VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.


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Edifica
lejos de mí tu templo
de
silencio y letargo.
Tienen
que cesar de cohabitar en mi corazón
el
deseo de decir
y
la imposibilidad de hablar.
He
querido reír o llorar
pero
no venían las lágrimas ni la alegría.
He
querido partir
pero
mi corazón oscilaba
entre
el deseo de huir
y
el amor a permanecer.
Ignoro
todos los senderos del mundo
pero
tengo la paciencia del peñasco
y
no partiré
dejándote
sola
en
la turba de tu sufrimiento
y
el hedor de tus llagas.
No
seguiré los esplendores de los horizontes
para
buscar el placer y la vana grandeza.
Me
cubriré contigo
de
la ceniza de tu viudez.
Conozco,
¡ah! hordas de huérfanos
y
rebaños de viudas.
Conozco
días de agonías,
caminos
todo constelados de muertos
noches
heridas de terror
y
muertos que nadie lloró.
Conozco
noches embriagadoras de belleza
donde
ni un pájaro ha cantado.
Conozco
momentos abrumadores de dulzura
pero
todo emplomados de languidez.
Edifica
lejos de mí tu templo
de
silencio y letargo.
Mi
corazón estallaría de mentiras,
mis
ojos blanquearían de ceguera,
mi
lengua enmohecería de callarse.
En
mí se prepara la palabra con alas
luminosas
la
desesperación es un volcán
la
fe, una bomba.
Soy
el hijo de la tempestad,
mis
nervios son de acero,
mi
aliento volatiliza las mordazas.
Soy
la última flecha,
Soy
la bala de gloria,
Soy
el obús de victoria.
Edifica
lejos de mí tu templo
de
silencio y letargo.
Hay
razón de fe,
aún
después del hundimiento
de
tantos monumentos de esperanza.
Patrice
Kayo,
incluido en Diwan
africano. Poetas de expresión francesa (Editorial
Arte y literatura,
La Habana, 1988, selec. y trad. de Rogelio
Martínez Furé).
Otros
poemas de Patrice Kayo
Canto
del iniciado
https://franciscocenamor.blogspot.com/
TEMAS
TERTULIA 23-5-2025
ANTIPOESIA
PERSPECTIVAS
DE FUTURO
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
El
arte alcanza su máximo esplendor cuando carece de autoconciencia. La
libertad descubre al hombre en el momento en que deja de preocuparse
por la impresión que causa o está a punto de causar. (Bruce Lee)
TEXTOS
TERTULIA 16-5-2025
APRENDER
A VIVIR
ETAPAS
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
APRENDER
A VIVIR
APRENDER
A VIVIR
«La
vida es un gerundio y no un participio: un “faciendum” y no un
“factum”. La vida es quehacer».
(«Historia como sistema», José Ortega y Gasset)
Hace
pocas horas ha muerto Pepe Mujica, un ser digno de encomio si de
coherencia y evolución hablamos; tan capaz de lanzarse de cabeza a
la piscina de la vida como de reconocer que aquello que ayer era
ahora ya no es, rectificar y practicar el "faciendum", el
quehacer continuo. Sirvan estas letras como homenaje a un hombre que
decía que era «intelectualmente pesimista y biológicamente
optimista».
Aquellas
palabras me hicieron pensar largo y tendido sobre mi manera de ver la
vida; poseo cierta capacidad de presentir lo previsiblemente
dificultoso y, sin embargo, esa visión no desgasta mi afán por
vivir de la mejor manera posible. Vi la entrevista en un período
especialmente crítico; las circunstancias me habían llevado a la
dependencia física que, aunque no duró mucho tiempo, se me hizo
eterno. La amplificación temporal que sentí se debió, primero, a
la falta de costumbre de precisar ayuda, segundo, al hecho de verme
obligada a contemplar en silencio cómo los seres humanos nos
ensañamos con el débil y casi sin darnos cuenta basamos nuestra
superioridad no en las capacidades propias, sino en las
imposibilidades ajenas. Pódium poco respetable para obtener el
primer puesto.
Gracias
a aquellas semanas extrañas y pasajeras, como si hubiera asistido a
una terapia intensiva, recuperé en gran parte la conciencia de mí
que había dejado dormida en aras, quizás, de un posible bienestar
grupal. Y como la vida es como es aquello no vino solo, al contrario:
le siguieron confrontaciones, decisiones, actitudes, sombras, luces…
Si
algo trae la consciencia es la asunción de responsabilidades, ya que
uno deja de hacer las cosas de manera automática y arriesga lo que
cree que debe arriesgar en beneficio del gerundio que está
intencionadamente gestando. No es fácil. A veces da mucho miedo;
otras, en cambio, es gratificante, pues se hace presente la
generosidad de la vida trayendo consigo muestras de cariño,
recuperación de la visibilidad perdida, voz y voto y, sobre todo,
herramientas para poder continuar la labor sin rendirse, aun cuando
sea necesario tomarse respiros. Aquel barullo imprevisto y descortés
me llevó a tomar la firme decisión de vivir construyéndome al
comprender que, aunque alguna vez creyera que sí, el ser humano
nunca está hecho del todo, permanece en obras a través del tiempo y
de las experiencias.
Y
es que a vivir no se aprende, se aprende, eso sí, a conjugar el
gerundio y a insistir en que cada día sea un poco mejor que el
anterior; yo implanté el gerundio en mi vida como forma de sedición
contra mi yo estático y sabidillo pretendiendo adquirir un día algo
parecido a la capacidad que, según un artículo de Manuel Vicent,
posee la arquitecta Lola Alonso: «…une
el viejo desencanto político a la determinación de hacer las cosas
bien hechas, consciente de que ahora en eso consiste la revolución».
Tal
vez, qué digo tal vez, seguro que don Pepe Mujica vivió con esa
determinación hasta su último aliento. Descanse en paz.
14
de mayo de 2025 para «VOCESentreVOCES»
Texto :
Vicki
Blanco
Foto
: Manu
Mariscal
APRENDER
A VIVIR
Hace
mucho, cuando me tomaba la vida realmente en serio, en la extraña y
mágica infancia, ni pensaba en aprender a vivir: había tanto que
aprender cada día, que no había tiempo de pensar en eso.
Un
tiempo después sufrí, de la mano de la naturaleza, una metamorfosis
similar a la de los capullos cuando se transforman en mariposas,
proceso que en los humanos parece seguir una dirección inversa, y
pasé de la infancia a la tormentosa adolescencia.
Tras
sufrir el pertinente bombardeo hormonal, creí, de repente, saberlo
todo, con lo cual tampoco tuve tiempo, ni necesidad, de aprender a
vivir.
Luego
vino el resto de la vida, los constantes cruces de caminos en los que
cada cual, dependiendo de cómo, dónde y con quién, madura de una
forma única e irrepetible.
Algunos,
y sólo algunos, que nunca sabremos si son los más o los menos
afortunados, descubren poco a poco que a vivir, como a respetar, amar
o convivir, se aprende poco a poco y, de repente, todo se complica.
Es
entonces cuando aprendemos que, básicamente, aprender a vivir es
aprender que cada persona aprende a su manera, que cada mirada ve
millones de colores iguales pero diferentes a los que ven nuestros
ojos, que cada individuo es un universo único, que sólo la
arrogancia o la ignorancia nos pueden empujar a intentar controlar o
poseer.
Descubrimos
también, con tanto miedo como asombro, que el principio de todo el
proceso, la herramienta básica, nunca nos fue dada, y que debemos
empezar por aprender a aprender, para dar el primer paso.
Cuando
la curiosidad por saber y comprender se convierte en una costumbre
cotidiana y placentera, enriquece la vida sin esperar más recompensa
que el mismo placer de dar y compartir. Entonces sabemos que ya
estamos en el buen camino.
Mientras
tanto, consolémonos con formar parte de la minoría privilegiada que
sabe reconocer, sin rubor ni conflicto, su más absoluta ignorancia,
pues nos colocaremos así los primeros en la fila para salir de la
peligrosa caverna del fanatismo y la trampa que nos enseñaron desde
niños, las grandes mentiras, como que una tela llamada bandera vale
más que una vida, o que nuestra idea, nuestra religión o nuestra
forma de ver la vida es mejor que la de nuestro vecino. Todas son
buenas, menos las que afirman que son la única verdadera y excluyen
a las demás.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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APRENDER
A VIVIR
Ahuyentar
la sombra del asombro
Jazmines
que resurgen evocados
Fragancia
perseguida,
Muerte
esquiva
Perdimos
rostros y nos reencontramos
Ante
la decadencia engañada
Por
unos minutos cansados pero vivos
Involuntaria
esperanza que nos visita
Desde
la cúpula de un cielo medio abierto
Perecen
los espejos ante los nadies
Se
cierran las sendas inmóviles
En
este contrabando de abrazos
No
quisimos marcharnos lejos
Donde
el valor pudiera agazaparse
Donde
el miedo supiera alzar el vuelo
No
quisimos
No
pudimos
Rendirnos
al abrigo de un amor perdido
Sara
V.T.
APRENDER
A VIVIR
Yo,
que quiero ser yo.
Yo,
que busco ser yo.
Yo quiero ser mío…
Quiero ser flor
sedienta
cuando tú eres lluvia.
Gorrión con frío
cuando
tú eres sol.
Yo, que busco ser yo…
Quiero ser grillo
solitario
cuando tú eres noche.
Veleta loca
cuando tú eres
viento.
Vestido de lunares
cuando tú eres guitarra alegre.
Yo,
que quiero ser yo.
Yo, que busco ser yo.
Yo quiero ser mío.
JJC
– Juan Jiménez Caballero
ETAPAS
En
la infancia no busqué, sino que hallé sin buscar, como todos los
niños y algunos pocos adultos a los que llamamos genios, o locos, o
ni les llamamos.
En
mi juventud busqué la certeza con el ímpetu propio de la juventud,
otro tipo de locura deliciosamente insoportable y de consecuencias
imprevisibles.
En
la madurez busqué el reposo, cansado por los agotadores días de
vino, ideas y rosas derrochados durante la juventud.
En
la vejez creo que tan solo buscaré la paz del no buscar.
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MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Las
escritoras africanas se liberan del destino doméstico y plantan cara
a la prepotencia europea
Recabar
las perspectivas de autoras africanas nos acerca a creadoras que
alzan la voz frente al patriarcado del continente que las empuja a
ser madres y esposas, rompen los tabúes sobre la violencia de
género y la mutilación genital femenina, sufren la precariedad
económica de las escritoras de todo el mundo y reivindican el
respeto a la intelectualidad africana
-

María
Iglesias
@MariaIReal
Conakri

La
novelista congoleña Reinette Mulonda (izquierda) y la gestora
cultural maliense Safiatou Fofana en la Feria del Libro de Conakri M.
Iglesias
13
de mayo de 2025 22:11 h
Actualizado
el 14/05/2025 05:30 h
3
Imposible
imaginar en la Feria del Libro de Madrid 2024 a dónde me llevaría
acercarme al estand de Guinea-Conakri cuyas actividades se anunciaban
como “puente cultural entre continentes” y que me atrajeron,
justo, por estar yo firmando mi novela Horizonte que
trata del proyecto de puente o túnel para unir Marruecos y España,
África y Europa, existente desde los 70 y del anhelo de las y los
africanos de viajar con igual libertad que los europeos.
Ese
impulso me llevó a conocer al principal promotor cultural
guineano, Sansy
Kaba Diakité,
editor de L’Harmattan
Guinée y
organizador de Las
72 horas del Libro de Conakri,
feria clave, como se explica en
esta crónica de elDiario.es,
para que la capital guineana fuera nombrada por la UNESCO Capital
Mundial del Libro en 2017.
En
la 17ª edición celebrada este 2025 y a la que he podido asistir
invitada por la Embajada de España, la Feria del Libro de Conakri ha
tenido por tema “El poderío de las mujeres” lo que ha concitado
la participación de decenas de escritoras, editoras, periodistas y
gestoras culturales africanas.
Cinco
de ellas, tres francófonas, una anglófona y una lusófona,
aceptaron ser entrevistadas por elDiario.es para compartir sus
intereses, retos y análisis que rara vez se abren paso a esta orilla
del Mediterráneo entre las noticias de pateras, conflictos,
epidemias y hambrunas a las que se reduce el retrato de África.
Ellas son Fatimata
Diallo Ba (56
años, Senegal) autora de las novelas Des
cris sous la peau (2018), Rouges
silences (2022) y
el libro de relatos Tisserandes! (2025); Dame
Joan Oji (68
años, Nigeria) primera mujer Secretaria General en los más de 40
años de la prestigiosa Asociación
de Autores Nigerianos (ANA) fundada,
entre otros, por los célebres Chinua Achebe y Wole Soyinka (primer
Nobel de Literatura africano, en 1986) y autora de Heart
Trick (2009), Abuja
the Beautiful (2012) Gone
Too Soon (2016), Phonics
for Beginners (2016),
and The
Late Bloomer - A Memoir (2023); Lídia
Mathe (37
años, Mozambique), vocal de la Asociación
de Escritores Mozambiqueños,
autora de Outra
parte de mim, Eduardo
Mondlane nos teus olhos, Detrás
do sol, Rotas
de alma, Encontra’rte
Moçambique y África
vagâo de Ouro (2023)
y coordinadora del libro colectivo Pátria
amada (2021); Reinette
Mulonda (32
años, Congo Kinshasa), autora de la novela Course
contre la honte (2024)
y creadora
de contenidos literarios online y Safiatou
M’bouillé Fofana (31
años, Mali), gestora cultural que coordina Miss
Littérature Afrique en
Mali y La
rentrée littéraire du Mali.
Preguntadas
sobre los temas de sus obras y más frecuentes entre sus colegas, si
bien Dame Joan Oji subraya que las escritoras africanas tratan de
todo y con cualquier estilo, hay un amplio consenso sobre que, en la
actualidad, sobre todo toman la palabra para retratar y desafiar
situaciones sociales que las coartan.
“En
Congo –explica Reinette Mulonda—, las escritoras levantamos la
voz frente a la presión social por el matrimonio, la maternidad y el
tabú de la violencia de género”. “Soplan vientos feministas en
la literatura y el país”, dice quien en su novela Carrera
contra la vergüenza cuestiona
lo que la sociedad africana entiende por “lo que debe ser el éxito
para una mujer”.
La
gestora cultural maliense Safiatou M’bouillé Fofana la respalda:
“Sí, en las obras de mi país se denuncian los matrimonios
concertados, la expectativa familiar de que la mujer sea esposa y
madre, la poca importancia que se da a que estudiemos y hagamos
carreras ambiciosas, la dura situación de las viudas de nuestros
conflictos bélicos”. Ella y Reinette Mulonda discrepan, no
obstante, sobre la condición de “feministas” que Fofana rechaza
por considerar a las de su país “radicales antitodo” y, Mulonda,
en cambio, reivindica con fuerza.
Otro
tema objeto de vivas denuncias es la ablación de clítoris que, en
países como Guinea, según datos de la ONU, sufre
el 97% de las mujeres entre 15 y 49 años.
Una práctica que las escritoras denuncian como el colmo de la
barbarie patriarcal, perpetuada por tías y abuelas incluso cuando
los padres se oponen, que causa daños crónicos y contagia
enfermedades a las víctimas al practicarse a varias con la misma
cuchilla, de la que muchas conocen a afectadas. Y un proceder del que
durante la retransmisión en abierto del programa de TV de la Feria
del Libro de Conakri, Paroles
de plumes,
la doctora Zalikatou
Diallo,
primera vicepresidenta del Parlamento Nacional, confesó ser víctima
y que alentó a erradicar a partir del libro
sobre el tema que ha escrito.

La
novelista senegalesa Fatimata Diallo Ba firma ejemplares en
Conakri. L'Harmattan
Senegal/Facebook
“La
condición femenina, la violencia contra las mujeres, la infancia, la
educación, la actualidad, la naturaleza y la memoria” son los
temas que la senegalesa Fatimata Diallo Ba destaca en su obra. La
mozambiqueña Lídia Mathe destaca su “gusto por mezclar géneros y
dar toques surrealistas, huyendo de modas romanticonas porque el amor
es para vivirlo y la literatura para hacer vivir la necesidad de
deconstruir lo que no funciona y hacer un mundo más humano”.
Pasión
por los libros desde la infancia
La
vocación literaria de todas ellas arranca en su niñez. “Yo
siempre he querido ser escritora” cuenta la senegalesa Diallo Ba.
“Cuando era pequeña, escribía en todas partes, hasta en las
paredes de mi cuarto, en todo trozo de papel”.
A
la maliense Safiatou M’bouillé Fofana fue su madre quien le hizo
amar la lectura. En el caso de la mozambiqueña Lídia Mathe “mi
familia pensaba que estaba loca porque hablaba sola por la casa, pero
a mis 12 años un cura que notó que era muy imaginativa me aconsejó
leer, me prestó libros y luego otros profesores me animaron a
escribir”.

La
escritora mozambiqueña Lídia Mathe con un ejemplar de su obra
"África, vagâo de Ouro". M.Iglesias
En
el caso de la nigeriana Dame Joan Oji su pasión inicial por las
novelas inglesas se vio reforzada por las lecturas obligatorias de su
carrera de Magisterio especializada en Literatura entre las que
destaca Los
viajes de Gulliver de
Jonathan Swift o Rebelión
en la granja de
George Orwell junto a títulos africanos como Todo
se desmorona del
nigeriano Chinua Achebe, Un
grano de trigo del
keniata Ngũgĩ wa Thiong'o, Houseboy del
camerunés Ferdinand Oyono, The
Beautyful Ones Are Not Yet Born del
ghanés Ayi Kwei Armah. “Me hice tan adicta a la ficción que supe
que algún día escribiría mis novelas”.
Objeciones
familiares y sociales
Con
todo, el entorno familiar y social rara vez ha recibido bien la
vocación literaria de estas escritoras. “Mi círculo no me ha
animado”, expone Fatimata Diallo Ba, “porque la escritura, que en
un hombre se ve tarea seria, en la mujer se ve accesoria, inútil”.
“Además –añade quien ha sido profesora de literatura 17 años
en institutos de París y luego 12 años en Dakar–, una mujer que
escribe es una mujer que piensa y, por tanto, es potencialmente
peligrosa para una sociedad patriarcal que la quiere sorda, muda y
ciega”. Igualmente, en Nigeria, apunta Dame Joan Oji, escribir y
publicar libros siendo mujer “no cuenta con apoyo social porque se
considera un pasatiempo”.

Dame
Joan Oji, Secretaria General de la Asociación de Autores Nigerianos
y escritora. M.
Iglesias
“Incluso
habiendo crecido en un ambiente literario”, cuenta Reinette
Mulonda, hija de un periodista congoleño, corresponsal de medios
belgas, “mi madre me obligó a estudiar y ejercer una profesión
para pagar las facturas, por eso soy médico en un hospital de
Kinshasa y he debido compaginar eso y la crianza de mi hija de 17
meses con escribir mi primera novela”.
Una
mujer que escribe es una mujer que piensa y, por tanto, es
potencialmente peligrosa para una sociedad patriarcal que la quiere
sorda, muda y ciega.
Fatimata
Diallo Ba — Novelista senegalesa
La
maliense Safiatou M’bouillé Fofana, formada como periodista,
cuenta con el respaldo de sus padres que la alientan en su tarea de
gestora literaria con los viajes que conlleva, “pero otras personas
malmeten con su concepción anticuada de que las jóvenes
independientes y que viajamos somos ligeras
de cascos”.
Peor
aún, M’bouillé Fofana, que complementa sus ingresos con el diseño
y confección de moda, denuncia topar con desconfianzas de posibles
financiadores de sus eventos por su condición de mujer. “Es
desesperante que siempre esperen a un hombre de más rango que nos
tutorice”. E incluso denuncia haber sufrido proposiciones
indecentes.
Es
desesperante que posibles socios de los eventos literarios que
organizo esperen que haya un hombre de más rango que me tutorice. Y
peor aún tener que sufrir proposiciones indecentes.
Safiatou
M’bouillé Fofana — Gestora cultural maliense
“Aunque,
por suerte, cada vez hay más hombres en el sector del libro aliados
de las mujeres, como el organizador de Las
72 horas del Libro de Conakri,
Sansy Kaba, que nos ha invitado” y que ha nombrado a dos mujeres,
Diaka y Ramatoulaye Camara para dirigir esta 17ª edición sobre “La
pujanza femenina”.
Retos:
maternidad y pluriempleo
Sobre
los mayores desafíos que afronta como escritora, Fatimata Diallo
Bah, contesta rotunda: “La falta de tiempo, por el obstáculo de
las multitareas que se nos asignan a nosotras”, dice quien ha
criado a tres hijas e hijos ya veinteañeros.
“Está
claro”, coincide la mozambiqueña Lídia Mathe, “que la
responsabilidad de la crianza y ejercer varias profesiones para
completar el salario, como en mi caso las de periodista, editora y
locutora, complican escribir”, testimonia desde su experiencia de
madre de un chaval de 16 años.
Las
escritoras apuntan a que en las sociedades africanas actuales aún
muy patriarcales, donde en ciertos contextos se mantiene la
poligamia, “las expectativas sobre las mujeres no pasan por que
creemos libros sino porque tengamos hijos sanos y hogares que
funcionen”, retrata Reinette Mulonda. “Con todo ya hay avances
–añade– porque mi marido, también escritor congoleño, me anima
a escribir y participar en eventos como este haciéndose cargo de
nuestra niña que, además, estaba resfriadilla”. “Esos hombres,
como el marido de la también escritora y editora maliense Fatoumata
Keita,
son con los que todas soñamos”, remata Safiatou Fofana.
¿Cómo
hacerse idea de lo que habrá afrontado Dame Joan Oji, madre de ocho
hijas? “He llevado vidas paralelas, sí, la de profesional, madre y
ahora viuda”, señala. “Pero la mayor dificultad para ejercer de
escritora viene de que solo unas pocas autoras nigerianas en la
diáspora, en Europa y EEUU, pueden vivir de ello. No hay paridad con
los escritores en eso”.
Medidas
africanas en pro de la cultura
Pese
a sus distintos contextos nacionales y lingüísticos al proceder de
cinco países de los 55 africanos, las autoras consultadas coinciden
esencialmente en las decisiones que deberían aplicarse en el
continente para promover la cultura y la literatura.
“Hace
falta una Política Nacional del Libro que en países como Mali no
tenemos”, expone Safiatou Fofana. “Sí”, la apoya la congoleña
Reinette Mulonda, “una acción coordinada entre el Estado, vía
educación pública, y las familias, que inculque la importancia de
lectura y escritura, como placer y oportunidad, no como imposición,
y dé valor al trabajo de escribir”.
Las
tasas de analfabetismo son un problema en el contexto africano. “En
Nigeria”, apunta Dame Joan Oji, “con 200 millones de habitantes,
en 2021 solo el 63,16% de los mayores de 15 años sabían leer y
escribir y la cifra lamentablemente ha bajado al 59,57% en 2024. Por
eso algunos de nuestros 36 gobiernos estatales, más la capital
federal y mi asociación ANA fomentamos la escolarización, la
lectura y escritura, y creamos premios como estímulos”.

Escolares
recorren las casetas de la Feria del Libro de Conakri. M.
Iglesias
Fatimata
Diallo Ba está de acuerdo en que hay que promover un cambio de
mentalidad en las familias que marque la prioridad del aprendizaje
también entre las niñas, a menudo orientadas desde muy pronto al
cuidado del hogar “cuando las que ya estudian son hoy generalmente
más brillantes que los niños” y añade la importancia de “poner
la lectura al alcance de todos, construyendo bibliotecas y acercando
a los autores a su público”. “Sí”, la respalda la congoleña
Mulonda “porque el libro hoy aquí es caro respecto al salario. Y
entre libro y pan, se elige comer”.
Las
expectativas sobre las mujeres en la sociedad patriarcal africana no
pasan porque creemos libros sino porque sustentemos hogares e hijos.
Pero ya hay avances. Como que mi marido, también escritor congoleño,
me anime a escribir y se encargue a 100% de nuestra hija cuando yo
viajo.
Reinette
Mulonda — Novelista congoleña
Lídia
Mathe apunta a la necesidad de alfabetizar no solo a niños, también
a los adultos, “porque es responsabilidad de quienes nos lideran
dar a la población la oportunidad intransferible de aprender,
conocerse uno, su entorno y el gran mundo”.
“Junto
a lo anterior —añade Reinette Mulonda— en Congo y África
necesitamos inversores en el sector literario (editores, impresores,
libreros) para publicar cada vez más libros de calidad, como los de
Senegal, sin salir del continente”.
Relación
con las exmetrópolis
Existe
un malestar en el África francófona respecto al papel tutelar que
Francia, antigua metrópoli, intenta seguir ejerciendo. “En Mali no
tenemos nada contra la población francesa”, dice Safiatou Fofana.
“Crecimos entre franceses, tenemos amigos franceses, hemos
estudiado en francés, pero hay cosas de la política francesa que no
gustan y lo manifestamos”.

Libros
de algunas de las autoras entrevistadas. M.I.
“En
efecto”, constata, Reinette Mulonda, “la cultura literaria en
Congo es de herencia francesa, muchos escribimos en esa lengua, pero,
por una parte, hay una relación de la política francesa y europea
con la guerra al Este de nuestro país donde, con ayuda de Ruanda, se
expolian nuestros minerales y, por otra, está nuestro legítimo
deseo de librarnos del pasado colonial y desarrollar nuestra
identidad y voz literaria propias”. No con el objetivo de
enfrentarse, insisten, sino para colaborar, pero por fin sin
sumisiones, en pie de igualdad.
“Por
desgracia, Francia ha hecho mucho daño a la población africana. Y
sigue con su arrogancia obsoleta”, explica Fatimata Diallo Ba. “Es
una lástima que no quiera reconocer la dignidad de sus antiguas
colonias ahora que las tornas han cambiado, que ella ya no inspira
sueños y los africanos ya no tienen complejos”.
Los
africanos son tan pujantes intelectualmente como franceses y europeos
y exigimos respeto y colaborar en igualdad. Si nuestros niños
estudian lenguas europeas ya en Primaria, ¿por qué los escolares
europeos no estudian lenguas africanas siquiera en Secundaria?
Fatimata
Diallo Ba — Escritora senegalesa
La
novelista senegalesa recurre al concepto africano de Ubuntu (“soy
porque somos”) para defender una ética de respeto recíproco. “Los
africanos no detestan a Francia y reconocen su pujanza intelectual,
pero también se saben poderosos intelectualmente y reclaman que se
les reconozca e intercambiar conocimientos y métodos para el
progreso de la humanidad”.
En
ese sentido y frente al aprendizaje por los africanos de lenguas
europeas ya en Primaria se plantea: “¿No es hora de que los
europeos aprendan los idiomas africanos, siquiera en Secundaria?”.
En
Nigeria, excolonia británica, según Dame Joan Oji, “existe lo
necesario para desarrollar y publicar a los escritores autóctonos,
sin depender de editoriales extranjeras”. Ahora bien, para impulsar
la literatura africana ella apuesta porque los editores de cada país
se unan en asociaciones nacionales que se adhieran a la Red
de Editores Africanos (APNET),
“algo vital para desafiar y resistir el atractivo de la validación
occidental”.
Imposibilidad
de viajar en igualdad
Mientras
en la orilla europea uno de los pocos aspectos que se retrata de
África es la migración en pateras, en tierras africanas suscitan
indignación generalizada los impedimentos que Europa y occidente
imponen a los africanos a la hora de viajar.
“Yo,
como autora, querría viajar para inspirarme –confiesa Reinette
Mulonda– como tantos occidentales que vienen a África y a quienes
acogemos con los brazos abiertos. Pero, en cuanto lo intentas, topas
con el rompecabezas de los impedimentos administrativos”.

Desarrollo
de una de las conferencias de "Las 72 horas del Libro" de
Conakri. M.
Iglesias
Fatimata
Diallo Ba, por su parte, autora de textos sobre inmigración ilegal,
defiende que “África es un gran lugar para vivir” y dice tener
“roto el corazón porque los europeos puedan visitarnos a su antojo
mientras nuestra esperanzada juventud sufre en sus rutas a las costas
de Europa”. Y llama a “los europeos conscientes” a oponerse al
mito “que la extrema derecha europea ha logrado que la gente crea
sobre la gran invasión de hordas de pobres venidos de África para
robarles sus bienes y pervertir su civilización”.
Migrar
es propio de la naturaleza humana, pero si se quiere frenar el auge
migratorio por los conflictos y desastre climático sólo hay un
camino: “¡Parar todas las guerras! ¡Acabar con la corrupción!
¡Instaurar la verdadera democracia!
Dame
Joan Oji — Escritora y Secretaria General de la
Asociación de Autores Nigerianos
El
libro África,
vagâo de Ouro,
de la mozambiqueña Lídia Mathe es justo un debate entre los vagones
de un tren formado por todos los continentes. “Yo no apelo a los
territorios, sino a las conciencias individuales y señalo que no
siempre se vive mejor donde hay más comodidad material, sino donde
hay más humanidad”.
En
la perspectiva de Dame Joan Oji, siendo como es “propio de la
naturaleza humana buscar una vida mejor, mejor educación y
condiciones de vida allí donde existan”, si se quiere acabar con
el creciente flujo de inmigrantes de África, el Caribe y el
Pacífico a Occidente, “causado por conflictos bélicos
interminables, condiciones climáticas extremas, inestabilidad
política y convulsiones sociales” solo existe un camino: “¡Parar
todas las guerras! ¡Acabar con la corrupción! ¡Instaurar la
verdadera democracia!”.
Auge
de la mujer africana y sororidad
La
opinión de las cinco entrevistadas es unánime respecto al
protagonismo que la mujer africana está tomando en todos los
ámbitos, también el literario. “Con los años”, analiza Lídia
Mathe, “más y más mujeres se conciencian de su capacidad, dejan
de esperar oportunidades para buscarlas y reivindicarlas y transmiten
su convicción de madres a hijas”.
A
todas quienes queréis ser escritoras: ¡Sed vosotras mismas!
(risas), como yo he sido siempre la niña loquita que hablaba sola en
casa (risas). Porque cuando una siente realizada su identidad no hay
sombra de duda que empañe la alegría.
Lídia
Mathe — Escritora y representante de la Asociación
de Autores Mozambiqueños
Mathe
anima a cuantas quieren ser escritoras: “¡Sed vosotras mismas!
[risas], como yo 'la niña loquita que hablaba sola' [más risas].
Porque cuando una siente realizada su identidad no hay sombra de duda
que empañe la alegría”.
Para
Dame Joan Oji no cabe duda de que “las mujeres africanas están
ascendiendo en los puestos de liderazgo, en la política, el mundo
académico y los consejos de administración de las empresas”.
Según enumera, Etiopía tiene una Presidenta, al igual que Tanzania,
y recientemente también Namibia. “Aunque quede mucho para la
paridad como muestra que en mi país, Nigeria, solo haya seis
vicegobernadoras de un total de 36 Estados, —declara la Secretaria
General de ANA— mi lema personal, como madre orgullosa de ocho
hijas, todas ellas profesionales consumadas, es: ¡El futuro es
femenino!”.
Y
así se ha visto, a criterio de Fatimata Diallo Ba, en Las 72 del
Libro de Conakri, un evento “con tal despliegue de energía
femenina como un océano de luz”, donde “los hombres apartaron a
un lado su machismo para dejar florecer su lado femenino. Y la
belleza, la inteligencia y el coraje de las mujeres se combinaron
para guiarnos como un faro. Haciéndome sentir que África es una
mujer poderosa, cuando las mujeres poderosas de África tomamos las
riendas”.
La
doctora Zalikatou Diallo (segunda por la izquierda), primera
vicepresidenta del Parlamento guineano, con su libro sobre la
mutilación genital femenina en el programa de TV "Paroles de
plumes" de la Feria del Libro. M.Iglesias
Diallo
Ba también alienta a toda mujer con vocación literaria a
perseverar. “La tierra más fértil suele contener barro y materia
repulsiva. Apóyate en tus dificultades para alzar el vuelo. La
experiencia es dolorosa y amarga, pero los frutos son dulces.
Conquista el mundo, porque el mundo está dentro de ti. Y nosotras
transformaremos este planeta a la deriva que algunos hombres patean
como un balón de fútbol por sus ansias de poder. No son más que
niños que nosotras, sus madres, traeremos de vuelta a casa”.
Intercambio
literario afro-español
Acercándonos
al final de la entrevista, tanto la maliense Safiatou Fofana
como la senegalesa Fatimata Diallo Ba insisten en agradecer y hacer
constar “lo importante que es que periodistas europeos nos atendáis
de igual a igual y nos acerquéis a vuestras lectoras y lectores”.
“A mis hermanas de todo el mundo –se dirige Diallo Ba
directamente a las mujeres– me reconozco en vosotras porque el
mundo es masculino. Reconocéos en mí y haremos milagros”.
Ante
la propuesta de acabar con recomendaciones suyas de autoras africanas
y contando si han leído a alguna escritora en lengua española,
Fatimata Diallo Ba aconseja las obras de sus compatriotas Fatou Diome
y Ken Bugul, Lídia Mathe Niketxe de
su paisana Paulina Chiziane, Safiatou Fofana los títulos de la
también maliense Fatoumata Keita (Sous
fer, Quand
les cauris se taissent y Sur
les traces du destin),
Dame Joan Oji los libros de la famosa autora nigeriana radicada en
EEUU Chimamanda
Ngozi Adichie,
como el último, Unos
cuantos sueños y
Reinette Mulonda destaca Mi
carta más larga de
la senegalesa Mariama Bâ y The
girl with the louding voice de
la nigeriana Abi Darè, “una joyita que he recomendado mucho
como prescriptora
en mis redes,
donde ocho de cada diez libros que aconsejo leer son de escritoras”.
¿Por
qué la muerte de Cervantes marca hoy el impulso cultural de Conakri?

Ninguna
de las cinco ha leído obras de autoras en lengua española y sólo
Fatimata Diallo Ba declara haber “oído hablar de Cristina
Morales”, si bien todas sienten curiosidad. Está claro que hay
mucho que avanzar en el mutuo conocimiento siendo continentes
separados por los apenas 14 kilómetros del Estrecho de Gibraltar.
https://www.eldiario.es/cultura/libros/escritoras-africanas-liberan-destino-domestico-plantan-cara-prepotencia-europea_129_12272623.html