VOCES
entre VOCES
TEMAS
TERTULIA 11-5-2018
EL
GUIONISTA DE SUEÑOS
LA
DANZA DE LOS PACÍFICOS
MICRORRELATOS
"Somos
una casualidad llena de intención". (Acción Poética)
¡ Canta,
lluvia, en la costa aún sin mar!
César Vallejo, LXXVII, Trilce
Yo tampoco puedo con certeza
decir de dónde viene
y me guardaré de explicar
el origen del fuego
pero me llenaré de agradecimiento cuando la lluvia
limpie el sucio paisaje
la piel agrietada en esa hora seca cuando
el silencio es total
y sólo hay gestos ciegos
En algún lugar se hará hueco a la escoria
desde el trabajo en el gran crisol
La escalera por la que subes
¿en realidad no te está bajando?
La lluvia canta a una muerte, pronto la orilla de
la hora larga se desbordará por todas partes
El agua allá lejana que despacio se hace mar.
Thomas Boberg en La historia de nuestro tiempo (1989), incluido en Copenhague huele a París. Antología de poesía danesa contemporánea (Nórdica libros, Madrid, 2016, trad. de Daniel Sancosmed).
César Vallejo, LXXVII, Trilce
Yo tampoco puedo con certeza
decir de dónde viene
y me guardaré de explicar
el origen del fuego
pero me llenaré de agradecimiento cuando la lluvia
limpie el sucio paisaje
la piel agrietada en esa hora seca cuando
el silencio es total
y sólo hay gestos ciegos
En algún lugar se hará hueco a la escoria
desde el trabajo en el gran crisol
La escalera por la que subes
¿en realidad no te está bajando?
La lluvia canta a una muerte, pronto la orilla de
la hora larga se desbordará por todas partes
El agua allá lejana que despacio se hace mar.
Thomas Boberg en La historia de nuestro tiempo (1989), incluido en Copenhague huele a París. Antología de poesía danesa contemporánea (Nórdica libros, Madrid, 2016, trad. de Daniel Sancosmed).
"Y
nada tenía de malo, y nada tenía de raro, que se me hubiera roto el
corazón de tanto usarlo".(Eduardo Galeano)
TEXTOS
TERTULIA 4-5-2018
GENTE
RAZÓN
MICRORRELATOS
GENTE
Hoy
me sentí con un sentimiento de soledad extrema y sorprendida me miré
en el espejo...
La imagen que de mí veía
era la de un esqueleto sin vida...
En un rincón del espejo leí
un cartel que decía: "Lo que aquí veas de ti es la imagen de
lo que tu corazón siente este día."
Al leerlo, en lugar de
mirarme, me pensé y eso me llevo a tratar de sentirme.
Del mi sentir de este día,
sólo puedo decir que no sentía...
De las cuencas de mis ojos
vacías, ni veía, ni verter lágrimas podía...
De una boca sin labios,
convertida en una cueva oscura, no guardaba, ni recordaba los besos
que una boca tendría...
Si a pesar de verme este día
tan muerta y vacía, pensaba en lo que a mí misma me oía, ese
pensar me pedía que no me mirase al espejo ese día, que esperase a
ver si mi yo volvía...
Pero yo a mí misma me decía:
“¿Y si mi yo no es mejor que lo que veo este día?
"Eras buena, te
querían", decía mi mente, y yo rebuscaba razones que
confirmasen esa teoría.
Nada encontraba, nada me
convencía, quizás no fuese mejor que esa imagen que hoy me muestra
el espejo de la sabiduría.
Por más que rebusco en los
rincones de mi vida, nada encuentro que me dé alegría.
Creo que aunque mañana y los
demás días me ponga un cuerpo que adorne esta imagen que hoy veo
sin vida, seguiré siendo yo y seguiré viviendo sin tener una vida.
Por eso no tengo recuerdos
hermosos en el espejo que de frente me mira, porque quienes conmigo
se cruzaron y sin poderlo evitar, me vieron siempre como hoy me veo
yo, y esa soy mi verdadera YO.
María
Martín
GENTE
La
gente . . . ¿qué es eso? ¿Ellos, nosotros, los otros?
La
gente te podrá proteger o destruir, y seguirá siendo la gente.
La
gente te ha enseñado el idioma que hablas, las costumbres que has
hecho tuyas, te han alimentado con su trabajo, te han puesto y
quitado cadenas. Te lincharán si no asientes en el momento oportuno,
te alabarán cuando lo que digas les ilusione o coincida con sus
ideas.
Te
darán y quitarán la vida.
La
gente ha construido o modificado todo cuanto ves, y la mayoría ya no
están aquí para disfrutar de la cosecha que sembraron.
La
gente ha ido poniendo su grano de arena a través de los siglos,
dejando en herencia, su pequeño o gran saber, sus ilusiones y sus
frustraciones, como también harás tú cuando llegue el momento.
La
gente ama y odia con todo su corazón, y a menudo mezcla ambos
sentimientos o no sabe diferenciarlos.
La
gente es capaz de matar por una bandera o una religión.
Pero la
mayoría de la gente es buena gente: ingenuos, desinformados,
manipulados, casi ciegos y hasta agresivos con quien no comparta sus
miedos y errores, pero buena gente.
La
gente tarda en aprender que no hay camino más inteligente y
saludable que vivir y dejar vivir en vez de intentar imponer un
camino o una idea al resto de la gente.
Para
un ser humano, ¿hay algo más que la gente?
La
gente, aunque te cueste admitirlo, también eres tú.
Nekovidal -
nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES
www.arteslibres.net
GENTE
A través de grandes cristaleras veo gente pasar y al mismo tiempo no puedo dejar de pensar en lo que ellos pensarán y que inquietudes tendrán.
Personas jóvenes, de mediana edad y ancianos que pasean por las calles de mi localidad. Gente lejana y a la vez cercana, porque todos vivimos en el mismo lugar.
“Buenos días”, “buenas tardes”, sin más, porque en este lugar tan pequeño, no hay que preguntar adonde van, a diferencia de una gran ciudad, donde nadie sabe a donde va.
Mar
Carmen Gómez Castro
RAZÓN
El
Héroe razonable
(Letra
y música.- Babelain)
El
Héroe razonable /se ríe de los ciclones
Baila
con las estatuas /salta entre los balcones
En
un lecho de porcelana /el fuego helado del amante
Derrite
todas las lágrimas /ya nadie ama como antes
Grita
la sangre del viento/y resquebraja los labios
De
las tardes de los bosques/donde se cobijan los sabios
---
Los
jardineros sin rostro/riegan con miel de azahar
Las
bocas de las langostas/que han desertado del mar
Cerezas
de carne y hueso/reflejan en los espejos
La
sonrisa de las flores/que lloran porque están lejos
La
lluvia dibuja sombras/sobre las piedras dormidas
Y
borra viejas historias/antes de su partida
Ya
se aleja la tormenta/aúllan los peces del lago
Las
estrellas nos arropan/no sufrimos grandes estragos
En
un rincón del verano/hay una veleta oscura
Señalando
hacia la noche/sin pasar por la locura
El
Héroe razonable/esconde el puño en el bolsillo
Sonríe
al rayo de luna/entre el canto de los grillos
José Luis Álvarez
RAZÓN
“Facultad de discurrir”
es la primera acepción con que el concepto razón aparece en
diccionario de la RAE; hay algunas más, entre ellas, en cuarto lugar
“Argumento
o demostración que se aduce en apoyo de algo.”
Me
parece importante recurrir al significado de las palabras porque, en
mi opinión, van perdiendo su sentido real con el uso continuado,
como cuando de pequeños repetíamos entre risas
jamonjamonjamonjamon… Discurrir, argumentar, demostrar, llevan
implícita la necesidad de criterio. Aquí viene el meollo de la
cuestión. Para tener criterio son imprescindibles dos cosas: el
conocimiento de ideologías y tiempo para su análisis.
La
primera es incómoda ya que para conocer ideas diferentes deberemos
de salir del grupo al que pertenecemos, alejarnos de nuestra zona de
confort siendo, en ocasiones, rechazados o criticados y, sin embargo,
es la única forma de evitar la endogamia ideológica que nos
convierte en meros repetidores de dichos y hechos. Con respecto al
tiempo de análisis lo tenemos más complicado, esta sociedad
estimulante de la inmediatez no nos permite madurar la información
recibida, información que en más de una ocasión proyectamos
automáticamente porque se corresponde, la mayoría de las veces, con
las ideas que nos hacen sentirnos seguros en nuestro círculo.
No,
no nos dejan razonar, nos convencen de que nuestra realidad es única
e indiscutible para, después, torpedearnos con información confusa
a una rapidez vertiginosa que incapacita al cerebro para la decisión,
igual que se escapa al control de nuestra frenada el vehículo que
conducimos a una velocidad excesiva.
Y
así sobrevivimos, entre creencias heredadas y cedidas, sin más
planteamiento que alcanzar la zanahoria que tenemos delante, mirando
las luces de neón como si del sol se tratara y cómodamente
infelices dentro de nuestros zapatos de diseño. No, al sistema no le
gusta que usemos la razón, nunca le gustó, por eso la manipula, la
retuerce, la obliga a sentirse absurda dándole somníferos de
consumo para mantenerla aletargada y, como todos sabemos, el sueño
de la razón produce monstruos.
Victoria
Blanco – VOCES entre VOCES – 04
mayo 2018
RAZÓN
VAYA
CONTRADICCIÓN
Audio:
Rafael Cotilla
RAZÓN
Te
cambio todas mis razones por una sola razón tuya que nos haga más
felices a ambos.
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RAZÓN
Tal
vez regreses herido del filo de tu abismo. Pero tus ojos verán más
lejos... No vivas con miedo. Como si estuviésemos aquí, para
quedarnos. Sin gloria.
JJC
- Juan Jiménez Caballero
RAZÓN
¿La
razón de todo?
¿Por
qué tenemos a menudo la sensación de haber aprendido demasiado
tarde lo que da sentido y razón a todo, la sensación de haber
aprendido demasiado tarde lo realmente valioso en la vida?
¿Tendremos
razón en sentir esto?
¿Es
un gesto de valor y sabiduría o es más razonable refugiarse en la
cómoda ceguera de la ignorancia y la cerrazón mental?
¿Existe
siquiera una razón de todo que podamos, al menos, imaginar?
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MICRORRELATOS
Érase
una vez un pueblo tan grandiosamente pequeño que cabía en cualquier
parte del mundo.
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Ni
hindú ni musulmán;
no soy ni una cosa ni otra.
Soy un muñeco hecho con cinco elementos
que juega a un juego desconocido.
no soy ni una cosa ni otra.
Soy un muñeco hecho con cinco elementos
que juega a un juego desconocido.
Kabir, incluido en Poemas de Kabir. Mística de la India medieval (Miraguano Ediciones, Madrid, 2011, ed. y trad. de Enrique Gallud Jardiel).
Otros
poemas de Kabir
¿De
qué sirve dominar las posturas del yoga..., Dice
Kabir: Se han acumulado las nubes de Dios..., Dios
mora en ti como la fragancia en la flor..., El
hombre viene de muy lejos..., El
maestro es el lavandero..., El
pájaro voló hacia cielos extraños..., La
semilla del aceite..., La
vina está callada..., Las
conchas flotan en el océano..., Mientras
dure la luz de la lámpara..., Nada
de lo que Kabir hizo lo hizo Kabir..., No
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hay palabras para definir el amor..., Por
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al leñador piensa el árbol...
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