domingo, 21 de junio de 2020


VOCES entre VOCES



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TEMAS TERTULIA 26-6-2020

DEL BIGOTE Y SUS CONJUNTOS
MUCHA MIERDA
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.


“La experiencia no es más que el nombre que damos a nuestros errores”.
(Oscar Wilde)



SER ANTE LOS OJOS (EN EL UMBRAL)
Gerardo Guinea Diez

El ser
y todo el yo congregado,
en la orilla del fin de siglo,
en la pupila de un niño
que jamás descifrará
el cabreo del tiempo.
El ser y todo el yo congregado.
En la orilla del tiempo,
en el margen más lejano,
en donde nace el viento
que sopla con la fuerza de Hércules.
El ser y todo el yo congregado
por Ulises que se resiste a no volver.
El ser, aprendiz de brujo,
en el mediodía de este hoy
que llaman posmodernidad
nada más para ahuyentar el fantasma de la
soledad.
El ser,
navegando hacia el muelle de los signos en fila:
tus ojeras;
inventando la nada para inaugurarse a sí
mismo, desde el canto del gallo,
desde el sueño de un pájaro
que premedita la rama y la hoja,
que anticipa con humildad
el tenue color de la mañana,
referente de horas inútiles
que agrietan las certezas,
de ésas que nos someten
a dos verdades para serninguna,
para que con júbilo de rosas
y miedo tempranero,
vivamos la experiencia de la libertad:
tributo inevitable de los desertores.
El ser
y nuestro desabrido afán;
el que nace en nuestra
renuencia a la perennidad.
El ser
y la fugacidad de nuestra obediencia,
sí, esa extraña manera de estar en el mundo
resistiendo con lo imprescindible, a pesar
de las certezas que nos anuncian un triunfo
seguro, inevitable, definitivo.
El ser
y la ebriedad de una reputación
que enaltece lo absurdo
de ciertas verdades;
aquellas que hoy nos garantizan
prosperidad eterna,
tanto como las pesadillas
de los sueños milenaristas.

Fuente: Poemas del alma

"No hay necesidad de separar al monarca de la mafia: toda autoridad es igualmente mala”.
(Oscar Wilde)


TEXTOS TERTULIA 19-6-2020

HILANDO FINO
CONTIENDA PERPETUA
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.

HILANDO FINO

Trenzar labios con besos/ manos con caricias/ letras con palabras/ sonidos con cantos/ suspiros con aire/ latidos con emociones/ como hebras de hilo/ ir formando mandalas/ como encajes sutiles/ que formen la trama perfecta/ del Universo en equilibrio.

HAYDÉE ACOSTA (Nerja)



HILANDO FINO

Hilando fino aprendí a leer y escribir, así se hizo mucho más ancho el camino.

Hilando fino amé un par de veces y hasta hoy pienso: Entonces sí que hilé fino.

Hilando fino me fui perdiendo en la chispa de unos ojos con la esperanza de que diera sentido al destino.

Hilando fino nos vamos perdiendo en impredecibles caminos, con buena intención, hilando y liando fino.

Hilando fino cometemos los peores errores porque, en nuestra arrogancia, creemos conocer la naturaleza del hilo.

Hilando codo con codo, hilando con respeto y cariño, hilando con alguien, hilando juntos...
Así hilamos, sin darnos cuenta siquiera, cada vez más fino.

Hilando fino, muy fino, encontré la última y definitiva verdad: La verdad no existe o, dicho con otras palabras, existen tantas verdades como mentes vivas, que viene a ser lo mismo.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 
ARTES LIBRESwww.arteslibres.net


CONTIENDA PERPETUA

La esperanza puede volver loco a un hombre” decía Ellis Redding (Morgan Freeman) en Cadena Perpetua.

Yo me siento condenada a «contienda perpetua» por culpa de la esperanza.

Como Descartes, estaría dispuesta a dar todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro. No creo que una vida sea suficiente para absorber la cantidad de conocimiento que contiene el Universo.

La esperanza que me condena es creer que todo el mundo quiere saber aquello que yo valoro.

Nada que ver con la realidad.

Del mismo modo que a mí me importa poco o nada aprender a coser, dejar los cristales como el jaspe o cocinar el mejor potaje del mundo, a otros les importa un bledo pronunciar bien una palabra, escribirla correctamente u ocupar su tiempo en entender que el Discurso del Método es un ensayo sobre una forma de ver la vida.

Aun teniendo conciencia de que las cosas son como son, intento catapultar a la conquista del conocimiento a quienes pasan por mi vida; estoy convencida de que todos tenemos la misma capacidad y de que el cerebro responde cuando se le ejercita.

Pasada la primera batalla y sufrida la segunda, incluso digerida la tercera, comprendo que ante mi tentativa de divulgación los demás reaccionan como yo ante una caja de costura o un spray limpiacristales.

Entonces me retiro y doy por perdida la guerra.

Pero en el fondo, ese fondo que nos sitia el alma por las noches con el suspiro inmediato a conciliar el sueño, sé que la semilla ha sido sembrada.

Quizás debería dejar de batallar. O no. La cuestión es empeñarse en morir o empeñarse en vivir.

Tal vez, como Ellis Redding, encuentre un cómplice que me haga convertir la esperanza en proyecto de vida y poder, así, evitar la locura.

O quién sabe si llegará un día en el que, liberándome de esta contienda perpetua, deje atrás la esclavitud y ponga rumbo a la más hermosa playa de Zihuatanejo.


19-junio-2020 – Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»


CONTIENDA PERPETUA

Camino largo, insustancial, hacia ninguna parte. Hoy por hoy, la fachada de la vacuidad, el sucedáneo de lo fútil, un sinónimo de la vulgaridad. Aflojar la tensa cuerda de la contienda, sería alcanzar la serenidad de la autoestima, la dignificación del perdón, el triunfo del respeto. Es la vida, sólo que para unos es la perpetua supremacía de la razón porque sí, por vanidad o falso orgullo, o por egoísmo, o simplemente por falta de empatía con el mundo. Otros prefieren, como dijera Machado, Paz con los hombres y Guerra con sus entrañas.

HAYDÉE ACOSTA (Nerja)


CONTIENDA PERPETUA

No existe en la naturaleza ninguna contienda perpetua, la Vida no comete ese tipo de errores, siempre busca soluciones mediante la simbiosis, el parasitismo o el apoyo mutuo.
Pero en nuestro interior, en ese diálogo aparentemente inevitable con nosotros mismos sí se pueden desarrollar contiendas que, en apariencia, nos parecen perpetuas: creerlo es un ejemplo más de la arrogancia, esta sí perpetua, de los humanos.

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CONTIENDA PERPETUA

Tal vez la vida no me pedía tanto, tal vez mis sueños no eran más que un espejo de mi alma.
Y en esta madrugada que se dibuja fría y amarga, tal vez tan solo yo pueda ser mi reina.
Y danzar con mi cuerpo y mis alas, y bailar sola esta melodía sedienta.
Tal vez la vida tan solo me pida mirarme y  sentirme parte única de este corazón sediento cuya agua se evapora en amargos sorbos cuando despierta sueña de la nada.
Tal vez la vida me pida tan solo caer y sentarme despacio, sosegada y en silencio, sin correr detrás de sueños que nunca volvieron, sin ser más yo que esa niña que llevo dentro.
Tal vez la vida me parezca caprichosa, efímera y locuaz,
Pero son mis ojos los que visten mi locura y mi alma quien desviste tanto amor que llevo dentro.       

@bpecas


CONTIENDA PERPETUA
Ahora soy yo 
quien escupe
en las comisuras
de tus labios.
Soy yo quien bebe
de tu baba.
Ahora soy yo
quien tiene la llave
de tu censura.
¿Y quién soy yo
para tanta repugnancia?
Soy el "elegido".

José María Rico - Spencer


CONTIENDA PERPETUA
Audio:
TODOS PAGAMOS PORTAZGO

Rafael Cotilla


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
***
Es tan triste como paradójico comprobar que algunos sufrimientos enseñan más que muchos placeres.
***
Si me dijeran: “Pide un deseo”. Pediría no tener ningún deseo que lastre cada paso de la vida.
***
La curiosidad, dicen, mató al gato. No lo sé, pero estoy seguro de que fue la curiosidad la que convirtió al homo sapiens en humano.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 
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Con qué claridad veo ahora el sentido
de los años de mi juventud y de mi vida placentera.

¡Qué inútiles arrepentimientos! ¡Qué vanos...!

Pero, entonces, no comprendía su sentido.

En el transcurso disoluto de mi juventud
iban tomando forma mis proyectos sobre la poesía,
perfilándose el contorno de mi arte.

Por eso, nunca fueron firmes mis arrepentimientos.
Y mis propósitos de contenerme y de cambiar
sólo duraban, a lo sumo, dos semanas.

Constantino Cavafis, incluido en  Antología de la poesía griega. Desde el siglo XI hasta nuestros días  (Ediciones Clásicas, Madrid, 1997, ed. de José Antonio Moreno Jurado).
Otros poemas de Constantino Cavafis




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