sábado, 13 de enero de 2018


TEMAS TERTULIA 19-1-2018

REDUCIDOS AL OLVIDO
ME REPITO
MICRORRELATOS

Aquellos que no se mueven no notan sus cadenas. (Rosa Luxemburgo)






Un hombre
amasa el pan.

Un hombre come el pan.
Hay también un tercer hombre
que ni amasa el pan ni come el pan.
Solo juega con el pan.

¿Quién es este tercer hombre?
pregunto.

El Parlamento de mi país guarda silencio.


Sudama Panday 'Dhoomil', incluido en Estudios de Asia y África (Vol. X, 1975, trad. del inglés de Elisa García Plaza. El Colegio de México).

Siempre parece imposible hasta que se hace. (Nelson Mandela)


TEXTOS TERTULIA 12-1-2018

NOS CONSOLAMOS
LA TIRANÍA DE LAS COSTUMBRES
MICRORRELATOS



NOS CONSOLAMOS

Ya sé amor
que a veces nos duele,
nos llueven libros de mármol
sobre la frente.
Pero, no te rindas.
La esperanza se escribe,
vive en hojas de navaja
entre tus dientes.


J.J.C. Juan Jiménez Caballero


NOS CONSOLAMOS

Nos consolamos con cualquier cosa:
Con ruido, con música o con silencios.
Con demasiadas preguntas, o con ninguna.
Con demasiados dioses que, a menudo, son el mismo con nombre diferente, la verdadera diferencia está en la actitud.
Con demasiadas ganas de saber, o con ninguna, caminos que siempre parecen llevar a la frustración.
Con demasiada comida, vano intento por saciar un hambre que es de otro tipo.
Con demasiadas pasiones, o ninguna, y muy pocas razones.
Con demasiadas ideas y sueños para tan poco tiempo.
Con cualquier oferta de opacas intenciones.
Con demasiados argumentos, todos escasos de alegría.
Con demasiadas normas y ningún manual de instrucciones vital.
Con poca filosofía y aún menos ilusiones.
Nos consolamos, al final, ya sólo por costumbre.
Nos consolamos con cualquier cosa, como si vivir tuviera que ser un castigo necesitado de consuelo, extraño consuelo. . .

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net


NOS CONSOLAMOS

Pensando nos consolamos
no era el momento ni el lugar
lo nuestro  no podía durar
 cierto es que nos deseamos

tú buscando disculpas
yo no me atreví a jugar
en la piel el deseo de amar
los dos anhelando la fuga

anhelando un amor juvenil
la adrenalina de la duda
la pasión de la locura
la fuerza de  la sangre en abril

embebido en tus encantos
a tus verdes ojos sucumbí
tu, no sé que viste en mi
de cierto nos enamoramos

no era el momento ni el lugar
pensando nos consolamos
cierto es que nos deseamos
pero lo nuestro  no podía durar

dicen que el tiempo todo lo cura
que la memoria deja de hurgar
que el amor es algo fugaz
que se pierde en la bruma

lo cierto es que pienso en ti
que tu recuerdo me abruma
que lo llevare a la tumba
que en las noches vuelvo allí

Diego Guevara de Bonis



LA TIRANÍA DE LAS COSTUMBRES

Volvemos a casa por Navidad, damos el beso de buenas noches, decimos que estamos bien cuando nos preguntan qué tal, soltamos una obligada carcajada al escuchar el chiste simple y zafio de siempre, hacemos oídos sordos a lo que nos daña cuando no es conveniente entrar en guerra, fingimos ceguera ante la descortesía y disfrazamos la ira con una sonrisa aun sabiendo que, con ello, asfixiamos nuestra dignidad.
Según Aristóteles "Somos lo que hacemos repetidamente…" es decir, somos nuestros hábitos y, éstos, inevitablemente se convierten en leyes pero no todas son justas, al contrario, en su mayor parte estarán a favor de los que tienen la sartén por el mango ya sea un ascendiente absorbente, la autoridad competente o cualquiera de los familiares cuya presencia nos venga impuesta por la tradición. Sin darnos cuenta nos convertimos en esclavos de las costumbres, acatando el yugo de la obediencia, confundiendo rutina con disciplina y amabilidad con servilismo.
Y mientras brindamos por el nuevo año, repartimos besos de hasta mañana, reímos las groserías renunciando a ver y a oír para mantener las formas, reside en nosotros un profundo deseo de verano, queremos irnos a la cama para gozar de otros besos más dulces, nos lastima el dolor de la humillación que se nos ha infligido sin motivo, sentimos vergüenza ajena ante tanta vulgaridad y nos embargan unas infinitas ganas de cantarle las cuarenta a quien nos cosifica impunemente parapetado en la tiranía de las costumbres; pero callamos y consentimos.
Luego, al llegar a casa, nos preguntamos por qué no somos felices.

Madrid, 11 enero 2018 – Victoria Blanco


LA TIRANÍA DE LAS COSTUMBRES
Más bien pereza

Un pájaro desconocido canta alegre en el jardín
Será para inaugurar este nuevo y flamante año
que se pavonea impávido delante de nuestras narices
con todas esas cándidas trampas 
que habrá que sortear (con una cierta elegancia)


Y para empezar hace frio
pero eso nunca es nuevo al principio
Enseguida surgirán asuntos que postergar
Y discernir qué perfumes preferimos
cuando se bifurque el tiempo


Nada de desafíos y bravatas por el estilo
¿Quien necesita retos a estas alturas del ciclo?
Caminar sin prisas por soleadas veredas
mientras la naturaleza se encarga del decorado
y los pensamientos huyen sin traba o rubor alguno


Antiguas novedades nos acechan (Música de suspense)
Rumores de puentes derrumbados (Música de circunstancia)
¿Se abrirá algún telón con fondos extravagantes?
¿Se abrirá algún telón y veremos nidos de pájaros?
Algunos pasos sin eco se dejan oír en la niebla


Seguro que surgirán felices bromas grotescas 
y sencillos sueños tristes que luego van complicándose
mientras uno a uno se despeñan
los flautistas de Hamelín
desquiciados por el viento


Ya llegará el momento para mirar hacia atrás
aunque me dé cierto vértigo
o quizá más bien pereza
sin quizá, más bien pereza 

Y cada cosa a su tiempo

José Luis Álvarez



LA TIRANÍA DE LAS COSTUMBRES

* No hay costumbre más tiránica que la de tener una costumbre pero, justo es reconocerlo, no hay tampoco costumbre más necesaria. Al fin y al cabo, no matar a tu insoportable vecino también lo dicta la costumbre.

* Tan cansado estaba de acostumbrarme a tener costumbres que decidí no seguirlas, pero acabé haciendo de no seguir costumbres una costumbre. De momento intento encontrar algo que no sea posible transformar en costumbre, es mi última costumbre, cada uno pierde el tiempo a su manera.

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net



MICRORRELATOS

* Relojes que cantan como ametralladoras, ametralladoras pacifistas y pacifistas mudos: Todos gritan lo mismo.

* Hace unos días, en Granada, mientras fumaba en la puerta de un bar una noche fría y lluviosa, un chico senegalés se paseaba intentando vender paraguas. La gente pasaba indiferente a su lado, la mayoría sin paraguas, medio mojándose, y le sorprendí haciendo un gesto de casi desesperación como diciendo: “Llueve, no llevan paraguas, se están mojando y seguro que todos llevan en el bolsillo los cuatro euros que pido por uno, ¿por qué no compran un paraguas?”

Me acerqué y le pregunté el precio, aunque ye tenía un paraguas dentro del bar, recordando que es de los objetos más perdido y olvidado del mundo, pensé que estaría bien tener otro, así podría olvidarlos a pares.
    Cuatro euros para ti”, contestó.
Si tuviera aspecto de turista serían seis, pensé.
Y como nunca me han gustado los paraguas de colores vivos salvo para días de sol, le pregunté, viendo que llevaba en la bolsa varios estampados grises: “¿Tienes uno negro negro?”
Sí”, dijo, me dio un paraguas negro, le pagué y se borró de su rostro esa mueca de extraña desesperación. Se marchó un poco más animado que cuando llegó y yo me alegré de que no hablara lo suficientemente bien mi idioma como para distinguir lo inoportuna que puede ser una coma.
Pero él iba a lo suyo, yo a lo mío, y seguía lloviendo . . .

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net


MICRORRELATOS

Abuela, ¿que haces escribiendo una carta a los Reyes Magos?
Pues creo que intento pedirles algo.
No hace falta la carta abuela, acaso no sabes que son mágicos?
¿Mágicos? Pregunto
Claroooo, ¿como imaginas que pueden llegar a todas partes al mismo tiempo? Pues por eso no les hagas carta, ellos con la magia adivinarán lo que más te gusta, seguro que no sabes de verdad lo que te hará saltar y ellos que si que lo saben, te lo traerán... 
No sé yo, nieto, ¿eso funciona con los mayores también? 
Claro que funciona, sólo tienes que creer en su magia y pensar que lo más divertido es la sorpresa que te darán, a papi y mami también les hacen gritar y saltar ?? aunque yo te aconsejo que de vez en cuando, cierres los ojos y pienses en ellos para que te llegue su magia y adivinen mejor tus deseos...
¿Vais a ir a la cabalgata a verles?, les pregunto.
No, no iremos, porque no nos gustan los caramelos y no son ellos, son personas disfrazadas, no ves las barbas de mentira y a Baltasar pintado de negro? La magia no se puede ver y la cabalgata es como una  película de los Reyes...
Cuando se marcharon los nietos, me dejaron pensando y decidí seguir sus consejos, cerré los ojos para pensar en cosas que me hiciesen saltar ??? después de un buen rato de tener divagando la mente, me di cuenta que no había nada nuevo que necesitase, ya era un hermoso conejo que saltaba continuamente con las miles de cosas que me daba la vida, dejaría que la magia de los Magos de Oriente impregnara los sueños de los que vivían sin ellos, sobre todo de los que dirigen el cotarro del mundo y arrebatan en redes a sus ciudadanos, impidiéndoles saltar de alegría los 365 días del año... 
¡¡Hágase la magia!!, concluí mi deseo, ¿¿para que se extingan los malos y todos con libertad, saltemos felices hasta tocar el cielo !!

María Martín


MICRORRELATOS

Ladran tiempos
de perros rabiosos.
Pero tú ama. Ama.
Porque el que no ama
pena. Muere.
Se pierde.

J.J.C. Juan Jiménez Caballero


MICRORRELATOS

¿Que parte de comprender
no entiendes?
Estoy aquí, al lado
de tu sabiduría.
Sólo que no me quieres
dar la mano
para juntos andar
tus mismos pasos.
Pero aquí estoy....
y siempre estaré.

José María Rico

Aquellos que no conocen la historia están condenados a repetirla. (Edmund Burke)




Oh rey
nosotros somos los súbditos de los que tú te ufanas
delante de las naciones.
Estamos cansados de esta gloria

¿Por qué entramos en este túnel infernal?
No hay luz,
ni un susurro, ni una conversación,
la fábula duerme aquí.

Doblamos las armas igual que si fueran capas,
después de largos intervalos de amuletos.
Nos sumergimos entre las mandíbulas
de las conjeturas como si nos hubiera emborrachado el éxtasis de los finales.
Nuestro viaje fue abominable.


Qassim Haddad, incluido en Poesía árabe. 16 poetas árabes contemporáneos (Biblioteca digital, República Dominicana, 2008).


Otros poemas de Qassim Haddad
Como el blanco
Yemen

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