Los gastos en material bélico en todo el mundo totalizaron el año pasado 1,464 billones de dólares (1.464.000.000.000 dólares). La cifra de gasto anual en armamento equivale al 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y a 217 dólares por cada habitante del planeta, de acuerdo con el SIPRI (Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo).
Durante la Primera Guerra Mundial murieron 8.000.000 de personas; en la Segunda Guerra Mundial el resultado fue de 56.000.000 de muertos, y se calcula en una cifra similar los muertos en otros conflictos bélicos a lo largo del pasado siglo veinte.
Veamos algunos datos comparativos: Un avión bombardero equipado vale lo mismo que:
*El salario de 250.000 maestros durante un año, o
*El coste de construir 30 facultades de ciencias con 1.000 estudiantes cada una, o
*75 hospitales de 100 camas cada uno, completamente equipados, o
*El coste de 50.000 tractores.
Decida usted cuántos aviones bombarderos sobran en el mundo y cuántos hospitales, universidades o tractores faltan . . .
Un sólo portaaviones, el estadounidense Nimitz, ha costado cuatro mil quinientos millones de dólares (4.500.000.000 $). Según los cálculos de Unicef y de otros organismos de Naciones Unidas, con tres portaviones como el Nimitz se podría dar comida y medicinas, durante un año, a todos los niños hambrientos y enfermos del mundo, que están muriendo a un ritmo de 36.000 por día. Dicho de otra manera, el coste de tres portaaviones como el Nimitz equivale, anualmente, a la vida de 13.140.000 niños y todas esas vidas infantiles se podrían salvar cada año usando para ello tan sólo el gasto mundial en armamento de tres días.
Los 1.464.000.000.000 dólares que gastan los gobiernos y ejércitos del mundo en un sólo año, serían suficientes para garantizar que no moriría un sólo niño más en el mundo por hambre o falta de medicinas durante ¡ciento once años!
Mientras tanto la palabra PAZ se queda sólo en eso . . . en una palabra.
Sólo nos resta una pregunta: si viviéramos en una democracia más avanzada, una democracia participativa, como se está comenzando a proponer y aplicar a pequeña escala en algunos puntos del mundo, donde las decisiones más importantes, como declaraciones de guerra o reparto de presupuestos, son decididas mediante votación por todos los ciudadanos: ¿Cuánto tardaría usted en votar la reducción de ese 1% del presupuesto anual en armamento para salvar de la muerte, cada día, a esos 36.000 niños?
Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net
lunes, 5 de julio de 2010
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