VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
Thom Gunn fue un poeta nacido en 1929 en Gravesen, Reino Unido, y nacionalizado estadounidense. Hijo del editor Bert Gunn, sus padres se divorciaron cuando Thom tenía diez años de edad; más adelante, durante su adolescencia, su madre se suicidó. Fue ella quien le inculcó el amor por la lectura. En 1954 publicó su primer libro Fighting Terms. La crítica lo situó a la altura de Ted Hughes y Philip Larkin como el poeta más prometedor de su generación, pero Gunn dio un vuelco a su vida y a su obra cuando decidió emigrar a los Estados Unidos, siguiendo a su pareja, Mike Kitay. Allí dio clases en Stanford y en California, y se introdujo en la contracultura de San Francisco, atraído por la vida bohemia. Estas experiencias abrieron su poesía a temas nuevos como la experimentación con drogas, y a otros que había reprimido en Inglaterra como la homosexualidad. En 1992 escribió su libro más famoso, El hombre con sudores nocturnos (publicado en nuestro país en 2018 por Alba Editorial con traducción de Gonzalo Torné), donde levantaba acta del miedo y los estragos que había provocado el SIDA (enfermedad de la que nunca se contagió) y que le valió el Premio Lenore Marshall. A lo largo de su carrera recibió también los premios David Cohen, el Premio Levinson, el Premio Arts Council of Great Britain, el Premio Rockefeller y el Premio Lila Wallace, entre otros. Su última colección de poesía fue Boss Cupid, publicada poco antes de su muerte en 2004 en California. Presentamos una selección de textos con traducción de Gonzalo Torné y Bruno Hernández Valdivieso.
***
El abrazo
Era
tu cumpleaños, habíamos bebido y cenado
la mitad de la noche con
nuestro viejo amigo
que se nos mostró al final
en la forma de
una cama que alcancé con zancada de borracho.
Ya estoy cómodo y
tibio,
y soñoliento gracias al vino que dormita a mi lado.
Me
adormité, me dormí. Un abrazo rompió mi sueño,
de repente,
desde atrás,
presionaba la extensión completa de nuestros
cuerpos,
tu empeine en mi talón,
mis omoplatos contra tu
pecho,
no se trataba de sexo, pero podía sentir
toda la fuerza
de tu cuerpo apoyado,
o abrazado, al mío,
y encerrándome en
ti,
como si todavía tuviéramos veintidós
cuando nuestra gran
pasión todavía no
se había transformado en algo familiar.
Mi
veloz sueño había borrado todas
las intervenciones del tiempo y
del espacio.
Solo era consciente
de la existencia de tu seguro,
firme, seco abrazo.
***
Desde la ola
Se
remonta en el mar, cóncavo muro
con las costillas del brillo en
descenso,
se impulsa hacia adelante y construye cimero
su
empinado risco.
Surgen
de su escondite
negras figuras sobre tablas
y se lanzan contra
la orla blanca,
hacia donde se va jaspeando.
Sus
pálidos pies se enroscan, se balancean
con sabia destreza.
La
ola que remedan
es lo que los mantiene tan quietos.
Ahora
los cuerpos marmóreos son
mitad ola, mitad humanos,
como si
les injertaran pies de espuma
unos instantes, y luego,
lo
más tarde posible, rebanan la superficie
en procesión
acompasada:
en este lugar el equilibrio es un triunfo
y el
triunfo es una conquista.
La
insensata cresta en la que cabalgaron
sobre una fluida
plataforma
se rompe cuando la sueltan, cae y demorada
se
pierde.
Libres,
los cuerpos enfundados, lisas focas,
se aflojan y estremecen;
y
junto a la tabla el pie descalzo siente
la succión de los
guijarros.
Siguen
a flote en el bajío;
dos se salpican con agua;
luego nadan
todos mar adentro hasta
que se vuelvan a juntar las olas buscadas.
***
Pensar el caracol
El
caracol avanza a empujones
por una noche verde, pues la
hierba
está cargada de agua y pone trabas
a la brillante senda
que da forma,
donde la lluvia ha oscurecido
la tierra
oscura.
Se desplaza en un bosque del deseo,
moviendo
apenas las antenas ocres
cuando caza. No sé decir
qué fuerza
le espolea a su labor,
sin saber nada, ahí empapado a
posta.
¿Cómo entender la furia
del caracol? Lo único
que
pienso es que si luego
no
hubiera separado la hojarasca
sobre el túnel ni hubiera visto
el
reguero delgado
de baba blanca y quebradiza,
no habría
imaginado nunca
una pasión tan lenta
para este lánguido
progreso.
***
Mis tristes capitanes
Uno
a uno ellos aparecen en
la obscuridad: pocos amigos,
algunos
con históricos
nombres. ¡Qué tarde comienzan a brillar!
pero
antes de desvanecerse quedan
perfectamente encarnados, todo
el
pasado cubriéndolos como un manto
de caos. Fueron
hombres
quienes, pensé, vivieron solo para
renovar la fuerza
derrochadora que
gastaron en cada caliente convulsión.
Me
recuerdan a mí, distante ahora.
Cierto,
todavía no están en reposo,
pero ahora que están
realmente
separados, alejados de los fracasos,
se retiran a una
órbita
y giran con desinteresada
y dura energía, como las
estrellas.
***
El hombre con sudores nocturnos
Despierto
frío, yo, quien
Prospera a través de sueños calientes
Despierto
siendo su residuo,
En sudor y aferrado a la sábana.
Mi
carne era su propio escudo:
Donde se cortó, se curó.
Crecí
mientras exploraba
El cuerpo en el que podía confiar
Mientras
adoraba incluso
El riesgo que robusto hizo
Un
mundo de maravillas en
Cada desafío a la piel.
No
puedo sino arrepentirme
El escudo dado estaba roto,
Mi mente se
redujo a premura,
Mi carne se redujo y naufragó.
Tengo
que hacer la cama,
Pero en cambio me sorprendo
Parado
y detenido donde estoy
Abrazando mi cuerpo
Como para protegerlo
de
Los dolores que me atravesarán,
Como
si las manos fuesen suficientes
Para detener esta avalancha.
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-thom-gunn/
TEMAS TERTULIA 31-1-2025
PIEDRAS
TORMENTAS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 24-1-2025
APRENDER A VIVIR
TODOS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
APRENDER A VIVIR
Cuando sólo había oscuridad, y el frío, la desesperanza y el miedo parecían abarcarlo todo, resistieron, mientras se repetían a si mismos: “Esto también pasará”, y sobrevivieron.
Cuando la vida les agasajó con regalos que ni habían imaginado que existieran, supieron relajarse y disfrutarlos, sin obsesionarse con poseerlos, y se limitaron a exclamar: “¡Qué hermosa es la vida!”, y sobrevivieron a la dicha, que también tiene sus peligros.
Así, mezclando luces y sombras, sabiendo encontrar en cada dolor un consuelo y en cada placer un regalo, intentando hallar un equilibrio en todo, entre el sí y el no, entre el perdón y la justicia, entre la memoria y el rencor, entre nuestros deseos y los ajenos, recordando siempre que, como dijera Tolstoi, la felicidad no está en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace.
Así tan sólo, día a día, golpe a golpe, poco a poco, aprendieron a vivir.
Nekovidal - nekovidal@gmail.com
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SÍ A TODO
Lo hemos aprendido a aceptar en el ordenador cuando
vamos a borrar archivos múltiples y una ventana
emergente nos deja a un solo click de que desaparezcan
fotos, documentos, agendas… Aunque casi siempe ese «sí
a todo» se produce tras decidir lo que guardaremos y lo
que es prescindible, no es misión sencilla; en palabras de
Bertrand Russell «lo más difícil de aprender en la vida es
saber qué puente hay que cruzar y qué puente hay que
quemar».
Como quiera que fuera, por circunstancias y detalles
varios (ya es bien sabido que los detalles marcan la vida),
me tocó desarrollar lo que hoy se llama indefensión
aprendida y que no se manifiesta siempre de la misma
manera, sino que produce diferentes reacciones y no
suelen darse todas a la vez. En mi caso generó el síndrome
del sí complaciente a fin de conseguir la aceptación,
primero del grupo familiar y más tarde de cualquier grupo
o persona que se pusiera a tiro y me hiciera vislumbrar una
pequeña posibilidad de enraizamiento.
Afortunadamente, hace ya algunos años tomé conciencia
de que eso no era una característica innata, sino que
formaba parte de un problema; sin embargo, la puesta en
marcha del cambio, aprender a decir no y marcar solo los
archivos que quería enviar a la papelera, no fue
automática. Los primeros noes fueron tímidos y envueltos
en justificaciones absurdas. Los siguientes, tajantes.
Llegaron después los más abruptos, teñidos con un toque
de venganza que nadie, excepto yo, captaba. Hasta que
ocurrió ese milagro de ensamblaje que a veces se da en el
entendimiento: el reconocimiento de la volubilidad de
todos los seres humanos y, como consecuencia, la
validación del criterio propio.
Un torrente de serenidad me ayudó a saltar del pasado y a
encaminarme al futuro atendiendo a mi presente como
nunca antes lo había hecho; se podría decir que por fin me
había hecho adulta y comprendía que hacerse adulto no
significa haber llegado al final, sino estar al principio del
camino; tocaba seguir creciendo, cambiar de tamaño, dar
forma a los días y aprender a decir NO con la misma
contundencia que sabía decir SÍ, para no dar lugar a
confusión y, sobre todo, por respeto a mí misma.
Claro que es difícil determinar los puentes que hay que
destruir, qué archivos guardar, qué teléfonos borrar, qué
recuerdos acariciar y qué relaciones suprimir. Soy
consciente de que mis decisiones no van a ser siempre las
más acertadas y que, tal vez, un día quiera recuperar los
archivos de la nube y no pueda o quizás llore amargamente
por aquel encuentro que decidí no tener; pero serán las
consecuencias de mis elecciones y las asumiré como tal,
disfrutando de las más benévolas y aprendiendo de las que
me alejen de la auténtica persona que habita dentro de mí.
Hace años que trabajo a diario para vivir conforme a mi
esencia y sé que aún quedan muchos noes por decir, pero,
pase lo que pase, tengo el firme propósito de no volver a
decir «SÍ A TODO» para ser aceptada; es un infierno vivir la
vida propia en base a criterios ajenos casi siempre dichos
al desgaire e inapropiados para nuestra alma: «Calamidad
de los tiempos cuando los locos guían a los ciegos», «El
rey Lear», William Shakespeare.
22/enero/2025 – para «VOCESentreVOCES»
Texto : Vicki Blanco
Foto : Manu Mariscal
TODOS
Mirando a Europa
25 enero, 2025 josemarceloruiz Deja un comentario
Por José Marcelo Ruiz
En la actualidad mirarnos en ese espejo que conforma la Unión Europea y ser ciudadanos de pleno derecho, es para sentirnos orgullosos. Las razones que las motivan son muchas; de ello quiero reflexionar después de leer sobre la identidad europea. Trabajo realizado por el historiador búlgaro Tzvetan Todorov en su libro El miedo a los bárbaros.
Su vocación cosmopolita, cuya identidad consiste en aceptar la pluralidad de los países que forman la Unión Europea, y donde se da un marco de convivencia: obedecer una norma común; aceptar las diferencias de sus miembros; crear un estatus legal provistos de derechos y deberes en igualdad de condiciones. Todos los Estados europeos asumen dicha política de convivencia, y esta ampliación permite una mayor justicia, pero ninguno renuncia a la suya. El pluralismo impide la hegemonía y que algún país ejerza la tiranía sobre los demás. Su punto de partida es la paz entre los países miembros. Por ello, es motivo de satisfacción haber aprendido de ese pasado negativo de Europa, y disfrutar de un presente de convivencia constructiva con alentadoras miras a futuros horizontes.
El autor menciona el tema de la OTAN, y nos dice: “Los países europeos han renunciado en su mayoría a garantizar su propia defensa y han preferido refugiarse al amparo de la O.T.A.N. En determinados momentos han tenido reticencias a seguir la política exterior de Estados Unidos. Pero, como son incapaces de asumir sus propias opciones, han tenido que alienarse, incluso a regañadientes. Acepar que la OTAN dejara de ser una fuerza destinada a garantizar la seguridad en Europa, y se convirtiera en un ejército que defiende los intereses de Occidente en todo el mundo, como sucede y ha sucedido en Afganistán. Por lo tanto, la actitud de Estados Unidos al elegir sus enemigos no coincide con la política pluralista de la Unión Europea. Por lo que la hegemonía que impone Estados Unidos debería atemperarse y aceptar la pluralidad del mundo. Pero no es así, lo que pretende siempre es la dominación; imponiendo sus intereses políticos y económicos.” Ante tales circunstancias, nos queda preguntarnos si debería la Unión Europea plantearse disponer de su propio ejército.
La identidad europea se fundamenta en su pluralidad interna, esto nos lleva a la conclusión de que no hay límites para sus fronteras. Razón para que cualquier país, si acepta ese modelo plural de convivencia, no se sienta extranjero ni enemigo. La Unión Europea sería el germen de una nueva ‘Sociedad de Naciones’ destinada a absorber todos los países de la ‘Tierra’. Pensamos que ya está la O.N.U., pero a diferencia que estarían unidos en lo económico y en lo político.
Hay que preguntarse si tal visión es utópica. Una identidad política tiene fronteras, es decir necesita diferenciar entre los que son ciudadanos y los que no son. Pero desde una concepción humanista que acepte la pluralidad y actúe universalmente, sí, sería posible no poner límites a las fronteras.
José Marcelo Ruiz
Este artículo se ha publicado, el viernes, 24 de enero de 2025, en el periódico NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía). Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas culturales, de pensamiento y opinión.
https://josemarcelopoeta.wordpress.com/2025/01/25/mirando-a-europa/
TODOS
LA REBELIÓN DE LAS MASAS
Si los individuos que integran la masa se creyeran especialmente dotados, tendríamos no más que un caso de error personal, pero no una subversión sociológica. Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera. Como se dice en Norteamérica: ser diferente es indecente. La masa arrolla todo lo diferente, egregio, individual y selecto. Quien no es como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser eliminado. Y claro está que ese «todo el mundo» no es «todo el mundo». «Todo el mundo» era normalmente, la unidad compleja de masa y minorías discrepantes, especiales. Ahora todo el mundo es solo la masa.
ORTEGA Y GASSET, José: La rebelión de las masas. Primera parte.- I. El hecho de las aglomeraciones. Edición Paulino Garagorri, pág. 52.
La rebelión de las masas es el libro más famoso de Ortega, y aún de la lengua española en el siglo XX. Pero muy pronto rebasó los límites del español, y ha sido traducido a casi todas las lenguas importantes y muchas que no lo son. En algunas de ellas se ha traducido en cientos de miles de ejemplares. Cuando apareció en inglés el Atlantic Monthly escribió: Lo que el Contrato Social de Rousseau fue para el siglo XVIII, y Das Kapital de Karl Marx para el siglo XIX, debería ser La Rebelión de las Masas del Sr. Ortega para el siglo XX. Este pequeño libro se ha convertido en uno de los grandes libros de nuestro tiempo.
Introducción a la edición de Julián Marías de La rebelión de las masas. Colección Austral. Espasa Calpe.
En la introducción que hace su discípulo, Julián Marías, a una nueva edición de la obra que más se ha traducido de Ortega, La rebelión de las masas, en 1975, puede leerse en su final: «Por eso he intentado que La rebelión de las masas empiece a leerse como lo que es: un libro de filosofía».
Cuanto precede se justificaría por el hecho que en los últimos años de su vida no hubo convención importante, tanto de sociología como de historia o filosofía donde no fuera invitado a participar. Y que su obra haya sido traducida a la mayoría de los idiomas y de modo especialmente por su extensión en las naciones europeas que durante siglos han constituido la vanguardia de la cultura. Confírmese leyendo la «Bibliografía de Ortega» del profesor de la Universidad de Santiago, de Chile, Udo Ruser C.
En el capítulo XIII de La rebelión de las masas puede leerse: «En una buena ordenación de las cosas públicas la masa es lo que no actúa por sí misma. Tal es su misión. Ha venido al mundo para ser dirigida, influida, representada, organizada –hasta para dejar ser masa, o, por lo menos, aspirar a ello–. Pero no ha venido al mundo para hacer eso por sí. Necesita referir su vida a la instancia superior, constituida por las minorías excelentes». Subrayamos: «hasta para dejar de ser masa».
Antes hemos podido leer: «La sociedad está constituida por la unidad dinámica de mayoría y minoría, conceptos cuantitativos que traducidos sociológicamente se convierten en masa y aristocracia. Estos últimos conceptos no deben entenderse prioritariamente como de contenido exclusivamente político. La sociedad en su normal desarrollo requiere la atención o de multitud de funciones, unas exigen grandes esfuerzos y otras menores».
En el normal funcionamiento social que es consustancialmente problemático requiere la presencia y actuación de las minorías o aristocracias. Exclúyase en esta clase en la mayoría de los casos los herederos; mientras el noble, o creador es producto de sus esfuerzos y obligaciones y conlleva el usufructo de la consideración y estima social. El heredero que en gran cantidad de los casos es incapaz de dedicación continuada a problemas y dificultades deja de ser auténtico aristócrata y se convierte en un mero usurpador simple pseudo-aristócrata.
¿Por qué, con tanta frecuencia se repite el caso precedente? Responden los estudiosos de la sociología: Porque la sociedad no tolera el vacío; y en la primera fase confundida acepta al impostor, pero cuando se descubre su ineficacia se rebela contra él si con antelación no ha desertado y renunciado el tal intruso. En la segunda fase y por el mismo motivo ocupa la gobernación la multitud y si a pesar de su infecundidad que le obligaría a abandonar, por resentimiento de los agravios que recibió en la primera fase, se obstina en mantenerse. Y tan deleznable es la obstinación del primero como del segundo. Aristocracia, élite o minoría, solo es quien crea soluciones al permanente problema que es la vida.
Para que surja una sociedad es imprescindible que exista una minoría creadora de futuro y una mayoría sedienta de él. Como en zoología, el instinto cuida de su descendencia, en la especie humana es la razón de los mejores la que está obligada a procurar el crecimiento de la mayoría.
Ubrique, 12 de septiembre de 2019
Prudencio Cabezas Calvo
"Memoria inacabada" Editorial Tréveris.
TODOS
Todos nacemos débiles e indefensos y vivimos nuestra niñez entre gigantes que parecen ser todopoderosos.
Todos, si tenemos la suerte de vivir en tierra de paz y tener casa y comida, desarrollamos nuestra fantasía hasta el punto de vivir en una ilusión continua, es la infancia . . .
Todos nos enfrentamos a la nueva vida de adultos con temores e ilusiones, con alegrías, frustraciones y emociones desbordadas, es la adolescencia. . .
Todos llegamos a nuestras conclusiones en razón de lo que hemos aprendido por el camino, nos consideran y nos consideramos adultos, con todos los derechos y obligaciones que eso implica en la sociedad en la que vivamos.
Algunos llegan a la conclusión de que en esta vida rige la ley de la selva, que ganan siempre los egoístas, y se hacen egoístas como forma de vida.
Algunos estudian más su propia naturaleza y la de la especie de la que forman parte, miran con respeto y curiosidad la vida y deciden ser solidarios como reaccón natural de quien forma parte de una especie social en la que la fuerza para sobrevivir está en el grupo.
Algunos, la mayoría, desarrollan algún trabajo y aprenden a vivir dejando vivir, otros hacen de salvar vidas su trabajo, otros, enfermos, hacen hasta de la guerra un oficio, del dolor ajeno una forma de lucro.
Todos creen hacer lo mejor dentro de las posibilidades que las circunstancias le han brindado, todos creen, de alguna forma, tener razón en sus conclusiones sobre la vida, sólo algunos aprenden a dudar y crecer dudando.
Todos, al final mueren, habiendo muchos de ellos buscado antes una respuesta a través de la fantasía para hacer menos dolorosa la incertidumbre de lo que habrá, si hay algo, tras la muerte.
Todos dejan tras de si el grano de arena de su trabajo, de sus estudios, su colaboración, una piedra más para pavimentar el camino de supervivencia de nuestra especie.
Pocos, muy pocos, aprenden a vivir y morir sonriendo, a aceptar lo inevitable con entereza, a disfrutar tanto dando como recibiendo, a conservar una parte de cada etapa vital y aprender de todas ellas. Esos son los humanos más fuertes, los que construyen, realmente, el futuro.
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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
De bares con la lengua
¿Tapa o pincho? Los usos y las costumbres lingüísticas del tapeo o el picoteo por los garitos, tabernas o chiringuitos tienen su propia carta, y los bares, como los mercados, son lugares interesantísimos que se prestan a hallazgos curiosos.
'
"Tardeo' en la terraza de un bar madrileño Eduardo Parra / Europa Press
Francisco M. Carriscondo Esquivel
26 de abril de 2024 22:52 h
Actualizado el 27/04/2024 05:30 h
El modo como se manifiestan las dos Españas es versátil. De entre las diversas asimetrías que exhiben podría incluirse la generada por las tapas y los pinchos. Una geografía lingüística acorde con los tiempos serviría para conocer la extensión de uno y otro sustantivo, pero mi percepción desde Andalucía es que las tapas son más del sur, y los pinchos, del norte. Los expertos establecerán diferencias en los referentes que designan, pero lo cierto es que a nadie se le ocurre aquí pedir un pincho para acompañar la bebida (salvo un pincho de tortilla, donde pincho cumple la función de nombre acotador o parcelador). Es más: para dotar de cierto empaque a la vez que exotismo al establecimiento, suele usarse en sus rótulos la forma pintxos (así, remedando el euskera). Son muy suculentas estas invasiones. Y si extendiéramos la moderna geografía lingüística a un espacio global, habría que ver cómo y en qué proporción penetran fuera de España los bares de tapas y los bares de pinchos. Está claro que todavía queda mucho por hacer en la esfera de lo que según algunos está ya decrépito, vetusto o demodé. Variopintas son también las explicaciones de la razón de una y otra denominación, si bien parece ser la presentación la de mayor predicamento: tapa porque antaño el plato servía para tapar el vaso, a fin de que no se ensuciara el preciado líquido; y pincho por estar el manjar pinchado al pan con un palillo. Pero tapas se ven que vienen pinchadas y pinchos sin mondadientes. Acaso nos encontramos con una más de las sinonimias surgidas por desconocimiento de las diferencias referenciales.
Lo que afortunadamente sí han desaparecido son costumbres como la de llamar al camarero con una palmada, perder herencias apostando a las cartas o arrojar al suelo servilletas de papel, peladuras de gambas y demás inmundicias. Vamos, que hasta los bares tratan de convertirse en lugares reputados y pretenden no ser antros o garitos. Tampoco se ven ya los retretes forzosamente unisex donde damas y caballeros debían desarrollar auténticas dotes de equilibrista, colocando los pies en la posición adecuada y haciendo sus necesidades en un agujero, si no querían mancharse. Los guiris y otros especímenes más autóctonos disfrutan viendo lo que se debe no en papel sino en el cinc de una barra como las de antaño.
Denominaciones como cantina, mesón o taberna parecen haber quedado relegadas a locales con solera o que pretenden tenerla. Y no digamos el personal correspondiente: cantineros, mesoneros o taberneros. Pasa lo mismo con tasca, de connotación macarra. La Academia en su diccionario define el coloquialismo tasquera como “pendencia, riña o contienda” y remite a taberna en una segunda acepción, propia de la germanía. Pero como en tantas cosas nos especializamos, y ahora se suceden los lugares para desayunar o tomar algo por la tarde (que ya son cafeterías y no cafés); hacer eso tan poco castizo que es el brunch (bruncherías); almorzar o comer (según el lugar del suelo hispano en que vivamos) y cenar (de nombres muy variados, según la experiencia gastronómica), hasta finalmente ir con los colegas a lo que viene siendo universalmente conocido como pub.
Hay muchas más designaciones, morfológicamente muy productivas. En ellas quiero detenerme. Antes se escuchaban formaciones despectivas de venta como ventorro y ventorrillo. Todavía pueden oírse bareto o tabernucho. Cafetín está impregnado de cierto regusto orientalizante. El mismo pinchito es una lexicalización de pincho. Y sin salir de la derivación apreciativa, resulta interesante la formación chiringuito. Este diminutivo del americanismo chiringo no solo ha venido a reemplazar su forma de llamarlos tradicional (como chambao, merendero o tinglao), sino también a ampliar su uso para aludir a otros espacios que de institucionales pasan a ser domésticos, de dominio particular: chiringuito autonómico, financiero, universitario… Con su definición la Academia no hace honor al sustantivo ni a esta posibilidad de extensión de su significado (“quiosco o puesto de bebidas al aire libre”), porque en la actualidad todo el mundo huele su aire impregnado de sal marina y del guiso de los arroces o las sardinas espetadas… Y de chiringuito surge el moderno chiringuitero, para referirse a los propietarios de estos negocios. Por otro lado, de un tiempo a esta parte abundan los blendings, como ahora se llama a lo que en la tradición lingüística se conocían como haplologías, con voces formadas por falsos cortes en la segmentación de sus formantes, donde interviene la cerveza (en Oviedo he pasado por una cervepub) o el café, el bocata y los churros (en Málaga he visitado una churrocatería, así como una cafebrería, para acompañar la bebida percolada de una buena lectura).
La verdadera vocación se ve alimentada por una particular disposición receptiva a todo lo que puede interesar, por insignificante que sea. Para ello hay que estar en cuerpo y alma entregado, alerta con todos los sentidos. A mis alumnos les digo que sean filólogos también fuera de las aulas, antes allí que aquí. No es necesario proceso ni plan alguno, vengan de Bolonia o no. Es una simple cuestión de actitud. Así es como podemos descubrir hechos sorprendentes que luego podemos trasladar a la clase. Y los bares, como los mercados, son lugares interesantísimos que se prestan a hallazgos.
Volviendo a las cafeterías, es mundialmente conocida la peculiar forma de pedir los cafés en Málaga: el continuum que va del solo al “no me ponga nada” se segmenta con un largo, semilargo, solo corto, mitad, entrecorto, corto, sombra y nube. Pues bien, traten de pedir o escuchar cómo se reclama más de unmitad (sinécdoque incluida: ¿quién dijo que mitad, sombra o nube son solo femeninos?). La lógica morfológica exigirá un plural: dos mitades, tres mitades… Sin embargo, a nadie en Málaga se le ocurrirá decir eso. El uso invariable en cuanto al número de mitad (dos mitad, tres mitad…) se erige en verdadero shibboleth distinguidor entre el oriundo y el forastero. Y por último, a mis alumnos les propongo que traten de escribir el nombre de una sopa de pescado que se toma en invierno, resultado de la sustantivación de un sintagma preposicional: se comanda “en blanco” en cualquier restaurante malacitano y se escribe de mil maneras, pero lo correcto ortográficamente hablando es emblanco. Y oído cocina.
https://www.eldiario.es/cultura/bares-lengua_1_11323388.html