domingo, 14 de marzo de 2010

LAS REGLAS DEL SER HUMANO



1. Recibirás un cuerpo, te puede gustar o no, pero sácale el máximo partido porque va a estar contigo el resto de tu vida.

2. Aprenderás lecciones. Estás inscrito continuamente en una escuela informal llamada "vida en el planeta Tierra", toda persona o incidente es el maestro universal.

3. No hay errores, sólo lecciones. Crecer es parte del experimentar. Los fracasos son parte igual que los éxitos.

4. Una lección se repite hasta que es aprendida. Es presentada ante ti de varias formas hasta que la aprendes, entonces pasas a la siguiente lección.

5. Si te resistes a aprender una lección, esa lección será cada vez más dura. Tus problemas externos son un reflejo muy preciso de tu estado interno. El dolor es como tu subconsciente te llama la atención. Al principio te susurra, luego te grita. Cuando limpias tus bloqueos internos, tu mundo exterior cambia.

6. Sabrás que has aprendido una lección cuando tus acciones cambian. La sabiduría viene con la práctica. Recuerda, un poco de algo es mejor que mucho de nada.

7. "Alli" no es mejor que "aquí". Cuando tu "allí" se convierte en "aquí" tú simplemente obtienes otro "alli" que parece mejor que "aquí".

8. Los demás son sólo espejos de ti. No puedes amar u odiar algo salvo que refleje algo que amas u odias en ti mismo.

9. Tu vida es cosa tuya. La Vida te da el lienzo, tu haces la pintura. Hay tres tipos de personas, las que hacen que sucedan las cosas, las que miran que ocurre y aquellos que se preguntan que pasó. Toma las riendas de tu vida, o alguien lo hara por ti.

10. Siempre recibes lo que necesitas ( no necesariamente lo que quieres). Tu subconsciente no se equivoca y determina que energias, experiencias y tipo de gente atraes. Asi que la manera infalible de saber que necesitas es mirar y ver que hay en tu vida ahora mismo.

11. No hay bueno o malo, solo hay consecuencias y responsabilidades. Por tanto nadie se libra de nada, todo tiene un valor y un precio, lo pagas ahora o lo pagas después.

12. Tus respuestas están dentro de ti.

13. Tenderás a olvidar todo esto, por eso viene bien un recordatorio.

domingo, 27 de diciembre de 2009

MUSICA PARA LA PAZ


Todos oyeron la nueva música, la que les recordaba que eran mortales y compartían ese miedo, que a todos iluminaba el sol y a todos helaba el frío de la noche, que la misma sangre corría por sus venas, que a todos regalaría la vida un puñado de placeres y dolores, que, irremediablemente, todos tenían el mismo origen y el mismo destino . . . y que nada eran los unos sin los otros.
Oyeron la nueva música, la que habían creado sin querer, entretejiendo el latir acompasado de sus corazones y la diáfana luz de sus frágiles sueños.
La oyeron, la cantaron con una perfección insultante, la disfrutaron, la compartieron y, casualmente, nadie cometió la torpeza de juzgarla. Era la música de la paz.
Nekovidal 2009 – nekovidal@arteslibres.net

jueves, 26 de noviembre de 2009

NO PUEDE SER

NO PUEDE SER
"No hay nadie que haya jamás escrito, o pintado, esculpido, modelado, construido o inventado, a no ser para salir del infierno".
(Antonin Artaud)

Martilleamos la vida con la perseverancia de un creyente y una ingenuidad infantil que deslumbra.
De todo pretendemos hacer un paraiso y en todo hallamos una razón para seguir persiguiéndolo.
En todo nos negamos a la negación, porque la vida es afirmación o no es. Dolor, sinrazón o injusticia se niegan a si mismos ya que nada saben construir o dar, nadan saben crear.
Lo diremos todo, siempre perdidos en sombras que nos sirven de guía.
Somos, sin sospecharlo, constantes creadores de enigmas, forjadores de diminutas ilusiones de poder inimaginable.
Estamos vivos, pero somos, ante todo, supervivientes de la hecatombe cotidiana: el reducido pero creciente grupo de seres que cada día, contra toda duda y todo miedo, se niegan, recurrentemente a decir: “No puede ser” . . . y así creamos, mágicamente, cada día, todo cuanto es.
Nekovidal - 2009 nekovidal@arteslibres.net

martes, 13 de octubre de 2009

NO ME DA LA GANA



El mar de las pasiones humanas
En el mar de las pasiones humanas navegan todo tipo de espíritus y con ellos todo tipo de alegrías y pesares. Todos buscan una isla donde llegar, el reposo de sus penas y algo que alimente sus inquietudes.
Inmersos en la misma tormenta, vemos como unos se hunden mientras otros sobreviven, y no podemos evitar preguntar porqué unos sí y otros no, preguntarnos sobre el inconmensurable conjunto de circunstancias que dan lugar a un hecho u otro.
A la respuesta ocasional a la pregunta permanente, unos llaman dios y ponen un nombre, otros , menos arrogantes, callan.
En el mar de las pasiones humanas incluso los supervivientes tienen cierto aire de náufragos. Algunos, a pesar de todo, se muestran sonrientes, y hasta los espejos dudan de si se trata de una simple sonrisa bobalicona o la luminosa sonrisa de algún buda iluminado.
¿Será acaso que son esos, los que han dicho “no me da la gana” ante tanta sinrazón, ante la reincidente invitación al sufrimiento inútil, los que han descubierto que, al final, riendo o llorando, vencedores o vencidos, en este juego al que llamamos vida, nos van a pagar lo mismo, y es tan sólo nuestra actitud, más o menos abierta o cerrada ante ese juego, la que marca la diferencia entre felicidad y sufrimiento, entre vida o muerte en vida . . .?
Nekovidal - 2009 nekovidal@arteslibres.net

lunes, 14 de septiembre de 2009

ACTITUD (Cuento popular)


Una mujer se despertó una mañana,se miró al espejo,y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.
'Hmmm' pensó, 'Creo que hoy me voy a hacer una trenza'.
Así lo hizo y pasó un día maravilloso.

El siguiente día se despertó,se miró al espejo
Y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.
'Hmmm' dijo, 'Creo que hoy me peinaré la raya en medio'
Así lo hizo y paso un día grandioso.

El siguiente día, cuando despertó, se miró al espejo y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
'Bueno', dijo, 'ahora me voy a hacer una cola de caballo.'
Así lo hizo, y tuvo un día muy, muy divertido.

A la mañana siguiente cuando despertó,corrió al espejo y enseguida notó
que no le quedaba un sólo cabello en la cabeza.
'¡Que bien!', exclamó. 'Hoy no voy a tener que peinarme!'

Tu actitud lo es todo.

La vida no es esperar a que la tormenta pase...

Es aprender a bailar bajo la lluvia.

miércoles, 26 de agosto de 2009

LAS TRES LLAVES


En este mundo y dimensión, todos nacemos con tres cadenas y nuestra existencia no es más que la búsqueda constante de las tres llaves que abren los candados que las cierran. La primera es la cadena de la supervivencia material: sin alimento y cobijo nada podemos hacer ni construir. Hace años leí un estudio sobre los niños de la calle de Brasil, “os meninos da rua”, que en realidad vagan por las calles de todo el mundo. Muchos de estos niños tenían deficiencias mentales que no eran producto de una enfermedad o una tara genética, sino de la mala alimentación y estaban ya condenados de por vida a la deficiencia psiquica que padecían. Me planteaba yo entonces, como tantos, el dilema de si es preferible tener libertad sin pan o pan sin libertad. Ese informe me convenció de que el primer paso ha de ser siempre el pan: con una mente mínimamente desarrollada se puede identificar y luchar contra una tiranía, sin esa mínima base, es imposible. La segunda cadena es la del entorno social, que se puede presentar en forma de familia desestructurada, sistema político opresivo, relaciones laborales absorventes o inexistentes o bien un sistema educativo castrante. Es nuestra cara social, el segundo escalón donde somos, o creemos ser, algo más que cualquier otra especie del planeta. Anclados todavía en formas de relación primitivas y verticales, actualmente, el desperdicio de capacidades individuales que podrían reflejar sus frutos en el grupo es constante. La sabiduría evolutiva de una especie se puede medir sin duda por el aprovechamiento energético que hace de si misma y su entorno. En ese sentido, los humanos somos bastante primitivos, y sólo la juventud de nuestra especie, apenas 125.000 años, puede justificarnos mínimamente. La tercera cadena, aquella a la que pocos llegan a identificar siquiera, tras haberse liberado mínimamente de las anteriores, es la de la mente, lastrada y condicionada por las circunstancias que la han convertido en un círculo cerrado del que dificilmente puede evadirse. Es esa mente que, carente de educación creativa y esclava de sus miedos, no sabe identificar un peligro real pero puede crear otros completamente abstractos e imaginarios en torno a los cuales hace girar su existencia y sus retroalimentados miedos. Es la mente que no puede concebir siquiera una estructura social sin líderes que le guien, que le ordenen, que le regalen cadenas con la única condición de ser, en apariencia al menos, cálidas. La misma mente que al hablar de espiritualidad la identifica con las extrañas imágenes antropocéntricas creadas como forma de negocio socialmente parasitario, creyendo poder concebir a un dios todopoderoso, pero incapaces de conocer siquiera su obra, una contradicción aberrante. Es la mente de cualquiera de nosotros. Intuyo que la destrucción de la primera cadena pasa tanto por un sistema económico mínimamente racional como por el control de la población. La destrucción de la segunda se dará cuando apliquemos a nuestras sociedades conceptos científicos que al fin conocemos teóricamente, como la Teoría de Juegos, demostrando la mayor efectividad de la solidaridad sobre el egoísmo, o la comprensión misma de nuestra estructura mental y su implícito sentido natural de la justicia. Básicamente es comprender y extender el cambio de conceptos como bondad y maldad por inteligencia y estupidez o efectividad e inefectividad. Lo que conocemos por una persona mala y egoísta es, básicamente, una persona enferma y de muy pocas luces, y sus aparentes victorias no pueden serlo sino en asuntos menores. La superación de la tercera cadena será el momento exacto en que nos hagamos merecedores del apelativo de especie racional. Cada paso será individual y colectivo al tiempo, conectadas todas nuestras mentes en un proyecto común que no es otro que nosotros mismos y el universo del que formamos parte. Posiblemente algún día, si sobrevivimos, nuestros descendientes nazcan libres de las dos primeras cadenas y con alguna posibilidad, por tanto, de no ser esclavizados por la tercera. Pero hoy en día, los muy pocos que consiguen romper estas tres cadenas se transforman en lo más aproximado a un ser humano libre que podemos imaginar, aunque no está, en realidad, sino en el principio del camino. Me han dicho que existen seres humanos así. Sigo buscando, con curiosidad, al primer ejemplar.

Nekovidal 2009 – nekovidal@arteslibres.net

lunes, 17 de agosto de 2009

¿QUÉ ES LA SALUD?

Salud es equilibrio entre cuerpo y mente: escuchar el mensaje de la mente para atender las peticiones del cuerpo y observar nuestro cuerpo para interpretar donde se encuentra nuestra mente, ese universo nuestro que tan arrogantemente creemos conocer.

Nunca decir sí cuando se siente no, ni decir no porque sí.

Extender nuestro yo hasta el límite de los yos ajenos. Allí, compartir.

Escuchar cuanto pide el cuerpo, no la mente, al comer. Atender a cuanto nos dice la mente, no el cuerpo, al amar.
Saber encontrar la armoniosa comunión de ambos, presentarles, esperando que nazca entre ellos una sana y fraternal amistad.

Mantener y hacer crecer una ilusión y curiosidad constantes, nunca creer el absurdo de que la vida ya no puede sorprendernos.

Aprender de cada paso, pasear por cada aprendizaje.

Buscar el consejo médico, pero evitar la trampa del refugio ajeno cayendo en la idolatría ciega.

No olvidar que el cuerpo enferma cuando la mente, cansada, le abandona en algún punto.

Saber que la enfermedad es aviso, no condena.

Algo de sol, mucha agua y el alimento mínimo necesario, garantizan una vida larga y una pena corta.

Sufrir lo imprescindible, reir lo posible, disfrutar aprendiendo.

Compartir cuanto se sabe, nos dará una vida humanamente rica. Aprender a amar, nos hará desentrañar el misterio del alma humana.

Aprender a morir es aprender a viajar más allá del ego. Llegado el momento, sepamos morir con el mismo empeño, ilusión y dignidad que pusimos en aprender a vivir.

Nekovidal nekovidal@arteslibres.net