VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
5 poemas de Cantaré mañana todavía, de Antonio Gala
Esta antología rescata uno de los géneros a menudo poco valorados en la obra de Antonio Gala: la poesía. El libro incluye poemas de juventud, títulos poco conocidos y poemas inéditos. El conjunto permite resituar al autor en el núcleo andaluz de la llamada Generación del 50. La edición ha corrido a cargo de Luis Cárdenas García y Pedro J. Plaza González.
En Zenda reproducimos cinco poemas de Cantaré mañana todavía: Antología poética (1949-2005), de Antonio Gala (Fundación José Manuel Lara).
***
PARÁBOLA DEL PÁJARO BLANCO
En
el ramaje melodioso del aire
a gorjear se ha puesto un pájaro
blanco.
Si veis a mi corazón, decídselo.
Decídselo lentamente en voz baja.
No
le digáis que el huerto está todo así, dulce,
que el gris ha
huido y que ha llegado el sol.
Decidle
solamente que un pájaro blanco
se puso a gorjear entre el frondor
del aire.
No
le toquéis el sueño.
El sueño que logró conciliar a fuerza
de
morderse el anhelo de sus labios.
Sed compasivos: no le toquéis el sueño.
Pero
si tropezáis a mi corazón paseando
con la vista en la tierra
mustia,
decidle que hay un pájaro blanco
gorjeando todo el día
aquí cerca.
Podéis
hablarle antes de otras cosas,
porque él suele miraros
distraídamente,
pero no dejéis de decirle al partir
lo de
este nuevo pájaro.
Si
veis a mi corazón, decidle
que él y yo estamos aguardándolo
siempre.
Decidle
que tiene dispuesto un cobijo
apartado y tranquilo de inviernos,
y
que aún conservo el lugar
donde se aposentaba en mi pecho
entonces.
O
si no, mejor será que no le digáis nada.
Miradlo a los ojos y
dejadlo pasar sencillamente:
él os comprenderá.
(Platero. Verso y Prosa, número 12, 1951)
***
7
Hay
noches en que al dar las cuatro
y decir alguien: «Son las
cuatro
de la mañana ya. Me voy»,
el corazón se hace el
desentendido
y exclama: «Son las cuatro todavía…».
Corazón
digo, y es decir una polvorienta flor de trapo,
una pintada rosa
de los vientos
que en repentinas tardes de verano
se echa a
morir con todos sus sentidos
como si fuese rosa verdadera,
y no
se sabe entonces si se queja o si canta…
Ahora,
sin duda, convendría
hablar de algo muy serio a este
respecto
(sea de las cansadas extrasístoles,
sea del corazón
artificial
que en una gran ciudad de Norteamérica
se haya
experimentado,
como si el corazón solo sirviera
para vivir
cuando es así que sirve
para morir más que para otra cosa)
y
convendría deducir, sin duda,
brillantes consecuencias
que
aumentasen el bienestar
del país o que produjesen
una evidente
mejora en la economía política,
en la estadística o en
otras
profundas ciencias de las que depende,
al parecer, la
felicidad toda
de esa extraña criatura
que hemos dado en
llamar sencillamente humana…
Pero no puedo pensar yo más que en
tus manos
que, por otra parte, bien lo sé,
no producen gran
cosa,
y en la pequeña luz de tu sonrisa,
que no arreglará el
mundo, por supuesto,
ni evitará las restricciones.
Porque
es que hay noches en que, al dar las cuatro,
se querría decir a
quienes cumplen
con suma gravedad sus deberes sociales
(con
tanta gravedad que apenas pueden
perdonar la traviesa
impertinencia
de que el jazmín dé buen olor, o el césped
tome
en abril un color tan llamativo,
o todo el bosque tiemble
con el trino
de un pájaro inservible),
se les querría
decir:
«Yo aquí me quedo para siempre»,
y salir de uno
mismo
y pasearse con las manos a la espalda por unos largos
ojos
(sin saber siquiera si para ver de lejos usan gafas)
y
adormecerse sobre un hombro
(que no es útil para nada de nada
y
que no sostendría un par de kilos
por más de diez minutos).
Hay
noches —repito—
en las que al dar las cuatro
se comprende
muy bien que sea la vida
solo callarse de una buena vez,
con la
mejilla apoyada contra otra mejilla,
y escuchar a lo lejos, entre
una vaga niebla,
cómo ladran los perros a la luna de turno
y
la noche hace sitio
sin esfuerzo a la aurora.
(De Valverde, 20)
***
13
Canto
y me alegro. Miro
la calle atardecida
y los jardines de oro
al
paso de noviembre.
La luz, desorientada,
resbala por la acera
como una lagartija.
Pero canto y me alegro, porque anoche
aún
me aquejaban lástimas de amor
sin saber bien por qué.
Canto
y me alegro. Hay días
que debieran prenderse como bosques de
pinos
para evitar que nos aproximáramos.
Porque de pronto, una
mañana, abres
los ojos y lo encuentras todo ardiente
y queman
las caricias.
Por eso canto hoy
y por eso me alegro.
Porque
estos labios han de ser ceniza
y encima de este pecho
ninguna
frente más
habrá de reclinarse.
Canto
y me alegro. No quiero mentirme:
todo lo que poseo
está al
alcance de mi mano ahora.
Si no lo tomo y sufro,
es porque el
sufrimiento me embellece
esta tarde de otoño en la que vivo.
Por
eso cantaré mañana todavía,
y pasado mañana
mi voz será
aquel hueco de silencio
que se hace de repente
en la
conversación de dos amantes.
Canto
y me alegro y esa es la razón
de mi júbilo. Pueden
herirme,
desgarrarme espadas, zarpas,
taladrarme la sed de parte a
parte:
pronto la muerte me impondrá sus manos,
me nombrará su
hijo predilecto
y ya no ha de quedar de cuanto he sido
más que
un poco de frío y este canto.
(De La acacia)
***
ARCO DE DIANA
El
cielo de pizarra
surcado de arcoíris
enmarca el Arco de
Diana
junto al embalse azul.
El corazón se queda
en
suspenso esperando
escuchar unas voces
que todavía
existen.
Todo es uno y lo mismo.
Todo es igual y siempre
quien
sufrió y quien gozó
al pie de esta belleza
aún goza y aún
padece.
No morimos del todo.
(De El poema de Tobías desangelado)
***
SONETO
EN QUE SE CUENTA CÓMO MUERE
ALONSO
QUIJANO DESPUÉS DE HACER MORIR
AL
INMORTAL DON QUIJOTE
Relincha
con ternura Rocinante.
Solloza Sancho. Se arrebuja el ama.
Negro
a la cabecera de la cama,
murmura el cura en un latín errante.
Muda
Sansón Carrasco de semblante.
La sobrina una lágrima derrama.
El
barbero, a quien nadie le reclama,
todo lo ve con su habitual
desplante.
«Ya
no estoy loco», dice el moribundo,
y mira en torno… Don Quijote
muere
de pronto entre un olor de lluvia y cieno.
Gira
sin tino el renovado mundo.
Y en su inmortalidad solo
interfiere
un tal cuerdo lector Quijano el Bueno.
(De Trajes
y tipos en el «Quijote».
Fondos de indumentaria del Museo
Nacional de Teatro,
2005)
—————————————
Autor: Antonio Gala. Título: Cantaré mañana todavía: Antología poética (1949-2005). Editorial: Fundación José Manuel Lara. Venta: Todos tus libros.
BIO
Antonio Gala (1930-2023) fue dramaturgo, ensayista, novelista y, sobre todo, poeta. Ganó, con Los verdes campos del Edén, el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca en 1963, a la que siguieron obras tan destacadas como Anillos para una dama (1974) y Petra regalada (1980), el libreto de la ópera Cristóbal Colón (1990) o el musical Carmen Carmen (1988). Su obra poética, que arrancó con Enemigo íntimo (accésit del Premio Adonáis), continuaría con títulos como Sonetos de La Zubia (1981 y 1987), Testamento andaluz (1985), Poemas de amor (1997) o El poema de Tobías desangelado (2005). Tras su fallecimiento, se publicó Poemas de lo irremediable (inéditos 1947-1952) (2023), cuya edición corrió a cargo de Luis Cárdenas García y Pedro J. Plaza González. Fue además autor de las novelas El manuscrito carmesí (1990, Premio Planeta), La pasión turca (1993), Más allá del jardín (1995), La regla de tres (1996), Las afueras de Dios (1999) y El imposible olvido (2001), y de los libros de relatos El corazón tardío (1998), Los invitados al jardín (2002) y El dueño de la herida (2003). Bajo el título de Cosas nuestras (2008) se han recopilado los libros de artículos Charlas con Troylo (1981), En propia mano (1985), Cuaderno de la Dama de Otoño (1985) y Dedicado a Tobías (1988).
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-cantare-manana-todavia-de-antonio-gala/
TEMAS TERTULIA 2-5-2025
ROJO
TONTOS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 25-4-2025
JUEGOS
PATRIAS
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
JUEGOS
La Teoría de juegos la descubrieron Schelling Robert Aumann, siendo premiados con el Nóbel de Economía. Es una teoría ya demostrada, puramente matemática, que nos enseña que en un conflicto en el que no intervengan muchas personas u organizaciones, es mucho más práctico actuar juntos, colaborando, para evitar un desastre, que el ir cada uno egoístamente por su lado. Matemáticamente es mucho más probable que se produzca una catástrofe para un grupo como consecuencia de una decisión errónea tomada por un pequeño grupo que si deciden todos los individuos del grupo, asumiendo la decisión de la mayoría. De ahí el peligro del tipo de democracia representativa actual, que deja en manos de un reducido grupo las decisiones que afectan al conjunto de la ciudadanía. Por la misma razón, la democracia participativa, en la que las decisiones la toman todos los individuos, mediante asambleas en grupos reducidos y sistemas informáticos en grandes grupos, es, matemáticamente hablando, mucho más efectiva (recuérdense las innumerables declaraciones de guerra hechas por un solo individuo a lo largo de la historia, arrastrando a una sociedad a la tragedia)
Un claro ejemplo es el que se ve reflejado en la película Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, ambientada en la Guerra Fría, en la cual el general Rupper, en un ataque de locura, inicia un ataque nuclear contra la Unión Soviética. Finalmente se evita una catástrofe gracias a la aterradora amenaza de una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
En la película, era un ordenador quien, haciendo un análisis similar al de la Teoría de juegos conseguía disuadir a los militares de seguir en su locura, evitando la III Guerra Mundial.
Hay experimentos que también demuestran la Teoría de juegos, pero de otra forma. Supongamos que dos personas tienen que repartirse una cantidad de dinero, y que una de ellas ofrece cierta cantidad y la otra debe decidir aceptarla o no. Si uno de los individuos acepta la oferta, los dos se llevarán al menos algo, pero si la rechaza, ninguno se llevará nada. Es posible que el que ofrece ofrezca mucho menos que la mitad, o la mitad, según su personalidad y circunstancias. Lo curioso es que la oferta será refutada en el caso de que la diferencia entre ambas cantidades sea muy grande, sacrificando el beneficio propio con tal de evitar un beneficio injusto y abusivo en el otro. Parece que nos gusta la justicia por naturaleza, y ante situaciones claramente injustas sentimos ciertas ansias de venganza, incluso perjudicándonos con ello.
Si la ciencia ya nos ha demostrado que el altruismo es más rentable que el egoísmo y que somos una especie gregaria y cooperante por naturaleza, ¿qué más necesitamos para empezar a aplicar estos comportamientos naturales y efectivos en nuestra vida cotidiana?
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JUEGOSPosturas del Kamasutra
Tú arriba,
yo abajo,
y entre los dos un mundo.
Tumbados, tú de espaldas,
yo de frente dándome con un muro.
Tú bocabajo,
yo encima de otra cumbre.
Tú borracha, yo en celo
paseando el perro.
Tu dormida en misa de rodillas
y yo mojando tetas de monja en el café.
Tú, bailando desnuda en la luna roja,
yo cantando helado cara al sol.
Tú cazando con tacones
y yo herido sin tu carne.
Yo, aquí te pillo, aquí te mato,
tú te mueres por llegar en lencería
casta hasta la madrugada.
JJC – Juan Jiménez Caballero
PATRIASSi por la fuerza impusieras al resto del mundo que tu patria es la mejor entre todas y tu dios el único verdadero, ¿se convertirían éstos en algo más que un producto de tu imaginación?
Hoy es el día de mi tierra, de mi patria, donde no existe ni una frontera y donde todas las banderas sólo sirven para dar color al paisaje.
Hoy es el día de mi tierra, una tierra donde nunca germina el rencor que se alimenta de la ignorancia y de los miedos inútiles.
Hoy es el día de mi tierra, una tierra donde a los codiciosos se les escucha con lástima y con mucha atención y respeto a los ancianos y a los niños.
Hoy es el día de mi tierra, un lugar donde las palabras no necesitan permiso y las ilusiones brotan cada día bajo el paraguas de la vida.
Hoy es el día de mi tierra, una tierra donde la palabra guerra define una enfermedad y la palabra dignidad define la vida cotidiana.
Hoy es el día de mi tierra, un lugar donde las luces también tienen sombras, pero sólo son sombras chinescas.
Hoy es el día de mi tierra, una tierra donde los niños estudian obligatoriamente música y juegos, pero sólo si quieren.
Hoy es el día de mi tierra, un lugar donde la cigarra y la hormiga ya son amigas y comparten por igual la comida y la alegría de la música.
En mi tierra todos sabemos que cada ser es único, por eso todos aprendemos de todos y todos enseñamos a todos.
Hoy es el día de mi tierra, una tierra donde ya hace tiempo que nos dimos cuenta de que todos los seres humanos somos de esta tierra, este pequeño planeta, nuestra únca patria, nuestro único hogar, y de que no tenemos otra.
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MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Terapia Cognitivo-Conductual: ¿qué es y en qué principios se basa?
Explicamos en qué consiste la TCC, un tipo de psicoterapia.
La terapia cognitivo-conductual es uno de los conceptos más importantes de la psicología aplicada, ya que permite abordar problemáticas muy diversas aplicando técnicas que cuentan con aval científico.
Esta es una forma de intervención heredera de los principios teórico-prácticos de la psicología conductista, a la que se le agregan métodos y objetivos propios de la terapia cognitiva. En este artículo veremos en qué consiste y por qué es tan utilizada entre los psicólogos.
¿Qué es la Terapia Cognitivo-Conductual?
Dentro de los ámbitos de intervención psicológica y de Psicología Clínica existe una gran cantidad de propuestas que son ofrecidas a muchas clases de pacientes y de problemáticas. La oferta es muy variada, y resulta fácil perderse en la jungla de etiquetas, nombres y descripciones de abordaje terapéutico.
Sin embargo, uno de estos tipos de terapia recibe una especial atención en nuestros días, tanto en las consultas y clínicas como en las facultades de psicología.
Se trata de la terapia cognitivo-conductual, una orientación terapéutica que cuenta con una eficacia científicamente comprobada en diferentes tipos de intervención. Además, uno de los aspectos más característicos de esta es que se adapta a una gran variedad de necesidades y problemas a abordar en el tratamiento a pacientes.
Modificando comportamientos y pensamientos
Si alguna vez te has parado a pensar en la idea convencional de lo que es un "problema psicológico", posiblemente te hayas dado cuenta de que este tipo de problemáticas tiene dos caras.
Por un lado, una vertiente material y objetiva, que es reconocible por muchas personas y que puede medirse a partir de baremos concretos. Por otro lado, un lado que responde a los estados subjetivos de conciencia, es decir, aspectos de la vida mental y privada de la persona que tiene el problema y que suelen tener una traducción en términos emocionales.
La terapia cognitivo-conductual responde a la necesidad de intervenir en estos dos terrenos. Y lo hace impulsándose gracias a las sinergias que se establecen entre la parte de la intervención enfocada a los procesos mentales y aquella que se orienta hacia las acciones y los cambios en el entorno material del paciente. Es decir, que esta orientación terapéutica que actúa tanto sobre los actos como sobre los pensamientos.
Los fundamentos de esta forma de intervención psicológica
Se considera que la terapia cognitivo-conductual nace a partir de la fusión de las terapias conductistas y las que se derivan de la Psicología Cognitiva.
Por un lado, el conductismo (y muy especialmente el conductismo radical de B. F. Skinner) sirve como ejemplo de metodología exhaustiva y muy ceñida a los preceptos del método científico, lo cual permite valorar objetivamente los progresos que se van haciendo durante la terapia.
Por el otro, la Terapia Cognitiva enfatiza la necesidad de no renunciar a la consideración de los procesos mentales inobservables directamente, ya que gran parte de la utilidad de una terapia recae en el bienestar subjetivo de los pacientes y este factor no tiene por qué poder ser registrado a través del puro análisis de la conducta.
Sin embargo, y aunque dentro de la terapia-cognitivo-conductual en cualquiera de sus formas se trabaja con constructos que hacen referencia al "mundo mental" no observable directamente, se hacen esfuerzos para que los elementos mentales que entran en juego en el diagnóstico y la intervención respondan a categorías bien delimitadas y traducibles a variables cuantitativas para poder hacer un seguimiento exhaustivo de los cambios que se realizan a nivel subjetivo.
Por tanto, se evitan todo tipo de formulaciones esotéricas y ambiguas sobre la manera de pensar de la persona y se crean sistemas de categorías en los que las ideas recurrentes quedan clasificadas unas dentro de otras en clasificaciones que responden a un único criterio.
Ahondando en las diferencias con el conductismo
La terapia-cognitivo conductual es heredera de ciertos fundamentos de la Psicología Conductista, como por ejemplo el énfasis en los procesos de aprendizaje práctico y la idea de que la asociación es un concepto central en terapia. Sin embargo, incorpora la necesidad de actuar, además de sobre la conducta, sobre los pensamientos de la persona. Principalmente, la intervención sobre la parte "mental" se centra en los esquemas cognitivos y las categorías conceptuales a partir de las cuales la persona interpreta la realidad.
También se exploran las creencias poco adaptativas, una vez estas han sido localizadas, para entrenar al cliente en su capacidad de localizar hechos de su día a día que contradicen estos presupuestos. Así, si la persona tiene problemas de autoestima, se le puede enseñar a prestar atención a las muestras de admiración de sus amigos y familiares, que son un tipo de estímulo fácilmente ignorado cuando la autoimagen está muy dañada.
En definitiva, cualquier tipo de terapia cognitivo-conductual se basa en la idea de que las emociones y los estilos de conducta no dependen sólo de los estímulos físicos que nos llegan desde el entorno sino también de los pensamientos que dan forma a nuestra manera de percibir tanto esos estímulos como nuestros propios procesos mentales.
¿Cómo se interviene en este tipo de terapia?
En la terapia cognitivo-conductual se trabaja enseñando a reconocer los estilos de pensamiento que predisponen a llegar a conclusiones poco útiles para el paciente, o pensamientos disfuncionales. Para esto es necesario entrenar a la persona para que sea capaz de reflexionar acerca de su propia manera de pensar y plantearse qué puntos son conflictivos y cuáles no lo son. De este modo, se persigue que el cliente tenga más capacidad para cuestionarse las categorías con las que trabaja (como por ejemplo, "éxito y fracaso") y detectar patrones típicos de pensamiento que le causan problemas.
El proceso por el cual se consigue que el paciente reconozca los aspectos cognitivos que le producen malestar y pueda actuar sobre ellos se fundamenta en un modelo de actuación inspirado en el diálogo socrático. Esto implica que durante una parte de las sesiones de terapia cognitivo-conductual, el profesional irá devolviéndole el feedback necesario al paciente para que este, por sí mismo, detecte las contradicciones o las conclusiones indeseadas a las que le llevan sus estilos de pensamiento y sus esquemas cognitivos.
El terapeuta no guía al paciente en este proceso, sino que más bien le plantea preguntas y remarca aseveraciones que el propio cliente ha hecho para que este último vaya profundizando en el estudio de su propio pensamiento.
La segunda parte de la terapia cognitivo-conductual implica intervenir sobre los focos cognitivos y materiales que se han detectado. Esto conlleva, por un lado, fijar unos objetivos concretos a cumplir, y por el otro, entrenar al paciente para que sea capaz de determinar desde su propio criterio las estrategias que lo acercan y lo alejan de estas metas. Además, como los objetivos han sido definidos de manera que pueda comprobarse de manera imparcial si se han cumplido o no, es fácil medir los progresos que se van haciendo y el ritmo en el que se suceden para tomar nota de ello y, si se da el caso, introducir cambios en el programa de intervención.
Cumplir los objetivos al pasar por un programa de sesiones con terapia cognitivo-conductual puede suponer, por ejemplo, minimizar significativamente los efectos de una fobia, terminar con una adicción o, abandonar un estilo de pensamiento obsesivo. En definitiva, problemáticas con una vertiente material y otra vertiente subjetiva o emocional.
¿En qué casos se utiliza?
La terapia cognitivo-conductual puede ser aplicada prácticamente en todas las edades, y en una gran variedad de problemas. Por ejemplo, se utiliza para intervenir en trastornos de ansiedad y fobias, distimia, Trastorno Bipolar, depresión, etc. También puede utilizarse como ayuda en los casos en los casos de trastornos neurológicos en los que es necesario prestar apoyo para saber gestionar los síntomas de la mejor manera posible, e incluso en trastornos psicóticos relacionados con la esquizofrenia.
Eso sí, en algunos trastornos, la terapia conductual ha demostrado ser prácticamente igual de eficaz que la cognitivo-conductual, sin necesidad de realizar tareas de modificación de creencias y de patrones de pensamiento. Por ejemplo, es común que los psicólogos recurran a la terapia conductual, y no a la terapia cognitivo-conductual, cuando hay que atender a niños de muy corta edad, dado que aún no controlan bien el pensamiento abstracto y la articulación de conceptos a través del lenguaje.
La eficacia de este tipo de psicoterapia
Actualmente, se considera que la terapia cognitivo-conductual es el único tipo de psicoterapia cuyos resultados han sido validados a través del método científico. Con esto se entiende que su eficacia cuenta con el aval de observaciones empíricas en las que muchos grupos de pacientes que han pasado por un tratamiento con Terapia Cognitivo Conductual han mejorado significativamente más de lo que sería esperable si no hubieran asistido a terapia o hubieran seguido un programa de efecto placebo.
Cuando se dice que la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz a través de la aplicación del método científico, eso significa que existen poderosos motivos para pensar que la mejoría que experimentan las personas que han probado este tipo de terapias está causada por el uso de estas intervenciones psicológicas, y no por otras variables. Esto no implica que el 100% de las personas que vayan a sesiones de Terapia Cognitivo Conductual vayan a mejorar, pero sí una porción muy significativa de estas.
Además, esta mejoría puede ser traducida a criterios objetivos y observables, como por ejemplo el éxito o no a la hora de dejar de fumar. Esta es una característica que distingue a la terapia cognitivo-conductual de otras formas de intervención, muchas de las cuales, al no fijarse objetivos medibles bajo un criterio bien definido, difícilmente pueden ser sometidas a examen empírico para determinar su eficacia a través del método científico.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el grado de eficacia de cada tipo de terapia depende del trastorno a tratar; teniendo en cuesta esto, la terapia cognitivo-conductual es la que ha mostrado ser eficaz en un mayor número de alteraciones psicológicas.
Referencias bibliográficas
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Froggett, L. y Richards, B. (2002). Exploring the Bio-psychosocial. European Journal of Psychotherapy & Counselling, Vol. 5 (3). pp. 321 - 326.
Seligman, L.D., Ollendick, T.H. (2011). Cognitive-behavioral therapy for anxiety disorders in youth. Child and Adolescent Psychiatric Clinics of North America. 20 (2): pp. 217 - 38.
Spurgeon, J.A., Wright, J.H. (2010). Computer-assisted cognitive-behavioral therapy. Current Psychiatry Reports. 12 (6): pp. 547 - 52.
Wampold, B.E., Flückiger, C., Del Re, A.C., Yulish, N.E., Frost, N.D., Pace, B.T., et al. (2017). In pursuit of truth: A critical examination of meta-analyses of cognitive behavior therapy. Psychotherapy Research. 27 (1): pp. 14 - 32.
Arturo Torres. (2015, noviembre 13). Terapia Cognitivo-Conductual: ¿qué es y en qué principios se basa?. Portal Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.com/clinica/terapia-cognitivo-conductual