domingo, 7 de junio de 2020


VOCES entre VOCES



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TEMAS TERTULIA 12-6-2020

VOLVER A EMPEZAR.
POR SUS REGALOS LOS CONOCEREIS.
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.


Lo que hoy está comprobado una vez solo pudo ser imaginado. (William Blake)




                                                                                            (Para Pentti Linkola)
La certeza de la catástrofe ecológica nos paraliza
Reaccionamos de maneras diferentes, tú crees en 
Baader & Meinhof
A unos se les mete en la cabeza que ya nada significa nada
Otros piensan que ahora lo que importa es vivir de verdad mientras
quede algo de vida por vivir
Un olor como a ratas se introduce furtivamente en nuestras conversaciones
Nos procuramos biombos, no queremos saber nada de tus ideas:
de las guerras como algo necesario y deseable
de la solidaridad como lo más fatídico desde el punto de vista ecológico
Adam Smith y Keynes se van convirtiendo en dragones de nuestra infancia
La idea de que 
Malthus a pesar de todo tenía razón nos tortura, al menos a algunos de nosotros
Yo sólo he visto fotos de las selvas de Brasil y sus heridas
Sin embargo pienso en ellas como en los pulmones de mis hijos
Es sencillamente muy difícil renunciar al humanismo, que
tantos privilegios nuestros y de nuestros amigos legitimaba
Si todos alcanzan mi alto nivel de vida, dices, se acaba toda esperanza
Tú estás descontento con nuestros intentos de recortar, como decimos
Nos odias a nosotros que te tomamos en serio, haciéndonos por ejemplo vegetarianos
Vamos a cursos de ayuno, de meditación, al solario, masaje eléctrico, 
bodybuilding
Pongo una foto del «hombre más gordo del mundo» encima de la nevera
Lo peor es que el capitalismo y el socialismo tienen el mismo motor:
¡Más! ¡Más grande! ¡Más deprisa!
Se estaba mejor pues en 1848, incluso en 1871. La Fe la Esperanza y el Amor se sentían más
          firmes
Ya no nos preguntamos qué será de nosotros y de nuestros hijos
Simplemente nos preguntamos: ¿cuándo?
Somos la generación tres mil de seres humanos, dices
Sin embargo yo sólo tengo fuerzas para pensar en la tres mil uno
Los niños han pedido un vídeo como regalo de Navidad
En mi caso ahí está el límite, al menos este año

Claes Andersson en Tillkortakommanden (1981), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).



Aquellos que no se mueven no notan sus cadenas. 

(Rosa Luxemburgo)


TEXTOS TERTULIA 5-6-2020

APRENDER A REÍR.
DOS SILLAS.
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.





APRENDER A REÍR

1/JUNIO/2020

La risa es un reflejo espontáneo, involuntario, una de las primeras satisfacciones que da el bebé a los seres íntimos que le rodean. A lo largo de la vida el ser humano aprende a controlar sus emociones, siendo la risa una de las más difíciles de evitar, casi imposible. Hay sin embargo, una voluntad de abrirse al mundo, de dar la bienvenida a la comunicación; y esa es la sonrisa. La sonrisa es el portal del ser humano. Puede ser enigmática, cínica, conformista, tímida o abierta y acogedora. La sonrisa es el lenguaje tácito de la dulzura y la confianza y si aprendemos a descifrarlo, sabremos alcanzar el corazón ajeno. Hay todo un camino de sentimientos a través de una sonrisa. Ésta puede transformarse en mueca, en carcajada o simplemente en un acto de amor. Aprender a reír es, mejor dicho, dejar de poner resistencia a la sinceridad, ser capaces de contagiar la alegría, de comprender la tristeza y compartir la verdad, de abrazar sin palabras.

HAYDÉE ACOSTA (Nerja)



APRENDER A REÍR

RAMONA

Sé bien que tus muertos
son mis muertos
sé que sólo pido agua mansa
para mi garganta seca de lobos.

Te sé impredecible memoria del mal
cuando mi niña era niña
y la espera no tan sorda
para tantas manos abiertas.

Sé de tu sino de aislamiento acústico
dictadura de lo económico
embustera espada de las espadas frías
haciendo esclavos de tu yo.

Sé que prefiero negarme a mi misma
que nunca más nadie deberá sufrir  
en mis raíces libres de afluentes francos
en el agua simple y clara de mayo.

Juan Disante  -   Buenos Aires    -



APRENDER A REÍR

No me costó mucho aprender a reír, según me contaron ya sabía hacerlo cuando aún no tenía dientes.
Lo que me ha costado más de media vida es aprender a sonreír sin intención ni pretensión alguna.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 
ARTES LIBRESwww.arteslibres.net




DOS SILLAS

UN GRITO DE MUJER, DOS SILLAS

Ya no recuerdo su nombre, tan solo sé que existió, que existía.
No sé si se llamaba a sí mismo o si, por el contrario, gritaba.
Sentado a mi vera, postrado ante mí,
Se perdía en un día cualquiera.

Me llamaba a gritos, ni siquiera, por mi nombre,
No escuchaba mi razón ni entendía mi silencio.
Mis ojos de papel lloraban con tristeza,
Era mi agonía, mi silencio, mi calvario.

Y sus ojos inocentes me miraban
Cuan crueldad humana y perpleja reflejaban.
La inocencia perdida en sus mañanas,
Atardeceres nostálgicos ya de sueños.

El terror de los días, momentos
Sentenciados al orgullo, al llanto y a los años.
No hay dolor para tanta desdicha
Ni mujer que a solas sufra tal tormento.

Mi vieja silla que aún me recuerda,
Testigo fiel de mi locura y mi plegaria.
Silla vacía de sueños olvidados, cuyo
Amor ya ni tan siquiera yo recuerdo.

Su silla me acompaña en la memoria,
labrados en su textura mis gotas de sangre,
mi amor prohibido, tanta sed amarga,
tanto dolor sufrido.

@bpecas



DOS SILLAS

Yo frente a mí misma. Sentadas frente a frente mi soledad y yo. Nos respaldamos sobre el soporte curvado de sus listones de madera moldeada y nos reencontramos cada día junto a la mesa circular.
La dualidad, las dos caras de una misma moneda, lo que somos interiormente y el aspecto que ofrecemos hacia el exterior. Así descansa el equilibrio del universo sobre el libro sagrado de la vida. Dos miradas: el sueño y la vigilia, la realidad y la ficción, el espíritu y la carne, el ancestro y el porvenir, mientras el fuego de la inspiración, consume a un tiempo la idea y la palabra.

HAYDÉE ACOSTA (Nerja)




DOS SILLAS


Una silla está a mi derecha, la otra silla a mi izquierda, frente a mi, la nada.

Una silla me invita a sentarme cómodamente, la otra silla me invita a mirar si hay alguien cerca que la necesite más que yo.

Una silla me dice una y otra vez: "Inténtalo", la otra silla me dice a cada paso: "No pierdas el tiempo".

Una silla me enseña que ser fuerte es ser duro, la otra silla que lo blando siempre acaba venciendo a lo duro.

Una silla siempre ríe, incluso en la tragedia, la otra siempre llora, incluso en la alegría.

En una silla se asienta el mundo, en la otra las ideas que lo mueven.

Una silla siempre me habla del pasado, del árbol del que se sacó la madera para hacerla, la otra siempre me habla del futuro, de cuando ya no será más que un recuerdo y todos sus átomos formarán, una vez más, parte del todo.

Creo que al fin comprendo porqué tenemos esa extraña división lineal allí donde la espalda pierde su casto nombre: para sentarnos a escuchar a las dos sillas.


Nekovidal nekovidal@gmail.com 
ARTES LIBRESwww.arteslibres.net




DOS SILLAS


Como todas las familias, la mía sufrió la tempestad de la guerra civil y le llegaron los restos del naufragio vestidos con los harapos del dolor.

Yo había escuchado contar que un canalla tuvo la idea de saldar rencillas laborales recurriendo a una falsa acusación que acabó con la vida de mi tío de manera tan sucia como la denuncia que se lo llevó por delante. El sufrimiento de mi abuela materna era sordo e impreciso, lo destilaba por cada poro de su piel que, a pesar de todo, se mantuvo suave al tacto hasta el final de sus días. Aunque no podía demostrarlo conocía la identidad del delator, un individuo que, a finales de los años 60, enriquecido de manera rápida y extraña, decidió poner tienda en una de las calles más comerciales de Madrid; tanto mi abuela como mi madre, cuando pasaban cerca clavaban la mirada en la marca del escaparate que correspondía, como no podía ser de otra forma, al apellido de aquel, al menos en mi casa y para mi familia, innombrable. Jamás compramos allí.

Un día pregunté cómo es que no se rebelaban y entraban a la tienda y le decían cuatro cosas bien dichas y se vaciaban de una vez por todas de rencor. Recuerdo que estábamos en el pasillo de mi casa, las 800 viviendas de la EMT diseñadas por Zuazo para los tranviarios y fagocitadas hoy por torres Madrid-Arena, que aunque no eran corralas disponían de corredores en los que los mayores se sentaban a charlar, los pequeños podíamos jugar sin mancharnos de tierra y, en ocasiones, como la mañana de la pregunta, nos mezclábamos niños y adultos, los unos para aprender y los otros para enseñar. Mi abuela respondió que las venganzas nunca traían nada bueno y que el odio no se curaba generando más odio; siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo, remató. Dicho lo cual se levantó y entró a la casa para preparar la comida.

Tiempo después supe que era un proverbio chino, pero la frase ya se había grabado en mi memoria como legado de mi abuela; nunca tuvimos buena relación, sin embargo, nos reconocíamos mutuamente algunos valores. Han pasado muchos años desde entonces y cada vez estoy más convencida de que el rencor no se arregla con más rencor, ni el odio con más odio, ni la violencia con más violencia, aunque en ocasiones sea necesario emplear la fuerza para poner límites al rencor, al odio y a la violencia.

Pero no me cuadra lo de la silla, abuela, no me cuadra; esperar para ver morir a otra persona es una extraña forma de no odiar, al fin y al cabo, supone dedicar una vida entera al encono; estoy convencida de que siempre que exista un enemigo existirá otro en el lado contrario y eso hará que germinen dos sillas y que cada enemistado se siente a esperar el paso de un cortejo fúnebre por la acera opuesta a la de su casa.

Me gusta más esa imagen tuya usando la silla como apoyo. La siento como mi más legítima herencia.


04-junio-2020 – Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»


DOS SILLAS

Siéntate enfrente de tí mismo y háblate de tus problemas.
Cuando los verbalices verás que tienen menos palabras que si los piensas.

YJG


La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría. (Thomas Jefferson)


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.

***
Átale, no sea que se escape.
Átale las manos.
Átale los pies.
Átale para que no escape.
Estás condenado
a que me colme del placer
de tu talle.
Pero considérate
como si estuvieras
en su casa.

José María Rico - Spencer

***
AUDIO:
ZARZAPARRILLA


Rafael Cotilla







El ladrido de un perro, que dio fin a su miedo. El pilar del sol
entre las nubes, al atardecer. Los charcos que el colegial ve chispear
en las palabras, en el porvenir de su vida, cuando empuja
su rígida pluma en el enmarañamiento del dictado demasiado rápido.

Y cualquier rama frente al cielo, a causa de los ensanchamientos
y los estrechamientos de su volumen. Lo invisible que ahí
borbotea, como el hontanar en el deshielo, violento. Y las bayas rojas, entre las hojas.
Y la luz, a la vuelta; la llama en que todo comienza y todo concluye.

Yves Bonnefoy, incluido en Poesía francesa actual (Biblioteca digital, República Dominicana, 2009).


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