lunes, 16 de octubre de 2017


TEMAS TERTULIA 20-10-2017

HISTORIA DE UNA HISTORIA
NUESTRAS TERTULIAS
EL FUNAMBULISTA SONÁMBULO


Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia (Anatole France)






Finalmente aprendí
a leer la viva
constelación de las mujeres
y de los hombres, las líneas
destinadas a unirles las figuras.
Y ahora me doy cuenta de los signos
que amarran el desorden de los cielos,
y en esta bóveda dibujada por el pensamiento
distingo la silenciosa rotación de la luz.
Esta es mi nocturna
partida de ajedrez.
Pero juego solo y apunto con minucia
la oscilación de los signos.
Así se cierra el día
mientras paseo
en el silencioso huerto de las miradas.
Valerio Magrelli, incluido en Cuatro jóvenes poetas italianos (UNAM, México, 2010, selec. y trad. de Guillermo Fernández García).

Otros poemas de Valerio Magrelli
Es sobre todo en el llanto...Hoja blanca como la córnea de un ojo...
FUENTE: BLOG ASAMBLEA DE PALABRAS

La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas (Sigmund Freud)


TEXTOS TERTULIA 13-10-2017

CARTELES.
LUZ.
ESO ES CARÍSIMO.



CARTELES

SE NOS PASA LA VIDA COMO ESPERANDO ALGO
J.J.C.

CARTELES

* SIGA LA FLECHA ( O SUS INSTINTOS)
* HACIA LA RZÓN (OJO, MUCHAS CURVAS)
* HASTA AQUÍ HA LLEGADO
* PIENSE
* PUNTO DE EXPULSIÓN DE MATERIA ORGÁNICA CATABOLIZADA (WC)
* DIRECCIÓN REDIRECCIONADA
* PROHIBIDAS DIRECCIONES ÚNICAS
* GIRE (EN SU MENTE)
* ANTROPOZOO
* TIRE – EMPUJE – HAGA LO QUE PUEDA
* AREA DE SERVICIO SIN SERVICIOS

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net


CARTELES

Tot depenia 
d'aquelles llunes.

Todo dependía de aquellas lunas.

José Mª Rico


CARTELES

Carteles  pegaría:

"Se busca un amor perdido
yo soy su dueño"
dicen que lo han visto
por la calle arriba
en el barrio del sueño
sin saber que existo
sin saber que es mía
se busca un amor perdido
un amor que alza el  vuelo
cada vez que me acerco.

Carteles pegaría
si hubiera paredes en el limbo
y cola para pegar  deseos
todo de recompensa  daría
se busca un amor perdido
para acariciarlo con mimo
para comérmelo a besos.
"Se busca un amor perdido
si lo encuentran, es el mío".

"Voces entre Voces" 13/10/17
Diego Francisco Guevara de Bonis


LUZ

Temo el tiempo de las hormigas,
que no haya forma de ahuyentarlas..
Y se vuelvan a colar, por un oído en mi cabeza
para robar el último recuerdo dulce, que nos queda.
Temo que se nos pare el corazón, cuando te estoy amando.
Y más que a Dios temo, el zarpazo de un oso polar 
en pleno verano. Por el calentamiento.
Nada de lo que cuento tiene gracia.
Pero... pero de pronto tú en bicicleta,
siembras la duda de los cementerios.
Cuando,
la esperanza en la locura, es más esperanza.

J.J.C.


LUZ

Sinfonía al óleo

Me dirijo a una fiesta donde la vida es de broma
El camino está bordeado de cipreses centenarios
A los lados se vislumbran sepulturas blanquecinas
Por debajo de las losas se agitan brazos y piernas
Ya distingo a oír la música. Suena agria, con sordina
No recuerdo cuándo y cómo me invitaron a esta fiesta
Solo recuerdo una máscara, unas flores y una nota

Abro la puerta y de pronto me siento como un idiota
El espejo de la entrada me devuelve demacrado
Un bufón en una esquina me observa muy sorprendido
Un efebo va sorteando bailarines en la pista
Imita a un esquiador bajando por la pendiente
La escena se ralentiza. Las sonrisas se congelan

Alguien a quien conozco me ofrece una copa extraña
El líquido que contiene es de color bermellón
Lo bebo a pequeños sorbos. Sabe a lluvia y a susurros
No sé si en alguna ocasión, aquella que baila desnuda, fue una amante despechada
¡Hace ya tanto tiempo que cayeron los disfraces!
Puede que haga calor pero ahora estoy helado
Me gustaría encontrar algún epitafio adecuado
Pero antes he de buscar el alimento perfecto
Que sacie todas mis ansias, incluso las que no entiendo

Ahora la música hiere y bailo como un poseso
Predominan pelirrojas de andares desafinados
Una joven ejecuta un aullido incandescente
Astronautas y Unicornios merodean por la barra
Una mujer barbuda ofrece copas en bandejas
La anfitriona nos vigila, nos roza con sus tentáculos
Sabe que más de uno se ha colado en esta fiesta

Todo marcha sobre ruedas, solo que estas derrapan
Ahora me encuentro descalzo contemplando las estrellas
En un balcón sin barandillas muy cerca del precipicio
Se puede observar la sombra que proyecta el universo
Y se oyen risas macabras aunque caricaturescas
Planeo una obra de arte, una sinfonía al óleo
Pero alguien me distrae al ofrecerme una copa
Y me asalta una pregunta que no puedo responderme
¿Qué pinto yo en esta fiesta? El rey de los insociables.

José Luis Álvarez


LUZ

Esta cortina de humo
que empaña nuestros ojos
mis ojos, los tuyos.
Dominado o dominante
de colores;
granate, cielo azul,
canario y sangre.
No me vas arrancar
de tu cuerpo, 
porque me perteneces.
Porque te pertenezco.
Sí o sí.
Soy de ti y tú de mi.
Somos uno,
uno...
y siempre así.

J.M.R.


 LUZ

Del escaparate talla
bajo la luminaria,
maniquí de labios rojos

reflejo de la mañana
de los colores sus tonos

del escenario ama
y señora del foco

reina de la velada
entre todas destacas

bailarina en la danza
del engaño la truhana
dama entre damas
de candilejas puta
sabia en  la cama
fresa entre las frutas
delfín en la playa
todas eres y ninguna

división que proyectas
del prisma los colores
si tu haz lo atraviesa
sólo un color conocen
tus vasallos reina

Pero hoy, corazón
la engañada fuiste tu
hoy mendigas amor
hoy se apagó tu luz.

"Voces entre Voces" 13/10/17
Diego Francisco Guevara de Bonis


LUZ

ATRAPANDO LA LUZ DEL INVIERNO

Al principio yo también creía en dioses.
Esperaba paciente que su luz me impregnara e hiciera de mi el espejo en que reflejar su grandeza.
Adoré, con la debilidad que crea la dependencia, a mis padres, mis profesores y esas personas tan serias a los que todos temían y respetaban.
Era aquel tiempo incierto pero dulce de la infancia en que nada sabía, pero no sufría, porque ni sabía que no sabía, ni sospechaba siquiera que se pudiera llegar a saber o a creer que se sabe.
Siguiendo el curso de la naturaleza, en mi adolescencia rompí todos los ídolos, y con la candidez de la juventud coloqué, sin saberlo, a otros en su lugar.
Luché con ira contra la ira, contra el dolor sembrando dolor, contra la intransigencia de la injusticia siendo intransigente ante ella. Creía, sin la menor duda, justa la ira de los justos.
Cometí cuantos errores pueda cometer un ser humano, sólo el azar hizo que mis manos no se mancharan de sangre. Conocí casi todos los placeres que esta vida puede regalar y sufrí casi todos los dolores que el destino pueda deparar, el peor, sin duda, la muerte de seres queridos.
Era torpe como todos los creyentes, obsesionado con vencer, sin sospechar siquiera donde se encontraba mi enemigo, sin sospechar que todos nuestros enemigos lo son tan sólo porque les concedemos tal puesto en nuestra vida y en nuestra mente.
Era un ciego intentando alcanzar la luz golpeándola con su bastón blanco.


El tiempo fue aclarando mis pensamientos algo más rápido que mi pelo, fue domando tanta energía, enseñándome a no desperdiciar la vida, enseñándome, poco a poco, a vivir. . .
A mis padres, hermanos y amigos pude verles, al fin, como personas en toda su magnitud y miseria, ni mejores ni peores que yo mismo.
Aprendí a mirar con un mínimo de comprensión tanto al arrogante  como al codicioso, al iracundo o al que se engaña a si mismo hablando de paz, amor y fraternidad, mientras autojustifica sus egoísmos y mezquindades. Aprendí a mirar las ideas por las que en otro tiempo hubiera dado la vida, como unas ideas más en un mar de ideas que a diario dan a luz nuestras mentes.
Aprendí, casi, a perdonar y, casi, a perdonarme a mi mismo.
En todo encontré luz y sombra: En la sombra de nacer sin una tierra a la que pudiera llamar mía, la luz de sentir que mi patria era todo el planeta; en la sombra de haber padecido la soledad, la cálida luz de la amistad; en la sombra de la muerte, el aprecio constante y creciente por la vida.


Ya hace mucho que no creo en los dioses que son predicados y representados por mortales. Tiempo ha que escucho indiferente el murmullo de las plegarias vacías que llenan los templos. Una diminuta chispa de luz me hizo comprender un día que hay tantos dioses como seres humanos, y que ninguno es mejor o peor que otro, mientras su existencia no siembre dolor.
Mis dioses, que nunca exigen adoración, aunque siempre solicitan compañía, son de este mundo, son los hijos de esa especie contradictoria que, con ímpetu adolescente, es incapaz de cuidar el espacio que habita, de ser responsable de sus actos, de sospechar siquiera el lugar donde se encuentra dentro su caótica juventud evolutiva . . .
Esa especie que, impregnada por igual de luz y de sombra, es capaz de los más creativos y destructivos actos en su desordenado crecimiento, pero entrañable en su alocada inocencia, en sus utópicos ideales, que siempre, antes o después, consigue alcanzar y, poco a poco, evolucionar.


Pasó el tiempo, y ya en el invierno, aquella chispa primigenia se transformó poco a poco en la llama de una vela, diminuta, pero suficiente para ver que no existía en lo humano ni un ápice de maldad o bondad, tan sólo necesidad, miedo, amor y fantasía.
Tras medio siglo con los ojos abiertos, sigo preguntándome:
¿Qué es la luz? No me inquieta la pregunta, tan sólo me sorprende ese empeño nuestro en intentar atrapar cuanto desconocemos, rindiendo homenaje, sin saberlo, a lo más humano de nuestra naturaleza humana: la curiosidad.
Todos atrapados por la duda de si habrá primavera tras el último invierno, si todo esto tiene sentido, o es sólo un absurdo cuento, por la duda de si todo no se quedará, al final, en apenas cien años de soledad.
Porque aquí estamos todos, incluso quienes no lo sospechan, reunidos bajo el anhelo común de atrapar la luz, bajo el estigma de la sombra de nuestros miedos, todos tan diminutos como todopoderosos, tan frágiles como eternos, y apenas consolados por el calor fraterno de cuanto compartimos.

Nekovidal - nekovidal@gmail.com ARTES LIBRES www.arteslibres.net

ESO ES CARÍSIMO

Tal vez sea la cesta,
la que pudre las manzanas.
En el Mercadona me llevo plátanos y los peso como bananas.
Tal y como está el patio, sentirse extraterrestre 
es un síntoma de salud mental....
La sed de justicia
nos la quitamos en los bares.
Si vas a huir, 
huye hacia adelante
 
ensartando con los cuernos
 
tu luna oscura.


J.J.C.

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