domingo, 12 de marzo de 2023

 

VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

"El jardinero que vuelve de la muerte", de Corina Oproae (Rumanía, 1973)


Nuestra especie ha dejado el Jardín hace mucho tiempo:

queda el Jardinero que vuelve de la muerte.

                                                               Pascal Quignard

I.

Caminas

y queda atrás el verde

aplastado en cada paso

la hierba preparada para soportar

el peso de otro cuerpo

eres el jardinero

que recoge las hojas

en el jardín de la muerte

II.

En el jardín de la muerte

se hablan tu lengua

las víboras muerden

          la mano abierta

                   de las palabras

III.

De las palabras

          brotan flores que se marchitan

en el vientre de la madre

IV.

En el vientre de la madre

bailan lunas rotas

          reminiscencias fugaces

                   de la primera danza

en la muerte

el deseo es una sombra que devora

la ausencia

V.

La ausencia

aquel viento

          que danza

                   intrépido

y ahuyenta

los recuerdos

VI.

Los recuerdos

se clavan en tus ojos

por dentro

como vidrios finos

y alargados

penetran tus pupilas

a veces

la felicidad

es una herida

invisible

VII.

Invisible

en tus ojos

el miedo que paraliza al ciervo

antes de la huida

efímero ancoraje

en una geografía

que siempre ansías

bajo tu piel               pájaros

latidos imperceptibles

que arrancan los pétalos

de las flores

VIII.

De las flores

aprendes la muerte

si cierras los párpados

y la vida

si los abres

el padre

es un cerezo

olvidado en el jardín

donde caminas

IX.

Caminas

y el Amor

el Amor

está a salvo

dentro del corazón

del jardinero que vuelve de la muerte


Corina Oproae en Desde dónde amar (2021), incluido en Vallejo & Co. (7 de mayo de 2022, Perú).

FUENTE: https://franciscocenamor.blogspot.com/



TEMAS TERTULIA 17-3-2023

CERTEZAS

SANTOS NADA INOCENTES

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.



TEXTOS TERTULIA 10-3-2023

CELOS

RENCOR

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


CELOS

Roberto, sospechando lo peor, comenzó a ser víctima de unos celos virulentos que le hacían acercarse al personaje shakesperiano de Otelo a pasos agigantados. Barruntaba que algo tenía que haber, para desecharlo luego de su mente, pero sólo de forma provisional, pues las más oscuras sospechas volvían recurrentemente a romper el frágil equilibrio de sus desquiciadas emociones.

Otra nueva y extraña ausencia, pocos días después, ahondó aún más en su herida, y sus sospechas pasaron a ser certezas. Laura, mientras tanto, parecía cada día más radiante, esplendor sublime que él identificaba como resultado de largas horas de sexo frenético, el mejor tratamiento de belleza, según se decía.

Transcurrían los días, aumentaba la belleza de ella y la expresión de locura en el rostro de él, mientras ambos, haciendo uso de la supuestamente exquisita educación recibida en los más caros colegios religiosos, fingían hipócritamente una calculada indiferencia ante la evidente metamorfosis del otro.

En tan sólo dos semanas la situación se hizo insoportable dentro de la desquiciada mente celosa de Roberto, que comenzó a sopesar la posibilidad de terminar con su dolor definitivamente, no sin antes castigar como se merecía a la arisca pecadora.

Visitó a su anciana e idolatrada madre, de la que se despidió con lágrimas en los ojos y, aprovechando un descuido de ella, se hizo con la pistola que había sido de su difunto padre, capitán del ejército.

Decidió que lo haría tres días después, el día de su cumpleaños, que posiblemente sería, como en las últimas ocasiones, una monótona cena formal para dos.

Llegado el día, se bajó de su automóvil y, dirigiéndose hacia su casa, vio aparcado el deportivo de Luis, de quien sospechaba desde hacía años que pretendía de su esposa algo más que una inocente amistad. Su ira, centrada en el frío metálico de su bolsillo, le impidió ver varios vehículos, también familiares para él, aparcados a lo largo de la calle. “Les sorprenderé in fraganti, así todo será más rápido, nos ahorraremos explicaciones y falsas historias, y de paso me daré el gusto de pegarle un par de tiros al Luis, que le tengo ganas hace tiempo . . .  Me gustaría ver los periódicos de mañana: un crimen de honor, mi padre estaría orgulloso...” 

Entró sigilosamente en su casa, que encontró completamente a oscuras, lo que reafirmó sus sospechas, para recibir, de repente, un fogonazo de luz en la cara: “¡Feliz cumpleaños!” gritó al unísono un coro de voces.

Perdona, cariño, se disculpó Laura, he estado algo distante estos últimos días, ocupada en prepararte esta sorpresa. Feliz cumpleaños, ya sabes que te quiero como el primer día, y hasta moriría por ti . . .”

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CELOS

Un artículo de papelería que sirve para unir, pegar cosas, curioso que los celos en pareja puedan hacer lo contrario, tener algo de celos es normal…supongo que el miedo a perder la pareja, a que otra persona pueda ser más atractiva, más interesante que nosotros para nuestro partener es inevitable pero dentro de un límite, cuando ya no eres la prioridad para tu pareja de nada valen los celos, así como el celo físico solo sirve para mantener unidas las cosas momentáneamente con una fuerza bastante leve, si los celos son fundados nada impedirá que una pareja rompa y si son infundados más de los mismo…así q un poco de celo está bien, pero si tienes que usar más de un rollo, mejor que busques otra alternativa.

Eva Camba Paz


RENCOR


No hace mucho tiempo, me di cuenta de que confundía el concepto de rencor con el de venganza; fue a través de una conversación; hablar con otros siempre ayuda a entendernos a nosotros mismos… si escuchamos. La pregunta «¿Tú eres rencorosa?» me hizo pensar. «Sí -dije-, lo que no soy es vengativa».

Como siempre que tengo dudas razonables, acudí al diccionario y ¡bingo! La definición de rencor me confirmó que cuando alguien nos hace daño, se produce un sentimiento de hostilidad hacia esa persona, es decir, nos alejamos de ella para que no se repita la situación. Otra cosa bien distinta es estar esperando la ocasión para devolver la mala jugada.

Pocas veces se hace daño a conciencia, la mayoría de los seres humanos dañamos a otros por casualidad; como cuando en el metro pisamos a alguien justo donde tiene el maldito callo. Esa persona se retira dándonos un empujón y, tal vez, soltando improperios mientras amablemente le pedimos disculpas. Fue el vaivén que nos tambaleó, aunque tampoco nos habíamos agarrado bien, no nos engañemos, estábamos en nuestros pensamientos: «A mis soledades voy, de mis soledades vengo…» y fuimos a dar donde dolía.

Sin intención, pero dimos.

Así ocurre en la vida. Ensimismados en nosotros y bamboleados por las circunstancias, algunas veces perdemos de vista a los demás, otras veces los demás nos pierden de vista a nosotros; inconscientemente nos vamos dando golpes emocionales los unos a los otros, sin ver que metemos el dedo en una llaga profunda y reavivamos el intenso dolor que alguien padece en silencio.

Si pudiéramos hablar y explicar que tenemos una magulladura en el alma y eso sirviera, sería extraordinario. Pero la vida no es así. No todo el mundo habla el mismo idioma emocional, incluso hay quien padece analfabetismo en materia de emociones, no siempre es posible hacerse entender.

Yo abogo por la retirada, por el rencor en el buen sentido de la palabra, en el de aceptar la realidad, comprender que no vamos solos en el vagón de la vida y que, durante el recorrido, habrá traqueteo más que suficiente para que quienes no estén atentos pierdan el equilibrio y su pie, su mano o su peso entero caigan sobre nuestro cuerpo que hace fuerza por adaptarse estoicamente al movimiento de un tren que continúa, impasible y ajeno a su carga, la marcha sobre el trazado de las vías.

Devolver el golpe no es mi lema, prefiero agarrarme fuerte a la barra más firme para mantenerme. Sin embargo, sentir algo de hostilidad y mucha desconfianza hacia quienes ya me han dañado y alejarme lo máximo posible, me parece un rencor saludable que aumenta las posibilidades de que llegue sana y salva a mi destino, así el destino sean mis soledades.

11/marzo/2023 – Vicki Blanco para «VOCESentreVOCES»


RENCOR

Tu ira delata tu miedo, tu agresividad tu cobardía.
Tu orgullo y vanidad ponen en evidencia tu ignorancia,
tu desprecio hacia los desafortunados, tu temor a ser uno de ellos.
Tu falta de curiosidad esconde carencia de sabiduría.
Tu odio a lo diferente transparenta tu pequeñez de miras, tu mezquindad.
Tu intransigencia muestra fobia al error, que a tantos errores te arrastra.
Tu aparente seguridad apenas disimula tus miedos.
. . .
Pero entre las sombras de tu mirada adivino una tenue luz que te pone en un aprieto: decidir si admitirás tu miseria para comenzar a salir de ella.

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NI RENCOR NI CELOS

ESCUCHAR EL UNIVERSO

Quieta mente sin palabras,

que escucho el sonido de mi respiración.

Quieta respiración silenciosa,

que escucho el sonido de mi corazón.

Quieto corazón sin pálpito,

que escucho el sinido de mi despertar.

Quieta yo, entonces te escucho a Ti.



Cuando meditamos acallamos la mente, tranquilizamos la respiración, relajamos las emociones y, finalmente, despertamos del sueño de la vida y, en esa quietud, podemos escuchar el espíritu del Universo.

Alexandra Di Estefano Pironti. “Un salto al infinito” Ediciones Carena.


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

JERARQUÍA DE GÉNERO

10 MARZO, 2023 

Por José Marcelo Ruiz

Dedicado a la mujer

  Las diferencias biológicas del hombre y de la  mujer, macho y hembra, no determinan el poder del hombre sobre la mujer. Ha sido la jerarquía de género: la división de hombres y mujeres en el desempeño de diferentes funciones la que ha ejercido el poder; manteniendo sociedades patriarcales. Por lo tanto, el género es una cuestión social, cultural y religiosa.

  Me pregunto, como ustedes lectores, por qué la jerarquía de género se mantiene a través del tiempo, discriminando a la mujer, e incluso, ejerciendo violencia sobre ella. ¿De dónde proviene ese pensamiento tan arraigado que actúa con violencia, a la que hemos llamado de ‘género’? La respuesta la encontramos en la la dependencia socio-económica a la que se ha visto sometida la mujer, y en la concepción de propiedad que adquirió el hombre sobre ella. La discriminación sobre la mujer ha sido reforzada, ideológicamente, por circunstancias socio-culturales y pensamientos religiosos. Como ejemplo, leemos en la Biblia: “Si un hombre encuentra a una joven virgen y sin compromiso de matrimonio, la obliga a acostarse con él, y son descubiertos, el hombre debe pagar al padre de la joven cincuenta monedas de plata, se casará con ella por haberla deshonrado y no podrá divorciarse de ella en toda su vida”, (Deuteronomio, 22:28-29). Los antiguos hebreos consideraban que este era un arreglo considerable. Y esta solución fue impuesta como legal en la sociedad, las mujeres eran propiedades de sus padres y hermanos o de sus maridos. Por lo tanto, el estupro o la violación adquirieron legitimidad, no siendo la víctima la mujer que era violada, sino el hombre que la poseía. La solución legal era pagar y hacerse cargo de ella; pasando a ser propiedad del esposo. Ser marido significaba tener el control absoluto sobre la sexualidad de la esposa. De hecho, la idea de que un marido pudiera violar a su mujer era una contradicción ilógica. Violar a una mujer que no pertenecía a ningún hombre no era considerado un delito en absoluto.

  Lo expuesto nos hace cuestionar creencias erróneas, que están arraigadas en nuestra ‘genética cultural’. Hay que reaprender para reforzar los valores democráticos; elaborando leyes que afiancen la libertad y la igualdad social. Felicitarnos, por ejemplo, de la ley conocida del ‘sí significa sí’, la cual supone un gran avance social en la garantía de libertad sexual. Aunque su redacción ha motivado una gran controversia, debido a que condenados por delitos de carácter sexual han visto reducida su pena, e incluso, algunos han sido puestos en libertad. Pero, una vez  sea corregida, lo importante es mantener su sentido legal: condenar la violencia; considerándose agresiones sexuales todas aquellas conductas que atenten contra la libertad sexual sin el consentimiento de la otra persona.

  Hay que superar la jerarquía de género, e ir a su complementariedad, y ser ‘persona’; evitando todo pensamiento de pertenencia. Así lo expresa el poeta: “No digáis mi amor sino nuestro amor. / No digáis mi esposo ni mi esposa / porque no os pertenecéis. / Decid: es el compañero o la compañera / que habita en vuestra casa. / Haced de vuestra casa vuestros corazones”.  

José Marcelo Ruiz

  Este artículo se ha publicado en la prensa escrita NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 10 de marzo de 2023. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas culturales, de opinión y pensamiento.

https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2023/03/10/jerarquia-de-genero/




La estupidez es más peligrosa que la maldad, según la teoría de Bonhoefffer 


Dietrich Bonhoeffer fue un pastor luterano alemán que, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, fue un importante y visible opositor al nazismo. Luego de ser capturado y llevado a un campo de concentración, se dedicó a la reflexión para intentar establecer cómo personas comunes y “de bien” había accedido a cometer atrocidades semejantes, sesgadas por el régimen al poder en ese entonces.

Si quieres conocer acerca de Bonhoeffer y sus aportes a la Psicología Social mediante la teoría de la estupidez, entonces sigue leyendo.

La historia completa

La estupidez es el enemigo más peligroso para las buenas personas, incluso más peligroso que la maldad”, estas fueron las palabras de Dietrich Bonhoeffer, y en sus reflexiones y teoría nos centraremos hoy.

En la época probablemente más oscura de la historia alemana, el pastor Bonhoeffer comenzó a dar discursos públicos en contra de las atrocidades que en ese momento se estaban cometiendo contra el pueblo de la Alemania sometida por Adolf Hitler.

Luego de años de lucha, llegó un día en que el pastor Bonhoeffer llegó a su casa y, su pesar, su padre le comentó que dos hombres estaban esperándolo en su habitación para llevárselo. Al caer prisionero del injusto y severo régimen nazista, comenzó a reflexionar acerca del cambio social que se había producido en su país a partir de la llegada de Hitler al poder.

Se debatió en sus pensamientos cómo podía haber sucedido que el pueblo alemán, poblado por gente común y corriente, personas de bien, de un momento para el otro se convirtiese en territorio de criminales dispuestos a cometer atrocidades sin piedad.

Se preguntó, si acaso esta gente que ahora cometía terribles crímenes siempre había sido malvada. Sin embargo, arribó a una conclusión diferente y sorprendente: no se trataba de maldad, el factor que llevaba a los alemanes a la crueldad y a perder la piedad era nada más y nada menos que la estupidez. A partir de allí es que a sus desarrollos se los conoce como “La teoría de la estupidez de Bonhoeffer”.

Cartas desde prisión

Fue así, en el contexto que te hemos narrado, como Bonhoeffer comenzó a escribir cartas desde prisión, explicando el por qué de la conducta alemana basándose en que las personas no eran malas, sino estúpidas. No hay que malinterpretar, sin embargo, la palabra estupidez desde los ojos de este pastor alemán opositor al régimen de Hitler.

Él se refiere con la palabra “estúpido” a personas sin criterio, que siguen órdenes sin acatar y sin evaluar las consecuencias de sus actos. Para él, fue así como las personas comunes y corrientes llegaron a cometer los peores crímenes de lesa humanidad.

Argumentaba en sus cartas, que contra el mal puede protestarse. Los pueblos se alían contra él. Sin embargo, contra la estupidez no existe nada que se pueda hacer. Las protestas y el uso de la fuerza, para Bonhoeffer, no tienen sentido frente a personas que no están dispuestas a escuchar, o no saben cómo hacerlo. A ello hace referencia cuando menciona en su teoría a la estupidez: a aquellas personas no dispuestas a escuchar, que actúan sin criterio ni raciocinio.

Para este pastor luterano, una persona estúpida es peligrosa, incluso más que alguien malvado. Sostiene esta idea, basándose en que estos no son conscientes de las consecuencias de sus actos, pudiendo desencadenar situaciones terribles sin siquiera contemplarlo.

Explica, además, que la estupidez es un problema social. Las personas que viven aisladas no muestran este inconveniente con tanta frecuencia como aquellas que viven en sociedad. Además, pareciera que existe una especie de “contagio” cuando en un grupo alguien estúpido manifiesta sus ideas, llevando al resto de los integrantes por el mismo camino.

Para Bonhoeffer, el poder infecta. Eso explicaría lo sucedido con el nazismo. Su fuerte difusión y apoyo por parte de grupos sociales podría resumirse al argumentar que, ante la fuerza de Hitler al mando, las personas lo siguieron por estupidez, y no por maldad, siendo esto incluso más peligroso, ya que favoreció su aceptación social sin cuestionarlo. Parecería según el autor, que, ante el poder, las personas caen viéndose privadas de su independencia y autonomía.

Los lemas, eslóganes, ideas son rápidamente apropiadas por estúpidos, argumenta Bonhoeffer. Puede parecer que al enfrentarse a ellos solo se trate de personas tercas, cuando en realidad solo son simples personas comunes y corrientes sesgados por una corriente de pensamiento que se ha apoderado de ellos.

Así, argumentaba en sus cartas, los estúpidos se vuelven herramientas, títeres ejecutores de las ideas de alguien más. Por ello son peligrosos, por su falta de dimensión y de visión de la realidad.

Dietrich Bonhoeffer y la teoría de la estupidez

Bonhoeffer sostuvo que solo un acto de liberación que comience a difundirse en sociedad podría remover la estupidez y destapar los ojos de una persona que no puede ver la realidad. Mientras esto no suceda, el estúpido permanecerá hipnotizado bajo el régimen que lo aprisiona.

Esperamos que a través de este artículo hayas logrado comprender las ideas de Bonhoeffer, un precursor y rebelde contra el opresor régimen nazista, quien falleció el 9 de abril de 1945 en el campo de concentración de Flossenbürg, tan solo dos semanas antes de que sus prisioneros fueran liberados, llegando el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Los aportes de este pastor convertido en un autor fueron de mucha importancia para la Psicología Social. Esperamos que a partir de ahora lo tengas presente: la estupidez es más peligrosa que la maldad.

Recursos bibliográficos

  • Alonso, B. A. (1990). Honestidad intelectual y compromiso del cristiano Dietrich Bonhoeffer. Universidad Pontificia Comillas.

  • Bonhoeffer, D., & Rumscheidt, M. (2017). After Ten Years: An Account at the Turn of the Year 1942–1943. After Ten Years”: Dietrich Bonhoeffer and Our Times, 17-31.

  • Morris, K. E. (1984). Bonhoeffer’s Critique of Totalitarianism. J. Church & St., 26, 255.

https://psicopedia.org/19199/teoria-de-la-estupidez-bonhoefffer/?utm_campaign=psicopedia-492022&utm_medium=email&utm_source=acumbamail

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