, las etapas de la vejez son las siguientes.

Prevejez: 55 a 65 años

La prevejez es la antesala de la etapa vital en la que varias de las funciones corporales ven menguada de un modo más o menos drástico su capacidad para seguir trabajando tal y como lo venían haciendo antes.

Cambios físicos

En esta etapa es frecuente que los patrones de sueño queden alterados, disminuyendo significativamente el número de horas que se necesita dormir cada noche. También es frecuente que aparezcan alteraciones en la retención de grasas y un tipo de digestión más lenta y pesada. La masa muscular, por el contrario, acostumbra a atrofiarse de manera significativa.

En las mujeres, la prevejez llega aproximadamente con la finalización de la menopausia, la cual genera una seria de alteraciones hormonales que afectan tanto mediante síntomas físicos como otros de carácter emocional vinculados a cómo se experimenta este evento.

Cambios psicológicos

En esta fase de la vejez, al contrario de lo que se cree, ni se acostumbra a sufrir una crisis ni disminuye el nivel de felicidad. Sin embargo, sí que cambia el modo de pensar.

En concreto, es frecuente que aparezca un patrón de pensamiento melancólico en el que empieza a verse la vida a través de los recuerdos, lo que se vivió en el pasado. Las comparaciones entre lo que ocurrió hace años y el aquí y ahora son muy frecuentes.

Por otro lado, aquellas personas con vida familiar activa pueden exponerse al síndrome del nido vacío, por el cual los hijos o hijas abandonan el hogar y aparece soledad y, a veces, aburrimiento.

Vejez: 65 a 79 años

La vejez “pura” es la etapa de la vida en la que se consolida tanto el debilitamiento de funciones biológicas como un estilo psicológico basado en la revisión del pasado y la experimentación con los recuerdos.

Cambios físicos

Aparecen problemas posturales y debilitamiento de huesos, lo cual puede producir dolor o incluso que no se puedan realizar grandes esfuerzos. Los problemas de digestión, en muchos casos, se acentúan, así como el riesgo de experimentar varios tipos de cáncer.

Además, tanto la visión como la audición suelen resentirse, lo cual a su vez conlleva un riesgo de tipo psicológico: el aislamiento, dado que cuesta más esfuerzo relacionarse con los demás o incluso participar en conversaciones.

A partir de los 75 años de edad, por otro lado, las personas ya cumplen el perfil de paciente geriátrico siempre que se de algún problema significativo en su calidad de vida como el deterioro mental o la incapacidad de vivir de manera autónoma.

Cambios psicológicos

En esta etapa se consolida el declive de un aspecto importante de los procesos mentales: el nivel de inteligencia. Más concretamente, es la inteligencia fluida, la que tiene que ver con la agilidad mental y la generación de nuevo conocimiento partiendo desde cero, la que se ve más afectada, mientras que la inteligencia cristalizada se preserva mucho mejor en la mayoría de adultos sanos de esta edad.

Ancianidad: 80 años en adelante

La ancianidad es la última etapa de la vejez, y supone un cambio cualitativo tanto en la evolución física como en la psicológica.

Cambios físicos

En esta fase las alteraciones posturales y la fragilidad de huesos y articulaciones se acentúan, lo cual puede llevar a reducir significativamente la autonomía de las personas. El resto de problemas de salud también siguen su progresión, haciéndose sensiblemente más frecuentes en esta fase.

Cambios psicológicos

En esta fase el peligro por aislamiento social se acentúa, dado que, por un lado, la cantidad de amistades decae a causa de la frecuencia con la que se dan las muertes, y por el otro la falta de autonomía suele hacer que las salidas del hogar y los encuentros se den más raramente. El tiempo libre acostumbra a ser ocupado con actividades relativamente contemplativas, como la lectura o la jardinería.

https://psicologiaymente.com/psicologia/fases-de-vejez


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