domingo, 13 de julio de 2025

 VOCES entre VOCES

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.

5 poemas de El escombro fluorescente, de Sergio C. Fanjul

20 Jun 202Laura di Verso

El escombro fluorescente es un cuento en poemas que narra la peripecia de dos personajes, El Astrónomo y Bronwyn, que tratan de escapar a pie de la Ciudad Sitiada hacia los Campos Semánticos y se topan con diferentes apocalipsis.

En Zenda reproducimos algunos momentos de ese viaje contenido en El escombro fluorescente (Letraversal), de Sergio C. Fanjul.

*** 

El Astrónomo se presenta y da cuenta de la situación.

Me llamaban el Astrónomo

porque había sido educado

para orientarme por los astros.

 

El hemisferio norte no tenía secretos para mí:

las constelaciones

representaban códigos binarios

que iban saliendo de mi cráneo.

 

Allí dentro siempre estaba solo.

 

El cisne, el cangrejo, Orión, el arquero,

el toro con su ojo Aldebarán,

me estaban ignorando. Tumbado en la playa,

en el punto medio de la vida,

admirando el firmamento nocturno,

me asomaba a un abismo.

 

Yo fui el que echó sus velas a internet

y no regresó en su sano juicio.

Yo fui el que intentó sabotear

el ferrocarril informativo.

Yo fui el que memorizó cada página

de la vieja enciclopedia y luego olvidó

quinientos megabytes:

 

no podía pensar en otra cosa

que no fuera otra cosa

y entonces

esa cosa ya era otra.

 

Cable atravesado, mi cuerpo,

resquemor en cada chispa. Regando

las flores sintéticas, preparando con esmero

la quimioterapia,

atento a las moléculas

bajo una luna muerta.

 

Sabía predecir el futuro

observando el flujo infinito de los datos,

los suspiros de silicio del robot.

Según mi prospectiva

íbamos a ser bombardeados.

 

Pero en la Ciudad Sitiada

el cielo neblinoso

era del añil violáceo de Blade Runner:

 

se fugaba una estrella cada noche

y no sabíamos dónde ir a refugiarnos.

 

Sublime como costra,

pleno y cielo,

yo era el que quería ser

sangre de ciervo.

***

Primera visión de los Campos Semánticos

Dicen, Astrónomo, que en los Campos Semánticos

no quedan textos.

 

Los carteles están mudos, no dicen

los ingredientes los envases, en los periódicos

las fotos no traen pie, de modo que todo el mundo

es anónimo y nadie conoce a nadie.

 

En los Campos Semánticos se han olvidado

de cómo se componen poemas, de qué son

los poemas, de modo que hay pocas guerras,

y las que hay,

se hacen en silencio.

 

Los enamorados

no graban sus nombres

 

en las cortezas de los tejos.

***

Bronwyn se integra con éxito en la vida del barrio

Oh, Bronwyn,

los skinheads te traen ramos de flores

y tú flotas sobre las aceras chocolateadas:

cuando te ven llegar, los jornaleros

del carbohidrato, sobre sus precarias

bicicletas, los barrenderos, las floristas,

se ponen contentas

y les importan una mierda

sus condiciones laborales.

 

Generas tanto bienestar

que resultas contrarrevolucionaria,

los niños antilloran a tu paso,

y no solo antilloran

también sienten otra mar de sensaciones

que aún nadie ha bautizado,

de lo escasas. Oh, Bronwyn,

 

los skinheads (me refiero a los skinheads buenos),

te preparan tartas de queso con arándanos

y los árboles del barrio te hacen reverencias

cuando vas a reciclar el papel y los envases.

 

Eres Big Data, tienes dual-core

para amar el doble,

y comes demasiados yogures de ciruela,

(pero nueve de cada diez expertos dicen que eso es sano).

 

Oh, Bronwyn, la gente arroja tortillas

de patata cuando pasas por la calle Lavapiés,

y caen de los balcones

y ruedan calle abajo

como si fueran las ruedas

del carro en el que el Sol

cruza el firmamento cada día.

 

Oh, Bronwyn,

eres glutamato monosódico y canela en rama.

Te adoran los parques y jardines, los traperos,

las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

 

Voy a hacerte un contrato indefinido porque,

 

oh, Bronwyn,

deberías ser consejera delegada en el Ibex-35.

***

La eternidad en el supermercado eterno

La fila del Carrefour de Lavapiés,

abierto 24 horas,

un sábado a medianoche, es una hilera de hormigas

que se pierde en el tatuaje de la reponedora

más triste.

 

Siempre te hacen líos con los turnos, tienes que afiliarte.

 

Tú tendrías que estar roneando en la discoteca,

yo he venido en busca de dos bolsas de

Top Corn Frit Ravich y de una razón para vivir.

 

Traperos cubiertos de miel la lían

en las escaleras mecánicas, los clientes

de AirBnB exigen pizzas congeladas,

los atunes nadan en sus latas;

en la cola me veo atrapado

entre una hermosa hipster

que porta doce rollos de papel higiénico

Scottex doble hoja y un hombre bengalí

de mermelada y de limón:

 

ahí estoy,

congelado en mitad del mundo,

y la existencia, y la compraventa:

todo me es simétrico.

 

Miro las redes sociales

y recuerdo cuando me dijiste,

(tú no te vendes, Bronwyn, tú no tienes precio)

que te gustaba el arroz blanco con ajo

y las formas más deformes del amor.

 

Según se agota la fila y llego a la caja siete

entiendo que todos vamos a morir, pero

este Carrefour seguirá abierto,

igual que seguirán las olas del océano Pacífico

lamiendo las costas de Japón.

 

Al salir nunca sé dónde cojones

tengo que dejar la cesta

y fuera

me vuelvo a encontrar a ese perrito

que mira hacia dentro en busca de su dueño,

y que siempre me da tanta tristeza.

 

No me llames, amor,

que me dejé el móvil en casa.

***

Una fantasía ciberpunk

Hay una bruma artúrica que anega el pasillo

/ una cruz de neón que brilla al fondo. Siempre

es de noche / siempre llueve. Me veo reflejado

en tus gafas de espejo / siento lástima del mundo.

 

Nuestra vida ahora es esto: Bronwyn,

un viaje, un bucle, una fantasía ciberpunk.

 

Lo imaginaron algunos escritores de los 80:

un futuro distópico / cercano, perfectamente verosímil,

donde el desarrollo tecnológico desbocado

convive con altos niveles de desigualdad / de pobreza.

 

High tech, low life.

Todo ha salido regular tirando a mal.

 

Las megacorporaciones dominan a una población inserta

/ presa en una red mundial, una inteligencia artificial

omnímoda somete a la especie humana. Nos deslizamos

por callejones oscuros, sorteando peleas / contenedores

rebosantes de basura, cazarrecompensas virtuales, fluorescentes

en prostíbulos electromecánicos: nos ahoga la desesperanza

y la violencia. Licores furiosos / neuromantes. El cromo líquido

fluye por tu brazo, es una enredadera.

 

Tal vez toda la superficie del planeta sea ya una ciudad,

de modo que no sea posible escapar de la ciudad.

 

La irrealidad

se ha comido a la realidad, lo intangible a lo tangible,

manda el bit antes que el átomo, por eso, Bronwyn, me gusta tanto

tocarte. Tú / tu exoesqueleto corriendo descalzos por las autopistas

de la información, atravesando densas nubes de gases tóxicos.

 

Mira los rascacielos nocturnos donde las pantallas colonizan

las fachadas, los paisajes artificiales / los ciborgs

que ya caminan guiados por smartphones,

con ropa fluorescente y pelos de colores

imposibles de hallar

en la naturaleza.

 

Se reproducen los errores en el sistema operativo.

Huele a fresas sintéticas y extraño, como tú,

el antiguo fragor                  de los quioscos.

—————————————

Autor: Sergio C. Fanjul. Título: El escombro fluorescente. Editorial: Letraversal. VentaTodos tus libros.

BIO

Sergio C. Fanjul es columnista y redactor de Cultura del diario El País. Licenciado en Astrofísica y máster en Periodismo, tiene cuatro poemarios publicados y varios ensayos narrativos, entre los que se encuentran El padre del fuego (Aguilar), La España Invisible (Arpa) o La ciudad infinita (Reservoir Books). Desde 1993 es un ciborg óptico mediante el uso de lentes cóncavas.

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-el-escombro-fluorescente-de-sergio-c-fanjul /


TEMAS TERTULIA 19-7-2025

DUDAS

VINO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


TEXTOS TERTULIA 12-7-2025

EL ARBOL DE LA VIDA

SILENCIO

MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.


EL ARBOL DE LA VIDA

POMPA DE CRISTAL

La ilusión era una pompa de jabón
O eso creía yo
La ilusión era luz delicada
Flotando en el aire
O eso quería creer yo

Pero era una pompa de cristal

Era una pompa de cristal tan fino
Que cuando las palmas de mis manos
Intentaron acogerla en su seno
Se rompió en mil cuarzos

Mil cortes en la frágil piel
Ya no hay iridiscencia
Mil heridas a sangrar
Ya no brilla la luz en su ser

Y maldices ese motor que te recuerda
Lo que intentas desterrar de tu memoria
Y maldices cada rincón de esta tierra
Tan vacía de todo y tan llena de su ausencia

¿Duele más lo que fue,
O el sueño de lo que pudo haber sido?

Miente tan bien el corazón a la mente
Cuando sabe lo que quiere…
Ciega, cegadora ceguera
Nada es sino cuanto quieres que sea
Nada es sino todo cuanto darías para que 
fuera

De nuevo en ninguna parte
De nuevo en viejos lugares conocidos
De nuevo sin novedades en cada amanecer
De nuevo corren, turbios, los ríos

Aire
Inspiras y contienes y no te mueves
Confiando al cielo la esperanza
Agua
Tiembla cuando tus manos creen asir
Lo que siempre se les escurre
Tierra
Caes, no en silencio, no con elegancia
Caes, hincando rodillas, manos y frente
Caes, rezando para que al menos tus lágrimas
La 
rieguen y algún día puedas dar las gracias

Sara Vi Ta

https://iderinaweb.wordpress.com



EL ARBOL DE LA VIDA

"Calamidad de los tiempos cuando los locos guían a los ciegos" (W. Shakespeare, El rey Lear)

No somos más que niños ciegos encerrados en un cuarto oscuro e intentando obsesivamente explicarnos unos a otros cual es el verdadero color de la luz...

Inmersos en una época vacía de ideas, en un caótico mundo donde todo se tasa y consume, henchidos de frustración y ebrios de superficialidad, necesitamos aprender la implacable lección de modestia que nos permita llegar a no ser nada para conseguir, al fin, encontrarle sentido a todo.

La verdadera crisis comienza cuando perdemos la capacidad de dar, compartir y amar.

Nekovidal nekovidal@gmail.com 

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SILENCIO

La palabra más fascinante siempre será la no pronunciada: libre en la imaginación de cada  cual, infalible en su silencio, absurda en su inutilidad. Esa palabra que no quisiéramos oír nunca pero a veces se expresa con un gesto; esa otra que nunca tendremos el valor de pronunciar o esa que nos obliga a un compromiso no expresado.

La palabra, como el fuego, tanto puede dar vida como quitarla.

El silencio, la no palabra, también está cautivo de esta dualidad: un silencio que igual puede ser amistad que cobardía y que puede llegar a dar o quitar la vida.

Hace unos años me fascinó el silencio, hoy ya sólo me asombra, y cada día más, el mal uso que hacemos de la palabra, la más poderosa herramienta de nuestra mente.

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SILENCIO

Una sociedad despersonalizada

Vivimos en un tiempo en que las escuelas y las universidades se proyectan cada vez más hacia el mercado, hacia el culto a la velocidad, y dispuestas a sacrificar los saberes humanísticos que no producen dinero.

Así como los científicos deben generar un beneficio económico inmediato en sus investigaciones, porque si no es así, no hay inversión. Lo triste es que no se invierte tanto para el bienestar social ni en medicina, pero sí se hace en el  avance de la tecnología y en ejércitos armados.

Hemos creado una sociedad sometida a los prejuicios morales, a la hipocresía generada por el conformismo. Esa capacidad de pensar y de sentir se deteriora, porque al filósofo y al poeta se les anula; así se crea un sistema social que está incapacitado para emitir un juicio y valorar los  sentimientos humanos. Esto conducirá tristemente a la muerte de ‘ser persona’; a perder la capacidad de pensar. Y como individuo formar parte de una ‘masa’ que es amorfa y manipulable.

Recordemos lo que nos dice la pensadora veleña María Zambrano sobre lo que significa ‘ser persona’. Nos dice: “Ser persona es algo más que el individuo: es el individuo dotado de conciencia, que se sabe a sí mismo y que se entiende a sí mismo como valor supremo, como última finalidad terrestre”.  Porque es la conciencia la que actúa en la capacidad de emitir juicios. Y agrega que es la persona la que construye el futuro: “La persona, lugar donde el futuro se abre paso, necesita de un ayer que le equivalga. (…) Sólo la persona humana puede ‘unir’ el tiempo. Por ello, primero lo separa, es decir, lo constituye en pasado, aísla el presente y queda como vacía, disponible para que el futuro pueda penetrar”.

Con esta exposición os invito a reflexionar sobre la importancia que tiene reivindicar los saberes humanísticos en la educación: la filosofía, la poesía, las artes creativas... Que poseen la función de hacernos preguntas, es decir de cuestionarnos el mundo que nos rodea, así como mirar hacia nuestro interior, cualidades que desarrollan la capacidad de pensar y emitir juicios.

El filósofo alemán Nietzsche nos dice de la filosofía: “Se trata de un arte que es hoy más necesario que nunca. [...] Justo por eso es lo que más nos atrae y nos fascina, en una era que es la del ‘trabajo’, quiero decir: la de la precipitación, la de la prisa indecente y sudorosa que pretende ‘acabar’ todo de inmediato”. Nos dice también “que debe ser una educación para la profundidad. [...] Y con ello no quedarse en el mero ejercicio académico, abstracto tecnicismo. Hacerlo con infinita pasión por el saber, por la lentitud, y por el esforzado ‘excavar filosófico’ que todo ejercicio crítico presupone”. Es su manera de decirnos que debemos tomar conciencia del mundo que nos rodea, pensar, y tomar decisiones. 

Y el poeta nos dice: “Siento la necesidad de encontrar ‘La palabra líquida celosamente guardada / callada  y escondida’  Para ello he de bajar a los ínferos del ser, allí donde la piedad reside en las ruinas de las piedras, como memoria latente de la intrahistoria humana. De esa intrahistoria humana que nos habla el filósofo Miguel de Unamuno. Me he visto obligado a penetrar en el corazón de la piedra: para sentirme por dentro / como la tierra / herido, pero sentirme.

Ello me hace preguntarme: ¿qué será de lo humano si no sentimos como poeta ni pensamos como filósofo?

https://www.noticias24digital.com/opinion/jose-marcelo/sociedad-despersonalizada/20250709190626014871.html


MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.

¿Cómo influye el contexto familiar en nuestro desarrollo? Las 5 heridas de la infancia

Durante nuestros primeros años de vida pueden originarse cicatrices emocionales duraderas.

Blanca Garcia Grau

Blanca Garcia Grau

Los entornos donde una persona nace y crece son cruciales para su desarrollo. Estos entornos incluyen desde el ámbito más cercano e inmediato, como la familia y la escuela, hasta los contextos más amplios, como la cultura y la sociedad en su conjunto. La interacción entre todos estos sistemas influye en el desarrollo y la formación de la personalidad de cada individuo.

La familia, como uno de los primeros y más significativos microsistemas en los que un niño se desarrolla, juega un papel clave en la formación de las heridas de la infancia. Las interacciones familiares, los patrones de crianza y las dinámicas de poder dentro del hogar pueden dejar una huella profunda en el niño. Es dentro de este contexto que las heridas de la infancia, según Lise Bourbeau, encuentran su origen. En este artículo describiremos cuales son estas 5 heridas principales y cómo sanarlas.

¿Qué son las Heridas de la Infancia según Lise Bourbeau?

Las heridas de la infancia hacen referencia a las cicatrices emocionales que se originan durante nuestros primeros años de vida. Se conforman principalmente debido a conductas de falta de amor y aceptación por parte de nuestros cuidadores primarios, así como por la interpretación que el niño hace sobre su vivencia.

Estas heridas, aunque pueden ser sutiles en su manifestación, pueden crear patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales que tienen el poder de moldear nuestra personalidad, así como impactar en nuestra forma de interactuar con el mundo y afrontar los desafíos de la vida durante la infancia y la adultez. Según Lise Bourbeau las 5 heridas principales producidas en el contexto familiar durante la infancia son las siguientes.

1. El Rechazo

Esta herida se forma cuando un niño no se siente aceptado o amado por sus cuidadores. Puede manifestarse en forma de críticas, comparaciones negativas o falta de atención en las necesidades emocionales. Este tipo de experiencia puede llevar al niño a tener sentimientos de inadecuación, de no ser digno de amor, baja autoestima y una necesidad constante de aprobación externa, lo que puede condicionar a tener dificultad para establecer relaciones saludables.

La sanación del rechazo comienza con el amor hacia uno mismo y la autoaceptación. Bourbeau sugiere practicar el perdón hacia uno mismo y hacia aquellos que nos han rechazado en el pasado. Es importante cultivar una actitud de compasión hacia nuestras propias vulnerabilidades y aprender a apreciarse y valorarse uno mismo para reconocer nuestra valía intrínseca como seres humanos dignos de amor.

2. El Abandono

Esta herida surge cuando un niño experimenta la sensación de ser dejado solo o desatendido por sus cuidadores principales. Esto puede ocurrir por la ausencia de la presencia física o emocional de los padres, la falta de apego seguro y en algunos casos la negligencia. En estas circunstancias el niño puede quedarse con un temor, a veces extremo, a quedarse solo que le provoca en muchas ocasiones dependencia emocional y una búsqueda constante de seguridad y conexión en sus relaciones.

Para sanar la herida del abandono, Bourbeau enfatiza la importancia de reconstruir un sentido de seguridad y conexión interna. Esto implica aprender a disfrutar del tiempo a solas, nutrir nuestras propias necesidades emocionales, establecer límites saludables en nuestras relaciones y aprender a confiar en nosotros mismos para satisfacer nuestras necesidades de afecto y apoyo con el fin de no depender en exceso de la atención de los demás.

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3. La Humillación

Esta herida se forma cuando un niño es objeto de críticas constantes o burlas, ridiculización o desprecio por parte de sus cuidadores. Esta experiencia puede socavar la autoestima del niño y hacer que éste experimente sentimientos de inferioridad, de menosprecio. Puede sentirse indigno y experimentar también sentimientos de vergüenza en las relaciones con sus cuidadores por lo que le dicen o hacen, así como en la relación con los demás.

La sanación de la humillación requiere cultivar una sólida autoestima y una imagen positiva de uno mismo. Bourbeau recomienda desafiar los pensamientos autocríticos y reemplazarlos con afirmaciones positivas y amorosas. Además, sugiere practicar la autenticidad y la autoexpresión, aprender a valorarse a uno mismo sin depender del juicio de los demás liberándonos de ese miedo, así como apreciar nuestra singularidad. Ayuda a sanar esta herida también el trabajo alineado a la capacidad de perdonar a aquellos que le causaron daño.

4. La Traición

Esta herida surge cuando un niño se siente engañado, manipulado o traicionado por aquellos en quienes confía. Puede ser el resultado de mentiras, promesas no cumplidas o abuso de confianza por parte de alguno de sus cuidadores. Este tipo de experiencia puede generar un sentimiento de desconfianza hacia los demás y la necesidad de controlar todas las situaciones, lo que dificulta también establecer relaciones de forma saludable y genuina.

Para sanar la herida de la traición, Bourbeau sugiere trabajar en la reconstrucción de la confianza en uno mismo y en los demás. Esto implica aprender a establecer límites claros, comunicar nuestras necesidades y expectativas de manera asertiva, así como aprender a discernir qué relaciones son realmente genuinas y dignas de confianza y que otras no. Es importante trabajar también en dejar ir el resentimiento hacia aquellos que nos han defraudado.

5. La Injusticia

Esta herida se origina cuando un niño experimenta o percibe una falta de equidad, un trato desigual o injusto en su entorno familiar o social. Puede manifestarse en forma de favoritismos, privilegios injustos o castigos excesivos. Esta herida puede generar en el niño una sensación de impotencia e indignación, alimentando sentimientos de resentimiento e impotencia, así como a una falta de control sobre la propia vida.

La sanación de la injusticia involucra según Bourbeau el perdón y la liberación del resentimiento hacia aquellos que nos han tratado injustamente. También enfatiza la importancia de comprender y aceptar que la vida no siempre es justa, además recordar que el sentimiento de justicia es en parte subjetivo.

Lo que sí podemos hacer es encontrar formas constructivas de manejar las situaciones que consideramos injustas y de enfocar nuestra energía en lo que podemos controlar: nuestra propia actitud y respuesta ante las adversidades. Asimismo, sugiere practicar la gratitud y buscar activamente el equilibrio y la armonía en nuestras vidas.

Conclusiones

En conclusión, el contexto familiar desempeña un papel fundamental en el desarrollo humano y en la formación de la personalidad y las cinco heridas de la infancia, que van desde el rechazo hasta la injusticia, pueden llegar a dejar una huella profunda en nuestro ser. La sanación de estas heridas pasa por un viaje de autoexploración, compasión y perdón.

Al reconocer y comprender estas experiencias pasadas, podemos liberarnos del peso emocional que nos ata al pasado y abrirnos a una vida de plenitud y autenticidad. El perdón, tanto hacia nosotros mismos como hacia aquellos que nos han herido, nos permite soltar el resentimiento y avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria.

Blanca Garcia Grau. (2024, abril 8). ¿Cómo influye el contexto familiar en nuestro desarrollo? Las 5 heridas de la infancia. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/como-influye-contexto-familiar-en-nuestro-desarrollo

https://psicologiaymente.com/psicologia/como-influye-contexto-familiar-en-nuestro-desarrollo