domingo, 12 de abril de 2020


VOCES entre VOCES


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TEMAS TERTULIA 17-4-2020

LA SOMBRA DE LA DUDA
CUARENTENA – IV
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.


"El único valor que importa es aquel que te lleva de un momento al siguiente"
(Mignon Mclaughlin)




sucede que                  me canso de ser hombre
                 yo también
sucede que
                 de alguna manera no quepo
en 140 letras y silencios
                 en el mundo dactilar
en las manos que amasan el espejo

yo también recorro Oxxos y jardines
y me sumerjo en el Facebook y en los parques
sucede que este narciso
                                fuma delicados con filtro
                                y se bebe un café en Starbucks
ya nadie, casi nadie
cuelga ropa bajo el sol
                 el sol es un pescado encerrado en las secadoras
sucede que los cines ya son más reales que nosotros
que el olor de los McDonalds me hace llorar a gritos
yo también me canso de blandir la frente

sucede que mi camisa ya no llora
que no he aprendido a arar la tierra
sucede que el comunismo es una estafa
que el neoliberalismo no libera

yo paseo con calma
con mi laptop como un pan al hombro
paseo con sed, con furia, con cuatro ojos
sin un rincón donde conectar mi alma

no hay dios inalámbrico ni ascensores
ni enlace directo al cementerio
                                no hay paraguas para mojar la lluvia

yo también quiero un descanso de piedra
pero aquí ya sembraron cables en las piedras
por eso el día lunes arde como luz eléctrica
                                y

yo también me canso de ser hombre
por eso le doy refresh a mi ventana
                                              y esc
                                                    y nada.

José Agustín Solórzano en Ejercicios para los que ejercen la pereza, incluido en Astronave. Panorámica de poesía mexicana (1985-1993)  (Ediciones de Punto de partida, México, 2013, comp. de Gerardo Grande  y Manuel de J. Jiménez).
Otros poemas de José Agustín Solórzano
Poema circense


"Si de verdad amas a alguien, déjalo libre."
(Proverbio Chino)

TEXTOS TERTULIA 10-4-2020
RAZONES EXTRAÑAS
CUARENTENA – III
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.


RAZONES EXTRAÑAS

Una puesta de sol me es suficiente para justificar un horizonte. Alcanzo el cielo desde mi ventana y el susurro de un canto me acompaña. El sexo de los ángeles no importa para comprar amor en las rebajas Hay peces de ciudad que en su ceguera patinan en el hielo azul del alma. La vanidad es de plástico, ni en mil años se extingue. Lo saben los que habitan el fondo de los mares.

HAYDÉE ACOSTA (Nerja)


RAZONES EXTRAÑAS

EN EL SILENCIO...
En el silencio de mis pensamientos, guardaré el tono seductor de tu risa, la facción desmedida de tu bella sonrisa adornada por hoyuelos en tus mejillas de ensueño, en el baúl de mis más preciados recuerdos.

Y regaré de sonrisas discretas y disimuladas las mañanas, cuando vea tu rostro dibujado en mi café cada vez que me disponga a beber en cada amanecer.

Haré con mis más bellas frases, las mejores letras que en la distancia te abracen y en las que la nostalgia se arrodille ante las cartas que la luna se negará a traer porque las llevará a otro querer.

Y ahogaré en el insomnio de mis deseos los recuerdos de aquellas noches insuficientes para amarnos y me torturarán ahora las muchas noches que a tu lado ya no compartiré.

Conforme me hunda más en la desdicha de tu ausencia y en el recuerdo de este amor que tortura, más motivos tendré para no disponerme a volverte a soñar otra vez.

Debo finngir ante el resto del mundo que aún sin tu presencia puedo seguir de pie, aunque tenga que esconderme para llorar otra vez,
morderme los labios aún con la esperanza de que te volveré a ver.

Aunque tristemente la verdad sea, que ya jamás la misma persona volveré a ser.

Con el corazon en mil pedazos y en silencio de mi inapagable memoria, en el rincón más obscuro de mi cuarto le pediré al cielo que haga que te olvide, para arrancarme este dolor que llevo dentro, para dejarte ir en paz antes de que pierda la cordura y me envuelva de nuevo tu dulzura.

EN EL SILENCIO DE MIS RECUERDOS...

María Martín


RAZONES EXTRAÑAS

Todos los seres humanos somos parte de un mismo cuerpo. Cuando la vida afecta a un miembro, el resto del cuerpo sufre por igual. Si no te afecta el dolor de los demás, es que no mereces llamarte humano”. (Saadi)

Nunca me he avergonzado de ser español, ni siquiera con aquellos dieciséis años, viajando por Europa con un billete de Interrail y un macuto, al pasar la frontera inglesa, con sus clases sociales, cuando nosotros teníamos que pasar por la puerta de los ciudadanos de segunda.
En realidad, un par de años después de terminar la dictadura, hay que reconocer que lo éramos comparados con el resto de Europa, pero era paradójico que el desprecio viniera de un inglés, cuando su idolatrado Churchill fue, hoy lo sabemos con pruebas irrefutables, el responsable de que España no fuera liberada del fascismo como el resto del continente al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Pero hace unos días, escuchando el discurso del líder de la oposición de Portugal en su parlamento y viendo luego la actitud del mismo líder español, reconozco que no he podido evitar sentir vergüenza propia y ajena.
Cualquier líder o representante de cualquier ideología que aproveche esta situación trágica que estamos viviendo para obtener rédito político es, por utilizar un eufemismo, un miserable.
Saben que siempre van a tener ciudadanos ingenuos, desinformados y manipulados que les sigan, pero su falta total de ética y escrúpulos es imperdonable en la situación actual.
Observemos un detalle que nos puede indicar claramente hasta que punto puede llegar la manipulación y el descaro de estos individuos: En todas las intervenciones de Casado y Abascal (me niego a llamar señores a estos individuos) no hay ni una sola propuesta concreta, ni una, es como si alguien se planta delante de usted y le dice: "Está haciendo muy mal su trabajo", y lo repite insistentemente pero sin dar ninguna explicación, cuando usted le pregunta sobre el porqué, calla y sigue repitiendo la misma frase crítica, nada más.
Esto nos lleva inevitablemente a dos conclusiones: que nunca lo harían mejor, sólo hay que ver como la han hecho y todavía lo hacen donde gobiernan, o que saben como hacerlo mejor pero callan mientras siguen muriendo personas cada día. En ese caso, a miserables habría que añadir otro adjetivo: asesinos.

Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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CUARENTENA – III

No me tocó vivir la época de las cartillas de racionamiento, nací a finales de los 50; mis primeros recuerdos pertenecen a una década a veinte años vista del final de la guerra civil; el hambre ya no hacía estragos, mi padre y mi madre salían a cenar los sábados, íbamos al cine algún jueves porque ese día no había colegio por la tarde y en casa había turrón y mazapán por diciembre.

Los mayores insistían en narrar en bucle las historias del hambre que habían pasado en los años posteriores a la contienda, más, decían, que en los tres años que duró; a veces lo contaban para conseguir que no nos dejáramos nada de comida en el plato o que no tiráramos el pan de la merienda para disfrutar solo el embutido; otras por el simple gusto de enfangarse en recuerdos insanos, esa rara tendencia del ser humano a remover las heces. Recuerdo bien que las mujeres vivían sostenidas por el Optalidón (hasta 6 al día he visto tomar), droga que se vendía en la farmacia sin necesidad de receta; los hombres eran más de vino y de coñac o sol y sombra, algunos se desayunaban esta emulsión a palo seco sin pensárselo dos veces; supongo que serían dos formas de embalsamar tanto dolor y tanta muerte.

Luego vino la televisión y las pastillas dejaron de ser imprescindibles, y el coche utilitario sustituyó a los desayunos fuertes, y ya no hacía falta comerse el pan de la merienda, y se podía ir al cine o a cenar cualquier día de la semana, y dejaron de existir los zapatos de los domingos, y los turrones ni siquiera nos apetecían, y las cartillas de racionamiento se fugaron de la memoria, y vi como los que habían pasado hambre consumían sin medida y los que un día vistieron harapos reivindicaban, al cabo de los años, ropa y zapatos de marca.

Creo que sería conveniente no tener excesiva esperanza en los futuros posibles cambios que esta pandemia pueda provocar en los seres humanos, seguramente cambiarán algunas relaciones ya que el confinamiento nos arrastra a desnudar el alma y dejar a la vista esa parte de nosotros que ayer podíamos adornar con la herramienta de la sociabilización; seguro que cuando podamos salir identificaremos la cara del vecino que nos trajo el aceite evitando que tuviéramos que ir al súper y que sonreiremos a quien nos encontremos por la calle el día que no tengamos que llevar mascarilla y que abrazaremos con ganas y sinceridad y que, quizás por inercia, consumiremos de manera más racional.

Pero solo ocurrirá hasta que la memoria se canse de recordar y permita que el confinamiento se escape de ella y entonces todo quedará reducido a una especie de película ajena a nosotros; y volveremos a ponernos los disfraces de salir al mundo, y echaremos mano del maquillaje vano durante este tiempo, y decoraremos con prisa y sin pausa el cuerpo y el alma, y volveremos a representar, nuevamente y con más ímpetu que nunca esta vez, nuestra añeja y marrullera existencia.

Ya lo hemos visto otras veces: en la vida, la única constante es el cambio.


08/abril/2020 – Victoria Blanco para «VOCESentreVOCES»


CUARENTENA – III

Dejar la mirada perdida. A lo lejos, el cielo y las montañas. Dejar libre el pensamiento, mejor aún, la mente en blanco, alcanzar el vacío de la meditación, descansar, transmutar lo oscuro por lo claro, lo denso por lo sutil, lo inútil por lo suficiente; caber el universo en uno y no necesitar nada. He abandonado la otra realidad y me he venido a esta otra tan real y tanto más maravillosa. Siento el lujo de contemplar como un cuadro viviente ese paisaje que acontece ante mis ojos. A veces la lluvia, otras el viento, unos días nublados, de tanto en tanto un atisbo de sol, cielos planos, nubes animadas, noche oscura, reflejos lunares. Es el cuadro de la vida en armonía, la quietud en el movimiento del aire y de la luz, el silencio en el ruido tenue de algún aleteo, de un oleaje lejano. Abandonar el ajetreo delirante de las horas por esta paz momentánea, es ser fiel a la vida.

HAYDÉE ACOSTA (Nerja)



CUARENTENA – III

Todo cambia, el tiempo cambia las cosas, es cierto, y a las personas también? Eso lo dirá el propio tiempo…

Hay momentos en la vida en que se pierde la medida de ese tiempo, de pronto un día sin más, quedas confinada en casa, y oyes la palabra “cuarentena” y se te eriza el pelo, ¡cuarenta días, sin poder salir a la calle, que barbaridad!, y piensas, nooo, esto en unos diez días se termina, y de pronto pasan los días y tras tres semanas te dicen que se alarga otras tres más, y ahora si comienzas a creer que lo de la cuarentena es cierto, ahora comienzas a percibir que no es una broma, que algo serio está sucediendo, y sientes como que el tiempo se está parando, pero no nos equivoquemos la vida no se detiene por esto, la vida sigue su curso….nosotros somos una parte más , no somos el todo..

Y el tiempo sigue sin medida, y cambia las cosas, pero al ser humano le cuestan los cambios, salir de su monotonía diaria le asusta (aún siendo su hogar el lugar de reclusión) no entraba en sus planes, y está confuso, impotente, atrapado, triste, y ahí es cuando mas necesita a su especie, y se une a ella y busca otra rutina, inventa otra zona de confort, aunque solo sea durante este tiempo sin medida…

Se puede borrar y reescribir esta historia todas las veces que queramos, y darle puntos de vista diferentes, pero no se puede cambiar el curso de la vida, ni todo lo que está sucediendo, oímos por todos los sitios , “la gente está cambiando, ahora todo el mundo es más solidario, mas humano, más positivo, incluso se acuerda de Ti gente que no lo hacia, o al contrario” realmente no sé si están cambiando las personas, eso se verá en un futuro, cuando algún día todo vuelva a la “normalidad” se percibirá ese cambio, ese respeto a la naturaleza, que se estaba olvidando, ese respeto a los animales, y sobretodo ese respeto entre los propios seres humanos

Hasta hace unas semanas, la gran mayoría nos movíamos como autómatas, como seres individualistas , siempre corriendo; Mi madre que era una mujer sabia me dijo una vez, Tienes que para un poco, hija si Tu no te paras, te para la vida y así ha sido, ha tenido que llegar un virus para detener nuestro mundo de prisas, de consumismo y de frialdad, para abrirnos los ojos ante cosas tan sencillas pero tan importantes para nuestro Ser, como es una sonrisa, un saludo, una mirada, el rayo de luz que entra por una ventana, observar el crecimiento de una flor, charlar junto a alguien, o incluso conocer el nombre de la persona que vive en la puerta de al lado , esas pequeñas cosas que no percibíamos y que nos rodean cada día, ha tenido que suceder esto para recordar la importancia de ratos compartidos con la gente que queremos, incluso, esta reclusión obligada ha hecho que algunas personas aprendan a escuchar a los demás y lo más importante a escucharse a si mismas para fortalecerse y retomar el camino que habían perdido..

Con estos pensamientos , hoy he observado la vida desde mi balcón y he pensado lo sabio que es el universo, nos ha demostrado que somos marionetas en sus manos y ha sabido poner a cada uno en el lugar que le corresponde en estos momentos para su propio crecimiento personal, es cuestión de aprovechar ese lugar, esa oportunidad…que a pesar de lo daños, nos está dando la vida; La cuarentena pasará y entonces cada cual sabrá su propia verdad, si ha sabido aprovechar o no este tiempo que nos ha sido regalado a un precio tan caro…

Nos queda tanto por hacer, tanto por aprender, porque la vida no se ha parado, la vida continúa su curso, solo se ha perdido la medida del tiempo, que espero se recupere cuando termine esta cuarentena, al igual que tantos valores perdidos, y así de alguna manera este dolor causado pudiese tener algo de sentido…

Encarna Bueno


CUARENTENA – III

"La historia es un síntoma, el diagnóstico somos nosotros".
(Mao Zedong)

Hoy me he echado un buen rato pensando que es una extraña paradoja que la vida aprenda del sufrimiento en su búsqueda constante de la felicidad . . . y he seguido durmiendo un rato más.

Hoy he pasado medio día viendo fotos: ¡qué larga, enorme, y corta, diminuta, resulta la vida!

Hoy me he dado cuenta de que los dos mejores momentos del día son el primero y el último: la mañana con su energía y la noche con su descanso y embriaguez.

Hoy me he pasado la tarde meditando sobre lo que es, realmente, hoy.

Hoy me acordé de ti, no pude abrazarte y, como soy humano, desde este momento un abrazo tuyo vale mucho más para mi.

Hoy los gatos okupas del jardín me han hablado con acento holandés y . . . me he preocupado.

Hoy, al hoy de hoy le he quitado la h con la esperanza de que durara menos. . .


Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS.
***
GRITOS AHOGADOS
Los días son extraños,
las caras con miedo,
las miradas te matan,
los inmigrantes con más incertidumbre,
la familia muy lejos,
el personal agotado. . .
El odio empezando a cobrar espacios,
la generosidad dismuniyendo,
los amaneceres ya no tienen sentido,
¿qué está pasando?
Necesito un abrazo y un beso urgente,
de alguien,
de mi madre quizás,
del que me quiere con sinceridad . . .
Necesito que me den una esperanza.

Naima Guejd


***
DESESPERACIÓN
Audio:


Rafael Cotilla



***
El SUSURRO DE UN CANTO

Es la noche que rompe el hielo,
dulce sueño se adueña de ella
y el olor de la brisa acompaña
a un susurro de un canto, sin duda.

En el reino de un gran paraíso
cuando el tiempo no vierte ninguna
validez, inconsciente de las ilusiones
desvanece en el lecho de un gran despertar.

Y los cuerpos descansan sobre un umbral de paz
tus susurros del día, el angel va a guardar.

Y las almas gemelas sueñan de par en par,
dibujando palomas, sonriéndose una paz.

José María Rico

***

"En el mundo había gente tan parecida entre sí que se les podría tomar por padres e hijos. Pero difícilmente existieran muchos en el mundo.

Tal vez hubiera un sólo hombre que pudiera corresponderse con una muchacha y una sola joven que combinase con un sólo hombre.
Sólo uno para algún otro; y tal vez EN todo el mundo una sola pareja posible.
Viven como extraños, sin suponer ningún tipo de lazo entre ellos y hasta ignorantes de la existencia del otro.
Por casualidad suben  a un mismo tren, se reúnen por primera vez y probablemente nunca vuelvan a encontrarse.
Treinta minutos en el curso de toda una vida.
Se separan sin decirse una palabra.
Habiendo estado sentados uno al lado del otro, sin mirarse, sin darse cuenta del parecido, se alejan siendo parte de un milagro del que no tomaron conciencia.
Y el único admirado por la rareza de todo eso es un extraño que se pregunta si al ser un accidental testigo, no estará participando de un milagro".

("EL RUMOR DE LA MONTAÑA", YASUNARI KAWATABA.)

Enviado por: Yolanda Juste




Fernando Agüero Catrilef olvida el nombre de una de sus hijas.
Pescador de setenta y cinco años, recuerda la ballenera
donde hay restos de piedra pulida y ladrillo.
Apunta adonde jaló los huinches, su caldera a vapor
la casa decente para la oficina de pagos: diez a quince personas
dos aguas con lindo corredor de cemento y guardabalanza
para recostarse, tres piezas, tres baños. Recuerda
los conventillos: dos aguas, tres o cuatro piezas, las letrinas
sobre el mar. Queda la guía del desagüe.
Ve escaleras de madera hacia el jefe, donde hay hierba y arena.
Veinticinco familias crían gallinas, donde hay playa blanca.
Un par de edificios, carretas y camiones leñeros, donde hay
montes. Cien personas en el muelle, donde hay un par y sin
muelle. Tres embarcaciones de seis a ocho metros de eslora
con seis a ocho de calado y quince de manga, donde
hay mar. Hay mar sobre el nombre de una de sus hijas.

Enrique Winter en Guía de despacho (2010), incluido en Con mi caracol y mi revólver. Muestra de poesía chilena reciente (Vallejo & Co., Internet, 2018, selec. de Diego Alfaro Palma).
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